Capítulo 1
Convocación real
Traducido por Lord
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
“Hmm…”
Había venido a la biblioteca de la ciudad a pasar el rato y leer algún libro. Espera, es una manera terrible para empezar.
Ni siquiera me he presentado todavía. Me llamo Iwatani Naofumi, estudiante de segundo año, y soy lo que la mayoría de la gente llamaría un otaku. No siempre fui así, pero después de que me mostraron los videojuegos, el anime y la cultura otaku, no hubo manera de que pudiera volver a preocuparme por algo tan aburrido como estudiar.
Una vez que mis padres se dieron cuenta de que yo era una causa perdida, decidieron concentrar sus esfuerzos en mi hermano menor, obligándolo a ir a una escuela de gran prestigio para ‘asegurar su futuro’. Desgraciadamente, creo que se debe haber desquiciado de la presión de estar a la altura de sus expectativas y de prepararse para los exámenes de ingreso, ya que terminó tiñéndose el pelo de rubio y hablando como un punk. Fue una época muy oscura para nuestra familia.
Pero entonces, un salvador apareció: ¡yo! Me acerqué a mi querido y malhumorado hermanito y le dije que jugara a cierto mega-popular juego de simulación de citas.
“¿¡Me estás jodiendo o algo así!? ¡Lárgate de aquí!”
“Cielos, confía en mí y juégalo, ¿de acuerdo?”
Yo sabía la verdadera razón por la que mi hermanito se había echado a perder. Es porque, a diferencia de mí, que obtuve todo lo que siempre quise cuando fui niño, él se vio obligado a no hacer nada más que estudiar día tras día. Necesitaba desesperadamente una salida para su frustración. Y cuando un especialista en relajación como yo hace una recomendación, bueno, incluso mi hermano no pudo evitar que se despertara su interés.
… Para resumir una larga historia, el mundo ganó otro otaku. Desde entonces, la habitación de mi hermano ha sido totalmente transformada, llena hasta los topes de la mercancía del simulador de citas que le recomendé. Encima de eso, con el estrés pasado, se las arregló para pasar todos sus exámenes y entrar en una escuela secundaria de gran prestigio. Mentiría si dijera que no es un poco irritante.
En el lado positivo, gracias a mis esfuerzos, mis padres quedaron encantados conmigo, y finalmente pude disfrutar de una vida universitaria sin preocupaciones. Supongo que podrías llamarme la oveja negra de la familia Iwatani.
De todos modos, ¿dónde estaba? Oh, claro, la biblioteca.
Mis padres ya me habían dado mi mensualidad de 10.000 yenes, que convertí directamente en novelas ligeras, manga y material adulto. Ganaba otros 50.000 yenes al mes con mi trabajo a tiempo parcial, pero entre el comiket de verano y el de invierno, y todos los festivales locales, eso tampoco llegaba muy lejos. De hecho, parecía que probablemente iba a tener que quedarme en casa de mis padres otra vez por un tiempo…
Aun así, podía vivir como me gustaba, así que no podía pedir más. En lo que a mí respecta, el solo hecho de tener cubiertos mis gastos de matrícula y alimentación era más que suficiente. Eso no cambiaba el hecho de que estaba en la ruina, así que, en aras de la frugalidad, pasaba el tiempo leyendo libros al azar en librerías y bibliotecas de segunda mano.
Consideré brevemente la posibilidad de volver al juego en línea al que había estado jugando recientemente, pero hacerlo significaría resignarme a un gasto de tiempo infinito. Verás, soy el tipo de persona que valora la amplitud por encima de la profundidad. En lugar de competir por el top de nivel como la mayoría de la gente, prefería pasar todo mi tiempo de juego haciendo dinero con tranquilidad. De hecho, tenía un personaje que estaba vendiendo artículos raros en el mercado del juego en este mismo momento.
Desafortunadamente, eso significaba que mi vida real tenía más tiempo libre del que sabía qué hacer con él… Que es donde entra en juego la biblioteca.
Sucedió mientras estaba escaneando la sección dedicada a las viejas novelas de fantasía. Puede que no te hayas dado cuenta, pero la fantasía es tan antigua como la humanidad misma.
“¿Las Armas de los Cuatro Santos?”
Por alguna razón, un viejo libro desgastado con un título casi ilegible se cayó de repente de la estantería. ¿Quizás la última persona que lo miró había sido descuidada cuando lo volvió a poner en su sitio? O tal vez fue el destino. En cualquier caso, me senté en una silla y empecé a leer.
*pasar página*
*pasar página*
*pasar página*
Aparentemente era uno de esos libros que comienza repasando el escenario con un detallado insoportable. Había mucho que asimilar, pero lo esencial era que una profecía predijo el fin del mundo. Según la profecía, el mundo sería destruido por olas tras olas de desastres. Para evitar esta calamidad, la gente llamó a los Héroes de otro mundo para que los salvaran.
“… Es una trama bastante cliché, pero supongo que no puedo esperar mucho de algo tan viejo. Debe haber parecido bastante novedoso en su día.”
Cuatro Héroes fueron convocados, blandiendo cuatro armas: espada, lanza, arco y escudo.
“Ja, ja, ¿qué? Un escudo ni siquiera es un arma, ¡es una armadura!”
Me reí irónicamente, pero seguí leyendo. Al final, los Héroes emprendieron un viaje para obtener fuerza y pulir sus habilidades con el fin de luchar contra la Ola de Calamidad.
*bostezo*
Una ola de somnolencia me cubrió. En serio, ¿les habría matado añadir una o dos chicas guapas para mantener el interés del lector? Técnicamente, había una princesa, pero parecía una completa perra. La forma en que se acercó a todos los Héroes fue totalmente asquerosa. Escoge a un tipo y quédate con él, ¿sí?
Oh, bueno, al menos había un elenco bastante decente de personajes. El gallardo Héroe de la Espada y el considerado Héroe de la Lanza. El Héroe del Arco al estilo Robin Hood, trabajando para derribar un reino corrupto. Pero cuando la historia volvió su atención hacia el Héroe del Escudo…
“¿Eh?”
Sin querer solté un grito ahogado al hojear las páginas. Todo después de la página sobre el Héroe del Escudo estaba completamente en blanco. No importaba cuántas veces la miraba, no había nada allí.
“¿Qué demonios es esto?”
Antes de que supiera lo que estaba pasando, mi visión se oscureció y mi conciencia comenzó a desvanecerse. Incluso en mis sueños más descabellados, nunca podría haber imaginado que, así como así, terminaría en otro mundo.