1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 16
Ola de Zombis I
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Esa noche, el estado de ánimo en el campamento fue mejor de lo habitual. Los supervivientes incluso encendieron algunas de las velas, sin preocuparse por guardarlas, haciendo que el ambiente brillase con su luz.
Habían sacado toda la cerveza que encontraron de los muelles de carga y la estaban bebiendo. Estaba bien consumirlo todo, ya que el alcohol no se consideraba una necesidad. Los pandilleros del centro comercial H habían robado toda su bebida, por lo que, ahora que consiguieron algo más de los muelles de carga, mejoró la moral.
“Bueno, ¿qué hacemos con el tanque de agua?”
Habían descubierto que uno de los tanques de agua todavía tenía agua, pero no sabían cómo conectarlo. Por ahora, abandonaron esa idea, pero tendrían que encontrar alguna manera de usarlo en breve.
“Yohan.” – dijo el anciano Park mientras bebía cerveza, acercándose a Yohan.
“Oh, anciano Park...”
“Gunn se despertó.”
Yohan y Hyuk se pusieron de pie al mismo tiempo y corrieron había la enfermería. Cuando entraron, vieron que Gunn no estaba en perfecto estado. Ahora estaba sentado al lado de la cama y su rostro estaba pálido y empapado de sudor.
“¿Cómo te sientes?”
“Siento que voy a morir.”
La voz de Gunn era débil. Hablaba en un tono bajo y ronco e hizo que la pareja se sintiera incómoda.
“Tienes la fiebre alta.”
Afortunadamente, parecía que no se había infectado con el virus zombi. Si lo hubiera hecho, ya se habría convertido en un no muerto. Definitivamente no estaba infectado, pero su condición no era excelente.
Había perdido mucha sangre y, como no podían tratar la herida por la amputación de manera adecuada, se estaba infectando. El hecho de que todavía estuviera vivo ya era un milagro. Sin embargo, Gunn estaba exhausto y parecía que podía desmayarse en cualquier momento.
“Creo que voy a morir. Sigo desmayándome.”
“No digas eso.”
“Hablo en serio.”
Gunn apenas pudo sacudir la cabeza. Hyuk derramó generosamente las lágrimas que había estado conteniendo hasta ahora.
“Yohan, me disculpo. Voy a tener que pedirte otro favor.” – dijo Gunn, respirando con dificultad, antes de continuar. – “Cuida de Hyuk por mí.”
“Claro.” – respondió Yohan sin dudarlo. Una pequeña sonrisa apareció en la cara de Gunn.
“Por alguna razón, parece que hemos sido amigos durante mucho tiempo, a pesar de que nos acabamos de conocer.”
“¿Ah sí?”
Yohan no creía que Gunn tuviera recuerdos de la línea de tiempo anterior. Tampoco había forma de que supiera que había vuelto al pasado. Probablemente estaba sintiendo algo por la forma en que Yohan lo trataba.
Quizá lo había estado tratando como si fuera un viejo amigo.
“Hyuk.” – dijo Gunn, volviéndose hacia Hyuk.
“Hermano… Snif… Gunn...”
“Te quiero hermanito.”
La única respuesta de Hyuk fue continuar sollozando.
“Por favor, no pierdas la esperanza.”
La voz de Gunn comenzó a desvanecerse, pero reunió toda su energía y habló un poco más fuerte.
“Sobrevive. Venga, deja de llorar como un bebé, tu polla no se va a caer. Sé que es un tópico, pero ahora también tienes que vivir por mí.”
“Hyuk... No importa lo difícil que se pongan las cosas, no pierdas tu humanidad. No te centres solo en sobrevivir. Vivir para ayudar a los demás, eso es lo que nos hace humanos. Recuerda estas palabras, Hyuk.”
Sus palabras se encontraron con el silencio, interrumpido intermitentemente por los sollozos de Hyuk. Gunn agarró la mano de su hermano y la apretó con fuerza.
“Yohan. Déjame usar una bala. Estoy realmente cansado. Tengo frío y estoy mareado. Siento que mi brazo está ardiendo.”
“Nop. Es un desperdicio de munición.”
“¿Estás bromeando…?”
“Amigo, acabas de decirle a Hyuk que no pierda la esperanza.” – dijo Yohan, incapaz de decir nada más. No podía decirle que era demasiado pronto para darse por vencido, que debería aguantar hasta su último aliento.
Gunn tenía una expresión sombría en el rostro, que hizo que todas las palabras de Yohan quedaran atrapadas en su garganta. Era la mirada que ponía una persona cuando se daba cuenta de que se acercaba la muerte y era inevitable.
Endureciendo su corazón, Yohan dejó escapar un suspiro renuente. No tenía el derecho a negarle a Gunn una marcha pacífica.
“Deja que me marche tranquilo.”
“¿Quieres que lo haga…?”
“No, no puedo dejarte llevar esa carga. Lo haré yo mismo, pero... déjame tener un momento para mí...” – dijo Gunn, deteniendo sus palabras.
Yohan asintió y le entregó un revólver.
“Vámonos.” – dijo, mientras agarraba a Hyuk.
“Gunn... ¡Gunn!” – exclamó Hyuk, defendiéndose frenéticamente.
Gunn le dio a su hermano pequeño una pequeña sonrisa mientras lo arrastraban fuera de la habitación. Poco después de atravesar la puerta, escucharon un fuerte disparo.
* * *
Marzo 2017
Tres meses después del brote de zombis.
Tres meses antes de que Yohan se uniera al campamento de Gunn
Yohan examinó el área que se encontraba alrededor de su primer refugio desde la azotea. Sostenía una paloma atravesada por una flecha. Seguía sangrando.
Lanzó la paloma hacia donde se encontraba la mayor concentración de zombis.
Desde lejos, los zombis se acercaron y se unieron a la creciente multitud cerca de su refugio. Esto era exactamente lo que él quería. Tener zombis reunidos cerca del refugio era una bendición, ya que disuadiría a los intrusos. A menos que apareciera un valiente y tuviera habilidades serias, no podrán atravesar esa cantidad de zombis y saquear su refugio.
Había establecido una tirolesa entre dos tejados. Tiró del cable un par de veces y, a pesar de que ya lo había usado unas cuantas veces, hizo doble verificación para asegurarse de que todavía era resistente. La tirolesa era la única forma segura de entrar al refugio desde el exterior.
Incluso si alguien lograra atravesar a todos esos zombis y entrar al edificio, había trampas instaladas cerca de la entrada y en las ventanas de la planta baja, que evitarían que siguiera avanzando. Había agujas incrustadas en ventanas, las manillas de las puertas y en los escalones. Estaban cubiertas de sangre de zombi.
Si alguien lograra entrar al edificio, probablemente sucumbiría a la infección. A pesar de que él fue quien instaló las trampas, Yohan esperaba que nunca fueran necesarias.
‘Bueno, de todos modos, ¿quién arriesgaría su vida para entrar en un lugar de aspecto común? No es como si fuera un centro comercial o un colmado.’
Yohan dirigió sus pensamientos hacia un tema más importante: obtener un arma.
Ya había preparado algunas armas para luchar contra los zombis, pero necesitaba un arma por una razón diferente. Si bien eran útiles contra los zombis, las armas que tenía más probabilidades de encontrar, en una armería o en una estación de policía, serían pistolas o escopetas. Pero eran engorrosas de recargar.
Cuando tenías que encargarte de un gran grupo de zombis, no eran el arma ideal. Además, hacían mucho ruido, lo cual era un gran problema.
Por eso había dedicado tanto esfuerzo para conseguir una ballesta.
El arma apenas emitía un sonido y las saetas eran fáciles de fabricar y usar. Sin embargo, una gran batalla era una historia diferente. El lado que poseía más armas, generalmente tenía más poder y recursos. Además, las armas se correlacionaron directamente con la protección de vidas y se reconocieron como un símbolo de poder.
Para Yohan, el oponente más peligroso era un humano con una pistola. Era una herramienta utilizada para matar a otros humanos.
Con esa idea en la cabeza, tuvo que decidir cuándo arriesgarse para buscar un arma. Había una gran franquicia de armas de fuego y una estación de policía cerca del ayuntamiento de Bucheon. Sin embargo, si se arriesgaba demasiado temprano, el lugar estaría lleno de supervivientes y muertos vivientes. Sería demasiado caótico y era muy probable que se viera enredado con ellos.
Por otro lado, si salía demasiado tarde, alguien más saquearía los edificios y, aunque podría encontrar un arma, no tendría munición.
Yohan había decidido que tres meses era el momento ideal, por lo que se metió en su refugió hasta que llegara el momento. Mientras se alejaba de la tirolesa, sus pasos se sentían pesados. El futuro parecía abrumador. Había un límite a la cantidad de armas que podía adquirir y transportarlas tampoco sería fácil.
Cuando se echó la bolsa de lona sobre el hombro, dejó escapar un suspiro. Sabía que esta sería una misión complicada.
* * *
Yohan cruzó la frontera que lo llevaba hacia la región montañosa de Wonmisan. Su bolsa de lona era ligera, pero también era grande y a menudo se interponía en su camino. Llegar a su destino iba a ser fácil, pero regresar sería engorroso, ya que tendría que llevar una bolsa llena de armas y municiones hacia la cordillera.
Como las carreteras estaban llenas de zombis, decidió tomar rutas menos concurridas. Si bien esto le llevó más tiempo, no se encontró con nadie en el camino. Solo tenía que encargarse de unos pocos zombis.
Yohan se sentó en una roca cerca de la frontera y masticó un poco de carne seca. Si se lo tomaba con calma, le tomaría aproximadamente cuatro días completar el viaje de ida y vuelta. Esta era la cantidad de tiempo que se dio para asegurarse las armas.
Yohan escuchó un gruñido a su espalda, pero en lugar de darse la vuelta, simplemente sacó un puñal y acuchilló hacia atrás. Sintió una sensación familiar mientras el gruñido se desvanecía.
Cuando terminó, sacó un mapa y volvió a comprobar su ubicación.
La armería de Gyeonggi... La estación de policía de Bucheon... Le tomaría alrededor de 20 o 30 minutos a pie ir de una a otra. La armería era su primera opción y la estación de policía era el plan de reserva. Era una elección obvia, ya que, con toda seguridad, la estación de policía estaría repleta de supervivientes o zombis.
Después de caminar durante unos minutos, Yohan pasó de una intersección en forma de cruz a una intersección en forma de T. Después de dar unos pasos más, se detuvo y miró a su alrededor. No había zombis.
En un instante, salió corriendo de la calle y desapareció.
Las personas que observaban su progreso desde los tejados quedaron impactadas. Unas palabras surgieron de su transmisor portátil.
“Aquí Arcoíris. Perdida visual del objetivo. Corto.” – dijo Chatter.
Una figura encapuchada, con un rifle de francotirador, había estado siguiendo a Yohan desde lo alto de una biblioteca. La figura se levantó rápidamente y miró hacia abajo desde el edificio, pero no pudo ver a su presa en ningún lado. El francotirador parecía decepcionado.
“Una ballesta y una bolsa de lona. Parecía que sería un buen objetivo para asaltar, pero se escondió como una rata.”
La figura volvió al puesto de observación. De repente, el francotirador sintió algo frío y afilado presionando contra su cabeza.
“Tranquilo. Si te mueves, aunque sea un poco, dispararé.”
“......”
“Te voy a dar tres segundos para cada una de las siguientes acciones. Primero, baja tu arma y avanza dos pasos.”
El francotirador no dudó. A pesar de que la persona que daba las órdenes estaba a su espalda, había una intención dominante de matar que era casi palpable. La figura retrocedió dos pasos.
“Ahora ponte de rodillas, entrelaza los dedos y coloca las manos sobre la cabeza.”
Mientras la figura seguía sus instrucciones, Yohan metió el arma en su bolsa de lona y agarró el transmisor portátil.
“¿Cómo sabías que estábamos aquí?”
“Baja la voz.” – gruñó Yohan. La figura obedeció y bajó la voz.
“¿Cómo lo supiste?”
“Es una calle grande, pero no había zombis.”
“¿Me estás diciendo que nos descubriste solo por eso? ¿Cómo sabías que estaba en la cima de la biblioteca?”
“El hecho de que no hubiera ni un solo zombi en una calle tan grande significaba que alguien estaba vigilando el área. Eché un vistazo a algunos zombis muertos y noté que recibieron disparos de precisión en la cabeza. Además, este es el edificio más alto de la zona.”
“Impresionante.” – dijo el francotirador. Yohan sacó sedal de pesca de su zapato y comenzó a atar las manos y los pies del francotirador.
“Oh, asqueroso, ¿siempre tienes cosas así en tus zapatos?”
“No tengo pie de atleta, así que no te preocupes.”
“Uf, eso es un alivio.”
“¿Cuántos sois?”
“No delato a mis amigos.” – contestó el tipo mientras miraba a Yohan con una sonrisa.
“¿Ah sí?”
Yohan no se molestó en volver a preguntar. Buscó en el cuerpo del francotirador y tomó todo lo que era útil.
“Voy a encontrarte y matarte.” – dijo el tipo encapuchado justo cuando Yohan comenzó a irse. Este se detuvo por un momento y luego se dio la vuelta.
“Ya veo. Entonces debería matar a una persona peligrosa, para que no me maten en el futuro.”
“Es… ¡Espera! ¡Solo estaba bromeando!”
El francotirador trató de recuperar sus palabras, pero la ballesta ya estaba apuntando a su frente.
“Lo siento. Simplemente no soy del tipo de persona que deja problemas por ahí.” – dijo mientras descargaba la saeta de la ballesta. Voló y atravesó la frente del francotirador. La capucha de la figura se cayó hacia atrás y reveló el rostro de una mujer. Yohan se dio la vuelta, una vez más, para irse, no le preocupaba en absoluto lo que acababa de descubrir.
Miró su nueva arma, revisó su etiqueta y se alejó. Parecía que la armería ya había sido saqueada y los que lo hicieron se encontraban cerca.
Tenía que tomar una decisión. Cazar a todos los saqueadores y tomar sus armas, o cambiar de dirección e ir a la estación de policía.
No le llevó mucho tiempo tomar una decisión.