2ª parte: La ley de la jungla
Capítulo 91
Unión de Supervivientes de Seúl – Segunda Ronda XII
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Yohan terminó su conversación con los mercenarios y ordenó al equipo de reconocimiento que se moviera. Saeri y el resto habían escuchado su conversación y lo estaban mirando con sentimientos encontrados. Sin embargo, Yohan no iba a cambiar de opinión. Esto era algo que se había retrasado demasiado. Tenía que acabar con esto.
A pesar de eliminar a un montón de zombis cuando se movían antes, todavía había una buena cantidad de muertos vivientes. El equipo de reconocimiento arrastró sus cuerpos exhaustos hacia su campamento. Todos estaban cansados después de la pelea y Yohan sabía que tenía que terminar con todo esto de inmediato.
Movieron el alambre de púas en la frontera de su territorio y entraron. Este era su dominio y sabían la mejor manera de infiltrarse en el refugio del equipo de reconocimiento sin ser detectados. Como dedujo, los bastardos de la Unión de Supervivientes de Seúl todavía estaban dentro del edificio.
“Dos en el techo y uno en la ventana del segundo piso.” – dijo el cabo Ong a Yohan a través de la radio. El cabo estaba situado en un lugar desde el que podía ver con claridad el edificio del equipo de reconocimiento y atacar a los tres enemigos.
Inmediatamente, los miembros de la Unión que estaban expuestos en el techo y en las ventanas se ocultaron. Se dieron cuenta de que el equipo de reconocimiento los estaba rodeando.
Yohan hizo que el equipo de reconocimiento se extendiera. Mientras rodeaban el edificio, el enemigo trató de detenerlos. Sin embargo, los disparos mortales de Ong los estaban golpeando desde un lugar al que sus balas no podían llegar. Después de la caída del cuarto miembro de la Unión, ya no se asomaban por el techo ni sacaban la cabeza por la ventana.
Estaban en un punto muerto.
La posición de los invasores y los dueños del campamento había cambiado. Era un escenario extraño que fue fabricado por el equipo local y hacía que la situación fuera tensa.
La gente seguía posicionándose como si fuera a atacar, pero ninguna de las partes hizo el primer movimiento. Mantuvieron su distancia y no se movieron a la zona de rango de disparo.
El estancamiento se prolongó. Justo cuando Yohan estaba pensando que era hora de que Genio hiciera su movimiento, la voz de Baek Jung llegó a través de la radio. En comparación con hace unas horas, su voz era más tranquila y suave, pero todavía sonaba bastante enojado.
- He estado en muchas peleas, pero esta es la primera vez que me siento tan sucio. Bastardo, ¿Cómo te atreves a atacarnos cuando sabes cuantos rehenes tenemos? ¿Eh?
Era una amenaza típica.
“Suelta tus armas y ríndete. Te perdonaré la vida.” – dijo Yohan con calma, enunciando cada palabra con cuidado, tras presionar con calma el botón de transmisión.
- ¡Ja, ja, ja!
La risa de Baek Jung al otro lado de la radio sonó como si se hubiera tragado la chimenea de vapor de una locomotora. Yohan frunció el ceño y bajó un poco la radio.
“No lo diré dos veces.”
- Tu broma es demasiado buena. Lo has llevado demasiado lejos. No estoy seguro de cómo me conoces, pero el hecho de que me hayas atacado a pesar de saber quién soy es un gran error. Te haré una oferta mejor. Deja caer tus armas y reúnete conmigo frente a la puerta con el culo al aire. Pareces muy útil, así que te daré la oportunidad de trabajar para mí. Arrodíllate, chúpame la polla y te perdonaré la vida.
Esta vez, Yohan se echó a reír. A pesar de la situación, Baek Jung Gae seguía haciendo bromas pervertidas.
- ¿Te estás riendo? A partir de ahora comenzaré a cortar las extremidades de estas personas cada cinco minutos.
“Hazlo.”
- ¿Qué?
“Solo mátalos a todos. Incluso si matas a todos los que están ahí, ninguno podrá salir con vida. Todas las noches, entraré y mataré a unos pocos. No creo que puedas permitirte dormir ni un solo momento. Cada vez que lo hagas, iré a matarte.”
- Bastardo arrogante.
“Te estaré vigilando hasta el día de tu muerte. Al igual que a tus subordinados. Ah, y no te preocupes, te prometo que te daré la muerte más dolorosa y cruel posible.”
Habiendo trasmitido sus palabras, Yohan apagó la radio. En el otro lado, Baek Jung golpeó su radio contra la mesa y comenzó a respirar con fuerza.
“¡Aaaaah!”
Era incapaz de contener su ira. Golpeó la radio, una y otra vez, dejando que su ira continuara hasta que el dispositivo de comunicación se rompió por completo. Sin embargo, no fue suficiente, ya que recogió la radio y la arrojó contra el otro lado de la habitación.
Las piezas del dispositivo terminaron esparcidas por el suelo, mientras todos sus subordinados lo observaban con expresiones rígidas en sus rostros.
“Ese bastardo…”
Baek Jung Gae corrió hacia el área subterránea y, respirando con fuerza, abrió la puerta de un puntapié. Los supervivientes se estremecieron tan pronto como lo vieron entrar.
Los restos del teniente Ahn, con la cabeza destruida, todavía estaban frente a la puerta y el cuerpo de Seo Jun estaba tirado a su lado. Había un contenedor de plástico amarillo en un lateral que contenía algunas pertenencias de los supervivientes. Parecía que alguien se había meado los pantalones, ya que un fuerte hedor flotaba por el aire de la cámara.
Baek Jung Gae jadeó mientras los miraba, como si fuera a atacarlos en cualquier momento. Los supervivientes sintieron que se les entumecían las rodillas cada vez que la furia de su mirada caía sobre ellos. Justo en ese momento, el cuerpo de Seo Jun se estremeció por un momento. Sin embargo, Baek Jung no se dio cuenta porque estaba tratando de calmarse.
“Viendo la forma en que su líder me estaba instando a matarlos a todos, parece que no estabais en buenos términos con él.”
‘¡No…!’
Los miembros del campamento temblaron de tristeza.
“Oye.”
Baek Jung Gae hizo un gesto a uno de sus subordinados.
“Señor.”
“10 personas. Corta las cabezas de 10 personas y tírelas por la terraza. Muéstrales a estos bastardos contra quién se están enfrentando.”
“Sí señor.”
Baek Jung Gae levantó su arma. Apuntó a la multitud y los miembros del campamento comenzaron a gritar y a empujarse entre ellos para apartarse lo más posible dentro de la pequeña cámara. Baek Jung cambió su arma al modo automático y cuando estaba a punto de dispararles Genio entró en la cámara.
“Cariño, espera.”
“¿Qué es?”
“No hay necesidad de hacer esto.”
Baek Jung tenía una mirada aterradora en su rostro. Parecía que iba a matar a su cónyuge. Un sudor frío corrió por la espalda de Genio mientras entregaba los documentos de la oficina de Yohan. Eran los documentos pertenecientes a la oleada zombi.
“¿No hemos verificado ya eso?” – dijo Baek frunciendo el ceño mientras miraba los documentos. – “¿Qué pasa?”
“Digamos que todo lo que está escrito aquí es realmente cierto… Mira, hay mucha gente reunida aquí. Una oleada zombi vendrá. A diferencia de esos tipos de fuera, tenemos puertas que funcionan. Si ocurre una oleada, no podrán resistirla. Todo lo que tenemos que hacer es esperarlos. No hay necesidad de apresurarse.”
“¿Crees que estar en una oleada zombi y que aparezca un mutante es mejor? Además, ¿cómo sabemos que es verdad?”
“Cariño, eso no es importante.”
Baek Jung comenzó a sacudir la cabeza, sin comprender, pero luego se detuvo cuando una idea apareció en su mente. Una sonrisa violenta reemplazó su anterior expresión de enojo tan rápido que parecía que acababa de ponerse una máscara.
Genio le sonrió y confirmó lo que estaba pensando.
“El hecho de que el enemigo crea en esto es lo que importa. Les guste o no, no tienen más remedio que venir aquí. No hay razón para lastimar a estos perros.” – dijo Genio con una sonrisa, confirmando lo que estaba pensando.
Se echó a reír. Su equipo de combate estaba en mal estado y para recuperar sus pérdidas, necesitaban a estos rehenes.
Ahora, Baek Jung estaba tranquilo. Tenía su expresión habitual en su rostro, una que hacía difícil saber si estaba enojado o sonriendo. Tiró de una mujer por el pelo.
“¡Ah!”
“Todavía necesito mostrarles a estos perros quién es su dueño.” – dijo, mientras la arrastraba por el pelo.
Una vez que estuvo junto a la pared al lado de la terraza del segundo piso, le cortó el cuello, cortándolo por la mitad. La sangre carmesí comenzó a fluir desde la profunda herida de su cuello. Luego, la pateó hacia la terraza exterior.
“Ah… Ah… Ah…”
La mujer parecía que estaba tratando de descubrir qué estaba pasando. Se aferró al cuello manchado de sangre y caminó de forma lenta e insegura hacia la barandilla de la terraza. Gritó al grupo de rescate que no podía ver o más bien, trató de hacerlo.
“Por favor salva… Gah…”
La voz de la mujer se convirtió en un gorgoteo mientras su cuello y su boca se llenaban de sangre. Se aferró a la barandilla con el dolor escrito en toda su cara. Mientras luchaba por mantenerse consciente, su cuerpo cayó sobre la barandilla y aterrizó en el suelo con un ruido sordo. El equipo de reconocimiento miró su cuerpo doblado de forma grotesca en el suelo.
“¡Está loco…”
Podían ver todo desde donde se escondían y temblaron de ira. Incapaz de contenerlo, Hyuk dejó escapar un grito y parecía que iba a salir corriendo en cualquier momento. Sin embargo, Barrendero lo agarró.
“Eh, cálmate. Espera la orden de Yohan. Además, no te muerdas los labios con demasiada fuerza a menos que quieras lastimarte e infectarte.”
“Ah, ¡aarg!” – dijo Hyuk, mientras una idea daba vueltas en su mente. – ‘Estoy enojado. Estoy enojado y amargado.’
Sin embargo, Hyuk lo soportó. Ya no quería que sus acciones arruinaran las cosas.
En ese momento, Yohan reiteró su orden para que todos permanecieran en sus posiciones actuales. Él mismo estaba esperando con una expresión tranquila en su rostro. Si el enemigo entendiera la información en sus documentos, entonces sabrían sobre las oleadas zombi. Debían entender que el grupo de Yohan tenía una desventaja si se involucraban con una oleada.
‘Bien. No hagas ningún movimiento estúpido y espera. Entraremos justo como quieres que hagamos.’
El equipo de reconocimiento no hizo ningún movimiento. Fue cruel y terrible, pero ya les había dicho que reforzaran su determinación. Era poco probable que hicieran movimientos repentinos. Ahora era el momento de esperar. En ese momento, escucharon algo que llegaba desde la frecuencia exclusiva del equipo de reconocimiento.
- Yohan, ¿puedes oírme?
Era Jung Hwan. Yohan instantáneamente reconoció su voz y sacó su radio.
“Estás a salvo.”
- Sí. Yohan, ¿dónde estás?
“Ven al aparcamiento de la zona S.”
- ¡De acuerdo!
La voz de Jung Hwan sonó brillante y alegre, lo que hizo que Yohan se sintiera aliviado. Lo que más le preocupaba estaba resuelto. Los otros miembros del equipo de reconocimiento también estaban preocupados y el sonido de la voz de Jung Hwan elevó su moral.
Momentos después, Jung Hwan se unió a ellos. Tan pronto como lo vio, corrió feliz hacia él nada más verlo. Detrás de él había una estudiante cuyo nombre no podía recordar. Ella era la culpable. Tan pronto como la vio, se dio cuenta de que era responsable de toda esta situación. Sin embargo, no estaba molesto. Lo hecho, hecho está. Yohan estaba medio convencido de que Jung Hwan estaba vivo gracias a ella.
“Yohan, sobre esa mujer Soo Hee. Está totalmente loca.”
Jung Hwan no parecía darse cuenta de la situación en la que se encontraban.
“Baja la voz y habla despacio.” – reprendió Yohan.
“Ah… Cierto.”
Jung respiró hondo y luego transmitió toda la información que escuchó de Ah Young. Su explicación resolvió el viejo acertijo del pueblo de Park.
Parecía que Soo Hee era la gobernante real del campamento del pueblo de Park. Michael, el hombre que expulsó a Yohan; Marco, el actual líder; y la mayoría de los hombres del pueblo de Park estaban teniendo sexo con ella. Los manipularía a sus espaldas y ejercería hábilmente su influencia sobre ellos.
Como rara vez se contactaba con gente que no fueran los líderes del campamento o los miembros del equipo de reconocimiento, esta inteligente manipulación le resultó difícil de descubrir. Además, Marco, el líder oficial del campamento, estaba involucrado, por lo que, naturalmente, era complicado para Yohan y los miembros del equipo de reconocimiento resolver la situación.
Soo Hee actuó como si fuera leal a Yohan para evitar sospechas y nunca se acercó a hombres que parecían difíciles de manejar. En cambio, apuntó a personas crédulas o mentalmente inestables y expandió su influencia a través del apaciguamiento y las amenazas. Ah Young era introvertida y no podía soportar que Soo Hee sedujera agresivamente a los hombres y los amenazara con frecuencia. Como tal, evitó a los miembros del campamento del pueblo de Park y escapó a lugares donde no podían encontrarla.
Después de escuchar toda la historia, Yohan le dio unas palmaditas en la espalda a Jung Hwan un par de veces.
“Bueno. Buen trabajo. Ve a tu lugar. Primero necesitamos terminar esta pelea.”