miércoles, 29 de mayo de 2019

Retro Capitulo 42

Volumen 2 Capítulo 42
Dos problemas I
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars

El carruaje vibraba a medida que iba avanzando por el camino e, inclinado sobre la ventana, Desir iba admirando el paisaje. Las grandes extensiones de tierra establecidas para la agricultura quedaron grabadas en su mente. ‘Con tantas tierras fértiles para el cultivo, no es de extrañar que sean capaces de producir tal cantidad de comida. El conde no tomó esta decisión por capricho.’ Al llegar a los límites de la ciudad, el carruaje se detuvo fuera de una posada en mal estado. La madera de sus paredes estaba desgastada y la puerta chirriaba al abrirse, pero en realidad, había resistido el paso del tiempo y no olía a moho. Era suficiente. “Quédate aquí y espérame.” – dijo Jefran mientras entraba en la posada y procedía a solicitar alojamiento para dos personas. Desir se mostró de acuerdo e hizo un gesto brusco con la cabeza antes de darse cuenta de lo dolorido que estaba por el viaje en carro. A continuación, se bajó del carro y comenzó a estirarse. Se sintió mucho mejor tras salir de ese carruaje estrecho. De repente, notó que algo lo empujaba y se dio la vuelta, pero no había nadie. Cuando pensó que estaba soñando, miró hacia abajo y noto a un niño demacrado y con los labios agrietados. “Señor, ¿podría darme algo por esto? ¿Por favor?” – suplicó la vagabunda ahuecando sus manos ante Desir. La mirada de sus ojos era desesperada y se notaba que era incapaz de disimular su agotamiento. Podía ser por su fatiga, el hambre o una mezcla de ambas cosas. Desir hurgó en sus bolsillos por algo que poder darle a la niña, pero no tenía ni una sola moneda que darle. “Lo siento, yo tampoco tengo dinero.” Al oírlo, los ojos de la niña cayeron. Parecía un árbol a punto de colapsar por la brisa. “Ais… No se puede hacer nada entonces.” – respondió dándose la vuelta y alejándose cansada. “Si lo que quieres es comida, tengo esto.” – dijo Desir, llamándola cuando la vio alejarse, mientras le ofrecía cuatro ciruelas secas con la mano extendida. Su rostro se iluminó y sus ojos miraron a Desir, como pidiendo permiso para cogerlas. Este, le devolvió la sonrisa y asintió para mostrar su aprobación con la cabeza. La niña, devoró la ciruela seca a toda velocidad, para a continuación mirar el resto de ciruelas secas con avaricia. “¿Quieres más?” La niña asintió con furia como respuesta. “Hay muchas cosas que no sé. ¿Estaría bien si a cambio me respondes a algunas preguntas?” No dudo ni un segundo en volver a asentir. “¿Vives allí?” – preguntó Desir señalando el barrio donde vivían los vagabundos. “Sí, vivo con mi mamá y mi hermanito. Solo los tres.” – contestó la niña a la vez que asentía. “¿Dónde está tu papá?” “No sé. Mamá no me lo dice.” Desir le dio a la niña otra ciruela. Se la comió tan rápido como la primera. “Escuché que te dan comidas gratis aquí, ¿no es verdad?” “Si lo es. Todas las mañanas vienen para allí” – contestó señalando hacia la plaza. – “Si esperas en la fila, te dan comida.” “Si es así, entonces, ¿por qué…?” Las palabras de Desir se interrumpieron cuando vio que la niña estaba buscando algo en sus bolsillos. Lo sacó como si estuviera manejando un tesoro precioso: Era un pedazo de pan. “Nos dan un pedazo de pan para comer todos los días, pero no es suficiente. Por eso Lilica siempre tiene hambre.” “¿Quién es Lilica?” – preguntó Desir. Ante la pregunta, la niña se señaló a sí misma y su estómago gruñó de hambre. Al oírlo, Desir le dio otra ciruela seca. Como en el resto de ocasiones, desapareció en cuestión de segundos. “Señor, ¿nombre?” “Puedes llamarme Desir.” “Está bien, Desir. Como eres tan amable, te daré esto.” Era un pañuelo bordado con dibujos de flores. Podía decir que se tardaron años en lograr este tipo de bordado magistral. “Lo hizo mi mamá. Es súper buena cosiendo. ¡Incluso hizo mi ropa!” – añadió Lilica girándose y mostrándole su vestido. Desir se sorprendió que le hubiera regalado esto. “Es hermoso. ¿Estás segura de que no quieres venderlo en el mercado? Con productos de esta calidad, deberías poder obtener un buen precio.” “La gente nos dijo que no pasáramos por el mercado. Dijeron que matarían a mi madre si iba.” – dijo frunciendo el ceño al recordar la situación. – “Dijeron que somos ladrones que lo robamos todo. Además de Joffrey, dijeron que las personas que vivían con nosotros les robaban cosas. Aunque no robamos nada, nos siguen llamando ladrones. Mi mamá me dijo que lo guardara. Dijo que, dado que no somos de aquí, es normal que actúen de esa manera.” “Hey, ¡Desir! ¡Ven aquí! ¡Ahora!” La voz de Jefran sonó, llamando a su asistente. Era hora de irse, por lo que Desir necesitaba volver de inmediato. “Lilica, ¿ves la posición del sol? Cuando esté a mitad de camino, ven a la puerta trasera del castillo y te daré más comida, ¿de acuerdo?” – dijo Desir, dándole la última ciruela seca. “Guau ¿En serio? ¡Vale!” “Asegúrate de que nadie te vea.” Tras asegurarse de que lo había entendido, Desir se fue y corrió hacia Jefran. Poco después, sonó una notificación.

Has encontrado el segundo problema de Evernatten.
Has encontrado uno de los dos problemas que hay en el domino de Evernatten.
*.*.*
11:00 am. En el castillo del Señor Evernatten. Después de que saliera vapor de la tetera y su aroma flotara por la oficina, Desir vertió el té en una taza y luego lo colocó en una bandeja de plata. A continuación, abriendo las puertas de su cámara, dejó suavemente la bandeja frente a su señoría, que se encontraba revisando una pila de papeles. Era un hombre mayor y brusco, con una cara llena de cicatrices, talladas por sus múltiples batallas. Mostraba las innumerables peleas a las que había sobrevivido. En estos momentos se encontraba trabajando en silencio, creando un aura intensa a su alrededor.

Has encontrado al héroe legendario: Wilhelm Evernatten
Es una figura clave del escenario principal.
Si te acercas a él y consigues su confianza dará comienzo a la misión principal.
Actualmente la impresión que tiene es: Favorable.
Si esta persona es una figura clave en el Mundo de las Sombras, la misión principal debe ser ayudarlo a resolver los problemas de su dominio. ’ Desir colocó la taza de té suavemente sobre el escritorio del conde. Al terminar la misión del Servicio de cena, fue recompensado con la posición de asistente personal del conde. En estos momentos, la pluma del conde se movía sin descanso, mientras sus ojos permanecían fijos en los papeles que tenía delante. Tomaba algunos sorbos casuales de té, pero por lo demás, el resto del tiempo se mantuvo taciturno. ‘Para desencadenar la misión principal lo antes posible, tengo que convencer al conde de que puede confiar en mí. Tengo que resolver el problema con los vagabundos lo antes posible. ’ Desir observó al conde. Aparte de los débiles rasguños en el pergamino y unos ocasionales sorbos de té no se podía escuchar ni un solo sonido. “Ejem.” – dijo Desir, aclarándose la garganta. Quería comenzar una conversación casual con el conde. Era la mejor manera de hacerse amigo de una persona en poco tiempo. – “Hoy hace mucho frío.” “Ya veo.” – respondió el conde sin levantar la vista. “¿Debo cerrar la ventana por usted?” “Déjala como está.” Desir miró al conde. Un fracaso espectacular. Esta vez, intentó cambiar el tema en lugar de crear una pequeña charla. Mirando el papeleo apilado sobre el escritorio del conde, llegó a la conclusión de que era una cantidad de trabajo imposible de ser terminado por una sola persona. “Mi señor, parece que hay una gran cantidad de trabajo. Si lo desea, estaré encantado de ayudarle.” “¿Sabes leer?” – preguntó Wilhelm dejando su taza de té y captando la atención de Desir. “Si, mi señor.” “Entonces necesito que hagas una cosa por mí.” Al oírlo, Desir se inclinó más cerca para asegurarse de que captaba cada palabra. “No me hables mientras estoy ocupado trabajando. Es una distracción.”

La impresión del Conde Wilheim sobre ti ha disminuido de Favorable a Neutral.
No puedo acercarme usando medios normales. Necesito abordar esto desde una dirección diferente. ’ Desir llegó a esta conclusión después de unos días en su nuevo puesto de asistente del conde. Después de un primer encuentro decepcionante, hizo todo lo posible por ofrecerle una buena impresión al conde: Le ofrecía postres, traía varios tipos de tés exóticos o le limpiaba la habitación antes de tiempo. Desafortunadamente, ninguno de estos tuvo ningún efecto en el temperamento del conde y por ello, cuatro días después de iniciar la misión, mientras Desir pensaba en cómo ganarse la confianza del conde, el escenario comenzó a avanzar hacia una nueva dirección.
*.*.*
En la cocina del castillo. Para ayudar a Jefran mientras encontraba un nuevo asistente, Desir estaba a solas preparando las cebollas en la cocina. Con la puerta ligeramente entreabierta, apareció un lindo y travieso ojo para asegurarse de que no había nadie cerca. Cuando vio a Desir, sus pupilas se dilataron y, rápidamente, abrió la puerta de par en par, corrió directamente hacia él y saltó para atraparlo con ambos brazos abiertos. “Señor Desir, ¿adivina quién soy?” “¿Pram? ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¡Ay! ¡Espera!” – preguntó Desir sobresaltado, mientras se daba la vuelta para ver al miembro más ágil de su equipo. “¡Lo siento! No pude evitarlo después de encontrarte.” – contestó Pram, dando un paso atrás y soltando el abrazo. Al ver el aspecto de Pram, se dio cuenta de que llevaba el uniforme de los guardias de Evernatten. “¿Empezaste siendo un guardia?” “¡Sí señor! Como guardia del castillo. Por eso fue fácil encontrarte. De todas formas, ¿sabes cuánto tiempo te he estado buscando?” – dijo Pram con una cara angustiada mientras estaba extremadamente cerca de la cara de Desir. “Lo siento, han pasado muchas cosas.” – respondió dando un paso atrás y disculpándose. A continuación, informó a Pram sobre lo que le había ocurrido hasta ese momento en la región de Orrane. Mencionó a los vagabundos que vivían en las afueras de la ciudad y el trato desigual que estaban recibiendo de la gente del pueblo. Desir también le mencionó a Lilica, la joven que había conocido fuera de las murallas. Después de reunirse con Desir, Pram lo perdonó y los dos se pusieron a discutir sobre el mundo de las sombras. “Entonces… ¿Parece que este mundo de las sombras está basado en el Sacro imperio?” – preguntó Pram. “Lo he confirmado. Hace unos días, me tomé un momento para abandonar el castillo y descubrí que la arquitectura de la ciudad se parece a la del Sacro Imperio.” – respondió Desir. “Pero Desir, no fue el Sacro Imperio…” “Cierto. Todo el territorio fue tragado por el Mundo de las Sombras, a excepción de la región de Orrane donde estamos actualmente.” “Pero es extraño. Se siente fuera de lugar estar en un país que ya ha llegado a su fin. Es completamente diferente en donde estamos nosotros.” “Bueno, es tu primera vez en un Mundo de las Sombras.” – respondió Desir con una sonrisa, mientras recordaba su primera vez. “¿No es también para ti la primera vez?” Atrapado con la guardia baja, Desir se levantó de su asiento. “Solo espera por un instante… Te traeré algo de comer.”