Arco 2 Capítulo 9
Noria y maratón
Traducido por Kasahara
Corregido por DaniR
Editado por Tars
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Era el mediodía del sexto día tras comenzar la construcción de las partes del acueducto. Kazura estaba en su casa de Japón a la espera de recibir la rueda hidráulica que el director y sus empleados le iban a enviar.
‘Uaaa, el tamaño de las piezas es un poco grande. Parece que será difícil de transportar. Cierto que, aunque deben pesar alrededor de cuarenta kilos, creo que una persona sería capaz de transportarlas sola.’ – pensó Kazura.
Las partes del molino que se encontraban cargadas en el camión frente a él estaban hechas la mayor parte de madera, mientras que algunos de los corchetes eran de metal. Debido al tamaño de las piezas grandes, apenas cabían en la carreta, pero no parecía haber ningún problema para transportarlas.
“¿Te importaría descargar las partes más pesadas en la carretilla que he dejado en el vestíbulo?” – se dirigió Kazura al director. – “Después, cargaré las piezas más ligeras hasta mi casa yo solo. Una vez que terminemos de cargar, solo hay que llevarlas a casa, descargarlas y listo.”
“¿Qué? ¿Tienes un carretón dentro de casa?” – se sorprendió el hombre.
“Sí, eso es. Si te parece, ¿puedo pagarte el resto con un cheque? ¿Cuánto cuesta el importe del envío?”
A pesar de que al director le parecía un poco confuso lo que Kazura le había dicho sobre el vestíbulo, en el momento en que recibió el cheque su expresión facial comenzó a brillar mientras daba las gracias a Kazura.
“¡Escuchadme! ¡Cargad la abrazadera de apoyo!”
El encargado comenzó a ordenar a los empleados que descargasen las partes hasta el carrito que había dentro de la casa.
* * *
‘De verdad. Vaya tamaño. Si no fuera por la carretilla, seguramente no sería capaz de llevar todo esto.’ – reflexionó Kazura.
Mientras empujaba el carrito que ya estaba medio lleno con las piezas de la rueda hidráulica, Kazura cruzó la frontera hacia el otro mundo. Salió por los árboles habituales y pudo ver el paisaje familiar de la villa. No muy lejos de la aldea, estaban los bosques. Más de diez pueblerinos seguían trabajando, utilizando las herramientas agrícolas que Kazura les había proporcionado.
‘Aún necesito volver después de llegar a casa, no puedo transportar todas las piezas en un solo viaje.’ – se cercioró Kazura. – ‘Después de esto, necesitaré otro carro’.
Mientras pensaba en el tema, Kazura comenzó a empujar la carretilla hacia la casa del alcalde. Los aldeanos que cuidaban los bosques dejaron de trabajar al verlo.
“¡Aaaah! ¿Estas son las partes para la cosa a la que llamas ‘Rueda de molino’? ¿Lo estás llevando a casa del jefe?” – preguntó un aldeano.
“Sí, pero la mitad de las partes siguen en mi país, así que después de colocar esto en su casa, necesito regresar para recoger lo demás.” – respondió Kazura.
“¿Esto es solo la mitad? Pues sí que es grande.” – se sorprendió el hombre.
Mientras conversaban sobre el tema, los aldeanos y Kazura tiraron juntos del carro hacia la casa de Valetta. Durante la caminata, los hombres charlaban entre ellos. Kazura no entendía por qué nadie le preguntaba a cerca del lugar al que tenía que volver.
* * *
“¡Bienvenido de vuelta, Señor Kazura!” – exclamó Valetta.
Cuando Kazura y los otros llegaron al patio delantero de la vivienda, Valetta salió rápidamente. Al aparecer tan apresurada, parecía que estaba esperándoles.
“Estoy de vuelta. Estas son las partes del molino, pero la otra mitad siguen en mi país. Así que luego de descargar esto, volveré a por el resto.” – comentó Kazura.
“Entiendo. Entonces te ayudaremos a descargar.” – contestó Valetta.
Inclinando la carretilla hacia adelante, los hombres cooperaron en descargar las piezas. A pesar de que había muchas partes, como esperaba, con la ayuda de más de diez personas terminaron de hacerlo en varios minutos.
“Ahí, listo. Necesito volver a mi país a por lo demás. Comenzaremos a montar la rueda hidráulica en el río cuando todas las piezas estén aquí, así que, por favor, reúnelos a todos, Valetta.” – sugirió Kazura.
“Entiendo. ¿Debería avisar también a mi padre?” – propuso Valetta.
“Ah. Solo vamos a montar el molino, el resto de aldeanos que se queden aquí solo tienen que ayudar a transportar las partes al río. Si mientras tanto no hemos terminado con la construcción de la rueda hidráulica, entonces pediré tanta ayuda como sea necesaria.” – respondió Kazura.
Varios días atrás, Kazura había pedido al jefe de la aldea que dirigiese a los aldeanos en excavar un acueducto desde el río hasta el pueblo. La mayoría de los hombres participaron construyéndolo, así que el acueducto debería haberse hecho espléndidamente. Si el canal no estaba listo, entonces no tenía sentido instalar la bomba accionada por el molino. Se suponía que debería estar construido entonces, pero si aún no estaba acabado, con un poco de tiempo y ayuda, podrían terminarlo a tiempo.
“Entonces nos vemos luego. Todos pueden tomarse un descanso hasta que vuelva. ¡Que aproveche!”
Kazura dijo eso a todo el mundo, y de nuevo tiró de la carretilla hacia el pasaje en el interior del bosque.
* * *
Después de recoger el resto de las piezas que se habían quedado en Japón, Kazura regresó a la aldea. Los campesinos que le esperaban cogieron las partes más ligeras, cubos y utensilios parecidos, sin olvidar la carretilla, y se dirigieron hacia el río que estaba cerca de las afueras del poblado, donde se encontraron con el alcalde y otros hombres excavando el acueducto. Parecía que el progreso de su trabajo iba según lo planeado. Como de casualidad, Valetta estaba esperando cerca de la entrada del bosque por donde Kazura pasaba, así que le ayudó a tirar del carro.
“Vaya, parece que casi lo habéis completado.” – comentó Kazura.
“Sí, lo único que queda es cavar el acueducto desde aquí hasta el embalse. Es todo gracias a estas herramientas llamadas ‘palas’, que ha sido posible excavar tan fácil.” – le respondió el jefe de la aldea.
Varin paró de cavar mientras sonreía a Kazura, que todavía tiraba del carro. Los demás aldeanos también cesaron para saludarle antes de continuar con su trabajo.
“Hemos terminado de ahondar el acueducto de forma ascendente y descendente. De acuerdo con lo que el señor Kazura dijo, también hemos hecho un canal profundo en la orilla río arriba.” – siguió el alcalde.
Mientras escuchaba el breve reporte sobre el progreso del trabajo, supo que se trataba de la segunda fase que Kazura había planeado para el acueducto. La profundidad era de unos treinta centímetros, y la pared excavada había sido endurecida golpeándola numerosas veces. Con tal que el agua pudiese fluir estaría bien. Después podrían endurecerla con piedra si fuese necesario.
El vial de agua conectaría aguas arriba hasta el embalse del pueblo, pero antes de que el canal entrase a la aldea se desviaría en dos ramas. La primera bifurcación iría hacia el embalse del pueblo, la segunda desviación del canal iría hacia el río aguas abajo. Instalando una compuerta para el agua entre el enlace de esos dos acueductos, sería posible desviar el agua acumulada de la reserva hasta el río. Cuando la reserva estuviese colmada, la compuerta se cerraría. Entonces el agua se extendería por la rueda hidráulica río arriba y fluiría río abajo, así se podría evitar el desbordamiento del yacimiento. Gracias a eso, los aldeanos tendrían siempre agua limpia para cocinar y beber, mientras la acumulada en la reserva podría ser utilizada para regar los bosques.
“Entonces, vamos a montar la rueda hidráulica río arriba. Cuando el señor Varin y los demás hayan terminado con el acueducto, por favor llevad el canal de madera que estuvimos construyendo el otro día al río.” – dijo Kazura.
“Recibido. Terminaremos nuestro trabajo con rapidez para encontrarnos pronto.” – contestó el alcalde.
Kazura dejó a Varin y los demás hombres para que terminasen la tarea. De nuevo tiró de la carretilla hacia el río aguas arriba siguiendo el acueducto.
* * *
Kazura y los demás llegaron al río. Ese era el lugar al que se refería cuando le habló a Varin sobre encontrarse en el riachuelo. Era un canal que se separaba a tres metros del arroyo. Con una longitud de varios metros, lo habían reforzado con planchas de madera. Habían cavado lo bastante profundo como para permitir que el agua ejerciese la suficiente fuerza y el ancho también era el correcto.
Kazura y los aldeanos se separaron en grupos de varias personas. También distribuyó varias hojas con las instrucciones del montaje de las piezas. Luego comenzaron a trabajar en sus respectivas tareas.
El director de la empresa de ingeniería también le había enviado algunas instrucciones de montaje ilustradas. Las explicaciones de los pasos para unir las partes parecían sencillas de comprender. Aunque Valetta y los demás no sabían leer japonés, podían reconocer los números ‘A-1’ o ‘B-1’ en las instrucciones, así que de alguna manera serían capaces de montarlo.
“Señor Kazura, esto se inserta aquí, y entonces la pieza se conectaría a esta, ¿verdad?” – preguntó Lodurr.
“Correcto. Ten cuidado con los dedos al enganchar las piezas. Sí, utiliza un martillo de madera. Ah, Señor Lodurr, esa parte no se conecta con esa otra, pero sí con la parte que tiene el símbolo dibujado.” – le explicó Kazura.
Kazura estaba comprobando las piezas que los aldeanos iban construyendo, calculando la amplitud del canal, y confirmando el punto donde colocaría el pilar de apoyo de la rueda hidráulica.
‘Umm, ¿se supone que deberíamos colocar el pilar de apoyo aquí y ahí? No nos va a hacer mucha gracia si los pilares de apoyo se vienen abajo con la vibración del agua. Es indispensable que los sujetemos firmemente al suelo.’ – divagaba Kazura.
Puso una piedra como marca en el lugar donde erigirían el pilar de apoyo. Después, los grupos de Kazura y Valetta comenzaron a construir juntos la rueda de molino. Pasó alrededor de hora y media desde que empezaron a montarla. Su trabajo de inexpertos parecía terminado al ochenta por ciento. Todo el mundo se estaba tomando un descanso y bebiendo agua del río. Entonces, el alcalde y los demás llegaron cargando la madera del acueducto y los soportes. Además de los aldeanos que estaban construyendo el canal, madres con sus bebés, niños y ancianos también fueron llegando. Aparentemente, estaba todo el mundo.
‘Al parecer nadie se ha quedado en casa…’
“Vaya, es increíble.” – dijo Varin.
“Ah, Padre. ¿El canal está terminado?” – preguntó Valetta.
“Ajam, lo único que queda por hacer es conectar la rueda hidráulica con la madera del acueducto.”
A pesar del duro trabajo, como el jefe de la aldea y los hombres estaban acostumbrados a su tarea diaria en los bosques, nadie parecía estar cansado. En cambio, debido a que no estaban familiarizados con sus labores, eran Kazura y su grupo los que parecían realmente exhaustos. En cualquier caso, habían terminado el canal, así que pronto terminarían con la rueda de molino.
“Disculpad, la rueda hidráulica todavía no está acabada. Pero pronto estará construida, ¿podríais cavar un agujero aquí para el pilar de apoyo del molino? Instalad también el canal de madera que mandará el agua al acueducto, por favor.” – sugirió Kazura.
“Sí, comprendo. Aunque el trabajo es complicado, construiremos la rueda del molino lo mejor que podamos. Si la terminamos, nuestro pueblo no debería tener más problemas con la escasez de agua.” – se dirigió el alcalde a los aldeanos que se estaban tomando un descanso.
“¡Muy bien! ¡Hagámoslo!” – gritaron fuerte los hombres.
Los aldeanos reanudaron el montaje de la rueda hidráulica. Kazura le dio la cinta métrica a Varin para que pudiese medir la profundidad del agujero. Después, unidos a Valetta, comenzaron a montar el molino.
* * *
“Bien, ¡está terminado!” – señaló Kazura.
“La instalación del pilar de apoyo para la rueda hidráulica también está terminada. Solo falta insertar este soporte de metal aquí y aquí, ¿verdad?” – comentó Varin.
“Sí, y mientras lo colocas, písalo varias veces para endurecerlo, que quede bien sujeto en su sitio, por favor.”
Habían pasado veinte minutos desde que reanudaron el trabajo. Ya casi habían terminado, lo único que faltaba era montar la rueda hidráulica. Kazura enseñó al jefe de la aldea a preparar el soporte del pilar. Para que estuviera fijado firmemente, necesitaban tratar la base varias veces.
“Bien. ¿Al final deberíamos conectar la rueda de molino a este soporte? Ayudad a levantar el molino, por favor.”
Escuchando las llamadas de Kazura, los aldeanos que simultáneamente habían aparecido para mirar se reunieron para echar una mano a levantar la rueda hidráulica. Como su tamaño era más pequeño que el número de personas que estaban ayudando, muchos de los aldeanos no pudieron auxiliarles, ya que no había espacio para ellos. Aun así, intentaron ayudar animándolos con sus voces.
“Por favor, colocad el eje en la hendidura de los pilares de apoyo. El centro no debería estar muy cargado, así que id colocándolo muy despacio.”
El eje estaba hecho de metal así que no sería fácil doblarlo si se cargaba demasiado, aunque sería mejor tener cuidado mientras colocaban el soporte, que estaba hecho de metal, así que no era necesario preocuparse por el desgaste.
“Bueno, después de instalar el canal de madera que recibirá el agua, conectaremos el canal al río. Señor Varin, ¿puedo pedirte que lo hagas tú?” – sugirió Kazura.
“Sí.”
Siguiendo las instrucciones, el alcalde reunió a los aldeanos para instalar el acueducto que recibiría el agua. Entonces, cavaron conexiones entre el canal con la corriente hacia arriba y hacia abajo con las palas. Como había diferencias en el peso entre la corriente que bajaba y la que subía, el agua del río no entraba al canal desde ahí. Necesitaban asegurarse de que el canal poseía la profundidad suficiente, así que tenían un alféizar de madera a unos 30 cm de altura cerca de la corriente. Además, para prevenir la erosión en la pared del canal, lo reforzaron con tablas de madera.
“No conectéis el canal con el río todavía... ¡Hey, todo el mundo! ¡Reuníos, por favor! ¡Vamos a empezar a hacer trabajar la rueda hidráulica!”
Haciendo caso a las llamadas de Varin, los hombres que descansaban en la orilla del río y los niños que estaban jugando a lo lejos, se reunieron. Cuando el alcalde confirmó que todo el mundo estaba ahí, quitó la tierra que separaba el canal del río. Con la barrera eliminada, el agua comenzó a entrar en el canal de una vez. Entonces, los tímpanos de la rueda hidráulica fueron empujados por la corriente de agua y el molino comenzó a moverse poco a poco.
“¡Ah! Ha comenzado a girar... ¡Asombroso! ¡Mira como levanta el agua hasta ahí arriba!”
Valetta gritaba al lado de Kazura cuando vio que el cubo que estaba unido al tímpano de la rueda hidráulica llevaba agua del río y la dejaba en el acueducto de madera más alto una y otra vez. Los aldeanos de los alrededores también gritaban de alegría y comenzaron a perseguir el agua que fluía en el canal de madera.
“Señor Kazura, ¡corramos tras él!” – exclamó Valetta.
“¿Qu…? ¿Correr? ¿Correr desde el pueblo hasta aquí? ¿Cuánta distancia hay…? Es… ¡Espera un momento! ¡No tires de mí! ¿¡Lo dices en serio!?”
Valetta agarró con fuerza la mano de Kazura. Mientras veía la espalda de los aldeanos que perseguían el río, Varin se quejaba.
“¡Eh! ¡Eh! No habéis limpiado las herramientas.”
Al contrario de lo que decía, estaba sonriendo con alegría. Sacudiendo la cabeza, colocó las palas y los martillos dentro de la carretilla.