Volumen 7 Capítulo 7
Mejora
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars
Jinwoo fijó su mirada en el joven estadounidense llamado Adam White, perteneciente a la Agencia de Cazadores de los EE.UU.
“……”
A juzgar por el brillo de sus ojos, parecía que estaba enamorado.
Todo el mundo sabía que los estadounidenses gastaban una suma exorbitante de dinero para atraer a los mejores cazadores del mundo. Entonces, después de escuchar su presentación, pensó que comenzaría a ensalzar las virtudes de viajar a los Estados Unidos. Sin embargo, lo que dijo iba completamente en contra de sus expectativas.
“Tengo una información que quiero compartir contigo.”
“¿Información…?”
“Sí. Se trata de un hecho que no podrás escuchar en ningún otro país u organización del mundo. Excepto la nuestra, por supuesto.”
Jinwoo inclinó la cabeza ligeramente. No podía entender la razón por la que una organización proporcionase información confidencial a un cazador extranjero.
“¿Por qué estás dispuesto a compartir esa información?” – preguntó de forma fría.
Al escucharlo, Adam se limitó a poner una sonrisa refrescante.
“Si es a ciertas personas, podemos obtener beneficios con solo revelar información.”
Ciertas personas. En este caso, Jinwoo se encontraba en esa categoría.
“Vamos a escucharlo.” – dijo con curiosidad.
“Esto es todo lo que puedo decir ahora. En cuanto al resto, tendrás que escucharlo de nuestro subdirector.”
El subdirector de la poderosa Agencia de Cazadores. Uno de los hombres con mayor influencia política que cualquier gobierno de un país, había venido a Corea del Sur.
‘Parece que no se trata de una información corriente.’
Adam juzgó que había logrado estimular la curiosidad de Jinwoo y comenzó con el siguiente paso de su misión.
“Tengo un coche preparado, ¿te gustaría acompañarme para conocer al subdirector?”
Sin embargo, era Jinwoo quien tenía la última palabra.
‘Información...’
Solo podría ser una de dos cosas. O era una información que lo beneficiaría de alguna manera después de saberla, o trataba de alguien que quería su vida. Fuera cual fuera la opción, tampoco tenía muchas ganas de saberlo. En este momento quería centrarse en los preparativos para la llave negra, aunque esta ‘información’ fuera beneficiosa.
Si era lo último y alguien realmente iba a por su vida, estaba bastante seguro de salir victorioso. Además, lo más importante...
‘De entrada, tampoco es que me pueda fiar de la información que me puedan dar…’
Todo eso sobre compartir información podría ser una artimaña. Además, no comprendía para qué le había dado una tarjeta si quería llevarlo directamente. No había ninguna necesidad de verse arrastrado por la voluntad de otra persona. Rápidamente, llegó a una conclusión.
“Me lo pensaré y ya te llamaré.”
“¡……!”
Adam sintió como si alguien le hubiera golpeado en la parte posterior de la cabeza cuando escuchó esa inesperada respuesta. Estaba sorprendido.
‘¿Qué? El subdirector de la Agencia de Cazadores ha venido a compartir información, ¿y dice que tiene que pensarlo?’
Pero Jinwoo no parecía estar lanzando un farol y ya abría la puerta de la furgoneta. Un sudor frío cubrió rápidamente la frente de Adam. Si el cazador Sung se iba, nunca sabría cuándo podría tener otra oportunidad de verlo. No, incluso había una clara posibilidad de que no le llamara. No sabía si esto era lo que pretendía el coreano, pero sin duda los que más se lamentarían serían ellos.
“Bueno, que tengas un buen día.”
“Po… Por favor, ¡espera!” – gritó inquieto cuando Jinwoo estaba a punto de subir a su vehículo.
La mirada de Jinwoo se volvió hacia Adam.
“Mejora…” – dijo con rapidez, intentando llamar la atención de Jinwoo.
“¿Mejora?”
Adam puso la expresión de un hombre completamente derrotado y trató de explicar el significado detrás de esa palabra.
“¿Sabías que existen despertados que pueden mejorar las habilidades de otros cazadores?”
Debería haber comenzado con eso desde el principio. De inmediato, Jinwoo se dio cuenta de que la información que quería compartir el agente Adam White, no, el subdirector de la Agencia de Cazadores era en realidad mucho más importante que una mera ‘información’.
‘Un despertado que puede mejorar las capacidades de otros cazadores…’
Finalmente, Jinwoo se sintió tentado; sacó la pierna que estaba en la furgoneta y cerró la puerta. Adam suspiro de alivio al verlo.
“Uf…”
Sin embargo, cuando levantó la cabeza, Jinwoo tenía su cuerpo a unos centímetros del suyo.
“¡Dios!”
Sorprendido, Adam White dio un paso atrás con miedo.
“¿A dónde se supone que vamos?” – preguntó Jinwoo sin darle importancia a su reacción.
* * *
Niiiiiiiiek
El sedán negro que transportaba a los dos hombres se detuvo frente a un famoso hotel de lujo.
“Hemos llegado.”
Jinwoo se dio cuenta de que el nombre del hotel era el mismo que estaba inscrito en la nota que había recibido de Jinho.
‘¿El extranjero del que hablaba Jinho era uno de estos tipos?’ – pensó, mientras seguía a Adam hasta la habitación en la que estaba esperando el subdirector.
Michael Connor, subdirector de la Agencia de Cazadores, no pudo disimular su emoción al ver al hombre que se encontraba detrás de su subordinado.
‘¡Bien!’
Lo más complicado del acuerdo era traer a la otra parte a la mesa de negociaciones, pero una vez sentado se podía decir que ya habían recorrido la mitad del trayecto. El subdirector puso una amplia sonrisa y extendió la mano derecha hacia Jinwoo.
“Mi nombre es Michael Connor. Soy el subdirector de la Agencia de Cazadores de los EE.UU.”
Su presentación fue traducida, a un perfecto coreano, a toda velocidad por Adam. Jinwoo estrechó la mano del subdirector.
“Soy el cazador Sung Jinwoo.”
Después de la breve presentación, los dos se sentaron en los lados opuestos de una mesa. Adam no se sentó y se quedó de pie al lado del subdirector.
“Antes de comenzar, ¿has conocido a algún representante de otro país relacionado con los cazadores?” – dijo el subdirector, lanzando la pregunta sin dudar.
“Nadie por ahora.”
Al escuchar la respuesta que esperaba, el subdirector puso una amplia sonrisa.
‘Ningún país es más rápido que los Estados Unidos.’
Solo el delantero que va un paso por delante de los defensas puede marcar un gol. El subdirector no planeaba desperdiciar esta oportunidad de oro, de la que nadie más había tenido el lujo de disfrutar todavía. Especialmente cuando su objetivo era alguien que su superior le había ordenado traer costase lo que costase. Ni siquiera trató de andar por las ramas y fue directamente al grano.
“Permíteme ser sincero contigo, cazador Sung Jinwoo.” – dijo el subdirector con una cara solemne y determinada mientras empujaba una pila de documentos hacia Jinwoo. – “Los Estados Unidos queremos al cazador Sung.”
“¿Esto es…?”
“Estos son todos los documentos necesarios para emigrar a los Estados Unidos. Normalmente se necesitarían uno o dos años, pero para ti será diferente.” – añadió el subdirector mientras levantaba el dedo índice. – “Solo necesitas un segundo.”
En ese momento, hizo una pausa.
“Si aceptas emigrar, serás ciudadano estadounidense en menos de un segundo. Por supuesto, no serás un simple ciudadano, tendrás el mismo trato que los mejores cazadores de nuestra nación.” – declaró con una voz de total confianza.
“……”
Hasta ahora, todo lo que estaba escuchando era lo que esperaba de un hombre como este. Sin embargo, lo que de verdad quería averiguar era la información sobre ese despertado y su poder de ‘Mejora’. Por un instante, desvió su mirada hacia Adam, haciendo que el agente estadounidense se estremeciera y apartara la vista.
“Solo he venido para escuchar de qué va esa ‘información’.” – dijo Jinwoo volviendo su mirada hacia el subdirector.
El subdirector dejó escapar una carcajada cuando lo escuchó.
“Eso está relacionado con lo que acabo de decir.”
“Eso no tiene nada que ver con lo que estaba hablando.”
“No entiendo.”
“Señor cazador, si nos das tu palabra de convertirse en el próximo cazador estadounidense, definitivamente mejoraremos sus habilidades al siguiente nivel.”
Mejora. Parecía que ese despertado de verdad podía hacer lo que decían. Aun así, Jinwoo seguía teniendo dudas, aunque parecía que las palabras del agente Adam no eran mentira.
‘¿Realmente existe un despertado con ese poder?’
Era mejor asegurarse.
“Eso es… ¿Posible?”
Cuando vio el aparente interés de Jinwoo, el subdirector se entusiasmó todavía más.
“Claro… Está aquí con nosotros.”
Jinwoo ya sabía que había alguien más dentro de la habitación del hotel. Desde hacía tiempo, había captado una cantidad diminuta de poder mágico que fluía desde el otro lado de una puerta que permanecía cerrada. Pero, debido a que la energía mágica no era muy poderosa, no podía ser el escolta de una figura tan importante como la del subdirector de la Agencia de Cazadores. Si su habilidad no era de combate, su sospecha debería ser correcta.
“Por favor, traed aquí a la señora Selner.” – ordenó rápidamente el subdirector.
Clic
Casi de inmediato, la puerta se abrió y dos agentes escoltaron a una mujer afroamericana, de mediana edad, fuera de la habitación. Los ojos de Jinwoo se entrecerraron un poco después de percibir una extraña vibración emanando de su cuerpo.
“……”
De alguna manera, emitía un aura diferente a la de un despertado regular.
La señora afroamericana se quedó quieta al lado de la mesa, y al momento el agente sacó una silla para ella. Luego puso lentamente su trasero en el extremo de la silla. La señora Selner reconoció a Jinwoo y le lanzó una sonrisa.
‘Este es el hombre del vídeo…’
Ya le habían entregado todos los datos sobre el cazador Sung y no necesitaba una presentación para reconocerlo, haciendo más fácil el trabajo del subdirector.
“Esta es la señora Norma Selner. La única despertada del mundo que puede llevar el poder de otros despertados más allá de sus límites.” – dijo el subdirector.
Cuando terminó, la señora Selner hizo un simple gesto con la cabeza como saludo. Al mismo tiempo, Jinwoo hizo lo mismo.
“Señora Selner. Por favor, explica brevemente tus habilidades al señor Sung.”
La señora formó una sonrisa traviesa al darse cuenta, por la cara de Jinwoo, de que no estaba muy convencido.
“Todo el mundo tiene la misma cara al principio. Sin embargo…” – dijo la señora Selner. A continuación, se inclinó más cerca de Jinwoo y le susurró suavemente. – “Una vez que lo prueban, siempre me ruegan por más.”
“Señora…” – dijo el subdirector frunciendo el ceño.
“Lo sé, lo sé, director Connor. Es importante.” – dijo la señora riéndose mientras agitaba la mano con una sonrisa seductora. – “Cazador Sung. Como sabrás, todos los despertados tienen un límite. Y ninguno puede superarlo.”
Esa era la razón por la que el rango de los despertados nunca cambiaba a menos que pasaran por un segundo despertar. Era algo que todos sabían.
“Entonces, la señora…”
Pero antes de que pudiera terminar su pregunta, la señora Selner puso la misma expresión que una niña pequeña que acaba de coger la última fresa de encima de su trozo del pastel, que había dejado para el final.
“Sí.”
Los ojos de Jinwoo se abrieron.
“Puedo elevar ese límite en tres etapas. No sé si es un despertar forzado o que simplemente aumento el potencial latente de una persona. Pero sí, puedo hacerlo.”
¡Una habilidad impresionante! Sus palabras era una poderosa bomba que podía sacudir el corazón de los mejores cazadores. Los ojos de Jinwoo se volvieron hacia el subdirector que, al verlo, asintió.
“Lo que dice es verdad. Es solo que, cada vez que usa sus poderes necesita tomar un largo descanso para recuperar la energía. Por ello, solo tres o cuatro afortunados pueden disfrutar de ese beneficio cada año.”
“¿Cuál es su eficacia…?”
“Depende del individuo. Pero una vez que pasa por las tres etapas, como mínimo mejoran entre un 20% y un 30%.”
¡Entre un 20% y un 30%! Jinwoo ya tenía una media de 250 puntos en cada estadística, por lo que si obtenía esa misteriosa mejora podría superar los 300 puntos. Sin duda sería un salto enorme.
‘¿Tiene una habilidad que aumenta los poderes de una persona? ¿O aumenta el límite superior?’
Fuera lo que fuese, era una habilidad que suponía un tesoro para todos los cazadores. Estaba claro que no debería haber escasez de personas apuntando por ella.
“Si esa habilidad se hace pública…”
“Es por eso que la señora Selner está con nosotros.” – dijo el subdirector asintiendo con la cabeza.
A la señora Selner le preocupaba exactamente lo mismo y, después de pensarlo mucho, se unió a la Agencia de Cazadores a cambio de que garantizasen su seguridad y le permitieran usar sus poderes con tranquilidad.
“Garantizamos su seguridad y la recompensamos en consecuencia. A su vez, ella mejora las habilidades de esos cazadores que consideramos dignos de unirse a nosotros. Hemos mantenido esa relación durante mucho tiempo.” – explicó el subdirector. Había llegado el momento de hablar en serio.
“Y esa habilidad es el regalo que queremos darle al cazador Sung.”
“Regalo…”
¿Podría haber un regalo más grande para un cazador?
“Si te conviertes en un cazador de los Estados Unidos, serás el primer en recibir este beneficio. Además, nos aseguraremos de que obtengas los mejores términos posibles al negociar con cualquier gremio al que desees unirte.”
Para cualquier cazador sería realmente complicado rechazar esas condiciones. Ahora podía entender por qué Hwang Dongsoo ni siquiera había dudado una sola vez antes de emigrar a los Estados Unidos, a pesar de ser criticado por la gente. La enorme suma de dinero que, según los rumores, le pagaron los estadounidenses fue algo para cubrir la verdadera razón.
Los cazadores comunes se volverían locos si escuchasen esta historia y, quedaba claro cuál sería el resultado si se le contaba a un cazador de rango superior que podía mejorar sus habilidades. Nadie en su sano juicio se negaría. Sin embargo…
“¿Cómo puedes probar que tienes ese poder?” – preguntó Jinwoo señalando un hecho importante.
Todo lo que habían dicho hasta ese momento era mera palabrería y no habían dado ninguna prueba que los respaldase.
“No necesitas apresurarte. Hoy solo estoy aquí para hacer el primer paso.” – dijo la señora interrumpiendo su conversación.
Jinwoo finalmente se dio cuenta de lo que había querido decir antes.
‘Si lo pruebas, rogarás por más.’
Tal como decía, cada cazador que veía sus poderes con sus propios ojos elegía viajar a América de inmediato. Cien de cada cien. Su gran confianza se basaba en ello.
“Es como ella dice. ¿Estás de acuerdo en desbloquear tu primera etapa?” – preguntó el subdirector.
“¿Sin nada a cambio…?”
“Por favor, considéralo como un servicio, señor cazador.”
La señora Selner agarró ligeramente la muñeca de Jinwoo y, cuando se volvió para mirarla, ella formó una tierna sonrisa y le hizo un gesto para que se acercara.
“Por favor, mírame a los ojos. Míralos profundamente. Ese será el primer paso.”
El subdirector cruzó los brazos en la silla mientras se apoyaba contra el respaldo y los miraba a los dos.
‘¡Ya está! ¡Es nuestro!’
El juego había terminado. Aunque en estos momentos seguía manteniendo una expresión fría e indiferente, en el momento en que experimentase ese poder no habría dudas. Después de superar la primera etapa, sería el propio Sung Jinwoo quien se pondría en contacto con ellos. No, incluso podía firmar todos los documentos de emigración en este mismo instante. Ahora la preocupación del director se estaba centrando en otra cosa.
‘¿Cuál es su límite?’
El subdirector descruzó los brazos y se tocó la barbilla; sus ojos miraban a Jinwoo con curiosidad, anticipándose al resultado.
“¡Aaah!”
Los ojos de la señora Selner comenzaron a temblar violentamente.
* * *
Su nombre es Norma Selner.
Una mujer afroamericana de 46 años de edad conocida como Señora Selner o simplemente La Señora. Poseía el mayor grado de protección que otorgaba la Agencia de Cazadores, incluso superior al del presidente del país. En otras palabras, si ella y el presidente estuvieran amenazados al mismo tiempo, la Agencia de Cazadores la salvaría primero y solo luego se preocuparían del presidente. Era algo increíble.
Por ello, cuando el anterior director de la Agencia de Cazadores se retiró de la administración y le pasó la responsabilidad a su sucesor, lo describió con las siguientes palabras:
“No importa quién se convierta en nuestro próximo presidente, nuestra posición como la mayor nación de cazadores de la tierra nunca cambiará. Pero si ya no está con nosotros, los Estados Unidos tendrán que preocuparse por las puertas que aparezcan en ciudades pequeñas o en las regiones más remotas de nuestro país.”
Tan simple como eso. Solo ella era capaz de atraer a los cazadores de élite de todo el mundo hasta aquí. Con ella, los estadounidenses podrían descansar tranquilos todas las noches, sabiendo que no tenían que preocuparse de que las puertas de alto rango se abrieran en algún lugar dentro de su enorme país.
Ya había atraído a veintiséis cazadores de alto rango con sus manos. Por sí solo, ya era un número que superaba al resto de naciones conocidas por ser superpotencias de cazadores. La Agencia de Cazadores también seleccionaba cuidadosamente sus objetivos, por lo que era evidente que todos poseían una calidad superior a la media. Entonces, se podía decir que la señora Selner era el ángel guardián de los Estados Unidos. No importaba cuán alto fuera el cazador de rango S o el tratamiento que recibía, ninguno de ellos podía ser considerado tan importante como la Señora.
Además, contaba con el más alto secretismo. Tanto, que ni siquiera el presidente podía reunirse con ella cuando quisiera. Naturalmente, los cazadores de rango S que habían llegado a conocerla habían sido seleccionados a través de una estricta y rigurosa investigación. Como había mencionado el agente Adam White, solo unos pocos elegidos tenían ese privilegio.
“Tengo una información que quiero compartir con usted.”
Al principio, Jinwoo no tenía ni idea de lo que significaba ser incluido en ese grupo exclusivo. No solo él, lo mismo le pasaba a la mayoría de los cazadores de rango S. Sin embargo, todos lo comprendían después de experimentar lo que sentía cuando la señora Selner rompía sus límites. ¡La comprensión de lo que significaba ser elegido!
Uno de los cazadores quedó tan conmovido por el desbordante poder que recorría su cuerpo, que incluso se arrodilló ante ella para derramar lágrimas de gratitud. Al día siguiente, su nacionalidad cambió del Congo a los Estados Unidos.
‘Siempre pasa lo mismo.’
Y esa era la razón por la cual el actual subdirector de la Agencia de Cazadores, Michael Connor, no creía que algo saldría mal. Estaba seguro de que el cazador Sung gritaría de euforia y conmoción, tal vez incluso la trataría como si hubiera encontrado a su verdadero Dios, tal como hicieron todos los demás, antes que él. Entonces, rogaría por más.
No había otra manera de describirlo. Estaba completamente seguro de que iba a volver a pasar.
* * *
Un sonido de asombro salió de su boca.
“¡Aaaah!”
Después de mirar por un instante a los ojos de Jinwoo, la señora Selner comenzó a gritar a pleno pulmón, como si hubiera visto algo que no tendría que ver. Incluso hizo que se cayese de la silla y terminara en el suelo. Casi de inmediato, los dos agentes que la escoltaban, de forma instintiva, sacaron el arma que escondían bajo sus brazos para protegerla y apuntaron a Jinwoo.
“¡Alto! ¿Estáis locos?” – gritó asustado el subdirector al ver la imprudente acción de sus dos agentes. De su boca estallaron fuertes palabrotas, mientras saltaba de su posición para agarrar las dos pistolas de los agentes. – “¿No sabes quién está ante ti? ¡Cómo te atreves a hacer tal cosa!”
“Pero, la señora…”
“¡Idiotas! Si estás preocupado por ella, ¡ve a atenderla!”
“Mi… Mis disculpas.”
Los agentes guardaron sus armas con rapidez y apoyaron a la temblorosa señora Selner, que seguía tirada en el suelo. En este momento, su tez se había vuelto tan pálida, que parecía totalmente lamentable. Mientras tanto, el subdirector inclinó su cuerpo en noventa grados ante Jinwoo.
“Lo… Lo siento mucho, señor Sung. Mis agentes han cometido un grave error.”
A juzgar por lo que le temblaba la voz, el subdirector debía estar muy asustado en ese momento.
‘Están entrenados para poner la seguridad de la Señora por encima de todo lo demás, ¡pero nunca pensé que serían tan estúpidos como para apuntar con un arma a un cazador de rango S!’
Si su oponente hubiera poseído un temperamento ardiente, no solo los dos tontos agentes, sino que hasta él podría haber perdido la cabeza. En un país donde las armas estaban prohibidas, ni siquiera era capaz de encontrar una excusa para explicar por qué sus agentes empuñaban sus armas.
El corazón del subdirector todavía latía con fuerza en su pecho, incapaz de calmarse por el miedo que había sentido cuando la señora Selner gritó y cayó al suelo. Pero no mejoró cuando vio que los agentes sacaron las armas sin previo aviso. Sin embargo, Jinwoo también estaba profundamente nervioso por lo que acababa de ver.
‘¿Qué demonios acaba de pasar?’
De repente, la señora había gritado y se había caído al suelo, luego los hombres de la Agencia de Cazadores habían sacado sus armas y, por último, el subdirector había saltado de su silla y comenzado a disculparse con una profunda reverencia. Al principio estaba estupefacto, luego se quedó sin palabras y finalmente…
“Está bien… Nadie ha resultado herido todavía.”
Ni siquiera tenía ganas de enfadarse. El segundo al mando de una enorme organización se había movido primero, admitiendo los errores de sus subordinados y dando una vaga disculpa. No había ningún motivo para alargar el asunto. No había sentido nada cuando lo apuntaron con las armas, casi parecían como juguetes para niños.
“Gracias por tu comprensión.” – dijo el subdirector después de escuchar sus palabras, atreviéndose a levantar la cabeza.
Cuando pudo ver su cara y confirmar que no estaba siendo sarcástico, se sintió realmente aliviado. Había tenido mucha suerte.
‘Si esto hubiera pasado ante Thomas Andre o el chino Liu Zhigeng…’
Los corazones de esos dos agentes ya habrían dejado de latir mucho antes de que hubiera sido capaz de dar una disculpa. Era un alivio que el señor Sung fuera un caballero comprensivo.
‘Uf…’
El subdirector suspiró aliviado y se limpió el sudor que le bajaba por la nariz. Se las había arreglado para apagar primero las llamas más apremiantes, pero aún tenía que encargarse del otro asunto. El subdirector inclinó la cabeza una vez más para revisar con urgencia el estado actual de la señora Selner.
“Señora Selner, ¿qué pasa?”
“Mi… Michael…”
“¿Señora…? Estás sudando. ¿Te encuentras mal?”
El subdirector acababa de derramar unas cuantas gotas de sudor frío después de pasar por esta intensa situación, pero la Señora estaba completamente empapada, de los pies a la cabeza.
‘¿Qué está pasando?’
Jinwoo, preocupado por la condición de la Señora, se levantó y se acercó con cautela, pero ella no quería mirarlo a los ojos y comenzó a temblar aún más fuerte.
‘En ese estado, no podemos…’ – pensó el subdirector al verla reaccionar así mientras se mordía el labio inferior.
Había logrado traer al cazador Sung a la mesa de negociaciones con mucha dificultad, pero ahora, su baza más importante ya no estaba disponible. La Señora no parecía estar en la condición correcta para usar su habilidad. El subdirector se volvió hacia Jinwoo con una cara triste.
“No creo que la señora Selner esté en buena forma hoy, ¿podemos contactarlo más tarde?”
* * *
Mientras tanto.
Un invitado importante esperaba dentro de la oficina del Presidente de la Asociación de Cazadores de Corea. No era otro que el Presidente de la Asociación Japonesa, Matsumoto Shigeo. Los dos presidentes se encontraban, uno frente al otro, únicamente con los intérpretes y sin ningún asistente. Go Gunhee fue el primero en abrir la boca.
“He sido informado de lo que le ha pasado al señor Koto.” – dijo Go Gunhee siendo el primero en abrir la boca. – “Mi más sentido pésame.”
Una expresión de amargura pasó por un instante por Matsumoto Shigeo, antes de que su tez volviera a la normalidad.
“No he venido aquí para discutir lo sucedido en el pasado, sino para hablar sobre el futuro.”
Go Gunhee asintió con la cabeza. Existían algunos problemas entre estos dos hombres, no, entre las naciones de Corea del Sur y Japón, que debían resolver. En primer lugar, la distribución de los cristales mágicos. El plan original había sido dividir el botín un año después, cuando todas las monstruosas hormigas hubieran muerto en la isla. Pero Jinwoo había exterminado por completo a cada una de ellas antes de eso.
Japón, que había descubierto su asombroso comportamiento a través de una cámara espía situada en un satélite, también era consciente de ello.
«¿Qué está haciendo ese humano?»
«Hormigas… Las hormigas cerca de Sung Jinwoo están desapareciendo.»
«¡Sus convocaciones han comenzado a atacar a las hormigas!»
«Se están extendiendo por toda la isla.»
«Ah, ¿es humano? ¿De ninguna manera…?»
Estaban grabándolo todo. En un instante, todo rastro mágico desapareció de la isla de Jeju. Excepto por uno, el producido por la gran cantidad de magia que emitía el cazador Sung Jinwoo.
‘Una increíble fuerza física. Un comportamiento impredecible. Incluso la crueldad que muestra mientras mata de forma despiadada a las bestias, a pesar de que ya no es necesario…’
¿Dónde encontraría a un cazador más adecuado para la vida en Japón en todo el mundo? Matsumoto sonrió para sí mismo después de recordar la atmósfera de la sala de control durante la misión. A continuación, sacó varios documentos y se los pasó a Go Gunhee.
“¿Qué es esto?” – preguntó el Presidente mientras los cogía.
“Es un memorándum en el que Japón renuncia a los derechos de nuestra parte de los cristales mágicos de la isla de Jeju.”
“¿……?”
Los ojos de Gunhee se abrieron de golpe por la sorpresa y comenzó a hojear los documentos. Al final, sus cejas se alzaron gradualmente. Decía la verdad.
“¿Por qué?”
No comprendía la razón por la que la Asociación japonesa, después de haber sufrido tantas pérdidas, estaba dispuesta a renunciar a esa gran cantidad de ganancias.
“Por favor, entréguenos al señor Sung.” – contestó rápidamente Matsumoto.
“¡Ja, ja, ja!” – exclamó Gunhee soltando una carcajada y apoyándose contra el respaldo del sofá. – “Desafortunadamente, no es parte de la Asociación de Cazadores de Corea.”
Por supuesto, aunque lo fuera, nunca planearía entregar tal cazador a nadie.
“Lo sé.” – respondió Matsumoto como si estuviera esperando este momento. – “Sin embargo, tiene una relación muy estrecha con la Asociación coreana. Y actualmente es imposible ponerse en contacto con él a menos que sea a través de su Asociación.”
Era realmente desafortunado, pero los japoneses no disfrutaban del mismo tipo de red de información que la Agencia de Cazadores de los Estados Unidos. Eso significaba que, si Matsumoto quería ponerse en contacto con Jinwoo, primero necesitaba obtener el permiso de la Asociación coreana.
“No quería decir que estás obligado. Solo dame la oportunidad de negociar con él. Eso es todo.”
“¿Estás renunciando a una suma astronómica por esa oportunidad?”
El japonés asintió. Matsumoto Shigeo lo admitía con facilidad. Japón había perdido a diez de sus mejores cazadores por culpa de este incidente. En la situación actual, lo que Japón necesitaba era importar cazadores de primer nivel con urgencia.
Su Asociación había sido bendecida con una amplia reserva de dinero en efectivo para pagar la compensación destinada a las víctimas de la incursión. De hecho, tenían tanto dinero que prácticamente se estaba pudriendo en el banco en este momento. Entonces, si Matsumoto podía poner sus manos en un cazador del calibre de Sung Jinwoo, ya no le daría ni una mirada a esos cristales mágicos. Desafortunadamente…
“Me niego.”
La respuesta que recibió fue diferente de la que esperaba.
“¿Te niegas?” – preguntó Matsumoto sorprendido.
Tenía la total confianza de traer al cazador Sung al lado de Japón, pero necesitaba tener la oportunidad de comenzar la negociación. Pero nunca había llegado a pensar que lo rechazaran desde el principio.
“¿Lo rechazas porque tienes miedo de perder al cazador Sung?”
“De ningún modo.” – dijo Gunhee sacudiendo lentamente la cabeza. – “Te digo que, desde el principio, no mereces ni un solo cristal mágico.”
Al instante, el intérprete japonés miró a Gunhee después de dejar caer esa bomba. Era una declaración llena de implicaciones ocultas.
“Señor, ¿debería traducir eso por completo?”
“Por supuesto. No se deje ni una palabra.”
La cara de Matsumoto se puso considerablemente roja en el momento en que escuchó las palabras del intérprete.
“¡Presidente Gunhee! ¿Qué tontería estás escupiendo?” – gritó elevando una octava su tono de voz.
Pero entonces, el idioma japonés fluyó sin prisa de la boca de Gunhee.
“Deseo hablar contigo sin la presencia de los intérpretes.”
“Tú… ¿Sabes hablar japonés?” – jadeó Matsumoto sorprendido. No pudo evitar estremecerse.
“Cuando era joven, mi padre tuvo un pequeño negocio en Japón. Ha pasado mucho tiempo, por lo que será complicado mantener una conversación, pero…”
Los dos intérpretes abandonaron la oficina poco después de que Matsumoto aceptara la sugerencia.
“Hemos perdimos a más de diez de nuestros cazadores de rango S por vuestra culpa.” – dijo el Presidente japonés hablando primero.
El principal cazador de Japón, Koto Ryuji, también estaba incluido en esa lista.
“Si no deseas aceptar mi sugerencia, entonces no hay nada que podamos hacer. No solo exigiremos la mitad acordada de cristales mágicos, sino que también reclamaremos una compensación del gobierno coreano.”
Go Gunhee se echó a reír.
“Presidente Matsumoto… Parece que todavía crees que tienes algo que negociar aquí.”
“¡Presidente Go!” – dijo Matsumoto levantándose de su asiento y devolviéndole una mirada feroz. – “¿Eso es algo que debes decirle a quien luchó por tu gente?”
Sin embargo, a diferencia del agitado Matsumoto, Go Gunhee permaneció relajado en todo momento.
“No dejaba de preguntarme…”
El comportamiento tranquilo de Gunhee logró enfriar la ira de Matsumoto, haciendo que este último se sentase lentamente en su sillón.
“¿Por qué alguien al que le gusta dar a conocer su nombre en la comunidad internacional, nos dejaría cazar a la reina?” – continuó Gunhee cuando vio que estaba sentado.
“Eso ocurrió porque los coreanos carecían de los medios para ganar tiempo contra el ejército de hormigas…”
“Si de verdad creyeras eso, ¿no sería mejor poner al equipo coreano como un grupo? Dividiste a los cazadores japoneses en cuatro grupos, te hubiera sido fácil hacer uno para ir al hormiguero y acabar con la reina.”
Era cierto. Al escuchar esas palabras, el brillo en ojos de Matsumoto cambió.
“Entonces… Presidente Gunhee, ¿qué quieres decir?”
Por alguna razón, pronunció con total claridad y lentitud el nombre del presidente coreano.
“El momento de tu retirada… ¿No estaba programado desde el principio?”
“Estás loco.”
“Eres tú quien se ha vuelto loco. ¿Qué planeabas hacer después de matar a los cazadores coreanos?” – preguntó Gunhee, reduciendo sus ojos hasta que solo eran una rendija.
Fue entonces cuando Matsumoto estalló en un ataque de carcajadas.
“¡Ja, ja, ja, ja!”
Poco después, sacó una grabadora de voz de su bolsillo.
“Todo lo que acabas de decir ha sido grabado en su totalidad. Tus pecados por insultar a los cazadores japoneses sin pruebas y usar eso como excusa para romper nuestro acuerdo. ¡Todo está aquí!” – dijo sacudiendo la cabeza y formando una odiosa sonrisa en sus labios. – “Serás juzgado por la comunidad internacional.”
Solo con este archivo de voz, que contenía los comentarios de Gunhee acerca del hecho de que los cazadores japoneses se habían retirado durante la operación, servía para cubrirlo todo. En cuanto a la opinión pública, era cuestión de tiempo. Esto fue un claro error por parte de Go Gunhee, que únicamente decía lo que tenía en su corazón. Ahora ya no le preocupaba que el presidente coreano perdiera la calma y le pusiera una mano encima. Eso sería visto como otra prueba, aún más irrefutable. El archivo de voz ya había sido transferido a la computadora de la sala de operaciones japonesa.
“¿Evidencia? Por supuesto.” – dijo Gunhee sacando un objeto de color negro del tamaño de un sello de su bolsillo interior y dejándolo sobre la mesa.
“¿……?”
“El cazador Sung lo encontró en la isla.”
Sintiendo que algo siniestro estaba a punto de suceder, la actitud de Matsumoto se suavizó un poco.
“¿Qué…? ¿Es esto?”
Go Gunhee sonrió al ver al perplejo Matsumoto Shigeo.
“Es la caja negra conectada a tu equipo de comunicaciones, la que estaba usando el equipo de Koto.”
De inmediato, el color de la cara de Matsumoto cambió de color. Sin perderse la oportunidad, Gunhee sacó un reproductor MP3 y procedió a ejecutar el archivo de sonido extraído de memoria de la caja negra.
Clic
«¿Cuánto tiempo ha pasado desde que entraron los coreanos?»
«Un momento. Menos de diez minutos.»
«Diez minutos.»
«Es hora de comenzar el proceso de retirada.»
La voz de Koto Ryuji, uno de los japoneses más famosos del mundo, se escuchaba con total claridad en la grabación.
“Presidente Matsumoto, ¿sabes por qué no he revelado la existencia de este archivo al resto del mundo?” – continuó dijo Go Gunhee apagando el reproductor.
Matsumoto sacudió lentamente la cabeza. Su cara cenicienta ahora se estaba volviendo más pálida que una hoja de papel blanco.
“Es simplemente porque no quería amortiguar la alegría de mis compatriotas al disfrutar del resplandor de una victoria muy reñida con toda esta mierda. ¿Ahora lo entiendes? Solo he retrasado su lanzamiento por el bien de nuestra gente, no por ti.”
La grabadora cayó de la mano de Matsumoto con un ruido sordo. Mientras tanto, Go Gunhee siguió presionando de forma implacable.
“Estoy seguro de que entiendes lo que te estoy diciendo, Presidente Matsumoto.” – dijo Gunhee aplastando el reproductor que estaba en sus manos en pedazos con la fuerza física de un cazador de rango S. – “Sal de esta habitación. De inmediato.”
* * *
Después de que Jinwoo se marchara del hotel, el subdirector se reunió con la señora Selner en su habitación del hotel.
“Señora. ¿Qué acaba de pasar?”
Hasta ahora se habían reunido con muchos cazadores. No era la primera vez que trabajaban juntos, pero era la primera vez que ocurría algo como esto.
“Es un Rey. Un ‘Rey’ muy poderoso.” – dijo, logrando exprimir su voz temblorosa, mientras su corazón seguía temblando.
Los ojos del subdirector se abrieron. Las personas que sabían cómo funcionaba su poder eran el director de la Agencia de Cazadores, el subdirector y, por supuesto, la propia señora Selner. Solo tres personas. Y una de ellas había declarado que el cazador Sung Jinwoo era un ‘Rey’.
Du-dum, du-dum
El subdirector sintió que su corazón se volvía a acelerar.
“Esto… ¿Dices que está en el mismo nivel que los cazadores con rango de autoridad especial?”
Zius, zius
Ella sacudió su cabeza.
“No, no lo sé… Esta es la primera vez que experimento algo como esto, no puedo estar segura. Es un ‘Rey’, pero es diferente del resto de reyes.”
“¿Perdón? Explícalo de forma más sencilla…”
“Mientras lo miraba, me devolvió la mirada.”
“Pero el resto de cazadores también…”
“¡NO! No era el cazador Sung, ¡era la infinita oscuridad que se esconde en su interior!” – gritó la señora Selner histéricamente.
Su cara palideció de nuevo y su cuerpo volvió a estremecerse. Esta era una muestra del miedo instintivo que poseían todos los organismos vivos: el miedo a la muerte. Pero eso no era lo importante en este momento. Lo que realmente importaba era que todo su cuerpo no paraba de temblar de terror y apenas lograba pensar con coherencia.
“Y él…”
El subdirector volvió a centrarse en sus palabras, pero se notaba que estaba luchando por abrir los labios.
“No tiene límite.”