1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 5
El regreso V
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
En la oscuridad, se escuchó un fuerte golpe cuando Yohan rompió la ventana de una farmacia. Se había movido con rapidez para completar todas las tareas más urgentes antes de que el caos del brote llegase a esa zona.
Tenía que asegurar los suministros médicos.
Aspirinas, antiinflamatorios, otro tipo de analgésicos y, lo más importante, antibióticos. Tenía que asegurar estos suministros para salvar vidas. Las tiritas y los vendajes de compresión también eran importantes para sobrevivir, pero las posibilidades de supervivencia disminuían drásticamente si su sistema inmunológico se veía comprometido.
Antes de regresar a su refugio, Yohan quería tomar todas las drogas que recordaba haber usado con frecuencia. Siempre se podrían reunir más suministros cuando tuviera que moverse en el futuro, pero por ahora era mejor tener un suministro de emergencia en casa. Justo en ese momento, Yohan escuchó movimiento.
“Qui… ¿Quién está ahí?” – dijo una voz a su espalda.
‘Maldición.’ – pensó Yohan mientras fruncía el ceño. – ‘Quien sabía que habría alguien en la farmacia a estar horas?’
Blandió su cuchillo y lo agarró con fuerza.
Era un hombre que parecía tener poco más de 50 años. No parecía amenazador. Yohan, con cuidado y de forma sigilosa, dejó su bolsa de suministros en el suelo y se colocó detrás del hombre.
“¡Mmm ...!”
El hombre estaba en guardia, pero Yohan consiguió reprimirlo con rapidez. Luchó con ferocidad, pero, tan pronto como Yohan puso el cuchillo ante a sus ojos, el hombre se congeló. Podría haber intentado hablar desde el principio, como normalmente prefería, pero sabía que estaba invadiendo su propiedad. No quería arriesgarse a ningún problema innecesario.
“Si no te resistes, no te haré daño.”
“¡Mmm!”
“Te aviso. Si te resistes soy capaz y estoy dispuesto a matarte.”
Yohan no lo estaba engañando. No quería matar sin razón, pero quería evitar situaciones problemáticas. Afortunadamente, el hombre se calmó. Yohan asintió agradecido y encontró una cuerda que podía usar para atarlo.
Desató la cuerda que estaba envuelta alrededor de una caja de medicinas, y la usó para atar las manos y los pies del hombre, que tenía los ojos llenos de miedo.
“Vine aquí por los medicamentos. Lamento haber causado problemas. Dado que ahora conozco tu cara, si nos encontramos de nuevo...” – continuó Yohan, mientras sus manos seguían trabajando. – “Te ayudaré. Una vez.”
Asumió que el hombre era farmacéutico. Valdría la pena juntarse con él dados sus conocimientos. Por supuesto, la posibilidad de que volvieran a encontrarse estaba cerca de cero.
“La cuerda no está atada con fuerza, así que deberías poder liberarte fácilmente.”
Yohan salió de la farmacia, asegurándose de bloquear la ventana rota.
* * *
Después de llegar a casa, Yohan hizo una doble y triple revisión de sus cerraduras. Había creado un sistema de alarma que consistía en sedal de pesca y campanas alrededor de su refugio.
A continuación, se lavó. Se sentía como si el agua tibia lavara la fatiga que había acumulado durante todo el día. Con el paso del tiempo, las cosas se irían volviendo más caóticas afuera. Sería más loco mañana y más aún pasado mañana.
En aproximadamente un mes, la reserva de alimentos de las personas se agotaría y tendrían que salir poco a poco de sus escondites. El número de infectados continuaría aumentando de forma exponencial y las ciudades dejarían de pertenecer a los humanos.
Yohan planeaba quedarse en su casa durante unos seis meses. En su línea de tiempo anterior, ese periodo de tiempo fue cuando tuvo la mayor cantidad de experiencias cercanas a la muerte.
Fue el período más caótico de la ciudad, un período en el que la gente no podía deambular por las calles de forma descuidada. Por supuesto, los zombis eran un peligro, pero la verdadera sentencia de muerte era que los militares te reclutaban por la fuerza durante los primeros meses del brote.
Durante esos seis meses, los humanos serían puestos a prueba.
Una prueba para ver si los humanos estaban calificados para sobrevivir. Esos meses fueron como un gran tamiz que separó el trigo de la paja, solo aquellos que estaban calificados para sobrevivir pasarían la prueba. Y solo entonces, Yohan saldría a la calle.
No podría sobrevivir solo, por lo que necesitaba compañeros. Su objetivo era fusionar los grupos de supervivientes en una gran organización.
En la línea de tiempo anterior, la organización más poderosa y cruel que encontró fue la Unión de Supervivencia de Seúl. Ese grupo serviría como modelo para crear la organización que estaba imaginando, pero con menos crueldad.
Era necesario ser firme y severo, pero limitarse a ser cruel conduciría al derramamiento de sangre.
Quería crear una organización que no fuera destruida con facilidad sin importar contra quién se enfrentara. Ese era el objetivo de Yohan. Mientras organizaba sus pensamientos, encendió la televisión.
‘Todavía hay electricidad.’
No era una gran preocupación para Yohan. Incluso si no hubiera electricidad, podría obtener algo de energía de sus paneles solares. Se recostó en su silla y encendió la consola de juegos. Estaba planeando superar un nuevo juego de supervivencia zombi.
En el exterior había mucho ruido. Aún con las ventanas y las persianas cerradas, podía escuchar como las personas eran perseguidas por los zombis.
‘¿Ya está tan mal?’
El brote de zombis se estaba extendiendo con rapidez.
Se alegró de haber bloqueado la ventana rota de la farmacia. El brote acababa de comenzar y ya casi había condenado a alguien. Si esto continuaba así, podría necesitar mudarse dentro de tres meses en vez de los seis que tenía planeado. Era difícil decir si esto era una bendición o una maldición.
Yohan frunció el ceño y volvió a centrarse en la pantalla del televisor. La música de fondo comenzó a sonar cuando se acercaba el tiempo del caos.