3ª parte: Etapa apocalíptica
Capítulo 120
Hilo enmarañado V
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por AMarauder
Corregido por Lord
Editado por AMarauder
Cuando Barrendero gritó, la sangre salió de la herida de Ha Jin. Fue un ataque inesperado.
La extremidad del Tiburón se había doblado y fustigado como si fuera una serpiente, sorprendiéndolos a ambos. Cuando Ha Jin cayó, el mutante levantó el brazo para atacar una vez más. El golpe fue rápido. A pesar de que Ha Jin intentó esquivarlo instintivamente, una garra logró rozar su hombro.
El mutante siguió con un ataque punzante.
Barrendero lo interceptó con su hacha o, para ser más precisos, trató de bloquearlo, pero el impacto del ataque lo derribó. Luego, golpeó el suelo, se dio la vuelta y rodó sobre sus pies. Cuando miró hacia arriba se encontró con el mutante cargando hacia él, con la boca abierta.
Ignoró los gritos de sus compañeros y rápidamente alcanzó una granada. Sin embargo, no fue lo suficientemente rápido. El Tiburón cayó sobre su hombro, lo arrojó al suelo. Y abrió la boca para darle un gran mordisco.
De repente, sonó un disparo y algo atravesó la lengua del mutante.
“¡Señores!” – gritó el cabo Ong.
Apretó el gatillo de su rifle de francotirador de forma implacable, cada disparo golpeó la carne suave que había dentro de la boca del monstruo. El mutante se detuvo en seco. En ese momento, Barrendero inmediatamente le introdujo una granada.
Cuando un objeto extraño entró en su sistema, el Tiburón reaccionó de forma instintiva, retrocediendo mientras cerraba la boca.
“Mastica eso, pedazo de mierda.”
Barrendero contó los segundos en su cabeza… Tres... Cuatro... Cinco...
La explosión causó una onda expansiva tan fuerte que Barrendero pudo sentirla desde donde se encontraba. Sin embargo, el mutante no murió.
En cambio, se enfureció.
“¡Uaaaaaah!
Su grito sonaba como si le hubiera picado una abeja.
“Ong, buen trabajo.”
Barrendero le dio al cabo un pulgar hacia arriba mientras agarraba a Ha Jin y lo arrastraba lejos. Intentó sonreír de forma tan alegre como siempre, pero estaba sudando preocupado. Tanto él, como Ha Jin habían sido heridos por el mutante.
Definitivamente estaban infectados.
No había tiempo para poner excusas o sentir pena por ellos mismos. El mutante se estaba volviendo loco. Su sangre se mezcló con su saliva formando una espuma rosa alrededor de sus mandíbulas.
Abrió la boca para rugir, antes de mirar al dúo herido.
‘Una granada no fue suficiente.’
Definitivamente ahora se movía más lento, pero eso solo lo hacía parecer más imponente. Gruñía de forma continua, expresando su ira hacia ellos.
“Maldita sea, qué situación de mierda, ¿eh hermano?”
“Estoy completamente de acuerdo.”
El mutante comenzó a atacarlos de manera muy metódica y tortuosa, como un gato jugando con un ratón. Ha Jin y Barrendero fueron forzados inmediatamente a la defensiva. Ni siquiera tuvieron la oportunidad de pensar o planificar algo.
‘Hasta ahora ocultó a propósito su verdadero patrón de ataque.’
Originalmente pensaron que podían superar la diferencia de sus habilidades físicas con buenas tácticas, pero ese ya no era el caso.
“¿Cuánto tiempo puede durar?”
“¿Unos minutos?”
“Debes sentirte bastante libre ahora que puedes pelear sin tener que preocuparte por infectarte. Hermano, tenemos que vengar a Jung.”
“También estoy de acuerdo contigo en eso. Ong, abre la puerta y que todos entren. Espera allí hasta que Yohan regrese.”
“Pero señores…”
“Salid. Vamos a pelear y nos aseguraremos de que caiga.”
“Naturalmente. Nos vamos a vengar de Jung.”
Barrendero sabía que definitivamente estaba infectado y no quería morir en vano. Quería llevarse al mutante a la otra vida con él e igualar el mercador. No iba a dejar que se escapara.
“Ugh…”
“Vamos. Un hombre adulto no debería llorar. Ong, Hyuk. Todos morirán si se quedan aquí.”
Hyuk fue el primero en recuperar el sentido y rápidamente se movió para que todos entrasen. Mientras lo hacía, Barrendero y Ha Jin atacaron al mutante una vez más. Lo golpearon, intentando que volviera a abrir la boca.
El cabo Ong se negó a irse, optando por apoyar al dúo con sus disparos.
El mutante se había acurrucado en una posición de tortuga, soportando todos los ataques se regeneraba. De repente, abrió los ojos y enfocó su ira en Ong. Con un salto poderoso, saltó hacia donde estaba de un solo salto.
“¡Maldita sea Ong!”
Hyuk todavía estaba haciendo pasar a la gente al edificio, pero se separó para ayudar al cabo Ong. Sin embargo, el mutante ya estaba ante su cara.
“¡Aléjate!”
Ong disparó a quemarropa, pero el mutante no se detuvo. El cabo cerró los ojos y miró hacia otro lado.
Al principio no lo notó, pero se escuchó el sonido de una motocicleta que se hacía cada vez más fuerte. Justo antes de que el mutante pudiera morder a Ong, la moto voló y chocó contra él en el aire.
Yohan cayó al suelo donde había saltado de la motocicleta y rodó varias vueltas antes de levantarse. Luego, se acercó para ayudar a Ong a ponerse de pie.
“Buen trabajo. Métete en el refugio.”
Inmediatamente se giró para enfrentarse al mutante, quien ya estaba lanzando otro rugido. Sacó una granada y la arrojó a sus fauces, pero esto hizo que el Tiburón cerrara la boca a toda velocidad.
Ahora estaba tropezando, sin duda debido a todo el daño que había sufrido. Yohan sacó su machete y corrió hacia el mutante, pero este se retiró rápidamente. Saltó hacia la oscuridad del bosque y desapareció en un instante.
Yohan frunció el ceño, pero se giró para atender a sus compañeros heridos. Uno había sido mordido en el hombre y el otro recibió el impacto de una garra en un costado.
“Dios, hermano, llegas tarde.”
“……”
“Hermano, estás sangrando.”
“No es mi sangre, no te preocupes.”
“¿Oh sí? Es mucha sangre.”
Yohan tenía una mirada complicada en su rostro. Las lesiones definitivamente conducirían a una infección. Ha Jin y Barrendero tenían expresiones sombrías mientras se sentaban en el suelo, sin palabras.
‘¿Voy a perder a Jung, Ha Jin y Barrendero al mismo tiempo?’
Aunque estaba justo frente a él, no quería creerlo. Eran las bases fundamentales del campamento y pronto iban a desaparecer, junto con sus esperanzas.
Yohan se sentó y se frotó la cara.
“No tenemos… Tiempo… Así que si tienen algo que decir, díganlo ahora.”
“Vénganos.”
“Voy a perseguir a ese bastardo hasta el infierno y volveré con vosotros. ¿Ha Jin?”
“Lo mismo.”
“Lo tengo…” – respondió Yohan. Por un instante no pudo evitar pensar que esos dos nunca iban a cambiar. No podía creer que esto estuviera sucediendo. Yohan ni siquiera podía sentirse triste, todo parecía demasiado surrealista.
“Sabes… Pensé que sentiría algo si me infectaba, pero me siento normal. De todos modos, hermanos, fue divertido mientras duró.”
“Espera… ¿No sientes nada?”
“¿Sí, ¿por qué?”
“Ha Jin, ¿tú tampoco?”
“Siento dolor. La herida es bastante profunda.”
“¿Cuánto tiempo ha pasado desde que se lesionaron?” – preguntó Yohan de golpe.
“Hm… ¿Diez minutos?”
‘Eso es raro. Si un mutante está cerca y alguien resulta herido, debería infectarse en cinco o diez minutos. Al menos ya deberían tener fiebre. - pensó, mientras levantaba su mano y la ponía en la frente de ambos hombres. – ‘No tienen fiebre en absoluto..’
Yohan se levantó de inmediato y le gritó al cabo Ong y Hyuk.
“¡Desinfectante y vendas!”
La pareja fue atada y llevada al refugio. Yohan atendió sus heridas, desinfectándolas y vendándolas como heridas normales.
“¿Que está pasando?”
“Cuando un mutante está cerca, la infección debe comenzar en los primeros cinco minutos. Primero debes sentir fiebre y luego la sangre comenzará a coagularse. Ya han pasado más de 10 minutos y no mostráis ningún signo.”
“Eso… No puede ser.”
“Podría ser su sistema inmunológico.”
Ha Jin y Barrendero habían estado preparados para la muerte, pero ahora la vida había vuelto a sus ojos. Era como si fueran empujados por un acantilado, pero lograron agarrarse a la raíz de un árbol mientras iban cayendo.
“Esperaremos un poco más.” – dijo Yohan. Pasaron diez minutos, luego veinte. No hubo cambios en su condición. Eran inmunes.
“Guau, este es un regalo que nunca esperé. Si lo hubiera sabido antes, no habría tenido que ser tan cuidadoso todo este tiempo.”
Yohan dejó escapar un gran suspiro de alivio.
Toda la tensión en su cuerpo se derritió. Era impactante que tres personas del mismo campamento fueran inmunes, pero no le iba a mirar los dientes a un caballo regalado. Miró a Ha Jin, que no parecía compartir la alegre reacción de Barrendero. Más bien, Ha Jin parecía devastado.
“¿Qué pasa hermano? No es esto un gran... Oh.”
Barrendero notó que Ha Jin estaba mirando su brazo protésico.
“¿Entonces por qué tuve que cortarme el brazo? Maldición…”
Ese día fue la primera vez que Barrendero y Yohan escucharon a Ha Jin maldecir.
* * *
El equipo de reconocimiento permaneció alerta toda la noche, pero el mutante no volvió a aparecer.
“¿Se rindió?”
“De ninguna manera.”
Todos los zombis y mutantes compartían un rasgo común. Nunca se detendrían hasta que mataran y se comieran a todos los humanos que pudieran encontrar. Aunque el Tiburón se había retirado debido a la fuerte resistencia que encontró, solo era temporal. El mutante todavía los consideraba sus presas.
“Volverá. Te lo puedo garantizar. Probablemente se esté recuperando. Apuesto a que su cuerpo todavía está entumecido.”
“Deberíamos conservar nuestra energía.” – comentó Ha Jin.
Yohan asintió con la cabeza. Si quisieran pelear en su mejor condición, tendrían que dormir un poco.
“Tomemos turnos para vigilar.”
Crearon tres grupos para rotar las guardias, con Yohan, Ha Jin y Barrendero liderando cada uno de los grupos. De esta manera, todos podrían dormir al menos ocho horas.
Así, si la vigilancia continuaba por mucho tiempo, podrían estar preparados para la batalla.
“Espero que esto no dure demasiado.”
A pesar de que tenían el lugar preparado, no fue diseñado para que fuera cómodo. Después de unos días, Yohan comenzó a sentirse un poco ansioso. Sus instintos nunca se equivocaron, por lo que estaba seguro de que el mutante todavía los estaba acechando. No estaba seguro de si estaba tratando de emboscarlos o si estaba buscando la oportunidad de cazar a algún rezagado.
Lo que estaba claro era que no podían quedarse encerrados en el refugio para siempre.
Los miembros del campamento estaban inquietos y la gente del equipo de reconocimiento estaban sufriendo graves daños mentales. Yohan se desperezó, se dio media vuelta y se despertó después de dormir tan solo cuatro horas.
Decidió discutir un nuevo plan con Ha Jin y Barrendero.
“Tengo una idea. No estoy convencido por completo de si funcionará, pero vale la pena intentarlo al menos una vez.”
Yohan les describió su idea sobre como cazar al Tiburón con una nueva arma.
“¿Funcionará?”
“No lo sabremos hasta intentarlo. A este ritmo, no podremos matarlo. Si sigue huyendo tan pronto como se sienta amenazado, terminaremos atrapados en esta situación una y otra vez. Tenemos que matarlo de un solo golpe.”
“Hm…”
“Es un arma hecha para derribar aviones de combate. Si recuerdas, incluso David resultó herido por las minas anti persona. No creo que el Tiburón pueda soportar un lanzagranadas de 25 kg.”
No era un plan en el que confiara por completo, pero al menos era emocionante.
“Vamos a intentarlo. Lo peor que puede pasar es que muramos.” – dijo Barrendero, riéndose.
“Sería bueno si los tres nos moviéramos juntos. Sin embargo, por si acaso, alguien debería quedarse aquí. Si aparece aquí, no luches. Solo trata de ganar tiempo.” – dijo Yohan. Ha Jin y Barrendero se miraron.
“Quédate aquí.”
“Te quedas, hermano.”
Hablaron al mismo tiempo. Hubo una pausa y luego la pareja volvió a hablar a la vez.
“No, yo debería ir.”
“No te excedas, hermano.”
“Necesito vengarme del tipo que se llevó mi brazo.”
“El que te quito el brazo fue…”
La voz de Yohan se apagó.
Iba a decir David, pero si lo pensaba con claridad, quien se llevó su brazo fue el propio Ha Jin. Al pensarlo un poco más, Yohan se dio cuenta de que debería haber sospechado sobre la inmunidad de Ha Jin mucho antes.
Como Min Seo había demostrado, el Gremlin definitivamente causaba una infección atmosférica. A pesar de las múltiples lesiones que le causó la banda de la Luna Dorada, Ha Jin estuvo bien todo el tiempo.
“Ha Jin irá conmigo. Todavía recuerdo nuestra pelea con David.”
“Hm. De hecho, fue una pelea que se parece mucho a las artes marciales.”
“¿En serio…? – preguntó Barrendero, incrédulo. Yohan se encogió de hombros.
“Barrendero, te dejaré este lugar.”
“De acuerdo. Déjamelo a mí.” – dijo Barrendero con confianza.