1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 15
Primer campamento - Centro comercial central X
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Mientras Yohan y los voluntarios estaban limpiando zombis en los pisos superiores, tres figuras estaban en frente de la puerta del almacén de alimentos. Intentaron abrir la puerta varias veces, pero estaba bien cerrada. Las figuras susurraron entre ellos y uno, que portaba un martillo, se colocó para golpear el pomo de la puerta. Los tres intercambiaron una mirada y asintieron con la cabeza.
“Detente.”
La voz de Hyuk los interrumpió justo antes de que golpearan la manilla de la puerta. Los tres se giraron para mirarlo y se burlaron de él.
“¿Qué? ¿También nos vas a mandar?”
“Deberías ir a cuidar a tu hermano.”
“Si lo dejas ahora, no se lo diré a nadie.” – dijo Hyuk.
“¿No tienes orgullo?”
Hyuk frunció el ceño. Honestamente, no necesitaba escuchar eso de estos desgraciados. Al verlo sumido en sus pensamientos, los tres continuaron.
“Honestamente, ¿de quién es la culpa de que tu hermano haya resultado herido? Es de ese bastardo, cómo se llama, Yohan, quien lo hizo.”
“Él tiene razón. Gunn podría haber estado perfectamente si Yohan no los hubiera llevado a todos a una zona llena de zombis. ¿Por qué lo estás siguiendo? ¿No tienes orgullo?”
Hyuk pudo ver destellos de locura en sus ojos. No tenía sentido razonar con ellos. Aunque lograsen abrir la puerta y robar los suministros, carecían de la capacidad de sobrevivir si abandonaban el campamento y no podrían resistir la ira de Yohan cuando regresara. Todo lo que tenían era un plan miope motivado por el hambre.
Solo estaba siendo misericordioso al darles una salida.
“Por favor, váyanse mientras estoy siendo amable.” – repitió Hyuk.
Aunque tenían una ventaja de tres contra uno a su favor, no parecían muy convencidos de poder luchar contra Hyuk. Al mismo tiempo, no retrocedieron. Solo se quedaron allí.
Volviéndose impaciente, sacó un cuchillo de cocina de la cintura.
“Tú…”
“Si no van a pelear, no me hagan malgastar mi tiempo.”
“T… ¡Tú!”
Si el trío tuviera alguna inclinación a pelear, no estarían parados allí sin hacer nada. Al final, los tres se alejaron lentamente. Hyuk los vio irse con una expresión oscura en su rostro. Sus comentarios anteriores aún permanecían en su mente.
*.*.*
Los miembros del campamento que no participaron en la pelea subieron a la planta principal después de recibir la noticia de que todos los zombis de esa zona habían desaparecido. Se encontraron con un infierno tan pútrido que algunas personas comenzaron a vomitar.
“Limpia el desastre que hiciste.” – comentó Yohan en voz baja.
“¿Cómo puedes decir eso?”
“¿Qué? No vamos a tener un grupo de limpieza para zombis y otro para vómitos. Al menos ve y asegúrate de que la chica esté bien.” – dijo Yohan, señalando a una estudiante que todavía estaba vomitando.
Saeri se acercó y le dio unas palmaditas en la espalda.
“Jung Hwan, lleva a Ki Moon y algunas personas más al muelle de carga y agarra una carretilla y un Rolltainer.”
“¿Rolltainer?”
“Ya sabes, un contenedor con ruedas. Es cuadrado y alto. Pongan las cajas de fideos encima.
“Oh, ¿te refieres a un carro rodante? Vale.”
“Bien, todos. Vamos a cargar a los zombis en esos carros y quemarlos en la azotea. Antes de tocarlos, asegúrense de que estén completamente muertos.”
Mientras Yohan gritaba sus instrucciones, Hyuk apareció con tres hombres a sus espaldas. Con un poco de insistencia de Hyuk, los tres comenzaron a ayudar, pero tenían expresiones malhumoradas en sus caras. Yohan supuso que hubo algún conflicto entre ellos antes.
“¿Cómo está Gunn?” – dijo acercándose a Hyuk.
“Sigue igual.”
“Ya veo. Siento escucharlo. ¿Cómo estás?”
“No estoy seguro.”
“Cuida la mente e intenta mantener la cabeza despejada en todo momento.” – añadió Yohan, dándole un par de palmaditas en la espada.
Hyuk no dijo nada hasta que Yohan se dio la vuelta para irse.
“Yohan.” – susurró Hyuk. Yohan se dio la vuelta una vez más. – “No te culpo.”
Los ojos de Hyuk y Yohan se encontraron.
“¿Hay algo que te moleste?” – preguntó Yohan tras reflexionar por un momento, pero luego asintió con la cabeza. – “Si necesitas culpar a alguien, puedes culparme a mí.”
“......”
“Gunn morirá o tendrá que vivir con un solo brazo. Ningún escenario es ideal y siempre me sentiré culpable por eso.”
“......”
“¿Te acuerdas de las personas de tu grupo con las que saliste de excursión y murieron? ¿Cómo se llamaban? Oh, sí, Sung Hyun, Sae Hwa y... No puedo recordar el nombre del último. De todos modos, el recuerdo de ellos te está persiguiendo, ¿verdad? Como una pesadilla. Siguen apareciendo en tus sueños, una y otra vez.”
“Cómo sabes…”
“Solo empeorará. No eres el tipo de persona que olvida a los demás fácilmente. Esa es tu carga.” – dijo Yohan, dándole otra palmadita en el hombro. – “Cuando estés listo para asumir la responsabilidad y soportar esa carga... Es cuando estás listo para liderar a las personas en este mundo desordenado.”
Cada persona era responsable de sus propias acciones y decisiones. Eso era aún más cierto para los que se presentaban voluntarios. Daba igual que fueran persuadidos a regañadientes o forzados a participar. Una vez que alguien decide hacer algo, no puede culpar a otra persona por las consecuencias de su decisión o actos.
Aun así, era imposible sacudirse la culpa que llegaba con la muerte de un compañero, ya fuera porque no pudo protegerlos o porque sus decisiones llevaron a su muerte.
Había visto como la culpa se acumulaba en el interior de la gente y como terminaban rompiéndose bajo su peso. Sin embargo, Yohan había acumulado tolerancia contra eso.
En la línea de tiempo anterior ya había experimentado la culpa de toda una vida y no dejó que le afectara. Mientras se alejaba, Hyuk miraba su espalda con una expresión en blanco en el rostro.
Yohan observó cómo los supervivientes del campamento llenaban los carros con los cadáveres, asegurándose de que nadie se fuera. Una vez que estuvieron llenos, dio instrucciones para comenzar a moverlos.
La escena de las personas empujando los carros, le hizo recordar a los empleados del centro comercial preparándose para una gran inauguración. Sin embargo, había un elemento de morbosidad dado que los carros estaban llenos de cadáveres y la sangre goteaba de las jaulas de metal.
La gente que empujaba los carros se detuvieron cuando llegaron al muelle de carga. Todavía había bastantes suministros y, como la nieve fresca, todavía no los había tocado nadie. Los suministros estaban cubiertos con una envoltura de plástico transparente, haciendo que todo se viera radiante al reflejar la luz del sol.
“Aunque la mitad de todas estas cosas haya caducado y tendremos que tirarlo, debería haber suficiente comida para al menos unos tres meses.” – comentó Yohan.
Todos los supervivientes del campamento lo miraron esperanzados. De repente, empujar estos carros llenos de cadáveres no parecía tan malo. El hecho de que los zombis fueran eliminados y se obtuvieran nuevos suministros hizo que el futuro pareciera más brillante. Ahora tenían esperanza de poder vivir más tiempo.
“Oh, hay cerveza. Supongo que vamos a tener una fiesta.”
“Me hubiera gustado tener algo de pollo frito para acompañarlo... Pero Yohan, ¿cómo vamos a mover esto...”
“Jung Hwan, ¿ves el marco de madera en la parte inferior?” – dijo Yohan, señalando la base de las cajas.
“Sí.”
“Eso es un palé. Y ese dispositivo naranja que ves allí es una carretilla elevadora. Lo insertas dentro del palé y mueves varias veces la palanca, se levanta y puedes mover todo el paquete. Sin embargo, el problema es que no tenemos un buen sitio para almacenarlo todo. Una vez que regresemos al campamento, necesitamos preparar un almacén más grande.”
“Vale.”
Todos seguían mirando los suministros con una mirada perpleja en sus rostros cuando Yohan comenzó a seguir adelante.
“Los suministros no se escaparán, así que dejémoslo por ahora.”
El grupo abandonó el muelle de carga y subió dos pisos hasta el parque de la azotea. En el camino, el grupo encontró solo dos zombis, pero fueron despachados con facilidad.
“¡Guau!”
Los supervivientes del campamento gritaron de emoción.
El sol brillante era cegador, pero la brisa del comienzo del verano era cálida y se sentía agradable contra sus caras. Habían pasado seis meses desde que alguno de ellos había abandonado los pisos subterráneos y ahora, todos respiraron profundamente, como si estuvieran disfrutando del aire fresco en la cima de una montaña.
El aire probablemente no estaba tan limpio, pero Yohan decidió dejarlos tener un momento de descanso. Sin automóviles que generasen contaminación, la calidad del aire era mucho mejor que hace seis meses.
La gente se reunió junto a las rejas y miró hacia afuera. Incluso los voluntarios, que habían estado luchando junto a él con intensa ferocidad hace unas horas, se relajaron junto a las rejas.
Yohan fue la única persona que todavía estaba tenso. El paisaje urbano gris ante ellos estaba desolado. El humo negro salía de varias partes de la ciudad y solo se podía ver a los muertos vivientes caminando por las calles.
La ciudad apestaba a muerte. También estaba en silencio, prueba de que se había convertido en un pueblo fantasma. Parecía que cualquier sonido que hicieran en la azotea resonaría sin cesar por toda la ciudad, así que todos los supervivientes del campamento permanecieron en silencio.
Mientras todos estaban perdidos en sus pensamientos, mirando el paisaje urbano de un mundo en ruinas, Yohan estaba concentrado en un solo lugar: El Hospital Universitario S.
Necesitaban algún médico o enfermera. Si aún no fuera demasiado tarde, conseguirlo podría salvar a Gunn.
‘Incluso si no hay ningún profesional médico, si al menos pudiéramos encontrar algún medicamento... O bolsas de transfusión de sangre, ayudarían mucho a Gunn.’
“Y pensar que había tantos zombis…” – dijo Jung Hwan, sintiéndose perdido al ver las multitudes interminables de zombis.
“Hicimos mucho ruido, así que los zombis cercanos comenzaron a reunirse alrededor del centro comercial. Se irán con el paso del tiempo.”
“Supongo que realmente es el apocalipsis.”
“El mundo como lo conocíamos ha desaparecido, pero no es el fin de la humanidad.”
“Creo que la raza humana ya está acabada.” – comentó Saeri, en desacuerdo con Yohan.
“Hay muchos supervivientes como nosotros. Más de lo que piensas. Las grandes ciudades son peligrosas porque hay muchos zombis, pero en lugares remotos, puede haber personas que aún no hayan visto un zombi.”
Justo en ese momento, como si lo hubieran ensayado, escucharon disparos a lo lejos en dirección a Bupyeong. Yohan se encogió de hombros ante la coincidencia.
“¿Ves? Todavía existen bases militares. De todos modos, volvamos al trabajo. Apilen los cadáveres.”
Yohan agarró la gasolina que le proporcionó Sung Bae y se aseguró de que el área alrededor de montículo de cuerpos estuviera libre de materiales inflamables, antes de comenzar a verterla sobre los cadáveres. Una vez que prendió fuego, surgieron llamas y un olor desagradable.
“¿Tenemos que quemarlos así?” – dijo Saeri, tapándose la nariz.
“En verano es fácil que se propague una enfermedad infecciosa si dejamos que los cadáveres se pudran. Quemarlos es la forma más efectiva de deshacerse de ellos.”
“Pero hace demasiado humo.”
“Por supuesto.”
“¿Qué hacemos si la gente se da cuenta?”
“Bueno, si alguien puede pasar por todos esos zombis que hay alrededor del centro comercial y entrar al campamento, seguramente será útil tenerlos cerca.”
“¿Qué pasa si vienen con malas intenciones?”
“Entonces los matamos.” – respondió Yohan, como si fuera la cosa más obvia del mundo. Después de eso, Saeri mantuvo la boca cerrada.
Los cadáveres tardaron mucho en quemarse, pero los supervivientes del campamento parecían bastante animados. Un solo día de duro de trabajo fue más interesante que soportar los aburridos seis meses anteriores. La esperanza se hacía más fuerte y se reflejaba en sus ojos mientras miraban las llamas.
“Todavía tenemos que hacer tres viajes más, así que tomen los carritos y apúrense. Jung Hwan, quédate aquí y vigila el fuego. Ten cuidado y deja que se queme lentamente. Si agregas demasiado combustible, se hará demasiado grande y se extenderá.”
“Vale. ¿Qué vas a hacer?”
“Voy a comprobar eso muy rápido.” – respondió Yohan, señalando el tanque de agua. Ya no proporcionaba agua, pero todavía quería examinarlo por si acaso.
En realidad, había dos tanques de agua. Los examinó a ambos y luego, se volvió a mirar a los supervivientes del campamento.
“Este campamento es realmente afortunado.” – dijo con una sonrisa.
Todavía había agua en uno de los tanques.