Arco 4 Capítulo 27
Las expectativas de una niña y el instructor demoniaco
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Antes del amanecer del día después de que Valetta supiera que Kazura era un humano.
El entorno estaba muy oscuro. El sendero que discurría a los lados de los campos de la aldea de Grisea estaba en silencio y desierto. Mientras tanto, Kazura equipado su bolsa de viaje, se dirigía hacia el pasaje de piedra que conectaba la aldea con Japón.
No llevaba puesto su atuendo habitual, la ropa cosida por Valetta, sino unos pantalones vaqueros y una camiseta. Normalmente, el motivo para regresar a Japón era para obtener bienes y suministros, pero el objeto de hoy era diferente.
“Señor Kazura, su país… Japón, cuando lleguemos… ¡Lo primero que quiero hacer es ir a una librería!” – dijo Valetta contándole lo que deseaba hacer con un rostro lleno de esperanza, mientras caminaba a su lado.
“Sí.” – respondió Kazura, de forma simple. Su objetivo actual no era conseguir suministros, sino llevar a Valetta a Japón.
Después de terminar la conversación sobre el hecho de que Kazura era un ser humano, Valetta le había hecho una petición.
“Hmm… Si no es una molestia, ¿puedes llevarme a tu país la próxima vez?”
“Si es para Valetta, entonces no hay problema.” – contestó Kazura, aceptando su solicitud.
Al final, dado que Valetta estaba realmente feliz por haber recibido permiso para ir a Japón, continuó haciendo preguntas hasta altas horas de la noche. Cuando el reloj de pulsera de Kazura señaló la una, Valetta finalmente se dio cuenta de que había estado hablando durante demasiado tiempo y comenzó a disculparse, antes de excusarse para ir a dormir. Sin embargo, tras ver la expresión de su cara, que decía claramente: ‘Quiero ir tan pronto como sea posible’.
“Si quieres, después de descansar un poco, puedo llevarte allí de inmediato.” – añadió Kazura, antes de que se fuera a dormir.
Tras escuchar su sugerencia, terminaron caminando hacia el pasaje de piedra solo tres horas después. La verdad era que, aunque Kazura no lo sabía, Valetta estaba tan emocionada que había sido incapaz de dormir durante toda la noche.
“Sin embargo, no podemos ir y comprar cosas en una librería si vamos con estas ropas y calzado, ya que la ropa de Japón es diferente.”
La ropa actual de Valetta era su habitual vestido sencillo y sus zapatos de paja trenzada. En este mundo, su ropa era algo discreta. Sin embargo, con esa ropa y su bella apariencia rubia, se convertiría en el centro de atención. Aunque solo estuvieran haciendo turismo, lo primero que tenían que hacer era conseguir ropa nueva en alguna tienda.
“Ah, eso es verdad… Para el dinero, ¿esto se puede usar?”
Valetta había traído, por si acaso, varias monedas de plata de 100 Ar en una bolsa sujeta en su cinturón. Aunque las monedas de plata de 100 Ar tenían un valor bastante alto en este mundo, solo serían tratadas como objetos antiguos en Japón.
“No podemos usar el dinero de Arcadia. Pero tengo dinero japonés, así que no tienes que preocuparte por eso.”
“Lo siento… Sería bueno si solo hubiera atrapado algunos gusanos de Arcadia. Podríamos venderlos en una tienda en Japón.”
“¿Eh…? ¿Gusanos de Arcadia…? Si tuviéramos mala suerte, incluso antes de poder venderlos, podríamos tener varios problemas…”
Mientras iban conversando relajados, llegaron hasta la arboleda que conducía hacia el pasaje de piedra. Como aún no había amanecido y la arboleda era muy densa, el interior estaba muy oscuro. Frente a una arboleda a la que nunca se había atrevido a entrar, la expresión de Valetta demostraba su nerviosismo.
“Estará bien, así que no necesitas preocuparte por eso. Siempre viajo por este lugar y es un bosque muy normal.” – dijo Kazura cuando se dio cuenta de que Valetta estaba inquieta, mientras le daba unos golpecitos en la espalda.
“S… Sí.”
Kazura le hablaba a Valetta con una sonrisa tranquilizadora, para a continuación sacar una linterna de su bolso, iluminar el camino y comenzar a caminar. Valetta lo siguió lentamente.
“Más allá de este camino hay un pasaje de piedra que se conecta con Japón. No está tan lejos, por lo que llegaremos pronto.”
“¿Es así…? La leyenda dice que, si alguien entra en este bosque, antes de que uno se diera cuenta sería enviado a la entrada, pero…”
“Esa es una leyenda interesante. Pero, si eso sucede realmente, ¿no sería incapaz de regresar a Japón? No te preocupes, podemos pasar sin problemas.” – dijo Kazura, girando la cabeza y dándole una sonrisa mientras continuaban caminando bajo los árboles.
“Eso es… Verdad, supongo. Es una ruta que siempre tomas.”
Al escuchar las palabras de Kazura, la expresión de Valetta mostró alivio. A continuación, Kazura sonrió de nuevo y asintió. Entonces llegaron al árbol que estaba marcado.
“Además, para no perderme, he puesto una marca en ese árbol. Si sigues ese signo, serás incapaz de perderte.”
“Así que hay una marca. Entonces, es imposible perderse.”
“Sí. Ah, mira, esa es la piedra que usé para realizar la marca, solo tenemos que caminar un poco más… ¿Valetta?”
Kazura se acercó al árbol donde se encontraba la marca, tocó los trazos con la mano y giró la cabeza hacia atrás, pero Valetta había desaparecido. Miró a su alrededor varias veces, buscando si estaba detrás de algún árbol, pero Kazura no podía sentir su presencia en absoluto.
‘¿Qué…? Estábamos hablando hace tan solo un momento…’
Valetta había desaparecido, de repente. Kazura sintió un sudor frío y comenzó a gritar en voz alta el nombre de Valetta. Sin embargo, únicamente el eco de sus gritos resonó entre los árboles, no hubo ninguna respuesta.
Al momento, Kazura se quedó inmóvil, sorprendido. Si por alguna razón Valetta había sido abducida sería un gran problema. Asustado, comenzó a correr a toda velocidad, mientras rezaba para que Valetta hubiera sido enviada a la entrada de la arboleda al igual que contaba la leyenda.
* * *
“¿Ah? ¿Kazura?”
Kazura, que había estado frente a ella, desapareció repentinamente sorprendiendo a Valetta, que comenzó a mirar a su alrededor. Kazura había puesto su mano en la marca del árbol y, a continuación, volvió la cabeza hacia ella. Pero en ese momento, fue como si el espacio hubiera cambiado por completo, y ahora el paisaje a su alrededor era completamente diferente.
‘No puede ser… Estaba justo frente a mí…’
Las posiciones de los árboles eran diferentes al lugar donde había estado hacía un momento. Tampoco podía ver el árbol con la marca que estaba tocando Kazura. La mente de Valetta no podía comprender este rápido desarrollo, por lo que se había quedado aturdida sin moverse, hasta que una voz llegó a sus oídos desde su espalda. Era la voz de Kazura.
“¡Valetta! Me… Me alegro de encontrarte…”
“Eh, Kazura, ¿por qué vienes detrás de mí?”
Valetta estaba completamente confundida.
“No, tampoco lo entiendo, pero cuando giré mi cabeza, Valetta había desaparecido… Pero luego recordé la leyenda que me acababas de contar y regresé de inmediato a la entrada. Aun así, estoy realmente contento de que no te estuvieran llevando lejos de mí…” – explicó Kazura, mientras respirada de forma desordenada tras correr a toda velocidad.
En contraste con Kazura, que se sentía aliviado desde el fondo de su corazón, la aturdida Valetta se dio cuenta de que había sido ella la que había cambiado de sitio. Según la leyenda, cualquier persona que entrara al bosque sería enviado de regreso a la entrada, cerca de la aldea, pero nunca habría pensado que a pesar de que ambos caminasen juntos, terminaría siendo alejada en contra de su voluntad. No era que Valetta no creyera en la leyenda, solo se imaginaba que si estaba con Kazura habría sido capaz de cruzar el bosque.
“Como se esperaba, al igual que en la leyenda, no puedo atravesar este bosque…” – murmuró Valetta con la cabeza gacha, deprimida.
“Si ese es el caso, entonces…” – dijo Kazura mientras agarraba la mano derecha de Valetta.
“Ah…”
“Tal vez si vamos cogidos de la mano, sea posible que Valetta venga conmigo a través del bosque.”
Kazura era capaz de atravesar los arboles sin problema. En cuyo caso, si estuvieran cogidos de la mano, tal vez podrían cruzarlo juntos. Le parecía una idea brillante y sonrió a Valetta, que solo pudo mirarlo con una expresión ansiosa. Juntos, comenzaron a caminar una vez más hacia el interior del bosque.
* * *
Caminaron en silencio durante unos dos minutos. Cuando llegaron al lugar donde Valetta había desaparecido antes, los dos se detuvieron.
“Estoy segura de que este es el lugar donde cambió el paisaje la otra vez.” – dijo Valetta mientras cogía una piedra del suelo y la arrojaba a la arboleda.
La piedra salió volando y cayó al suelo junto al árbol marcado. No había desaparecido.
“Parece que la piedra está bien.”
Valetta confirmó que la piedra no había desaparecido y se agarró a la mano izquierda de Kazura, mientras que su brazo derecho también lo abrazaba con fuerza, como si no quisiera que se escapara. Kazura también agarró con fuerza la mano de Valetta. A continuación, caminaron lentamente hacia el árbol marcado.
“Está bien, es como si pudiéramos… ¿¿??”
En el momento en que se encontraban a solo un brazo de distancia del árbol, Valetta, que estaba firmemente sujeta a su cuerpo, desapareció de forma repentina. Con el peso que estaba sosteniendo con su mano izquierda desapareciendo de golpe, perdió el equilibrio y cayó al suelo.
“Eso ha estado cerca… ¿Qué diablos está pasando aquí?”
Había visto cómo Valetta desaparecía de repente ante sus ojos, aunque sus manos estaban agarradas con firmeza. Incluso para Kazura, que había visto varias cosas sorprendentes desde el primer día que había llegado a este mundo, era una situación que lo dejaba sin palabras. El impacto de ver a alguien desaparecer ante sus propios ojos era tremendo.
Honestamente, acababa de recibir una conmoción mayor que la que sintió cuando se encontró la puerta que conducía a otro mundo. Kazura se quedó mirando su mano izquierda, con la que había sostenido la mano de Valetta durante unos segundos. Luego comenzó a correr hacia la entrada del bosque.
* * *
“Valetta.”
Cuando Kazura regresó al lugar donde Valetta se había transportado anteriormente, la encontró sentada sosteniendo sus rodillas con una expresión deprimida. Se sentó sola mientras observaba las hojas caídas que cubrían el suelo. Cuando estaba a medio camino, Valetta levantó los ojos hacia Kazura mientras aun sostenía sus rodillas con sus brazos.
“Falló…” – murmuró, antes de dirigir su mirada hacia el suelo de nuevo.
Las lágrimas comenzaron a surgir de las esquinas de sus ojos, estaba extremadamente descorazonada.
“Sí… Aunque no entiendo por qué, parece que es imposible ir a Japón en este momento…”
Kazura no entendía la razón por la que podía viajar sin problemas a través de la arboleda y Valetta era incapaz de hacerlo. Además, no era que no pudiera pasar a través de ese punto, sino que también había un fenómeno sobrenatural que la trasladaba instantáneamente a este lugar.
Cuando se comparaban las diferencias entre Kazura y Valetta, solo diferían en su género y el mundo en el que habían nacido. Si cualquiera de esos era realmente el motivo por el que se desencadenaba ese fenómeno, se podría decir que la tarea de enviar a Valetta a Japón sería algo imposible.
“Japón… Tengo muchas ganas de ir allí…” – murmuró en voz baja para sí misma.
Pero Kazura no sabía qué tipo de respuesta podía darle y se sintió un poco asustado.
“Es inútil quejarse de algo que es imposible. Lo siento por ser egoísta.” – dijo Valetta, tras dejar escapar un gran suspiro, para luego levantarse y palmearse la tierra de la ropa. Tenía una sonrisa forzada.
Al verlo, Kazura no solo se sintió mal dentro de su corazón, sino que también se llenó de culpa. Nunca se le ocurrió pensar que pasaría algo como esto, por lo que había aceptado la petición de Valetta sin dudarlo. Tenía tantas ganas de ir, que cuando se dio cuenta de que era imposible, recibió un fuerte golpe mental.
“No, no lo hagas, no te llames egoísta… Todavía puede haber alguna manera, así que pensaremos en algo y luego lo intentaremos una vez más.”
“Sí… Es verdad.”
No era como si estuviera escrito en piedra que fuera algo imposible. Podía haber otros métodos para llegar a Japón. Todavía era demasiado pronto para rendirse, por lo que solo podían pensar de forma positiva. Desgraciadamente, Valetta seguía con la cabeza agachada sin mucho ánimo, ya se había rendido. La situación actual era igual que la leyenda, tal vez para ella era algo insoportable.
Los dos se quedaron en silencio durante un rato.
“Kazura, tengo una solicitud...” – dijo Valetta rompiendo el silencio, mientras levantaba la cabeza.
“Claro, puedes pedirme lo que quieras.” – respondió con una sonrisa.
Al verlo, Valetta se volvió un poco tímida y desvió la mirada, con una pequeña sonrisa.
“Quiero volver a comer melocotones en almíbar.”
“¿Eh? ¿Melocotones en almíbar?”
Quería comer melocotones en lata, así que hizo una petición. Pero Kazura no era capaz de entender por qué quería comer melocotones en un momento como este.
“Sí, melocotones… ¿Es imposible?” – contestó Valetta levantando la cabeza con una expresión de disculpa.
“Entiendo, entonces melocotones. Los compraré ahora mismo, para que tengas que esperar poco tiempo en casa.” – respondió Kazura con una sonrisa, mientras asentía.
“Sí, muchas gracias.” – respondió rápidamente al ver que Kazura aceptaba su petición.
“Entonces, te veré más tarde.” – añadió Kazura, mientras echaba a correr hacia el pasaje de piedra y desaparecía en mitad de la arboleda.
Valetta agitó su mano un poco mientras veía cómo Kazura se alejaba y a continuación dejó escapar otro gran suspiro.
“Aaaaah. No puedo seguir abatida cuando regrese. Por favor, anímate.” – dijo Valetta cerrando su puño delante de su pecho para darse ánimo. Luego, salió de la arboleda y se fue a casa.
* * *
Varios minutos después de separarse de Valetta, Kazura se encontraba de pie frente a la tumba que estaba en el pasaje de piedra.
“Oye, ¿eres el Greisior que apareció hace cientos de años?” – dijo, mirándolo con una expresión seria.
Según la leyenda que le había contado Valetta anoche, después de que Greisior escapara de las manos del señor feudal parecía que había desaparecido entre los árboles. También contaba que se había librado de la cuerda que le sujetaba el cuello y que había esquivado por completo la espada del señor feudal, pero…
“De alguna manera, aflojaste la cuerda y escapaste, pero no pudiste evitar su espada y fuiste atravesado varias veces. Por eso estabas aquí, debido a las heridas. Creo que eso se acerca a la verdad…”
El esqueleto desmenuzado en la esquina del pasaje y el Greisior que se mencionaba en la leyenda eran la misma persona. Pero no importaba cuánto pensara si eran la misma persona. Es decir, era una historia de hacía cientos de años, y por tanto, era difícil verificar la verdad de si este esqueleto era el antiguo Greisior.
Sin embargo, si la leyenda era cierta, no habría ninguna duda de que el esqueleto blanqueado por el paso del tiempo que se encontraba dentro de esta tumba era Greisior. Anoche, al mismo tiempo que escuchaba la leyenda de los labios de Valetta, ya lo había considerado. Pero no creía que fuera necesario mencionarlo en ese momento. Valetta creía en el Dios Greisior de la leyenda y no era algo que debía decirse sin cuidado.
Incluso ahora, si de algún modo Valetta hubiera podido pasar a través de los árboles del bosque, tenía la intención de pasar por la tumba sin detenerse.
“Si también viniste a este mundo a través de la casa, ¿eres uno de mis antepasados?”
Había sido el padre de Kazura, Shino Shinji, el que le había recomendado usar esta mansión como refugio y, si no recordaba mal las palabras de su padre, le había dicho que ‘Esa mansión era algo que se transmite desde hace generaciones’.
Aunque había dicho eso de ‘muchas generaciones’, no sabía desde cuando esta mansión había pasado a formar parte de la familia Shino. Pero tenía el presentimiento de que no era imposible que fuera de la familia desde hacía varios cientos de años. Sin embargo, aunque no sabía si era cierto o no, Kazura se preguntaba por qué nadie le había dicho nada sobre esa habitación.
Era bastante improbable que se olvidara una información del tipo de una habitación de la mansión que conectaba a otro mundo. Y, por otro lado, si su padre realmente sabía algo acerca de esa habitación, era imposible que se lo hubiera ocultado, ya que, en primer lugar, no tenía ninguna razón para hacerlo.
Debido a que había un candado en la puerta, tal vez no había nadie que lo hubiera roto y abierto y por ello, nadie sabía que estaba conectada a otro mundo. Era la explicación más probable.
‘Pero entonces, eso significa que había alguien que tuvo que poner el candado a la puerta. Lo que me recuerda, después de caer sobre le tatami, ¿a dónde fue…? Ah, ya vale. La próxima vez tengo que preguntarle a mi padre sobre nuestros antepasados. ’
No importaba cuánto lo pensaba, no iba a encontrar una respuesta clara, así que Kazura detuvo su línea de pensamientos mientras se rascaba la cabeza. A continuación, como hacia siempre, cruzó el pasaje de piedra para regresar a Japón.
* * *
Al mismo tiempo que Kazura regresaba a Japón para comprar melocotones en almíbar, en un campo de entrenamiento que estaba ubicado dentro de la ciudad de Isteria, Isaac estaba realizando flexiones con sus cien subordinados para mejorar su fuerza física.
Aunque llamarlo campo de entrenamiento era algo exagerado, se trataba únicamente de un espacio abierto rodeado por un muro de piedra de unos tres metros de altura. La gigantesca puerta de madera que conectaba la zona abierta con las calles de la ciudad estaba abierta de par en par, mientras un único soldado hacía guardia junto a la puerta.
Frente a la puerta, se podía ver a una gran cantidad de ciudadanos andando por las calles. Algunos de ellos mostraban su interés en el entrenamiento que se estaba llevando a cabo en las instalaciones y otros pocos conversaban con el guardia.
Todos los soldados que integraban la unidad de Isaac eran jóvenes que cumplían veinte este año. Únicamente su ayudante era algo mayor.
“48, 49, 50… ¿Hmm? ¿Qué es esto? ¿Nadie se ha quedado rezagado?” – dijo Isaac tras terminar su serie de flexiones. Parecía que todos sus subordinados eran capaces de mantener su ritmo y se pusieron de pie mientras se sacudían las manos cubiertas de tierra.
Durante las últimas semanas, Isaac se había separado de su unidad y había realizado otras tareas de acuerdo a las instrucciones de Narson. A pesar de que él, como oficial al mano, no estaba presente, sus subordinados no se relajaron ni un poco y concentraron completamente todas sus energías. El resultado es que todos habían mejorado y ahora podían mantener el ritmo sin problemas.
Isaac había declarado que, si había alguien que se retrasaba, la distancia que tenían programada para correr se duplicaría. Aunque al final, parecía que no sería necesario.
Mientras se encontraba mostrando su admiración por sus subordinados, su ayudante, que también acababa de realizar las flexiones con el resto del equipo, se frotó las manos en los pantalones y dejó escapar un suspiro.
“Cuando el capitán estaba ausente, por alguna razón, la señora Zirconia venía a verificar el estado de la unidad. Entonces nos dio un régimen de entrenamiento completamente infernal. Comparado con eso, creo que el régimen del capitán es más como la misericordia de un dios.” – dijo el asistente.
“Entonces, la señora Zirconia amablemente os dio su guía… Puedo entender de dónde proviene la fuerza física de los muchachos. Se nota que fue realmente bueno.”
Tras escuchar las palabras de Isaac, el asistente lo miró con gran cansancio en la cara.
“Por supuesto que no fue bueno. Durante dos semanas, el entrenamiento fue muy duro y hubo personas que cayeron inconscientes. Sin embargo, después de eso, todos tuvieron que practicar combate simulado con lanzas con Zirconia como oponente. Y el resultado fue…”
“¿Qué? ¿Tuviste una pelea con Zirconia? ¡Qué envidia! Entonces… ¿Cuál fue el resultado?” – dijo Isaac.
Tal vez porque realmente quería practicar con ella, Isaac mostró una expresión de incredulidad.
‘No importa cuánto lo piense, nunca imaginaría que habría alguien que sintiera envidia por eso…’ – pensó el ayudante tras verle la cara.
A continuación, miró a Isaac con disgusto y continuó con su explicación.
“Fuimos completamente golpeados. Nadie pudo durar más de veinte segundos antes de terminar en el suelo. Pero aunque nos derrotaba, nos obligaba a volver a luchar hasta que éramos incapaces de estar de pie. ¡Incluso me llamó bastardo! Nos dijo si pretendíamos estar tirados en el campo de batalla descansado. Al final me levanté una y otra vez, pero después de ser golpeado innumerables veces con su lanza, terminé tirado en el suelo. Me dolía tanto el cuerpo que no podía mover ni un musculo al día siguiente.”
“¿De verdad? Como se esperaba de la señora Zirconia…” – dijo Isaac, mostrando admiración desde el fondo de su corazón.
‘Maldita sea, ¡escucha nuestra versión de la historia! ¿Qué pasa con esa admiración? ’ – pensó el ayudante gruñendo en su interior, pero sin atreverse a expresar sus pensamientos.
“Solo por el hecho de recibir lecciones personales de Zirconia, es una evidencia de que espera muchas cosas de vosotros. Dentro de seis días volveré a ausentarme de esta unidad para realizar una inspección a la aldea de Grisea. Aunque no esté presente, es posible que Zirconia quiera volver a instruiros, así que, por favor, trabajad duro para cumplir con sus expectativas. Muy bien, entonces lo siguiente es…”
“¿Eh? ¿En seis días el capitán se volverá a ausentar? Por favor, no lo hagas, ¡nos matarán!”
Al escuchar las palabras de Isaac y antes de que pudiera continuar con la siguiente fase del entrenamiento, el asistente tuvo una reacción intensa. Además, sus subordinados, que también estaban escuchando la conversación, iniciaron un alboroto.
“¡Es injusto que solo el capitán pueda escapar! ¿Quieres escapar del castigo de Olmasior?” – dijo un soldado.
“Si el capitán no está, ¡seguro que esa persona volverá! Por favor, ¡llévanos contigo!” – añadió otro.
Todos estaban mostrando expresiones desesperadas. Parecía que el entrenamiento de Zirconia les había dejado un gran trauma. Las súplicas de sus subordinados para que los llevara con ellos siguieron aumentando y terminaron por abrumar a Isaac, que terminó retrocediendo unos pasos.
“Eh… Eh, calmaos. ¿Recibir las instrucciones de Zirconia no es algo por lo que estar agradecidos? ¿Por qué lo odiáis?”
“Las cosas desagradables son DESAGRADABLES. Te lo ruego, por favor, da algún tipo de excusa para que la unidad pueda seguir unida. Mientras vas a la aldea de Grisea, ¿no podemos realizar un entrenamiento de marcha por el campo?” – dijo su ayudante, dando su opinión.
Al escucharlo, Isaac se cruzó de brazos y comenzó a pensar. La verdad es que las palabras de su asistente no eran incorrectas, la distancia a la aldea de Grisea era ideal para llevar a cabo un entrenamiento de marcha.
Aunque la motivación para realizarlo no era la correcta, ya que lo único que querían era escapar de Zirconia, era algo que deseaban todos sus soldados y, dado que estaban tan animados por realizar ese entrenamiento, seguramente mejorarían a mayor velocidad. Pero, sobre todo, si lo rechazaba de forma definitiva, la evaluación que sus subordinados tenían sobre él podría empeorar y tenía que evitar ese resultado.
“Entiendo, os llevaré a todos de viaje. Sin embargo, la inspección de la aldea de Grisea es una orden del señor Narson, así que si no da su aprobación tendréis que renunciar a acompañarme.”
Cuando escucharon sus palabras, los soldados mostraron expresiones de alivio.
“Lo entendemos. Aceptaremos nuestro destino si eso sucede. Sin embargo, realmente te rogamos que hagas eso. Sería algo triste si morimos en el entrenamiento antes de ir a la guerra.” – dijo el ayudante con una expresión seria.
“Qué exagerado.”
Isaac suspiró y luego dio instrucciones para el próximo ejercicio de entrenamiento de sus subordinados.
(FIN DEL TOMO 1)