jueves, 13 de agosto de 2020

Survival Capítulo 121

3ª parte: Etapa apocalíptica
Capítulo 121
Hilo enmarañado VI
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por AMarauder

Yohan y Ha Jin cortaron el viento montados en sus motocicletas. Sentía una sensación de frío en la espalda que lo hizo sentir incómodo. Sentía que los estaban siguiendo. “¿Nos siguen?” – preguntó Ha Jin, viendo a Yohan mirar hacia atrás. “Eso creo.” – respondió Yohan. Aunque no podía verlo, podía sentir su presencia. “¡Uaaargh!” Yohan se inclinó hacia un costado cuando hizo un giro brusco repentino y aceleró para dirigirse a un área abierta donde el mutante no tenía dónde esconderse. Y, como esperaba, poco después pudieron ver la grotesca figura del Tiburón corriendo tras ellos a cuatro patas. Parecía un leopardo persiguiendo a su presa mientras iba tras ellos. ‘Su velocidad y resistencia son ridículas…’ El mutante no solo se mantenía a la altura de la motocicleta, sino que los adelantaba. Era el mejor mutante que había conocido, lo que lo convertía en el peor contra el que luchar. Yohan hizo zigzags con la motocicleta, como si estuviera haciendo una actuación y condujo al mutante al lugar que tenía en mente, un área justo en frente del buque de guerra. “Ha Jin, te lo dejo a ti.” “¿Cuánto tiempo?” “Cinco minutos deberían ser suficientes.” “¿Suficiente para que me maten?” “Si mueres, te enterraré en un bonito lugar soleado donde las alondras canten bonitas canciones todo el día.” “Gracias…” Pisó el freno y deslizó la motocicleta hacia un lateral hasta detenerse. Ha Jin saltó y Yohan volvió a acelerar la moto una vez más para dirigirse hacia el barco de guerra. Ha Jin se encontró de frente con el mutante que los perseguía. A medida que el tiburón se acercaba, pudo sentir que todo su cuerpo se adormecía, como si estuviera aturdido. Sentía como si un mutilado estuviera a punto de enfrentarse a un depredador que estaba en la cúspide. Sacó la hoja oculta en su brazo protésico y, con su brazo sano, agarró el escudo de hierro que estaba atado a su espalda. Sujetó el escudo con fuerza. La herida de su costado todavía le molestaba, pero era un dolor que podía ignorar. “Ven a mí.” Ha Jin se movió ligeramente hacia atrás y se preparó para el impacto. No trató de esquivarlo. Pudo ver la enorme figura del Tiburón acercándose. 50 metros… 30 metros… 0 metros… Con un fuerte choque, el Tiburón cargó con todo lo que tenía e impactó contra el escudo de Ha Jin. Fue una colisión violenta y Ha Jin sintió el impacto en lo más profundo de sus huesos. Sus pies cavaron una línea recta en el suelo cuando lo empujaron hacia atrás, pero logró soportarlo. “Has perdido algo de tu energía.” El mutante estaba más débil que hace unos días. Probablemente todavía se estaba recuperando de la granada que se tragó en su encuentro anterior. Puede parecer inteligente, pero un zombi seguía siendo un zombi. Apareció a pesar de no estar al 100 por cien. Si fuera realmente inteligente, habría esperado hasta que su resistencia y su cuerpo se hubieran recuperado por completo. Con un sonido metálico, el escudo de Ha Jin golpeó al tiburón en la cabeza. Se sentía como si estuviera golpeando una roca y notó como su mano se entumecía por el impacto. “¡Iaaaaaah!” El mutante rugió. Fiel a su naturaleza, solo le importaba comerse al humano que tenía justo delante. Ese deseo era tan poderoso que ocupaba toda su atención. ‘Gracias.’ Ha Jin estaba agradecido de que se apegara a sus instintos básicos. Aumentaba sus posibilidades de ganar. El escudo golpeó al mutante de nuevo, esta vez en el cuerpo. Hubo otro fuerte sonido metálico y su mano se entumeció de nuevo cuando lo golpeó con tanta fuerza como fue capaz, pero el mutante no se movió en absoluto. Su ataque no fue muy efectivo. El mutante respondió. Su garra volvió a serpentear, pero esta vez el mutante no estaba ocultando su truco. Ha Jin giró su escudo horizontalmente para desviar el ataque. Luego lo dejó caer y agarró una de las piernas del tiburón y comenzó a girarlo. “¡Iaaaaaah!” El mutante rugió, mostrando su disgusto cuando Ha Jin lo obligo a rotar. “¡Aaaaah!” Ha Jin también rugió. Era como si los dos luchadores hubieran hecho una apuesta sobre quién podía gritar más fuerte. “¡Iaaaaah!” “¡Aaaaaaaah!” Yohan miró por el espejo retrovisor mientras sonaba el rugido. No sabía por qué los dos estaban gritando, pero estaba contento de que Ha Jin estuviera haciendo un buen trabajo para ganar tiempo. ‘Qué monstruo.’ – pensó Yohan. No estaba pensando en el mutante. Según Ha Jin, Yohan y Barrendero no parecían humanos. Sin embargo, para Yohan, era la capacidad de lucha de Ha Jin la que era sobrehumana. El cuerpo del mutante era tan duro como el hierro. Ni siquiera podía empezar a imaginar lo pesado que era. Sin embargo, de alguna manera, Ha Jin pudo levantarlo con un brazo y lanzarlo. Sus habilidades, su fuerza monstruosa. Era como uno de esos personajes de cómics que podían hacer flexiones en posición vertical mientras come sin parar. Yohan recuperó los suministros del Mistral en el almacén de municiones del barco y comenzó a cargar municiones pesadas en la lanzadera. Quitó la cubierta impermeable de la artillería y la preparó para la acción. No pudo evitar sentirse ansioso cuando la máquina se puso en marcha. Aunque era un arma tierra-aire, había escuchado que también se podían hacer ataques tierra-tierra. ‘¿Funcionará?’ Yohan había torturado a sus enemigos para aprender a usar diferentes tipos de armas y máquinas de guerra. Los había matado para evitar posibles problemas en el futuro y esperaba no empezar a lamentar esas acciones ahora. El Mistral era todo lo que tenían, nadie más podía sacar provecho del armamento del barco. El sistema electrónico de selección de objetivos emitió un pitido cuando cobró vida. Varios iconos se iluminaron y comenzaron a parpadear frente a Yohan. El giroscopio chilló de forma amenazadora mientras giraba el lanzador hacia su objetivo. “¡Ha Jin! ¡Listo!” “¡Aaaaaah!” Ha Jin apenas logró defenderse de otro ataque del mutante cuando la voz de Yohan llegó por la radio. Usó lo último de su fuerza para empujar al Tiburón hacia atrás y arrojar una granada de humo al suelo. El humo obstruyó el sentido de la vista y del olfato del mutante. Rugió histérico mientras se movía a ciegas, tratando de encontrarlo. Ha Jin corrió con habilidad a través del humo y saltó en dirección a un todoterreno estacionado cerca. El mutante escuchó sus movimientos e intentó perseguirlo, pero Ha Jin ya había encendido el vehículo y pisó el acelerador. El motor del coche rugió cuando el odómetro del tablero se movió hasta el rojo. El todoterreno se sacudió hacia adelante y se estrelló de frente contra el mutante. El Tiburón rebotó en el parachoques delantero, rodó sobre el parabrisas y el techo del vehículo y cayó por detrás. Dejó una gran abolladura en el parachoques delantero y el capó del todoterreno parecía que se desprendería en cualquier momento. El mutante rodó por el suelo y rugió al vehículo que huía mientras luchaba por ponerse de pie. “¡Iaaaaaaaaaah!” ‘Parece enojado.’ Ha Jin clavó el pie en el pedal hasta el fondo para acelerar el todoterreno lo más rápido posible a lo largo de la costa. El mutante lo persiguió. Mientras tanto, Yohan apuntó al mutante con el sistema de focalización infrarroja del Mistral. “Por favor, detéctalo.” Pero el ángulo era demasiado bajo. Yohan ya había establecido el ángulo de lanzamiento en su configuración más baja posible y todavía no era suficiente. Mientras tanto, Ha Jin corrió hacia un acantilado. Su manera de conducir era impresionante, costaba creer que lo estuviera haciendo con una sola mano. La camioneta se lanzó al aire, flotó por un instante y luego se sumergió en el océano. ‘Por favor… salta. ¡Salta!’ Era el escenario que esperaban. Si las cosas no salían según lo planeado, todo terminaría arruinado. Afortunadamente, el mutante persiguió al vehículo sin dudarlo. Después de todo, el océano era su dominio. Cuando el mutante saltó por el acantilado, el sistema de selección de objetivos parpadeó y se encendió. Tan pronto como detectó un objetivo, Yohan apretó el botón y una gran explosión sacudió el buque de guerra. El misil guiado disparado desde el Mistral, silbó por el aire. Voló como un avión de combate, dejando un rastro de humo mientras corría hacia su objetivo. Pasó por delante del mutante y Yohan sintió que todo se ralentizaba hasta el punto en que cada milisegundo duraba demasiado. De repente, el misil dio un giro en U y se lanzó sobre el tiburón mutante. Una segunda explosión sacudió el buque de guerra. Yohan tuvo que cerrar los ojos por la luz cegadora, pero, cuando los abrió de nuevo, pudo ver que había una nube humeante sobre la superficie del agua. Pedazos y trozos del mutante se esparcieron por el aire y cayeron sobre el océano como flores de cerezo. Yohan salió rápidamente del Mistral y regresó junto a su moto. A continuación, condujo sobre los acantilados, hasta ver a Ha Jin, empapado y tosiendo agua salada del mar. Yohan se derrumbó en el suelo. Sintió que sus rodillas cedían cuando lo inundó una sensación de alivio.
* * *
La batalla contra el tiburón mutante había terminado. Fue una pelea mucho más espantosa que la que mantuvieron contra David o la que tuvieron contra la Unión de Supervivientes de Seúl. Yohan y Ha Jin observaron el océano con atención, asegurándose de que el mutante no se regenerara a partir de los diminutos trozos de carne esparcidos entre las olas. Después de confirmar que estaba definitivamente muerto, regresaron al refugio y realizaron un funeral para Jung y Ah Young en Sindo. Hasta ese momento, solo habían prestado servicios funerarios a los muertos ofreciendo un solo vaso de alcohol. Sin embargo, esta vez, Yohan quería tener un funeral adecuado para sus compañeros más cercanos. “Sniff, sniff…” A pesar de que habían ganado, todos se sentían miserables. Nadie tenía ganas de hablar. Los miembros del campamento de Sindo estaban llorando o fumando un cigarrillo en silencio, mientras miraban al cielo para desconectar. No hubo excepciones. Después de todo, era la muerte de una joven estudiante y el hombre que se había convertido en el apoyo mental del campamento. Rompió los corazones de todos los supervivientes. La gente había llegado a depender más de Jung que de Barrendero, Yohan o Ha Jin. A pesar de que el trío eran aliados confiables, su fuerza y sus habilidades sobrenaturales dificultaban que las personas se acercaran a ellos. En cambio, la gente se había apoyado en Hyuk, Saeri y Jung Hwan. Parecían ser normales y eran fáciles de tratar. Luchaban con todo lo que tenían, a pesar de que eran personas comunes y corrientes. Jung se había encargado de cuidar y velar de todos y cada uno de los miembros del campamento, mucho más que el resto de miembros del equipo de reconocimiento. Por lo tanto, no hubo una sola persona en Sindo que no se viera afectada por su desaparición. Había sido el que construyó el bloqueo inicial en las escaleras mecánicas del centro comercial, salvando a la gente de allí mucho antes de que llegara Yohan. Se había sacrificado voluntariamente en el aparcamiento durante la primera oleada zombi para que los supervivientes más jóvenes pudieran retirarse y cerrar la puerta de manera segura. Estuvo en la línea del frente en cada batalla e incluso mató a uno de los miembros principales de la Unión de Supervivientes de Seúl. Había sobrevivido hasta aquí. Sin embargo, al final, fue atraído hacia el sueño eterno en esta isla. Crearon dos nuevas tumbas en Sindo para los cuerpos de Jung y Ah Young que fueron enterrados uno al lado del otro. Encontraron unas flores blancas que nadie pudo identificar y las colocaron sobre las tumbas antes de verter un vaso de alcohol. Los enterraron con algunos objetos que usaban a menudo. Saeri y Ji Hye, quienes habían estado bastante cerca de la pareja, lloraban sin cesar frente a sus tumbas. Hyuk estaba mirando hacia el suelo con una expresión miserable. “Uf…” Yohan apagó su cigarrillo. “¿Seremos capaces de sobrevivir así? ¿Por cuánto tiempo?” – murmuró alguien, amonestándose a sí mismo. Sin embargo, Yohan no pareció darse cuenta. ‘Hazlo correctamente, Jung.’ ‘Lo siento Yohan.’ Yohan solo se dio cuenta ahora de que las palabras que más escuchó de Jung fueron lo siento. ‘Solo quería mantenerte a salvo. Fui duro contigo porque no quería que murieras.’ Yohan no lloró. Ya había demasiadas personas llorando por él. Aun así, sintió como un terrible dolor perforaba profundamente su corazón.
* * *
Después de mucho tiempo, Yohan se puso de pie y se sacudió el polvo. La gente podía maldecirlo y decirle que tenía un corazón frío, pero alguien tenía que hacerlo. Un día era más que suficiente para llorar a los muertos. Todavía necesitaban seguir sobreviviendo. Todavía quedaban las secuelas de su batalla. Los zombis del barco de pasajeros aún podrían flotar hasta la costa a pesar de que el barco se hundió en medio del océano. En el sueño de Lina salían algunos zombis hinchados con agua de mar, pero que aún caminaban. El equipo de reconocimiento no podía darse el lujo de tomarse un descanso. Patrullaron la costa y se encargaron de todos los zombis que salieron del océano. Recogieron todos los cuerpos y los quemaron. Para cuando salió el sol a la mañana siguiente, casi todos los miembros del equipo de reconocimiento estaban agotados y desmayados sobre sus camas. Sin embargo, Saeri, Ji Hye y Hyuk todavía estaban junto a la tumba de Jung. “Entrad y dormid un poco. Por favor. Dejad de actuar como críos.” – dijo Yohan. Era algo despiadado decirlo, pero era el tipo de persona que podía salirse con la suya. Uno por uno, los dolientes se pusieron en pie. “Espera…” Saeri se irguió de forma vacilante y se acercó a Blackie, que todavía estaba sentada junto a la tumba. El perro había perdido a su familia y lloriqueaba sin parar, casi como si se reprendiera a sí mismo por no poder proteger a su dueño. “No es tu culpa.” – dijo Saeri consolando al perro mientras le acariciaba suavemente su espalda. Sin embargo, Blackie continuó gimiendo. “Terminará muriéndose de hambre si nadie lo cuida. ¿Alguien quiere llevárselo?” – preguntó Yohan. Todos se miraron unos a otros por un momento antes de que Saeri levantara la mano. “Yo me ocuparé de él.” Yohan frunció el ceño levemente. “¿Qué pasa con esa expresión? ¿No crees que pueda cuidar de un perro?” “Te lo he dicho antes, ¿verdad?” “¿Qué?” “A veces eres muy ingeniosa.” Saeri miró a Yohan, pero estaba demasiado exhausta para seguir así. Agarró a Blackie e intentó apartarlo de las tumbas, pero el perro empezó a gemir con más fuerza y Saeri alzó las manos en el aire, sin saber qué hacer. Al final, Yohan agarró al perro por la nuca. “Ni siquiera pudiste proteger a tu dueño. Si te escapas de nuevo, te meteré en el almacén, ¿entendido? Como alimento de emergencia.” Blackie continuó gimiendo, pero no pudo escapar de las poderosas manos de Yohan. “Desalmado.” Yohan levantó al perro y se lo entregó a Saeri que abrazó a Blackie con fuerza. “Que sea un perro de pelea, no un perro de caza. No necesito un perro de caza que se escape durante una pelea.”