1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 11
Primer campamento - Centro comercial central VI
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
“Saeri, Min Seo, Anciano Park. Por favor, cuiden la puerta. Si creen que los zombis van a romper el cristal y entrar, salgan y luchen contra ellos. Byung, Jung sujetad a Gunn.
“Mm… ¿Mmph?”
“Muerde la tela. No puedo garantizar que sobrevivas a esto, pero es mejor que simplemente dejarte morir por el virus.” – dijo Yohan desenvainando el puñal que llevaba en la correa del muslo. No era la mejor herramienta para cortar huesos.
Hubiera preferido usar un cuchillo de acero normal o uno de carnicero. Sin embargo, no tenía otra opción, este era el único cuchillo limpio que le quedaba. Todos los demás estaban manchados con sangre de zombi.
Yohan sacó un encendedor y usó la llama para desinfectar el cuchillo. Mientras estaba trabajando, pudo ver cómo le temblaban las manos. Estaba en una carrera contra el reloj.
“Hyuk, deja de llorar. Ve a la esquina y mete tu puño en la boca o algo así. Estás en medio.” – dijo Yohan. Había tratado de ignorar los gritos agonizantes y desesperados de Hyuk, pero era muy molesto.
Ató una cuerda alrededor del bíceps de Gunn y luego, inspeccionó su brazo.
Le costó mucho averiguar dónde cortar ya que no sabía hasta qué punto el virus ya se había propagado. Quería cortarle todo el brazo solo para estar seguro, pero para evitar la pérdida rápida de sangre, al menos, tenía que mantener el codo. Al final, se decidió a cortar aproximadamente a la distancia de una mano por debajo del codo.
‘Idiota. Vine aquí por tu culpa. ¿Qué voy a hacer si mueres? ¿Cómo puedes bajar la guardia de esa manera? No te mueras ante mí. Si lo haces, abandonaré a tu hermano y a los demás. ’
Los pensamientos pragmáticos de Yohan ayudaron a calmar su corazón acelerado. Apretó y abrió su puño varias veces, para aliviar más el nerviosismo que sentía. Lo había hecho varias veces, pero nunca fue fácil.
Yohan deseaba tener un poco de anestesia en este momento.
‘No seas blando con él. Podría causar más daño a largo plazo.’ – se recordó Yohan.
Tenía que cortarlo todo, incluso el hueso de un solo golpe. Si necesitaba dar otro, Gunn podría morir por la conmoción y el virus sería el último de sus problemas.
Yohan levantó la mano en el aire.
Los dos voluntarios que sostenían a Gunn cerraron los ojos. Con un fuerte chasquido, la hoja brillante reflejó la luz en el aire mientras bajaba la mano. El puñal atravesó el brazo de Gunn y golpeó el suelo al otro lado.
“¡Mmmmm!”
El cuerpo de Gunn se movió violentamente mientras dejaba escapar un grito ahogado. La fresca sangre carmesí salpicó la cara de Yohan. Se maravilló de su propia habilidad, la amputación fue limpia.
Todos observaron con una mezcla de conmoción y miedo. La expresión de Hyuk se convulsionó de dolor, como si fuera su brazo el que acababa de ser cortado. Un silencio incomodo permaneció en el aire. Gunn se había desmayado. Yohan rápidamente envolvió la extremidad amputada con un poco de tela y colocó el muñón sobre el corazón de Gunn.
“Con esto… ¿Vivirá?” – preguntó Jung Hwan.
“Si tiene suerte” – respondió Yohan en voz baja. Jung Hwan y Byung Jin parecían estar al borde de las lágrimas. – “Podría morir si el virus ya se extendió más allá del brazo. Incluso si eso no sucede, podría morir por la conmoción por la amputación. Y si sobrevive, podría morir por la pérdida excesiva de sangre. Nueve de cada diez veces, la persona muere.”
El silencio volvió a descender. Nueve de cada diez. Las probabilidades no estaban a su favor.
Sin embargo, el mayor problema no fue la conmoción, la pérdida de sangre o una posible infección común. Muchos supervivientes creían que, mientras no fueran arañados o mordidos por un zombi, no se convertirían en uno. Sin embargo, eso estaba mal.
Si era necesario morder o rascarse para propagar la enfermedad, ¿de dónde vino la primera infección? Yohan estaba convencido de que había una forma más insidiosa de infectarse. Por eso, para aumentar sus posibilidades de supervivencia, se le ocurrió una segunda regla de oro.
Siempre desinfectar y vendar las lesiones.
El virus zombi estaba en el aire y podía ingresar al cuerpo a través de heridas abiertas. Aunque no fueras mordido o arañado por un zombi, si dejabas una herida abierta expuesta durante mucho tiempo, existe el peligro de poder contraer el virus a través de la ‘exposición atmosférica’.
Este hecho aterrador significaba que la probabilidad de convertirse en un infectado aumentaba solo por tener una lesión. Incluso el corte más pequeño podría ser una amenaza si no se trataba de forma adecuada. Cada vez que Yohan encontraba una herida, la desinfectaba con alcohol y la vendaba.
Por supuesto, había personas que lograron sobrevivir a pesar de tener grandes lesiones con riesgo de infección y, aunque algunas personas siempre esperaban lo mejor, hubo casos de campamentos enteros que se disolvieron o terminaron desgarrándose debido a esa esperanza.
Pensar de esa manera, podría llevar a una persona en transformarse en un no muerto y atacar a sus amigos o familiares. Al mismo tiempo, había gente que se volvía demasiado desconfiado y terminaba matando solo por ver a alguien con una lesión grave.
Era difícil determinar las posibilidades exactas de contraer una infección por una exposición atmosférica. Si Yohan tuviera que adivinar, probablemente diría que una de cada diez. Si diez personas tuvieran alguna lesión no relacionada con un zombi, una de ellas se infectaría y terminaría transformándose.
El diez por ciento.
Ese porcentaje de riesgo era suficiente para sembrar la incertidumbre y generar ansiedad. Esta era la verdadera razón por la cual pelear con otros humanos era peligroso. Sin duda, cualquier pelea importante daría lugar a múltiples lesiones en todos los involucrados.
Si la lucha continuara por mucho tiempo, ambas partes verían a cada vez más miembros infectarse y terminaría en una guerra sin vencedor.
‘Si mueres aquí, entonces es tu destino. O tal vez, tu destino se intercambió con el de Hyuk cuando lo salvé.’ – pensó Yohan, mientras miraba a Gunn.
“Yohan… No para de sangrar. ¿Deberíamos cauterizarlo con fuego?”
“¿Realmente quieres matarlo? Aplica presión sobre él y, cuando despierte, dale de comer.” – dijo Yohan mientras le entregaba algunos antibióticos.
“¿Cuántos le doy?”
“No lo sé. No soy médico. Dale hasta que vomite. Anciano Park, ¿hay médicos o enfermeras entre los supervivientes?”
“No que yo sepa.”
“¿Hay alguna enfermería?”
“Está la zona de atención al cliente.” – intervino Saeri, mientras el anciano Park estaba pensando.
“Bueno. Vámonos. Hyuk, lleva a tu hermano sobre la espalda.”
Temían que hacer una transfusión de sangre y desinfectar aún más la herida. Adquirir algún tipo de coagulante sanguíneo también era de vital importancia en este momento.
“Primero volveremos al campamento. Min Seo, sigue aplicando presión sobre el brazo de Gunn. Iré delante. Hyuk y Min se quedan cerca de mí. Saeri a la derecha y el anciano Park a la izquierda. Jung y Byung vigilarán nuestra espalda. No se queden atrás.”
“Entendido.” – respondió el grupo con sumisión.
Yohan abrió la puerta en silencio y derribó al zombi más cercano, el resto lo siguieron de cerca. Después de experimentar el infierno que fue la misión para bloquear las puertas, el viaje de regreso fue relativamente fácil. La disminución del número de zombis realmente ayudó.
Poco después, el grupo llegó a la puerta de emergencia que conducía al campamento. Yohan giró la manilla de la puerta y escuchó un clic, pero la puerta no se movió. Estaba bloqueada.
“Está cerrada.” – dijo.
“¿Qué?” – respondió Hyuk, desconcertado.
Yohan llamó a la puerta, pero no se escuchó nada desde el otro lado. Pudo haber aparecido un zombi en el campamento, pero Yohan puso su oído en la puerta y escuchó algunas voces apagadas.
“Alguien cerró la puerta desde dentro.” – dijo.
“¿Qué? ¡Esos locos bastardos! ¡Abran la puerta!” – gritó Hyuk, con la voz llena de ira. – “¿Qué creen que están haciendo? ¡Abran la puerta bastardos!”
“Cálmate, todavía llevas a Gunn.” – dijo Yohan, moviendo a Hyuk a un lado. – “Escuchen todos, si no abren la puerta, la romperemos.”
Después de unos instantes, se escuchó la voz de un hombre a través de la puerta.
“¿Hay algún infectado o zombi cerca?”
“¡Date prisa y abre la puerta!” – exigió Hyuk.
“No hay zombis cerca. Por favor, abre la puerta.” – dijo Yohan, siendo educado. Pero la puerta seguía sin abrirse.
A medida que pasaba el tiempo, podía sentir como su ira iba aumentando. Por el bien de Gunn no podían quedarse quietos.
“Voy a contar hasta tres. Si no abren la puerta, la romperé y luego tendrán que lidiar con las consecuencias. No perdonaré esto.” – añadió Yohan. – “Uno.”
Después de una pausa, la puerta se abrió con un crujido.
El hombre detrás de la puerta miró tímidamente al grupo, mientras el resto de supervivientes del campamento parecían horrorizados cuando vieron la condición de los voluntarios. Era comprensible, ya que todo el grupo estaba cubierto de sangre. El hedor de la muerte era tan fuerte que algunas personas tuvieron que taparse la nariz.
Byung Jin fue el último en entrar y cerró la puerta de golpe, con fuerza.
Yohan miró al hombre que abrió la puerta. Probablemente fue la misma persona que la cerró en primer lugar. Hyuk lo fulminó con la mirada como si fuera a atacar al hombre en cualquier momento, pero Yohan levantó una mano para detenerlo. En este momento, dar primeros auxilios a Gunn era la máxima prioridad.
Hyuk escupió en el suelo y siguió a Saeri a la zona de atención al cliente.
“¿Fuiste tú quien cerró la puerta?” – preguntó Yohan. El hombre no respondió. – “Lo tomaré con un sí.”
Las palabras de Yohan parecieron haber provocado a Byung Jin. El marido de Min Seo saltó al frente y golpeó al hombre en la cara, haciéndolo caer.
“Yo... no tuve otra opción.”
“Si hubiera zombis detrás de nosotros, ¡podríamos haber muerto por tu culpa!” – gritó Byung.
“Déjalo pasar. Si ese fuera el escenario, entonces bloquearnos era la manera correcta de actuar.”
“¿Qué…?” – añadió Byung, frunciendo el ceño. Estaba sorprendido de que Yohan estuviera de acuerdo con ese hombre.
“No hay nadie aquí que pueda luchar y los zombis están por todas partes detrás de la puerta. Si algún infectado entra aquí, la situación se habría salido de control. Cerrar la puerta con llave y comprobar si todo es correcto antes de abrir es una decisión inteligente.” – dijo Yohan, mientras se acercaba al hombre, que estaba masajeando su hematoma. – “Continúa vigilando la puerta de ahora en adelante.”
Habló lo suficientemente alto como para que todos lo oyeran. Luego se arrodilló junto al hombre y lo miró directamente a los ojos, mientras le agarraba del pelo para poder llevar su cabeza hacia un lado y poder acercar la boca a su oreja.
“Personalmente creo que mereces una paliza. Pero por el bien de todos, tus acciones merecen un elogio. ¿Cuál es tu nombre?” – susurró Yohan.
“Se… Seo Jun.”
“Lo recordaré. Y tú lo debes recordar para la próxima vez. Si escuchas mi voz, abre la puerta de inmediato. Si te demoras otra vez…” – la voz de Yohan bajó a un gruñido. – “Te destrozaré y te daré a comer a los zombis.”
Yohan soltó el cabello de Seo Jun.
El hombre se hundió como si hubiera perdido toda la fuerza en sus piernas, mientras Yohan se volvió y se dirigió a la sala de primeros auxilios.
Lamentablemente, la sala no tenía ningún equipo médico.
Había un botiquín básico de primeros auxilios, como el que puedes comprar en cualquier supermercado. Afortunadamente, había alcohol para desinfectar la herida.
Yohan agarró la botella y estaba a punto de verterla sobre el brazo de Gunn cuando Park agarró su mano para detenerlo.
El anciano rebuscó en los armarios hasta encontrar algodón antiséptico. Aplicó un poco de alcohol al algodón y lo usó para desinfectar la herida creada por la amputación.
“Eres hábil.”
“He aprendido muchas cosas con el paso de los años. Ahora, dado que Gunn todavía no se ha despertado, creo que es mejor forzarlo a comer algunos antibióticos. ¿Puedes abrir algunas cápsulas?”
“Está bien.” – dijo Yohan, vertiendo un puñado de píldoras.
“Creo que seis son suficientes.” – dijo Park, con una sonrisa a su lado.
Avergonzado, volvió a poner algunas pastillas en el bote. Había vivido en el infierno durante tres años, pero los primeros auxilios siempre los realizaba el médico de su grupo. Solo aprendió mirando desde lejos.
Había acumulado algunos libros de medicina en el refugio de su casa, pero no le sirvieron de nada.
Terminaron de desinfectar el brazo de Gunn.
Deseaba tener coagulante de sangre y una bolsa de transfusión, pero era poco probable que fueran capaces de asaltar un hospital con éxito con las personas que tenían en ese momento. Por ahora, tuvieron que dejarlo a la suerte. Yohan tomó el brazo bueno de Gunn y lo ató al marco de la cama con una brida.
“Park, no te quedes demasiado cerca.” – advirtió Yohan, mientras le entregaba a Hyuk un cuchillo. – “Si tu hermano se convierte en un zombi, acaba con él.”
“……”
“Gunn lo hubiera querido así.”
Hyuk no respondió, pero Yohan se levantó y salió de la habitación. Tenía algo más que hacer. Tenía que disciplinar a los que eran desobedientes.
“Byung Jin, Jung Hwan. Síganme.”
El dúo siguió las órdenes obedientemente, se habían acostumbrado a seguir sus órdenes sin quejarse.
Yohan buscó una habitación segura para sus propósitos. Caminó hasta que encontró una habitación que parecía ser la sala de descanso de las empleadas.
Ya había tres mujeres ocupando la habitación, acostadas en esquinas opuestas, que fruncieron el ceño y se quejaron cuando lo vieron entrar en la habitación.
“Qué diablos…”
“Largo.”
“¿Qué?”
“Dije largo.”
Las tres mujeres fruncieron el ceño un poco más, pero después de mirar las armas atadas a su cintura, salieron de la habitación refunfuñando.
Rebuscó por la habitación hasta encontrar la llave de la puerta, que estaba encima de un armario. Con la llave en el bolsillo, tenía todo lo que necesitaba para lo que tenía planeado.
“¿Yohan?” – preguntó Jung Hwan, mirándolo desde atrás.
“Ambos, comiencen a mover todos los alimentos y suministros aquí.”
“¿Qué quieres decir?”
“Vamos a controlar los suministros. Nadie toca nada si mi permiso.”