Capítulo 93
Sello de sangre
Traducido por Tars
Corregido por Noe
Editado por Tars
Corregido por Noe
Editado por Tars
Parque del Humedal de Linghu.
El río sin nombre estaba rodeado por tierra quemada y troncos de árboles. El fuego ya se había extinguido, y las antorchas iluminaban el espacio abierto, rodeando a los veintinueve prisioneros abatidos. Ya era medianoche y, en unas pocas horas, amanecería. N1, que estaba de pie vigilando, bostezó y miró a Caballo Blanco.
“¿Cuánto tiempo tardará en volver el Administrador?”
“No tengo ni idea.”
“¿Dónde está Vendaval?”
Habrá Tiempo señaló hacia la cueva a medio excavar que había junto al río con la barbilla.
“Tenía clase por la tarde, así que se quedó dormido por ahí.”
En realidad, era muy sencillo cerrar sesión en el juego. Además de salir de forma segura en un punto de resurrección, los jugadores podían desconectarse en cualquier lugar siempre que perdieran el conocimiento. Eso incluía, pero no se limitaba a: quedar inconsciente o a echarse una siesta. Era solo que estos métodos no guardaban el progreso de la secuencia genética.
“¿No le envió un mensaje a su asistente?” – preguntó N1 con sospecha, al enterarse de que Vendaval se había ido a clase.
“No lo sé, tal vez sea porque estaba preocupado por sus estudiantes. De todos modos, la batalla por equipos ya ha terminado. Parecía bastante preocupado, así que le dije que se desconectase primero. Cuando se despierte, puede hacer guardia.”
Como el miembro más antiguo del grupo de Toros y Caballos, Caballo Blanco probablemente era el que había tenido contacto con Vendaval por más tiempo y el que mejor le conocía.
“…Vendaval puede parecer un tipo al que le gusta presumir en el grupo todos los días, pero en realidad es una persona honesta y diligente. No tiene otros pasatiempos, excepto los juegos.”
N1 se rio entre dientes.
“Honesto y diligente… No me lo creo. Parece una persona salvaje.”
Caballo Blanco se rio.
“Ja, ja, ¡solo te atreves a decir eso porque no está conectado!”
“Por cierto… Después de cerrar sesión en el juego, ¿los personajes no responden de ninguna manera?” – preguntó N1.
“Probablemente cerrar sesión en un área del juego que no se considere segura sea bastante peligroso si nadie está vigilando.” – contestó Habrá Tiempo, mirando a N1. – “¿Qué quieres hacer?”
N1 puso los ojos en blanco.
“No quería hacer nada, solo estaba pensando… Si todos estamos desconectados, ¿los PNJs no podrían hacer lo que quisieran con nosotros en las cámaras de cultivo?”
Al escuchar esa idea, tanto Caballo Blanco como Habrá Tiempo casi se atragantan con la saliva.
“Pffff.”
“¡Ejem! Eso es suficiente. No uses tus ideas retorcidas para especular sobre los demás. Además, ese tipo de especulación sin fundamento no aporta nada. No tienes evidencias para probarlo ni para negarlo. Es como preguntarse si los extraterrestres han estado entre nosotros todo este tiempo, si si nuestro mundo es en realidad un juego o si la ciencia que conocemos funciona fuera de nuestra vista. Las sospechas ilimitadas solo sirven para buscar problemas a menos que puedas encontrar pruebas realmente sólidas.
“¡No son ideas retorcidas! ¿No puedo tener curiosidad? ¿O qué haces cuando estás de guardia durante todo el día? ¿Te quedas mirando hacia la nada? ¿Y por qué cada vez suenas más como Vendaval?”
N1 puso los ojos en blanco cuando se quedó en silencio mientras Habrá Tiempo se limitó a encogerse de hombros.
“No, solo creo que las personas que piensan en esas cosas son muy problemáticas.”
Caballo Blanco asintió con la cabeza, mostrándose de acuerdo.
“Así es, y no creo que nadie quiera hacerle nada a tu cuerpo.” – dijo, para rematar a N1.
“¡Era una hipótesis! ¡Una hipótesis! Ah, realmente no hay manera de comunicarse con los viejos.”
“……”
“……”
En ese momento, Huevos Revueltos y otros tres jugadores se acercaban caminando. Y aprovechando la oportunidad, N1 cambió inmediatamente de tema.
“Oye, Huevos Revueltos, ¿por qué estás aquí?”
“He venido para el cambio de turno. ¿No dijo el Administrador que me tocaría hacer guardia a las dos en punto?” – Huevos Revueltos vio que faltaba uno, por lo que preguntó con curiosidad. – “¿Dónde está Vendaval?”
“Se desconectó. Tenía algo que hacer en la vida real, así que nos llevaremos de vuelta su cuerpo.”
Huevos Revueltos asintió en comprensión.
“Oh…”
Ahora que había alguien para cambiar de turno, el ambiente se hizo más cómodo. Pudieron desconectarse para comer y luego volver a conectarse tras un breve descanso. Caballo Blanco cargó a Vendaval sobre sus hombros y luego entregó la tarea de proteger a los prisioneros a Huevos Revueltos y al resto. A continuación, se fue con N1 y Habrá Tiempo.
Los cuatro jugadores montaron guardia con caras serias al principio, pero al ver que todos los prisioneros estaban dormidos, también se pusieron de pie y charlaron entre ellos para matar el tiempo.
“Maldición, sabía que hacer guardia sería tremendamente aburrido. Tendría que haber ido al almacén a comprar carne y carbón para hacer una barbacoa.”
“Sí, hablando de eso, Huevos Revueltos… ¿El rinoceronte se puede comer? ¿Está rico?”
“¿Cómo lo voy a saber…?”
“¿No eres cocinero?
“¿Qué restaurante se va a atrever a cocinar eso?”
“Escuché que los rinocerontes pertenecen al grupo de especies protegidas de la Convención de Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Silvestres. Parece que el castigo va desde cinco años de presión a cadena perpetua. Sin embargo, probablemente no haya rinocerontes salvajes en China. Tendrías que ir a Sudáfrica.”
“…Mm, no debería haber ningún tipo de problema en un juego.”
Los jugadores siguieron charlando. En ese momento, un crujido vino de un grupo de árboles cércanos. Los guardias se pusieron tensos inmediatamente y sostuvieron sus armas, pero pronto se relajaron ya que era uno de los suyos.
“¿Cómo están los prisioneros?”
“Están todos aquí, Administrador.”
“Muy bien.”
Chu Guang asintió, miró a los jugadores a su lado y comenzó a dar instrucciones.
“Traed a esta gente.”
“¿Los llevamos a casa para colgarlos?” – preguntó un jugador emocionado.
¡Estaban deseando hacerlo! Sin embargo, el Administrador parecía tener una nueva idea.
“Llévalos a la fábrica de neumáticos que se encuentra a cuatro kilómetros de distancia, les espera la mazmorra que ellos mismos construyeron.” – dijo Chu Guang mientras miraba a los cautivos. – “La muerte es poco castigo para ellos, trabajarán en las minas del Pueblo del Río Rojo durante el resto de su vida.”
Las minas no eran reales, sino que la mayoría eran antiguos vertederos. Solo Dios sabía lo que se podía sacar de ellas, incluso no sería sorprendente encontrar desechos nucleares que se hubieran enterrado ilegalmente. Los esclavos que trabajaban allí eran todos prescindibles. Pocas personas podían vivir más de diez años y la mayoría no sobrepasaba los dos o tres. ¿Pero a quién le importa? La gente moría en el páramo todos los días.
Todos los cautivos que estaban dormitando fueron despertados y las más de 20 personas que allí se encontraban fueron atadas con una cuerda, haciendo que formasen una larga fila. Había alrededor de una docena de jugadores que sostenían armas, por lo que nadie estaba preocupado porque estas personas pudieran huir.
Caminaron cuatro kilómetros a lo largo de la carretera elevada que salía de la ciudad, giraron al llegar a una calle y pronto llegaron hasta la fábrica de neumáticos. Mirando a la gente situada sobre el muro de su antiguo asentamiento, las caras de los depredadores se pusieron pálidas y todos tenían rastros de desesperación.
En el campamento, todos los cautivos liberados permanecían inexpresivos en el espacio abierto, mirando como los depredadores regresaban y, instintivamente, algunos tenían ganas de escapar. Sin embargo, después de ver la cuerda que ataba a los depredadores y a los guardias custodiándolos, estas pobres personas volvieron a tranquilizarse. Incluso si no eran inteligentes, no estaban ciegos. El dueño de este lugar había cambiado.
Después de iniciar una misión llamada Guarnición con altas recompensas, Chu Guang seleccionó a los diez jugadores afortunados que levantaron primero la mano para quedarse aquí. Luego, hizo arreglos para que los más lentos juntasen el botín y lo llevasen de vuelta al puesto de avanzada en carretas. Según su contrato con Hein, todo el botín le pertenecía.
“¿Cuándo te vas a ir?” – dijo Chu Guang, mirando al comerciante que había realizado un buen trabajo, tras llegar a un acuerdo.
“He enviado a Wen de regreso. Se mueve a gran velocidad y debería ser capaz de traerte lo que quieres dentro de cuatro días.”
“¿Él solo?”
“Por supuesto, una sola persona es más rápida. Lleva mi ficha con él. No importa si está conmigo o no.” – pero como si este viejo y astuto comerciante hubiera pensado en algo de repente, agregó otra oración. – “Sé lo que le preocupa, así que tenga la seguridad de que estoy dispuesto a quedarme aquí como rehén. Incluso si no confías en mí, puedes creer que no voy a arriesgar mi vida.”
‘Nada mal. Realmente sabe lo que me preocupa.’
Chu Guang lo miró con interés.
“Lo que quieras, no confío en tu carácter, ni me importan tus trucos. Planeo regresar al puesto de avanzada más tarde. ¿Piensas quedarte aquí o volver conmigo?”
Dejó a diez jugadores para cuidar la base, en grupos de cinco, dividiéndolos en dos turnos. Básicamente, dos personas vigilarían la mazmorra mientras las otras tres se situarían en los muros y la puerta. Era más que suficiente para vigilar a los prisioneros. En cuanto al botín, como no se podía llevar al puesto de avanzada en un solo viaje, significaba que tendrían que realizar varios viajes durante el día. Lo que implicaba que mañana todos los jugadores estarían ocupados.
“Regresaré contigo.” – contestó Hein. Solo le llevó un segundo tomar la decisión. – “No quiero quedarme aquí ni un segundo más.”
Los depredadores no solían prestar mucha atención a la higiene, por lo que había un hedor a podrido por todo el campamento. Nadie en su sano juicio querría quedarse aquí, únicamente le gustaría a las ratas y a las cucarachas. Chu Guang asintió sin añadir nada más e hizo un gesto a los jugadores que tiraban de los carromatos.
“Vamos.”
“Traed el botín.”
“¡Vamos a casa!”
* * *
Ya eran las cuatro de la mañana cuando regresaron al puesto de avanzada. Mirando a través de los árboles del bosque, se podían ver algunas sombras débiles. A excepción de los jugadores que hacían guardia sobre la muralla y otros con clase de artesano que se encontraban en la zona industrial, prácticamente no había gente en la base. Pero en poco tiempo, habría mucha más.
Chu Guang encontró al azar dos habitaciones vacías en el edificio principal del asilo y se las prestó a Hein y a su guardaespaldas. Luego, le pidió a Luka, que acababa de despertarse, que los vigilara y regresó al refugio con Pequeño7 en sus brazos. Después de ponerlo en la esquina para cargar, Chu Guang le pidió que despertara a Xia Yan para que acudiera a tiempo a su puesto de trabajo, dio orden de que nadie lo molestara, se dio la vuelta y regresó a su habitación.
En cuanto la puerta se cerró, Chu Guang se sentó en la cama blanda y sacó un cuaderno amarillento de su bolsillo. Era la colección que encontró en la habitación de Oso. Debido a que había una huella de una mano ensangrentada impresa en la portada, Chu Guang pensó que debería ser una especie de símbolo del Clan Mano Sangrienta, por lo que se lo guardó en el bolsillo cargado de curiosidad. Sin embargo, lo que no esperaba era que cuando abrió la primera página del cuaderno no hubiese la lista de costumbres o tradiciones extrañas que se había imaginado, y que solo fuera un simple diario.
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‘ La guerra terminó a finales de 2128. En otras palabras, 2129… ¿fue escrito en el primer año de la Era del Páramo?’
Chu Guang era muy sensible a los números y nunca los olvidaría después de verlos una vez.
‘Hablando de eso, entre toda la información que he recopilado hasta ahora, no hay nada sobre la guerra. Tal vez este diario pueda darme alguna pista.’
Con el rastro de curiosidad que se tiene al visitar algún emplazamiento histórico, Chu Guang miró la primera línea que había debajo de la fecha con la luz tenue de la habitación. Era una oración muy intrigante.
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