jueves, 4 de marzo de 2021

TBATE Capítulo 58

Capítulo 58
Primer día en el trabajo
Traducido por Laga
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder

“Despacio… Tómatelo con calma. Ahí tienes.” Elijah me ayudaba a levantarme. Ha pasado exactamente una semana desde que salí herido y también desde la última vez que caminé. Incluso con el maná circulando a través de mi cuerpo, fortaleciendo mis extremidades, todavía me siento débil. “Kyu…” Sylvie me mira con el rostro tan preocupado como puede mostrar una bestia de maná con la apariencia de un zorro. Camina a mi lado en vez de acurrucarse en mi cabeza, asustada de que no pueda sostenerla. Elijah ha venido a mi habitación del hospital tan pronto como termina con el primer turno de clases. Mi día comenzará como profesor en la clase de Manipulación practica del Maná, y no estoy muy entusiasmado debido a mi estado actual. Con mis piernas cediendo cada par de pasos, mi espalda y mi costado ardiendo, apenas tengo fuerzas para ir a clases, y mucho menos para enseñar. Después de acostumbrarme a caminar poco a poco, dejo de apoyarme en Elijah y uso la Balada del Amanecer como bastón. No puedo evitar reírme por esta ironía de mal gusto. Recuerdo cuando pensé que esta espada no era otra cosa que un bastón, en vez de una espada de valor inestimable. Niego con la cabeza ante el hecho que la suposición de aquel entonces, estaría presagiando mi situación actual. Elijah había envuelto su mango y funda con una venda blanca, tanto para mayor comodidad, como para evitar levantar sospechas. Aquí estaba yo, un niño de doce años, usando un bastón para sostenerme y evitar caer. “¿Estarás bien por tu cuenta? ¿No debería al menos ayudarte hoy a ir de clase a clase?” Elijah tiene una mirada preocupada en su rostro mientras se acerca a mí, listo para atraparme si tropiezo. “Estaré bien.” No tengo la confianza para decir que no me caeré, pero no quiero hacer que Elijah esté constantemente a mi lado. Cuando llegamos frente al salón de clases, Elijah todavía tiene el ceño fruncido bajo sus gafas, y sé que está dudando en dejarme ir por mi cuenta. “Arthur. Déjame ayudarte.” Giro mi cabeza alrededor del lugar y veo a la princesa Kathyln corriendo hacia mí, alejándose de su grupo de amigos. Sin darme oportunidad para responder, coloca su brazo alrededor de mi cintura mientras que su otro brazo envuelve la mano con la que no estoy sosteniendo mi bast… Mi espada. “Uhh… Está bien. Gracias.” Encojo mis hombros ante Elijah, que ha quedado congelado, y cuidadosamente me dirijo a mi salón de clases. “¡He escuchado que nuestro nuevo profesor vendrá hoy por fin!” “Oh, ¿de verdad? Sin embargo, me agradaba la profesora Glory.” “Cualquiera será mejor que el profesor Geist, ¿no?” “Nunca se sabe, tal vez tengamos a un tipo raro, puede que hasta sea más peligroso.” “Ey, ¿ese no es ese el oficial del Comité Disciplinario que le dio una paliza a Geist? “Tiene pinta de estar herido…” Todas las variadas discusiones que los estudiantes estaban manteniendo cambian a murmullos acerca de mi persona tan pronto como entro. “Estaré bien, princesa Kathyln. Gracias.” Retiro mi brazo de su suave agarre. “Necesitas ayuda para subir las escaleras…” Su inexpresivo rostro no encaja con la preocupación en su voz. Niego con la cabeza y le indico que se adelante. Sylvie se mantiene detrás, siguiéndome de cerca mientras camino hacia el centro del salón al mismo tiempo que da pequeños saltos hacia el podio móvil colocado en el centro del pequeño estadio. “¡Ufffff…!” Dejo salir un profundo suspiro de alivio mientras apoyo todo mi peso en el podio, que resulta un poco alto para mí. Miro hacia arriba para ver a Feyrith en uno de los pupitres con una expresión curiosa en su rostro. Tan pronto como Kathyln llega a su escritorio, la veo mirando hacia atrás, intentando encontrarme. También me dirige una mirada confusa tan pronto como se da cuenta que nunca he ido tras ella subiendo las escaleras, y que en cambio me encuentro en el medio del salón. Para este momento, las conversaciones entre los compañeros de clase, que se habían centrado en mí, disminuyen a medida que más y más de los jóvenes magos empiezan a preguntarse qué estoy haciendo apoyado en el podio del profesor. “No tengo muy claro cuánto sabéis de mí, aunque he de suponer que al menos la mayoría saben quien soy. Me llamo Arthur Leywin, soy uno de los miembros del Comité Disciplinario y única hijo de dos magos maravillosos. Tengo una hermana a la que adoro y soy vuestro nuevo profesor. Intentemos llevarnos bien.” Comienzo una cuenta regresiva en mi cabeza para predecir cuándo va a estallar la clase. Al menos casi exactamente en sincronía, unos mocosos nobles que son mayoría en el salón de clase se ponen de pie con incredulidad, algunos incluso enojados, mientras gritan que deje de bromear y que vuelva a mi asiento. “¿Esperas que nos creamos que un mocoso como tú es nuestro nuevo profesor?” – exclama uno de los estudiantes de segundo año que está repitiendo la clase o que acude por primera vez. “¡Deja de joder y vuelve aquí arriba! ¡¿Quién te crees que eres?!” – ladra un estudiante de primer año de baja estatura. ¡Guau…! Menudo lenguaje tan vulgar viniendo de un niño de doce años. *¡Ainns!* Si pudiera impartir esta clase mientras sigo acostado, honestamente en este punto, lo haría. Estoy muy cansando y herido para esto. Esto sería mucho más fácil si la profesora Glory o la Directora Goodsky hubieran informado de antemano a la clase que yo iba a ser quien iba a enseñarles. Debería de haberme dejado al menos un documento oficial para probar que soy el profesor. Me pregunto si la Directora Goodsky ha hecho esto apropósito. Parece algo de su estilo. “Mmm… ¿Me creeréis si digo que la Directora Goodsky me ha nombrado profesor para esta clase durante el resto del semestre?” “¡Sé realista!” “¡Deja de bromear!” “¡Cállate!” Otra ronda de protestas resuenan dentro del salón mientras los estudiantes empiezan a hacer más y más ruido. Miro hacia Feyrith y Kathyln. Observo que el apuesto rostro de Feyrith se ha llenado con una mezcla de incredulidad y duda, mientras que en el rostro de Kathyln hay una ligera conmoción. “¡No te vuelvas tan engreído solo por derrotar al antiguo profesor! ¿Crees que habrías ganado si la princesa Kathlyn y Feyrith no lo hubieran cansado?” Otro estudiante de segundo año salta y aterriza en la plataforma con un ruidoso golpe. Tiene una complexión bastante grande y, juzgando por la pobre circulación de maná en su cuerpo, probablemente solo es capaz de aumentar un poco algunas partes de su cuerpo. Se dirige hacia mí con grandes pasos, preparándose para echarme de la plataforma si tiene que hacerlo. Por su parte, Feyrith se prepara para saltar hacia la plataforma con el fin de detener al grandullón, pero yo simplemente le hago un gesto de negación con la cabeza. “¿Ahora me sacudes la cabeza? ¿Quién te crees que eres?” Supongo que este bufón ha pensado que el gesto que he hecho con la cabeza era una burla hacia su persona. La mitad de los estudiantes están nerviosos, y no desean quedar atrapados en otro drama durante una clase, mientras que la otra mitad alienta a don Bruto. “Siéntate.” *PUMM* La habitación entera vibra ligeramente mientras le bombardeo directamente con maná, haciéndole caer sobre su trasero. “…” Cojeo hacia el estudiante que ha quedado sentado de culo, confundido y aturdido. Me siento como un viejo maestro de algún tipo que enseña a un joven discípulo rebelde el verdadero camino. “No me preguntes por qué, pero la Directora Goodsky no se ha molestado en darme algún documento especial para probar que soy tu nuevo Profesor. Os he observado a todos vosotros superficialmente y, aunque hay algunas excepciones, no termino de entender cómo podéis consideraros magos.” Deliberadamente paso por encima del todavía aturdido don Bruto y me dirijo al otro lado de la silenciosa clase. “¿Creéis que por haber formado un núcleo de maná podéis llamaros a vosotros mismos ‘magos’? Puedo asegurar ahora mismo que este pequeño y bonito zorro, sí, él, puede ocuparse de cualquiera de vosotros.” Cojo a Sylvie por debajo de las axilas y la enseño a la clase entera. “Cualquiera de vosotros, estudiantes, que sienta que necesita pruebas o que ni siquiera quiere molestarse en prestar atención en esta clase, que vaya a buscar a la Directora Goodsky; o puede largarse y tirarse en el césped de fuera para hacer ángeles en la hierba. Y ahora me dirijo al resto. Si alguno de vosotros tiene tan siquiera una pizca de curiosidad por lo que puedo enseñar, es libre de quedarse.” Espero un par de segundos, pero ya sea por mi pequeño truco con don Bruto, o porque son demasiado perezosos, ninguno de los estudiantes se va. “Ahora… Si eres tan amable de volver a tu asiento, estudiante… Empezaré mi lección.” Miro desde arriba al estudiante de segundo año que había saltado hacia aquí, deseoso de mostrar su limitada capacidad. “Uhh…” Levantándose rápidamente, se dirige de nuevo a su asiento, con una mirada de vergüenza grabada en su rostro. Camino hasta el centro de la plataforma y vuelvo a apoyarme en el podio, donde Sylvie está acurrucada. “Ya que esta es la clase de Manipulación Practica del Maná, haré una pregunta práctica. ¿Cuál es la mejor manera de utilizar el maná en la atmósfera circundante?” Miro alrededor y casi instantáneamente una niña con aspecto de empollona con el pelo recogido en una cola de caballo levanta la mano. “La mejor forma de utilizar el maná es mediante la absorción del que se crea de manera natural en la atmósfera, para dirigirlo al núcleo de maná, donde puede ser condensado y purificado para su uso cuando se recita un hechizo o una técnica.” Me lanza una mirada satisfecha, como si estuviera orgullosa de su propia respuesta. “Y ahora bien. Como todos vosotros sabéis, la diferencia entre Aumentadores y Conjuradores reside en el hecho de que los Aumentadores usan habitualmente el maná de su núcleo mediante sus canales de maná, mientras que los Conjuradores absorben directamente el maná de la atmósfera circundante mediante sus venas de maná. Así que… ¿Por qué ambos tipos de magos deben meditar y absorber maná si solo son los Aumentadores quienes realmente utilizan el maná que absorben en su núcleo?” – pregunto sin mirar a nadie en particular. “…” La confiada mano de la niña empollona se encoge mientras piensa sobre ello. “Mientras que los Aumentadores añaden el maná a sus ataques físicos, por lo que reducen la cantidad de maná que usan, los Conjuradores manipulan directamente el espacio donde se recita el hechizo, por lo que consumen más maná. Debido a esto, los Conjuradores usan el maná purificado de su núcleo de maná como reserva para evitar un contratiempo.” – responde Kathyln con su rostro imperturbable mientras permanece sentada. “¡Correcto! Entonces, la última pregunta del día… ¿El color del núcleo de maná de un Conjurador, o incluso el de un Aumentador, es una manera realmente precisa de medir el nivel de poder de un mago?” Me inclino hacia adelante, cambiando mi peso de la pierna izquierda a la pierna derecha. “…” Aguanto una sonrisa mientras el rostro usualmente sereno y vacío de Kathlyn se arruga en señal de profundo pensamiento. “¡Esa será vuestra tarea de hoy! ¡Que todo el mundo baje a la plataforma y haga una línea! ¡Quiero a los Conjuradores a mi izquierda y a los Aumentadores a mi derecha!” Después de unas pocas quejas, todos se dirigen por fin a un lado del estadio; los alumnos están alineados uno al lado del otro, mirando hacia mí. “Para este ejercicio, quiero que todo el mundo comience el hechizo más básico de su afinidad. Los Conjuradores, sin varita.” – declaro. El hechizo más básico que se les enseña a todos los Aumentadores tiene una forma muy similar. Los Aumentadores con afinidad al fuego aprenden Puño de Fuego, el cual comienza con una pequeña llama que cubre su puño. A los de viento, Puño Torbellino; agua, Puño de Agua; tierra, Puño de Roca. Una vez que un mago es capaz de manifestar el elemento con el que tiene mayor afinidad, el primer paso que debe hacer es aprender a integrar dicho elemento en su mano, la cual es una de las extremidades que más acostumbrados están a usar. El motivo real por el que estos magos están aquí es gracias a su linaje. Tienen mucho talento y lo más habitual es que hayan manifestado su elemento a temprana edad. A mi padre le llevó más de veinte años ser capaz de manifestar una verdadera llama, pero estos niños de doce a catorce años ya pueden hacer eso. ESA es una diferencia genética, algo que incluso yo encuentro innegable. En el caso de los Conjuradores, lo tienen más sencillo ya que no han que formar directamente el elemento en sus cuerpos, pero tienen que absorber partículas específicas de maná a su alrededor y usarlas para invocar un hechizo. El motivo por el que los Conjuradores tienen especializaciones en diferentes elementos tiene que ver con su capacidad de sentir las partículas específicas de maná a su alrededor y cómo las utilizan. Descanso la cabeza en mi mano derecha mientras observo cómo ambos tipos de magos preparan sus hechizos. Todos los Aumentadores de la clase comienzan a concentrarse en su mano dominante, apretándola en forma de puño. Unos pocos y largos segundos después, sus hechizos se vuelven visibles, así como el elemento con el que tienen afinidad rodeando sus puños. El tiempo que le lleva a cada Aumentadores varía, pero no mucho. Los Conjuradores de la clase empiezan a recitar suavemente, mientras el espacio frente a sus palmas comienza a brillar en diferentes colores, dependiendo del elemento que utilice su hechizo. Para sorpresa de nadie, el tiempo que le lleva tanto a Feyrith como a Kathyln para formar el hechizo en frente de sus manos es mucho menor que el de cualquier otro. La única diferencia que se aprecia entre Aumentadores y Conjuradores en sus hechizos es que el elemento rodea los puños de los Aumentadores, mientras que en los Conjuradores aparece frente a la palma de sus manos. “Atención. Aumentadores, quiero que intentéis disparar vuestro hechizo hacia adelante, mientras que los Conjuradores deben intentar absorber el hechizo que han creado delante de sus manos.” Les doy una sonrisa inocente mientras me miran con los ojos en blanco. “…” Se dan cuenta de que no estoy bromeando cuando insisto en que hagan lo que les digo. “¡HURGGH!” “¡AAAH!” “Grrr…” “¡Urghhh!” “¡Fuego!” “¡Me quemo!” Cuanto menos resulta gracioso ver cómo los Aumentadores intentan separar el elemento de su puño. “¡Auch!” “¡AHH!” “¡Kyaa!” “¡AUCH!” “¡MIERDA!” “¡Au!” “¡MALDICIÓN!” Ni uno de los Conjuradores lo hace mejor, y todos ellos terminan cortándose, quemados, mojados o magullados. Después de quince minutos de lucha, la mayoría se rinde y me mira acusatoriamente. Hasta las miradas de Feyrith Y Kathlyn son de duda. “Esto es estúpido. ¡Todos sabemos que solo los Aumentadores de alto nivel pueden realizar hechizos a larga distancia!” – lloriquea un Aumentador de entre los estudiantes. “¡Sí! Y, de todas formas, ¿cuál es el motivo para absorber de nuevo un hechizo que hemos preparado y conjurado? – se queja la niña empollona. Dejando a Sylvie encima del podio, cojeo al lado opuesto de la plataforma, lejos de los estudiantes. Utilizo un breve momento para concentrarme y apunto al espacio donde están alineados los Aumentadores y Conjuradores. “Bala de viento.” Una corriente de aire se dispara desde mi palma hasta llegar al muro que rodea la plataforma, creando un pequeño cráter. “…” Después de dar por terminada la sorpresa inicial, uno de los estudiantes replica. “Menuda cosa… Eres fuerte, pero la mayoría puede hacer eso una vez alcanza la etapa Naranja.” “Eso es cierto. Y como parece que nadie se ha dado cuenta de que lo que he hecho ha sido algo especial, permitid que os lo explique.” Levanto el otro brazo y formo una ráfaga alrededor de mi mano. Disparo de nuevo una bala de viento y vuelve a atravesar la sala. Cuando alcanza el muro, solo se escucha un leve ‘fuosssh’. “ESO ES lo que la mayoría puede hacer una vez alcanza la etapa Naranja.” Hago un ligero guiño, dejándolos confundidos. “No puedo demostrar lo que pasará exactamente cuando un Conjurador sea capaz de absorber el hechizo que ha invocado, pero creedme, será de ayuda.” Me tambaleo otra vez hacia el podio y recojo a Sylvie. “Esto es todo por hoy. Intentadlo, y volved con respuestas a mi pregunta. Practicad lo que os acabo de mostrar. Nos vemos mañana.” No serán capaces de producir resultados a ese nivel en un futuro cercano, de todos modos no estoy apuntando a eso. Mi esperanza es que, a través de esto, ambos tipos de magos por igual puedan al menos superar una de sus principales debilidades en este momento mientras que sus cuerpos todavía no están completamente desarrollados y son maleables.