martes, 17 de marzo de 2020

SYN Capítulo 75

Volumen 8 Capítulo 3
Fin de la situación
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars

De inmediato, Grok'Tar sintió que todos los pelos de su cuerpo se erizaban.
¿Qué?
A medida que los sentidos del jefe orco comenzaban a avisarle del peligro, los músculos de su cuerpo se prepararon por la tensión.
Algo aterrador se acerca
Du-dum El sonido de los latidos de su corazón resonaba con fuerza en sus tímpanos. Era como una tormenta eléctrica. Si no salía de aquí de inmediato, sería asesinado. Sus agudos instintos de guerrero, tan afilados como una cuchilla, siempre le advertían cuando estaba en peligro. ¡Como ahora! “….” Rápidamente, Grok'Tar arrojó a la hembra humana y, con unos movimientos similares a los de un animal salvaje, salió por la puerta del aula. ¡Claaaanc! Como unas lágrimas desgarradoras, los fragmentos de cristal de las ventanas quedaron esparcidos por todas partes. De repente, los ojos de los orcos que estaban en la puerta, pudieron ver la parte posterior de su jefe que retrocedía, paso a paso. “……” Grok'Tar miró hacia adelante sin decir ni una palabra, teniendo cuidado de respirar. Había una energía inusual. Donde antes estaba la mujer, ahora podía ver a un hombre que no había visto con anterioridad. Desviando la mirada con cuidado hacia un lado, hacia la esquina opuesta, donde antes estaban las ventanas, pudo ver el cielo. Donde antes estaban las ventanas, ahora no había pared. Era como si hubiera sido golpeada por un arma de asedio.
¿Cuándo rompió la pared?
Incluso con su excelente agudeza visual fue incapaz de seguir el movimiento. “……” Con la aparición de un enemigo inesperado, Grok'Tar tragó saliva. Una gota de sudor frío le cayó por la sien. ¡Iaaaaaaaaaaack! Grok'Tar alzó la cabeza al escuchar el chillido. Sonaba por encima del techo. Podía notar cómo otro poderoso enemigo estaba dando vueltas en el aire, como un halcón buscando a su presa.
Esta pelea va a ser complicada.
En sus ojos se podía ver una tensión que nunca antes había existido. El nuevo enemigo ignoró por completo la existencia del jefe orco, y de sus hombres, y se limitó a confirmar la condición de la mujer.
“¡Soy Grok`Tar, de la orgullosa tribu de las Espadas rojas!” – dijo, hablándole a su enemigo. Era el saludo de un guerrero cuando luchaba contra un oponente que podía quitarle la vida. – “¿Quién eres tú?” “Cierra la boca y espera en silencio.” – respondió Jinwoo en voz baja, levantando la cabeza. Un humano acababa de usar el lenguaje de los orcos.
Fue una sorpresa. Quizás debido al poder que llevaba la voz de ese hombre, ninguno de los orcos, ni siquiera Grok'Tar se atrevió a moverse.
* * *
“Cog, cog.” Mientras Jinah seguía tosiendo, Jinwoo acarició suavemente su espalda, buscando cuidadosamente cualquier herida. Afortunadamente, no había nada destacable, si no fuera por la huella de la mano que se podía ver sobre su cuello. “¿Estás bien?” – preguntó Jinwoo con el rostro serio. “¡Hermano!” Jinah dejó de toser y, saltando en sus brazos, se echó a llorar. Jinwoo acarició suavemente su cabello como si estuviera calmando a un niño asustado. ‘¿Hermano?’ ‘El hermano de Jinah…’ ‘¡Ah!’ Finalmente, los estudiantes se dieron cuenta de quién era el hombre que estaba ante sus ojos. Era el cazador de rango S, Sung Jinwoo. ¡Estaban a salvo! Los estudiantes confirmaron la cara de Jinwoo y comenzaron a llorar. Pero estas lagrimas no eran de desesperación y miedo como antes, sino las que se formaban a partir de una mezcla de alegría y alivio. “Snif, snif.” “Está bien. Ya estoy aquí, todo está bien.” Jinwoo calmó suavemente a su hermana, mientras extendía su percepción para cubrir el resto de la escuela. Dentro de ese gran edificio escolar, las únicas presencias de humanos que pudo detectar sumaban… Diecisiete. “……” El rostro rígido de Jinwoo ahora proyectaba una sombra negra de ira. Con mucha cautela, separó un poco a su hermana, que se aferraba con fuerza. Luego, llamó a la misma cantidad de soldados sombra que de estudiantes. “Sigan a mis invocaciones fuera del edificio.” Los estudiantes asintieron con la cabeza. A continuación, los soldados abrazaron a los estudiantes. Jinah fue confiada a Ygritte. “Espérame abajo. Me reuniré contigo después de lidiar con esto.” En una situación normal, Jinah hubiera tratado de detener a su hermano, diciéndole que deberían ir juntos, independientemente de que fuera un cazador de rango S o uno más alto. Pero en esta ocasión no podía hacerlo. La expresión que tenía su hermano en este momento era demasiado aterradora. No podía decirle esas palabras, así que asintió con la cabeza. Jinwoo hizo una señal y todos los soldados que transportaban a los estudiantes saltaron a través de la pared destruida. En el pasillo, los orcos se estremecieron ligeramente al ver que la presa que casi estaba a su alcance se escapaba.
“Te dije que no te movieras.” – dijo Jinwoo mirando hacia atrás con ojos helados.
Como si hubieran escuchado algo inverosímil, todos los orcos dejaron de moverse y, sin atreverse a mirarlo a los ojos, movieron sus ojos hasta Grok'Tar.
“Jefe…” – dijo el orco, agarrándola por el cuello y levantándola en el aire. “Sh.”
Grok'Tar estaba de acuerdo. Pero ahora no era el momento de prestar atención a esas presas débiles. No, deberían estar pensando en el ‘cazador’ que estaba justo frente a sus ojos. De ahora en adelante, comenzaría una pelea que determinaría su vida y su muerte.
Pero… No podemos dejar que escapen con tanta facilidad. – pensó, mientras enviaba una pequeña señal disimulada. Al momento, dos de sus guardias se movieron sin hacer ningún ruido.
Después de confirmar que todos los estudiantes estaban a salvo fuera del aula, Jinwoo se dio la vuelta para enfrentarse a los orcos. No los había alejado porque estuviera preocupado de que se lesionaran. ‘Orcos bastardos…’ Tenía la confianza suficiente como para matarlos en un abrir y cerrar de ojos. Simplemente no quería mostrarle a su hermana pequeña y al resto de niños lo que estaba a punto de suceder. Eso era todo. Ahora que no había más ojos mirándolo. No había nada que pudiera restringir sus acciones. “……” De repente, la cabeza de Jinwoo se volvió hacia las escaleras que había fuera del aula. Sintió cómo dos orcos las estaban bajando mientras intentaban ocultar su presencia lo mejor que podían. Parecía que iban tras los niños, pero… No importaba. Había enviado a Ygritte y Kaisel estaba dando vueltas en el aire. ‘Todo lo que queda es lidiar con esto.’ Jinwoo exhaló con suavidad. El aire contenía una cantidad pesada y densa de energía mágica.
“¿Quién eres tú? ¿Cómo puedes hablar nuestra lengua?” – preguntó Grok'Tar de nuevo, pero Jinwoo ignoró sus palabras y lentamente, caminó hacia él.
Al darse cuenta de que el humano no tenía intenciones de responder, Grok'Tar descubrió sus colmillos.
“¡Atacad!” – gritó.
Los intrépidos guerreros orcos se lanzaron sobre Jinwoo al unísono, después de escuchar la orden de su lider.
“¡Uaaaj!” “¡Groooar!”
Y entonces, el tiempo se congeló. Jinwoo caminó con calma entre los orcos, que parecía que se estaban moviendo a un ritmo agonizantemente lento y los golpeó uno por uno. Ni siquiera tenía la necesidad de sacar un arma. Solo usó el dedo. Cada vez que pasaba a su lado, rozando las yemas de sus dedos por sus cuerpos, la cabeza, los hombros, las muñecas, la cintura o el abdomen explotaban en pedazos. Había destrozado a más de veinte orcos en cuestión de segundos. Jinwoo se paró frente a Grok'Tar. El jefe orco, que apenas fue capaz de seguir las imágenes secundarias de Jinwoo con los ojos, separó sus temblorosos labios con mucha dificultad.
“Qu… ¿Qué?”
Sin tiempo para mover su cimitarra. La mano izquierda de Jinwoo lo agarró por la boca, haciendo que el orco lanzase un patético gemido. “¡Uh!” Jinwoo caminó y golpeó la cabeza del orco contra la pared del pasillo. ¡Baaaam! El sonido se extendió por todo el corredor, mientras los ojos se Jinwoo se movían hacia ambos lados del pasillo. Estaba repleto de restos de estudiantes. Era una vista espantosa. Sin embargo, Jinwoo no desvió la mirada e imprimió la imagen de cada niño en su mente para poder exigirle reparaciones al responsable.
“¿Por qué?” – dijo en un tono frío, volviendo a poner sus ojos sobre Grok`Tar. – “¿Por qué tienes tantas ganas de matar humanos?”
Grok'Tar, que hacía mucho que había perdido las ganas de resistir, respondió con la voz temblando de miedo.
“Se repite siempre en nuestra cabeza… Matad humamos.”
Jinwoo se sintió momentáneamente confundido. ‘¿Matar humanos?’ Había escuchado esas palabras antes, pero, en aquél entonces, interpretó que la palabra ‘humano’ significaba ‘cazador’. Pero ahora, después de escuchar esa palabra de nuevo, parecía que literalmente significaba ‘todos los humanos’.
“¿Qué soy yo?” – preguntó de nuevo Jinwoo al orco, acercando más su rostro. – “¿No escuchas una voz que te dice que me mates?”
Era inevitable que lo mirase a los ojos, pero Grok'Tar negó con la cabeza y tembló como si hubiera descubierto algo.
“Per… Perdo… Perdona… Perdóname…”
Era imposible. El valiente y poderoso gran guerrero de la raza Orco comenzó a derramar lágrimas como un niño pequeño. De repente, Jinwoo sintió que el interior de su cabeza se enfriaba al ver al aterrorizado monstruo. ‘Ya veo…’ – pensó. Estaba claro que para él no soy humano. – ‘Bueno, en realidad no importa.’ No estaba tan interesado en cómo lo veían los monstruos. No, simplemente los mataba porque intentaban lastimar a los humanos. Grok'Tar dejó caer los hombros y siguió sollozando con un miedo insoportable.
“Por favor… Perdóname…” “Te perdonaré.” – respondió Jinwoo, mientras convocaba el puñal del rey demoniaco. – “Pero no pienses que el proceso será cómodo.”
* * *
El equipo de asalto de la Orden de los Caballeros solo pudo quedarse boquiabierto mientras miraba las peleas de los monstruos. “¡Ah!” “Cómo…” Nadie podría llamar a esto una incursión. Las hormigas sometieron con total facilidad a los muertos vivientes y luego comenzaron a devorarlos con avidez. Cronch, cronch Los ojos de los cazadores se abrían cada vez más al ver ese horrible espectáculo. “Pe… Pero si se lo comen todo, no quedará nada.” “Todo, hasta los cristales mágicos…” Los cazadores solo podían mirar ansiosos cómo los cristales mágicos de primera clase terminaban en el estómago de los monstruos, no, de las criaturas convocadas. Incapaz de seguir viéndolo durante más tiempo, Jung Ye-Rim salió corriendo rápidamente. “¿No sabes lo caro que es eso?” – gritó, mientras intentaba quitarle el cadáver de un vampiro. Pero la hormiga, enojada, balanceó su brazo. “¡Aah!” – gritó mientras caía hacia atrás después de que la garra de la hormiga le cortara el antebrazo. Plaf “Ouch.” Pero justo cuando se frotaba el trasero mientras se volvía a ponerse de pie. “¡Iaack!” Para cuando se dio cuenta de lo que pasaba a su alrededor, la hormiga que había balanceado su brazo estaba parada frente a ella con sus horribles y gigantescas fauces abiertas como si pretendiera tragarse su cabeza. Por un instante, la expresión en el rostro de Jung Ye-Rim se congeló. “Ah… Ah…” Entonces, Beru apareció de golpe y agarró a la hormiga mientras abría sus propias fauces y, como había hecho la hormiga hacía tan solo un momento… Chilló. ¡IAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAACK! Fue un grito increíblemente poderoso. Pensando que había causado la ira de una existencia que estaba completamente a otro nivel, la hormiga dejó caer su mirada y se estremeció de miedo. Iaaack… Beru soltó su hombro e hizo que la criatura se alejara rápidamente de allí. A continuación, Beru se acercó hasta Jung Ye-Rim, que seguía mirando la escena aturdida, y le tendió la garra. ‘¿Uh…?’ Estupefacta, agarró la extremidad y se puso en pie con la ayuda de Beru. “Gra… Gracias.” Sus labios se cerraron de golpe. Había una tenue luz azul en la punta de los dedos de Beru. “¿Magia curativa?” Los ojos de Ye-Rim se abrieron de golpe. Tan pronto como la luz de color azul tocó la herida de su brazo, se curó a toda velocidad. Tras confirmar que la herida estaba completamente curada, Beru se volvió hacia las hormigas y volvió a gritar. ¡IIIIIAAAAAACK! Entonces las hormigas dejaron de comer y comenzaron a avanzar hacia las profundidades de la mazmorra. “Cómo… ¿Cómo puede convocar magia curativa mejor que yo?” – murmuró Yo-Rim para sí misma mientras miraba la espalda de Beru.
* * *
Los cazadores llegaron a la escuela. Rápidamente, siguieron la dirección que apuntaba la aguja de la brújula mágica y subieron por las escaleras. Una increíble reacción de energía mágica provenía de algún lugar del sexto piso. “Tened cuidado.” – dijo el hombre a cargo del grupo de cazadores. Los cazadores asintieron con la cabeza. Pero cuando finalmente llegaron al sexto piso, descubrieron dos cosas. “¡Ah!” La primera fue un orco cortado en tantos trozos que era imposible contarlos. La segunda es que había un hombre solitario, cubierto de sangre, inmóvil con un puñal en la mano. ‘¿Quién es ese…?’ Los ojos del equipo de asalto se habían quedado atrapados en la mirada helada de Jinwoo. Pero, de alguna manera, se despertó y cogió la radio. “Sí. El cazador Sung Jinwoo está aquí.” – dijo el líder del equipo. Luego miró a su alrededor, antes de volver a usar la radio. – “La situación ha terminado.”