Arco 11 Capítulo 94
Formación en falange y tiro con honda
Traducido por Alsabov
Corregido por DaniR
Editado por Helios
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Tres días después, por la mañana. Tras terminar su desayuno, Kazura se dirigió con Liese a una de las instalaciones del ejército dentro de la ciudad de Isteria. Estas estaban rodeadas por un muro de piedra de tres metros de alto, para que las personas de fuera no pudieran observar lo que pasaba dentro.
En las instalaciones había muchos soldados con sus armaduras y algunos criados. Cuando vieron llegar a Liese, corrigieron su postura y se inclinaron para recibirle.
“Aquí entrenan todos los soldados, a excepción de los guardias. A esta hora deberían estar entrenando en el campo, ¿quieres ir a echar un vistazo?” – preguntó Liese.
Mientras contestaba al saludo de los soldados con una sonrisa, Liese llevó a Kazura dentro de las instalaciones. Ella llevaba una armadura, pero en esta ocasión, en lugar de llevar el cabello recogido en un moño, había dejado que su larga melena le bajara por los hombros.
“Sí, por favor. Pero, por cierto. Estas instalaciones son muy grandes…”
Kazura tenía una tosca idea de cómo serían las instalaciones por dentro, ya que el muro de piedra le había impedido ver el interior. Se preguntaba si unas instalaciones tan grandes no serían un gran problema tomando el tráfico de la ciudad como punto de vista. Sin embargo, para los soldados que estaban dentro, era una buena ubicación que les permitía salir fácilmente de la ciudad, por lo que seguramente se había tenido en cuenta la comodidad de los soldados para decidir su ubicación. Y tal vez pensando en los soldados, había muchos puestos de comida y tiendas de ropa alrededor de las instalaciones.
“Estas instalaciones se construyeron pensando en una fortaleza para tiempos de guerra, por eso su tamaño. Si comenzara una guerra, se construirían muchas instalaciones de este tamaño en las líneas delanteras.” – explicó Liese.
“¿Tan grandes? No sería diferente de construir una ciudad.”
En el interior de las instalaciones había numerosas construcciones de madera de un piso alineadas a intervalos regulares. Cada construcción cubría un propósito en específico, como barracón, armería, hospital o granero. Buscando proteger los alimentos de las alimañas, los graneros se construían a un metro de altura sobre el suelo. Además, había varias torres de vigilancia de madera ubicadas sobre el muro de piedra, lo que le daba a la fortaleza una impresión de seguridad reforzada.
“Sí, en efecto parece así. En la temporada invernal, ni los enemigos ni los aliados somos capaces de movilizarnos. Además, los fuertes de primera línea se construyen uno frente a otro para que sean capaces de pasar el invierno dentro. Aunque en un fuerte real no se usan murallas de piedra, sino muros de tierra o empalizadas de madera.”
“Entiendo, es como una residencia temporal para el invierno, ¿verdad?”
Según lo que decía Liese, las fortalezas de ese tipo intentaban construirlas lo más cercano posible a un río. De esa manera, aparte de servirles para obtener agua y satisfacer sus necesidades diarias, resultaba útil para establecer líneas de comunicación con otras ciudades a través de barcos. Ya que el transporte por barcos era con diferencia más barato que el transporte terrestre, si eran capaces de construir un campamento en un sitio accesible para los barcos, entonces eso haría más sencilla el transporte de bienes. También era conveniente la construcción de fuertes cerca de villas o aldeas.
“Por cierto, he oído algo acerca de la construcción de un fuerte en la frontera con Balveil. ¿Su construcción es diferente de este fuerte?” – preguntó Kazura.
“Lo cierto es que no son completamente diferentes; la fortaleza cercana a la frontera es mucho más grande que este fuerte. Además, está provisto de servicios públicos para los soldados estacionados allí, por lo que en lugar de una fortaleza, sería más preciso llamarla una ciudad fortificada.”
“¿Una ciudad fortificada…? ¿Entonces es una versión reducida de la ciudad de Isteria?”
“Sí, me parece que esa comparación no es errada.”
Mientras conversaban, ambos llegaron a los campos de entrenamiento. Esta zona era bastante grande y en su mayor parte era solo de tierra. En el centro podían verse varios cientos de soldados de infantería pesada de pie formados en fila con espacios iguales entre ellos. Los soldados sostenían lanzas de cinco metros de largo y escudos redondos de bronce en sus brazos. Cada soldado sostenía su escudo por medio de un cordón atado a este. Además de infantería pesada, también había miembros de caballería y del escuadrón de arqueros, ambos reunían aproximadamente a cien personas cada uno.
Frente a los soldados, se encontraba hablándoles un anciano que vestía una fina armadura. Pero cuando el aciano notó la presencia de Liese, se apresuró hacia ella.
“La estábamos esperando, señorita Liese. Las preparaciones están terminadas, estamos listos para recibir sus instrucciones en cualquier momento.”
“Muchas gracias, estoy a tu disposición. Señor Kazura, este es McGregor, el instructor de entrenamiento.”
Liese presentó a Kazura, y McGregor se giró hacia él haciéndole una reverencia. McGregor era un hombre de cabello rubio canoso, ojos afilados y una impresionante barba que le crecía desde la sien hasta la barbilla, lo que le daba la impresión de un viejo soldado veterano. Su cuerpo era musculoso y tenía una altura de un metro ochenta.
“Es un honor conocerle, señor Kazura. Me llamo McGregor Slan, y estoy a cargo de supervisar el entrenamiento del ejército.”
“Mi nombre es Kazura. Cuento contigo a partir de ahora.”
McGregor sonrió a la respuesta espontánea de Kazura.
“He escuchado que el señor Kazura ha ayudado en múltiples ocasiones a mi sobrino Isaac. Espero que siga haciéndolo en el futuro.”
“¿Eh? Tu sobrino… ¿Acaso sois parientes?”
“Oh, ¿no lo sabía?”
McGregor no esperaba que Kazura se sorprendiera al respecto. Aunque Kazura había tenido muchas conversaciones con Isaac, siempre habían tratado sobre temas de trabajo y no habían tenido una conversación sobre el propio Isaac.
“Es la primera vez que escucho algo al respecto. Lo que me recuerda que nunca he hablado con el señor Isaac sobre estos temas…”
“Ya veo. Bueno, después de todo ese chico no es de los que les gusta hablar sobre su familia… No quiere tener un tratamiento especial solo porque sus parientes tengan una posición elevada. Será mejor que no toquemos ese tema.”
“Sí, parece ser la forma de actuar de Isaac.”
“Ese chico puede no ser muy listo, pero es un hombre honesto. Por favor, permita que siga siendo de utilidad.”
Dicho esto, McGregor volvió a bajar su cabeza realizando una reverencia a Kazura y posteriormente se giró hacia Liese.
“Señorita Liese, para comenzar con la demostración, ¿qué le parecen los movimientos básicos de la infantería pesada?”
“Sí, no hay problema. ¿Ya han terminado sus preparativos las unidades de caballería y arqueros?”
“Por supuesto. Están listos para hacer su demostración en cualquier momento.”
“Gracias. Por favor, que sea como acordamos el otro día.”
“Entendido.”
McGregor hizo una reverencia a Liese y se dirigió hacia donde estaban los soldados.
“Umm, por curiosidad, ¿las actividades que van a realizar hoy han sido específicamente preparadas para mí?” – preguntó Kazura.
“Sí. Querías hacer un recorrido de observación, y he intentado prepararlo de la mejor manera. Por favor, dime si tienes alguna petición. Me encargaré de que hagan los preparativos de inmediato.”
“Entiendo. Me disculpo porque has tenido que aumentar tu carga de trabajo…”
Kazura demostraba su agradecimiento a Liese, que sonreía de su manera habitual.
“No, por mi estoy bien. Cuando se trata de algo para el señor Kazura, no siento cansancio alguno. Por favor no dudes en solicitarme lo que necesites cuando sea.”
“¡Compañía de infantería!” – exclamó McGregor.
Mientras mantenían su conversación, los soldados habían terminado sus preparativos y la orden de McGregor resonó por todo el campo. Su voz era tan fuerte que podía escucharse incluso del otro extremo del campo de entrenamiento. Los soldados respondieron al unísono mientras llevaban su escudo redondo al pecho. El sonido metálico del escudo redondo golpeando su armadura reverberó por los alrededores.
“¡Cierren formación!”
Los soldados de infantería redujeron rápidamente la distancia que había entre ellos y se agruparon en una formación cerrada. Había un espacio de un metro al frente y detrás de cada soldado, pero a sus costados solo había espacio para sostener la lanza.
“¡Preparen lanzas!”
Cada uno de los soldados que estaba en primera línea levantó su lanza y la apuntaron horizontalmente hacia el frente. Los soldados que estaban una fila atrás sostuvieron sus lanzas hacia delante cubriendo los huecos que quedaban, mientras que los de más atrás las sostenían oblicuamente hacia arriba. Además, los que estaban detrás de ellos también apuntaban sus lanzas oblicuamente hacia arriba, pero con un ángulo más pronunciado.
“Oh, una formación de falange. Es la primera vez que lo veo en persona…”
Kazura dejó salir su admiración por la impresionante demostración de cientos de soldados en formación de combate.
Los soldados habían adoptado una formación de falange… La orden de cerrar formación para la infantería pesada consistía en una formación de batalla que concentraba toda la ofensiva hacia el frente. Con tal cantidad de lanzas reluciendo prominentes hacia el frente, se obtenía una fuerza devastadora contra cualquier cosa que estuviera delante de ellas. Sin embargo, esta formación era extremadamente frágil contra ataques por los flancos, por lo que era indispensable que los flancos estuvieran protegidos por cualquier método.
“Comparado con otras provincias o países, las lanzas que portan los soldados de infantería pesada de Isteria son bastante largas, lo que podría resultarte novedoso. ¿Existe mucha diferencia con las lanzas que hay en el país del señor Kazura?” – inquirió Liese.
“Umm… Bueno, supongo que son… Diferentes…”
Kazura dudaba en cómo contestarle a Liese cuando la orden «¡Avancen!» se pudo escuchar de McGregor.
Aun sosteniendo sus lanzas, los soldados avanzaron coordinadamente sin romper la formación. Después de avanzar hasta cierto punto, se les indicó otro comando, por lo que dejaron de avanzar.
“¡Levanten lanzas! ¡Vuelta a la derecha!”
Los soldados levantaron instantáneamente sus lanzas antes de hacer el giro a la derecha. De nuevo pudo escucharse un «¡Preparen lanzas!» y los soldados volvieron a bajar sus lanzas en posición de falange, completando así el comando de vuelta a la derecha.
“Están bien entrenados… No hay errores en sus movimientos.” – dijo Kazura.
“Eso es porque la infantería pesada es la principal unidad del ejército. Por eso entrenan constantemente, para no perder habilidad.” – respondió Liese.
“¿Cómo se desempeñarían estas unidades en un combate real?”
“Lo más habitual es que se asignen las unidades de infantería ligera y caballería a los costados para proteger los flancos. De esa manera avanza la formación, con la infantería ligera buscando atraer los ataques enemigos mientras la caballería realiza ataques de pinza por los flancos enemigos.”
“¿Y si la caballería no es capaz de atravesar sus defensas?”
“La infantería pesada aplastará al enemigo por el centro, y una vez que el enemigo comience su retirada, los miembros restantes de infantería ligera y caballería se dispondrán a perseguirlos.”
“Entonces, ¿qué pasaría si es la caballería del enemigo quien ataca por la retaguardia.”
“En ese caso, la unidad de reserva que incluye a los guardias nobles y que está situada detrás de la infantería pesada se encarga de repeler el ataque. Como la unidad de reserva se compone por elementos de élite, los ataques enemigos no serán capaces de surgir efecto a menos que se dé una gran diferencia de fuerza.”
Liese respondía calmadamente las preguntas de Kazura sin perder su atención en la demostración de infantería pesada. Después, ambos continuaron conversando sobre cómo operaban las unidades militares hasta que volvió nuevamente la compañía de infantería pesada después de marchar alrededor. Entonces, la unidad de caballería que había estado detenida hasta ese momento, se desplazó a los costados de la infantería pesada mientras los arqueros se formaron frente a la infantería pesada.
Tras recibir la orden, los arqueros comenzaron a disparar a los objetivos de paja que tenían al frente. Terminando de dar las órdenes, McGregor regresó a donde se encontraban Kazura y Liese.
“Cuando comienza un combate, lo primero que se da es un enfrentamiento entre arqueros antes de que la infantería pueda avanzar, ¿verdad?” – aventuró Kazura.
“Sí. En realidad, los honderos también participaban en el ataque. Después de eso, llega el turno de la infantería ligera con sus jabalinas, pero actualmente esos soldados solo son reclutas… Si tan solo pudiéramos ofrecerte una demostración, pero…”
Tal vez porque se daba cuenta de que Kazura no tenía conocimiento militar, Liese le explicaba detalladamente cómo operaba cada unidad. En realidad, los conocimientos de Kazura sobre esta clase de ejércitos consistían únicamente de lo que había visto en libros o por televisión, por lo que estaba muy agradecido con la explicación de Liese.
“¿Honderos? Me gustaría ver cómo lo hacen… Por cierto, la señorita Liese parece tener mucho conocimiento sobre el ejército, ¿es porque estudias todos los días?”
“Así es. En el futuro tendré que liderar al ejército, por eso he aprendido cómo usar armas y planear tácticas desde que era pequeña.”
“Ah, por eso entrenas en el jardín cada mañana.”
Cuando Kazura habló con Liese en el jardín el otro día, ella le había dicho: «Como miembro de la casa Estelle, debo saber usar un arma.» Para poder liderar el ejército, debía estar familiarizada con cada arma que se usaba en el campo de batalla.
“La señorita Liese tiene talento natural. En el futuro, estoy seguro de que obtendrá muchos reconocimientos en batalla como una excelente comandante.” – dijo McGregor.
Para cuando McGregor llegó y se puso al lado de Liese, los arqueros habían terminado de disparar y la caballería comenzó a avanzar sosteniendo sus lanzas cortas. También realizaba su avance la infantería pesada en formación de falange.
“No tengo tanto talento… En lugar de eso, me gustaría que el señor Kazura viera cómo se usa una honda, ¿dónde podríamos llevarlo a cabo?”
“Tenemos hondas y fustíbalos para entrenamiento. Voy a encargarme que los preparen de inmediato. Por favor, esperen un momento.”
McGregor hizo una reverencia y se dirigió a un barracón cercano.
“¿En este sitio se estudia acerca de cada arma que se emplea en batalla?”
“Sí, al menos aquí, en la provincia de Isteria. Tenemos documentos que detallan los resultados de los combates pasados en la sala de consulta. ¿Te gustaría darles un vistazo después?”
“Ya veo, acepto la oferta.”
Así continuaron conversando hasta que McGregor regresó del barracón. En su mano había un arma que consistía en un semicírculo de cuero atado con dos cordones (una honda) y un arma con una honda atada a un palo de un metro de largo (un fustíbalo), así como una tabla de madera con objetivos marcados.
“Gracias por esperar. ¿Le gustaría intentarlo, señorita Liese?” – preguntó McGregor.
“¿Eh?”
Liese quedó confundida. Sin embargo, al ver que Kazura miraba las hondas con gran interés, tomó una honda de McGregor.
“¿Le gustaría usar proyectiles de piedra o de plomo?”
“De plomo. ¿Podrías preparar los objetivos?”
“Por supuesto. ¿A qué distancia debería ponerlos?”
“A corto rango, por favor. Para poder hacer disparos rectos.”
Después de que McGregor le entregase a Liese una bolsa de tela con los proyectiles, corrió treinta metros antes de detenerse y colocar los objetivos.
“¿También sabes usar una honda?” – preguntó Kazura.
“Sí, he entrenado con ella un poco. Sin embargo, eso fue hace mucho tiempo, por lo que no sé si daré en el blanco… Puede ser peligroso, por favor aléjate un poco.”
Liese puso un proyectil en el semicírculo de cuero y empezó a girar la honda sobre su cabeza con una mano. El proyectil comenzó a rotar con una intensa fuerza y producía un sonido como si cortara el aire. Cuando la velocidad de rotación alcanzó su límite, Liese aflojó uno de los cordones de la honda y el proyectil de plomo salió disparado a gran velocidad. El proyectil golpeó el centro del objetivo y produjo un sonido áspero como si rompiera la madera.
“¡Bien hecho!”
McGregor aplaudía satisfecho tras la demostración de Liese. Los cientos de soldados, que deberían estar entrenando, también aplaudieron y animaron a Liese. Antes de darse cuenta, los soldados habían dejado de entrenar para mirarla.
“¡Oh, le has dado justo en el centro! Aunque estaba muy lejos, ha sido un tiro limpio…” – dijo Kazura.
“Ah, ya veo. La señorita Liese se esfuerza mucho, después de todo. Lo más seguro es que entrena constantemente en algún lugar secreto, donde nadie pueda verla.”
“McGregor…” – reprendió Liese.
“Me disculpo por mi desliz.”
La aliviada Liese le frunció el ceño a McGregor, que daba una disculpa falsa mientras se reía.
‘¿A qué ha venido eso de «Ya veo»?’ – pensó Kazura.
Aunque estaba un poco confundido por esas palabras que no había entendido, Kazura también aplaudió a Liese.