Volumen 3 Capítulo 73
Terrorismo V
Traducido por Lord
Corregido por Tars
Editado por Tars
Corregido por Tars
Editado por Tars
Nuevos Forasteros emergieron del portal. Parecían mucho más fuertes que aquellos contra los que habían estado luchando hasta ahora.
Los nuevos 20 Forasteros estaban descansados y llevaban el mismo uniforme que los Forasteros anteriores. Los guerreros llevaban armaduras negras y tenían espadas de una excelente calidad, mientras que los magos eran, por lo menos, del Tercer Círculo.
Era un ejército de élite de los Forasteros.
Nada más llegar comenzaron a matar a los miembros de la guardia de una forma impecable. Era imposible hacerles frente. No había prácticamente nadie en la Guardia que pudiera enfrentarse a alguien de su nivel.
‘Maldita sea. Si estas tropas de elite siguen avanzando a esta velocidad, no podré continuar.’
Era importante cambiar las coordenadas de la puerta de teletransportación de inmediato.
“¡Pram!, ¡Romántica! ¡Proteged a las tropas para que no perderlos inútilmente!” – dijo Desir, dirigiéndose a su equipo.
“¡Si!”
“¡Entendido!”
En una parte del campo de batalla, donde se desarrollaba la batalla más feroz, apareció Pram. Se enfrentó a uno de los Forasteros con un solo golpe de su estoque plateado. Definitivamente era más poderoso.
Romántica también estaba reduciendo el ímpetu de los Forasteros. Debido a la presencia de estos dos, la guardia no seguiría retirándose de forma desoladora, aunque fueran incapaces de llevar la iniciativa como antes.
“¡Aaaaah!”
Ellos dominaron a los Forasteros. Exceptuando a las nuevas tropas de élite que acababan de llegar, el resto del campo de batalla estaba lleno de gritos y de peleas violentas.
“Necesito acercarme al centro de la matriz mágica para restablecer las coordenadas de la puerta de teletransporte. Cúbreme, Ajest.”
Ajest lideró el camino y Desir le asistió desde la retaguardia. Analizando e invirtiendo a fondo la magia del enemigo. Además, se ocupaba de forma intermitente de los magos del tercer círculo de los Forasteros. Su magia era rapidísima y su poder era mucho más poderoso que los hechizos normales de un mago del Tercer Círculo.
Poco a poco, se acercó al centro del portal mientras acababa con los magos del tercer círculo, uno a uno.
Los Forasteros se dieron cuenta de que Ajest y Desir se dirigían hacia el portal e inmediatamente enfocaron su atención en ellos.
Al principio, eran una buena pareja, pero cuando un guerrero de nivel caballero y un mago del tercer círculo combinaron sus ataques, consiguieron frenar a Ajest. Aun les quedaban unos pocos pasos para llegar al portal.
“Esta distancia es suficiente. Ajest, dame cinco minutos.” – dijo Desir frente al portal, comenzando a analizar la matriz.
Desir necesitaba reajustar las coordenadas del portal que habían manipulado los Forasteros y, a continuación, devolverlas a su posición original. La magia que permitía realizar movimientos espaciales era un conjuro muy complicado del quinto círculo, por lo que requería una gran cantidad de cálculos para analizarlo.
‘En esta situación no puedo usar el palacio de hielo.’
Ajest aún estaba pensando en cómo luchar contra los Forasteros, cuando uno de ellos se pudo al alcance de su espada.
El palacio de hielo era un hechizo que le permitía invocar infinitamente su magia dentro de un área asignada. Cuando se enfrentó a los bárbaros en el Mundo de las Sombras, pudo encargarse de ellos con facilidad, pero no podía usarlo en este momento. Aunque con ese conjuro podría manejar con facilidad a los Forasteros que había en su interior, la batalla era demasiado desordenada como para poder usarlo.
Si desplegaba el Palacio de Hielo en este momento, metería en su interior a enemigos y aliados y podría acabar matando a la gente equivocada. Solo le dejó una estrategia posible.
‘Tengo que encargarme del enemigo con mi espada y mi magia.’
Levantó la espada y la dirigió hacia el enemigo que tenía delante. Su oponente estaba usando una espada corta en una mano, y una espada larga en la otra. Tan pronto como esquivó la espada que tenía más cerca, agachando la cabeza, la otra espada le siguió de inmediato.
Su espada y la del Forastero chocaron entre sí.
El poder de Ajest era mayor, pero si presionaba hacia adelante sin cuidado, podía acabar en una situación complicada, ya que el intervalo de ataques de su oponente era demasiado corto.
Ajest ajustó el agarre de su espada.
*Apretar*
Y blandió su espada.
Rápido.
Mucho más rápido.
Con sus habilidades físicas naturales blandió la enorme espada a una velocidad tremenda.
El Forastero solo pudo cruzar sus espadas para bloquear nervioso sus ataques.
¡Claaaaaaaanck!
Las chispas volaron con el intercambio.
El Forastero voló hacia atrás, pero se levantó después de rodar una vez en una acrobacia admirable. Era una demostración de agilidad increíble. Pero no había tiempo para tomarse un respiro, Ajest no permitió ningún momento de descanso, y continuó presionando con su ataque.
“¡Eres fuerte! ¡Fuerte! ¡Muy fuerte!” – gritó furioso, resoplando, para a continuación lamerse los labios ensangrentados.
“……”
El guerrero mostraba un estilo de esgrima muy irregular. La trayectoria de su espada era extremadamente flexible, constante y temeraria, atacando sin preocuparle la inevitable acumulación de heridas.
Ajest pensó que su oponente era muy molesto.
En medio de los continuos ataques, Ajest giró sus ojos hacia el hechicero que tenía a su espada durante un breve instante y se dio cuenta de que estaba ocupado formando un hechizo.
“[Invocar rayo]”
Era un conjuro eléctrico del Tercer Círculo.
Ajest levantó su espada para enfrentarse a la espada del Forastero y extendió su mano libre hacia el hechicero. Alejó al guerrero, moviendo su espada con fuerza en un arco amplio, mientras invocaba una cúpula de hielo mágico para protegerla.
*¡Bump!*
El hielo explotó.
El rayo chocó contra la cúpula de hielo y salió rebotado hacia el lanzador. El Forastero se enfureció, mientras se sacudía el pelo chamuscado y toda su ropa negra mostraba señales de quemaduras. Empezó a invocar un segundo conjuro.
“¡Déjame disfrutar más de esto!”
*¡Whoosh!*
Una daga salió volando de la mano de Ajest.
*Goteo.*
Las gotas de sangre cayeron desde el fondo de la capucha. El precio de distraerse en medio de un combate, se reveló por completo.
“No tengo tiempo para jugar contigo…”
Ajest no tenía tiempo que perder. Durante su pelea el hechicero estaba invocando más conjuros y no podía manejar ambos ataques al mismo tiempo. Así que decidió no alargar más la batalla.
“[Espada Mágica: Ola helada]”
“¿……?”
El aire se fue congelando en la trayectoria que seguía la espada de Ajest. La intuición del guerrero de los Forasteros le avisó del peligro que representaba esa espada mágica, y se retiró rápidamente.
‘Sabía que ibas a dar un paso atrás.’
En realidad, Ajest había estado apuntando al mago que estaba preparando el conjuro. El guerrero que estaba intercambiando golpes con ella había retrocedido, al darse cuenta de la situación, pero el mago que estaba a su espada no pudo reaccionar.
El mago estaba concentrado en su magia del tercer círculo y no podía prestar atención a lo que pasaba a su alrededor. Sin embargo, el mago también fue capaz de completar su conjuro y lanzarlo hacia Ajest.
Con un ruido amenazador, una esfera de rayos voló hacia Ajest, obligándola a girar la espada hacia la esfera eléctrica sin dudarlo.
*¡Bruum!*
Ajest frunció el ceño ante la sensación que se extendió por su mano, pero su preocupación desapareció cuando vio cómo su espada atravesaba con éxito la esfera que avanzaba hacia ella.
“¿Qué demonios...?”
El mago estaba completamente desconcertado cuando vio como todo el esfuerzo que puso en lanzar ese poderoso conjuro fue destruido por un simple golpe de espada. Ahora se encontraba completamente desprotegido. Cuando notó que Ajest se estaba acercando, el mago se dio la vuelta e intentó huir a toda velocidad.
“¡……!”
Pero no había ninguna posibilidad que superase su velocidad y Ajest golpeó al mago, en el pecho, con el mango de la espada.
*Crack*
Un pequeño ruido sonó cuando cayó al suelo. El hechicero fue incapaz de soportar el dolor y se desmayó con los ojos en blanco. Era su final.
Pero una voz llegó en ese momento hasta los oídos de Ajest.
“Ja, ja, ¡voy a ocuparme de esto!”
El guerrero corrió hacia Desir mientras ella estaba ocupada con el mago.
“[Lanza de Hielo]”
Ahora que se había librado del mago, era mucho más fácil manejar al oponente que quedaba. Las dos lanzas de hielo que acababa de invocar se clavaron en el suelo, justo delante del guerrero, haciendo que dudase por un breve momento.
“[Grasa]”
Ajest redujo la distancia que los separaba en cuestión de segundos. Se estaba acercando a una oportunidad ridícula, que hizo que el guerrero se estremeciera.
“¿Huh? ¿Qué?”
Esto fue suficiente para asegurar su derrota. Ajest voló a toda velocidad y chocó directamente contra el guerrero, que salió disparado hacia el portal de teletransporte. Las dos espadas que tenía en las manos cayeron al suelo con un ruido desagradable.
Ajest golpeó su estómago cuando trataba por levantarse de nuevo.
“¡Ugh!”
La parte superior de su cuerpo se dobló de dolor. Sin embargo, el guerrero había agarrado en secreto una daga que escondía en su cintura. Pero Ajest no le dio la oportunidad de usarlo y atacó la parte inferior de su cuerpo con una patada viciosa.
“¡Uuuuuugh!”
El guerrero aulló por el dolor, mucho más de lo que nunca hubiera imaginado.
A continuación, cuando Ajest vio que volvía a intentar levantarse, le dio otra patada en la cara, haciendo que dos dientes salieran volando. La sangre fluyó desde la nariz por su rostro, haciendo que se desmayara.
“Se acabó…” – dijo sacudiéndose el polvo de las manos.
“Reinicio de coordenadas completado. Bien, solo queda que la puerta se reinicie...” – dijo Desir en ese momento. Había terminado de analizar y realizar todos los cálculos necesarios.
*¡Woooooooooo!*
Los colores de los círculos mágicos que se encontraban alrededor del portal comenzaron a cambiar del color rojo al azul. El portal que permitía que llegasen los refuerzos de los Forasteros estaba cerrada.
Los Forasteros no pudieron ocultar su desesperación por este fracaso estratégico y, los comandantes que dirigían a la guardia se dieron cuenta de que ahora la batalla estaba a su favor.
“¡Derrotad a los que quedan! ¡No tienen más refuerzos!” – gritó un comandante, alzando la voz.
“¡Uaaaaaaaaaaaaaah!”
Mientras la guardia pudiera aguantar hasta que llegasen tropas de apoyo, ganarían. Con la situación invertida, la moral estaba ahora por las nubes.
La batalla casi había terminado.
Desir miró a Ajest y le agradeció sinceramente sus esfuerzos por mantener a raya a esos Forasteros.
“Acabemos con los que quedan.”
“Vale.”
Era la fase final de la batalla. Mientras se ocupaba de los Forasteros que daban problemas a la guardia, Desir recordó al hombre con una máscara de cuervo. No estaba aquí.
Desde el principio del ataque terrorista, no había vuelto a aparecer.
‘No creo que haya huido…’
Pero no sabía a donde había ido. Sería un misterio hasta que volviera a aparecer.