1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 1
El regreso I
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Año 2020, Parque Nanji Hangang.
‘Más que nada, ahora mismo desearía poder fumar un cigarrillo. ¿Han pasado 6 meses desde el último? No, creo que ya han pasado 8 meses.’
Una risa escapó de sus labios. Incluso él podía decir que estos pensamientos eran ridículos.
‘Pensar que fumar es todo lo que tengo en la mente justo antes de morir’
La sangre goteó de su hombro desgarrado y empapó su camisa. Se encogió involuntariamente, no estaba acostumbrado al dolor. Era la primera herida que había recibido de un zombi y, en este escenario apocalíptico que no permitía un solo error, también sería la última herida.
Yohan levantó lentamente la cabeza mientras se limpiaba la frente con el dorso de la mano. El paisaje alrededor de donde estaba sentado, se le hacía mucho más real.
Fue un completo infierno.
Una aniquilación completa sin un solo sobreviviente a la vista. Todo su grupo fue aniquilado de nuevo. Había dejado de hacer un seguimiento del recuento de muertes del grupo una vez que alcanzó los dos dígitos. Ya había visto morir a cientos de sus aliados. Los nombres, e incluso los rostros, de aquellos que murieron al principio estaban borrosos en su memoria.
Yohan desvió la mirada hacia su derecha. Junto a él estaba el último zombi que mató. Hace solo unas horas, todavía había sido el compañero que más tiempo había estado a su lado. Era alguien que había estado con él hasta el final, incluso cuando había renunciado a su humanidad para sobrevivir en este mundo caído. Y fue quien lo infectó.
“Aaaa…”
Estaba completamente exhausto. Habían pasado tres años desde la aparición de los zombis y había soportado y sobrevivido durante mucho tiempo, pero todo terminaría aquí. No sabía si quedaba alguien con vida, pero su grupo podría haber sido el último de la humanidad.
La batalla final entre los grupos, que habían estado en desacuerdo entre sí por la disminución de los suministros, fue feroz. Fue una batalla entre dos fuerzas que eran bastante poderosas y que habían sobrevivido durante mucho tiempo.
Su equipo fue aniquilado y el equipo contrario sufrió un golpe del que probablemente le sería imposible recuperarse. Aunque fueron derrotados, al final, ambas partes perdieron.
Ya había hecho todo lo posible por sobrevivir y ahora sentía que había llegado el momento de tener un descanso bien merecido.
Yohan cerró los ojos.
* * *
Fue una sensación extraña abrir los ojos después de pensar que los había cerrado por última vez. Tenía la extraña sensación de que había una manta suave cubriendo su cuerpo.
‘¿Una manta?’
Los ojos de Yohan se abrieron de golpe y se congeló cuando se encontró con una escena increíble.
‘Este lugar es…’
Era un lugar que recordaba vagamente.
Cuando abrió los ojos, vio que estaba en la habitación que tenía alquilada en Incheon y en la que había vivido desde que tenía 24 años.
‘¿Qué es esto…?’ – pensó mientras miraba a su alrededor. Su habitación estaba llena de cosas inútiles: Una computadora, aire acondicionado y una lavadora. Era tal como lo recordaba.
*Cógeme, cógeme, cógeme*
El tono de llamada de su teléfono móvil sacó a Yohan de su aturdimiento. Respondió el teléfono mientras aún estaba un poco desorientado.
“¿Hola?”
“¡Oye tú!” – gritó una voz a través del teléfono. Yohan frunció el ceño.
“¿Quién eres?” – preguntó.
“¿Estás loco? ¿Sabes qué hora es? ¿Por qué aún no estás en el trabajo?”
“Uh...”
“¡Ven aquí ahora!” – gritó el hombre una vez más antes de colgar. El número de la persona que acababa de llamar estaba guardado en su teléfono como ‘Subgerente Moon’.
Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue la fecha que se mostraba en su teléfono: septiembre de 2016.
Todavía quedaban seis meses antes de que los zombis se salieran de control. Una época en la que el mundo estaba en paz.
‘¿Esto es un sueño?’
Confundido, Yohan se pellizcó. Definitivamente sintió el dolor. Por un momento pensó que el apocalipsis que había experimentado era solo un sueño. En ese momento recordó sus últimos tres años.
No creía que hubiera tenido una larga y horrible pesadilla. No había razón para que soñara con más de tres años de contenido. Además, podía recordar incidentes específicos y algunas personas con total perfección.
Aunque tuvo compañeros en los primeros días cuyos rostros apenas podía recordar, nunca podría olvidar su dura lucha por sobrevivir. Incluso ahora, su cuerpo todavía estaba tenso, listo para responder en cualquier momento a los cadáveres en descomposición que se levantaban y se lanzaban hacia él con la mandíbula abierta.
‘Si es así, no me digas...’
Había vuelto al pasado. No había otra explicación excepto esa. No había forma de explicarlo físicamente, pero la idea ya se estaba solidificando dentro de su cabeza. Apoyó su mano sobre la frente y se recostó sobre la manta.
Regresó.
Aunque nunca lo deseó, Yohan había revivido y vuelto al pasado. Inicialmente, sintió resentimiento por el hecho de que tendría que volver a pasar por todo ese calvario una vez más. Pero ese sentimiento rápidamente fue arrastrado por una sensación de alivio. Sintió la alegría de poder respirar tranquilamente de nuevo.
Yohan tomó su teléfono celular y lentamente escribió un mensaje de texto.
Hoy me tomaré el día libre porque no me siento bien.
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Su compañía iba a desaparecer sin dejar rastro en seis meses. En lugar de ir a trabajar, Yohan prefería disfrutar de las comodidades de la actualidad. Quería descansar.
Cerró los ojos y enterró la cara en la almohada. La suavidad de la tela de algodón era muy acogedora. Era una sensación de consuelo que no había experimentado en mucho tiempo; se sentía casi demasiado bueno para ser verdad.
Se durmió casi de inmediato.
* * *
Los ojos de Yohan se abrieron de golpe. Su cuerpo se sintió tan refrescado que sintió que podía volar. Había sido el mejor descanso que había tenido en los últimos tres años. Había pensado que nunca volvería a experimentar un sueño tan profundo.
Viendo la hora, se dio cuenta de que había dormido casi todo el día. Tenía casi treinta llamadas perdidas del trabajo. Yohan las ignoró y recogió un cupón. Pidió pollo, pizza, cerdo cocido al vapor, manitas de cerdo con salsa de soja y cualquier otra cosa que pudiera conseguir.
Era la primera vez en tres años que pedía comida a domicilio y su sabor era extremadamente delicioso. Tanto, que las lágrimas inundaron sus ojos.
Yohan se atragantó mientras caía en la decadencia. A pesar de que estaba metiendo comida en su boca sin parar, todavía quedaba un gran montón esperando su turno.
Con sus deseos más urgentes, sueño y comida, cumplidos, los pensamientos de Yohan se volvieron más claros. A continuación, le vinieron los recuerdos de sus últimos tres años.
Marzo de 2017. Exactamente dentro de seis meses, aparecerían zombis en todo el mundo. Eran una existencia misteriosa que algunos llamaron muertos vivientes, pero que otros simplemente etiquetaron como monstruos.
Aquellos que eran mordidos o arañados por esas criaturas, y tuvieron la mala suerte de que la sangre de un zombi penetre en su herida, experimentarían un dolor similar al que sentirían cuando sus cuerpos fueran desgarrados y comidos vivos por insectos antes de morir. Luego, regresarían como zombis.
Era un proceso tan rápido, que duraba entre los cinco minutos y una hora después de la muerte. Además, aunque no eran fuertes ni rápidos, ya que solo eran cadáveres en movimiento, tenían una ventaja: sus números.
La República de Corea había fracasado por completo en su intento inicial de suprimir el brote. Los zombis aparecieron por todas partes y se extendieron rápidamente a través de las grandes y densas ciudades de Seúl, Busan y Daegu, haciendo que dejasen de funcionar todos los servicios de esas grandes ciudades en menos de un mes. Y, aunque la ciudad tardó un mes en dejar de funcionar, solo hizo falta medio día para que la ciudad cayera en el caos.
Los zombis seguían llegando sin importar cuántos murieran y los suministros de alimentos fueron disminuyendo. Yohan especuló que menos del 1% de la población de Corea permaneció viva al finalizar el primer año.
Al principio, la gente tenía miedo de los zombis, pero el tiempo demostró que las personas eran el verdadero peligro. La República de Corea descendió a la anarquía, llena de asesinatos, robos y agresiones sexuales. Incluso dentro de los grupos, existía la traición y siempre terminaba con la aniquilación del grupo.
Yohan había sido testigo de la muerte de decenas de camaradas. No veinte personas, sino veinte grupos de personas. Sobrevivió y pasó por situaciones extremas solo y, aunque pensó en suicidarse muchas veces, no lo hizo. Al final, sobrevivió durante tres años.
Durante ese tiempo se tambaleó entre la línea que separaba la vida de la muerte y, cada vez que estaba a punto de caerse, conseguía volver a estabilizarse. Si el Dios de la muerte fuera real, se habría arrancado la barba y hubiera salido del inframundo para continuar viviendo en el infierno que había en la tierra.
Pero ahora que había regresado a este tiempo, sabía lo que iba a suceder en el futuro. Podría haberlo descartado como un sueño, pero ignoró esa posibilidad. Había decidido darlo todo y prepararse para el apocalipsis. Sería mil veces peor dejar pasar esta oportunidad que dejar que su vida se deteriorara porque el apocalipsis no fuera a suceder como lo había predicho.
Yohan eliminó los pensamientos extraños de su cabeza y se concentró en una sola cosa.
‘Dentro de seis meses, el mundo caerá en ruinas y solo yo sé que se acerca el apocalipsis.’