Capítulo 2
La enciclopedia de manipulación del maná
Traducido por Thornapple
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Cuando era un rey, con solo chasquear mis dedos era capaz de convocar al ejército de mi país. Y para mantener mi posición y resolver disputas y conflictos, me batía en duelo con luchadores de diferentes países e incluso con mi propia gente. En el ámbito del manejo de la espada y el control del ki no tenía rival, ya que poseer una gran fortaleza personal era lo esencial para llegar a ser un gobernante en mi antiguo mundo, porque los reyes no nacían, sino que se erigían. Sin embargo, no puedo recordar ningún momento en el que me sienta tan orgulloso como ahora. Ahora puedo gatear. ¡Toma!
Antes solo podía conformarme con las historias que me contaba Madre para intentar que me quedara dormido, pero en cuando se detenía me quejaba gruñendo como protesta. Mientras que Padre me sentaba sobre su regazo y, absorto, me hablaba de sus viejos tiempos, dándome pistas sobre qué tipo de mundo era este y de lo que podía encontrar en él.
Reynolds Leywin había sido un aventurero y tenía bastante experiencia (aparentemente esta era una ocupación viable en este mundo). Y llegó a ser parte de diferentes grupos con los que, en diferentes expediciones, había ido en busca de tesoros y había completado misiones para el Gremio de Aventureros. Entonces había conocido a Madre en una ciudad llamada Valdan, en las fronteras del reino, y había decidido a sentar la cabeza. Orgulloso, me contaba cómo ella se había enamorado de él a primera vista, cuando había visitado el vestíbulo del Gremio de Aventureros en el que ella trabajaba en ese momento, pero por la forma en como Madre lo golpeó en la nuca y le dijo que parara de contarme mentiras, sospeché que era todo lo contrario.
De todos modos, actualmente mi nombre es Arthur Leywin. Art para abreviar, pero como era un antiguo rey, sonaba demasiado lindo. Pero bueno, después de verme a mí mismo en una lámina de metal que usaban en el baño como un espejo, noté que era absolutamente adorable. Tenía el cabello de un castaño brillante como Madre mientras que mis ojos los había heredado de mi padre, siendo de un color azul brillante. No sabía cómo serían mis facciones una vez creciera, pero mientras no engordara, estaría bien. ¡Cuidado futuras señoritas! ¡Vayan preparándose para tener el corazón roto!
Y luego de semanas intentando gatear con un paso torpe, finalmente lo había logrado; incluso podía colarme en la biblioteca familiar mientras que Madre salía para tender la colada. Sin embargo, el mismo día en el que comencé a moverme, se lamentaba suspirando:
“De seguro serás tan difícil de controlar como tu padre.”
* * *
Cerré la enciclopedia para acomodarme en el suelo boca abajo, ya que gatear y estar sentado era demasiado agotador para mi, reflexionando sobre lo que había leído. Este mundo parecía que era bastante subdesarrollado, ya que no parecía que tuvieran muchos avances tecnológicos. Los únicos medios de transporte parecían ser carruajes de caballos que variaban en tamaño y uso, y para navegar por los ríos, usaban barcos con velas.
Las armas podían ser usadas libremente y no estaban reguladas por los gobiernos, a menos que visitaras a la familia real o personas que tuvieran cierta autoridad. Pero por el amor de Dios, aún me sorprende cada vez que veo alguien portando sus armas mientras compra provisiones, ya que en mi antiguo mundo los únicos que tenían permitido portar armas eran los soldados y guardias. Por supuesto no las usaban con el propósito de matar, sino para disuadir el que ocurrieran crímenes. En cambio, aquí había visto cómo un gran mercenario calvo, que portaba un arma de asta, había acuchillado por la espalda a un ladrón que había robado un par de artículos de una armería; y cómo incluso los transeúntes lo felicitaban mientras que el ladrón yacía en el suelo, agonizando.
Una similitud que compartía este con mi antiguo mundo era el sistema monárquico. El continente Dicathen tenía reinos, cada uno gobernado por un rey y su familia real. Sin embargo, a diferencia de la Tierra, el rey era elegido en base a su linaje; y el titulo pasaba de este a su hijo y así sucesivamente.
Después de hojear por la enciclopedia, me pareció algo extraño que no existiera información sobre otros continentes aparte de este, ya que había barcos que transportaban mercancías y pasajeros por los ríos del continente, por lo que asumí que la tecnología no estaba lo suficientemente desarrollada para navegar por los océanos.
Una cosa a la que me costaba acostumbrarme en este mundo era la existencia de la magia. Si habláramos sobre poderes sobrehumanos, incluso los países de la Tierra también dependían de estos. En la Tierra, los expertos habían aprendido a condensar y utilizar el ki innato de sus cuerpos. Pensaban en ello como si fuera una especie de musculo; descomponían hasta el agotamiento sus centros de ki, para luego tomar un descanso esperando que se volviera aún más fuerte, logrando que sus fuentes de ki fueran mucho mayores. Eso era muy útil, ya que entre sus usos estaba el fortalecer un arma o el cuerpo, al canalizarlo por venas especiales o meridianos.
En lugar de ki, en este mundo se le llamaba maná, pero lo que más me sorprendió era que este existía en el propio entorno. Por lo tanto, los expertos y los magos, eran capaces de usar el maná de su alrededor y asimilarlo en sus cuerpos, para finalmente acumularlo en su núcleo de maná. En mi antiguo mundo, el ki solo existía y se formaba dentro del cuerpo. Si alguna vez el ki había existido en el entorno de la Tierra y dejó de existir por la contaminación de los humanos, sería algo que nunca podría saberlo.
En la Tierra, aunque la práctica era increíblemente importante, el tamaño innato del centro de ki era mucho más trascendente, ya que la cantidad de ki que uno podía usar era limitada.
Entonces, ¿eso significaba que el tamaño del núcleo de maná innato ahora no importaba tanto debido a la cantidad que había en el entorno? Mientras más grande sea la taza, tendrá mucha mayor capacidad, ¿no?
En mi antiguo mundo, a pesar de que mi centro de ki no era tan grande, era considerado un prodigio por poder canalizar y usar mi ki de forma tan efectiva que lograba suplir el hecho de que mi núcleo no fuera tan grande. Gracias a la forma en cómo podía usarlo, logré convertirme en el duelista más fuerte de toda la división de élite, obteniendo el derecho de convertirme en el rey.
Si ahora pudiera practicar de la misma forma que lo hacían los expertos en mi mundo, pero en vez de usar solo el maná que estaba dentro de mi núcleo, usara también el del entorno, ¿acaso no podría duplicar… No… Triplicar mi antigua fuerza?
El siguiente libro lo encontré en el fondo de la estantería, y me aclaró las dudas que tenía.
«Guía de principiantes para el Mago Privilegiado.»
“Si bien el poder para controlar el maná es en gran medida genético, existen muchos casos donde los hijos de los magos son incapaces de sentir el maná en su entorno. Un censo reciente demostró que aproximadamente uno de cada cien niños es capaz de percibir el maná, pero esta medida solo puede ser demostrada una vez que sus núcleos de maná se desarrollan por completo, desde la adolescencia temprana hasta el inicio de la adolescencia tardía. Es bastante obvio cuando un mago se despierta por primera vez debido a que el maná que le rodea y el maná de su núcleo se repelen, logrando como resultado una barrera translúcida que se forma por un par de minutos después de despertar.”
Hojeando por las páginas, encontré algo que llamó mi atención.
“El maná puede ser usado de diferentes formas... Pero los dos métodos más comunes son: la mejora del cuerpo con maná (Potenciadores), y la emisión de maná hacía el exterior (Conjuradores)…”
“Los del tipo Potenciador suelen ser vistos comúnmente entre los guerreros, ya que usan el maná canalizándolo por su cuerpo para fortalecerse a sí mismos o a sus ataques...”
“En los Conjuradores son más comunes los hechizos, ya que usando su maná pueden lanzar diferentes ataques que pueden tener cierto efecto en un área o directamente en un objetivo...”
“Debilidades y limitaciones. Si bien los Potenciadores poseen una increíble fuerza, defensa y agilidad, su debilidad recae en su limitado rango de ataque…”
“En cuanto a los Conjuradores, estos poseen un inmenso poder, volviéndose capaces de doblegar su alrededor a voluntad. Pero, tales poderes tienen límites. A diferencia de los Potenciadores, quienes utilizan el maná de sus propios núcleos, los Conjuradores necesitan tomar el maná de su entorno, y añadirlo a su propio núcleo de maná, para poder desplegarlo como un hechizo.”
“Si bien los magos, o Manipuladores del Maná, por llamarlos por el término científicamente preciso, dependen y se clasifican por su núcleo de maná, los Potenciadores y Conjuradores tienen diferentes formas de medir sus capacidades.”
«Pasar página»
“Para determinar la capacidad o habilidad de un Potenciador, se debe medir la capacidad de sus canales de maná, ya que estos determinan la velocidad y eficacia para distribuir el maná del núcleo a las distintas partes del cuerpo…”
“El poder y talento de un Conjurador, se determina por la fuerza de sus venas de maná, quienes indican la velocidad y efectividad al absorber el maná del exterior para poder lanzar un hechizo...”
«Pasar página»
“Los Manipuladores de Maná, se clasifican normalmente en uno de estos dos tipos (Potenciadores o Conjuradores), ya que el intentar dominar ambas en una etapa temprana sería extremadamente lento e ineficiente. Como la mayoría de gente nace con cierta diferencia entre sus canales de maná y sus venas de maná…”
“Los Potenciadores no necesitan poderosas venas de maná porque suelen usar el maná de sus núcleos, mientras que los Conjuradores no necesitan canales de maná con gran capacidad ya que no utilizan el maná de sus propios cuerpos...”
“A medida que el dominio va mejorando, las diferencias entre los Potenciadores y los Conjuradores se reducen de forma natural, pero eso solo sucede cuando su dominio alcanza un nivel avanzado…”
Hmm… Así que el idiota de Padre parece ser que es un potenciador bastante decente y competente, y algo más bajo que un conjurador promedio. Entonces, ¿qué había sido esa luz sanadora… Que había usado Madre?
«Pasar página»
«Pasar página»
«Pasar página»
«Pasar página»
¡AJÁ!
“Hay algunos Manipuladores de Maná que son algo inusuales, llamados Anormales. De los cuales los más conocidos son los Elementalistas y los Curanderos, mientras que algunos siguen sin ser descubiertos. Los más deseados son los Curanderos debido a su habilidad de utilizar magia curativa, ya sea para poder recuperar lesiones e incluso discapacidades.”
¡Guau…! Madre era lo máximo.
“Los principios fundamentales para la Conjuración. El primer paso que un Conjurador debe seguir para utilizar el maná es absorber y asimilar el maná del entorno dentro del cuerpo, para después condensar y purificarlo dentro del núcleo de maná, luego podrá ser canalizado con un conductor apropiado (ya sea un bastón, varita, anillo o algún objeto adecuado) y con los conjuros podrá darle forma al maná para lanzar el hechizo que se requiera…”
«Pasar página»
“… Cuanto más poderoso sea el hechizo, más tiempo tardará en absorber el maná del entorno dentro del núcleo de maná, condensarlo, purificarlo, y finalmente, canalizado y lanzarlo…”
«Pasar página»
“Ya que el maná necesita ser condensado para lanzar un hechizo, los conjuradores notarán que tienen cierta afinidad especial a ciertos elementos (tales como el Aire, Agua, Fuego y Tierra), pero con un entrenamiento adecuado, pueden volverse capaces de utilizar las formas básicas de estos.”
«Pasar página»
“Los principios fundamentales para la Potenciación. A diferencia de la conjuración, no se precisa tanto tiempo para reunir el maná del alrededor, ya que los Potenciadores usan el maná de sus propios núcleos en vez del de su alrededor, y el hacerlo requiere velocidad y precisión para hacerlo eficazmente...”
Aquí fue donde todo comenzó a tener sentido… La potenciación era muy similar al ki, excepto porque también podías absorber el maná del entorno. Y la razón por la que en mi antiguo mundo no había conjuradores era debido a que no existía ningún maná en el entorno para absorber y crear un fenómeno. Mi mirada se tensó mientras seguía leyendo.
“La potenciación requiere una distribución apropiada del maná por las diferentes partes del cuerpo, dependiendo de lo que el usuario necesite. Si bien a simple vista, la potenciación requiere un gran entendimiento del cuerpo. Ser capaz de utilizar los canales de maná eficientemente requiere años de práctica física y mental...”
«Pasar página»
“Ya que la potenciación requiere extraer el maná del núcleo en su forma más pura, en su etapa más temprana no hay diferencias muy notables en el sentido elemental. Sin embargo, una vez los Potenciadores son capaces de controlar su maná de forma más libre, se le puede dar uso para pelear de diferentes formas.”
«Pasar página»
“El fenómeno llamado ‘Contragolpe’ ocurre en ambos tipos de Manipuladores. En los Potenciadores ocurre cuando se agota el maná de sus núcleos, causándoles un intenso dolor en el cuerpo, que dependerá de cuán agotado esté su núcleo del maná. En cambio, a los Conjuradores ocurre por el sobre exceso del núcleo de mana, y puede ser causado por el uso excesivo de hechizos que van más allá de la capacidad del conjurador, o por usar un hechizo demasiado poderoso para su núcleo de maná.”
Cerré el libro, y me senté en mi trasero intentando digerir toda la información que había leído.
Me costaba trabajo creer que necesitabas ser un adolescente para poder manipular el maná, debido a las increíbles similitudes entre el centro del ki de mi antiguo mundo y el núcleo de maná de este. En mi antiguo mundo, los niños ya podían meditar y sentir el ki disperso dentro de sus cuerpos, y una vez este fuera reunido en un solo lugar, se formaría el centro del ki.
Intentando probar mi hipótesis, comencé a meditar para intentar sentir el maná dentro de mi cuerpo de siete meses, cuando…
“¡Aquí estás! Art, cariño, ¿tienes problemas para hacer popó?”
¡Madre! ¡Estaba a punto de empezar mi viaje para volverme el mago más grande del mundo! ¡No hagas parecer que estoy estreñido! Me levantó y gentilmente me envolvió entre sus brazos. Me llevaba para cambiarme el pañal, el cual inesperadamente, no me había dado cuenta que había estado lleno todo este tiempo.