Volumen 12 Capítulo 9
Verdadero poder
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Cuando Jinwoo cerró los ojos y concentró toda su atención en buscar a la bestia que se había escapado, el Soberano del Frío tuvo un sentimiento intuitivo: el Soberano de las Sombras había expuesto una brecha. Tal vez estaba ante una oportunidad que no se volvería a presentar por segunda vez. Aunque hubiese una gran brecha en la fuerza individual, ¿cómo se atrevía a apartar los ojos de su enemigo? Si perdía esta oportunidad, lo único que le estaría esperando sería una muerte inevitable. La mortalidad de la vida.
Para luchar contra la sombra de la Muerte, el Soberano del Frío decidió apostar todo en un movimiento final.
* * *
Tan pronto como se cortó la transmisión de televisión, el Presidente de la Asociación, Woo Jincheol, golpeó el escritorio con el puño.
¡Bam!
La escena final antes de que se cortara la señal en directo era la del cazador Sung derrumbándose sin fuerza después de ser golpeado por los dos monstruos. Al ver esa escena, Woo Jincheol sintió como si todo su mundo se hubiera derrumbado. Si tan solo este escritorio no fuera uno lo único que había usado Go Gunhee, lo habría aplastado con el puño. El puño cerrado de Woo Jincheol tembló. Todos los subordinados que observaban la situación en la oficina del Presidente también apretaron los dientes con fuerza.
Había un silencio pesado. Sin embargo, sabía mejor que nadie que no tenía tiempo para eso.
“¿Cuántos gremios hay en la zona?” – preguntó el Presidente.
“Mmm, han llegado cinco gremios.”
Woo Jincheol se levantó de su asiento y emitió una nueva orden urgente.
“La División de Vigilancia también irá. Yo también los acompañaré.”
“Señor, ¡es demasiado peligroso!”
“¿Crees que estar en peligro o a salvo es importante en nuestra situación actual?” – preguntó Jincheol lanzando una mirada aterradora.
De inmediato, todos los empleados que estaban tratando de persuadirlo se quedaron sin palabras. La República de Corea acababa de perder su última línea de defensa, Sung Jinwoo. Ya no había espacio para retirarse. Si los cazadores no podían unir sus fuerzas para detener a los monstruos, no habría futuro.
Woo Jincheol se apresuró a ponerse su abrigo antes de que una de las cámaras de vigilancia que emitía imágenes en tiempo real llamara su atención y le obligara a levantar la cabeza. Se trataba de una cámara que apuntaba hacia el cielo las veinticuatro horas del día. Transmitía continuamente las imágenes de la gran puerta que flotaba sobre el cielo de Seúl. Los ojos de Woo Jincheol temblaron mientras miraban la pantalla.
‘Quizás…’
Quizás, la nación de Corea ya estaba condenada. Su corazón dio un vuelco hasta la boca del estómago. Aunque tuvieran la suerte de matar a esos monstruos, sufrirían graves bajas. ¿Podrían ser capaces de lidiar con esa puerta absurdamente descomunal con los cazadores restantes sin la presencia de Sung Jinwoo?
Cuando pensó en los monstruos que habían aparecido dentro de la ciudad y en la gran puerta del cielo, una sensación de desesperación se precipitó como un maremoto. Sin embargo, Woo Jincheol negó con la cabeza con fuerza. Aunque decenas, cientos de miles, o toda la población de Corea pensara lo mismo que él, todavía tenía que dar un paso al frente y luchar. El poder otorgado a los cazadores estaba precisamente para ese propósito. Apretó los dientes para sacudirse todos los pensamientos innecesarios de su cabeza. Y cuando estaba a punto de salir de su oficina, uno de los empleados lo llamó apresuradamente.
“¡Presidente!”
Jincheol se dio la vuelta. Pero no dirigió su vista hacia el empleado, sino hacia la gran pantalla de televisión desde la que salían los comentarios apremiantes del presentador de noticias de última hora.
“¡Uno de nuestros cámaras acaba de llegar a la zona!”
Ya fuera que estuvieran grabando desde algún edifico de gran altura o desde otro lugar, la cámara enviaba las imágenes de la escena desde una gran distancia. Pero bastaba con eso. La tormenta de nieve que cubría toda la ciudad estaba siendo dispersada por algún tipo de fuerza invisible.
El emocionado Presidente de la Asociación corrió repentinamente a través de todos los empleados que se habían puesto de pie y se colocó ante la pantalla gigante. Cuando la niebla se despejó, las figuras de la calle se pudieron ver con claridad.
Cinco. No. Cuatro personas y una criatura. Y una de ellos, situada ante el soldado hormiga, era un rostro que Jincheol conocía muy bien.
“¡Sung Jinwoo!” – gritó el Presidente sin darse cuenta.
El resto de los empleados lograron ver los restos destrozados de los humanoides de hielo esparcidos a su alrededor y no pudieron evitar dar gritos de júbilo.
“¡Waaaaah!”
Jinwoo no solo no había muerto, sino que parecía estar en perfecto estado y había puesto al enemigo a la defensiva. ¿Cómo podían contener sus gritos de alegría? De hecho, incluso había lágrimas cayendo por los ojos de Woo Jincheol.
Solo había un enemigo. El único enemigo que quedaba, el monstruo de hielo, estaba aterrorizado y no podía moverse, como si estuviera clavado en ese lugar. Nadie sabía lo que había ocurrido durante la tormenta, pero la situación había dado un vuelco de ciento ochenta grados.
A pesar de que nadie era capaz de hablar, Jincheol podía sentir que todos los ojos del mundo estaban reunidos en esas imágenes. ¿Cómo aplastaría el cazador Sung a ese monstruo? El rostro del Presidente de la Asociación se emocionó con la idea mientras miraba a Jinwoo. Pero entonces… Jinwoo le dijo algo al monstruo y desapareció dentro de su sombra.
“¿……?”
Las expresiones de los empleados que se abrazan y vitoreaban se fueron endureciendo gradualmente. Jinwoo había desaparecido por completo del campo de batalla. El cámara también entró en pánico mientras movía desesperado la cámara, intentando buscar a Jinwoo. Desafortunadamente no podía encontrar ni un solo pelo de su cabeza.
“¿Eh…?”
Woo Jincheol no pudo ocultar su nerviosismo y se limpió la comisura de la boca. Una vez más, se instaló un silencio pesado en la oficina del Presidente de la Asociación.
* * *
El Monarca de las Bestias regresó temblando a la jungla donde tenía su escondite. Esa aura de la muerte se apretaba alrededor de su cuello. Lamentaba no haber abandonado antes ese lugar por discutir con el Soberano del Frío.
Durante su caza al mayor cazador de Brasil, la Tierra no fue más que un terreno de caza lleno de presas débiles. Se había sentido embriagado de una sensación de libertad por haber encontrado un nuevo terreno de caza fuera del espacio dimensional donde no había nada que hacer. Pero ahora… Pensaba que el Soberano de las Sombras había descendido a este mundo con algún plan malvado bajo la manga.
Podía luchar contra el cuerpo que almacenaba al Soberano de las Sombras, pero nunca había querido luchar contra el verdadero ser. Para detenerlo, necesitaban al Soberano de la Perdición, el Monarca con más poder.
‘Ahora que las cosas están de esta manera, no tengo más remedio que esconderme en silencio hasta que llegue el Monarca de los Dragones…’
La bestia se acostó sobre una cama hecha de hojas y ramas. Cuando lo hizo, varias bestias salvajes del Mundo del Caos, a las que los humanos se referían como ‘monstruos’, se reunieron y se acostaron alrededor de sus pies. Esas bestias salvajes poseían una energía mágica poderosa y eran sus guardianes. Ronroneaban y se frotaban con sus caras cuando su Rey comenzó a acariciarlos. Pero entonces, mientras se encontraba recostado cómodamente acariciando las cabezas de las bestias, sintió que algo andaba mal.
‘¿Mm…?’
Todos los pelos de las bestias estaban de punta. El sexto sentido que poseían todos los animales; una extraña sensación se transmitió desde la parte posterior de su cuello, haciendo que sufriera un escalofrío.
Sin decir palabra, sus ojos se movieron hacia donde estaban mirando las nerviosas bestias, mientras se reducían a una rendija. Eso se debía a que la sombra de un árbol ubicado a unos pasos de distancia se balanceaba. Una voz cargada de desesperación se filtró por su boca cuando el Soberano de los Colmillos de la Bestia sintió el olor a Muerte filtrándose en su guarida.
‘¿¡De ninguna manera…!?’
‘Para este golpe debo darlo todo.’
Bajó el brazo derecho hacia atrás, concentró su maná y formó la lanza de hielo más poderosa que jamás había creado. ¡Todo el poder generado por la desesperación que sentía estaba contenido dentro de ese ataque! Una aterradora cantidad de energía mágica se concentró en la lanza de hielo. El poder acumulado era tan grande que el suelo bajo los pies del Monarca se congeló de un color blanco puro mientras emitía sonidos de crujidos. Justo antes de que el brazo que sostenía la lanza explotase por la gran acumulación de maná, el arma salió disparada en línea recta, desgarrando la atmósfera.
¡Whoooosh…!
Al mismo tiempo, los humanoides de hielo recibieron órdenes de su maestro y se abalanzaron sobre Jinwoo como un nido de enfurecidas hormigas de fuego.
¡Whoosh…!
Y justo antes de que la lanza de hielo perforara su rostro entre las cejas…
“Te encontré.”
Jinwoo abrió los ojos. Como si hubiera presionado el botón de pausa en el vídeo, el tiempo a su alrededor se detuvo. No, en realidad, el tiempo se había ralentizado hasta tal punto que casi parecía que se había detenido.
La lanza de hielo que giraba a gran velocidad avanzaba de forma lenta pero clara, y se iba acercando poco a poco. Y detrás se podía ver el rostro profundamente distorsionado del Soberano del Frío mirando en su dirección. Hasta podía ver los rostros de los humanoides de hielo abalanzándose desde todas direcciones hacia él. Tal era el alcance de la visión del Soberano de las Sombras una vez preparado para la batalla. La capacidad para percibir su entorno había alcanzado un nivel que ningún otro ser humano podría esperar tocar, haciendo que pareciera como si todo lo que había a su alrededor se hubiera detenido. Jinwoo miró tranquilamente a su alrededor como si estuviera viendo una fotografía. Este sentimiento…
‘Este sentimiento… Lo he tenido antes…’
Le sonaba que había experimentado algo parecido. Lentamente, revisó sus recuerdos y finalmente recordó el momento en el que había estado a punto de morir por los ataques de las estatuas de piedra. En ese momento, todo se había detenido como si el tiempo hubiera dejado de fluir.
‘Desde entonces el Soberano de las Sombras ha estado conmigo.’
Solo ahora que había obtenido su fuerza podía darse cuenta de cuánto tiempo lo había estado observando. Jinwoo continuó mirando a su alrededor hasta encontrar las espaldas de sus dos mariscales.
‘Oh…’
A pesar de que aparentemente el tiempo se había detenido, tanto Beru como Ygritte se movían lentamente para interceptar al enemigo. Esa era una prueba de cómo había mejorado su agilidad. Jinwoo los miró con felicidad antes de recordar que había una lanza en su camino.
‘Ups.’
Como un insecto que se arrastra hacia adelante, la lanza iba acortando constantemente la distancia, poco a poco. Al final, Jinwoo activó su poder para evitar que siguiera acercándose.
“[La Autoridad del Soberano].”
Había estado practicando durante mucho tiempo el uso del poder del Soberano de las Sombras cuando pensaba que solo era una habilidad. Tan pronto como activó [La Autoridad del Soberano], pudo ver que todo el maná disperso a su alrededor se precipitaba para envolver la lanza de hielo. Una vez que el arma quedó atrapada en la acumulación de maná, perdió impulso y se detuvo. Jinwoo no pudo evitar suspirar de admiración cuando pudo ver por primera vez el principio detrás del funcionamiento de la habilidad.
‘No era una mano invisible.’
No, más bien se trataba de ‘maná invisible’. En pocas palabras, el maná se movía de acuerdo con la voluntad del lanzador y ahora podía ver su movimiento con total claridad.
‘Bien.’
Ahora que su [Percepción] se había elevado al máximo, podía captar todos y cada uno de los flujos de maná que le rodeaban. Sus ojos brillaban intensamente mientras observaba sus movimientos.
Este había sido el fruto de los esfuerzos de los Gobernantes por fortalecer este mundo. Un lugar que había estado desprovisto de maná, ahora estaba desbordado. Y como heredero del poder del Soberano de las Sombras, había recibido el don de manipularlo libremente.
Ba-dum
Ba-dum
Su corazón se aceleró al sentir el aliento del maná a su alrededor.
‘Hagámoslo…’
Jinwoo caminó por el tiempo ralentizado y se acercó a sus dos mariscales para tocarles suavemente los hombros con ambas manos.
‘No hay necesidad de moverse.’
Como respuesta a su orden, Beru e Ygritte dejaron de moverse de inmediato. Jinwoo se colocó ante ellos. Gracias al tiempo que había practicado con la habilidad [La Autoridad del Soberano], podía maximizar el movimiento del maná. Mirando a los humanoides de hielo que había a su alrededor, respiró hondo.
La emoción de gratitud con el Soberano de las Sombras que había invadido su cuerpo brotaba de lo más profundo de su corazón. Además, estaba agradecido por enseñarle a controlar sus poderes a través del Sistema. Cuando terminó de concentrarse, movió todo el maná de la zona a la vez. Entonces, por un instante, el espacio tembló.
¡Broooom…!
Realmente fue solo por un momento. En un instante, una poderosa ola de maná emanó de Jinwoo y eliminó a los humanoides de hielo que intentaban abalanzarse sobre él. El Soberano del Frío también detectó la violenta tormenta de maná que se precipitaba hacia él.
“¡……!”
Rápidamente extendió una barrera de hielo para protegerse. Una vez que pasaron los violentos vientos de maná, el Soberano deshizo apresuradamente la barrera y lo que vio fueron los restos de los humanoides de hielo esparcidos por todo el lugar. La poderosa ola de maná había arrasado con todo. Hasta las nubes oscuras de la tormenta de hielo habían desaparecido. Este era el poder del Soberano de las Sombras.
“Uh… ¡Qué!”
El Soberano del Frío estaba sorprendido con el poder del Soberano de las Sombras, el mayor Fragmento de Luz y uno de los Monarcas más poderosos. Era un muro. Un muro completamente infranqueable. ¡La brecha entre los dos era demasiado grande!
Jinwoo miró a su alrededor y asintió con la cabeza ante el resultado satisfactorio antes de fijar su mirada en los aterrorizados ojos del Monarca de los Elfos Blancos.
Miedo. Podía sentir cómo temblaba desde esa distancia. Todavía tenía una deuda que pagar. Jinwoo recordó el rostro del difunto Presidente de la Asociación, Go Gunhee, y su expresión se volvió más fría. Sin embargo, no iba a exponer sus emociones fácilmente. El enemigo al que más quería matar sería eliminado al final. Se aseguraría de que su oponente pudiera disfrutar el tiempo suficiente de lo que significaba temblar de terror ante una muerte inevitable. Jinwoo elevó la voz.
“Serás el último.”
De repente, la figura de Jinwoo se sumergió lentamente en la sombra que había bajo sus pies.
“Hasta que atrape a esa bestia, quédate aquí y espera en silencio.”