Volumen 10 Capítulo 5
Proyectando sombras
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por AMarauder
Corregido por Lord
Editado por AMarauder
Por supuesto, las cámaras no lograron grabar nada.
“Aquí está. Eso es lo único extraño que pasó, la puerta de la entrada no funcionó bien.” – dijo el guardia señalando la pantalla y explicando lo que había sucedido en ese momento. Confirmó que las ventanas estaban cerradas por dentro, por lo que la única salida que quedaba en esa habitación era la puerta.
Sin embargo, los cuatro guardias que la vigilaban dijeron lo mismo. Ni siquiera una sola hormiga había entrado en la habitación durante su guardia. Y dado que estos hombres eran profesionales contratados por una empresa de seguridad privada, no cometerían errores con esas cosas.
“Hm…”
Yoo Myunghan no podría haber imaginado que Jinwoo poseía la habilidad Sigilo y, por lo tanto, sus pensamientos se habían vuelto bastante complicados. Al final, el secretario Kim entró de forma apresurada en la sala de seguridad.
“Presidente. Descubrí lo que me pidió.”
“Bien. ¿Cuál es la noticia?”
“Es decir…” – comenzó a decir el secretario, pero se volvió más consciente de los ojos y los oídos que lo rodeaban. Se inclinó y tapándose la boca con su mano, susurró sus hallazgos en el oído de Yoo Myunghan. – “Cuando pregunté a la Asociación, me dijeron que el cazador Sung está en Japón. Está planificado que regrese mañana.”
“……”
La única persona que pensaba que sería capaz de hacer esto era Sung Jinwoo. Yoo Myunghan se dio cuenta de que había hecho una suposición incorrecta. No podía ser ese joven cazador de rango S.
‘Pero por qué…’
A pesar de que le habían confirmado que estaba equivocado, todavía tenía un sentimiento de sospecha en un hueco de su corazón.
No podía entenderlo en absoluto. Sin embargo, había una cosa que el presidente Yoo y Jinwoo tenían en común. No se arrepentía cuando se encontraban con un problema que no podían resolver.
“Entendido.” – dijo Myughhan. – “El médico dice que estoy en condiciones de acabar una maratón. Regresaré mañana a la empresa, haz todos los arreglos necesarios.”
Se podía decir que eso era más propio de él. Al darse cuenta de que la actitud de Yoo Myunghan seguía siendo la misma de antes, el secretario Kim apenas fue capaz de contener una sonrisa.
“Señor, ¿sabes cómo le están llamando los medios de comunicación en este momento?”
Ayer, un ser humano del que se decía que estaba prácticamente muerto, se había puesto en pie y se encontraba en perfecto estado. Sin embargo, ¿por qué se trataría tal cosa como algo grande?
“¿Cómo me están llamando?” – preguntó Myunghan, sin un solo cambio en su expresión.
“El inmortal. Le están llamando el inmortal.”
“¿Inmortal?”
La boca del presidente, que no solía sonreír, se movió ligeramente hacia arriba al escuchar el apodo: El inmortal.
Los medios solo usaban apodos inútiles como La mano de Midas o Cara de póker, pero sorprendentemente, esta vez se las arreglaron para crear un apodo que sonaba bastante bien.
“Ja, ja, ja.”
El presidente puso una sonrisa.
“El inmortal. El inmortal…” – murmuró mientras masticaba esas palabras lentamente. Era un apodo que se adaptaba a la perfección. Nunca había cedido ante ninguna adversidad y ahora se había recuperado de una enfermedad mortal.
Yoo Myunghan estaba agradecido por esta segunda oportunidad.
“Realmente me gusta.” – dijo con un rostro lleno de satisfacción.
* * *
Mientras Corea estaba alborotada con la noticia del presidente Yoo Myunghan, Jinwoo regresó a Japón y, finalmente logró reunir a los 29 soldados sombra gigantes.
‘Al fin…’
Totalmente emocionado, Jinwoo alineó a los gigantes del número uno al número 29.
El proceso para reunir los cadáveres de los gigantes para convertirlos en soldados le recordó a un videojuego, pero la recompensa por su arduo trabajo era tan diferente que se sintió algo culpable por compararlo con un juego.
29 soldados sombra gigantes.
Al mirar sus imponentes figuras que emitían de forma constante humo negro de sus cuerpos, sintió como si hubiera ganado un ejército completamente nuevo de miles de tropas y caballos de guerra.
‘Es una pena que me falte uno, pero…’
Excluyendo al que estaba custodiando la puerta, habían salido treinta gigantes por la puerta. Desgraciadamente, uno se había ido hacia el mar y era incapaz de extraer su sombra. Aun así, estaba orgulloso de haber podido reunir a los otros veintinueve.
Con veintinueve soldados gigantes reunidos en un solo lugar, parecía que la ciudad en ruinas estaba llena de nuevo. Por supuesto, la razón por la que Jinwoo convocó a sus soldados gigantes no era para decorar la ciudad vacía, sino para poder apreciar su colección.
“¿Quién es el más fuerte?” – preguntó mientras los miraba.
Al igual que hacía Beru con el ejército de hormigas, Ygritte con los soldados de élite y Colmillo con el batallón de orcos, era necesario encontrar al mejor soldado sombra gigante para que pudiera controlar a los demás.
Los soldados gigantes se miraron y se negaron a avanzar. Beru, incapaz de soportar lo que estaba pasando, dio un paso al frente y soltó un alarido.
“¡IAAAAAAAAAAAACK!”
Los hombros de los gigantes se estremecieron ante ese poderoso chillido que parecía capaz de desgarrar la atmósfera.
De hecho, muchos fueron asesinados por él y, aunque otros tuvieron la suerte de evitar ese destino, aún deberían sentir la brecha de poder que había entre ellos. Era bastante comprensible que tuvieran miedo.
“¡Iaaaack!”
No fue hasta después de recibir esa reprimenda de Beru que uno de los soldados gigantes levantó la mano con vacilación.
“Buen trabajo.” – dijo Jinwoo, sintiéndose impresionado, cuando Beru se dio la vuelta y se inclinó ante él.
Pero entonces, sucedió algo que no esperaban. Otro soldado gigante se quedó mirando a su compañero y levantó la mano. Su mirada indicaba que se creía mejor que él.
“Oh.”
Al final resulto que los soldados no era que fueran reacios a contestar, sino que no sabían quién era el más fuerte.
“Número 22, número 6, al frente.” – dijo Jinwoo con una sonrisa, ante esa situación inesperada.
El número 6 tenía unos puños excepcionalmente grandes y el número 22 una constitución robusta. Ambos avanzaron con decisión.
Los ojos de Jinwoo se entrecerraron hasta convertirse en una rendija.
“Hm…”
Como afirmaron ambos soldados, sus cantidades de energía mágica eran similares, así que era complicado determinar cuál era superior aún con la excelente [Percepción] de Jinwoo. Ahora que las cosas habían llegado hasta aquí, solo había una forma de resolverlo.
Jinwoo sonrió.
“¿Están listos?”
El número 6 y el número 22 estaban el uno frente al otro. En sus ojos surgió una fuerte voluntad que indicaba que no iban a ceder ante nada.
“¡Comenzad!”
Tan pronto como dio la señal, los dos soldados gigantes entraron en una pelea de perros desordenada.
¡Baaam! ¡Boom ¡Baaam!
Después de una larga pelea, el número 6, con sus enormes puños logró vencer al número 22 por un pequeño margen de victoria.
“Buen trabajo. De ahora en adelante, el número 6 es el capitán del batallón de gigantes.”
Cuando el gigante elevó sus dos enormes puños en el aire, el resto de soldados sombra lo vitorearon.
‘El problema con el líder de los gigantes está resuelto.’
Con esto, Jinwoo finalmente terminó con todos los negocios que tenía en Japón. Luego, abrió su ventana de estadísticas.
“Ventana de estado.”
Una combinación de letras y números apareció ante él junto al familiar sonido mecánico.
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Se podían ver los logros conseguidos en la incursión de Japón. Lo primero que atrajo su mirada fueron los valores de sus estadísticas. Se habían disparado.
Cada una de ellas ahora se encontraba alrededor del nivel 300, mientras que la [Inteligencia] ya había superado ese valor hacía mucho tiempo. Todo fue gracias a las recompensas de las misiones diarias, los niveles subidos mientras cazaba gigantes y el conjunto de objetos defensivos que compró en la tienda con su oro.
‘El Conjunto de Armaduras del Buscador de la Verdad.’
Hasta ahora, no se había preocupado por los objetos disponibles de la tienda. Sin embargo, no tenía ni idea de cuán fuertes eran los otros Soberanos o Gobernantes mencionados por la estatua con forma de ángel o el Monarca de los gigantes. Pensó que podría necesitar algún tipo de herramientas para protegerse.
‘Si el Soberano de los Gigantes que estaba moribundo y con sus poderes sellados ya era tan poderoso. Es más que probable que el resto también posean niveles de fuerza monstruosos.’
Jinwoo recordó a esos ángeles de seis alas que conoció dentro de los recuerdos del Soberano de las Sombras. Si planeaba luchar contra ellos, tendría que volverse más poderoso.
Su mirada pasó de la lista de elementos equipados a donde estaba su nivel.
Nivel: 122
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Con tan solo matar a un Soberano había subido ocho niveles de golpe. Ni siquiera podía llegar a imaginar cuánto más podría aumentar si luchaba contra esos otros monarcas.
¡Du-dum!
Su corazón latió con fuerza.
Miedo. Y al mismo tiempo sintió la emoción que se escondía detrás.
‘Subiré de nivel.’
La fuerza que obtenía cada vez que subía de nivel, se convertiría en la piedra angular, la base y el apoyo para proteger todo lo que quería.
Su corazón latió con fuerza una vez más.
¡Du-dum, du-dum, du-dum!
Sus dos corazones latían con tanta fuerza, que el sonido podía lastimar sus oídos. Sin embargo, ese dolor le pareció agradable.
‘Bien.’
Jinwoo sintió que alguien se acercaba y guardó a todos los soldados en su sombra.
¡Ta, ta, ta, ta, ta, ta, ta, ta…!
No muy lejos, un helicóptero de la Asociación de Cazadores de Japón que había llegado a recogerlo se posó en el suelo. Era hora de volver a casa.
Jinwoo abordó el helicóptero feliz.
El gobierno japonés le había ofrecido una suite en un hotel de lujo de cinco estrellas para que pudiera descansar cómodamente hasta que abandonase el país. Al principio planeaba usar [Intercambio de sombras] para no perder el tiempo esperando a un avión y pensó en rechazar la oferta, pero cambió de opinión.
“Por favor, ayúdenos a evitar el estigma de ser etiquetados como gente ingrata que no sabe cuidar al benefactor de la nación. Señor cazador, se lo suplicamos.”
Al final aceptó la oferta tras escuchar la súplica desesperada del gobierno japonés.
‘¿De verdad puedo usar una habitación tan grande y lujosa?’ – pensó cuando entró por primera vez en la suite del hotel de lujo, de cuatro millones de Won por noche. Jinwoo miró los relucientes muebles que parecían como si hubieran sido comprados el día anterior, antes de caminar hasta pararse junto a la ventana.
Eso le permitió contemplar toda la ciudad.
Se decía que cuanto mejor eran las vistas, más alto era el precio de la casa. Y esta hermosa vista nocturna era tan deslumbrante, que no hacía que el precio desorbitado que pedían por la habitación fuera desproporcionado.
‘Y pensar que una ciudad como está casi fue destruida por las manos de los monstruos.’
Jinwoo chasqueó la lengua al recordar la ciudad en ruinas de Tokio. De hecho, se sintió aliviado por haber llegado a tiempo antes de que las cosas empeoraran aún más para Japón.
‘Vamos a dormir…’
Después de pasar varias noches acampando al aire libre, la noche en el hotel fue fantástica.
* * *
Al día siguiente. Cuando se aceraba la hora del vuelo, llegaron varios empleados de la Asociación de cazadores de Japón.
“Buenos días señor cazador.” – dijo el empleado de la Asociación en un perfecto coreano. – “Hemos preparado un vehículo para llevarle al aeropuerto.”
Llegaron en el momento perfecto, ya estaba aburrido de estar encerrado en la habitación del hotel. Jinwoo recogió el equipaje que tenía tirado en una esquina de la suite.
“Pongámonos en marcha ahora mismo.”
“¡Uf!” – soltó el empleado. Justo cuando Jinwoo estaba a punto de salir de la habitación, vio el estado en el que se encontraba y puso una expresión nerviosa. – “Ca… Cazador… Por casualidad, ¿no tienes ningún otro conjunto de ropa?”
Podía comprender la reacción del empleado. En sus ropas todavía quedaban rastros de sus combates y estaban plagadas de manchas de sudor y sangre.
‘Y eso que intenté tener mucho cuidado…’
Desde el principio era claramente imposible evadir cada gota de la enorme cantidad de sangre que brotaba de los cuerpos de los gigantes. Dado que el resto de su ropa estaba en el mismo estado lamentable, todo lo que pudo hacer fue encoger los hombros de forma impotente como respuesta.
“Si le parece bien, ¿podemos preparar un conjunto de ropa adicional para que se la ponga?” – preguntó con cortesía el empleado mientras su rostro mostraba una amplia sonrisa.
Esa era la mejor sugerencia que le habían hecho en todo el día.
No había ninguna razón para que caminase con la ropa manchada de sangre. Además, tampoco había hecho nada malo así que no quería esconderse como si fuera una especie de criminal.
“Lo prepararé de inmediato. Por favor, espere aquí un poco más.” – añadió el empleado alegre al ver la expresión de Jinwoo. A continuación, hizo una llamada telefónica.
Menos de diez minutos después, varios hombres entraron en la habitación portando varios trajes. Parecía que todo estaba preparado de antemano.
‘¿Ya?’ – pensó con una expresión de sospecha.
“Pensamos que podría pasar algo como esto, así que los preparamos con antelación.” – dijo el empleado con una enorme sonrisa de felicidad.
Jinwoo observó los trajes de diferentes colores y tamaños en un instante y, de alguna manera, se las arregló para guardarse el jadeo de asombro para sí mismo. Era una preparación realmente minuciosa para un por si acaso.
“Si necesita algo más que ropa…”
“No, no, gracias.” – contestó Jinwoo rápidamente, sacudiendo sus manos. Hasta ahora estaba satisfecho con el servicio. Ya podía ver que la Asociación de cazadores japoneses estaba tratando de hacer todo lo posible.
Jinwoo escaneó los trajes y eligió uno del tamaño apropiado. Después de cambiarse de ropa, se situó ante el espejo. La ropa estaba confeccionada con las mejores telas, así que parecía una persona completamente diferente.
‘¿Me veo bien?’
Una sonrisa floreció automáticamente en su rostro. Arregló los extremos del traje y se dio la vuelta.
“Ese le queda muy bien.” – dijo el empleado de la Asociación con admiración. Había estado preocupado por si no había traído ropa suficiente.
“Bien, vámonos.”
“Entendido. Nuestro personal llevará su equipaje.”
Dos robustos empleados entraron a la habitación como si hubieran estado esperando ese momento y recogieron el equipaje de Jinwoo. Después de sentir el deseo de la Asociación para asegurarse de que no tuviera que levantar ni un solo dedo, Jinwoo salió por la puerta del hotel de lujo de cinco estrellas.
Poco después, un sedán negro partió hacia el aeropuerto.
* * *
Cuando entró en el aeropuerto, Jinwoo se dio cuenta de porqué la Asociación japonesa se había preocupado tanto por su atuendo. Podía ver multitud de personas por la ventanilla del coche. Una gran cantidad.
“……”
“Todos se han reunido para verle al menos una vez antes de partir.” – dijo el empleado de la asociación emocionado mientras Jinwoo miraba en silencio por la ventana. No parecía que ese número de personas se pudiera juntar por la fuerza.
Había demasiados.
“¿Cuántas personas se han reunido aquí hoy?”
“No sé la cantidad exacta, pero estimamos que supera los cien mil.”
“Tantos…”
El vehículo se movió en silencio por una calle acordonada por las fuerzas de seguridad. Cuando doblaron la esquina, había una multitud mucho más grande de gente saludándolos.
“Cazador Sung, eres el héroe que ha salvado Japón.”
“……”
Desde su punto de vista, solo se limitó a hacer lo que pudo, pero la realidad es que era la única persona que podía hacerlo. Los japoneses que veían a los gigantes a través de los programas de televisión, de las redes sociales o con sus propios ojos caían en la desesperación. Nadie trató de ayudar con la catástrofe de nivel nacional que ocurría en Japón y se limitaron a decir al unísono que todos estaban condenados.
Pero entonces, desde el país vecino, un hombre que posiblemente podría ser más famoso que el propio presidente del país, el líder de la Asociación de cazadores, Go Gunhee, hizo un anuncio que llegó a los oídos del desesperado pueblo japonés.
«Hay una persona. Hay un cazador que desea ir a Japón para deshacerse de los gigantes.»
Innumerables japoneses que estaban viendo la conferencia de prensa en directo contuvieron la respiración y se concentraron en las pantallas de televisión.
«¿Quién es ese cazador?»
Después de que el periodista hizo esa pregunta, el presidente de la Asociación, Go Gunhee pegó los labios lo más cerca posible del micrófono.
«Es el cazador Sung Jinwoo.»
Era un hecho ampliamente conocido que Jinwoo se había hecho cargo solo de todas las hormigas y bestias de clase S que ocuparon la isla de Jeju.
Las dos palabras de Sung Jinwoo que salieron de los labios de Go Gunhee causaron una gran conmoción en todo Japón.
Jinwoo era su único rayo de esperanza.
Y una semana después, tal como se anunció antes de salir de Corea, Jinwoo eliminó por completo a los gigantes de Japón y ya se encontraba a punto de regresar a casa. Era natural que tantos ciudadanos japoneses se reunieran para verlo.
El empleado de la Asociación le explicó que si no fuera porque la mayoría del país se encontraba en mal estado se habrían reunido todavía más personas.
“Honestamente, nuestro primer ministro también desea conocerlo para expresarle su gratitud. Señor Sung, ¿podemos molestarle en esta ocasión?” – dijo al final. La expresión del empleado era más seria que nunca. Jinwoo podía adivinar con facilidad la cantidad de presión que estaban ejerciendo sus superiores sobre él.
Desafortunadamente, lo que no quería hacer, nadie podría obligarle a realizarlo.
“No quiero perder el tiempo haciendo algo innecesario.” – respondió Jinwoo de la misma manera que hizo la primera vez.
El empleado de la Asociación terminó riéndose después de presenciar la respuesta directa de Jinwoo y asintió con la cabeza, comprendiéndolo.
“Ja, ja… Lo entiendo.”
Mientras continuaban charlando sobre esto, el vehículo que los transportaba llegó hasta la entrada del aeropuerto. Como de costumbre, Jinwoo salió tranquilamente del auto y pisó la acera.
En ese momento, una avalancha de apasionados aplausos resonó a su alrededor. Jinwoo miró a la multitud.
“¡Cazador!”
“¡Cazador Sung!”
No podía entender nada de lo que decían, pero cada uno de sus ojos, voces y gestos ayudaban a superar la barrera del idioma. Su profunda gratitud y respeto se transmitía a través del aire.
Beru miró todo lo que pasaba a través de su sombra.
“Oh, mi rey. Sus leales súbditos están expresando su sincera admiración hacia usted.”
“No es así.”
“Mi rey, tal vez sea mejor que mueva la mano para responder a su pueblo…”
“Te digo que no es así.”
No sabía dónde había aprendido este tipo de cosas raras, pero cuando estaba a punto de ignorar el consejo, se detuvo e hizo una última pregunta.
“¿El resto de hormigas disfrutan cuando haces lo que dijiste?”
“Por supuesto, mi rey.” – respondió Beru muy orgulloso.
De hecho, si estuviera fuera de la sombra en este momento, tendría una expresión imponente y dominante. Sin embargo, eso era de esperar. Beru poseía una habilidad que levantaba la moral de los soldados hormiga con su chillido.
Jinwoo asintió con la cabeza.
Todas esas personas vinieron a despedirlo, así que no había ninguna razón para no hacer algo que las hormigas podían hacer. Al final se detuvo, vaciló un momento, levantó la mano y la agitó de lado a lado.
Los aplausos se hicieron más fuertes mientras estallaban fuertes vítores.
¡Plas, plas, plas, plas!
Mientras los miraba, se dio cuenta de que el empleado de la Asociación encargado de acompañarlo también estaba aplaudiendo con fuerza. Los ojos del hombre estaban enrojecidos por la emoción.
“¡Gracias!”
“Señor cazador, ¡muchas gracias!”
“¡Le estamos agradecidos!”
“Vamos cazador. El avión está a punto de partir.” – dijo un empleado dirigiéndose a Jinwoo mientras se limpiaba los bordes de los ojos con las mangas de su camisa.
Jinwoo bajó lentamente la mano, pero aun así los aplausos no cesaron hasta que su espalda desapareció de la vista de la gente. El avión que lo transportaba despegó en medio de una multitud de cien mil personas.
Al día siguiente, un columnista japonés muy conocido escribió el siguiente artículo.
Si el líder de una nación fuera elegido únicamente por el apoyo de sus ciudadanos, hoy habríamos visto a la primera persona de fuera de nuestro país elegido primer ministro.
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Si necesita ayuda, llame a este número.
El presidente de la Asociación de Cazadores de Corea, Go Gunhee, lo pondrá en contacto con ese hombre.
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El subdirector de la Agencia federal dejó esa nota al mayordomo antes de irse.
Al saberlo, Christopher se enojó al ver el contenido de la nota, pero no se atrevió a tirarlo después de ver el rostro preocupado de la señora Selner.
‘¿La señora realmente predijo un momento como este?’
No sabía la respuesta, pero si quería averiguarlo, primero necesitaba sobrevivir.
Christopher le dio rápidamente la vuelta a la nota. Estaba escrito el número de teléfono del presidente de la Asociación. Al parecer, el presidente hablaba inglés con fluidez, así que no debería haber ningún problema con el idioma.
Tan pronto como hiciera esa llamada, obtendría la ayuda del señor Sung.
"......"
Cuando vio la nota estaba seguro de que podría leer su obituario un par de días después de volar a Japón. Después de todo, parecía que ese tonto se había sobreestimado a sí mismo. Sin embargo, los pensamientos de Christopher cambiaron rápidamente después de ver las hazañas de las criaturas que controlaba.
Las habilidades del señor Sung eran reales.
«El cazador Sung Jinwoo. Él podría protegerte.»
Dado que la señora Selner había dicho esas palabras, debía haber una razón para ello.
Christopher marcó rápidamente el número o al menos lo intentó. Desafortunadamente, sus dedos se detuvieron al sentir la presencia de otras personas a su espalda.
“……”
Era demasiado tarde para pedir ayuda o comunicar su situación. Christopher dejó el teléfono, la nota y, en silencio, volvió a levantarse. Cuando se dio la vuelta, vio a un hombre rubio con una sonrisa brillante grabada en su rostro. Tenía una de sus manos en el bolsillo.
Un comportamiento tan relajado sería bastante improbable de encontrar en una persona normal que acababa de invadir la residencia de uno de los mejores cazadores del mundo.
“¿Quiénes son?” – preguntó Reed.
Un hombre rubio y otros dos detrás. Tres intrusos.
No estaba seguro de poder lidiar con el oponente que tenía delante, pero encima había dos enemigos más. Una gota de sudor frío resbaló por la frente de Reed.
“Si intentas luchar viviendo con la comodidad de los humanos, no podrás salvar a nadie, Fragmento de la Luz Brillante. ” – dijo el rubio justo cuando esas gotas de sudor fluían más allá de sus cejas y comenzaban a acumularse en la punta de su barbilla.
Era una extraña voz que parecía no ser de este mundo.
‘¿Lenguaje monstruoso?’ – pensó, haciendo que las cejas de Christopher se levantaran. – “¿Qué diablos estás diciendo?”
“Shh. No estaba hablando contigo.” – dijo el rubio al ver la agitada reacción de Reed, mientras levantaba un dedo para presionarlo contra sus labios. El perfecto inglés del rubio hizo que los ojos de Christipher se agrandaran aún más.
Un ser que podía hablar tanto el lenguaje de los monstruos como el de los humanos con total libertad. Por lo que sabía, no existía nadie así en este mundo.
A continuación, el dedo se despegó de los labios del rubio y señaló hacia arriba.
“Ahí arriba. Estoy hablando con el tipo que está conectado contigo.”
Reed no entendía de qué estaba hablando ese hombre, pero estaba seguro de una cosa: ese rubio lo había menospreciado hasta ese momento.
“¿Me ves como una broma?” – gritó con voz enojada.
Una luz carmesí brotó en sus ojos y unas llamas feroces se alzaron de su cuerpo. Su cuerpo se puso completamente rojo mientras se hacía cada vez más grande haciendo que todos los muebles fueran derribados.
¡Brooom!
¡Todo su cuerpo estaba envuelto en llamas como la reencarnación del dios del fuego!
Con cuatro metros de altura, brotaban chispas de los ojos del monstruo.
“¡Al menos uno morirá en mis manos!”
El puño de Reed chocó contra la pared, provocando una enorme explosión.
¡Broooom!
Los dos hombres retrocedieron para evitar los escombros de la pared.
“¿Una manifestación espiritual…?”
“¿Un cuerpo humano puede realizar una manifestación espiritual…?”
Observaron la nueva apariencia de Christopher con interés. Mientras tanto, el suelo comenzó a hervir y derretirse. Christopher estaba preparado para morir por primera vez desde la incursión de Kamish, la peor catástrofe de la humanidad.
¡Brooom!
Las llamas que lo rodeaban se volvieron más violentas como si estuvieran a punto de explotar y comenzaron a devorar todo lo que le rodeaba.
“Morid, ¡malditos monstruos…!” – rugió en medio de esa tormenta de destrucción. Fue lo suficientemente poderoso como para sacudir la tierra.