Arco 9 Capítulo 76
Fiesta de té de medianoche (I)
Traducido por Alsabov
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
El mismo día, a media noche. En la amplia habitación que se le había otorgado hacía solo tres días, Ayla se encontraba sobre su cama. Su habitación era de aproximadamente 16 tatamis en unidades japonesas, y para una habitación que se le asignaba a un criado, su dimensión estaba por encima de lo normal. La alfombra de primera clase que cubría el suelo, la cama, las mesas y cualquier otro mueble que se encontraba presente eran obviamente elegantes y de gran calidad.
Dentro de la oscura habitación, Ayla estaba recostada en la cama con los ojos cerrados sin moverse, cuando se incorporó de repente.
‘No puedo dormir…’
Suspiró profundamente recordando la situación en la que se había metido y que la tenía preocupada a cada momento. Hacía tres días, Zirconia le había encargado una tarea en persona: «Encárgate de que Liese y Kazura terminen juntos». Era una orden a la que no había podido negarse, en la que aunque habían pasado tres días, no había logrado hacer ningún avance.
Durante estos tres días, Ayla había acompañado a Liese y Kazura en su visita diaria a los campos de cultivo. Las ocasiones en las que Ayla coincidía con Kazura ocurrían nada más partir y cuando regresaban de los campos, así como en cada desayuno, comida y cena. Las ocasiones en las que Ayla coincidía con Kazura, Liese siempre estaba con ellos, por lo que las oportunidades para que Ayla estuviera sola con Kazura eran prácticamente inexistentes.
Hasta ahora, Ayla nunca había participado en sus conversaciones, ni siquiera en una. Ella se quedaba de pie tras de ellos como su criada, silenciosa y perpetua. Por lo que, básicamente, las oportunidades para que tuviera un acercamiento con Kazura eran inexistentes. En esta situación, donde las únicas ocasiones en que conversaban eran por asuntos de trabajo, no había nada que pudiera hacer para unir a Liese y Kazura.
En un primer momento, había pensado que, aunque le llevaría tiempo, de una forma u otra lograría volverse cercana a Kazura. Entonces, cuando hubiera llegado a un punto en el que pudiera tener conversaciones con él de manera natural, disimuladamente introduciría historias para mejorar las oportunidades de Liese. Sin embargo, la situación actual era desalentadora.
Ayla no podía hablar con Kazura mientras estaba con Liese, y cuando no estaba con Liese, Ayla tenía su propio trabajo del cual hacerse cargo. Kazura también estaba ocupado y a diario se movía de un lado hacia otro, por lo que no había tiempo para que pudieran tener una buena y calmada charla.
¿Cómo podía ella cumplir su objetivo si no era capaz ni siquiera tener un momento de acercamiento? Ayla tenía dolores de cabeza pensando en esto todos los días.
‘Al menos, sería posible si pudiera cambiar de posición con la señorita Marie… Pero eso, sencillamente, es imposible, ¿no?’
La otra criada que se le había asignado a Kazura a parte de ella, Marie, tenía más oportunidades de entrar en contacto con Kazura que ella. Si de algún modo pudiera cambiar de posición con Marie, entonces tendría una pequeña oportunidad de mantener una conversación con Kazura cuando lo acompañase a caminar por la mañana a modo de escolta, cuando saliera de bañarse, o cuando confirmara el contenido de cada comida.
Tal vez porque Marie había desarrollado experiencia como criada en la casa Levenson, resultaba que era bastante habilidosa con sus tareas diarias. Solo en el primer día de trabajo, que aún no comprendía del todo sus responsabilidades, que se la notó confundida, pero después de que se le explicara la rutina de trabajo que debía realizar en la cocina, el baño y demás lugares, observando el ejemplo de Ayla y las demás criadas, realizaba su trabajo casi a la perfección. Si había algo que no comprendía o no podía realizar, entonces sin perder el tiempo buscaba orientación de Ayla. Haciendo esto, evitaba agrandar el problema. Además, en la asamblea de criadas que realizaban cada anochecer, le informaba diligentemente del resumen de todos los trabajos realizados durante el día. Aunque Marie solo tenía trece años, Ayla creía que era una excelente criada.
Sin embargo, no era que alguien pudiera o no desempeñarse como la criada de Liese solo por ser excelente, esto era un asunto aparte. Dado que Ayla siempre había estado junto a Liese desde que era pequeña, Ayla se encontraba entre las pocas personas a las que Liese les mostraba su verdadera naturaleza. Solo entre ellas, Ayla era la única que podía atender a Liese, ya que ésta bajaba completamente su guardia sin vacilación. Y Ayla era la única en que Liese dependía fuertemente. Y Ayla era consciente de todo esto. Si Marie la remplazaba como su criada personal, aunque solo se lo propusieran debido a que Ayla tenía que servir a otra persona, era probable que Liese se negara obstinadamente. Además de eso, si era Ayla la que se lo proponía, sería fácil imaginar lo terriblemente triste que eso dejaría a Liese.
Resumiendo, era algo fútil. Si Marie fuera una sirvienta común, entonces tendría dos días de descanso cada diez. En ese tiempo, Ayla podría tener un acercamiento con Kazura. Desafortunadamente, sin embargo, Marie era una esclava. Los esclavos no recibían días de descanso, por lo que no habría ni un solo día en que Marie se le permitiera descansar de sus responsabilidades como la criada de Kazura. Todas las puertas estaban cerradas para Ayla.
Liese parecía haber tomado gusto por Kazura y Kazura no se veía insatisfecho por eso. Aunque Ayla los dejara solos sin intervenir, creía que de todas maneras ambos terminarían juntos. Sin embargo, cada tarde que Ayla comunicaba la agenda de Liese para el día siguiente a Zirconia, le preguntaba siempre: “¿Qué hay de esos dos?” Por lo que Ayla tampoco podía quedarse sin hacer nada. Estaría bien si el corazón de Ayla fuera lo bastante fuerte para contestarle “No me pidas cosas irrazonables”, pero desafortunadamente, Ayla era tímida. Si continuaba sin presentar resultados, dentro de no mucho sería regañada por Zirconia, lo que le llenaba de miedo.
“Beberé algo de té…” – murmuró Ayla para sí mientras suspiraba.
Se arrastró fuera de la cama y se puso el pantalón que estaba en la cabecera, y dado que solo vestía una túnica corta, también se puso una estola.
* * *
“¡Umm! ¿Hoy qué preparo? Dado que últimamente he estado despierto hasta tarde, tal vez haga una infusión de equinácea.”
Con solo la iluminación que la vela en su mano le proveía, en la cocina sin nadie presente, Kazura estaba hirviendo agua en una olla pequeña en la estufa de piedra. En la mesa junto a él había una cesta de madera con varias bolsas de papel que contenían hierbas, las cuales Kazura había mezclado y dividido en pequeñas porciones, además de una tetera de cristal. Kazura tomó las bolsas que contenían equinácea y regaliz mientras rompía el sello de cinta.
La equinácea tiene el efecto de estimular el sistema inmunológico, por lo que es bastante útil cuando el cuerpo está cansado. El regaliz que cogió de la cesta, por esta ocasión lo usaba como endulzante.
“¡Ah!”
“¿Hm?”
Kazura se giró hacia donde provenía la sorprendida voz y se encontró con Ayla en su ropa de dormir, de pie en la entrada de la cocina con un candelero en su mano. Ayla no esperaba encontrar a nadie a estas horas en la cocina; y menos que esa persona fuera Kazura. Quería llorar desde el fondo de su corazón por su descuido al salir de la habitación en ropa de cama y por la sandez de dejar salir su voz para que la él escuchara. Aunque estaba fuera de su horario laboral, mostrarse a su maestro en ropa de dormir era un acto inaceptable y descortés.
“Buenas noches, señorita Ayla. Tal vez, ¿venías a por agua caliente?”
Sin notar lo que pasaba por la mente de Ayla, Kazura le sonrió y comenzó a hablarle.
“Ah sí, pensaba que quería tomar algo de té… E-esto, estoy terriblemente apenada por mi atuendo. Jamás pensé que me encontraría con otra persona, además…”
“Ah no te preocupes. Como estamos fuera de las horas de trabajo, no tengo problema… E-eh, ¿señorita Ayla?”
Kazura quedó confundido cuando notó que Ayla le había respondido de manera desordenada con una expresión como si fuera a llorar. Sin embargo, rápidamente se dio cuenta de que él era el motivo de esto y después de pensarlo por unos segundos, le sonrió nuevamente.
“Umm, yo también he pensado que quería beber algo de té en este momento. Por lo que si no te molesta, ¿podría ofrecerte una taza?”
“¿E… ¡Eh!?¿¡Y-yo!?”
“Sí. Ya que siempre me estás ayudando, deja que te lo agradezca al menos una vez. Ahora, entonces, por favor toma asiento.”
Sin importarle que Ayla hubiera quedado congelada por una proposición tan repentina, Kazura tomó la olla con agua caliente y caminó hacia el comedor. Ayla rápidamente lo siguió con una media carrera. Entonces, frente a la mesa, «toma asiento», Kazura le preparó una silla mientras le sonreía.
“Ponemos un poco de flor de sauco, escaramujo y… ¿Manzanilla alemana…? ¿Señorita Ayla?”
Kazura llamaba a Ayla, que seguía de pie en la entrada del comedor con una expresión desconcertada. Al oírlo, nerviosamente se acercó a Kazura y tomó asiento en la silla que Kazura le había preparado.
“Se trata de una infusión realizada con las hierbas recolectadas en mi país; se llama ‘té de hierbas’. Espero que su sabor sea de tu agrado.”
Mientras le decía esto, tomó las hierbas y las puso dentro de la tetera de cristal, para después vaciar en ella el agua caliente que tenía en la olla. Las hierbas se dispersaron graciosamente en el agua caliente y, poco a poco, el color peculiar de cada hierba se mezcló con las demás para disolverse en el agua caliente.
‘Caray, ¿qué se supone que estoy pensando al usar la tetera de cristal frente a la señorita Ayla?’
Kazura giró su rostro hacia ella mientras pensaba qué decir si le preguntaba algo, pero Ayla aún se notaba nerviosa mientras veía la tetera en silencio. Como no parecía que fuera a preguntarle nada, Kazura soltó un suspiro de alivio en su mente.
Previamente, le habían informado de que Narson les había dicho a las personas de la propiedad que no indagasen mucho sobre Kazura, por lo que pensaba que era algo que se había aplicado a fondo sin excepción. Por otro lado, siendo como era Ayla, aunque estaba confundida con la situación actual, había sido cautivada por la visión de las hierbas flotando sobre la tetera de cristal frente a ella.
Tras lo que había escuchado acerca de Kazura hacía unos días en palabras de Zirconia, no había quedado tan aturdida después de ver la tetera de cristal transparente ante ella. Sin embargo, el hecho de que la tetera de cristal era algo desconocida para ella no cambiaba, por lo que había quedado absorta ante la belleza de aquellas hierbas a la deriva.
“Señorita Ayla, ¿qué clase de té acostumbras beber? ¿Es similar al que me dan las criadas durante el almuerzo?”
Kazura volvió a nombrar a Ayla, que seguía viendo la tetera, por lo que apartó la mirada de la tetera para corregir su postura antes de enfrentarse a Kazura.
“Sí, en su mayoría se trata de té hecho de las hierbas que se compran en la ciudad… Esto, por la consideración que tiene hacia alguien como yo, le estoy agradecida. Y sin embargo, estoy con esta apariencia… Por favor, disculpe mi descortesía…”
“No, nada de eso, por favor no seas tan formal. Si estas tan tensa, yo también me sentiré cansado. Estemos más tranquilos.”
“A-aún si me dices algo como eso…”
Kazura hizo una sonrisa torcida a Ayla, que seguía aturdida y nerviosa, mientras tomaba la tetera de cristal.
“Mira, ya casi está listo.”
Cogió una taza de té de la cesta y la puso frente a Ayla antes de vaciar en ella el té que acababa de preparar. La mezcla del tierno y peculiar olor de la manzanilla alemana y el aroma afrutado del escaramujo formaban una fragancia indescriptible que lentamente llenó la habitación.
“Por favor, prueba un poco. Si el sabor no es de tu agrado, dímelo, no tengas miedo. Ya que he traído varios tipos de hierbas, puedo preparar uno diferente.” – dijo Kazura mientras tomaba asiento, sacaba otra taza de la cesta y vaciaba en ella el té de hierbas.
Entonces, ignorando a la aún aturdida Ayla, llevó la taza hacia su boca. Viéndolo, Ayla también tomó su taza y después de darle las gracias, probó un poco del té.
“Delicioso…”
Después de probar el té, finalmente Ayla se calmó y sonrió por su sabor y fragancia, a lo que Kazura también sonrió aliviado.
“Me alegra escucharlo. Además este es un aperitivo llamado ‘galleta’, por favor pruébala también. Es deliciosa.”
Así que Kazura cogió una bolsa de papel que contenía galletas de la cesta. Las desenvolvió y vació en un plato para ofrecerle a Ayla. Ayla volvió a darle las gracias, tomó una galleta y la mordió.
‘Las galletas también se venden en la ciudad, a veces yo hago unas po… ¡Ah, deliciosa!’
Las galletas eran un alimento que sí existía en este mundo. Generalmente se hacían de harina de trigo para pan, amasadas con azúcar o fruta picada, y después se horneaban. Aunque por cómo lo había mencionado Kazura, era como si pensara que Ayla no sabía lo que era una galleta. Sin embargo luego recordó la conversación acerca de cómo Kazura era Greisior. Si Kazura en realidad era Greisior, entonces resultaba entendible que no conociera en detalle la comida de este mundo.
Ayla recordó que la comida que Kazura solía comer era algo hecho especialmente por Marie, por lo que quizá la comida de este mundo no era de su agrado.
“¡En verdad, es deliciosa! ¡Esta es la primera vez que como una galleta tan dulce!”
“Es bueno escucharlo… ¿Eh? Entonces parece que las galletas no son un alimento inusual… Perdona mi rudeza.”
Ayla le respondió con una amplia sonrisa en su rostro. Kazura puso una sonrisa incómoda mientras se rascaba la cabeza por el descuido de su lengua.
“Ah…”
Ayla se dio cuenta que su declaración anterior había hecho que Kazura perdiera los papeles, por lo que inmediatamente se puso pálida. Aunque a Kazura no parecía molestarle, solo era un “¡Oh, bueno!” y dejaba pasar el asunto. Además, como la iniciativa de hablar amistosamente había venido de Kazura, este era el mejor momento para lograr un acercamiento con él. Ayla tenía un poco de resistencia a conversar amistosamente con un superior con quien prácticamente nunca había hablado antes, pero tendría que dejar pasar esta resistencia y hablar con el de manera normal.
“U-umm, algunas veces yo preparo galletas. En su mayoría las hago con harina amasada con trozos de fruta, pero aunque esta galleta no tiene nada de fruta, es deliciosamente dulce. ¿Qué es lo que tiene que la hace tan dulce?”
“Hmm, son cosas que he comprado, por lo que no lo sé en detalle, pero definitivamente lleva azúcar, mantequilla y sal… Estoy seguro que los ingredientes son algo así...”
“¿Azúcar…?”
Kazura estaba pensando mientras sostenía su taza. A lo que Ayla inclinó la cabeza y le preguntó de nuevo.
“Sí, se parece a la sal y es de sabor dulce. Resulta diferente de la dulzura de una fruta, es como un sazonador que solamente tiene el sabor dulce.”
“Entonces, ¿es una sal dulce? Pensar que existe algo así… Además, no había escuchado antes sobre la mantequilla.”
Ayla comenzó a hacerle preguntas con un fascinante interés, como si algo en su interior se hubiese encendido. Kazura a su vez contestaba sus preguntas relajado, ya que su nerviosismo parecía haber disminuido.
“La mantequilla es algo que se hace al batir repetidamente la leche animal en un contenedor… Ya que solo tengo una vaga memoria al respecto, investigaré en detalle cuando regrese a mi país después. Si es posible, ¿te gustaría que hagamos un poco juntos en otra ocasión?”
Intentaba explicarle con solo sus vagos recuerdos de estudiante cómo se hacía la mantequilla, cuando visitó el rancho con sus padres en su niñez, pero ese recuerdo era tan difuso que no estaba seguro de si con ese método podía hacer mantequilla. En su próxima visita a Japón, pretendía investigar el procedimiento correcto por internet o visitando el rancho Gunma.
“Eh, pero…”
Ayla se encogió ante la inesperada propuesta. Pensaba que debía reaccionar gentilmente y rechazarlo cortésmente, pero esta era una oportunidad única para aumentar su amistad con Kazura. Ya lo había notado de Kazura en los últimos días, y se comportaba muy amable y atento con los criados, por lo que perdonaría un poco de descortesía.
‘Debo aprovechar esta oportunidad.’ – se autoanimó Ayla.
“E-entonces, por favor hazlo, a cualquier precio. Como podemos extraer leche de los myagis que se encuentran en los campos de la mansión, creo que puedo conseguir un poco para nosotros.”
‘¡Guau! Se ha animado.’
Aunque pensaba que iba a negarse, ya que no había nada que perder, había decidido hacerle la propuesta. Inesperadamente, Ayla aceptaba la invitación de Kazura. Sin embargo, Kazura pensaba que sería conveniente si podía reunirse con Ayla cada día, dado que quería llevarse bien con ella y profundizar su amistad de ser posible. Kazura creía que como iba a estar viviendo en la residencia Narson durante un largo periodo de tiempo, había que tener una buena relación con las personas con las que convivía.
“Lo entiendo. Dentro de dos días volveré temporalmente a mi país y creo que regresaré a Isteria unos siete u ocho días después. Por lo tanto, intentaremos preparar la mantequilla un día que la señorita Ayla esté libre.”
“Muchas gracias. Tal vez si logramos hacer la mantequilla, entonces podré preparar galletas más deliciosas de lo que las hago hasta ahora. También prepararé las frutas.”
Tal vez porque aún se encontraba un poco nerviosa, se notaba un poco de rigidez restante en la sonrisa de Ayla. Sin embargo, Kazura sintió en su corazón que si él podía mantener este tipo de interacción con ella en el futuro, entonces tarde o temprano, podría ver una sonrisa honesta de su parte.
“Además, siempre vengo a calentar agua como a esta hora. Si te apetece, siempre eres bienvenida a hacerme compañía. Te invitaré de nuevo te de hierbas. Por supuesto, con galletas.”
“Je, je. Entonces, también preparare un aperitivo para la próxima ocasión. Es algo que se me da muy bien.”
“Oh, entonces lo espero con ansias. Tendré que pensar en una combinación de hierbas más deliciosa.”
Así pues, la fiesta de té a media noche (hora indeterminada) solo para ambos y la clase de preparación de mantequilla (pendiente de fecha) habían quedado decididas.