Volumen 4 Capítulo 105
Pistas de la trascendencia II
Traducido por Zura
Corregido por Tars
Editado por AMarauder
Corregido por Tars
Editado por AMarauder
Pram, Romántica y Ajest desataron sus ataques con furia apuntando a la Gran Madre Gusano.
Las heridas sobre el cuerpo de la Gran Madre Gusano crecían a un ritmo tremendo, pero fue en vano. Su cuerpo se regeneraba a la misma velocidad a la que era golpeada y, en ocasiones, incluso más rápido que eso.
“Por lo que puedo ver, esa cosa continuará regenerándose para siempre. Por el contrario, nuestra reserva de Maná es limitada.” – dijo Argeria, evaluando la situación.
No importa cuánto daño pudieran hacerle, si no lo podían matar de un solo golpe, continuará regenerándose. Al final, todo su esfuerzo sería solo un desperdicio de Maná.
“Podría ser posible si nos retiramos. ¿Qué tal si retrocedemos y nos unimos a otro equipo?”
“Haré eso si nos quedamos sin opciones…” – explicó Desir, mientras miraba a su alrededor. – “La Gran Madre Gusano no es la única razón por la que no podemos escapar con seguridad.”
Antes de que Argeria pudiera cuestionar las palabras de Desir, la Madre Gusano se movió.
* ¡SHRIIEEEK! *
Su grito resonó hasta que el suelo comenzó a temblar.
“E… ¡Eso!
Argeria se puso pálido cuando varios Grandes Gusanos inundaron la caverna, amenazando con abrumarlos.
“La Gran Madre Gusano debe haber juzgado que somos una amenaza y decidió invocar al resto de la colonia de Grandes Gusanos.”
Aunque los ataques del equipo de Desir carecían de poder para matar a la Gran Madre Gusano, cada uno de los ataques le causaba daño y, si fuera contra otra criatura sería un golpe fatal. La evidencia era que la Gran Madre Gusano estaba siendo acorralada y tuvo que detener sus movimientos para emplear toda su energía para regenerarse.
Desde el punto de vista del gusano, eran una amenaza.
La cantidad de grandes gusanos que se dirigían hacia la caverna ni siquiera podían compararse con los números que el equipo de la Luna Azul había reunido para interrumpir al grupo de Desir. De hecho, su número seguía aumentando sin cesar.
La ruta de escape había sido bloqueada.
“Argeria, retirarse ya no es una opción. No tenemos más remedio que lidiar con ellos si queremos sobrevivir.”
“……”
Argeria parecía haber perdido la capacidad de habla al ver la situación desesperada.
“Tengo una manera. ¿Seguirás mis órdenes?”
“Es… ¡Espera un minuto!” – gritó Argeria para protestar, ante las palabras de Desir.
“¿Tienes alguna idea mejor?” – respondió Desir, mirando hacia atrás, para ver a Argeria.
* ¡SCREEECH! *
Unos gritos horribles se acercaban al grupo de estudiantes desde todas partes. Argeria miró a su alrededor y decidió que no tenía más remedio que confiar en Desir.
“No, no…”
“Entonces tomaré eso como que está de acuerdo.”
“Entendido…”
Habían obtenido su confirmación, Desir revisó la situación que tenía delante.
De las cuatro personas que quedaban del Equipo de la Luna Azul, solo dos estaban en condiciones para combatir. Argeria, un caballero de clase Torre y Kelt, un mago del cuarto círculo. Sin embargo, estaban sin Maná y bastante agotados.
Todos los miembros del grupo de Desir estaban en buen estado, pero era mejor no contar demasiado con Pretzel y Takiran.
En otras palabras, solo había seis personas que podían pelear. Tenía la sensación de que era insuficiente para tratar con la Gran Madre Gusano, por no mencionar a la horda de grandes gusanos que se dirigían hacia ellos. Hasta los que estaban incapacitados para luchar tendrían que echar una mano.
‘No es momento de estar desesperado.’
Desir miró el pasaje por el que llegaban los grandes gusanos.
‘Por suerte la entrada es estrecha.’
Había decidido que prevenir que los grandes gusanos entraran en batalla era la mayor prioridad. Solo había una entrada. Si podía detenerlos antes de que entraran, sería posible que un número pequeño luchase contra ellos.
“Nos dividiremos en dos grupos. Argeria, Kelt, Pram y Romántica bloquearan la entrada para que los Grandes Gusanos no puedan entrar al salón.”
“Es… ¡Espera! ¿En qué estás pensando?” – gritó Romántica, desconcertada por la extraña orden de Desir. Si cuatro de los luchadores bloqueaban la entrada, significaba que Ajest y Desir se enfrentarían a la Gran Madre Gusano.
Era imposible. No había forma de que dos personas pudieran manejar a ese monstruo. No, si solo había una manera…
“¿Estás pensando en hacer algo irrazonable de nuevo?”
Desir Arman había derrotado un monstruo más poderoso que la Gran Madre Gusano en Prilecha. No sabían qué había hecho, pero si estaba pensando en reproducirlo en este momento, sería posible detenerla.
Sin embargo, tuvo un precio.
Sabiendo lo que Romántica estaba tratando de decir, Desir formo una sonrisa en su rostro y se tocó el ojo izquierdo.
“No olvidé nuestra promesa. No tienes que preocuparte.”
Esa promesa.
Romántica asintió silenciosamente mientras recordaba la conversación que tuvieron en el hospital del Reino de Adenia.
“Sé que todos tenéis muchas preguntas, pero por ahora les pido que confíen en mí.”
Todos parecían tener algo que decir, pero dado que el tiempo estaba en su contra, decidieron concentrarse en las órdenes de Desir.
“Argeria, colócate en el frente y bloquea el paso.”
Tenía el nivel más alto de todos los espadachines que estaban aquí. Sin él, este plan nunca habría funcionado.
“Pram te ayudara a mantener la línea del frente. Concentraos exclusivamente en defenderos.”
Argeria y Pram asistieron.
“Kelt, continúa haciendo retroceder a los enemigos con tu magia. No te excedas ni trates de exterminarlos. Solo debes mantener la línea del frente. Si notas que tu energía disminuye y ya no puedes aguantar, Romántica te cubrirá.” – continuó Desir, volviendo su mirada hacia Kelt.
“Entendido.”
Sin otra alternativa, Kelt se vio obligado a seguir sus instrucciones. La Gran Madre Gusano comenzó a acercarse hacia los intrusos.
“Ajest y yo nos encargaremos de esa cosa.”
Al escuchar sus palabras, Ajest asintió en silencio.
Después de que Desir terminase de emitir sus órdenes, Pram y Romántica se dirigieron hacia el pasillo infestado de Grandes Gusanos. Argeria y Kelt fueron con ellos.
Solo Ajest y Desir se quedaron en el pasillo.
“Bueno, tenemos que deshacernos de eso.” – dijo Desir, señalando a la Madre Gusano.
“Me pregunto si podemos hacerlo.”
* ¡Crackle! *
Cuando se acercó lo suficiente, la Gran Madre Gusano lanzó un fluido ácido. Desir y Ajest se dividieron a ambos lados para evitarlo, pero la roca se derritió con un sonido burbujeante.
“Ajest, no te preocupes por conservar tú maná. Úsalo todo.”
“Entendido…”
Tenían que luchar con todo lo que tenían. En el fondo era algo agradable de escuchar, porque hasta ahora Ajest había estado reservando su maná para el tercer piso de la mazmorra.
El flujo de aire a su alrededor cambió.
* ¡Swoosh! *
El poder mágico se reunió frente a Ajest y luego creo su palacio de Hielo. Majestuosos pilares de hielo se erigieron desde el suelo por todas partes.
‘El palacio de Hielo de Ajest puede infligir daño de forma continua.’ – pensó Desir, mientras miraba como se alzaba el palacio. Podría contrarrestar la habilidad para regenerarse de la Gran Madre Gusano.
La única opción para derrotar a un monstruo que podía curarse continuamente era causarle un daño enorme que pudiera matarlo de un solo golpe o causarle heridas más rápido de que lo podía sanarse.
Y la magia del palacio de hielo de Ajest era capaz de hacer eso.
Cientos de lanzar de hielo se materializaron y volaron hacia la Gran Madre Gusano. La magia penetró en su caparazón y desgarró su carne. Sin embargo, todo lo que tenía que hacer era acurrucarse por un momento para que todas sus heridas sanasen.
Luego, intentaba contraatacar lanzando fluidos ácidos hacia todas las direcciones.
* ¡Crash! *
Uno de los pilares del palacio de hielo se derrumbó al ser impactado por el ácido. Copos y polvo de hielo cayeron por todas partes.
“¿Hay alguna forma de lidiar con eso?” – preguntó Ajest.
“Es sencillo. Solo tienes que destruirlo a mayor velocidad de la que se regenera.”
“Destruirlo más rápido de que se regenera… Tiene sentido.” – repitió Ajest. Era fácil de decir. – “Desir. Mantener el palacio de hielo hasta ese punto es difícil.”
Si no podía mantener el palacio el tiempo suficiente para causarle múltiples heridas, la otra opción era matarlo de un único golpe. Sin embargo, no importaba cuánto lo piense, para destruir un monstruo de ese tamaño necesitaban un hechizo del quinto círculo.
* ¡Craaaaash! *
El palacio de hielo se desplegó una vez más y cientos de lanzas de hielo volaron hacia la Gran Madre Gusano. Pero el ataque no fue lo suficientemente poderoso. No importaba cuanto maná tuviera, solo era una maga del tercer círculo. No era razonable pedirle que lanzara un conjuro del cuarto círculo.
Mientras tanto, Desir volvió a hablar.
“Tengo un plan en mente, pero es crucial que la inmovilicemos por completo primero.”
“No hay problema.” – contestó Ajest.
Aunque no se lo explicó en detalle, Ajest creía en Desir y corrió hacia la Gran Madre Gusano.
“[Espada mágica: Golpe de hielo]”
Cuando la magia de su espada tomó forma, se enfrentó al gusano. Al mismo tiempo, la magia del Palacio de Hielo la cubrió por completo.
Un ejército de un solo hombre.
La Gran Madre Gusano, que había derrotado a los poderosos miembros del equipo de la Luna Azul, estaba teniendo problemas luchando contra una sola persona. En cuanto a habilidad, Ajest era claramente superior.
‘Ahora lo que queda es derrotarlo con un solo ataque.’
Pero, ¿podía lanzar un conjuro lo suficientemente poderoso como para destruir a la Gran Madre Gusano de una sola vez? Por supuesto, si él usaba magia Dracónica podía derrotarla en un instante. Sin embargo, incluso en Prilecha, Desir solo fue capaz de usar esa magia con la ayuda de Priscilla y Zod. Le sería imposible desatarla sin su respaldo.
Sin ella, no tenía ninguna magia a su disposición que pudiera matarla de un solo golpe. El hombre de la máscara de cuervo también le había señalado ese defecto.
Esa era la limitación de Desir, un mago del tercer círculo. Era un muro que solo podía superar con la ayuda de un artefacto. Pero todo eso estaba basado en los estándares de su vida pasada.
A través del incidente de Prilecha, Desir pudo experimentar cosas que nunca había pasado en las numerosas luchas de su vida anterior.
‘Mascara de Cuervo.’
Desir sonrió de forma presuntuosa, era su forma de agradecerle al ser que no había conocido en su antigua vida.
‘Gracias a ti, superé mi vida anterior.’