Volumen 13 Capítulo 6
Orgullo y engaño
Traducido por Alsabov y Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Héroe de Corea, ¡bienvenido a China!
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150.000 personas le dan las gracias. Muchas gracias, ¡cazador Sung Jinwoo!
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¡Que la amistad entre Corea y China dure para siempre!
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Habían colgado grandes carteles escritos en coreano por todo el aeropuerto para que Jinwoo pudiera leerlos. Liu Zhigeng, quien había venido para recibir a Jinwoo personalmente, frunció el ceño mientras miraba la gran cantidad de carteles. Había tantos que no podía verse ningún lugar que no estuviera abarrotado.
Por supuesto, no era que no le gustara el contenido de los carteles. La decisión del cazador Sung de ir a China sobre las demás naciones con puertas gigantes era un motivo de celebración para los chinos. Sintió una profunda gratitud con el cazador Sung desde el momento en que se le asignó la misión de dirigir el combate contra los monstruos que saldrían por la puerta. Sin embargo, todavía estaba molesto por la reacción de sus compatriotas cuando se movió para ayudar a Corea. Todavía recordaba vívidamente ese momento en su cabeza.
‘¿Acaso no tienen vergüenza?’
Todos los compatriotas que le habían acusado mientras le señalaban como traidor ahora estaban ocupados alabando a Jinwoo con un una sola voz y un solo corazón. Por eso, era obvio que Liu Zhigeng no tuviera una actitud favorable ante los carteles que poblaban el aeropuerto.
‘Si no hubiera llevado a nuestros cazadores a Corea no sé si habríamos recibido la ayuda del cazador Sung…’
Liu Zhigeng chasqueó la lengua y dirigió su mirada hacia la ventana para ver el avión que estaba aterrizando en el aeropuerto. Podía saberlo. El cazador Sung venía en ese avión.
El único cazador de siete estrellas de China, Liu Zhigeng, sintió un escalofrió que le erizó todos los pelos de su cuerpo al observar ese avión. Solo existía una persona en el mundo capaz de causarle esa sensación a su cuerpo. Y, tal como esperaba, los funcionarios de alto rango y a los directivos de la Asociación de Cazadores de China se levantaron de sus asientos y comenzaron a hacer un alboroto cuando el mensaje de que Jinwoo había llegado al aeropuerto llegó a los oídos.
‘No… Las cosas no se hacen así.’
Con cada mirada, la molestia que sentía por los carteles se hacía cada vez más desagradable. ¿No habían sido ellos los que se opusieron enérgicamente cuando dijo que debían ayudar a los coreanos? De hecho, habrían hecho todo lo posible para evitar que viajara a Corea sino hubiera sido porque se trataba de Liu Zhigeng, un cazador de siete estrellas. Cerdos como ellos no estaban calificados para recibir a un guerrero que iba a arriesgar su vida por defender esta tierra. La expresión de Liu Zhigeng se endureció.
“Dile esto al Primer Ministro. No puedo soportar más esta farsa de fiesta de bienvenida; yo personalmente me haré responsable de recibir y guiar al cazador Sung.” – le dijo a su asistente personal.
“¿Uh? Pero estas personas están…”
Al tiempo que el asistente comenzaba a vacilar mientras miraba a los políticos y funcionarios que estaban detrás de ellos, los que escucharon la conversación tosieron incómodos para aclarar su garganta.
‘Ji, ji, ji.’
Liu Zhigeng sonrió y se colocó ante a ellos.
“Deseo que desaparezcan de mi vista ahora mismo. ¿Alguno tiene alguna razón para no hacerlo?”
Los funcionarios de alto rango y los políticos sabían perfectamente cuán horrible era la personalidad de Liu Zhigeng, por lo que tan pronto las palabras salieron de su boca, salieron corriendo de la sala de espera. Liu Zhigeng miró alrededor de la sala de espera vacía con satisfacción antes de volver su mirada hacia su asistente.
“¿Qué tal ahora?”
“Sí… ¡Sí! ¡Me pondré en contacto con el Presidente de inmediato!”
Mientras el asistente utilizaba su teléfono, Liu Zhigeng se dirigió a las puertas de «Llegada» por la que los pasajeros ingresaban al aeropuerto.
“¡Ahí llega!”
“¡Graba!”
¡Clic
¡Clic
¡Clic
¡Clic
¡Clic
¡Clic
¡Clic
¡Clic
¡Clic
¡Clic
¡Clic
¡Clic
¡Clic
Los reporteros, quienes llevaban esperando todo el día para conseguir la mejor posición posible vieron a Jinwoo a lo lejos y, casi de inmediato, un sin número de flashes parpadearon simultáneamente. Jinwoo observó con una mirada curiosa a su alrededor al notar una atmósfera algo diferente de lo que había escuchado antes de aterrizar.
‘Qué raro. Había escuchado que iba a encontrarme con cerca de un centenar de políticos esperándome…’
Los miembros de la Asociación de Cazadores de Corea que le acompañaba también estaban confundidos. No podían evitar sentirse así dado que ni siquiera podían ver al personal de la Asociación de Cazadores de China que les iban a hacer de guía. Solo cuando un rostro familiar se acercó hacia ellos, Jinwoo puso una sonrisa.
“Cazador Liu.”
“Cazador Sung.”
Las dos personas se dieron la mano brevemente con energía, como guerreros antes de la batalla. El primero en hablar fue Jinwoo.
“Por cierto… ¿A dónde han ido todos?”
Liu Zhigeng se rio al escuchar al empleado de la Asociación que hacía de interprete.
“Ah, sobre eso. Verás, nosotros los chinos podemos ser en ocasiones bastante impacientes. No pudieron esperar durante más tiempo y decidieron irse a casa; por eso he sido asignado como tu guía.”
Curiosamente, a Jinwoo le pareció que el cazador le estaba ocultando gran parte de cómo habían ocurrido los hechos, pero como Liu Zhigeng no le desagradaba, ni siquiera se molestó en pedir más detalles. Por su parte, el cazador chino se sintió aliviado al ver que Jinwoo no estaba disgustado y abrió el camino hacia la puerta del aeropuerto.
“Por aquí.”
Sin embargo, Jinwoo se detuvo después de dar unos pasos. Al verlo, Zhigeng hizo lo mismo. A través de las paredes transparentes del aeropuerto se podía ver una parte de la gigantesca puerta que oscurecía el suelo.
“Esa es…”
La puerta gigantesca que había aparecido sobre China. Cuando Jinwoo miró hacia el portal con una cara seria, Zhigeng se situó a su lado con una expresión solemne.
“No tengo la fuerza para lidiar con algo así.”
Si era imposible para él, ni siquiera era necesario hablar del resto de cazadores de China. Por eso se había sentido aliviado al escuchar que Jinwoo decidió ayudarles. Liu Zhigeng quería expresarle su gratitud, aunque fuera solo un poco. Después de pensarlo cuidadosamente, habló con total sinceridad.
“No puedo hablar por el resto de China, pero yo, Liu Zhigeng, juro que nunca olvidaré este gesto.”
* * *
A medida que se acercaba el momento en que se abriría la puerta, empezaron a llegar noticias desde otras partes del mundo.
¡El cazador Sung Jinwoo decide ir a China!
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Japón y Rusia deciden apoyar al cazador Sung Jinwoo…
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El avión que transporta a los cazadores está programado para partir esta tarde…
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Noticia de última hora: la fortaleza blanca que se descubrió en el mar de árboles de Japón no tiene nada que ver con las puertas…
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Ya solo quedan cinco horas hasta la ruptura de la mazmorra. ¿Se hará realidad la advertencia del cazador Sung? O…
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Jay Mills comenzó a difamarlos casi de inmediato.
“Japón y Rusia están demasiado ocupados adulando a Sung Jinwoo.”
¿Por qué motivo decidirían ambas naciones ayudar a China? Resultaba obvio. ¿No era porque querían obtener ayuda cuando estuvieran en peligro y ganar puntos con Jinwoo?
Débiles. China, Japón, Rusia… Eran naciones débiles. ¿Cómo podían llamarse cazadores si no eran capaces de proteger su nación con sus propias manos? Por el contrario, los canadienses eran diferentes. Ellos se habían unido para defender su tierra.
‘No vacilamos en nuestras convicciones.’
Esa tontería de escapar lo más lejos posible de las puertas no pudo hacer que los grandes cazadores canadienses dudaran. Jay Mills miró a su alrededor, orgulloso de las decenas de miles de cazadores que se habían reunido voluntariamente para la incursión.
“¡Waaaaaah!”
Su moral estaba disparada. Los ciudadanos, que se encontraban a cierta distancia de los cazadores, compartían sus mismos sentimientos.
¡Jamás abandonaremos Canadá!
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¡Nunca huiremos!
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¡Nuestros cazadores protegerán nuestras vidas y nuestra tierra!
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Los ciudadanos, que sostenían carteles de diferentes tamaños, animaban a los cazadores. Jay Mills observó la puerta que flotaba sobre su cabeza convencido de su victoria.
‘No importa qué clase de monstruo salga de ahí. ¡Ganaremos!’
Cuando el exaltado Jay Mills se volvió hacia el resto de cazadores levantando los brazos, estalló otro potente rugido.
“¡¡Guuaaaaaaah!!”
* * *
Los chinos ya estaban preparados. Al igual que se había hecho en Seúl, una coalición internacional rodeaba el suelo que había por debajo de la puerta. De ellos, el grupo más destacado eran los cien mil cazadores de élite de China. Como el país con el mayor número de cazadores, habían sido capaces de seleccionar a más de cien mil cazadores de élite para el evento.
Jinwoo les había advertido de que aparecerían innumerables bestias que serían demasiado poderosas como para un humano pudiera con ellas. Sin embargo, a medida que el número de cazadores superaba la marca de los cien mil comenzó a brotar entre ellos la idea de que podrían lograrlo. Como si fuera para hacerles ver que eran demasiado optimistas, Jinwoo convocó a sus soldados sombra.
“Salid.”
El amplio espacio vacío detrás de Jinwoo se llenó en un instante con los cuerpos de sus ciento treinta mil soldados sombra.
“Guooooooh…”
Los que se encontraban más cerca ni siquiera podían respirar correctamente debido a la espeluznante aura que emanaban las invocaciones. Gotas de sudor frío se formaron en las frentes de los cazadores.
‘La diferencia de fuerza… Es demasiado.’
‘¿Cosas como esas van a descender de los cielos? ¿Aquí?’
‘No puede ser…’
Sentían un miedo abrumador. Como cazadores de élite, sus sentidos extremadamente desarrollados les advertían de lo peligrosos que eran los seres que habían aparecido ante ellos. Ni siquiera Liu Zhigeng, que pocas veces se sorprendía, pudo evitar soltar una exclamación.
“Todas estas criaturas… ¿Son tus invocaciones?”
Jinwoo asintió. Como su Maestro, podía sentir que el espíritu de lucha de los soldados sombra era igual de afilado que una espada.
‘Bien.
Jinwoo miró al cielo. Solo quedaban unos minutos para que se abrieran las puertas. Tenía que ganar esta batalla y convertir la mayor cantidad de seres del Mundo del Caos en soldados sombra para hacer crecer su ejército. Ese era el primer paso en esta guerra.
Todo el ruido de los alrededores desapareció con la aparición de la Legión de las Sombras. Todos podían sentirlo. La batalla iba a empezar en cualquier momento. Una gran tensión pesaba sobre los hombros de todos los cazadores.
Glup
Jinwoo tragó saliva. No sabía cuál de las ocho legiones saldría por esa puerta.
* * *
Casi al mismo tiempo, la puerta de Canadá también se abrió. Sin embargo, al igual que el resto de lugares, no pasó nada. Los cazadores, que estaban preparados para combatir un momento antes, se miraron los unos a los otros, confundidos.
“¿Qué es esto?”
“¿No se supone que debían llover monstruos de la puerta?”
“¿Sung Jinwoo nos trató de engañar?”
Fue entonces, cuando Jay Mills se dio cuenta de algo extraño y gritó al resto de cazadores.
“¡Silencio!”
Como el cazador más poderoso entre ellos, la advertencia cargada de magia hizo que todos los cazadores cerrasen la boca. Ahora que los alrededores se habían vuelto silenciosos, Jay Mills dirigió de nuevo su mirada hacia la puerta. Lo sabía. No había visto mal. Una figura humanoide estaba descendiendo lentamente. Era lo único que salía de la puerta.
‘No, aguarda. No es una figura humanoide. Es solo… ¿Una persona?’
Jay Mills confirmó la apariencia de eso que se acercaba. Detuvo a los demás cazadores que intentaban adelantarse y caminó él solo hacia el punto donde aterrizaría.
Glup
Sin darse cuenta, tragó saliva debido a la pesada tensión que había en el aire. Cuanto más acortaba la distancia, más claro podía ver a su oponente. Era un hombre de mediana edad con el pelo y la barba de color rojo oscuro. En cuanto a su atuendo, desde los dedos de los pies hasta el cuello, estaba ataviado con una hermosa armadura que creaba una armonía completa de colores rojos y plateados.
Jay finalmente se detuvo y miró de frente a ese hombre desconocido.
“¿Eres el Rey de este lugar?”
Aunque el hombre no había abierto la boca, su voz resonaba dentro de su cabeza. Incluso había sido capaz de entender el significado de sus palabras como si estuviera hablando en su lengua materna. El corazón de Jay Mills comenzó a latir con mayor velocidad.
‘¡Lo sabía! ¡Sí! ¡Sabía que esto iba a pasar!’
La razón por la que Jinwoo había podido hacerse con todos los soldados que aparecieron por la primera puerta. ¡Se comunicaba en secreto de esa manera!
‘Ese maldito estafador. ¡Sabía que pasaría esto! ¡Estaba seguro!’
Ahora que su predicción se había hecho realidad, su mente se llenó de alegría. Fue incapaz de contener su emoción y levantó su puño hacia los demás cazadores, que hicieron lo mismo y vitorearon con todas sus fuerzas.
“¡Guaaaaaaaah!”
Jay se giró de nuevo hacia ese misterioso hombre. Estaba esperando pacientemente una respuesta.
‘Entonces, la cosa es… Pregunta a la primer persona que ve si es un Rey; y si la respuesta es sí, ¿le jura lealtad?’
Por más que lo miraba no sabía si era un humano o una bestia con una mirada interesante.
“¿Qué pasa si lo soy?” – preguntó con una sonrisa. Era el que representaba a los cazadores reunidos aquí, así que no era una exageración que lo llamaran «Rey». Su voz estaba llena de confianza.
* * *
“Can… Canadá no est…”
Cuando el cazador a cargo de las comunicaciones comenzó a tartamudear, Jinwoo se sintió frustrado y sacó su teléfono móvil. Solo había una persona que le podía dar la información de forma rápida y precisa. Jinwoo busco entre sus contactos antes de seleccionar el número del agente especial encargado de la rama asiática de la Agencia de Cazadores de los Estados Unidos: Adam White. Sin embargo, dado como estaban las cosas, estaba preocupado de que ni siquiera conectara la llamada.
“¡Cazador Sung!”
Una voz tensa sonó al otro lado del teléfono. No había tiempo para saludos y formalidades, por lo que Jinwoo fue directo al asunto que quería hablar.
“Adam. ¿Puedes decirme qué está pasando con la puerta de Canadá…?”
Fue entonces, que pudo escuchar un ¡Guaaaaaaah! al otro lado del teléfono. Aunque el sonido había sido muy bajo y casi inaudible hasta para sus sentidos potenciados, fue más que suficiente.
“¿Dónde te encuentras?” – preguntó Jinwoo con un tono serio.
“Estoy con otros agentes en la puerta de Canadá para proveerles apoyo.”
“¿¡Qué haces ahí!?”
Ante la voz agitada de Jinwoo, Adam respondió con voz sorprendida, sin esconder su confusión.
“Era imposible dejar a Canadá a su suerte, como si no tuviera nada que ver con nosotros… No solo yo, sino que muchos otros agentes fuimos asignados para ayudar con esta situación, y…”
Adam agregó que se encontraba bastante lejos del lugar donde estaban los cazadores canadienses, por lo que si algo malo llegara a ocurrir podría ser capaz de escapar con bastante facilidad. Al escuchar su explicación, Jinwoo sintió una frustración indescriptible.
‘Se lo advertí…’
Ninguno de ellos parecía comprender la escala del enemigo. Sin embargo, el hecho de que Adam todavía estuviera ileso le estaba diciendo que su predicción podría estar equivocada.
“La puerta… ¿Ha habido algún movimiento?” – preguntó con calma Jinwoo tras recuperar la compostura.
“No. Parece que el interior está vacío, tal como en otros lugares. Todo está tranquilo.”
‘Qué suerte…’
Jinwoo suspiró aliviado a pesar de que el mundo podría ridiculizarlo y culparlo por su advertencia.
“Uuuuf…”
Su predicción parecía haber sido incorrecta.
“¿Eh? Espera un momento.”
Tras escuchar la voz inquieta de Adam, un intenso escalofrío recorrió la espalda de Jinwoo. ¿Por qué sus predicciones ominosas siempre se volvían realidad? Adam explico rápidamente la situación.
“¡Ahora! Algo está bajando de la puerta. ¿Eh? ¿Uh? Un hombre… ¡Un hombre está bajando de la puerta!”
Los latidos de Jinwoo, que se había calmado hacía un momento, volvieron a acelerarse.
‘Una persona… ¿Sola?’
Todos los pelos de su nuca se erizaron. Jinwoo elevó su voz.
“¡Su pelo!”
Adam le había dicho que su ubicación estaba bastante retirada de los demás cazadores, por lo que debería ser imposible que mirase los espeluznantes ojos de esa criatura humanoide.
“¿De qué color es su pelo?”
“Da… Dame un momento…”
Se pudo escuchar la voz de Adam pidiendo el equipo especial de un agente que tenía cerca.
“Parece rojo tirando a negro… Su pelo es rojo oscuro.”
‘Dios…’
Los ojos de Jinwoo se agrandaron.
“¡Adam! Rápido, ¡huye lo más lejos que puedas! No me importa si es en coche o en lo que puedas, ¡escapa de inmediato!”
“¿Eh?”
Pero antes de que Adam pudiera preguntar qué estaba pasando…
¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!
Una horrenda explosión se escuchó a través del teléfono.
“¡Oh, Dios mío!”
La voz de Adam se convirtió en un grito.
“¡ADAM!”
Recobrando el sentido gracias al grito de Jinwoo, Adam comenzó a murmurar con voz llorosa.
“Los Cazadores… ¡Los cazadores de élite que estaban en el frente han sido carbonizados en menos de un segundo! ¡Todavía se pueden ver las llamas quemando sus cuerpos! ¡Dios mío!”
“Adam, ¡Adam! Escúchame, debes escapar ahora mismo. Debes salir de ahí tan rápido como puedas.”
Jinwoo intentaba calmar a Adam, pero desafortunadamente ya había perdido la cabeza.
“Dios…”
Aunque Adam estaba sollozando, siguió explicando todo lo que podía ver y escuchar como si fuera su última misión.
“Dragones, hay dragones en el cielo… ¡Dragones y otras criaturas están saliendo sin parar de la puerta! ¡Todo tipo de monstruos! Ah, ¿cómo puede…?”
Había una sensación de vacío en su voz. Jinwoo no pudo esperar más y, aunque era arriesgado, conectó sus sentidos con el soldado que había puesto en la sombra de Adam. Cuando lo hizo, pudo ver lo que Adam estaba viendo con sus propios ojos.
Parecía el fin del mundo. Los mensajeros de la destrucción y la muerte salían en masa a través de la puerta. El cielo y la tierra estaba cubierto por terribles monstruos. El rugido de las bestias sacudía la tierra y el batir de sus alas resonaba por el cielo.
Los cazadores se habían reunido para enfrentarlos antes de que llegaran al suelo, pero el Soberano de la Perdición los había evaporado de un solo golpe. El resto estaba intentando escapar enloquecido, pero era poco probable que pudieran salir de este lugar y sobrevivir.
‘Sin embargo…’
Debería ser capaz de salvar a una sola persona… Adam White. El alto orco soldado sombra controlado por Jinwoo tomó por la muñeca al profundamente asustado Adam.
“A… ¡Aah!”
Al ver al alto orco con armadura negra gritó de terror, pero pronto vio una silueta familiar en los ojos de la criatura.
“Ca… ¿Cazador Sung?”
No había tiempo para explicaciones. Ya le contaría qué estaba pasando cuando lo hubiera sacado de allí. A través del alto orco, Jinwoo trató de arrastrar a Adam a la sombra que había bajo sus pies, pero de repente… Algo se acercó y agarró el hombro del alto orco.
Ziiiiiiius’
Cuando el alto orco se dio la vuelta, vio a un hombre de mediana edad con unos extraños ojos de reptil mirándolo.
“Niño de las sombras, ¿a dónde crees que vas?”
El hombre abrió mucho la boca. Un poder verdaderamente espantoso comenzó a acumularse en su interior. Sin decir nada, Jinwoo miró a Adam. En ese momento, Adam también le miró como si se hubiera dado cuenta de algo. Para ser más precisos, miraba al alto orco que Jinwoo estaba moviendo.
“Cazador Sung, yo…”
¡Guuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
El aliento que salió de la boca del hombre borró al soldado sombra sin dejar rastro.
“¡Aaah!”
Sintió como si su cuerpo entero se estuviera quemado y tembló ante ese dolor insoportable. Solo estaba conectado mentalmente con el alto orco, por lo que pudo escapar sin problemas, pero no le ocurrió lo mismo al agente White. Jinwoo había presenciado los últimos momentos del agente americano. Recordó su mirada antes de ser convertido en cenizas por las llamas. Jinwoo apretó con fuerza sus dientes.
¡BOOOOOOM!
Cuando golpeó el suelo, toda el área tembló como si estuviera sufriendo un terremoto.
‘Maldita sea…’
Debía habérselo esperado. Debía haberse dado cuenta de que una vez que el enemigo supo que tendría que enfrentarse a la Legión de las Sombras, que se volvía más poderosa cuanto más duraba el combate, reducirían en todo lo posible el número de encuentros y tratarían de reunirse todos en un único lugar.
Los Soberanos hasta habían generado ocho puertas para hacerle creer que seguían adelante con sus planes.
‘Concentraron todas sus fuerzas en la puerta más alejada de mí.’
Había sido un doloroso descuido por su parte. El plan para incrementar el número de soldados sombra mientras otras zonas estaban bajo ataque se había desmoronado en el acto. Liu Zhigeng se dio cuenta de que había pasado algo terrible y se acercó con cuidado.
“Cazador Sung…”
En ese momento, la persona a cargo de las comunicaciones recibió las impactantes noticias de Canadá y corrió hacia los dos con el rostro completamente pálido.
“Ca… Cazadores… Canadá…”
No era necesario que terminase de hablar. Cuando Jinwoo miro hacia arriba, la puerta que cubría el cielo parpadeó lentamente y desapareció como si ya hubiera cumplido su propósito.
* * *
Un soldado sombra y el humano que estaba a su lado; ambos habían muerto abrasados. Ese era el poder del Aliento de Destrucción, capaz de evaporar a un soldado inmortal de un solo golpe.
* * *
David Brennan, el Director de la Agencia Federal de Cazadores, se encontraba solo en su oficina con las luces apagadas. Ignorando la gran cantidad de informes que había sobre su escritorio y las llamadas incesantes de sus superiores, bebía lentamente una copa de un vino caro que había guardado para la boda de su hija mayor.
Únicamente la pantalla de la televisión parpadeaba en silencio en la oscura habitación. Las imágenes de los monstruos apenas se apreciaban por un instante en la pantalla. Sabía por qué la cadena de televisión había emitido esas imágenes en bucle durante la última hora.
‘Todos están muertos.’
Como todos los agentes que la Agencia había enviado para apoyar a Canadá; nadie había sobrevivido. Los cazadores, los agentes y los periodistas que habían grabado las imágenes. Todos y cada uno de ellos, muertos. Aun así, gracias a ese breve vídeo grabado por un cámara a costa de su vida, podían entender el tamaño del ejército enemigo.
“¡Se terminó!” – gritó con fuerza el Director gritó.
El cazador Sung no estaba exagerando. Cientos de dragones. Además, había gigantes, bestias y criaturas parecidas a insectos saliendo de la puerta como si fuera un maremoto. Era un desastre que iba mucho más allá de la capacidad de la humanidad. Ahora entendía por qué el cazador Sung no dejaba de decirles que se mantuvieran lo más lejos posible de las puertas.
El mundo estaba condenado. Pero, incluso así…
“¡Demente bastardo!”
¿No había ido Sung Jinwoo a China con sus invocaciones para pelear con esas criaturas? ¿Cómo podía siquiera pensar en pelear sabiendo la existencia de tales cosas? Si fuera posible, le gustaría romperle la cabeza y sacarle el cerebro.
‘Antes de eso, mi cabeza se destrozaría en docenas de pedacitos… Ja, ja, ja.’
El Director se echó a reír ante lo gracioso de la idea y sacó una fotografía de su cartera. Se trataba de una fotografía de sí mismo con una expresión molesta y su hija con un sombrero de fiesta.
‘¿Fue cuando cumplió dieciséis?’
Si hubiera sabido que su hija sería víctima de la ruptura de una mazmorra un año después, habría tomado tantas fotos como le hubiera sido posible o habría renunciado a su trabajo. El hecho de que solo existiese esa imagen de ambos hacía que su corazón se llenase de tristeza.
Snif…
Con lágrimas en los ojos, se bebió otra copa. Tras enterrar a su hija pensó que jamás abriría esta botella. Saboreó su amargura mientras agitaba la botella. Antes de darse cuenta ya estaba medio vacía.
“Sí… Se acabó.”
El último informe indicaba que la mitad de Canadá ya había desaparecido. Y eso con la estimación más conservadora. Nadie sabía a qué velocidad avanzaban las criaturas hacia los Estados Unidos. El Director aflojó su corbata.
“No moriré en sus manos.”
En ese momento juró vengarse de las bestias ante la tumba de su hija y prometió que nunca moriría en sus manos. Por lo menos, elegiría el momento en que terminaría su vida. Tan pronto como tomó una decisión, se colocó junto a la ventana mientras miraba a lo lejos. Apenas se podía ver el suelo. Una brisa fresca rozó su frente empapada de sudor.
‘Desearía poder encontrarme con mi hija en el lugar al que me dirijo…’
Se limpió sus ojos llorosos, cerró los párpados y justo cuando estaba a punto de saltar de la ventana… Alguien lo agarró por el hombro.
“¡Ah!”
Sobresaltado, abrió los ojos y se dio la vuelta. Había un hombre con un rostro familiar a su lado.
“Ca… ¿Cazador Sung?”
La cara del Director se puso cada vez más pálida, como si hubiera visto un fantasma.
“Vengo en busca de algo.” – dijo Jinwoo con calma.
“Señor.”
Belion le recordaba a Jinwoo que había llegado el momento, y éste le contestó en voz baja.
“Lo sé.”
Al ver a Jinwoo conversar con su invocación como si fuera algo natural, Liu Zhigeng abrió mucho los ojos.
“Cazador Sung, ¿puedes conversar con tus invocaciones…?”
Fue en ese momento que Beru juzgó que Liu Zhigeng se había acercado más de lo necesario y lo bloqueó en una abrir y cerrar de ojos.
Grrr
Una abrumadora intención asesina emanaba de este soldado con forma de hormiga.
“¡Ah!”
Lui Zhigeng se sorprendió y rápidamente tomó distancia. Al instante, Jinwoo que había visto todo lo ocurrido, golpeó disgustado la nuca de Beru.
“Oye, es un aliado.”
Beru hizo reverencias con su cabeza sin parar mientras se retiraba. Jinwoo se disculpó por su soldado.
“Me disculpo. Está un poco emocionado por la batalla que se avecina.”
“Es… Está bien.”
Liu Zhigeng se dio por vencido en intentar comprender la lógica de Jinwoo. Sintió la fuerte premonición de que jamás sería capaz de comprender el sentido común de este cazador coreano.
“S… ¡Se está abriendo!”
Alguien gritó con fuerza y todas las cabezas se volvieron hacia el cielo. El brillo en los ojos de Jinwoo cambió. Al mismo tiempo que esta persona desconocida gritaba, la puerta comenzó a abrir lentamente su enorme boca. Una tensión asfixiante apretó los corazones de todos los que estaban por debajo de la puerta.
Sin embargo, aunque la puerta se abrió, no pasó nada. La persona más sorprendida era Jinwoo. Enfocó todos sus sentidos, pero no había ninguna señal más allá de la puerta. Estaba vacía.
‘¿Qué demonios?’
Un escalofrió recorrió la espalda de Jinwoo. Algo que había ignorado hasta ahora; una posibilidad en la que no había pensado antes surgió en su mente. Ese presagio siniestro se volvió poco a poco una realidad con el paso del tiempo.
“¿Eh?”
Los demás cazadores comenzaron a darse cuenta de que algo andaba mal. Liu Zhigeng se giró para ver al cazador encargado de las comunicaciones y le preguntó apresurado.
“¿Qué hay de las otras ubicaciones?”
“Es lo mismo en todas partes. No ocurre nada.”
“¿Quieres decir que todas las puertas estaban vacías?”
“Es… Esto… No entien…”
Zhigeng miró de nuevo hacia donde estaba Jinwoo. Desafortunadamente, la expresión del cazador coreano se había endurecido hasta el punto que daba tanto miedo que no se atrevía a preguntarle nada. Por un instante pensó que tenía esa expresión porque se había equivocado, pero no parecía ser el caso. Tenía la sensación de que no era tan simple. Ni siquiera podía reunir el coraje necesario para acercarse. Las emociones agitadas que emanaban del cuerpo de Jinwoo le sacudieron por completo.
‘Yo… He cometido un error.’
Al darse cuenta de su error, se mordió el labio inferior. ¿Por qué…? ¿Por qué había pensado que los Monarcas eran simples criaturas…? Debían saber que trataría de explotar el poder de la Legión de las Sombras. Si su predicción era correcta, entonces…
Jinwoo levantó la cabeza, pasó corriendo junto a Zhigeng y le hizo una pregunta con tono de urgencia al cazador encargado de las comunicaciones.
“¿Canadá?”
“¿Eh?”
La voz de Jinwoo fue incapaz de mantener la calma y se hizo más fuerte.
“¡¡Dime lo que está pasando en Canadá!!”
“Parece que ese bastardo no está aquí.” – respondió mientras cerraba los ojos. Cuando los volvió a abrir, aparecieron los sedientos ojos inyectados en sangre de un reptil.
“……”
El Dragón miró con satisfacción el montón de cenizas que se amontonaba bajo sus pies y se dio la vuelta. Durante mucho tiempo, los soldados del Mundo del Caos habían estado atrapados en una brecha dimensional y no habían tenido la oportunidad de disfrutar de la sensación de libertad que traía el uso de sus poderes.
El Soberano de la Perdición cerró los ojos y extendió sus brazos para disfrutar de ese sentimiento: los latidos de todos los seres vivos y sus gritos agonizantes… El placentero sonido que realizaban todos los seres vivos cunado eran destruidos una y otra vez era una hermosa sinfonía en sus oídos.
¡Broooom!
Junto al aterrizaje brutal de varios Dragones Antiguos, dos Monarcas descendieron suavemente en el suelo. Detrás se encontraban los comandantes de los ejércitos invasores. Todos se inclinaron respetuosamente ante el Soberano más poderoso, el Monarca de los Dragones.
El Dragón sonrió. El maná de la atmósfera tembló cuando cerró sus manos. El maná liberado para fortalecer la Tierra también servía para fortalecer a aquellos que podían usarlo. Los preparativos estaban completos.
“JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA…”
El Monarca de los Dragones soltó una poderosa carcajada que hizo estremecer la tierra.
“¡Destrúyelos a todos! ¡Esa es la gloriosa misión que nos ha sido encomendada!” – gritó a los monstruos que seguían descendiendo por la puerta.
Cientos de dragones pasaron volando sobre su cabeza, derramando poderosas llamas por el suelo y quemándolo todo.
¡Fuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!