Arco 11 Capítulo 93
Inicio de la excavación de prueba
Traducido por Alsabov
Corregido por DaniR
Editado por Helios
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Dos días después, por la mañana. En el desayuno, cuando Kazura llegó al comedor junto con Marie, allí ya se encontraban las demás personas. Ese día también estaba Zirconia en la mesa, que sonrió a Kazura cuando lo vio llegar. No quedaban rastros de aquella expresión cansada mostrada hacía unos días y su condición física también parecía ser excelente. Eso tal vez era debido a la bebida energética que Kazura le había enviado por medio de Ayla.
“Buenos días señor Kazura. Me disculpo por ausentarme dos días.” – dijo Zirconia.
“Estás bien. ¿Hoy te sientes mejor?”
“Sí, ya me siento bien. Puedo empezar a trabajar ahora mismo.”
Zirconia hablaba con una expresión brillante en el rostro, y Kazura se sintió aliviado. Durante los últimos dos días, Kazura no había logrado borrar de su mente la visión de Zirconia llorando y eso le hacía sentir deprimido. Sin embargo, tras ver su expresión, parecía que lo había superado de alguna manera.
“Esto, señor Kazura, sobre mi agenda para hoy…”
Cuando Kazura se sentó en la mesa, Liese, que estaba sentada a su lado, comenzó a hablar en tono de disculpa. Se notaban rastros de fatiga en su rostro.
“Al igual que ayer, hoy también tengo programadas varias audiencias, por lo que hoy tampoco podré acompañarte… De verdad que lo siento.”
“¿Es así…? No se puede evitar; después de todo, esas audiencias son importantes, ¿verdad? Podemos ir cuando tengas tiempo libre, por favor no te preocupes tanto.” – dijo Kazura.
“Muchas gracias. Lo cierto es que mañana y pasado mañana tengo audiencias hasta el anochecer… ¿Estaría bien si vamos a la inspección de las barracas dentro de tres días?”
“¿Tienes reuniones durante cuatro días seguidos? Me parecería bien que hagamos la inspección más tarde, así podrás descansar al menos un día.”
“No, que sea dentro de tres días. Tendré mi agenda libre, así que por favor, deja que te acompañe.”
Como Liese estaba muy ocupada, Kazura se preocupó un poco. Debía haberse esforzado mucho cuando se encargó de la instalación de las norias y durante la negociación con los artesanos en su ausencia. Además, al parecer también recibía lecciones de administración de territorio relacionados con el ejército durante sus tiempos libres. Se sentía culpable por mantenerla ocupada durante su tan merecido día de descanso, pero la persona en cuestión no lo veía de ese modo.
“¿Estás planeando visitar los campos del ejército?” – preguntó Zirconia con sorpresa al escuchar la conversación.
“Sí. Anteayer el señor Nelson me explicó cómo estaba la situación del armamento, pero como mínimo me gustaría verlo personalmente. Por cierto, si tienes tiempo después, me gustaría escuchar tu opinión sobre la situación diplomática.”
“¡Oh, de verdad, muchas gracias! Entonces, si te parece bien… Ah, no, no es nada.”
Zirconia había estado a punto de decir ‘Si te parece bien te acompañaré a las barracas después del desayuno’, pero cambió de parecer después de percibir un aura oscura que emanaba de Liese. Se había dejado llevar después de escuchar a Kazura decir algo que no esperaba.
Por lo que había escuchado de Ayla, su relación parecía progresar favorablemente. Viendo cómo Liese intentaba conquistar a Kazura de manera agresiva, buscando situaciones para estar juntos, Zirconia pensaba que sería mejor si se quedaba de lado.
En los días anteriores, Zirconia se había dado cuenta que Kazura estaba preocupado por ella. Hasta la noche de ayer, se había sentido deprimida por su error en la visita nocturna, pero después de experimentar los efectos de los cosméticos y la bebida energética entregadas por Ayla, su ánimo mejoró considerablemente. Después de beber la bebida energética, su cuerpo, que se sentía pesado como una piedra de tanto trabajar y por falta de sueño, se recuperó completamente en tan solo dos horas, tanto que su condición física actual no podría estar en mejor forma. Además, gracias a los cosméticos que le había dado, su piel áspera había comenzado a mejorar radicalmente. Había experimentado efectos similares con las sales de baño, pero los efectos actuales no se podían comparar.
Aunque no dejaba de sorprenderse por los bienes que traía Kazura, no había esperado que también poseyera medicinas y cosméticos de efectividad tan grande. Entregándole objetos de tal calidad como regalo de disculpa, Zirconia se daba cuenta que se había preocupado demasiado por los eventos de aquella noche. Si Kazura hubiera perdido interés en ella, no se habría preocupado tanto por su condición. Al contrario, su ánimo deprimido había sido capaz de generar la simpatía y preocupación de Kazura. Si hacía buen uso de la situación, entonces sería posible atraer su atención incluso más.
“Si hay algo que necesites saber o tienes alguna duda, no dudes en preguntarme. Como estoy a cargo de la supervisión del ejército, creo que puedo responder cualquier pregunta.” – se ofreció Zirconia.
“Entiendo, entonces contaré contigo cuando llegue el momento. Pero no sé si seré capaz de servir de alguna ayuda, así que por favor, no esperes demasiado.”
Kazura pensaba que no debería elevar tanto sus expectativas. Sin embargo, Zirconia no parecía decepcionada sino todo lo contrario, y sonrió brillantemente a Kazura.
“Estará bien aunque simplemente eches un vistazo. Muchas gracias.”
“Sí, estamos muy agradecidos por tu ayude con los asuntos internos… Así mismo, sería un alivio poder recibir al menos consejo en los asuntos militares. De verdad, estamos agradecidos.” – dijo Narson.
“Ah, sí. De momento haré una visita de reconocimiento. Señorita Liese, cuento contigo más tarde.”
“¡Sí!”
Mientras tanto, los preparativos del desayuno estaban terminados, y así los cuatro tomaron juntos el desayuno.
* * *
En cierto lugar de la ciudad, Kazura le explicaba a los poceros cómo usar el pequeño taladro excavador. Junto a Kazura estaba Zirconia ataviada con su armadura y escuchaba atentamente la explicación. A su alrededor había mantas para cubrir el área de trabajo de la gente.
En esta ocasión no se encontraban con ellos Isaac y Havel, por lo que solo estaban Kazura, Zirconia, varios guardias y criados junto con los poceros. Isaac y Havel estaban ocupados construyendo el acueducto para el generador hidroeléctrico que les había encargado Kazura.
“Hay que clavar la punta en el suelo, y al girar el mango se excava la tierra. La tierra excavada se almacena en la punta, por lo que después de perforar cierta cantidad, debéis levantar la herramienta para retirar la tierra. Y esto se repite una y otra vez.” – explicaba Kazura.
El taladro excavador que había traído Kazura tenía forma de ‘T’ y una punta afilada en forma de pico de pájaro que era por donde se enterraba y excavaba la tierra. Gracias a una válvula que había en el contenedor, la tierra excavada no retornaba hasta que se liberaba manualmente. Como estaba hecho de acero, el filo no se perdería a menos que aplicasen mucha fuerza. Aunque no era capaz de atravesar la capa de piedra, si se encontraban con rocas pequeñas, podrían romperlas cambiando con facilidad la punta por una especial.
“Si continuáis excavando como os he explicado, os encontraréis con una capa de arena marrón acompañada de agua de baja calidad, pero no os detengáis aunque empiece a salir agua. Continuad excavando hasta encontrar la capa con agua de buena calidad. Eso sí, si os topáis con una capa de piedra, debéis dejar de excavar y reintentarlo en otro lugar.”
A parte de la gran cantidad de hierro que contenían los pozos de la ciudad de Isteria, también había que tener en cuenta que la cantidad de agua que aportaban dependía de la temporada del año. Debería existir una vía de agua de mejor calidad y con flujo constante a más profundidad, por lo que el objetivo actual era excavar en los pozos para encontrar esa veta subterránea. Sin embargo, como había una gruesa capa de piedra, también debían encontrar un lugar donde pudieran excavar sin toparse con ella.
Si no eran capaces de encontrar un sitio sin la capa de piedra después de intentarlo varias veces, entonces no tendrían otra opción que usar el cincel ultra duro de acero para perforarla. Como la mayoría de los pozos existentes ya se habían topado con la capa de piedra, Kazura tenía planeado distribuir los cinceles entre los poceros para que pudieran atravesarla.
Como actualmente era temporada seca, la mayoría de los pozos estaban secos, por lo que era buen momento para realizar esos trabajos. Si Kazura usaba el taladro a gasolina, entonces terminarían el trabajo en un parpadeo, pero no quería usarlo en la ciudad por todo el ruido que generaba.
Mientras los poceros comenzaban a trabajar, Kazura y Zirconia se movieron al siguiente lugar acompañados de los guardias.
“Señor Kazura, lamento mi falta de compostura del otro día. También quiero expresar mi agradecimiento por la medicina y los cosméticos.”
Zirconia comenzó a conversar con Kazura mientras caminaban en el centro del grupo. Tal vez esperando su reacción, Zirconia hizo una expresión abatida.
“No. Fueron mis acciones las que ocasionaron el malentendido. Yo soy el que lo lamenta. Eso… Terminó dejándote una experiencia aterradora…”
“¡Ah, no! Fui yo quien lo malentendió, ¡no fue culpa del señor Kazura! Ya me encuentro bien, así que no te preocupes tanto.”
Kazura comenzaba a disculparse y Zirconia hizo lo mismo.
“Estoy agradecido… Esto, ¿la medicina que te di surtió efecto?”
“Sí, lo cierto es que ha obrado efectos sorprendentes. Tras una noche después de beberla, todo el cansancio de mi cuerpo había desaparecido. Como era de esperar de una medicina del Reino de los Dioses.”
Zirconia respondía con su sonrisa usual y Kazura se sintió relajado desde el fondo de su corazón. Aunque la había visto animada durante el desayuno, no tenía confianza en que pudieran conversar normalmente como antes. Pero al verla ahora, parecía que no había nada de lo que preocuparse.
“Es bueno escuchar eso. ¿Los cosméticos también han funcionado bien? – preguntó Kazura.
“Sí. Después de aplicarlos, mi piel se volvió tan hermosa en una sola noche que no podía reconocerla. En verdad parece magia.”
Mirando de cerca su sonriente rostro, su piel se notaba más hidrata y firme que antes. Tal vez porque los efectos del champú y el acondicionador comenzaban a hacer efecto, su cabello también se notaba más brillante y hermoso.
“Todavía me quedan algunos, así que por favor, házmelo saber cuando estén a punto de terminarse. También, por favor dime cuando empieces a sentirte mal para poder darte de nuevo la medicina.”
“Muchas gracias. Sin embargo, pienso tener cuidado en no sobre esforzarme de nuevo en el futuro, así que no te preocupes. Pero, de ser posible… Si no te molesta, me gustaría que compartieras también la medicina con Narson e Isaac. Deben estar más cansados que yo…”
La petición de Zirconia era tímida; ya no había rastros de esa atmósfera codiciosa que la había rodeado hasta ahora. Kazura no tenía ni idea de lo que le había pasado, pero últimamente sentía que Zirconia se había vuelto más atenta y agradecida con él. Tal vez podía ser algo entrometido por su parte, pero después de ver cómo Zirconia se esforzaba con toda su alma, Kazura terminó queriendo ayudarla.
“Te entiendo. Se las daré cuando terminemos con esto.”
“Muchas gracias. Narson no conoce los efectos de la medicina, así que sin duda quedará muy sorprendido.” – dijo Zirconia sonriendo encantadoramente y Kazura le sonrió de vuelta antes de preguntarle por algo que le molestaba desde la noche anterior.
“Por cierto, capturaste a tres bandidos de los que atacaron la aldea Grisea la vez pasada, ¿verdad? ¿Interrogaste a esos bandidos?”
“Sí, los interrogué cuando el señor Kazura regresó al pueblo.”
“Así que la señora Zirconia los interrogó personalmente… ¿Qué clase de cosas escuchaste de ellos?”
Zirconia se quedó pensando durante un momento antes de responder.
“Esto… Me contaron los detalles de los crímenes que habían cometido. Como coincidían con los registros que teníamos, parece que contestaron honestamente.”
“Entonces, ya habían atacado a personas antes… ¿Dijeron algo más?”
Mientras Kazura pensaba, Zirconia le observaba de reojo, como si intentara deducir a dónde quería llegar con su expresión.
“Sobre eso… Dijeron que los habitantes de la aldea eran fuertes como monstruos…”
“¿Como monstruos…?”
Zirconia miró a Kazura asustada.
“¡Ah! No, no. ¡No estoy diciendo que veo a los habitantes del pueblo como diferentes! Respecto a la bendición de fuerza, solo Narson y yo sabemos del tema… Ah, también Ayla… Debo haberle contado los detalles del interrogatorio… Lamento no haberte dicho nada…”
“No, está bien. Por favor, no te preocupes.”
Kazura se sintió relajado tras su enfrentamiento con Zirconia. Kazura no tenía ni idea de que Zirconia era consciente de la fuerza de los aldeanos, pero si supiera el método ya lo hubiera intentado utilizar. Por su expresión ‘bendición de fuerza’, parecía no ser consciente de que el método para obtenerla era el consumo continuo de comida. También pensaba que iba a pedirle que le otorgara ese aumento de fuerza, pero no mostraba signos de que fuera a hacerlo. Actuaba con modestia y eso era muy inesperado para Kazura.
“Entonces, ¿ahora dónde están esos bandidos? ¿Acaso están prisioneros en alguna celda o así?”
“No, fueron ejecutados al terminar el interrogatorio. Sus cabezas se colgaron en la puerta sur, pero pronto será el momento de retirarlas de ahí.”
“…”
“Ya que respondieron honestamente a lo que les pregunte, decidí ejecutarlos sin que sufrieran tanto… Quizás… ¿Me pregunto si debería haberte consultado antes el método de ejecución?”
“N-no, está bien. Ya veo, así que fueron decapitados…”
Aunque Kazura estaba sin palabras por esa espantosa información, podía entender que eso era algo natural en este mundo. Había pensado que a los bandidos se les otorgaría un juicio justo en lugar de ser ejecutados inmediatamente después del interrogatorio, pero podría no haber necesidad de juzgar a todos y cada uno de los bandidos. Kazura se estremeció por la diferencia con su propio mundo, pero pronto cambió el tema de la conversación por uno pacífico e inofensivo.