1ª parte: Juego de Supervivencia
Capítulo 35
Expansión del campamento VI
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
“Está bien, cerrado.”
“Movámonos.”
“Espera Yohan, ¡hay cuatro más por aquí!” – gritó Saeri, notando que algunos zombis se acercaban a lo lejos.
“Ha Jin, encárgate de ellos. Saeri no te muevas. Continúa vigilando el ala izquierda.” – instruyó Yohan.
Ha Jin, que estaba abriendo un camino por delante de ellos, se dio la vuelta y empujó una camilla con ruedas hacia los cuatro zombis, sujetándolos contra la pared. Después de eso, sacó su cuchillo curvo y les cortó la cabeza.
“En la época actual ha aparecido Lu Bu…” – bromeó Yohan, viéndolo trabajar.
“Sin embargo, se parece mucho más a Zhang Fei.” – respondió Barrendero.
“En serio, él podría encajar perfectamente en la Batalla de Changban".
“¿De qué están hablando?” – preguntó Ha Jin, limpiando la sangre de la hoja.
“Nada. Nada en absoluto.”
“Pff. Estos muchachos dijeron que eras como un jabalí cargando.” – los delató Saeri, que observaba la escena en silencio.
“Ei, señorita. Estás exagerando tanto que solo estás inventando una historia.” – dijo Barrendero, aterrorizado. Ha Jin frunció el ceño y Yohan se alejó en silencio.
“Para ser precisos, todo lo que hice fue mostrarme de acuerdo.” – dijo Barrendero, sintiéndose la víctima bajo la mirada de Ha Jin. Sin embargo, a medida que se acercaban más zombis, la ligera atmósfera se volvió intensa una vez más.
“Podridos bastardos. Nunca nos dan un descanso.”
“¡Tienes razón!, se están pudriendo.” – gritó Barrendero, mientras blandía su hacha y empezaba otra pelea sangrienta.
El equipo de reconocimiento había dado una vuelta completa alrededor del hospital durante su caza de zombis y habían regresado a la entrada principal del complejo. Solo quedaba una puerta. Si la cerraban, habrían terminado de bloquear todos los accesos.
“¿Qué hacemos con la puerta giratoria?”
“Comprueba la parte inferior derecha. Debería haber una cerradura.”
Barrendero miró cómo funcionaba la cerradura para bloquear la puerta, mientras los otros tres trataban con los zombis que se acercaban. Ahora que ya no estaban rodeados, no era tan peligroso. Aun así, después de estar balanceando sus armas por tanto tiempo, sus cuerpos estaban sudorosos y se sentían pesados. Cuando Barrendero terminó de cerrar la puerta, se movió para ayudar a los demás y frunció el ceño al ver los zombis restantes.
“Este lugar es demasiado grande y está prácticamente vacío. ¿No es un desperdicio? Creo que sería más eficiente acampar en otro lugar.”
Al oírlo, Yohan sacudió la cabeza.
El hospital general podría ser demasiado grande para fortificarlo, pero el flujo interminable de supervivientes que vendrían aquí, junto a la gran cantidad de medicamentos y equipos, hicieron de este lugar un sitio extremadamente valioso.
Había pasado aproximadamente una hora y la mayoría de los zombis habían caído. El equipo de reconocimiento estaba exhausto y sin aliento. Barrendero miró a un zombi que se acercaba a lo lejos.
“Hmm, ¿ese es el último del primer piso?”
“Hay una muy buena manera de comprobarlo.” – respondió Yohan, sacando su arma y cargándola. Con calma, vio cómo se acercaba el zombi.
20 metros… 10 metros… Disparó y el zombi se desplomó en el suelo.
“Qué desperdicio de munición.”
“Vale la pena si piensas en cómo puede sacar a los zombis de su escondite.”
El punto de vista de Yohan se demostró correcto poco después, cuando los zombis comenzaron a aparecer desde sus escondites, atraídos por el disparo. El equipo de reconocimiento gruñó cuando se pusieron de pie para enfrentarlos.
Con el primer piso despejado, el grupo tomó un breve descanso.
Habían pensado que la mayoría de los zombis se habían ido para formar parte de la ola de zombis, pero todavía había un buen número de muertos vivientes aquí. Como Barrendero sospechaba, habían gastado mucha energía, pero todavía quedaban 12 pisos en el edificio. La tarea fue tan desalentadora que incluso Yohan suspiró.
Al final, decidieron limpiar solo el segundo y tercer piso. Esto se debió a que, en esos pisos, se ubicaron importantes instalaciones: almacenamiento de medicamentos, sala de cirugía y cuidados intensivos.
Cerrarían las puertas que conducían al resto de plantas y las despejarían con el tiempo. De esta manera, los miembros del campamento no tendrían que pasar todo su tiempo en la incómoda cafetería y al menos podrían residir en las salas de cuidados intensivos.
El equipo de reconocimiento descansó en el vestíbulo del hospital, rodeado de cadáveres de zombis, mientras comían la carne seca que habían traído consigo. Estuvieron disfrutando de su comida hasta que Yohan señaló a un zombi sin cabeza con su cecina y notó que el color de los dos trozos de carne era similar.
Después de descansar, el grupo subió las escaleras hacia el segundo piso. Barrendero abrió la puerta sellada y asumió una postura de lucha. Tan pronto como abrió la puerta de acero, cientos de ojos rojo oscuro se giraron para mirarlo simultáneamente. La escena fue tan sorprendente que por toda la espalda se le puso la piel de gallina.
“Mierda... ¿por qué hay tantos?”
Los zombis cargaron tan pronto como se abrió la puerta. Barrendero intentó cerrarla, pero luego apartó la mano. Los zombis chasquearon los dientes donde había estaba su mano hacía tan solo un momento. Si no fuera por su equipo de protección, su brazo también habría sido mordido.
“Barrendero agáchate!” – dijo Yohan, pateando a los zombis. Sacó su rifle y lo puso en fuego automático, hizo todo el proceso de una sola vez, como si estuviera moviéndose a cámara lenta. Barrendero bajó la cabeza y retrocedió. Los zombis lo alcanzaron, pero todo lo que obtuvieron fueron balas.
El arma disparó rápidamente.
Barrendero se recuperó rápidamente y apuñaló al zombi que tenía delante en la cabeza. Empujó el cadáver sobre la pila de cuerpos para formar una barricada. Saeri y Ha Jin se movieron y copiaron sus acciones. Sin embargo, había demasiados zombis frente a ellos y, para empeorar las cosas, los muertos vivientes comenzaron a bajar por las escaleras desde el tercer piso.
“¡Yohan! ¡Vamos a tener que retirarnos! ¡Nos rodearán si no tenemos cuidado!”
‘Maldita sea.’ – juró Yohan.
Su línea defensiva comenzó a retroceder.
Como mínimo, tenían que cerrar la puerta del segundo piso antes de retirarse y poder asegurar el tercer piso. Si no lo hacían, había una buena posibilidad de que tuvieran que renunciar al tercer piso.
De repente, notaron a siete personas corriendo escaleras arriba.
“¿Chicos…?”
“¡Nos ocuparemos de las escaleras!”
Yohan miró a los supervivientes perplejo, por un momento, antes de asentir.
Los zombis que bajaban de la planta superior solo eran dos o tres. Incluso el grupo más inexperto podría manejarlo si dos personas se unían contra cada zombi.
‘Tenemos una oportunidad.’ – pensó Yohan, para sí. – “Vamos.”
“¡Vamos a barrerlos!” – dijo Barrendero corriendo hacia la horda con entusiasmo, tan pronto como Yohan dio la orden.
* * *
La puerta de la sala de cuidados intensivos crujió y las personas entraron. Tan pronto como cerraron la puerta, la gente se agachó y se apoyó usando los muebles que tenían cerca. Habían agotado toda su energía. Sus armas estaban cubiertas por capas de sangre de zombi.
“Su ayuda hizo las cosas más fáciles. Gracias.”
“Pensamos que… Ayudar era lo más obvio.”
“Fueron de gran ayuda. No sabíamos que había tantos.”
“Tampoco lo sabíamos, ya que nunca abrimos la puerta del segundo piso. Las cosas podrían haberse puesto feas si lo hubiéramos hecho.”
Los combatientes aprovecharon la oportunidad para descansar y fraternizar.
Saeri era especialmente sensible al conocer gente nueva y se tomó el tiempo para conversar con las otras mujeres supervivientes. Para ser precisos, estaba disfrutando del asombro del resto de chicas, mientras discutían cómo era mejor peleando que algunos de los hombres. Se podían escuchar cosas como ‘Eres increíble’, ‘Eres valiente’ y Saeri se sintió animada por sus elogios.
Al otro lado de la habitación, el doctor Jae Beom Park y la enfermera Jung Sun Young estaba cogiendo suministros médicos. Yohan les había pedido que tomaran la mayor cantidad posible, ya que su campamento carecía de suministros médicos adecuados.
“Enfermera Jung, toma la mayor cantidad de vendajes posible y, oh, me gustaría tomar más vacunas antiinflamatorias y antitetánicas. ¿Está mi maletín en la oficina?”
“Sí, ¿debería traerlo?”
“Por favor.”
“No camines sola. Ha Jin, ve con ella.” – pidió Yohan, evitando que la enfermera se fuera.
Ha Jin se levantó en silencio, mientras la enfermera se inclinaba para agradecerle. Luego lo guio hacia la oficina.
Una vez que se hicieron todos los preparativos, Yohan dio más instrucciones antes de irse.
“Hemos limpiado un poco, pero todavía quedan zombis. No bajen la guardia. Sería mejor para ustedes deshacerse de los cadáveres de los muertos lo antes posible. Además, recuerden siempre cerrar la puerta de emergencia cuando salgan a caminar y tomar turnos de guardia. Dejaremos toda la comida que trajimos, lo que debería aguantar hasta mañana.”
“Vale… Gracias. ¿Cuál es la razón para dejar algunos zombis?”
“Es un tipo de seguro.”
“Bueno, estoy seguro de que tienes una buena razón. De todos modos, gracias. De verdad.” – dijo Gap Soo, expresando sinceramente su gratitud.
Yohan sonrió y extendió la mano. Gap Soo lo agarró con ambas manos.
“Vamos, doctor. Chicos, protegedlo. Tiene un talento raro.”
- ¡Yohan…!
De repente, justo cuando estaban a punto de salir del hospital, Jung Hwan llamó por la radio. Había un tono de urgencia en su voz que hizo que Yohan respondiera de inmediato.
“Sí, soy yo. ¿Pasó algo en el campamento?”
- Yohan, verás…
“Dime, estoy escuchando.”
- Creo que deberías volver rápido y verlo por ti mismo.”
“Me dirijo hacia allí ahora mismo, ¿qué está pasando?
- Hay dos cosas.
“¿Qué Dos cosas?”
- Llegaron nuevos supervivientes. Hay dos grupos. Uno parece ser un grupo de refugiados ordinarios, por lo que actualmente los estamos desarmando y les hemos dicho que esperen a tu regreso. El problema es el otro grupo…
Yohan esperó a que Jung Hwan continuara.
‘¿Los moteros demoníacos ya atacaron el campamento?’
- Son militares. Soldados. Están aquí.
‘¿Soldados?’
Yohan frunció el ceño.
Ese era un grupo problemático que realmente quería evitar en este momento. Ni siquiera había pensado en un plan completo para tratar con los moteros demoníacos. Yohan sintió un dolor de cabeza cuando apareció otra variable inesperada.
“Voy volando. No causen problemas y pídeles que esperen.”
- Está bien. Por favor, ven rápido. ¡Estas personas están tratando de llevarse nuestra comida!
‘¡Maldición! Están tratando de atribuirse el mérito de nuestro arduo trabajo…’
Las venas aparecieron cuando Yohan apretó más la radio.
“¿Qué? ¿Pasó algo?” – preguntó Barrendero.
“Hay invitados no invitados en nuestro campamento.” – Respondió Yohan. Estaba inquieto, lo que sorprendió a los miembros de su equipo, ya estaban acostumbrados a verlo tranquilo.
El equipo de reconocimiento se movió con rapidez. A esa velocidad, podrían regresar en 15 minutos.
Antes, se habían movido con sigilo, tomándose el tiempo necesario para despachar a los zombis con cuidado. Pero ahora, estaban cargando hacia adelante, pisoteando violentamente cualquier cosa que se interpusiera en su camino. No se molestaron en evitar los grupos o quedarse en silencio y, por ello, muchos zombis se reunieron a sus espaldas.
Cuando se encontraban a unos cinco minutos del centro comercial, Yohan metió un cargador nuevo en su rifle y apuntó a un zombi que se encontraba a unos 50 metros de distancia. El sonido de los disparos llenó las calles.
“¿Qué demonios?”
El resto de miembros del equipo de reconocimiento se sorprendieron por su acción inesperada. Los zombis comenzaron a salir de los callejones, atraídos por el sonido. Había tantos que les hizo sentir que era una versión más pequeña de la oleada zombi.
“Chicos, vayan directamente al campamento. Voy a dar una vuelta y luego me reuniré con vosotros.” – dijo Yohan, como si fuera a dar un paseo por el barrio.
Su actitud era frustrante.
“¡Al menos explícanos qué pasó!” – gritó Saeri.
“Vamos. Estoy seguro de que tiene un plan.” – dijo Ha Jin, agarrándola.
El número de zombis que se acercaba estaba aumentando. Si querían regresar al campamento de manera segura, tenían que moverse con rapidez.
Con muchas preguntas en mente, el equipo de reconocimiento corrió hacia el centro comercial.