Volumen 3 Capítulo 74
Al final de una pesadilla I
Traducido por Lord
Corregido por Tars
Editado por Tars
Corregido por Tars
Editado por Tars
Alrededor de la era de Rowelius, en el año 500, la edad Oscura comenzó. La aparición de los seres conocidos como demonios, trajo la desesperación al mundo.
Su llegada inicio el enfrentamiento entre los demonios y la humanidad y, como resultado, la civilización humana se derrumbó. No hubo registros de aquellos tiempos, por lo que solo pudo transmitirse de boca en boca, en cada generación. Aunque algunos se burlaban de la historia como un mito, pero otros lo sabían. Ese hecho contado en la historia, existió.
*Pasos*
Dentro de las ruinas del castillo, había un hombre con una máscara de cuervo, caminando entre los escombros chamuscados. Mientras avanzaba, los restos que bloqueaban su camino eran empujados a ambos lados, creando un camino.
Al llegar al centro del castillo, puso su mano en el suelo. En ese momento, apareció una runa flotando en el aire, intentando alejarlo, pero perdió su fuerza y cayó al suelo. Al mismo tiempo, apareció la puerta de un camino subterráneo.
Un pasadizo oculto que ni siquiera la familia real de Prillecha conocía. Le había llevado mucho tiempo reunir todas las historias trasmitidas de boca a boca, y los distintos restos dejados a cada generación, para poder llegar hasta aquí.
La pista decisiva fue similar a la que se contaba sobre las historias del océano Dorado, llamado Isthakar.
Desastre.
Un gran demonio, conocido como Desastre, estaba profundamente dormido en esta tierra. Los antiguos no pudieron destruir al gran demonio y sólo lograron ponerlo en un sueño en las profundidades del mar. También colocaron un sello en la parte superior.
En cuanto al centro de ese sello, los antiguos levantaron un edificio para protegerlo. Más tarde, uno de esos antiguos ancestros que sellaron al gran demonio, estableció la familia real y nombro a las tierras que rodeaban ese terreno, como el Imperio de Prillecha. Pero ahora, ese lugar ya no podía cumplir su propósito original. En la actualidad, el castillo real se había derrumbado por completo y todos lo que habitaban el castillo se habían marchado. Nadie podía molestarlo.
El hombre con una máscara de cuervo continuó bajando las escaleras en la oscuridad y solo se detuvo cuando llegó al lugar donde estaba grabado el conjuro. Al verlo, sacó algo del interior de su ropa. Era un bastón con muchas joyas negras incrustadas.
Era un artefacto.
Era un tesoro obtenido después de despejar un Mundo de las Sombras de tercera clase. Muy pocos sabían para que servía, pero ese viejo era uno de ellos. Había millones de almas capturadas en ese bastón, y él pensaba que eran el catalizador para despertar al demonio.
El hombre con una máscara de cuervo se paró en el centro de la runa y clavó el bastón justo en el medio. Un maná rojo comenzó a fluir como si fuera sangre.
* * *
En ese momento, la incursión de los Forasteros estaba prácticamente resuelta. Era por la tarde y el mar brillaba como si fuera oro fundido.
Con la llegada de las tropas de élite de la Alianza de los Reinos Occidentales, el ejército de Avalon, a través del portal de teletransporte, los defensores abrumaron a los Forasteros al instante. Al darse cuenta de que no tenían esperanza de ganar, los Forasteros que quedaban se rindieron de inmediato y la situación se resolvió.
El estadio usado como cuartel general temporal estaba lleno de Guardias y refugiados. Los soldados parecían algo cansados, pero estaban orgullosos de haber sido capaces de repeler a los invasores.
“Oye, prueba un poco de esto.”
“Esto también. Está cocinado de forma perfecta.”
“Oh, no gracias. Ya he tenido suficiente.”
“No pasa nada, todo está bien.”
Los guardias a menudo entregaban sus raciones a los refuerzos que habían llegado del exterior.
Aunque pusieron sonrisas incómodas, después de intentar rechazar de forma educada sus favores, al final cedieron y aceptaron con gracia su hospitalidad. Los estudiantes de la Academia Hebrion sentían como si estuvieran sentados sobre una montaña de comida.
Era el grupo de Desir.
Incluso ellos mostraban signos de fatiga después del largo combate. Tenían muchas heridas pequeñas por el cuerpo y el cansancio que emanaban lo hacía mucho más que evidente. Pero al igual que el resto de soldados, parecían muy felices mientras rellenaban sus bocas con la comida que se les ofrecía.
“He oído que es un grupo muy famoso en Hebrion.”
“¡Han estado geniales!”
El equipo de Desir recibió la cálida acogida de los soldados del Imperio Prillecha. Aunque todavía había muchos funcionarios no estaban contentos con la palabra Hebrion, los consideraron invitados especiales y habían comenzado a ser amables.
No había nadie que no supiera sus nombres. Especialmente entre los soldados que habían presenciado el asalto al edificio donde se encontraba el Portal de teletransporte. Habían recibido tantos regalos, que literalmente se formó un montículo en los asientos que se encontraban a su alrededor.
“Mi madre se volverá loca si se entera de lo que ha pasado hoy.”
Romántica se veía extasiada. Y con razón, ya que había defendido la amenaza a su ciudad natal con sus propias manos.
“Ah, aquí estás.”
Se oyó una voz profunda y tranquila. Mientras Zod se acercaba, el grupo de Desir se puso en pie al instante, poniendo fin a su descanso.
“No, no. Manténgase cómodos. Priscilla.”
“Yo me encargaré de esto. Niños, ¿podéis sentaros aquí?”
La dama se acercó a donde estaba el equipo de Desir y se centró en la condición de Pram y Ajest, que estaban repletos de un número considerable de pequeños cortes. Cuando cerró los ojos, la luz comenzó a acumularse en las heridas.
“Oooooh.”
Al verlo, un sonido salió de los soldados que se encontraban a su alrededor viendo lo que sucedía.
Curación. Era debido a esa habilidad que Priscilla era llamada Santa.
Había muchos hechiceros capaces de acelerar el proceso de sanación natural del cuerpo, pero su magia estaba en un nivel completamente diferente. Era un conjuro que borraba la herida como si nunca hubiera existido. Esta era una habilidad que sólo ella poseía en este mundo.
El sangrado se detuvo de inmediato y una nueva capa de carne se regeneró a toda velocidad. No importaba cuan grave fuera la lesión, en el momento en que su mano tocaba la herida, todo volvía a la normalidad.
Poco después, las heridas de Pram y Ajest desaparecieron por completo sin dejar rastro.
“Era una herida leve. Me alegro que todo saliera bien.”
“Muchas gracias.” – dijo Ajest, mostrando su gratitud.
Mientras tanto, Desir y Zod estaban teniendo una conversación.
“Hiciste un gran trabajo. Su majestad está muy agradecido. Tal vez esto mejore la relación que las otras naciones tienen con Hebrion.”
Quizás esto fue algo afortunado después de todo.
“Si necesitas algo, no dudes en contactarme.”
“¿Están los reyes todavía en el refugio?”
“Se quedarán allí hasta que todo esté completamente resuelto. Porque…”
“Porque el hombre con una máscara de cuervo aún no ha salido a la superficie.”
“Eso es correcto.” ‒ dijo Zod asintiendo. ‒ “Hasta ahora, basándonos en sus acciones, todavía no estamos seguros de cuáles son sus intenciones. No creo que retrocedan una vez que han creado todo este desastre.”
“Así que crees que todavía se están moviendo.”
“Por supuesto… Ahora que los Forasteros fueron completamente aniquilados, no hay nada que pueda hacer. El ejército de Avalon está protegiendo el refugio y yo mismo lancé una magia de protección en ese lugar. Deberíamos ser capaces de reaccionar a cualquier cosa.”
“Espero que sea suficiente…”
“No podemos garantizar nada.”
A pesar de que todo se había resuelto, Desir todavía no podía deshacerse de su ansiedad.
El hombre con una máscara de cuervo.
Aunque fue por un momento muy corto, Desir pudo presenciar la magia que lanzó. Sus conjuros eran muy sofisticados y complicados. Era un hechicero con un gran poder.
‘Pero no puede derrotar a Zod con esa habilidad.’
Además, todos los Forasteros que fueron liderados por él fueron eliminados por completo. Ya no tenía ningún ejército para movilizar.
*Boom.*
Fue una explosión muy sofocante y siniestro.
Sus inquietas miradas, que habían empezado a temblar, se concentraron en el lugar de la explosión.
“¿Ha oído eso?” – preguntó Desir, volviendo su mirada a Zod.
“Obviamente...”
El sonido vino de la costa.
“De ninguna manera…”
Desir se levantó de su asiento.
Su corazón había empezado a latir con fuerza. Algo estaba a punto de suceder.
“¡Mirad hacia allí!”
Todo el estadio estaba retumbando y la gente comenzó a mirar hacia el cielo. En un instante, el sol con su color dorado se había vuelto negro.
“¡……!”
Una premonición golpeó repentinamente a Desir y a toda velocidad abandonó el estadio. El mundo entero se estaba volviendo gris.
Corrió hacia la costa de donde vino la explosión.
Las luces de las calles y el paisaje circundante se volvieron borrosos en sus ojos mientras se desvanecía a su paso. Estaba sin aliento, pero no estaba pensando en ello.
‘El enmascarado comenzó a moverse.’
Debe ser él. Tenía que ser él, pero no sabía que estaba tratando de hacer. Quizá estaba desplegando otro conjuro del sexto círculo. Desir deseaba que de verdad solo fuera eso.
Este lugar estaba siendo protegido por el hechicero del Séptimo Círculo, Zod, y por si acaso, también tenían la habilidad de Desir para invertir hechizos. Estaban preparados para responder. Nada podría penetrar su defensa.
Pero no parecía magia. Parecía un tipo de amenaza completamente diferente.
‘Por favor.’
*Roar*
Desir llegó hasta el mar. El sol estaba a punto de ponerse y el ondulante océano debería estar tenido de un color dorado.
Pero no era así.
Lo que se suponía que iba a ser un océano dorado se estaba volviendo negro, como si se hubiera mezclado con tinta de calamar. El sol se atenuó. Toda la zona fue perdiendo gradualmente su color, volviéndose blanco y negro.
El paisaje.
El Sol.
La vista.
Él lo sabía.
Un recuerdo horrible resurgió de repente.
“Esto no puede ser…”
La respuesta llegó más rápido que su conciencia. Sus pupilas se ensancharon. Su mente negaba la realidad y le decía que todo era un sueño.
¡Broooooooom!
Las montañas se derrumbaron.
Los acantilados fueron destrozados por la intensidad de las olas que llegaban hasta la costa, mientras gritos espeluznantes emanaban de la tierra.
Algo enorme estaba tratando de salir del mar.
Parecía un mal sueño, pero la figura que había ante sus ojos era tan real como si estuviera en medio de una pesadilla.
“¿Qué demonios es eso?”
“No tiene sentido. Ese tamaño…”
Cuando Pram y Romántica llegaron a la escena, gritaron asombrados ante lo que estaban presenciando. Ajest tenía la mirada desenfocada mientras miraba a esa figura sin decir nada.
A su lado, Zod tocó el extremo de su bastón con una mirada preocupada.
“Eso… ¿un demonio?”
Media unos 10 metros de altura y tenía runas de masacre inscritas en sus dientes. Su melena de fuego infernal se movía alrededor de su cuello.
Era uno de los grandes demonios que había devastado a la humanidad en la antigüedad.
“El demonio de la destrucción… Desastre.”