sábado, 5 de diciembre de 2015

Volumen 1 - Capítulo 8

Volumen 1 Capítulo 8
La Profesión Maldita
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder

Como tenía por costumbre, Rodrias estaba dando un paseo por la tarde. Disfrutaba observando a sus vecinos y profundizando en sus miserias. “¿Cómo estás, Hans?” “Bien, Consejero” “¿Cuál es la mejor fruta de hoy?” “Esta. Por favor, probadla. Son fresas frescas, señor.” “Muchas gracias.” Su paso era liviano. Esta tarde, para variar, no estaba incordiando a todo aquel al que veía. Estaba complacido por la publicación de su último libro. Al regresar a casa, el mayordomo a cargo de la mansión, le estaba esperando en la puerta para recibirle. Rodrias le hablaba sin reservas al sirviente que estaba dedicado a su familia desde hacía décadas. “¿Qué tal vuestro paseo, mi señor?” “Excelente. Muy agradable. En estos días no hay preocupaciones, no hay problemas.” “Me alegro por ello, mi señor. Por cierto, ¿puedo haceros una pregunta?” “¿Qué pasa, William?” “Es sobre el joven señor que tallaba estatuas al otro lado de la calle, señor.” “Oh, ¡ese chico!” “¿Encontró lo que buscaba?” Rodrias empezó a reír. “Nunca fue tan fácil.” “Entonces…” “¡Ni por asomo! No podrá dar con el sitio y si, contra todas las posibilidades, lo encuentra…” “…” “¡Le estará bien merecido! ¡Incluso si consigue la clase!” Rodrias empezó a reírse descontroladamente.
* * *
Lo primero que hizo Weed en cuanto estuvo solo, fue comprobar el estado de su armadura y su inventario. “Veinticuatro monedas de oro y treinta monedas de plata…” En vez de recibir la parte del botín que sus hombres habían ido recogiendo al eliminar kobolds y goblins, que se trataba sobre todo de armas básicas, equipos y trozos de metal, Weed había pedido dinero en metálico. “Las ganancias no están nada mal, y…” Durante el último mes, Weed había mejorado bastante sus habilidades. Su habilidad de [Cocina] llegó a nivel 6, y la de [Reparar] a 4. Esta última era tan útil que algunos jugadores se animaban a escogerla, pero la de [Cocina] casi nadie la aprendía, salvo entre los cocineros profesionales. La habilidad [Primeros Auxilios], estaba ahora a nivel 4, lo cual le permitía tratar heridas menores con un par de vendas. Pero lo que más había aumentado era su nivel. Le daban ganas de echarse a reír. ¡Pffff! Pero por desgracia, Trasero bufó con desagrado. No tenía más remedio que cuidar del potro gracias a la ‘cortesía’ de Sir Midvale. El animal, por ahora no servía para nada, pero Weed estaba obligado a devolverlo sano y salvo al Establo Real. ‘La Guarida de Litvart. Nadie ha descubierto otras mazmorras con este nombre por el momento. Es aquí. Este es el lugar’ Maldito Consejero. Convencido de que había algo detrás de todo esto, Weed se dedicó a analizar el objetivo de la misión desde todos los ángulos posibles. ‘Tiene que haber alguna entrada oculta en alguna parte de la mazmorra, en algún sitio donde todavía nadie ha mirado… una cámara secreta.’ Así que empezó a buscar desde la primera a la quinta planta. Para las clases aventureras, como los arqueros o los exploradores, que cuentan con diversas habilidades de búsqueda, es fácil dar con accesos secretos. Pero Weed tenía que usar métodos básicos como confiar en su vista o pasar la mano por cualquier zona sospechosa para tratar de encontrar la ‘entrada oculta’. Había por lo menos 20 jugadores en cada planta de la Guarida de Litvart. Mientras cazaban monstruos, no podían evitar hacer comentarios sobre el extraño comportamiento de Weed. “¿Qué está haciendo ese tío?” “Parece que esté buscando una entrada. ¿Por qué otra razón iba a acariciar con tanta ternura los muros de piedra?” “Ja, ja, ja, ja, menudo idiota. Este sitio no tiene pasajes ocultos.” “Esta fue la primera mazmorra explorada completamente tras el descubrimiento de Rosenheim hace meses. Ya ha sido superada por miles de aventureros. Lo que está haciendo no tiene sentido.” “Vaya un bicho raro.” Se reían de él abiertamente, aunque estaban celosos tras haberle visto moverse cómodamente por los pisos con la ayuda de los 30 soldados PNJ. No le sorprendía ser el objetivo de las envidias y celos de los demás. “Pero, por si acaso…” “Cuidado. Que no sepa que le seguimos.” Varios le siguieron en silencio, pensando que tal vez hubiese obtenido algún tipo de información valiosa de los soldados PNJ durante la misión. O mejor aún, que estaba realizando una misión especial. En ese caso, hasta se plantearon obligarle a que compartiese la misión. A sus ojos, ese bicho raro solitario era un arquero de nivel bajo, con insuficientes habilidades en el combate cuerpo a cuerpo; por ello se encargaba de las tareas de las tropas y se pegaba a ellos como un parásito. Después de una semana sin cambios, los alborotadores se empezaron a cansar de seguir a Weed en vano; debía estar obsesionado en explorar la mazmorra, así que terminaron dejándole en paz. “Vaya loco.” “Maldición. Estoy cabreado. Qué pérdida de tiempo.” Pero incluso cuando le dejaron solo, Weed no dejó de buscar. ‘Tiene que haber algo.’ Muchos exploradores habían completado el mapa de toda la región, y determinaron que no quedaba nada más por encontrar. Eso era también lo que decía toda la información que Weed había recopilado. De hecho, no había dejado de buscar mientras cazaba kobolds y goblins, pero hasta el momento no había conseguido descubrir nada. Aun así, Weed estaba convencido de que en cualquier momento daría con algo. ‘Este sitio ha sido registrado por famosos aventureros de todo el continente. ¿Y? Ellos se equivocan. Yo no.’ La Guarida de Litvart era un sitio enorme. Vagar por allí con la triste esperanza de descubrir un pasaje oculto era como esperar un milagro. Aunque los aventureros tenían una clara ventaja con sus habilidades de detección, con perseverancia y una buena actitud podía marcar la diferencia. Con paciencia, Weed palpaba los muros, buscando cualquier pista. ¡Pffff! Trasero observaba a Weed con desprecio. Se había traído al caballo a la guarida porque en esta ocasión no tenía a nadie con quien dejarlo a salvo, pero la desobediente bestia le estaba empezando a estresar. ‘Antes de seguir con esto, tengo que enseñarle una lección a este caballo.’ – pensó Weed. A propósito, guió a Trasero a un nido de goblins, había un guerrero y tres asaltantes. En cuanto los monstruos vieron a Weed cargaron hacia él. Se puso delante del potro para protegerlo, y empezó a luchar contra los goblins, gritando. “¡Oh, dios! No, ¡no quiero morir!” La lanza del guerrero se le vino encima, pero solo le rozó, haciendo que surgiese un pequeño reguero de sangre de su mejilla. “Si… si muero ahora… ¿qué será de mi queridísimo Trasero…?” Los goblins no dejaban de atacarle. “¡No! ¡Tengo que resistir para proteger a mi Trasero! ¡Vamos! ¡Vosotros monstruos abominables! ¡Tendréis que pasar sobre mi cadáver si pretendéis ponerle vuestros dedos sobre él!” Weed estaba jugando el papel de un valiente caballero defendiendo a los débiles aún a riesgo de su propia vida. Pero, cuando miró atrás, vio al potro bostezando y jugueteando con unas piedrecitas en el suelo. Además, la bestia estaba preparada para huir disparada hacia la salida de la guarida en el preciso instante en que su amo cayese muerto. “¡Maldito seas!” Weed estaba avergonzado por la situación. ¿Por qué se había puesto en ridículo por un simple potro? ¡Zas! Weed acabó con los molestos goblins con un simple movimiento de su espada. Estaba tentado en cortar también la cabeza de la bestia, pero perder la confianza de Sir Midvale era un precio demasiado alto. ¡Pffff! Trasero le miró con desdén como preguntando por qué había derramado sangre innecesariamente si podía haber acabado con ellos tan fácilmente. ‘¡Uf! He sido un tonto por actuar así. Calma, calma.’ Weed retomó la tarea de investigar la mazmorra. Tres días después, más precisamente el décimo desde que había empezado su investigación privada, encontró una cavidad en un rincón oscuro del cuarto piso en donde los asaltantes goblin se regeneraban. Estaba a unos dieciocho metros por detrás del punto de regeneración. Hasta los más concienzudos exploradores se lo habrían saltado. La cavidad estaba ensombrecida por una gran roca saliente, alejada de los ojos humanos. “¿Hay alguien ahí?” – preguntó Weed con precaución. Mirando alrededor, Weed se aseguró de que no hubiese nadie espiándole. Los que le habían estado siguiendo durante una semana habían desaparecido, pero nunca estaba de más mostrarse cauto. Si esta cavidad resultaba ser lo que Weed había estado buscando, sería el primero en descubrirla y no quería compartir el crédito con nadie. Las recompensas por ser el primero en descubrir una nueva zona eran inmensas. Se ganaba fama, además del doble de experiencia y una mayor probabilidad de conseguir objetos durante una semana tras el descubrimiento. Weed se introdujo en el pasadizo con mucho cuidado. El hueco era lo bastante estrecho como para confundirlo con una fisura en las rocas, pero su interior se iba ensanchando poco a poco a cada paso. Pronto llegó a una caverna por la que podía moverse cómodamente. Un olor húmedo y nauseabundo le asaltó la nariz. Nervioso, se preparó para el combate. No tenía ni idea de lo que vendría a continuación, así que sujetó la espada de hierro con la mano derecha, y las hierbas y vendas con la izquierda. ‘Vamos allá.’ Lentamente, Weed se adentró en la cueva. En el interior había bastantes bifurcaciones. Escogió el camino de la izquierda y avanzó por él, solo para dar con un gusano inmenso en un callejón sin salida. “¿Pero qué…? ¿Qué clase de monstruo es ese? Nunca he visto un gusano de ese tipo…” Antes de que Weed hubiese podido terminar de hablar, su entorno sufrió un brusco cambio. Lo que pensó que era un suelo oscuro resultó ser en realidad una gran cantidad de bichos del tamaño de un dedo meñique. ¡Squirm! Como Moisés separando las aguas del Mar Rojo, los insectos se separaron, antes de volverse para atacar a Weed, arrastrándose amenazadoramente. “¡¿Cómo…?! ¡¿Cómo se atreven?!” – Weed blandió la espada de hierro como si fuese un remolino. Cubiertos con desagradables caparazones crujientes, los pequeños bichos apenas tenían poder de ataque, pero el gusano con aspecto de reina los creaba más rápido de lo que podía exterminarlos. Realmente echaba de menos a sus hombres de la fuerza de asalto. “Acabaría antes con todo este embrollo si los tuviese aquí.” De repente, la reina exhaló unas humaredas de un color azul claro. Igual que una gota de tinta en un vaso de agua, el humo se expandió lentamente por el espacio cerrado, hasta llegar a la zona en la que estaba Weed. En el mismo momento en que lo inhaló… ¡Ding!

Has sido envenenado.
Tu vida decrecerá continuamente hasta que recuperes el estado normal.
Pillado por sorpresa, Weed comprobó su barra de [Salud]. ¡Gasp! ¡Su vida estaba descendiendo un punto por segundo! ‘Maldición… ¡No tengo ningún antídoto! Si esto sigue así…’ Desesperado, Weed ignoró a los bichos pequeños y corrió hacia la reina para golpearla con la espada de hierro. El caparazón del gusano reina se agrietó, y empezó a manar un líquido amarillento. “¡Si voy a morir, te llevaré conmigo!” Weed ignoró completamente a los insectos que le subían por todo el cuerpo y le mordían. Tanto si le mordían o pasaba el tiempo, iba a morir de todas maneras. Dividido entre las dos opciones, decidió que era mejor acabar con la reina y escapar a toda prisa. Como si sintiesen que su madre estaba muriendo, los pequeños insectos asaltaron a Weed con más agresividad, pero su espada de hierro era persistente. El caparazón de la reina era tan duro que, aunque estaba parcialmente agrietado, apenas lo había dañado. Mientras, a Weed, empezó a darle vueltas la cabeza. ‘Voy a morir. Si tan solo tuviese una habilidad de combate… ¿Una habilidad? ¡¿Por qué no lo he pensado antes?!’ ¡Poseía una habilidad que aún no había tenido tiempo de utilizar! Una habilidad de combate que consumía tanto maná que no podía mantenerla más de un segundo. Tanto si funcionaba como si no, las cosas no podían ir peor. “¡[Hoja del Escultor]!” La hoja de hierro de Weed brilló con una luz blanca. Temporalmente se impuso a la defensa de su enemigo. ¡CRACK! Por fin, el duro caparazón del gusano gigante saltó en pedazos. ¡Ding!

Has subido de nivel.
Weed se saltó la ventana de aviso y gritó: “¡Abrir ventana de información de la misión!”

Nueva misión: [Operación de Limpieza en la Guarida de Litvart (II)].
Hay un centenar de monstruos habitando la guarida de Litvart. Mátalos a todos, del primero al último, y demuéstrate merecedor de una clase honorable. Si completas esta misión, se abrirá un camino hacia tu destino.
Nivel de Dificultad: Desconocido.
Objetivo:
Derrota todos los monstruos en las cavernas ocultas de la Guarida de Litvart.
Monstruos restantes: 99
Aunque estaba envenenado y moribundo, Weed sonrió. “¡Lo logré!” Por fin había dado con la respuesta para el cambio de clase. Eran los malditos gusanos de esta cueva. Tenía que matar a las reinas, no a los bichos pequeños. “Pero antes tengo que curarme del envenenamiento…” Perseguido por los enfurecidos insectos, Weed salió de la cueva a toda prisa. Cuando vio que los bichos no podían salir de los límites de su cueva, empezó a avanzar más lentamente hacia la primera planta con el caballo. Cuando un jugador está envenenado, su cara se oscurece. Weed evitó el contacto con los demás jugadores para ocultar el hecho de que estaba envenenado, y recargó su [Salud] constantemente restregándose hierbas por el cuerpo e hinchándose a comer comidas precocinadas. Si se ponía a ello, seguramente podría dar con un equipo que contara con un clérigo. Pero preferiría morir antes que pedir ayuda. ¿Era demasiado orgulloso como para suplicar por su vida? ¡De ninguna manera! No había monstruos venenosos en la Guarida de Litvart. Ni los kobold, ni los goblins tenían conocimientos sobre sustancias venenosas, y menos aún de cómo usarlas. Su ‘salvador’ querría saber dónde había sido envenenado, por qué y contra quién… y ninguna respuesta le iba a gustar. Preferiría morir que compartir con los demás la ubicación de la cámara oculta que había encontrado después de tanto sufrimiento. En cuanto llegó a la salida de la Guarida, saltó encima del caballo. “Al poblado más cercano. Rápido, o perderé la consciencia y moriré.” ¡Pffff! La estúpida bestia ni siquiera se movió. Estaba actuando como si disfrutase de la desgracia ajena o más concretamente por la de Weed. Por ello, Trasero pretendió estar sordo y empezó a rascar el suelo con las patas mientras masticaba lentamente un trozo de hierba. “Si piensas comportarte de esa manera, entonces…” Por fin se había quedado sin paciencia. “Me has dejado sin otras opciones.” Weed sacó el cuchillo de tallar. Trasero miró aterrorizado el afilado objeto, pero se calmó enseguida como si supiese que Weed se estaba marcando un farol. En vez de cortar a Trasero, Weed se hizo un corte en el antebrazo. ¿Había perdido la cordura hasta tal punto que se había vuelto auto-destructivo cuando su vida ya estaba en peligro por el gas venenoso? “Jo, jo, jo.” – Weed sonrió con malicia. Su visión estaba borrosa por la falta de sangre. A continuación abrió la quijada del potro a la fuerza y le obligó a beber su sangre. “¿Lo ves? Ahora que has bebido mi sangre, tú también estás envenenado. Llévame al poblado, o los dos estamos muertos. Afortunadamente para mí, resucitaré en un par de días, pero por otro lado, tú nunca volverás a la vida, ¿lo comprendes?” Con esta nueva motivación, el potro por fin empezó a galopar hacia el poblado, aunque su velocidad tampoco era mayor que en el primer viaje, llegaron a tiempo. Nada más llegar al poblado, Weed buscó rápidamente un sacerdote que le lanzara un hechizo de curación y lo consiguió justo cuando estaba al borde de la muerte. Después de estar curado, compró hierbas y antídotos por un total de veinte monedas de oro. Aunque sus bolsillos estaban ahora vacíos, no lo lamentaba. Weed volvió rápidamente a la Guarida de Litvart, y solo cuando estuvo convencido de que nadie le seguía, entró a la cueva en la que aguardaban los gusanos. Esta vez incluso metió a Trasero en la caverna. Temía que otros jugadores se lo robasen, y aunque la idea de que otra persona le librase de él era más que tentadora, no quería saber qué ocurriría si no lograba devolver el caballo a las Caballerizas Reales. Esto era una prioridad. “Mantente siempre a mi espalda.” Trasero balanceó la cola, resignado. Weed empezó a acabar solo con las reinas gusano. Los pequeños bichos solo daban una experiencia proporcional a su pequeño tamaño, y la forma en la que se arrastraban desde todas las direcciones hacía que fuese molesto acabar con todos ellos. Del mismo modo que un maestro con la espada no puede detener todas las gotas de lluvia, Weed ignoró los bichos que cubrían el suelo. “¡[Hoja del Escultor]!” La misteriosa técnica de combate de Zahab. Aplastaba el caparazón de los enemigos con tanto poder que simplemente desintegraba la naturaleza de un objeto, independientemente de su resistencia y de su defensa. A veces se enfrentaba con reinas más grandes y necesitaba dos o tres ataques, por lo que tenía que defenderse para hacer tiempo y recargar su [Maná]. A menudo estaba envenenado, mientras era atacado una y otra tres por los pequeños bichos. Con los puntos de [Salud] siempre decayendo, Weed siempre sobrevivía por los pelos; la muerte nunca había estado tan cerca. Cuantas más reinas gusanos mataba, más abatido se sentía. ¿Quién hubiese pensado que esta era simplemente una misión para un cambio de clase? La mayoría de los jugadores solían seleccionar su primera clase antes del nivel 10. Por otro lado, Weed había alcanzado el nivel 62, y esta cueva estaba llena de desafíos mortales. No dejaba de preguntarse qué tipo de clase requería que se tomase semejantes desafíos.
* * *

Nueva misión: [Operación de Limpieza en la Guarida de Litvart (II)].
Hay un centenar de monstruos habitando la guarida de Litvart. Mátalos a todos, del primero al último, y demuéstrate merecedor de una clase honorable. Si completas esta misión, se abrirá un camino hacia tu destino.
Nivel de Dificultad: Desconocido.
Objetivo:
Derrota todos los monstruos en las cavernas ocultas de la Guarida de Litvart.
Monstruos restantes: 1
Al final del séptimo día de peligrosas y continuas batallas, a Weed solo le quedaba por matar una más. ¡La Reina de las reinas! ¡Era cinco veces más grande que la de mayor tamaño que se había encontrado hasta el momento! Cuando Weed entró descuidadamente en la sala del trono, fue recibido en una cordial bienvenida por una densa humareda azul de gas venenoso que la Reina había estado preparando para él. En otras condiciones, quizá hubiese dejado que le alcanzase, pero su instinto hizo que retrocediese de un salto. ¡Shhhhhh! Los pequeños insectos que fueron alcanzados por el humo se derritieron en apenas un par de segundos. “¡Que veneno más terrible!” – el corazón de Weed se estaba acelerando. La única forma de mantenerse a salvo del gas venenoso era utilizando el arco desde cierta distancia. Pero sus flechas no podrían penetrar el duro caparazón del gusano reina. Así que su única opción era aproximarse sin que le alcanzase el gas venenoso. La Reina sabía cuál era el dilema de Weed, y estaba preparada con otra bocanada del gas venenoso, esperando a que se le acercase para rociarlo con él. Como una serpiente de cascabel enroscada, esperando por una oportunidad, la Reina gusano y Weed, se miraron cara a cara inmóviles. ‘Solo puede lanzar la humareda una vez. Si logro esquivar ese primer ataque, el segundo será mucho más débil. El ataque inicial será decisivo.’ Los ojos de Weed brillaron cuando vio el tesoro acumulado detrás de la reina. ‘Nunca, nunca me rendiré. Si tan solo tuviese a alguien a quien pudiese sacrificar con el gas venenoso… Eso es, creo que tengo la manera.’ Sus ojos se entrecerraron hasta ser prácticamente un par de rendijas. Su mirada estaba dirigida al rostro estúpido de Trasero. ¡Pak! Weed pateó la grupa del animal. Trasero saltó hacia delante por instinto, y la Reina gusano le lanzó el gas venenoso por la misma razón. ‘Lo siento, Trasero. Este es tu destino. La vida no es justa, y este es el final de nuestra relación.’ Weed no se creía capaz de observar el final de la pobre bestia. En cuanto se aseguró de que el gas venenoso acumulado en la boca de la reina estaba completamente agotado, se lanzó delante. “¡[Hoja del Escultor]! ¡[Doble danza]!” Weed blandió salvajemente su espada hasta que se le agotó el [Maná]. Con la espada de hierro en la derecha, y el cuchillo de tallar en la izquierda, destrozó el caparazón de la Reina gusano. Al no tener ninguna habilidad de combate que valiese la pena, esta era su mejor posibilidad. La Reina gusano se resistió, pero su gigantesco tamaño actuaba en su contra, al encontrarse los dos demasiado cerca. ¡IIIIHH! Por fin cerró sus pequeños y brillantes ojos. En ese momento cayó una llave de su cuerpo. “¡Esto es!” Weed recogió la llave, la metió en la cerradura del cofre del tesoro y rápidamente la giró. En el cofre encontró unos cuantos volúmenes y un pergamino. ¡Ding!

Al sucesor del Emperador Legendario.
Mi nombre es Geihar Von Arpen, primer emperador del Continente, aquel que terminó con las interminables disputas que asolaban el mundo.
Mis últimos años han estado lejos de ser satisfactorios. Nadie ha reconocido mi angustia, ¡mi superioridad!
¿Por qué nadie puede comprender mi profesión? ¿Por qué todos la desprecian?
Esclavos de sus propios prejuicios, aquellos que poseían talento han rechazado mi buena voluntad para continuar con mi legado. Incluso mis propios hijos me discriminan de esta forma.
¡Ese montón de imbéciles insensibles!
¡No se merecen ser mis sucesores!
Por eso, voy a confiarte mis secretos.
El Emperador Geihar Von Arpen fue el primer y único hombre, capaz de gobernar sobre un imperio unificado en toda la historia del Continente de Versalles. Tras su muerte, el imperio se volvió a dividir, dando lugar a la distribución actual, pero sus logros fueron registrados como algo legendario. Weed estaba emocionado. ‘También en aquel tiempo había idiotas. Deberían haber sido más inteligentes. Es una oportunidad excelente… ¿Quién es el Emperador Geihar? Ni más ni menos que la primera persona que conquistó todo el Continente con su propio poder, ¡y esta es su clase! Debe ser tremendamente buena, y aun así la consideraron superficial.’ ¡Ding!

¡Clase Secreta!
Si aceptas, podrás usar las habilidades exclusivas relacionadas con esta clase. ¿Deseas convertirte ahora?
Sí / No
Weed gritó sin dudar. “¡Por supuesto!” En ese momento, su personaje quedó envuelto en luz.

Nombre del personaje:
Weed
Nivel:
68
Raza:
Humano
Clase:
Ninguna
Titulo:
Ninguno
Alineamiento:
Neutral
Fama:
250
Salud:
3.460
Maná:
340
Fuerza:
235 + 20
Agilidad:
200 + 20
Vitalidad:
89 + 20
Aguante:
129 + 20
Sabiduría:
16 + 20
Inteligencia:
24 + 20
Espíritu de Lucha:
97 + 20
Liderazgo:
68 + 20
Suerte:
5 + 20
Arte:
29 + 100
Ataque:
170
Defensa:
30
Resistencia a la Magia de Fuego:
0%
Resistencia a la Magia de Agua:
0%
Resistencia a la Magia de Tierra:
0%
Resistencia a la Magia Oscura:
0%
Todas las estadísticas se incrementan en 20 puntos.
La estadística [Arte] aumenta en 80 puntos.
En las noches de luna llena, las estadísticas aumentan un 30%.
El usuario es capaz de aprender todas las habilidades de producción hasta el nivel Maestro.
El usuario es capaz de aprender todas las habilidades secundarias de producción.
El usuario está especializado en la creación de objetos.
Aumenta el poder de ataque de [Hoja del Escultor].
Disminuye el consumo de maná de [Hoja del Escultor].
Te permite aprender habilidades secretas dependiendo de tu nivel en [Dominio de la Escultura].
Puedes ganar [Fama] creando esculturas con gran valor artístico o de extraordinaria belleza.
Weed por fin había logrado la clase por la que tanto había estado luchando, pero en cuanto vio el nombre de la clase, casi se muere por la humillación. “¿Qué? ¡Maldición! ¡Escultor de la Luz Lunar!” – gritó lleno de rabia.
* * *
Después de todo el sudor y de la sangre derramada, todo volvía al Escultor de la Luz Lunar. De hecho, era “Legendario” Escultor de la Luz Lunar, con un prefijo grandilocuente, pero eso a Weed le daba completamente igual. La maldita profesión de los muertos de hambre, ¡Escultor de la Luz Lunar! “Por… ¿por qué a mí?” Las lágrimas no dejaban de brotar de sus ojos. Aunque estaba oliendo los restos del gas venenoso que la reina gusano había exhalado en sus últimos momentos de vida, no era eso lo que había abierto la presa de sus lágrimas. No le quedaba más remedio que aceptar la maldita clase que nadie querría: ‘Escultor de Luz Lunar’. “Debería haberme hecho un guerrero normal.” Weed, que acababa de reírse de los idiotas que habían rechazado asimilar la profesión del Emperador Geihar, ahora culpaba al mismo emperador por engañarle para que se convirtiese en un Escultor de la Luz Lunar. No le agradaba nada la idea. ‘¿Por qué mi vida es tan difícil?’ Se lamentaba, autocompadeciéndose. Se había pasado una semana sentado en medio de la calle para estimular la curiosidad de Rodrias, y más de siete días en la Guarida de Litvart para dar con esta caverna y aplastar a los desagradables gusanos. ¡Y todos esos esfuerzos se habían desperdiciado al convertirse en un Escultor de la Luz Lunar! Quería ponerse a llorar desconsoladamente. Pero aun así, había mejorado sus habilidades de [Artesanía] y gracias a estar sentado delante de la mansión de Rodrias, su [Dominio de la Escultura] también había subido de nivel a un ritmo aterrador. También había subido una gran cantidad de niveles mientras estaba en la Guarida… pero todo eso ¡no importaba nada comparado con convertirse en un Escultor de Luz Lunar! Solo la cruda realidad de que ahora era un Escultor le importaba en ese momento. Lo único que quería era gritar lo injusto que era el mundo. ‘Bueno, quizá tenga un lado positivo.’ Tras un largo periodo de crisis, por fin los ojos de Weed empezaron a recuperar algo de vida al ver lo que se le estaba pasando entre tantas miserias. Había pensado que no podía caer más bajo pero, a medida que se iba clamando, fue viendo el lado positivo de la situación. Los guerreros, exploradores y hechiceros eran las tres clases principales, lo que significaba que habían sido probadas y estudiadas más que las demás. Para los guerreros y exploradores, había una bonificación del 50% en el poder de ataque al usar un arma correspondiente a su sub-clase. Los clérigos y paladines podían aprender y lanzar hechizos sagrados que nadie más podía usar. Por eso, Weed causaría menos daño con una espada que un guerrero especializado en la espada de su mismo nivel, y el daño de sus flechas no podían compararse con las de un explorador. Pero esta era una clase secreta, cuyos secretos se tenían que descubrir por uno mismo mediante un proceso de prueba y error. Dependía en gran medida de cuánto se va aprendiendo. Si la iba desarrollando apropiadamente, centrándose en los beneficios de la clase y sus características, podía resultar bien. Si no, terminaría siendo algo mediocre, no mejor que una clase común. Weed rápidamente se concentró en el pergamino. Aún quedaban unos cuantos párrafos por leer.

Al sucesor del Emperador Legendario (II)
Amo las estatuas hermosas. Las estatuas talladas con el magnífico espíritu de Kvasir nunca me han fallado. Mientras las ame y confíe en ellas, siempre me serán leales.
¿Quién se creerá esto? Que el triste [Dominio de la Escultura] es la clave de mi ascenso desde un humilde granjero hasta el hombre que unió el Continente.
Escucha, mi sucesor en el camino de la escultura.
Te espera un camino muy difícil, un camino que cientos y cientos de hombres abandonan y que las naciones de los hombres no harían mucho mejor.
Pero, mi sucesor, te animo a que plantes cara a estos duros desafíos. La dificultad aporta su propio valor, así como una gran resistencia.
¡Conviértete en un gran maestro escultor!
Debes aprender los secretos sobre el [Dominio de la Escultura] que yo no logré adquirir. Ese será siempre el deseo de todo hombre que ha aprendido el arte de la escultura.
Así que te confío estos pequeños regalos, cuida de ellos.

Emperador Geihar, conquistador de la tierra,
el mar y el aire con el [Dominio de la Escultura].
Weed terminó de leer el pergamino y estudió los demás objetos: tres tabletas y un libro. Los efectos de las tabletas no estaban indicados en ningún sitio, pero sabía que habilidad tenía que usar en esa situación. “¡[Identificar]!”

No has logrado identificar el objeto

No has logrado identificar el objeto

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Medicina del Emperador
Esta píldora fue creada con una mezcla de hierbas poco habituales por un antiguo emperador para aclarar la mente cuando fuera consumida.
Efectos:
El [Maná] aumenta permanentemente en 200 puntos.
Tras una serie de intentos fallidos, Weed, por fin, logró reconocer el objeto. Eran objetos raros; no, más que raros; muy valiosos, que incrementaban la cantidad de [Maná] del usuario permanentemente en 200 puntos. Las píldoras emitían una fragancia francamente agradable. Weed estimó que cada una se podría vender por no menos de diez mil monedas de oro. Ya que las píldoras aumentaban la cantidad máxima de maná, en vez de recuperarlo temporalmente como las pociones de maná del mercado, realmente se merecían un precio desorbitado. ‘Muchas gracias, Su Majestad Imperial, realmente aprecio su generosidad.’ Weed guardó las píldoras y cogió el libro. ‘¿Contendrá grandes habilidades? ¡Debería! No creo que vaya a tener más ataques de mala suerte después de todos los anteriores. No, no soy tan desafortunado.’ También en esta ocasión Weed solo consiguió desentrañar el contenido del libro, cuando ya se daba por vencido, tras un montón de ventanas de fallos.

Libro de Técnicas Secretas con la Espada de la Familia Arpen
El Emperador Geihar Von Arpen inscribió las Técnicas de los Pasos Perfectos por el bien de la perpetuidad y prosperidad de la Familia Imperial.
El libro contiene cinco movimientos y un juego de pies.
Todos los miembros de la Familia Imperial fueron, en principio, caballeros. La habilidad está limitada, en principio, a los caballeros, pero el Emperador Geihar Von Arpen consideró a su sucesor en el [Dominio de la Escultura], por lo que refinó la habilidad para que un escultor pudiese aprender una versión debilitada de la habilidad.
Sorprendido, Weed casi dejó caer el libro. “Este, este color es…” El Libro de las Técnicas Secretas con la Espada empezó a brillar con una luz dorada en cuanto lo reconoció. ¡Eso significaba que era un libro de habilidades raras! Es más, era un libro con habilidades de nivel ‘A’. “Sois tan generoso, su Majestad Imperial. Gracias por concederme un libro de Técnicas de Espadas de nivel ‘A’” – dijo Weed. Aunque la verdad era que le decepcionaba un poco que no fuese una habilidad única o de nivel ‘S’. Aun así, le extrañaba que, siendo ahora un escultor, pudiese aprender de un libro de técnicas tan avanzadas por mucho que lo hubiese encontrado. Las técnicas de nivel ‘S’ por lo general estaban limitadas a ciertas clases, generalmente guerreros o caballeros. Como no tenía una habilidad de combate en condiciones, este libro era como si lloviese en medio de una sequía. ¡Los días de habilidades básicas de espada y arco! Ahora se habían acabado, un recuerdo del pasado. Weed puso una mano sobre el libro y gritó: “¡Aprender!” ¡Ding!

Nueva habilidad: [Técnica Imperial de la Espada Sin Forma].
El libro de técnicas una vez utilizado, brilló con una luz blanca y se redujo a cenizas. “Comprobar habilidad: [Técnica Imperial, espada sin forma].”

[Técnica Imperial, espada sin forma]
Esta habilidad está hecha a medida para los escultores por el Emperador Geihar Von Arpen. A medida que aumenta el nivel del [Dominio de la Escultura], el poder de ataque de la habilidad aumenta un 1%.
Se compone de cinco movimientos, una técnica de respiración y un juego de pies.
“Je, je, je.” – Weed se rio entre dientes. Los extremos de la boca de Weed se alzaron. ‘¡Esto es genial!’ El Imperio Arpen había dominado todo el Continente. Al final había caído hasta quedarse solo en un nombre en la historia, pero la técnica de la espada que había sido exclusiva de la Familia Imperial indudablemente valía su peso en oro. Pero Weed casi se desesperaba al leer la descripción de cada movimiento en la ventana de la habilidad. “¡¿Qué diablos?!” – gritó. El primer movimiento, que era el que menos [Maná] consumía de los cinco, utilizaba trescientos puntos. Pero su [Maná] máximo por el momento era demasiado bajo, las técnicas secretas estaban fuera de su alcance, incluso después de haberse tomado las tres Medicinas del Emperador.