Volumen 3 Capítulo 71
Terrorismo III
Traducido por Lord
Corregido por Tars
Editado por Tars
Corregido por Tars
Editado por Tars
‘Los Forasteros han comenzado a moverse en serio.’
Los Forasteros habían buscado acabar con los reyes de la Alianza de los Reinos Occidentales.
‘No puedo figurarme su nivel exacto de fuerza de combate.’
Como se mencionó en la reunión, los Forasteros siempre están escondidos y han ocultado de forma adecuada su poder.
“Nuestra prioridad es la protección de los reyes. Deberíamos irnos de aquí lo antes posible.”
Craaash
Lo que quedaba del palacio había comenzado a desmoronarse. Como si este hecho sirviera como detonante, una pelea estalló entre los dirigentes de la alianza.
“¿Esto es todo lo que puede hacer Prillecha para hacer cumplir el orden público? Como miembro de la Alianza de Reinos Occidentales, ¡¡Esta es una situación inaceptable!!”
El Reino de Divide era mucho más poderoso, como nación, que el reino de Prillecha.
“Esta es una experiencia desagradable, Prillecha. Ya no puedo confiar en las tropas que diriges. Voy a alejarme por mi cuenta con mis subordinados.”
El Rey de Prillecha no paraba de sudar.
“Por favor, discúlpeme, pero Majestad, no podemos garantizar su seguridad personal si se separa de nosotros.” – dijo Desir, metiéndose en la conversación.
“Tú eres…”
“Desir Arman.”
El rey Divide confirmó que era la persona que los había salvado a todos invirtiendo el hechizo de la trampa hace un momento y decidió al menos escuchar lo que tenía que decir.
“Si nos separamos ahora mismo, entonces el poder militar que tenemos en este momento también tendrá que separarse y, como resultado, puede darles a nuestros enemigos la ocasión perfecta para eliminarnos uno a uno.”
“Está bien entonces. ¿Tienes una idea mejor?”
“¿Tiene algún lugar seguro por aquí? Un lugar secreto que no sea fácil de encontrar.” – dijo Desir, mirando al Rey de Prillecha.
“Hay un refugio preparado para tiempos de guerra.” – respondió el monarca.
“Bien, iremos allí a esperar a que se resuelva la situación. Si es el Reino de Prillecha, seguro que puede defenderse contra esto.” – apeló Desir al Rey Divide, al oír la respuesta.
“¿Quieres decir que deberíamos confiar en estos tipos de nuevo?”
“Sí, Majestad.”
“Desafortunadamente, rechazo su sugerencia.” – declaró el Rey Divide.
Las cejas de Desir temblaron. Considerando lo que había hecho hasta ese momento, despertando la animosidad hacia Hebrion y sacrificando sin sentido a sus subordinados durante el duelo de magos, parecía ser bastante testarudo y temerario.
“¿Tiene otro plan?”
“Iremos a la puerta de teletransporte... Me dirijo de vuelta al reino de Divide.”
“Entonces el reino de Prillecha…”
“Estrictamente hablando, es un país extranjero para nosotros.” – contestó mientras se sacudía la suciedad de la ropa. – “Es una pena llamar a un país pequeño como éste miembro de la Alianza de los Reinos Occidentales. Ni siquiera pueden defenderse contra un ataque terrorta trivial.”
Fue una gran descortesía diplomática. Esto cambió notablemente el ambiente y los otros líderes de la Alianza de los Reinos Occidentales comenzaron a inquietarse.
“¿Cómo va la situación en la puerta de teletransporte?” – dijo el Rey Divide, volviéndose hacia el comandante de sus fuerzas.
“Los Forasteros la controlan, pero si mi rey lo ordena, nos enfrentaremos a ellos de inmediato.”
“De acuerdo. Dirige a tus tropas y habré un camino hasta la puerta. ¿Hay alguien que quiera unirse a nosotros?”
Nadie levantó la mano. Todos estaban dudando.
“¿Cómo se atreven? ¿No creen en la fuerza de mis caballeros?” – preguntó el Rey Divide expresando su enojo por el desprecio que acababa de recibir.
“No es que no podamos confiar en sus caballeros, rey Divide, pero el chico suena más creíble.” – dijo alguien, expresando sus preocupaciones.
Fue refutado de inmediato. Hasta ese momento, las cosas siempre giraban alrededor del Rey de Divide, pero ahora la atmósfera era muy diferente a la que se vio en la reunión del consejo.
“Entonces iré solo.” – dijo el Rey, dándose la vuelta sin más vacilación.
Se fue con sus tropas, mientras el resto decicía ir al refugio de Deltaheim, siguiendo el plan de Desir.
Cuando estaba diseñando esa estrategia, Desir se preocupó por los dos bandos involucrados. El ataque de los Forasteros no se limitó al palacio, sino que abarcó toda la ciudad. Si es así, es mejor mantenerse unidos.
‘Los Forasteros han atacado con todas sus fuerzas. No es algo que podamos contrarrestar como la última vez.’
En ese momento, Zod apareció ante ellos, teletransportándose.
“¿Acabó con el hombre de la máscara de Cuervo?” – preguntó Desir, interrogándolo de inmediato.
Pero Zod sacudió la cabeza y Desir se sorprendió. Le parecía increíble que fuera capaz de escapar. Ese enmascarado debía ser un mago con una fuerza inmensa.
A continuación, le explicó su plan a Zod y, cuando terminó, asintió, mostrándose de acuerdo con el plan.
“Hmm. ¿Dónde está tu grupo?” – dijo Zod. – “Supongo que no sabes dónde están. Déjame encargarme de esto. Es mejor que te vayas para asegurar su segurirad.”
Para Desir, era una sugerencia muy oportuna.
“¿Está bien que haga eso?”
“No puedes moverte de forma correcta si estás preocupado por otras cosas. Por ahora, hagamos lo que cada uno tiene que hacer.”
“Gracias, señor de la torre. Le deseo buena suerte en esta guerra.”
Dejando atrás a Zod, Desir empezó a volver sobre sus pasos.
Al mismo tiempo, conectó su brazalete de comunicación, un dispositivo mágico situado en su muñeca, para contactar con Romántica.
‘Espero que estén a salvo.’
* * *
Las cortinas estaban cerradas.
El aire del restaurante estaba lleno de miedo. Sin previo aviso, un grupo de personas irrumpió de repente en el restaurante portando máscaras. Habían reunido al personal y a los invitados y finalmente ocuparon el edificio sin que nadie mostrara resistencia.
“Si hacen algo sospechoso, serán decapitados.” – amenazó una persona que llevaba una mascará con la imagen de una calavera. Se parecía mucho al símbolo de los Forasteros.
Entre el grupo de gente atrapada, se encontraban Romántica, Pram y Ajest. En esta situacion, hubiera sido peligroso actuar de forma precipitada, así que si limitaron a cumplir con las órdenes de los Forasteros.
Los gritos llegaban a través de las grietas de la pared y se podía ver humo elevándose desde el centro de la ciudad. Era obvio que la ciudad había sufrido un ataque terrorista.
Como ciudadanos de uno de los reinos de la alianza, se sintieron avergonzados por la idea de que su capital había sido atacada por los Forasteros. Pero después de pensarlo un poco más, se dieron cuenta del momento del ataque y del por qué vinieron a Deltaheim.
El gran consejo.
No se les ocurrió ninguna otra razón para que corrieran el riesgo de realizar un ataque masivo contra la capital. Y el lugar donde se celebraba el consejo… Era el palacio. Comenzaron a sentirse incómodos cuando pensaron que Desir podría estar en peligro.
“Ey, ¡el de ahí! ¡Deja de moverte! Si te atreves a moverte, ¡Mataré a estos niños!”
Había cuatro Forasteros, y cada uno de ellos tenía un rehén. Tomaron a los niños para que los adultos no pudieran moverse. Continuaron controlando la situación en el exterior a través de un pequeño hueco en las cortinas, ya que las tropas de la capital se habían movilizado de inmediato para repeler y contrarrestar el ataque de sus compañeros.
Como corresponde a los soldados que custodian la capital del reino de Prillecha, un miembro de la Alianza de Reinos Occidentales, reaccionaron con rapidez. Pero parecía que los Forasteros sabían cómo actuaban, ya que se habían metido dentro de los edificios para llevar a cabo ataques de guerrilla.
“No creo que sean tan fuertes.” – susurró Romántica.
“No parece que sean muy diferentes de los que enfrentamos en la sucursal de la Torre de la Magia de Aeurelli." – añadió Pram.
“No puedo esperar más. No sé qué van a hacer estos tipos.” – dijo Romántica.
“Tenemos que someterlos a todos a la vez debido a los rehenes.” – sugirió Ajest.
“Lo sé.”
Romántica se concentró en ellos y los escaneó con su sensible detección de maná.
“Hay un mago entre ellos… Es el último por la izquierda. Tal vez de atributo viento. Y los otros…”
“El resto de ellos son caballeros. Dos son a nivel de peón y el del medio a nivel de caballero.” – dijo Ajest. También estaba evaluando el poder del enemigo.
“Sincronicemos nuestro tiempo y derrotemos al enemigo de un solo golpe. Romántica, decapita al caballero con un ataque mágico. Pram y yo nos encargaremos del resto.”
Al oír la orden de Ajest, Romántica decidió seguirla. Tenía que admitir que Ajest era competente.
La especialidad de Romántica era la magia sin palabras. Ni siquiera necesitaba un segundo para organizar y crear un conjuro de ataque del Segundo Círculo. Pero todavía estaba la cuestión del momento en que tenía que lanzar el hechizo.
Pram, Ajest y Romántica intercambiaron miradas y justo cuando estaban a punto de atacar…
¡Riiiiiiiing!
Romántica se volvió hacia el ruido que salía de su muñeca. Era su brazalete de comunicación, ¡en el momento más inoportuno!
“¿Qué es eso?”
Los Forasteros centraron su atención en ella.
Pram tuvo que mirar hacia abajo para ocultar su cara pálida. Ajest miró hacia delante con ojos impávidos. El brazalete de comunicación de Romántica seguía sonando a pesar de sus esfuerzos.
¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!
“¿Es un dispositivo de comunicación? ¿Te pusiste en contacto con alguien?”
“Eso es imposible.” – dijo Romántica sin reparos, pero su voz tembló un poco.
Los Forasteros pensaron que era extraño y se levantaron de sus asientos uno por uno.
‘Deja de sonar.’
“Cuelga ahora.”
“Pe… Pero dijiste que nos matarías… si me movía.” – contestó Romántica, de una manera vacilante, que insinuaba que estaba a punto de llorar. Se veía exactamente igual que una chica asustada.
Uno de los Forasteros frunció el ceño.
“Que molesto. Oye, quítaselo y tráemelo.”
“Sí, señor.” – contestó uno de ellos. A continuación, se volvió hacia Romántica y, a medida que se acercaba, puso sus ojos en el brazalete de comunicación que seguía sonando.
“No parece una herramienta de comunicación, ¿Es una joya?”
“Ah, ¿Lo es?”
“Espera. Hay letras. Algo H… He…”
Comenzó a leer las letras, pero frunció el ceño mientras lo intentaba. Parecía que no sabía leer muy bien. En ese instante, Romántica tocó el pie de Ajest con los dedos del pie. Era la señal para moverse.
“¿Hebrion?”
Cuando el hombre consiguió leer las letras, Ajest comenzó a moverse y pateó al que tenía más cerca, girando su cuerpo. El hombre salió volando por el aire y cayó sobre una mesa, haciendo que la comida saltase por los aires.
En un instante, la comida salió disparada hacia el lado opuesto de la habitación impulsada por las balas de viento de Romántica.
La mano de un forastero de nivel caballero, que estaba agarrando a un rehén, y la mano que usaba para empuñar su arma fueron destrozadas en pedazos.
“¡Aargh!”
La sangre salpicó el suelo mientras gritaba.
El caballero a nivel de peón que quedaba, se sorprendió y se acercó con una espada de hierro desenvainada.
“Cer… ¡Cerda!”
El Forastero había echado a correr hacia ellos, blandiendo una espada de hierro, pero Pram se movió y, antes de darse cuenta, el estoque de Blanchume, que brillaba con una luz blanca, apareció en su mano. Dio una estocada limpia.
¡Crack!
El estoque de Pram rompió la espada de hierro del Forastero y continuó su trayectoria, para terminar, perforándole el hombro. La espada de hierro fue incapaz de competir con la dureza del Balchume.
A continuación, golpeó la espalda del hombre que se retorcía en el suelo con el dorso de la espada e hizo que se desmayase en el acto.
“¿Los sometimos a todos…?”
“Falta el mago…”
De repente, a los pies de Ajest, el único mago de los Forasteros se desplomó sin fuerza. Todo se resolvió en un instante.
“Esa fue una gran actuación, Romántica.”
“No, no es nada.”
El niño liberado de su abrazo regresó a los brazos de su madre.
“Únanse rápidamente a la gente que huye de aquí.” – dijo Pram, dirigiéndose a la gente que estaba a su alrededor, dándoles instrucciones.
La puerta se abrió y la gente escapó corriendo.
Riiiiiing
En pie en medio de la habitación, el brazalete de comunicación de Romántica seguía sonando. Era Desir. Estaba en la ciudad.