Arco 4 Capítulo 26
Lo que desea el que tiene la protección divina
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Corregido por DaniR
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Ante la pregunta ridícula que había hecho Valetta con una expresión tan seria, Kazura abrió la boca de par en par.
“¿Qué…?”
Inconscientemente, contestó de nuevo con otra pregunta. Aunque había entendido el significado de la pregunta, no era capaz de entender qué intención tenía haciéndola. Si le preguntaban si era un humano, entonces su respuesta sería, por supuesto, ‘Lo soy’. Pero entonces significaba que hasta ese momento se le había considerado otra cosa.
Pero cuando escuchó que la respuesta de Kazura era otra pregunta Valetta comenzó a temblar.
“Hu…. Humano… ¿Lo eres?” – volvió a preguntar con una voz temblorosa debido a su extrema tensión mental.
Lo había vuelto a preguntar.
Hasta ese momento, Valetta había tenido vagos sentimientos del estilo de: ‘¿Puede que Kazura no sea Greisior sino un humano normal?’ Sin embargo, cuando estaban secando la rueda hidráulica este mediodía y escuchó hablar de la compañía de su padre, su duda había sido aparentemente confirmada. Y, por lo tanto, le había preguntado audazmente sobre eso. Pero al final, cuando Kazura no respondió de inmediato, Valetta se sintió incomoda y se preguntó si estaba diciendo algo absurdo.
“¡Soy un humano! ¡Realmente soy un humano y no otra cosa!” – respondió rápidamente cuando notó que la mano de Valetta había comenzado a temblar, mientras volvía a preguntar.
“¿Es eso cierto…?”
“Por supuesto que es cierto. O más bien, ¿me ves como algo más que un humano?”
“Gracias a los dioses…” – dijo Valetta dejando escapar un gran suspiro de alivio que vino desde el fondo de su corazón. Se notaba que estaba aliviada y que sus dudas habían sido resueltas.
“Hmm… ¿Qué quieres decir con eso? ¿Pensabas que no era un humano?” – preguntó Kazura con una expresión desconcertada.
Cuando escuchó la pregunta, la expresión de Valetta se transformó en una de una disculpa antes de comenzar a responder.
“Sí… En realidad, desde que Kazura llegó al pueblo, siempre había pensado que era Greisior… Creo que incluso ahora, todo el pueblo también lo cree.” – dijo Valetta temblando por los nervios.
“Greisior… ¿Hmm? Espera un momento, es que es posible…”
Cuando Kazura escuchó la palabra ‘Greisior’, recordó que había aprendido otra palabra similar de Valetta. Cuando recordó lo que significaba, su rostro se puso pálido de inmediato y de su cuerpo comenzó a brotar gradualmente un sudor frío.
“Er… Cuando estábamos orando por la lluvia, recuerdo que Valetta me contó una historia sobre el Dios del agua: Suipsior.”
“Sí, lo recuerdo.”
“¿Qué significa el ‘Sior’ de Suipsior?”
“Tiene el significado de ‘El Dios que gobierna’. Suip, significa ‘El Origen de la vida’ o también puede tener el significado de ‘Agua’.”
“Cómo podría ser esto…” – dijo mientras se llevaba las palmas de las manos a la cabeza.
Había sentido el respeto excesivo de los aldeanos desde hacía mucho tiempo, pero como había traído muchas cosas al pueblo, se había convertido en una persona famosa y respetada, por lo que había enviado esa molestia al fondo de su mente. Sin embargo, incluso si intentaba hacer todo lo posible por resolver los problemas que tenía delante de sus ojos, sinceramente, no había pensado demasiado sobre lo que creían los aldeanos.
“Por cierto… ¿Qué significa ‘Grei’?”
“Significa ‘Benevolente’ o ‘Dios de la cosecha’. Para ser exacto, es Gresior… Esto, ¿estás bien?”
Tras escuchar la respuesta de Valetta, Kazura estaba perplejo y comenzó a gemir en voz baja. Si lo pensaba bien, las cosas que había realizado en esa aldea, aunque se había dado cuenta un poco tarde, eran algo sorprendentes.
Había recuperado a más de cincuenta personas desnutridas, traído una gran cantidad de alimentos y sal de un lugar desconocido y, aunque había sido una coincidencia, hecho que la lluvia cayera en el pueblo después de una sequía prolongada. Y todo eso lo había hecho en un lapso de tiempo de tan solo tres días.
Además, había aportado una gran cantidad de máquinas y herramientas que los aldeanos nunca habían visto con anterioridad. Y, por encima de todo, había mejorado las cosechas hasta el punto de ser enormes. Si a todo eso se le sumaba la comida que había traído consigo y que había transformado a los aldeanos en superhombres…
Si Kazura se ponía en la situación de los aldeanos, podría haber pensado en sí mismo como un Dios salvador.
“Estoy bien… Dios de la benevolencia y la cosecha, ¿verdad? Parece que ha habido un gran malentendido…” – dijo tras dejar escapar un gran suspiro y levantar lánguidamente su propia cara. Kazura no podía dejar de pensar en cómo podría resolver el malentendido con los aldeanos.
Tal vez las cosas que había hecho podrían haber sido llamadas como las ‘Obras de un Dios’, pero existía la posibilidad de que ser mal interpretado como un dios le pudiera causar grandes problemas en el futuro.
“En realidad, fui yo quien les contó a todos en el pueblo que Kazura era Greisior… Debido a que Kazura se parece demasiado al Greisior de la leyenda que se transmite en el pueblo… Lo siento mucho.” – continuó Valetta con un tono de pesar.
“¿Leyenda…?”
“Sí. Fue una historia de algo que sucedió hace varios cientos de años. Hace mucho tiempo, una gran sequía causó una severa hambruna en toda la región, y un hombre con una apariencia inusual apareció en esta aldea. A continuación, ese hombre trajo mucha comida y salvó a los aldeanos. Además, solo con comer una pequeña cantidad de la comida de ese hombre, podían recuperar un poco de su salud… Esto, ¿esa persona es Kazura?” – explicó Valetta tratando de contarlo todo.
“No, no lo soy. No tengo una vida tan larga como esa.”
Al escuchar las palabras de Valetta sobre esa posibilidad, Kazura lo negó de inmediato. Las acciones emprendidas por el hombre que había aparecido hacía cientos de años eran muy similares a las acciones que Kazura había hecho recientemente, pero no era la misma persona.
Más en concreto, si el hombre que había aparecido hacía varios cientos de años era la misma persona que Kazura, resultaría imposible que fuera un humano. Sin embargo, Valetta todavía pensaba que eso era una posibilidad.
“Es… ¿Eso es verdad? ¿Qué estoy diciendo…? Kazura es un humano.”
Kazura le dio a Valetta una mirada de reojo mientras pensaba qué hacer en el futuro. Antes de nada, lo que debía hacer era explicar a los aldeanos que él era humano, se llamaba Shino Kazura y resolver el malentendido sobre Greisior.
No creía que rechazarían toda la ayuda que Kazura había traído a la aldea solo por no ser Greisior. Además de que Valetta, como hija del jefe de la aldea, podría resolver cualquier disputa que pudiera surgir. Y seguro que el jefe de la aldea también ayudaría si le daba una explicación detallada.
“Sí, soy humano. Tengo que resolver este malentendido rápidamente con todos los aldeanos… Mañana por la mañana daremos una explicación detallada diciendo que no soy Greisior, sino solo un humano.”
“Ah, por favor, ¡espera!” – gritó Valetta, levantando la voz. Estaba entrando en pánico.
Pero Kazura, que quería resolver el malentendido lo antes posible, se confundió cuando vio que Valetta lo instaba a no hacer nada.
“Por favor, permíteme contarte cómo continua la leyenda; el hombre que vino a la aldea… Greisior, fue capturado por los soldados del señor feudal cuando escucharon rumores sobre él.”
“¿Capturado? Pero no había hecho nada malo, ¿por qué…? Un momento, ¿qué tiene que ver esta leyenda y mi explicación de que no soy Greisior?” – preguntó Kazura, demostrando que no estaba entendiendo nada.
“La razón principal de por qué el Greisior que apareció en el pueblo hace varios cientos de años fue capturado por el señor feudal fue porque el rumor sobre Greisior se extendió por todas partes. Era bueno que las personas que querían ser salvadas por Greisior escucharan ese rumor, pero a la vez también llegó hasta gente que quería monopolizar esa bendición y…” – respondió con una mirada seria.
“Esos grupos malvados vendrán a la aldea a por mí… ¿Eso es lo que me quieres decir?”
Tras escuchar la explicación de Valetta, comprendió la situación.
En otras palabras, Valetta había instruido a los aldeanos para que no se repitiera lo mismo que en la leyenda, a fin de no dijeran nada y evitar que los forasteros supieran lo que Kazura había hecho en el pueblo. El actual señor feudal Narson y el señor feudal de hace cientos de años tal vez no tomasen las mismas decisiones, pero no sería solo el señor feudal el que se vería atraído por esa dulce historia.
“Sí. Por eso, imploro a Kazura que se siga comportando como Greisior en el futuro.” – suplicó Valetta.
“¿Eh…?”
Kazura podía entender cómo la historia contaba que tenía que tener cuidado con que el rumor de Greisior se extendiera. Sin embargo, las otras palabras de Valetta lo tomaron por sorpresa. Aunque Kazura pensaba que Valetta ya había aceptado que no era Greisior, le seguía rogando y pidiendo que se siguiera comportando como Greisior en el futuro. Realmente no sabía cuál era la razón detrás de esto, parecía que quería comenzar una nueva religión.
“No, no es eso, Valetta, no soy Greisior, ¿sabes? Aun así, ¿por qué me estás pidiendo que me comporte como él…?” – respondió Kazura con total desconcierto.
“Ah, lo siento mucho, lo he dicho de manera incorrecta. Quiero que Kazura pretenda ser Greisior y que nadie se dé cuenta de la verdad. Solo tienes que seguir comportante como hasta ahora con los aldeanos.” – añadió Valetta agitando su mano con una cara de pánico.
“¿Por qué…?”
“Si los aldeanos creen que Kazura es Greisior, se asegurarán de que las acciones sobre la benevolencia de Kazura no se filtren al exterior. Además, preguntas sobre de dónde ha venido Kazura o por qué es capaz de traer alimentos y fertilizantes en tan poco tiempo o de dónde saca herramientas que nunca antes habíamos visto, no tendrán respuesta. Si todos piensan que eres Greisior tendrán miedo de que pase lo mismo que en la leyenda y no investigarán. Pero si los aldeanos saben que no eres Greisior, entonces creo que buscarán una explicación para todo lo que ha ocurrido hasta ahora.” – dijo Valetta. – “Además, en el peor de los casos, los aldeanos no podrán mantenerlo en secreto, el rumor se extenderá, y luego, si llega a oídos de Narson o de la familia real, entonces…”
“Sí, será un problema. Parece que explicarlo será mi ruina…”
Tras escuchar la exhaustiva explicación de Valetta, decidió retirar el plan que quería llevar a cabo. Si los aldeanos continuaban confundiéndolo con un dios, entonces en un futuro lejano podrían ocurrir varios tipos de problemas, sin embargo, de esta manera era mucho mejor que el problema que le acababa de señalar Valetta.
Y Kazura no tenía originalmente la intención de hacer nada importante en este mundo, solo quería hacer algo de turismo por Isteria sin destacarse demasiado o pasar el tiempo tranquilamente en la aldea.
Dado que los cultivos de la aldea habían crecido extremadamente bien y gracias también a la rueda hidráulica casera que los aldeanos habían construido, no habría problemas con el suministro de agua o con la existencia de la rueda. No tenía nada de qué preocuparse. En el futuro, Kazura pensaba en abstenerse de apoyar a la aldea con cosas llamativas, pero aun así continuaría cultivando hierbas con Valetta.
“Entiendo… Aunque todavía me resisto a hacer esto, en el futuro trataré con los aldeanos como si fuera ‘Un dios al que nadie quiere que lo reconozca como un dios’. Lo siento, pero si hago algo mal, en ese momento espero tu ayuda para hacer un seguimiento.” – dijo Kazura, mezclado con un gran suspiro.
“¡Sí! ¡Déjame a mí el seguimiento y las labores de apoyo!” – dijo haciendo un asentimiento de cabeza.
Por alguna razón, Valetta hizo una expresión excesivamente encantadora.
‘Ah, podría haber aprendido el alfabeto latino antes de darme cuenta. ’
Sus cansadas células cerebrales dieron forma ese pensamiento antes de que se diera cuenta. Pero cuando pensó en cómo iba a tener que vivir como un Dios a partir de mañana, una vez más soltó un gran suspiro.
* * *
Al mismo tiempo que Kazura estaba decidiendo vivir como un dios, en la oficina de la residencia de Narson en Isteria, Narson y Zirconia estaban recibiendo el informe de Isaac que acababa de regresar de su inspección en la zona de construcción de la fortaleza, cerca de la frontera con Balveil.
Como de costumbre, Narson estaba sentado en su silla detrás del escritorio. Tal vez porque estaba satisfecho con el progreso del trabajo, asentía de forma ocasional, mientras leía el informe. Al su lado, en una esquina de la mesa, Zirconia estaba preguntándole a Isaac sobre el estado actual de las obras. En ocasiones, también miraba el informe que estaba leyendo Narson.
“La construcción de la fortaleza está progresando muy bien. Si los trabajos de construcción continúan sin problemas, entonces creo que a este ritmo se terminará un año antes de que expire el armisticio.” – continuó Isaac.
Al igual que había dicho Isaac, la construcción de la fortaleza estaba progresando muy bien. Debido a que la construcción de la fortaleza junto a la frontera nacional era actualmente la prioridad número uno de Isteria, tenía preferencia en la asignación de materiales y personas, por lo que era justificable que no hubiera ningún problema. Sin embargo, la construcción se estaba desarrollando mejor de lo esperado.
Todas las personas que estaban ayudando en la construcción de la fortaleza habían participado en la guerra contra Balveil de hacía cuatro años, por lo que sabían que era una importante posición defensiva para el futuro. La fortaleza estaba siendo completamente construida por los ciudadanos del Reino de Arcadia y, el no usar esclavos, podría ser una de las causas por las cuales la construcción estaba avanzando más rápido de lo esperado.
“¿Cómo va la producción de alimentos dentro de la fortaleza?” – preguntó Zirconia a Isaac. Era un punto que le preocupaba especialmente.
“Realmente no sé cuánto es parte de la bendición de Greisior, señor de la tierra, pero juzgo que es posible seguir produciendo alimentos para que unas cincuenta a cien personas puedan vivir durante un año.” – respondió Isaac, tras recuperar la información de su mente.
“Lo máximo que se puede estimar es solo comida para unas cien personas… Aun así, es mejor que nada…”
Cuando Zirconia escuchó el informe dejó escapar un pequeño suspiro. Había estado atormentando a su cerebro para buscar un método capaz de crear una fortaleza autosuficiente, pero había un límite a la cantidad de alimentos que se podían producir, incluso si ampliaban la fortaleza. La falta de agua podía paliarse cavando algunos pozos, pero no podían hacer lo mismo con el suministro de alimentos.
Si tenían que usar la fortaleza en una guerra de larga duración contra Balveil, debería recibir mercancías del exterior. Pero con el gran ejército de Balveil como enemigo, no creía que fuera posible enviarlas.
La principal dificultad de asediar una fortaleza era rodear completamente su perímetro durante un largo periodo de tiempo, y para ello era necesario transportar una cantidad mínima de recursos para los asaltantes. Sin embargo, viendo cómo era el país de su oponente, podían suponer que con su tamaño eso no sería una dificultad. Arcadia era incapaz de igualarlo. La hazaña de rodear por completo una fortaleza durante muchos meses podría ser algo que lograrían fácilmente.
“No tiene sentido pensar demasiado sobre algo que no tiene solución. Asumiremos que la reserva de alimentos para situaciones de emergencia será suficiente.” – dijo Narson levantando la mirada del informe y mirando a Zirconia, cuya cara se había vuelto sombría.
También el hombre que estaba de pie frente al escritorio parecía estar desanimado, como si pensara por completo que la baja producción de alimentos era culpa suya.
“Isaac, no pongas esa cara. Poder proporcionar comida suficiente solo con lo que se produce en la fortaleza es imposible. Da igual la edad que tenga.” – continuó Narson sonriendo irónicamente.
“Sí… Sin embargo, si hubiera otros medios más sabios, entonces…” – contestó Isaac.
Isaac, que era demasiado serio, estaba todavía más abatido. Narson sacudió la cabeza e hizo un suspiro mientras buscaba la siguiente tarea que podía darle. A continuación sacó un papel de la pila de documentos que se encontraban dispersos sobre su escritorio. Hojeó el contenido de la nota y se la pasó a Isaac.
“Bueno, me ocuparé del resto de asuntos, por lo que no tienes que preocuparte por eso. ¡Haz tu próximo deber asignado y termínalo de forma correcta!”
“Entendido. Ya que se han confirmado las ordenes, me pondré a ello de inmediato.” – contestó Isaac tras tomar el documento y confirmar su contenido.
“¡Espera un momento! Ya es medianoche. Hoy has trabajado bien, así que descansa y hazlo mañana.”
Al pensar que quería ponerse a hacer su tarea en medio de la noche, Narson puso una vez más una sonrisa irónica antes de reprenderlo.
‘¿El Señor Narson no trabaja hasta el amanecer? ’ – pensó Isaac. Pero solo podía hacer esa queja en su corazón.
“Entendido…” – respondió, para a continuación, hacer una reverencia de forma respetuosa y salir de la habitación.
“Realmente es una persona muy seria… Un niño que cumple con su deber de forma admirable. No lo molestes demasiado.” – dijo Zirconia mirando hacia la puerta por la que había salido Isaac y soltando sus pensamientos a Narson sin dudarlo.
“No lo estoy acosando.” – contestó Narson con brusquedad mientras comenzaba a arreglar los documentos dispersos por la mesa.
Zirconia lanzó una sonrisa irónica a Narson y comenzó a ayudarle a ordenar los documentos. Sin embargo, de repente, sintió curiosidad por que le había dado.
“Ahora que lo pienso, ¿qué tipo de deber le has asignado?” – preguntó, volviéndose hacia Narson.
“Durante los próximos siete días tiene que reorganizar y dirigir el entrenamiento de su división… Bueno, es algo como un descanso. Cuando termine, su próximo deber es inspeccionar la aldea de Grisea.”
Al escuchar esas palabras, Zirconia puso una mirada distante durante un rato.
“La aldea de Grisea… Si pudiera ser verdad que Greisior aparece por allí…” – murmuró Zirconia.