Volumen 12 Capítulo 7
Las memorias del Monarca de las Sombras
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Las palabras «Yo soy tú.». Desde su entrada en contacto con el corazón negro podía entender el significado detrás de esas palabras.
Jinwoo se volvió hacia la derecha. De repente, un árbol enorme del tamaño de varias docenas de rascacielos combinados, se elevó hasta el final del cielo. Luego miró al otro lado. Cuando giró la cabeza hacia la izquierda, un tren de levitación magnética emergió repentinamente de la oscuridad y pasó rápidamente a su lado. Los dos habían aparecido simplemente porque Jinwoo deseaba verlos. En otras palabras, habían sido creados de la nada.
* * *
¿Habría habido alguna vez en la historia un momento en el que tanta gente estuviera gritando en tantos países al mismo tiempo?
Tan pronto como la daga del monstruo penetró el pecho del cazador Sung, la gente se agarró la cabeza con las manos y gritó. Lo que vino después fue un silencio tan pesado como un bloque de acero. Un doloroso gemido que fluyó de las bocas de quienes veían cómo el cazador Sung se desmoronaba impotente en el suelo.
“Ah...”
Después de Thomas André, un cazador con rango de Autoridad Especial, Sung Jinwoo fracasaba. Entonces, ¿quién quedaba? Nadie. Sabían muy bien que no quedaba nadie más para detener a los monstruos. Sus rostros se endurecieron como piedras.
Y poco después…
“¿Oh? ¿Qué está pasando? ¿Ah? ¿Uh?”
El vídeo se cortó con el cámara gritando de pánico. Con la enorme puerta flotando sobre Seúl y unos monstruos apareciendo de repente y matando a los mejores cazadores uno tras otro, los espectadores de todo el mundo no pudieron borrar la idea de que estaban viendo las señales del fin de la humanidad. En medio de este estado de conmoción y asombro, la gente no podía dejar las pantallas de sus televisores durante mucho tiempo, a pesar de que el vídeo de la transmisión ya se había cortado.
* * *
El helicóptero que filmaba la escena estaba echando humo. El Soberano del Frío había lanzado un perno de hielo contra él e hizo que se estrellara contra el suelo. Luego, dirigió su mirada hacia Jinwoo. Sus labios cubiertos de escarcha se movieron hacia arriba.
* * *
Otro mundo.
La luz y la oscuridad se crearon en un momento en que no existía nada. El Ser Absoluto dividió la luz para crear a los emisarios de Dios y la oscuridad para hacer a los ocho monarcas. De acuerdo con las órdenes emitidas durante su nacimiento, los Soberanos nacieron para destruir mundos y los emisarios fueron creados para mantenerlos. Por eso, sus soldados se mataban los unos a los otros sin cesar. Después de una larga guerra, cansado por una lucha sin fin, el Fragmento de la Luz más Brillante le hizo una pregunta al Ser Absoluto.
“Así es.” – confirmó el Soberano de las Sombras. – “En mi reino puedes hacer lo que quieras.”
“¿Debido a que tú y yo poseemos el mismo poder?”
El Soberano de las Sombras asintió. Su mirada se volvió hacia el árbol gigante que Jinwoo había creado. En un instante, el tamaño del árbol se redujo y se convirtió en una pequeña flor común que se podía ver en cualquier parte. Aunque solo era posible dentro de su propio reino, su capacidad para crear, destruir o cambiar el mundo admirable.
Un poder todopoderoso. Y ahora ese poder había llegado a sus manos. Jinwoo cerró brevemente los ojos y, cuando los abrió, un campo de flores se extendía desde debajo de sus pies hacia todas las direcciones. Era el mismo tipo de flor que el Soberano de las Sombras había creado al cambiar el árbol.
¿Era por su excelente [Percepción]? ¿O era porque estaba conectado al Soberano de las Sombras? Podía sentir que el Soberano estaba satisfecho mientras miraba el campo de flores. El Soberano desvió la mirada hacia Jinwoo.
“He estado esperando con ansia el momento en el que podría reunirme contigo.”
El Soberano de las Sombras se presentó oficialmente.
“Soy el Soberano de las Sombras. Soy el Rey de los Muertos, el que gobierna sobre el poder de la Muerte y quien administra la parte más profunda de la oscuridad.”
Una presencia impresionante que estaba llena de dignidad. Sin embargo, Jinwoo no sentía miedo a pesar de que cualquier ser vivo temblaría al tener a la parca ante sus ojos. Eran iguales. Notaba cómo sus emociones se desbordaban al conocer otra versión de sí mismo. Por fin. Desde que su primer encuentro con el Sistema podía hacer esa pregunta que nunca había abandonado su cabeza.
“¿Por qué…? ¿Yo?”
¿Por qué el Sistema le había elegido como Jugador? ¿Solo porque había logrado sobrevivir a la mazmorra doble? No. Tenía que haber otra razón. Y ahora había llegado el momento de obtener una respuesta.
“Te lo mostraré.”
El Soberano de las Sombras extendió lentamente su mano hacia la frente de Jinwoo. En el momento en que su dedo índice le tocó, el mundo entero cambió.
“Este es nuestro principio y nuestro fin. Y también… Tu comienzo.”
“Su vida ha llegado a su fin.”
Los ojos y los oídos del Soberano de los Colmillos de Bestia confirmaron la muerte de su presa. No podía sentir ningún indicio de vida en su cuerpo. Habían logrado deshacerse de uno de los Monarcas más poderosos antes de que se convirtiera en una variable inesperada. Sus ojos estaban inundados con el éxtasis de la victoria. Sin embargo, este no era el final de su trabajo. Todavía no. Los dos Soberanos levantaron la cabeza y sus miradas se fijaron simultáneamente en Thomas André, que actualmente estaba siendo evacuado a una buena distancia. Lennart Niermann se estremeció al sentir su mirada.
“Maldita sea…”
Con la intención de detener a la criatura humanoide parecida a una bestia había tenido que mentalizarse para perder la vida, pero ahora también había un elfo de hilo de un nivel similar.
‘¿Cómo hizo Jinwoo para luchar contra ellos…’
Su ritmo cardíaco se aceleró. Era el único cazador que podía ganar tiempo contra ellos. Lennart respiró hondo.
“Oye… La presencia de Jinwoo se ha desvanecido hace un momento. ¿Qué ha pasado?” – preguntó Thomas André que todavía no se había recuperado de sus heridas.
“Él…” – contestó Lennart. Apenas era capaz de mover sus labios.
Entonces… Los dos Soberanos que caminaban tranquilamente hacia Lennart miraron hacia atrás al mismo tiempo.
“¡…!”
“¡…!”
No podía ser. Se escuchaba un fuerte latido desde el cuerpo humano, confirmando que su corazón no se había detenido para siempre. Pero, ¿cómo? ¿Cómo podía ser posible?
Los dos Soberanos intercambiaron miradas de incredulidad. Y luego se les ocurrió el peor resultado inimaginable. Habían pasado por alto esa única posibilidad.
“Puede ser…”
Habían pensado que si mataban su cuerpo humano, el Soberano de las Sombras que estaba contenido en su interior también sería destruido, al igual que ellos mismos morían si eliminaban a sus anfitriones. Sin embargo, esta vez su oponente era el Monarca de los Muertos. No había garantía de que la Muerte, que se suponía que trataba a todos por igual, independientemente de quién fuera, se le aplicara de la misma manera. Podía ser el final para algunos y un nuevo comienzo para otros.
“No… No podemos dejar que suceda.”
Debían detenerlo a toda costa. Tenían que detener el descenso del verdadero Soberano a través de esa muerte falsa. Los dos Soberanos se pusieron completamente pálidos antes de moverse instintivamente. En un instante, los dos eliminaron la distancia que los separaba de Jinwoo y, mientras uno extendía sus largas uñas el otro desplegaba su lanza de hielo. Pusieron toda su energía en las armas para deshacerse del cuerpo que actuaría como herramienta para el descenso del Monarca.
Desafortunadamente… Sus armas fueron bloqueadas por las dagas de alguien que había aparecido repentinamente desde el suelo. La conciencia del Soberano de las Sombras todavía no había regresado. Entonces, ¿quién era este ser?
“¿……?”
Ninguno de los dos Soberanos pudo ocultar su conmoción y nerviosismo al ver cómo sus desesperados ataques eran bloqueados. El dueño de las dos dagas canceló su habilidad de [Sigilo] y apareció ante ellos. Se trataba de una figura envuelta en una túnica cuyos ojos dorados miraban a los dos Soberanos con intensidad.
“A partir de ahora, nadie podrá tocar a este niño.”
“Mi Señor. ¿Por qué no ayudas a tus fieles servidores a luchar por tu honor? ¿Por qué finges no conocer nuestro dolor? ¿No puedes escuchar los gritos de todos los soldados que han muerto por ti? Ayúdanos. Por favor, danos el poder para destruirlos. Les cortaremos las cabezas y las ofreceremos como tributo a tu gloria.”
Sin embargo, el Ser Absoluto no respondió. Fue en ese momento que los Fragmentos de Luz se dieron cuenta. Para el Ser Absoluto la lucha entre ellos y los Soberanos no era más que una forma de entretenimiento. El Ser Absoluto no quería que la lucha terminase. Al darse cuenta de que la guerra nunca terminaría mientras existiera el Ser Absoluto, cayeron en la desesperación. Y entonces, la desesperación se convirtió en ira y la ira pronto se transformó en odio.
Para poner fin a esta guerra sin sentido, desenvainaron sus espadas. Fue el comienzo de una rebelión. Jinwoo vio una procesión interminable de soldados cubriendo el universo.
“¡Oh, Dios mío…!”
Sin embargo, un grupo de soldados apareció repentinamente, bloqueándolos. El Soberano de las Sombras extendió su mano y señaló al frente del grupo, hacia el Fragmento de Luz con seis alas.
“Ese era mi antiguo yo.”
El único Fragmento que se había enfrentado a la rebelión. Sin embargo, al final, su lamentable número de soldados cayó impotente ante los ejércitos unidos de los emisarios. Nunca perdió su lealtad hasta el final y murió viendo a sus valientes subordinados ser arrastrados por sus enemigos.
Pensó que este era el final, pero al despertar en la oscuridad descubrió que el Ser Absoluto le había ocultado un cierto poder en su interior. Había inculcado en su sirviente más leal un poder grotesco para acabar con ellos por completo en el caso de que algo saliera mal. En la Eterna Oscuridad del Abismo, el Soberano de la Muerte finalmente abrió los ojos a su verdadero poder. Se arrancó los restos de sus alas ardientes y se cubrió con una armadura de oscuridad.
“¡Despierta…!”
Las almas dormidas en el abismo juraron lealtad a su Monarca. Regresó con su nuevo ejército, pero cuando apareció, todo había terminado. Los Fragmentos de Luz habían matado al Ser Absoluto, se habían convertido en Dioses y asumido su posición como Gobernantes. Luego, usando las herramientas que contenían el poder del Ser Absoluto, cazaron a los Soberanos.
Cuando Reghia, el rey de los Gigantes, Soberano primordial, fue capturado, el equilibrio entre los dos bandos se derrumbó y los Monarcas se dieron cuenta de la gravedad de la situación. Fue en ese momento que el Soberano de las Sombras se acercó a ellos.
Todos los Monarcas se unieron para contrarrestar a los Gobernantes, su enemigo común. Así, la guerra entre los siete gobernantes y los nueve monarcas continuó para siempre. Sin embargo, cuanto más duraba esta guerra, mayor era el ejército del Soberano de las Sombras. El tiempo estaba de su lado.
Con su notable actuación, parecía que los Soberanos podrían alzarse con la victoria. Sin embargo, no era el único ejército al que temían los Gobernantes. El Soberano de la Perdición, el Monarca de los Dragones también igualaba su poder. Y no eran los únicos que temían el poder del Soberano de las Sombras. El Soberano de las Llamas Blancas, el Monarca de los Demonios y el Soberano de los Colmillos de Bestia, se encontraban justo por detrás de él en poder al final de la guerra.
Jinwoo volvió a ver la escena que le había mostrado el Arquitecto del Sistema. Las legiones de demonios y bestias unieron sus fuerzas a los ejércitos de los Gobernantes y atacaron al Soberano de las Sombras y sus ejércitos. Como resultado, la Legión de las Sombras estuvo cerca de su aniquilación.
El Monarca de las Bestias, el Soberano de los Colmillos de la Bestia, abandonó a sus soldados y huyó, pero Baran, el Monarca de los Demonios, el Soberano de las Llamas Blancas, pagó el precio de su traición. Los ojos de Jinwoo se agitaron cuando pudo escuchar las últimas palabras de Baran.
Y luego, sobre su cabeza, cuatro ángeles con seis alas descendieron lentamente del cielo. Ahí fue donde había terminado la reproducción de vídeo de los datos del Sistema. Los cuatro Gobernantes rodearon al Soberano de las Sombras, que ya no poseía la fuerza suficiente para comandar su propio ejército. El Soberano arrojó su espada al suelo, como anticipándose al resultado de la batalla. Pero si los Gobernantes habían matado al Soberano de las Sombras, ¿cómo podría explicarse la presencia del Soberano de las Sombras en este momento?
Jinwoo tragó saliva por su garganta seca y prestó aún más atención a lo que podría ser el final del Soberano de las Sombras. Y entonces…
Uno por uno, los Gobernantes comenzaron a arrodillarse ante el Soberano de las Sombras. Y poco después, el Gobernante que se había agachado primero comenzó a hablar.
“Por favor, perdónanos, Fragmento de la Luz más Brillante.”
Los Gobernantes le pedían perdón al Soberano de las Sombras. Tenían una ventaja abrumadora. Si querían, podrían haber devuelto al Soberano de las Sombras a la nada, pero deseaban reconciliarse con él. Era su forma de mostrar respeto hacia su antiguo compañero, un ser que había nacido al mismo tiempo que ellos. Un homenaje al guerrero más grande, a aquel que había liderado la Legión de la Luz para enfrentarse a los Soberanos.
Aunque el Soberano de las Sombras nunca había sido su líder, sus compañeros lo admiraban. Por eso, en lugar de destruir al Soberano de las Sombras, el Fragmento de Luz más Brillante, se arrodillaron ante él.
“Ya no tenemos ninguna razón para pelear.”
La voz enfurecida del Soberano de las Sombras resonó en la tierra.
“¿Que no hay ninguna razón?”
El Soberano de las Sombras agarró por el cuello al Gobernante que le estaba pidiendo perdón y lo levantó por la fuerza.
“¿No has dañado a mi Señor con tus espadas y lanzas?”
“También era nuestro Señor.”
“¡Por eso tus pecados son más terribles!”
Los Gobernantes mantuvieron una actitud respetuosa hacia el enojado Soberano de las Sombras.
“¿No sabes mejor que nadie cómo nos sentimos cuando nos rebelamos contra él?”
Cuando el Soberano de las Sombras levantó la cabeza, descubrió que los soldados de alas plateadas que cubrían el cielo estaban mirando hacia abajo ansiosos. Eran soldados verdaderamente leales. ¿Cómo podía no saber lo que sentían al ver morir a sus compañeros a manos de sus enemigos? Fue él quien los había dirigido en innumerables campos de batalla para derramar sangre por su Señor.
“Solo queremos poner fin a esta guerra.”
La mano que sostenía el cuello del Gobernante se aflojó un poco.
“Y finalmente tenemos la oportunidad de hacerlo.”
“Así es. Puedes terminar esta guerra.”
El Soberano de las Sombras atrajo la espada que había desechado antes, recogió su espada e hizo que el ángel agarrara la empuñadura.
“Mátame con esta espada.” – Luego, miró a su alrededor y gritó al resto de Gobernantes. – “¡Atraviesa mi corazón con tu lanza! ¡Este es el fin que tanto desesperas! ¡Seréis los vencedores de esta guerra!”
Pero al momento, la espada cayó impotente de la mano del Gobernante. Ninguno atacó al Señor de las Sombras. En cambio, sonó una voz cargada de súplica.
“Por favor, busca en tu corazón la manera de perdonarnos.”
Desafortunadamente, su súplica sincera golpeó al Soberano de las Sombras de forma más dolorosa que cualquier otra arma conocida por el hombre. Después de perder a sus subordinados, después de perder a su Señor y después de que él mismo quedase atrapado en la oscuridad, lo único que le había motivado para continuar fueron los pensamientos de venganza. El deseo de venganza le había ayudado a aguantar hasta ahora.
Había liderado al ejército de los muertos con el compromiso de hacerles pagar por todos sus actos. Pero ahora, ¿cómo podía seguir odiando a quienes le suplicaban perdón para salvar a sus propios soldados de este ciclo interminable de guerra? Después de todo, tanto él, que había combatido para proteger a su Señor, como los Gobernantes, que luchaban para salvar a sus hombres, habían sido víctimas del destino.
El hecho de que estos ángeles arrodillados no fueran sus detestables enemigos, sino los compañeros con lo que había atravesado el infierno, pesaba sobre su corazón. Ahora que la única razón de su existencia había desaparecido, el Soberano de las Sombras gritó como si estuviera vomitando sangre.
“¡Mátame!”
Todo terminaba aquí. Prefería volver al vació, olvidarse de todo y descansar durante toda la eternidad.
“¡Date prisa!”
Pero ninguno de los Gobernantes se movió. No, se quedaron arrodillados, con la cabeza pegada al suelo, tal como estaban desde el principio.
El Soberano de las Sombras levantó la cabeza. Al instante, los soldados con alas plateadas, como si aún recordaran al guerrero celestial más grande, pusieron sus puños sobre el pecho e inclinaron la cabeza, uno tras otro.
“……”
A pesar de haber tenido que luchar contra él, todavía no habían olvidado la admiración que sentían en su corazón y, en consecuencia, le rendían homenaje. Había tal cantidad de soldados que cubría por completo el cielo. Y cuando todos bajaron la cabeza, el Soberano de las Sombras dejó de mirarlos, se dio la vuelta y se fue en silencio. El Soberano de la Sombras desapareció.
El resto de Monarcas, cuyo poder se había debilitado por las luchas internas de los otros tres Soberanos, fueron finalmente derrotados por los Gobernantes. Se llevaron a las tropas que les quedaron y huyeron a través de una brecha dimensional.
Jinwoo quedó completamente estupefacto cuando vio a los soldados de los Monarcas derrotados moverse a gran escala a través de la enorme puerta.
‘La cantidad de soldados derrotados es tan grande…’
Hasta ahora ni siquiera podía llegar a imaginar cuantos soldados habían sido sacrificados por el juego del Ser Absoluto. Entendía los sentimientos de los Gobernantes y por qué se habían rebelado contra su Señor.
Y entonces, el Señor de las Sombras apareció de nuevo. Cuando el Soberano de las Sombras y el Soberano de los Colmillos de las Bestias se encontraron, los demás se pusieron extremadamente nerviosos pensando en que estallaría una pelea entre los dos. Pero debido a la intervención del Monarca de los Dragones nada sucedió.
“Ahora es el momento de compensar la disminución de nuestro poder. Conozco la historia que hay entre vosotros, pero no toleraré una pelea.”
El Monarca de los Dragones aceptó con facilidad el retorno del Soberano de las Sombras. Jinwoo tragó saliva cuando vio al Monarca de los Dragones en su forma humanoide. Era consciente del hecho de que la figura ante sus ojos no era más que un fragmento de los recuerdos del Soberano de las Sombras.
‘Ese es Berserk, el Monarca de los Dragones, el Soberano de la Perdición…’
El poder aterrador que percibía con solo una mirada le hacía temblar.
Los Monarcas que huyeron a través de la brecha dimensional, escaparon de los ojos de los Gobernantes y buscaron un nuevo mundo donde nutrir a un nuevo ejército. Innumerables galaxias y planetas pasaron volando ante los ojos de Jinwoo. Y, finalmente, el vídeo se detuvo en un planeta. Jinwoo dejó escapar un grito ahogado al verlo.
“Ah…”
Un hermoso planeta azul que destacaba en mitad del espacio. Se trataba de la Tierra. Después de mucho tiempo, los Monarcas habían logrado perforar un túnel desde la otra dimensión. La humanidad no pudo escapar de la aniquilación tras la aparición de un enemigo sin precedentes. Jinwoo endureció su rostro al ver cómo las ciudades se reducían a escombros. Era como cuando entró dentro del Castillo demoníaco en la mazmorra instantánea.
“¿Es lo que sucederá en el futuro?”
“Esto es el pasado.”
Los ojos de Jinwoo temblaron ante la inesperada respuesta. Pero su conmoción solo duró un corto periodo de tiempo. El Soberano de las Sombras continuó con su explicación.
“Los Gobernantes detectaron los movimientos de los Soberanos demasiado tarde y aunque enviaron sus tropas no llegaron a tiempo.”
Si el propósito de la existencia de los Monarcas era la destrucción, el propósito de los Gobernantes era protegerlos. Naturalmente, los Gobernantes se enfurecieron cuando vieron a las hordas del mundo del Caos erradicar otro mundo. Y para corregir el error, usaron una de las herramientas del Ser Absoluto que habían decidido no usar. La habían robado antes de rebelarse del almacén de Dios: el Cáliz de la Reencarnación. Era un objeto con un poder tremendo que podía hacer retroceder el tiempo diez años.
‘¿Diez años?’
Los ojos de Jinwoo se abrieron. Eran exactamente los años que habían pasado desde la creación de la primera puerta y la aparición de los cazadores.
“Tu sospecha es correcta.”
Los Gobernantes hicieron todo lo posible para rescatar este nuevo mundo, pero la Tierra era demasiado frágil para albergar las batallas entre ellos y los Soberanos. Un planeta sin magia no podía soportar una guerra a gran escala.
Gobernantes y Soberanos. No importaba quién ganase, las consecuencias para la Tierra serían las mismas. Después de usar el artefacto varias veces, los Gobernantes tomaron una decisión drástica. Si no podían salvarlos a todos, harían que algunos de ellos lograsen sobrevivir para continuar la vida en este planeta.
“Si es así, ¿entonces…?”
“Las puertas son el proceso para crear humanos que puedan sobrevivir al conflicto. Aun así, los Gobernantes querían protegerlos.”
Solo entonces Jinwoo se dio cuenta. La razón por la que los Gobernantes habían procedido sin ponerse en contacto con la humanidad a pesar de que sabían el desastre que iba a caer sobre ellos.
‘Aquellos que puedan sobrevivir en un mundo cambiado son…’
Si la humanidad supiera que todo el mundo moriría pronto, con la única excepción de un pequeño número de personas a las que se conocía como ‘Cazadores’, ¿podría funcionar correctamente la sociedad? No. Jinwoo negó en su interior.
Después de la larga explicación, entendió por qué habían aparecido las puertas y los cazadores. Sin embargo, todavía no había escuchado lo que más quería saber. Como si conociera su corazón o hubiera leído su mente, el Soberano de las Sombras hizo un gesto con las manos y el entorno cambió por completo.
“Las existencias superiores, como los Gobernantes y Soberanos, pueden percibir el paso del tiempo que se ha cambiado con la Herramienta de los Dioses.” – dijo el Soberano de las Sombras. – “Y no puedes hacer nada para detenerlo.”
Mientras los Gobernantes intentaban corregir sus errores varias veces, los Monarcas refinaron aún más sus planes. Hasta que la herramienta divina ya no se pudo volver a utilizar.
“Espera… ¿Existe un límite de usos para ese Cáliz de la Reencarnación?”
“No hay poder ilimitado. Al igual que el Ser Absoluto fue eliminado por sus criaturas, ningún poder dura para siempre.”
Había un indicio de amargura en su voz y eso llevó a Jinwoo a girar la cabeza hacia el Soberano de las Sombras antes de que éste tuviera tiempo de notarlo.
“Ahora que lo mencionas, ¿cómo pudieron sus propias criaturas matar al creador?”
“No es muy diferente a morir o terminar herido por una máquina hecha con tus manos.”
Sonaba lógico. Aunque las máquinas se habían creado por conveniencia de la humanidad, aún podían dañar a los humanos dependiendo de cómo se utilizasen. Igual que los humanos temen a la Inteligencia Artificial creada por sus propias manos.
“Fuimos creados para luchar, y nuestros poderes fueron más que suficientes para derribar a nuestro propio Señor.”
Jinwoo asintió. De pronto, alrededor de Jinwoo y del Soberano de las Sombras, también aparecieron varios Soberanos con los que estaba familiarizado.
“Los Soberanos se inspiraron en el camino empleado por los Gobernantes.”
Al igual que los Gobernantes habían tomado prestado el poder de los humanos para reforzar el mundo e inundarlo de poder mágico matando monstruos, los Soberanos también habían cogido prestado los cuerpos de los humanos y trajeron a sus ejércitos mucho antes de lo que los Gobernantes esperaban.
“Planean usar la energía mágica esparcida por la Tierra para convertirla en una trampa.”
“Para devorar los ejércitos de los Gobernantes que vienen a apoyar a la humanidad…”
“Así es.”
Para que los poderosos Soberanos pudieran llegar a este mundo necesitaban un cuerpo. Y, uno por uno, buscaron un cuerpo que les convenía. Sin embargo, el Soberano de la Perdición y el Soberano de las Sombras poseían tanto poder que no habían logrado encontrar a ningún ser humano que tuviera un cuerpo capaz de soportar su poder.
“En ese momento, el mago más poderoso que trabajaba para uno de los Soberanos vino con una sugerencia. Dijo que encontraría un anfitrión humano adecuado para mí.”
El Arquitecto. El mago llamado Arquitecto por los Monarcas, le dijo al Soberano de las Sombras que le ayudaría a entrar en este mundo a cambio de convertirlo en un verdadero inmortal. Y el Soberano de las Sombras, que estaba interesado en el mundo humano, aceptó la oferta. Sin embargo, ningún ser humano podría soportar el Poder de la Muerte.
“Un humano con una alta sensibilidad hacia la energía mágica, con una condición física abrumadoramente superior. Ninguno pudo manejar mi poder y todos se volvieron locos o murieron.”
Ningún ser vivo era un recipiente que pudiera soportar la Muerte. El contrato con un Soberano; ese acto poseía un significado diferente al de una promesa ordinaria. Obviamente, el Arquitecto se impacientó cada vez más. Mientras el Arquitecto seguía buscando otros candidatos desesperado, el Soberano de las Sombras encontró a alguien con potencial.
“……”
Jinwoo levantó la cabeza. Aparecieron cientos de monitores transmitiendo diversas imágenes de él al mismo tiempo.
“Siempre te he visto cerca de la muerte, pero de alguna manera, escapabas de forma desesperada de sus garras en cada ocasión.”
Cuatro años trabajando como cazador. Jinwoo, que era el más bajo de todos los cazadores de rango E, no abandonaba las mazmorras a pesar de experimentar los peligros mortales de su interior todos los días. Todo por su madre y su hermana pequeña. Había luchado desesperadamente por su familia. Todos los registros de los últimos cuatro años permanecían en la memoria del Soberano de las Sombras.
“Te elegí a pesar de la oposición del Arquitecto.” – dijo señalándole con el dedo.
El corazón de Jinwoo latió con fuerza mientras miraba la yema del dedo. El Soberano lo había dicho antes: «Soy la historia de tus luchas, las huellas de tu resistencia y la recompensa de tu dolor.» Sus palabras no habían sido para describir todo lo que había ocurrido después de convertirse en Jugador. Fueron para describir su vida antes de poder disfrutar de los beneficios del Sistema. Una vez más, cada una de esas palabras resonaba con fuerza en su corazón.
“El ansioso Arquitecto aceptó mis instrucciones y, al final, te incorporó a su diseño.”
La mazmorra doble. La prueba de supervivencia. Y, por último, el Jugador. Todo había sido parte del plan del Arquitecto para crear un recipiente adecuado para el Soberano de las Sombras.
“Mientras la vida se repetía en su mundo, una y otra vez, el Arquitecto pudo observar a los humanos de cerca. Y creó un Sistema basado en lo mucho que disfrutan los humanos jugando y lo bien que se les da, para que pudieras adaptarte a mis grandes poderes.”
Lo que los humanos hacen mejor y aman. Jinwoo supo lo que era tan pronto como escuchó la historia del Monarca. Los videojuegos. Había una razón por la que el Sistema utilizaba un diseño similar al de un videojuego para tratar con el Jugador. Y Jinwoo había sido el único éxito de todo el experimento.
“El Sistema que creó el Arquitecto usando mi poder cambió gradualmente tu cuerpo para que se adaptase a mí, paso a paso.”
“Pero, ¿por qué traicionaste al Arquitecto?”
Jinwoo recordó la imagen del ángel gritando con furia que había engañado a los Monarcas en la segunda mazmorra doble. Pero, ¿por qué el Soberano de las Sombras había engañado al Arquitecto para elegirlo a él? Tenía que pedir una aclaración.
“¿Por qué?”
“……”
El Soberano de las Sombras dudó por primera vez. Parecía estar preocupado por algo, pero al final, volvió a abrir la boca.
“Porque quise.”
Comparado con su larga agonía, esa respuesta era demasiado simple. Pero, por extraño que pareciera, Jinwoo se rio.
“Disfruté del tiempo que pasaba contigo, odiaba la idea de perderte.”
En lugar de eliminar la personalidad de Jinwoo y apoderarse de su cuerpo, el Soberano de las Sombras había elegido asimilarse con él. Había preferido continuar juntos. Y el resultado final era…
El Soberano levantó lentamente ambas manos y agarró los lados del yelmo que cubría su cabeza. Lentamente, lo levantó, haciendo que los ojos de Jinwoo se agrandasen cuando reveló su rostro.
“¡……!”
Era su propio rostro. El Soberano de las Sombras tenía exactamente el mismo rostro que él. ¿Qué estaba pasando? Sin darse cuenta, Jinwoo bajó su mirada y descubrió que la oscuridad que le rodeaba lo había envuelto para formar una armadura. Su forma era la misma que la del Soberano de las Sombras. Los dos se miraron como si estuvieran ante un espejo.
“Me convertí en ti y tú te convertiste en mí.”
«Yo soy tú.» Esa era una verdad innegable.
“No importa quién controla el cuerpo si somos lo mismo.”
Eran la misma persona.
“Así que te daré una opción. Tú eliges.”
Cuando el Soberano de las Sombras levantó su mano izquierda, aparecieron todas las caras de sus conocidos.
“Aquí, en el Reino de la Muerte, puedes disfrutar del descanso eterno con los hermosos sueños que has creado.”
El rostro del Presidente de la Asociación, Go Gunhee, le estaba sonriendo. Diferentes escenas fueron apareciendo, una tras otra. Su joven madre, mucho antes de enfermar. Un evento de su juventud que ya había olvidado.
“Pero si no quieres eso…”
Cuando el Soberano de las Sombras bajó su mano izquierda y levantó la mano derecha, todos desaparecieron y, en un instante, un dragón de un tamaño aterrador voló sobre el cielo negro. Y luego apareció un ejército compuesto por innumerables dragones que incineraban todas las ciudades que podían encontrar.
“Volverás a la realidad y lucharás contra ellos…”
Jinwoo miró al ejército de la perdición liderado por el Monarca de los Dragones con un rostro serio. En lugar de responder, hizo una pregunta.
“¿Por qué te escapaste con los Soberanos a otro mundo a pesar de que no tenías ningún deseo de luchar contra los Gobernantes?”
“Porque no tenía ningún lugar al que ir.”
El Soberano de las Sombras era un Gobernante y, al mismo tiempo, un Soberano. Y no tenía ningún lugar al que pudiera llamar ‘Hogar’. Por eso había elegido vagar por otros mundos buscando su lugar. Al escuchar la respuesta del Soberano, Jinwoo finalmente tomó su decisión.
“Mi respuesta es la misma.”
Una sonrisa imperceptible ya había aparecido en el rostro del Soberano incluso antes de que Jinwoo diera su respuesta.
“Este no es el lugar al que pertenezco.”
“Bien…”
El Soberano de las Sombras asintió, como si dijera Por eso te elegí a ti.
“¿No podré volver a verte nunca más?”
“Volveré al descanso eterno. Y tú, como nuevo Soberano de las Sombras, tendrás una vida eterna. Lo más seguro es que no volvamos a vernos.”
A pesar de decir esas palabras, había una expresión de alivio en el rostro del Soberano de las Sombras. Finalmente había llegado su momento de descansar.
“Gracias por darme una oportunidad.” – dijo Jinwoo, para despedirse del complacido Monarca.
“……”
Por un breve instante, una mirada de nostalgia pasó por la expresión del Soberano antes de desaparecer por completo.
“Con la muerte, tus poderes se completarán. En cuanto a cómo regresar…”
Jinwoo lo detuvo.
“Lo sé.”
Porque… Yo soy tú. Una sonrisa apareció en el rostro del Soberano de las Sombras mientras se acercaba el momento de su partida. Después de un largo viaje, había llegado al punto en que podía descansar. El Soberano se dirigió a Jinwoo.
“Adiós.”
Dio un paso atrás y, sin decir una palabra, lo miró en silencio. Jinwoo asintió. Y dijo la palabra que le haría renacer por completo como un Soberano de las Sombras.
“Despierta.”