1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 10
Primer campamento - Centro comercial central V
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Los fuertes ladridos de los peluches resonaron por todo el centro comercial, haciendo que los zombis volvieran sus miradas y comenzasen a moverse hacia ellos. Como había dos fuentes de sonido situadas en direcciones opuestas, la horda frente a ellos se separó como el Mar Rojo en la Biblia.
Las ‘granadas’ fueron increíblemente efectivas y atrajeron la atención de los zombis mientras durasen sus baterías.
“Vamos” – dijo Yohan, avanzando a la mayor velocidad y lo más silencioso que podía. No podían ir demasiado rápido, pero tampoco podían moverse demasiado lentos.
Con expresiones nerviosas, el resto de los voluntarios lo siguieron.
“¡Raaaaauuuuuuuugh!” – rugió un zombi que estaba caminando hacia el peluche con forma de cachorro. Aulló cuando notó al grupo, haciendo que otros zombis se volvieran hacia ellos.
El grupo se congeló ante las miradas de los zombis.
“No apartes la vista de la dirección que tienes asignada.” – dijo Yohan, mientras aplastaba la cabeza zombi que estaba rugiendo con indiferencia.
‘¿Ese tipo tiene ojos en la nuca?’
Todo el grupo tenía la piel de gallina, pero obedecieron con rapidez las órdenes de Yohan.
“Avisa si hay dos o más zombis acercándose a tu lado. Eh, Jung, estás demasiado cerca de Saeri. Manteneos juntos, pero no tan cerca.”
El grupo avanzó con calma.
Mantuvo su velocidad de manera constante incluso cuando los zombis notaban al grupo y comenzaban a aproximarse a ellos. Si se acercaban dos o más zombis, Yohan dispararía con la ballesta para evitar que se agruparan.
“¡Dos a la izquierda!” – gritó el anciano Park.
Yohan se giró rápidamente y apuntó. Sin embargo, los dos zombis estaban colocados de tal forma que la cabeza del anciano Park estaba bloqueando su línea de visión.
“¡Abajo!” – gritó Yohan, pero Park no pareció escucharlo. Estaba demasiado ocupado empujando a los zombis con su brazo izquierdo acolchado.
Yohan se mordió el labio. Si se movía para ayudarlo, dejaría el frente sin vigilancia y nadie estaría atento a los zombis que se acercaban desde esa dirección. Sin embargo, sería mucho más peligroso si uno de los guardias laterales fuera superado.
Mientras Yohan evaluaba sus opciones, el anciano Park logró usar el cuchillo de carnicero que llevaba en la mano derecha para apuñalar a uno de los zombis en el corazón.
El filo atravesó con facilidad al zombi y, poco después, el otro zombi también fue apuñalado en el corazón. Los dos zombis lucharon por un instante antes de dejar de moverse.
En ese escenario, era imposible apuñalar a ambos zombis en la cabeza con solo una mano libre. El viejo había demostrado poseer un pensamiento rápido y pudo reaccionar de forma apropiada.
“Buen movimiento.” – comentó Yohan, a la vez que le daba al anciano Park un pulgar hacia arriba.
“Uf, eso fue difícil.”
Yohan continuó avanzando y vio a otro grupo de zombis delante de ellos. Había demasiados para que pudieran abrirse paso. Todavía quedaban otros 50 metros antes del punto en que se tenían que separar y retirarse en ese momento no era una opción.
Rápidamente giró su mochila para poder sacar un teléfono móvil del bolsillo lateral, lo puso a reproducir música y lo deslizó por el suelo para atraer a los zombis.
Los ojos de los no muerto siguieron al teléfono que estaba reproduciendo la música y, al momento, comenzaron a moverse hacia él. Sin embargo, a pesar de su atractivo, hubo una serie de zombis que siguieron a los voluntarios. Su número continuó aumentando a medida que se acercaban al punto de separación.
A varios miembros del grupo ya les faltaba el aliento.
“Yohan, creo que es peligroso seguir adelante. Descansemos aquí por un momento y eliminemos a algunos zombis antes de continuar.” – sugirió Gunn, todavía de pie en la parte posterior del grupo. Pero Yohan negó con la cabeza.
“Los zombis todavía están entrando en el edificio en estos momentos. Es una gran idea si tienes Sangre de Zombi o si quieres luchar aquí para siempre.”
“Maldita sea, está bien.”
El aguante era un problema, pero la fatiga general que sufrían debido al nerviosismo era mucho peor. Durante todo el trayecto, habían estado tensos y un solo error podría terminar con sus vidas.
Se necesitaba mucha energía para mantener ese nivel de concentración e intensidad, pero aún no podían darse el lujo de relajarse. Tenían que superarlo y mantenerse atentos o de lo contrario terminarían muertos.
“Por cierto, ¿qué es Sangre de Zombi?” – preguntó Saeri.
“Un objeto de mod.” – respondió Yohan, en broma.
“¿Qué diablos es un objeto mod?” – volvió a preguntar Saeri, inclinando la cabeza.
“Es hora de separarse. Recuerden, no tengan miedo, pero tampoco se descuiden. Mientras todos mantengan la calma, nadie morirá.”
El grupo asintió y Yohan comenzó a moverse una vez más. De aquí en adelante, tendrían que moverse con mayor velocidad.
La entrada por la que entraban los zombis estaba justo en frente de ellos y Yohan los fue apuñalando en el cerebro y los empujó a patadas. No se molestó en bloquear a los zombis con su brazo izquierdo acolchado, ni dio un paso atrás como solía hacer después de su combinación de puñaladas y patadas.
Aunque fuera más peligroso, era necesario moverse más rápido. Yohan estableció un ritmo rápido y el resto de voluntarios mantuvo el paso. Habían comenzado bien.
“¡Seis zombis a nuestra espalda!”
‘ Mierda.’ – maldijo Yohan en su interior.
Tan pronto como pensó que las cosas iban bien, fueron arrojados instantáneamente a una situación peligrosa. Para empeorarlo, también había tres zombis por delante.
Yohan sintió que todo su cuerpo se estremecía, advirtiéndole de un peligro inminente.
En su línea de tiempo anterior, e incluso durante estos últimos seis meses, siempre sentía que su cuerpo le mandaba una señal de peligro cada vez que se encontraba con una situación que amenazaba su vida.
Era como si su cuerpo, después de experimentar muchas situaciones potencialmente mortales, pudiera reconocer cuándo estaba en peligro y gritaría una advertencia.
Jung Hwan estaba tratando de bloquear a los seis zombis, pero le resultaba complicado resistir el peso de tantos cuerpos. Parecía que iba a caer en cualquier momento.
“¡Déjate caer y aléjate!” – gritó Yohan.
Tan pronto como lo escuchó, Jung se apartó de los zombis y cayó sobre su trasero.
Yohan sacó el revólver, quitó el seguro, apuntó rápidamente y disparó a los zombis que se movían hacia Hwan.
Los disparos sonaron en los oídos de todos. Se dispararon seis balas en rápida sucesión y, pronto, solo se escuchó el clic del tambor vacío. Un humo blanco salió de la boca del revólver como si fuera un cigarrillo.
Cinco zombis cayeron al suelo.
Una bala había fallado, pero Yohan sacó rápidamente un pequeño cuchillo de su cintura y lo arrojó con fuerza. El cuchillo se hundió 20 centímetros dentro de la frente del último zombi.
A continuación, Yohan se dio la vuelta y con la misma rapidez, disparó los pernos de la ballesta a los zombis que venían por delante. Al final, se volvió una vez más y disparó al último zombi que estaba a su espalda. Todo sucedió en unos pocos segundos.
“Sigue moviéndote. Recoge mi cuchillo.”
“Estás loco. Eso fue increíble.” – murmuró Saeri, con la boca abierta.
“Deja de decir tonterías y concéntrate en tu lado.” – respondió Yohan, mientras se lamía los labios. Se habían quedado secos por ese momento estresante.
Desde ese momento, solo se encontraron con grupos de dos zombis y fue mucho más fácil de manejar por parte de los voluntarios. Continuaron avanzando, hasta que vieron la entrada.
“Jung, la puerta.” – gritó Yohan.
Jung Hwan se adelantó, mientras Saeri y el anciano Park se giraban para cubrir las direcciones que tenían asignadas, exactamente como habían practicado.
Yohan dio un paso fuera del centro comercial, para crear espacio para que Jung Hwan agarrara la manilla de la puerta, que se abría hacia afuera.
Nada más poner un paso fuera de la puerta se encontró con un zombi y tuvo que usar su brazo izquierdo acolchado para mantenerlo alejado. El zombi chasqueó los dientes hacia él, pero Yohan apretó los suyos y concentró su fuerza en las piernas. Las venas de su frente se hincharon y sus ojos se inyectaron de sangre.
“¡Aaarg!”
Empujó al zombi hacia atrás y fuera de la puerta, causando un efecto dominó cuando los zombis que se encontraban detrás cayeron al suelo. A continuación, Yohan se dejó caer hacia atrás mientras giraba la ballesta para disparar a un zombi que se acercaba.
El zombi gritó de forma asquerosa e incoherente cuando cayó al suelo.
“¡Cierra la puerta!”
El momento antes de que Jung cerrara la puerta pareció durar una eternidad. Saeri y el anciano Park estaban luchando contra dos zombis y, desde el suelo, Yohan cortó las manos del zombi que estaba a punto de empujar a Saeri.
“Gra… Gracias.”
“Aguanta. Casi terminamos.”
“¡Yohan! ¡Cerré la puerta!” – gritó Jung Hwan.
Volviendo la cabeza, vio que la puerta al fin estaba cerrada. Innumerables zombis se encontraban al otro lado, presionados contra el cristal reforzado. También se fijó en que había asegurado las puertas interiores.
“Buen trabajo. Eres bastante bueno en esto. Definitivamente eres un especialista en el cierre de puertas. Deberíamos darte un apodo como ‘Hombre barrera’ o ‘El cierre’.”
“¿Este es un buen momento para bromas…?”
“No estoy bromeando.”
Yohan miró al otro grupo.
Como ellos, tenían un buen número de zombis pululando a su alrededor. Por un instante, Yohan estuvo preocupado, pero luego sacudió la cabeza. Gunn y Hyuk eran supervivientes natos. Con el peluche del perrito y el teléfono móvil distrayendo a la mayoría de los zombis, solo unos pocos se acercaron al grupo. Eran más que capaces de manejarlos.
Yohan puso la ballesta sobre el hombro y descartó sus preocupaciones. Tenía que creer en ellos.
“Volvamos a la tienda de cosméticos.”
* * *
Gracias a los disparos, la mayoría de los zombis se habían movido hacia el grupo A.
Aunque no fue fácil moverse para el grupo B, pudieron avanzar sin encontrar demasiado peligro. Sin embargo, Gunn ya estaba agotado. El problema se encontraba a su derecha, Min Seo.
Cada vez que un zombi se acercaba, no podía acabar con él y solo los alejaba, obligando a Gunn a cubrir ambas direcciones. Estaba tan cansado que sintió que podía morir.
De alguna manera llegaron a la entrada y Hyuk cubrió a Gunn cuando rápidamente extendió la mano para cerrar la puerta. Sin embargo, un zombi logró meter su brazo, haciendo que fuera imposible cerrarla.
Gunn le dio la vuelta a su cuchillo y apuñaló el brazo, pero más manos comenzaron a aparecer a través del hueco de la puerta.
“Hermano, ¡date prisa!” – gritó Hyuk apurado.
“Espera… Lo hago lo más rápido posible…” – respondió Gunn. Agarró la manilla de la puerta con una mano y trató de alejar a los zombis con la otra. Sin embargo, los zombis estaban abriendo, poco a poco, la puerta.
Una de las manos agarró la muñeca derecha de Gunn que, horrorizado, trató de sacársela de encima. Desafortunadamente, su movimiento hizo que se le cayera el cuchillo.
“Her… ¡Hermano!”
“¡Mierda!” – maldijo Gunn. Agarró la manilla de la puerta con ambas manos y comenzó a tirar con todas sus fuerzas. – “¡Aaaaaaargh!”
El sonido de huesos de manos y dedos rompiéndose y aplastándose llenó el aire cuando forzó la puerta a cerrarse. La sangre fluyó por el marco de la puerta.
Gunn se quitó el guante de cuero para poder girar correctamente la cerradura que estaba cerca del suelo. Mientras se movía para volver a ponerse el guante, algo lo hizo estremecerse y detenerse. Después de dudar por un momento, volvió a ponerse el guante.
“¡Agh!”
El resto todavía estaba peleando, así que recogió el cuchillo del suelo y se volvió para ayudar. Rápidamente apuñaló a un zombi en la cabeza cuatro veces y se volvió para ayudar a Min Seo a ponerse de pie.
“Vámonos.”
* * *
El grupo A llegó al punto de encuentro primero y limpió la tienda. Usaron la entrada como un punto de estrangulamiento, mientras tres personas se turnaban para luchar contra los zombis. Yohan los cubría desde lo alto de un estante que estaba al otro lado de la tienda.
“¡Yohan!”
“Ya llega el otro grupo. Todos vengan al frente a cubrirlos.”
El grupo A salió de la tienda de cosméticos y empujó a los zombis a un lado. Una vez que el grupo B se acercó lo suficiente, Yohan disparó con su ballesta a los zombis que los acosaban. Con el apoyo adicional, todos los voluntarios pudieron reunirse rápidamente.
Yohan fue el último en entrar en la tienda y cerró la puerta cuando todos se reunieron a su alrededor.
“¿Algún herido?”
“No…” – respondió Gunn. Todos sonrieron. Habían logrado completar una gran operación y nadie se había infectado.
Todavía tenían que eliminar a todos los zombis que quedaban en el interior, pero Yohan no quería arruinar el estado de ánimo. Tenían que celebrar esa victoria.
“Excelente. Buen trabajo. Ahora podemos cazar al resto.”
“Espera, tengo algo que decir, Yohan.” – dijo Gunn.
Yohan se giró para mirarlo. Gunn se quitó el guante. Estaba cubierto de sangre. Yohan frunció el ceño de inmediato.
“No puede ser, no puede ser…”
Yohan sacó un poco de agua y un paño limpio de su mochila, y los usó para limpiarle el brazo. La muñeca tenía un arañazo. Yohan sintió un repentino escalofrío recorrer su cuerpo.
“¡Hermano!” – gritó Hyuk.
“Eres un idiota…”
“¡Hermano! ¡Hermano!”
“Lo siento por esto.”
“¡¡Hermano!!”
“Cállate Hyuk. Haces que me duelan los oídos.” – lo regañó Yohan, mientras rebuscaba en la tienda de cosméticos, hasta encontrar una manta. Sacó unas toallitas húmedas y limpias de la mochila y, después de limpiar el brazo de Gunn, lo hizo acostarse boca abajo sobre la manta con la mochila apoyada sobre su cabeza.
“Sujétalo.”
“¿Qué vas a hacer…?”
La pregunta de Gunn se cortó cuando Yohan le metió un trozo de tela en la boca.