Volumen 10 Capítulo 3
Noticias en Corea
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
En la sala de control de la Asociación de Cazadores de Japón.
El interior de la sala de control estaba envuelto en un silencio sepulcral; no se podía escuchar ni siquiera un chirrido. No era una exageración decir que todos los empleados se habían olvidado de respirar.
Todos sus nervios estaban concentrados en la gran pantalla que tenían delante de sus ojos.
Glup
Glup
Solo los sutiles sonidos que hacía la saliva al pasar por sus gargantas se podían escuchar de vez en cuando.
Las imágenes de la pantalla gigante mostraban la imagen en directo de Shinjuku, tomada desde la cámara de detección de energía mágica del satélite espía que apuntaba hacia la Tierra desde el espacio.
La cámara mostraba la energía mágica de la zona en forma de esferas de luz. Cuando más fuerte fuera la energía, más brillante sería la esfera. Del mismo modo, una energía mágica débil daría lugar a una esfera de luz más pequeña.
No había nadie en la sala de control que no supiera lo que representaba esa enorme esfera de luz que se encontraba en el centro de Tokio.
En ese momento casi mil esferas de luces más pequeñas se reunieron y se situaron justo en frente a esa bola de luz. Todos los miembros del personal de la Asociación que vieron ese enorme número de luces palidecieron de miedo.
“Es… Eso son… ¿Son las invocaciones del cazador Sung?”
“Oh Dios mío…”
“Así por encima… ¿son más de quinientos?”
El presidente de la Asociación, Matsumoto, inclinó silenciosamente la cabeza hacia el empleado del departamento de análisis que estaba sentado a su lado.
“¿Cuál es el número exacto de sus invocaciones?”
“Hay demasiados puntos que se superponen entre sí, así que es complicado dar un número exacto, pero creo que son más de ochocientas.”
Ochocientas criaturas.
Si el miembro del departamento de análisis de datos se le ocurrió las palabras ‘más de’ para expresar esa oración, el número debía considerarse como el valor mínimo. Pero incluso si consideraba esa cifra como el valor real, eran más del doble de convocaciones que había mostrado en la isla de Jeju.
Matsumoto estaba asombrado en su interior.
‘¿Ha duplicado su número de invocaciones en tan poco tiempo?’ – pensó mientras se secaba la boca con su mano temblorosa. No, para empezar, no era normal aumentar el número de criaturas que podía convocar.
Si este hombre fuera considerado su enemigo no habría podido ver una salida, pero pensando que era un aliado, se sintió aliviado. Era afortunado que el cazador Sung Jinwoo le hubiera agraciado a Japón con su misericordia.
El presidente de la Asociación apenas se recuperó del impacto mental, antes de volver a mirar hacia la pantalla principal.
Los puntos más pequeños de luces avanzaron hacia la gran esfera de luz. Era el comienzo de la batalla entre las convocaciones del cazador Sung y el gigante que custodiaba la Puerta.
Con las palmas de las manos empapadas en sudor, todos los presentes observaron el espectáculo de puntos de luces que se enredaban y se retorcían de forma interminable entre sí.
Y, Al final… El gran pilar de luz parpadeante… Desapareció.
“¡Uaaaaaaah!”
Como si hubieran esperado a ese momento, los vítores estallaron por toda la sala de control. Los empleados se abrazaron, lloraron, se rieron y se regocijaron sin disimulo. Al fin la isla de Japón había sido liberada del horror de los monstruos gigantes.
Y todo eso había sido obra de un solo cazador coreano.
“……”
El presidente Matsumoto, se limitó a mirar la pantalla en silencio con la boca cerrada y a asentir con la cabeza.
Cuando su plan salió mal por culpa de Jinwoo, culpó al cielo por no haber dado un cazador así a Japón, pero ahora estaba realmente agradecido que hubiera nacido un cazador así en Corea.
‘Si no fuera por él, a estas alturas, Japón…’
El presidente de la asociación se estremeció por las imágenes que pasaron por su mente antes de coger el teléfono para realizar lo último que le quedaba por hacer.
La llamada se descolgó rápidamente.
- ¿Cómo le fue?
La voz tensa del primer ministro japonés fluyó a través del auricular.
El presidente de la asociación Matsumoto le informó de los resultados con una voz ligeramente ahogada por la emoción.
“Japón… La crisis de Japón ha terminado, señor.”
Más allá del auricular, se escucharon fuertes gritos llenos de alegría. Sin embargo, el primer ministro habló con voz digna, haciendo todo lo posible por ocultar sus emociones.
- Buen trabajo, presidente Matsumoto. Pero eso no reducirá las responsabilidades de sus actos.
“Por supuesto señor.”
Ya había tomado una decisión.
Era obvio que el general que no lograba matar al comandante enemigo tendría que ofrecer su cuello como compensación. Además, ¿qué pasaría si ese comandante enemigo terminaba salvando a su propio país?
Ante esa completa derrota, Matsumoto Shigeo no pudo dar ninguna excusa.
“Señor, con mucho gusto aceptaré cualquier castigo. Ese… es mi último deber que me queda por hacer.” – respondió en voz baja.
* * *
La noticia de que todos los gigantes fueron asesinados se anunció de inmediato. Desde el vecino más cercano a Japón, Corea del Sur, hasta Brasil en América del Sur, al otro lado del mundo.
Todo el planeta escuchó la hazaña de Jinwoo.
¡Un solo cazador rescata a toda una nación!
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En las redes sociales se agitaron preguntándose si había aparecido un nuevo cazador a nivel de rango de autoridad especial. La diferencia en esta ocasión es que, a diferencia de lo que ocurrió tras la incursión a la isla de Jeju, esa sugerencia no la hacían únicamente los coreanos.
En el estado de Maryland, en la mitad oriental de los Estados Unidos.
Los cazadores estadounidenses terminaron con éxito su incursión a la puerta de rango S y se dirigían hacia la fiesta de celebración organizada por el gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo, todos estos Cazadores no entraron a la fiesta y se limitaron a quedarse junto al salón del hotel viendo la televisión que se encontraba en el vestíbulo. Estaban contando las noticias que llegaban de Japón.
Tenían las bocas abiertas de par en par.
“¿Qué?”
“De ninguna manera… Eso no tiene ningún sentido.”
No podían creérselo.
Yuri Orlov, el cazador de soporte más famoso del mundo, murió en un abrir y cerrar de ojos sin poder hacer nada. En ese momento, los ágiles movimientos del enorme gigante fueron captados por la cámara. Con esa velocidad, incluso la palabra monstruo no era suficiente para definirlo.
Entonces, ¿Cómo era posible que un cazador de rango S pudiera matar solo a una criatura tan absurda?
El cazador Sung Jinwoo, junto a Yoo Jinho, otro cazador de rango D, llegaron a Japón el mismo día…
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No, en realidad sería mejor si lo hubiera hecho solo. Era todavía peor haberse deshecho de todos esos monstruos con un cazador de rango D a su lado.
Simplemente era demasiado increíble.
Desafortunadamente, no tuvieron más remedio que creerlo, porque las cámaras continuaron mostrando las escenas de los ciudadanos japoneses derramando lágrimas de alegría para expresar su entusiasmo. Y, por último, las imágenes cambiaron para mostrar el cadáver del titán, que actualmente yacía tendido en el suelo.
“¡Ah!”
Los tres cazadores de rango S gruñeron casi simultáneamente, haciendo complicado saber quién había sido el primero. Solo ahora podían creerse realmente que el monstruo había sido asesinado de verdad.
“Ah, vosotros. Estabais aquí.”
Las tres personas volvieron la cabeza a la vez al escuchar la voz que llegaba desde un lateral. Sus ojos también se agrandaron.
“Thomas…”
Thomas André se colocó ante ellos y, con una sonrisa, les mostró un trozo de papel.
“Qu… ¿Qué es esto?”
“La nota que indica los resultados de la apuesta.”
“¿Eh…?”
Independientemente de las reacciones de los tres cazadores, Thomas había anotado cada una de sus apuestas.
“Tú un yate, tú una casa y tú…”
Thomas André miró directamente al tercer cazador y comenzó a rascarse un lado de la cabeza con la punta de su bolígrafo.
“¿Tú que apostaste?”
El cazador señalado tragó saliva.
“En realidad… No aposté nada.” – dijo apresuradamente.
“¿Y qué tal esa bonita corbata?”
“Yo no…”
“Tú corbata.”
“No, espera, yo…”
Thomas André se bajó un poco las gafas de sol y lo miró en silencio, haciendo que el Cazador cerrara la boca. Había sido testigo del poder de Goliat para derrotar bestias de rango S con las manos desnudas.
Este cazador no tenía el menor deseo de enfrentarse a una persona que podía caminar por una mazmorra de rango S como si fuera una mazmorra de bajo rango.
“Tu corbata.”
Con el rostro lloroso, el cazador se desabrochó la corbata.
Poco después, Thomas entró al restaurante del hotel mientras silbaba para sí mismo antes de descubrir una cara familiar y detenerse a su lado. Era Laura, la gerente a cargo de la gestión de los mejores cazadores del gremio Carroñeros.
“¿Qué te parece mi corbata?” – preguntó cunndo la tuvo a su lado, mientras le mostraba su nueva corbata.
“Parece cara, pero no le queda bien a la camisa hawaiana.”
“¿De verdad?” – contestó con indiferencia. A continuación, desató la corbata alrededor de su cuello y la arrojó dentro de un cubo de basura cercano. – “Pensé lo mismo.”
Laura había estado observando cómo respondía Thomas desde hace mucho tiempo. Así que no hizo caso de su reacción y se limitó a declarar la razón por la que estaba aquí.
“Tenemos un problema.”
“¿Un problema?”
Thomas André levantó la cabeza.
Su experiencia le decía que ese problema no sería pequeño dado que Laura no había usado su teléfono y se había presentado en persona para informarle.
“¿Qué pasa?”
“Se ha publicado la lista de gremios invitados por la Agencia federal de cazadores para la conferencia internacional de gremios de este año y se ha incluido al gremio Ahjin de Corea.” – respondió Laura nerviosa.
“El gremio… ¿Ahjin?” – preguntó con voz seria. De repente, tuvo un mal presentimiento.
Laura asintió.
“Sí. Es el gremio creado por el cazador Sung Jinwoo.”
Lo sabía. Sus males presentimientos nunca le habían fallado.
“Supongo que vendrá a los Estados Unidos.” – dijo Thomas con el ceño fruncido.
* * *
En un pueblo de la prefectura de Ishikawa.
La entrada del pueblo había estado repleta de gente desde primera hora de la mañana y ya no quedaba suficiente espacio para caminar.
“¿Que está pasando? ¿Para qué están todos aquí?” – preguntó uno de los aldeanos que no sabía qué estaba pasando, a sus vecinos, mientras miraba a su alrededor. En este momento, la gente debería estar bastante ocupada reconstruyendo la aldea, pero en cambio estaban todos reunidos aquí.
Teniendo en cuenta que los aldeanos habían estado trabajando duro para quitar los escombros de un edificio derrumbado, no pudo evitar sentirse nervioso por este nuevo desarrollo.
“Verás, la cosa es…” – dijo una señora amable abriendo los labios. Pero cuando estaba a punto de explicárselo todo vieron un vehículo apareciendo por el camino que conducía a la aldea y comenzó a gritar mientras lo señalaba. – “Oh, ¡dios mío! ¡Ahí están! ¡Vienen!”
* Murmullo *
* Murmullo *
Los aldeanos descubrieron el vehículo y comenzaron a armar un escándalo.
Al ver la emoción dentro de sus ojos y toda la atmósfera que lo rodeaba parecía como si estuvieran aquí para darle la bienvenida a un pariente perdido que vivía en una tierra lejana.
El aldeano estaba confundido.
‘Es imposible que todos tengan al mismo pariente.’
El hombre se secó el sudor con la toalla que llevaba alrededor de su cuello mientras los observaba perplejo.
“¿Entonces quien viene?”
“Viene el cazador.” – dijo el aldeano que estaba a su lado, frustrado.
“¿Cazador? ¿Qué cazador?”
“¿De qué cazador crees que estoy hablando?”
Cuando el vehículo se acercó, los aldeanos levantaron las manos y lo recibieron de todo corazón. Todas sus expresiones mostraban genuina felicidad y gratitud.
‘Podría ser…’
Solo entonces el aldeano pudo darse cuenta de quién venía a visitar el pueblo. Su cabeza se volvió hacia atrás sin darse cuenta. Ahí, vio lo miserable que había quedado la aldea después de ser medio destruida por los gigantes. También había máquinas en reposo y equipo de construcción inmóvil dispersos por el pueblo.
Si no hubieran intervenido para detener al gigante, seguramente no habría quedado nada de su ciudad natal. Su hogar, lleno de innumerables recuerdos de su vida, podría haber sido borrado sin dejar rastro: La escuela a la que fue de pequeño, el camino por el que iba a su lugar de trabajo.
Si lo pensaba, una cierta emoción surgió desde lo más profundo de su ser.
‘¿Esa persona realmente viene para aquí?’ – pensó mientras fruncía la nariz.
>¡Zius!
Rápidamente, volvió la cabeza hacia la carretera.
Que los aldeanos se reunieron para darle la bienvenida no fue algo que organizaran sus superiores, ni era una representación para mostrar a los demás. No, estaban aquí porque su corazón les dijo que lo hicieran. Fueron sus pensamientos de gratitud lo que hizo que sus piernas se movieran.
De repente, el hombre se quitó la toalla que tenía alrededor de su cuello y la agitó en el aire mientras gritaba con fuerza hacia el vehículo que se acercaba.
“¡Uaaaaaaaah…!”
Aunque el todoterreno de alta gama de color negro que rodaba por la carretera era nuevo, estaba cubierto por una gruesa capa de polvo y barro. Parecía que había estado usándose durante diez años.
Las palabras ‘Asociación de cazadores de Japón’ estaban escritas en la matrícula en lugar de números, estaban cubiertas por tanto barro que resultaban casi imposible de leer.
Las duras condiciones en las que se encontraba el todoterreno parecían contar la amarga y sangrienta historia que había presenciado en los últimos días y que, a su vez, reconfortaban y suavizaban los corazones de los aldeanos.
Los más emocionados incluso comenzaron a derramar lágrimas.
Poco después, la camioneta que se había estado moviendo con habilidad se detuvo ante la multitud.
Chiiiiiii
“¡Uaaaaaah!”
“¡Cazador!”
Con unas gafas de sol, Yoo Jinho se bajó del asiento del conductor mientras recibía una calurosa bienvenida. Se aseguró de agitar sus manos hacia cada uno de los aldeanos para saludar.
“¡Cazador!”
Un empleado de la Asociación de Cazadores Japoneses que esperaba a que llegara el grupo de Jinwoo logró abrirse paso entre la multitud y se colocó frente a Jinho.
“Af… Af…”
Respiraba con dificultad, pero recuperó el aliento y se enderezó.
“¿Eres el cazador Sung?”
El empleado de la Asociación estaba hablando en japonés, pero afortunadamente, Jinho pudo reconocer algunas de las palabras que acababan de pronunciar.
“No.” – respondió sacudiendo tranquilamente la cabeza, antes de levantar el dedo y señalar hacia el cielo.
“Ah.”
Iaaaaaack
Kaisel lanzó un rugido alegre como si respondiera a su llamada.
“Qu… ¿Qué diablos es eso?”
“¡Ah!”
Como decía el refrán, ‘hay que andar con pies de plomo’. Los aldeanos habían estado viviendo con miedo a los gigantes y cuando vieron una gran forma de vida negra volando en el aire, sus hombros se estremecieron con horror.
Afortunadamente para ellos, Kaisel se limitó a permanecer dando vueltas sobre sus cabezas y no hizo nada más.
¡Iaaaaaaaaack!
Los aldeanos se dieron cuenta de que Kaisel no pretendía hacerles daño, así que continuaron mirando hacia arriba con ojos desconcertados a pesar de lo asustados que estaban.
Fue entonces… Una forma humanoide oscura saltó desde la espalda de Kaisel.
¡Bam!
Los aldeanos abrieron los ojos de par en par al ver a Jinwoo aterrizar suavemente con la Autoridad del soberano.
“……”
En particular, el empleado de la asociación que se encontraba más cerca de Jinwoo se quedó inmóvil mientras sujetaba con fuerza los extremos de sus gafas. Era incapaz de hablar.
“Hermano, este caballero te estaba buscando hace un momento.” – dijo Jinho, mientras hablaba en su nombre.
“¿En serio?”
Jinwoo se dio la vuelta y se situó frente al empleado de la Asociación.
Tardó en recuperar el ingenio después de ver a Jinwoo acercarse, pero cuando se recuperó negó con la cabeza rápidamente. Los superiores le avisaron de que nunca cometieran un error con este cazador.
El empleado logró deshacerse de todos los pensamientos que lo distraían y formó una expresión solemne antes de inclinar la cabeza.
“Es un honor, cazador Sung. Mi nombre es Hiroshi Tanaka de la Asociación de Cazadores Japoneses, sucursal de Kanazawa.”
Levantó la cabeza y explicó el propósito de que viniera a saludar al dúo coreano.
“Señor cazador, tengo la tarea de guiarlo durante la visita de hoy. Estaré a su cuidado.”
Por supuesto, todas sus palabras estaban en japonés. Jinwoo volvió a mirar a Jinho y este le devolvió la mirada sin decir ni una palabra.
“……”
“……”
Jinwoo vio la sonrisa brillante y despreocupada en el rostro de Jinho y escupió un largo gemido. Se dio cuenta de que el niño no tenía la mínima intención de entender lo que decían los japoneses.
Sin otras opciones, Jinwoo convocó a un soldado sombra que podía actuar como intérprete japonés.
‘Mi rey…’
Beru emergió de la sombra y cortésmente inclinó la cabeza. Terminó de saludar a su soberano y se dio la vuelta para mirar al empleado de la Asociación.
‘Me ocuparé de este hombre’
‘No, espera. Cuando dices eso suena como si quieras hacer otra cosa…’
Jinwoo no fue el único en pensar de esa manera, porque no solo el empleado de la Asociación, sino que las expresiones de los aldeanos se congelaron al ver su imponente figura.
“Humano.” – dijo Beru, volviéndose hacia el empleado de la Asociación – “¿Qué le quieres decir a mi señor?”
Los aldeanos jadearon de asombro simultáneamente. Hasta Jinho fue tomado por sorpresa, ya que nunca había visto hablar a un soldado sombra.
“Hermano… ¿Ese tipo pudo hablar todo el tiempo?”
“¡Ah!”
Jinwoo asintió.
Hablaba en un japonés tan fluido que no sería un problema pensar que Beru era un nativo de la isla si no fuera por su tono de voz monstruoso.
‘En realidad…’
En ese momento Jinwoo pensó que era algo natural, Beru había digerido más japoneses que coreanos, así que podía verse como un resultado inevitable. Sin embargo, por alguna razón, sintió que se estaba desarrollando un dolor sordo en la cabeza y comenzó a masajearse la frente lentamente.
Mientras tanto, Beru intercambió algunas palabras con el empleado de la Asociación y se dio la vuelta para dirigirse a Jinwoo.
“Oh, mi rey. Este humano tiene la tarea de guiarte a través de esta aldea. Jura servirte con todo su corazón.”
“Vale. ¿Qué le dijiste para que su cara terminase completamente blanca?”
“Le advertí que si se atreve a cometer traición lo devoraré por completo, desde la punta de los dedos del pie hasta el pelo, mi rey.”
“Ya veo…”
Bueno, no importaba, siempre que se hubiera comunicado con éxito, estaba bien.
“Por aquí, por favor.” – dijo el empleado de la Asociación con cautela, mientras miraba con temor a Beru.
Jinwoo encontró bastante desafortunado que el rostro del empleado hubiera palidecido hasta un grado tan lamentable, y asintió con la cabeza.
“Sí.”
Con la ayuda del empleado, el grupo de Jinwoo fue llevado hasta una instalación de almacenamiento abandonada ubicada en algún lugar dentro de la aldea. El cadáver de un gigante yacía boca arriba dentro de la estructura en ruinas.
“Está aquí.” – dijo el empleado señalando el cadáver. Jinwoo se acercó y confirmó el estado de los restos del monstruo.
El cadáver poseía huellas de los restos de la amarga y feroz batalla. Además, estaba plagado de innumerables marcas de dientes… y de desgarros.
‘Tus chicos… ¿Se comieron esa cosa?’
Jinwoo volvió a mirar a Beru estrechando los ojos. El antiguo rey de las hormigas había doblado la cintura mucho antes de que comenzara a mirarlo. Tenía la vista fija contra el suelo.
Al ver la relación entre su hermano y la hormiga, por un instante Jinho se imaginó a un jefe de sección atrapado en su trabajo llorándole a su jefe para pedir un favor.
Jinwoo volvió a mirar el cadáver del monstruo.
De hecho, mientras alguna de las partes del cadáver permaneciera intacta, no tendría problemas en extraer la sombra.
‘Me siento molesto.’
Ahora que todos los gigantes que había en Japón habían sido eliminados, Jinwoo estaba buscando los restos de los monstruos asesinados por sus soldados para poder extraer sus sombras.
Viendo el estado del cadáver podía deducir rápidamente quién lo había matado. Casi todos los monstruos que tuvieron la mala suerte de encontrarse con el ejército de hormigas no pudieron evitar terminar con esta apariencia miserable.
“Fu…”
Jinwoo suspiró en silencio mientras miraba al monstruo que había muerto devorado por cientos de hormigas. Luego se arremangó y señaló hacia el cadáver.
“Surgir.” – dijo con una voz digna. Los aldeanos que siguieron a Jinwoo gritaron de asombro al mismo tiempo.
Iaaaaaaaaah…
Con un profundo grito, un soldado gigante intacto apareció de su sombra y se arrodilló ante Jinwoo.
Baaam
Otro éxito. Con esto, había conseguido al vigésimo séptimo soldado gigante.
‘¿Ya solo quedan dos?’
Jinwoo sonrió mientras miraba al imponente soldado gigante.
* * *
Al mismo tiempo en Corea del Sur.
Go Gunhee estaba revisando varios canales de televisión con el mando a distancia que estaba dentro de su oficina en la Asociación de Cazadores de Corea.
No importaba a que cadena cambiara, casi todos mostraban las noticias de la hazaña de Jinwoo en Japón. Sin embargo, este fenómeno no estaba ocurriendo únicamente en Corea. Era la misma historia incluso con los canales de noticias internacionales.
Ahora no había duda de que, a través de este incidente, el cazador Sung había grabado su nombre en la mente del mundo entero.
“Ja, ja…”
Nunca se imaginó que una sonrisa como esa estaría en su rostro en todo momento, como si él fuera el protagonista de ese evento. Si hubiera disuadido al cazador Sung de ir a Japón… Solo de pensar en esa posibilidad, lo puso incómodo.
En sus últimos años, casi termina cometiendo el mayor error de su vida.
El estado de la comunidad de cazadores coreanos había sufrido un ascenso tan meteórico en su fama con este incidente que estaba profundamente agradecido con el cazador Sung por dar un paso adelante.
Gracias a él, Corea incluso fue mencionada como una potencia emergente de cazadores. Es por eso que el presidente de la Asociación se sintió orgulloso y feliz por las hazañas que Jinwoo había logrado hasta ahora. Sin embargo, había una cosa por la que se sentía bastante preocupado.
“Señor presidente.”
Después de golpear la puerta, el director Woo entró en la oficina. Era un hombre que, tras sucesivos logros, poseía el título de director más joven de la historia de la Asociación.
Woo Jincheol asintió levemente con la cabeza a modo de saludo y comenzó a dar el informe con la situación actual.
“Señor, el monstruo ahora se dirige hacia China.”
“¿De verdad?”
Eso fue un cambio inesperado.
Mientras Jinwoo se ocupaba de matar a los gigantes en Japón, uno de ellos se sumergió en el mar.
La criatura se había estado dirigiendo hacia el océano Pacífico, pero al parecer giró de repente y se dirigió en la dirección opuesta, hacia China. Era una noticia sorprendente.
“¿Cuál es la reacción de China?” – preguntó Gunhee rápidamente.
“Escuchamos que Liu Zhingeng se encargará personalmente del problema.”
“En ese caso no debería ser un problema.” – añadió Gunhee, recostándose contra su sillón. Era uno de los cinco cazadores más poderosos del mundo. El gigante debería ser destrozado antes de ser capaz de poner su pie sobre suelo chino.
Fue un alivio que ese maldito monstruo no se dirigiera a Corea del Sur mientras el cazador Sung estaba fuera del país. Woo Jincheol sonrió cuando vio la expresión relajada del presidente de la asociación.
Luego, sus ojos se fijaron en la pantalla del televisor.
Las escenas de la destrucción de Japón, japoneses llorando o el comienzo de los trabajos de rescate y reconstrucción fluyeron una tras otra.
“Que desafortunado.” – dijo Jincheol chasqueando la lengua.
“De hecho… Es realmente desafortunado.” – añadió Gungee mostrándose de acuerdo con esa evaluación.
Corea del Sur también había sufrido un dolor similar hace cuatro años en la isla de Jeju. Las heridas infligidas ese día aún eran demasiado profundas para decir que había olvidado lo doloroso que era. Después de todo, la reconstrucción de la isla de Jeju seguía en marcha mientras hablaban en la oficina.
“Sin embargo, el dolor de alguien también puede convertirse en la esperanza de otra persona.” – dijo Gunhee, volviendo a elevar la voz.
“¿Perdón?”
“¿Conoces la razón por la que Japón, tras ser derrotado en la guerra, renació como la segunda economía del mundo?”
“¿No fue por la guerra de Corea?”
“Así es. Mediante adquisiciones especiales en tiempos de guerra. Y algo similar está a punto de sucederle a nuestra nación.” – dijo el presidente con una expresión irónica, mientras colocaba su mano sobre la gruesa pila de documentos que había sobre la mesa. – “Estos son todas las solicitudes enviadas por las empresas locales para participar en los proyectos de reconstrucción de Japón.”
Las empresas coreanas se movieron con rapidez. Algunas incluso enviaron estos documentos tan pronto como el cazador Sung se fue a Japón. Todas las demás corporaciones también deberían estar listas para moverse.
‘El dolor de alguien puede convertirse en la esperanza de otra persona…’
No, para ser correcto, sería el beneficio de otro.
Woo Jincheol comprendió exactamente lo que estaba insinuando el presidente de la Asociación y puso una expresión parecida.
“Ah, por cierto, señor.” – dijo, como si acabara de recordar algo más en ese instante.
“¿Sí?”
“Se comenta que el presidente Matsumoto se ha entregado a la policía.”
“¿Él hizo qué?”
Nunca imaginó que un hombre tan desvergonzado tendría ese cambio de actitud.
Cuando Gunhee estaba a punto de discutir los detalles de esa noticia escuchó el timbre del teléfono.
Riiiing… Riiiiing…
Mientras descolgaba el auricular, escuchó una voz urgente.
- Señor presidente, soy yo.
Era la voz de su médico personal. Sin embargo, a esta hora debería estar ocupado tratando a los pacientes que llegaban al hospital.
“Amigo mío, ¿qué te hizo llamarme a esta hora del día?” – preguntó Gunhee, inclinando la cabeza.
- Pensé que era un asunto importante, así que me vi obligado a…
“Asunto… ¿Importante?”
La voz de Go Gunhee se volvió cautelosa. Varios escenarios probables entraron y salieron de su cabeza, pero el médico privado terminó mencionando un nombre completamente inesperado.
- ¿Está al tanto de la condición en la que se encuentra el presidente Yoo Myunhan?
Yoo Myunghan era uno de los mayores contribuyentes de la Asociación de Cazadores de Corea. Incluso tenía una relación personal con él. Y algo le había pasado. Pero antes de que el presidente de la Asociación pudiera exigir una respuesta, el médico privado continuó con su explicación.
- El presidente Yoo ha sido ingresado hoy en nuestro hospital.
Go Gunhee se levantó de su asiento.
“¿Corre algún peligro crítico?”
- Lamentablemente… No hay mucho que podamos hacer por él en este momento.
Un pesado silencio descendió en la oficina.
El médico se mantuvo en silencio durante un instante, antes de continuar en voz baja.
- El presidente Yoo Myunhan ha caído en la última fase del Sueño eterno.