martes, 6 de octubre de 2020

SYN Capítulo 100

Volumen 10 Capítulo 8
Deseo insaciable
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars

La ‘cosa’ que Jinwoo señaló era el pilar de un edificio. Más específicamente, se estaban construyendo varios pilares junto al cuerpo de Kamish. Era una prueba tan buena como cualquier otra de que estaban construyendo una estructura para albergar el cadáver del Dragón. Sus ojos se abrieron de forma increíble después de ver eso. El monstruo había muerto hacía ocho años. Cuanto más alto era el rango de una mazmorra, mayor sería el valor de los monstruos que salieron de ella. Los cadáveres de los monstruos eran desmantelados en pedazos y empleados donde fueran más necesarios. Por eso no tenía ninguna esperanza de que el cadáver de Kamish permaneciera intacto en este momento. Muchos países, corporaciones y laboratorios estaban dispuestos a comprar el cadáver del Dragón y habrían formado una cola tan larga que no se podría ver su final. O eso pensaba. Sin embargo, los restos de Kamish seguían intactos. Solo se podían ver los rastros de una feroz batalla, pero su cuerpo estaba en buen estado. En el momento en que pensó en la posibilidad de que el cadáver de Kamish podría estar disponible, el corazón de Jinwoo se estremeció. “¿Podría ser que los Estados Unidos han almacenado el cuerpo de Kamish?” “Oh, sí, pero…” Adam no pudo entender la reacción de Jinwoo. Todos los cazadores del mundo babearían por esa piedra rúnica, pero él no mostraba ningún interés. Sin embargo, la actitud de Jinwoo era demasiado seria para volver a encaminar el tema de la conversación hacía el camino correcto. Jinwoo volvió a señalar la foto. “¿Dónde está este lugar? Vayamos allí de inmediato.” “¿Eh?” “He estado dispuesto a complacer las solicitudes de la Agencia Federal hasta ahora. ¿Será que ni siquiera puedo solicitar esto?” “Ah…” Adam White no esperaba que la situación fuera en esta dirección y ya no pudo ocultar su nerviosismo. Sin embargo, también se dio cuenta de que, estrictamente hablando, este no era un mal resultado. Adam sabía que la Agencia necesitaba desesperadamente una relación entre ellos y el cazador. La Agencia Federal de Cazadores estaba tratando de atraer el interés del cazador Sung. Por eso, al principio, trataron de usar las habilidades de la Señora Selner, pero en el momento que esa opción se volvió inservible trataron de despertar su interés con la piedra rúnica de Kamish. Pero en cambio saltó una chispa en un lugar inesperado. Era una crisis y una oportunidad a la vez para Adam White. ‘¿No dijeron que podía usar cualquier método…?’ Adam White recordó rápidamente lo que le dijeron el director y su adjunto después de reunir a los agentes que trabajaban para la Agencia Federal. «Haz lo que sea necesario para obtener el favor del cazador Sung Jinwoo…» Necesitaban lograr que las probabilidades de que se mudase a los Estados Unidos aumentasen, aunque fuera un poco. Si la Agencia Federal de Cazadores estaba en posesión de algo que quería, entonces, por el bien de su relación, esa cosa debería ofrecerse de inmediato, independientemente de lo que fuera. Como un regalo para su amante. “En realidad, no sé dónde se encuentra el cuerpo de Kamish. Todo lo que sé es información que mis superiores consideraron que debía saber.” – dijo Adam White, después de aclararse la garganta y recordar su importante objetivo. Jinwoo asintió. Por supuesto, Adam parecía demasiado joven para conocer todos los secretos que la organización para la que trabajaba podía guardar. Pero su manera de hablar indicaba algo diferente de lo que acababa de decir. “Pero si es una solicitud del cazador Sung creo que los superiores darán el visto bueno. En todo caso, primero voy a enviar un informe, ¿puedo solicitarle que espere a que haga una llamada?” La expresión de Jinwoo se iluminó al instante. Las probabilidades de que la habilidad Extracción de sombra fallase aumentaría en proporción al tiempo que le objetivo hubiera estado muerto. Y Kamish había sido asesinado hace ocho años. Las probabilidades de fracasar eran simplemente abrumadoras. También había que tener en cuenta la posibilidad de molestar a mucha gente. Eso sin mencionar que su valioso tiempo se podía desperdiciar sin ganar nada. Sin embargo, ¿cómo iba a saberlo sin intentarlo? Aunque las probabilidades eran extremadamente bajas, aunque solo hubiera una posibilidad entre diez mil o entre decenas de millones, la ocasión de conseguir la sombra del monstruo más fuerte de la historia no podía pasarse por alto. Solo con pensarlo hizo que su corazón latiera desbocado. Si fallaba, lo único que perdería sería su tiempo. En comparación con lo que podía ganar si tenía éxito, esta era una apuesta que valía la pena. Siempre que los estadounidenses lo permitieran. “¿Vas de camino a la Agencia Federal?” – preguntó Jinwoo de inmediato. “Sí.” “Entonces, ya que de todos modos tengo que esperar, esperaremos su respuesta juntos.” “Uh…” El excesivo interés de Jinwoo hizo que Adam pusiera una expresión que no se sabía si era de felicidad o de tristeza.
* * *
El director de la Agencia Federal puso una expresión similar. Movió la cabeza hacia un lado por si acaso, y efectivamente, su ayudante también estaba poniendo el mismo tipo de expresión. Por un instante no pudo evitar preguntarse si vería la misma cara si se mirara en un espejo. “Entonces… ¿El cazador Sung está dentro del edificio?” – preguntó el director para volver a confirmar lo que acababa de escuchar. Adam asintió sin decir una palabra. – “¿Qué hay de la piedra rúnica? ¿No dijo nada?” Había decidido que estaría bien entregar la piedra rúnica de Kamish si con ello conseguían atraer a Jinwoo a los Estados Unidos. Si el número de cazadores poderosos aumentaba, los Estados Unidos se harían más fuertes. Pero ahora… “No señor. Durante nuestro viaje, casi no mencionó la piedra.” “Eh… Ya veo…” – contestó el director rascándose la barbilla, al escuchar la respuesta de Adam. Thomas André y Sung Jinwoo. Los cazadores en lo alto de la clasificación siempre poseían un comportamiento que era difícil de predecir. Llegados a este punto, lo único que podía pensar es que su manera de pensar era diferente de la gente común. “¿Lo único que quiere es ver el cuerpo del dragón?” “Sí señor.” Adam White asintió con expresión repleta de confianza. No se sentía nada mal. Desde el primer momento, su función era llevar a Jinwoo a la mesa de negociaciones y hacer que participara. Ahora que Jinwoo había visitado voluntariamente la Agencia Federal de Cazadores la misión que le habían encargado sus superiores estaba completa. Dependería de sus superiores negociar para conseguir su objetivo y el director tenía la última palabra en ese asunto. “Debo discutir el asunto con el subdirector. Puede retirarse.” – le dijo el director Adam, después de considerar cuidadosamente sus opciones. “Entendido, señor.” Adam White se levantó de su asiento y salió de la oficina. “Esto… ¿Cuál crees que es la razón por la que quiere ver los restos de Kamish?” – dijo el director incómodo, mirando al subdirector. “Bueno… Una cosa está clara, no es por turismo. Es probable que el cuerpo de Kamish sea más valioso que su piedra rúnica.” El valor de una habilidad era realmente inimaginable. Muchos cazadores de alto nivel no escatimarían dinero para comprar la piedra rúnica que necesitaban. Aunque costara decenas, cientos, miles o miles de millones de dólares. No era como si tuvieran demasiado dinero y, al no saber dónde gastarlo, se dedicaban a irlo tirando mientras caminaban. Las habilidades eran el poder de un cazador y estaba estrechamente ligado a su vida. ‘¿Ver ese cadáver es más beneficioso que poner sus manos sobre una piedra rúnica…?’ “Puede que tenga algo que ver con la habilidad del cazador Sung.” – comentó el subdirector. “……” La Agencia Federal de Cazadores de los Estados Unidos se enorgullecía de tener la mejor red de recopilación de información de todo el planeta y obviamente, habían reunido una gran cantidad de información sobre Jinwoo. Por eso podían sacarle tanto provecho a la habilidad de la Señora Selner y a la piedra rúnica de Kamish. “¿Su habilidad no está limitada a los monstruos que mató?” Los soldados hormiga aparecieron a su lado después de la isla de Jeju. Lo mismo ocurrió con los gigantes. Cuantas más batallas luchara, más fuerte se volvería. Esa era precisamente la razón por la que la Agencia Federal deseaba convertir a Jinwoo en un cazador estadounidense a cualquier precio. Sin embargo, qué pasaría si pudiera crear invocaciones a partir de cadáveres de monstruos que habían muerto hace mucho tiempo y, lo que es más importante, ¿a los que ni siquiera mató? “Dios mío…” – Los ojos del subdirector se abrieron de golpe. – “¡Planea convertir a Kamish en una de sus invocaciones!” Su voz temblaba incontrolablemente. Ese hombre estaba pensando en convertir la peor calamidad que la humanidad había enfrentado en su criatura. No es de extrañar que no le importase una piedra rúnica. “No lo podemos permitir. No podemos dejar que una sola persona sea tan poderosa.” – dijo el director, negando con la cabeza. “Pero, señor, si nos negamos a aceptar su demanda, será mucho más difícil mantener una relación amistosa en el futuro.” El hecho de que estuviera en el cuartel general de la Agencia Federal esperando una respuesta mostraba con facilidad cuán altas eran sus expectativas. Era simple. Si rechazaban su solicitud porque no confiaban en él, la relación se rompería por completo. “Hm…” La frente del director se arrugó mientras se sumergía en una profunda contemplación. Parecía preocupado. Si su conjetura era correcta y el cazador Sung realmente podría convertir a Kamish en una de sus invocaciones, entonces su poder estaría más allá del control que pudiera ejercer cualquier nación u organización. Sus invocaciones revivían de inmediato después de ser destruidas. ¿Qué pasa si Kamish poseía una regeneración infinita y siempre volvía a aparecer? El riesgo era demasiado alto solo por tener una relación amistosa con un cazador. “Todavía tenemos a André, un cazador con rango de Autoridad Especial, así como a cincuenta cazadores de rango S reclutados de todo el mundo. ¿Vale la pena aferrarnos al cazador Sung?” – preguntó el director, antes de tomar una decisión. “Señor, en realidad…” El subdirector vaciló un poco. Había retrasado la elaboración de un informe porque aún no había verificado su contenido, pero decidió sacarlo de todos modos. “Señor, hay una buena posibilidad de que el cazador Sung sea un nuevo cazador con rango de Autoridad Especial.” “¿Qué?” El director se levantó de su asiento. “El agente White hizo un informe hace una semana. El cazador Sung puede usar la psicoquinesis.” “¡¡……!!” Excepto por el cazador especializado en la curación los otros cuatro cazadores con rango de Autoridad Especial poseían la capacidad de ejercer fuerza sin tocar el objeto. Hubo mucha gente poderosa antes y después de que esos cinco aparecieran en el mundo, pero incluso ahora, solo cuatro cazadores poseían esa habilidad. La Agencia Federal de cazadores era la única que descubrió esa similitud entre los cazadores con rango de Autoridad Especial y, por ello, lo habían designado como un requisito para poder ser etiquetado en esa categoría. Y ahora, ¿ese poder también estaba dentro del cazador Sung Jinwoo? Por un instante la idea de que el cazador Sung era un regalo de Dios después de perder a Christopher Reed pasó por la cabeza del director. ‘Dios bendiga a América.’ La bendición de Dios siempre pareció acompañar a los Estados Unidos de América. La expresión del director cambió. “¿Crees que podemos confiar en él?” La evaluación de la capacidad de una persona era objetiva, pero el criterio de si se podía confiar en él variaba con la percepción de cada persona. “¿Qué pasaría si alguien apuntara con un arma a Liu Zhigeng o Thomas André?” – contestó el subdirector, dando su opinión, a partir de lo que había presenciado hasta ahora. “Sería horrible imaginarlo.” Tanto Thomas André como Liu Zhigeng no mostraban piedad hacia sus enemigos. En la hipotética situación en la que alguien haría esa tontería, como mínimo, perdería el brazo con el que sostiene el arma. “El cazador Sung no es así. Es alguien con quien aún se puede hablar. Puede calmar una situación delicada sin violencia.” El director bajó un poco la mirada y asintió. “Además, no olvidemos el asunto de Japón. En una situación donde nadie quería participar, resolvió la crisis de la ruptura de la puerta y no exigió nada descabellado.” – continuó explicando el subdirector. Era totalmente opuesto al cazador ruso Yuri Orlov, que exigió una suma exorbitante de diez mil millones por día al gobierno japonés. “……” Las preocupaciones del director no duraron mucho tiempo. “Lo guiaré personalmente. Tal vez sea una buena oportunidad para presenciar sus habilidades en persona.” – dijo, levantándose de su asiento. La expresión del subdirector se iluminó, mientras se ponía en pie. “Director, ¿dónde se guarda el cuerpo de Kamish?” Al escuchar esa pregunta, una sonrisa se formó en los labios del director. “¿Alguna vez te has preguntado por qué nuestra sede tiene veinte pisos bajo tierra?”
* * *
Jinwoo subió al ascensor bajo la guía del director de la Agencia. “Quería hablar en un ambiente más relajado, pero… Creo que prefieres esto.” Adam White tradujo las palabras del director al coreano casi al mismo tiempo. Jinwoo asintió con la cabeza para decir que sí. El director, el subdirector, Adam, y Jinwoo descendieron rápidamente bajo tierra. ‘Y pensar que construyeron el cuartel general de la Agencia Federal en el mismo lugar donde murió Kamish…’ Solo podía atribuirlo al hecho de que los Estados Unidos eran… Los Estados Unidos. En cualquier caso, le dijeron que los restos de Kamish se almacenaron intactos para honrar y recordar por siempre las vidas de todos los Cazadores que se sacrificaron con valentía para detener la peor calamidad en la historia de la humanidad. Ting La puerta del ascensor se abrió en el piso 24 del sótano. Los miembros del personal que esperaban su llegada saludaron a los cuatro invitados. “Director.” “Director.” El director asintió con la cabeza al personal que le dio un saludo militar. “Por aquí.” Jinwoo tragó saliva. Cuando se abrió la puerta, que había sido asegurada con varias medidas de protección, sintió un escalofrío. ‘No, no es una brisa helada.’ Aunque débil, podía sentir el poder mágico infundido en el aire. No había necesidad de preguntarse siquiera a quién pertenecía. Du-dum, du-dum, du-dum’ Su corazón palpitó con fuerza al darse cuenta de que sus probabilidades no eran cero. A pesar de que habían pasado ocho años, los restos aún emitían cierta cantidad de energía. No podía imaginarse cuál sería su poder después de convertirse en un Soldado Sombra. Jinwoo calmó los latidos de su corazón y siguió los pasos del director. “Aquí está.” El director se detuvo ante una enorme cúpula intensamente iluminada. Allí estaban los restos de Kamish. Su cuerpo estaba perfectamente conservado. Exactamente igual que el día en que murieron cientos de cazadores de élite. Justo como cuando los cinco cazadores con rango de Autoridad Especial lo mataron. ¡El Dragón Rojo! Jinwoo dejó de respirar ante su abrumadora figura. “En realidad, toda la electricidad utilizada por la sede de la Agencia Federal de Cazadores proviene de la piedra de Kamish.” – explicó el director con orgullo. Toda la energía utilizada para preservar los restos de Kamish venían de su piedra. Sin embargo, los oídos de Jinwoo no captaron ninguna de sus palabras. Su mirada estaba firmemente fijada en un solo punto. Al ver esa mirada, el director se dio cuenta de que había llegado el momento. “Cazador… ¿Estás satisfecho?” “Por favor, retrocedan.” – dijo Jinwoo, mirando a la gente que estaba a su espalda. Al instante, el personal comenzó a protestar. “Director, ¿qué está tratando de hacer?” “¡Los restos de Kamish son el tesoro nacional de nuestro país!” “Silencio. ¡Ya di mi permiso!” – respondió el director, instándolos a callarse. En ese instante, todos los ruidos innecesarios desaparecieron. Antes de venir aquí, habían tenido una conversación. Jinwoo prometió que no le pasaría nada a los restos. Y, al igual que había hecho el subdirector, el director decidió confiar en sus palabras. “Observad. Mirad lo que va a pasar.” Como dijo Jinwoo, la multitud se retiró hacia la parte de atrás. Mientras tanto, se acercó y extendió su mano hacia Kamish. “Surgir.” – susurró. Como si estuviera esperando eso, un mensaje apareció ante sus ojos. Ding

La [Extracción de Sombra] ha fallado.
Quedan dos intentos.
La expresión de Jinwoo no cambió y lo intentó de nuevo. “Surgir.” Quería conseguir la bestia más poderosa que jamás había existido. Su voz llena de deseo hizo eco y resonó por toda la cúpula. Surgir… Entonces, las luces del techo parpadearon y un viento frío llegó desde algún lugar desconocido. ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah…! El grito del dragón llegó desde algún lugar imposible de determinar e inundó los oídos de todos los presentes, haciendo que todos se tapasen las orejas con las manos. La única persona que no perdió la calma en medio del caos fue Jinwoo. Pudo ver la sombra de Kamish extendiéndose rápidamente por el suelo. ‘Ex… ¿Éxito?’ Entonces… Sus ojos se agrandaron de golpe. Algo se elevaba lentamente desde la sombra. La forma envuelta en humo negro se parecía a un Dragón. “Uh, ¡ah!” “Qu… ¿Qué es eso?” Los miembros del personal se asustaron y dieron varios pasos hacia atrás. Hasta el director y el subdirector, que tenían una idea aproximada de como era su habilidad, dejaron de respirar por un instante. ¡¡GROOOOOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR!! El Dragón rugió con fuerza en el aire antes de descubrir al humano que estaba bajo sus pies.
“¿Fuiste tú quien me convocó? Oh, rey de los muertos, soberanos de las sombras.”