2ª parte: La ley de la jungla
Capítulo 64
Más allá de la frontera III
Traducido por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
Corregido por Lord
Editado por Tars
“¿Qué? ¿Algo mal?” – preguntó Barrendero. Yohan estaba ladeando la cabeza hacia un lado.
“No. Su voz suena familiar.” – contestó. – ‘Recuerdo esta voz. ¿Dónde la escuché?’
Yohan no tardó mucho en descubrir al dueño de la voz. Si no la hubiera encontrado en Yeouido después de su regreso, probablemente no la habría recordado en absoluto. Sin embargo, desde que la conoció al comienzo del apocalipsis, dejó una impresión en él.
Jung Mi-Lim, la jefa de Sección del Equipo de Seguridad de Instalaciones Industriales de Gyungseong. Era ella. Se conocieron al comienzo del apocalipsis y fueron juntos hasta Bucheon.
“Sigue viva.”
“Oh, ¿recuerdas quién es?”
“Era una compañera del trabajo antes del apocalipsis.”
“Oh… ¿En serio?”
No era una sorpresa que estuviera viva, solo algo inesperado. Ya había asumido que tenía una mayor probabilidad de supervivencia, dado que había recibido información valiosa de él antes de que alguien más lo pudiera haber descubierto, pero saberlo no garantizaba la supervivencia.
Y, aunque sobreviviera, no creía que se volverían a encontrar.
“¿Qué hacemos? ¿Vas a salvarla?”
“¿Salvarla?”
Yohan volvió a inclinar la cabeza, pero cerró la boca cuando se dio cuenta de que estaba hablando. Según la transmisión, el campamento parecía ser estable y, probablemente, estaban rescatando supervivientes.
No sabía lo que estaba sucediendo en el campamento, pero si hubieran pensado en su propia seguridad, no habrían hecho algo tan peligroso como esto.
Revelar su ubicación no era lo mismo que la Unión de Supervivientes de Seúl revelando la suya. Lo más seguro era que la transmisión de la Unión no decía su base real y, probablemente, era un lugar plagado de trampas.
Si bien era difícil determinar si este nuevo campamento era benigno, si la Jung Mi que conocía no había cambiado, probablemente no tenían malas intenciones.
Un campamento que revelaba su ubicación y se permitiera el lujo de acoger a más supervivientes sería una presa atractiva para los saqueadores. Además, parecía que era un campamento lleno de mujeres. La transmisión solo traería problemas. Fue un problema autoimpuesto.
“Son tontos.”
“Entonces… ¿Cuál es tu respuesta?”
Yohan sacudió la cabeza.
Solo esperaba que nadie estuviera escuchando y que el campamento de Jung Mi no volvería a hacer algo tan estúpido como esto. Solo podía pensar en ella en sus oraciones. Ese era el límite de su relación.
“No te preocupes demasiado por ellos. Trajeron esto sobre sí mismos.”
“Definitivamente nuestro líder es insensible.” – respondió Barrendero con una sonrisa. Pensaba que la respuesta de Yohan era interesante.
“Olvídalo. Mira esto.”
Yohan dibujó algo en un mapa y se lo entregó a Barrendero. Había una línea roja que marcaba la ruta más corta desde el Ayuntamiento de Bucheon hasta la Isla Incheon Yeongjong.
“¿La isla de Yeongjon? ¿Por qué allí?”
“No te preocupes por los detalles. Si vamos hasta allí, ¿esta sería la ruta más eficiente?”
De repente, la cara de Barrendero se iluminó.
“¿Esta es la ubicación del segundo refugio del que hablaste antes?”
“Lo pillas rápido.”
“Pensé que era un lugar súper remoto, pero es solo la isla de Yeongjong. ¿Es seguro ese refugio?”
“No te preocupes por eso. De todos modos, la gente no podrá encontrarlo con facilidad. La ruta. ¿Qué piensas?”
Barrendero miró atentamente el mapa.
La ruta que marcó Yohan iba a través de la carretera principal de Bupyeong, la carretera principal de Gyeongmeyong, pasaba justo al lado del puente Yeongjong, y, por último, a través de la autopista del aeropuerto internacional de Incheon.
“Sería estupendo si pudiéramos coger la autopista.”
“No es una carretera si hay coches bloqueándola. Es más importante utilizar la ruta más corta.”
“Usar la ruta más corta importa menos cuando el destino está muy lejos. Es imposible mover a tanta gente. Si vamos a pie, tomaría más de diez horas y, si queremos llevar los suministros, tendremos que caminar durante dos días sin parar.”
“Si es necesario, usaremos las calles. No tenemos prisa por irnos, podemos despejar el camino por adelantado. Además, no he decidido si todos vendrán con nosotros. Bueno, pienso que quizás menos de la mitad.”
“Vaya, eres muy insensible.” – comentó Barrendero. Sin embargo, podía entender las intenciones de Yohan.
Últimamente, a medida que las cosas se volvieron más seguras y estables, el número de miembros del campamento que causaban problemas menores no paraba de aumentar. Yohan estaba insinuando que podría dejar atrás a esas personas problemáticas. Sin embargo, aunque tenía un corazón frío a la hora de pensar, no le sería fácil dejar atrás a personas que había llegado a conocer durante un tiempo.
Era el tipo de persona que traería a todos y de todo, siempre y cuando valiera la pena el esfuerzo. Esto significaba que los que quedaban experimentarían el infierno y, cuando llegara ese momento, se darían cuenta en sus momentos finales de lo fácil que lo tenían bajo la protección de Yohan. Era firme, pero no era un dictador. Hizo reglas por el bien de la supervivencia y los juzgaba de manera justa cuando rompían las reglas, castigándolas de forma apropiada.
Yohan había declarado con claridad, en el video que grabaron cuando estaban en su primer refugio, que no todos podrían ir al segundo. Cualquier superviviente que no estuviera a la altura de sus expectativas quedaría atrás. La mayoría de la gente pensó que era solo su forma de motivarlos a todos, pero eso era un error. Tenía toda la intención de filtrar a las personas que iba a salvar, de las que iba a abandonar.
Barrendero había estado observándolo de cerca y podía ver vagamente dónde se dibujaba esa línea. Yohan ya había dibujado una línea en su corazón e interactuaba con las personas de manera diferente dependiendo de si iba a salvarlos o a dejarlos atrás. Esto era algo que había notado el día en que se convirtió en una de sus personas de confianza.
Si la gente pensaba que, solo con unirse al campamento, se convertiría en uno de sus compañeros, estaban siendo engreídos. Había un muro fortificado en su corazón y era inimaginablemente alto. Desde el punto de vista de Barrendero, para superar ese muro, tenías que salvarle la vida a alguien al menos una vez.
“Entonces, ¿Cuándo empezamos?”
“Aún no hemos preparado los suministros necesarios.”
“¿Suministros?”
“Primero, nos falta personal médico. También ingenieros. Necesitamos a alguien especializado en pólvora y dinamita. El papel propio de ingeniero puede esperar, pero realmente necesitamos más personal médico y que sepa de pólvora.” – explicó Yohan.
“¿Escuché bien? ¿Dinamita?” – preguntó Barrendero atónito. Yohan asintió con la cabeza. Y Barrendero sintió que se le secaban los labios y se relamió con la lengua. – ‘Dios, dinamita. Eso es algo peligroso. ¿Qué estás planeando?’
“De ahora en adelante, ese es el objetivo de nuestras expediciones de reconocimiento. No necesitamos expandir más la frontera, así que usa las máquinas de construcción para despejar las carreteras a lo largo de la ruta. Los equipos de reconocimiento pueden comenzar a buscar una vez que se despejan las carreteras. Si limpiamos toda la ruta, el viaje solo durará dos horas en coche.”
“¿Puedo revelar esta ruta a los otros miembros?”
“No, solo los gerentes lo saben. Tú y Hyuk es más que suficientes.”
“Entendido.”
Barrendero miró el mapa y lo memorizó. No quería caminar con el mapa en la mano como un idiota.
“Jefe, espera. Probablemente no sea nada, pero… Sobre esa ruta.” – dijo mientras tocaba el mapa con una expresión emocionada. – “Pasaremos cerca del lugar mencionado en la transmisión de radio. Sólo para que lo sepas.”
“No importa. Simplemente nos encargaremos de nuestros asuntos.”
Fue una coincidencia. Yohan había estado planeando la ruta durante días e hizo que pasase por un hospital, una fábrica de conservas, un centro logístico, una zona de construcción y una base militar.
No le importaba que algo se fuera a interponer en su camino, ya fuera un mutante, una oleada zombi o grupos hostiles, tenía la intención de atravesarlo. Estaba listo para destruirlos a todos.
Yohan no planeaba mudarse de inmediato. La ciudad todavía tenía más que ofrecer y quería quedarse y recoger todos los suministros posibles antes de mudarse. Sin embargo, mientras lo hacían, no estaría de más avanzar con los preparativos.
* * *
“El primer equipo de reconocimiento hará la ronda de la mañana.” – anunció Saeri a través de la radio. Los cinco miembros del primer equipo de reconocimiento, menos Yohan, abandonaron el campamento.
“Saeri, espera.” – gritó Jung Hwan.
“¿Vas a venir?”
“Sí.”
“Has estado de guardia desde ayer a primera hora. ¿Por qué no descansas?”
“Necesito el ejercicio.”
“Seguro que eres diligente. Eres como Yohan.”
Las comisuras de los labios de Saeri se curvaron hacia abajo, pero no había ninguna razón para que rechazara la solicitud de Hwan, era libre de hacer con su tiempo de descanso lo que quisiera.
El equipo de reconocimiento tenía una amplia variedad de responsabilidades. Su tarea más importante era hacer rondas de vigilancia, visitando cada campamento dos veces al día. Los equipos de reconocimiento eran el escudo que protegía a la organización, la espada que luchaba por ellos, el mensajero y la mamá que proporcionaba comida.
Las visitas diarias y nocturnas estaban perfectamente programadas. Primero, pasarían por el campamento del centro comercial y recogerían los suministros que habían preparado la noche anterior. Seo Jun firmaría los suministros y los dejarían en los campamentos mientras realizaban sus rondas de vigilancia. Había otras cosas que tenían que revisar en cada campamento, pero el objetivo principal de la ronda matutina era distribuir suministros.
“Hola Chae Hoon. Buenos días.”
Saeri entró en el campamento del centro comercial y sonrió cariñosamente a los guardias del aparcamiento.
“Hola Saeri, cada día te pones más gordita.”
“¿Quieres morir?” – dijo Saeri, sacudiendo su puño hacia Chae Hoon y haciendo que todos se rieran. Era una escena familiar.
El equipo de reconocimiento fue al primer piso, donde la gente se reunía para hablar con ellos por la mañana.
“Todos, ¡Saeri está aquí!”
Había algunos miembros nuevos en el campamento, pero la mayoría de las personas del centro comercial era gente con la que Saeri había pasado mucho tiempo. Todos la saludaron cariñosamente mientras se acercaban.
“Este es el periódico de hoy. Y Ji Hye, hay una carta para ti.” – dijo Saeri, dándole a la joven una sonrisa maliciosa.
Recientemente, corría el rumor de que Ji Hye estaba saliendo en secreto con alguien que acababa de unirse al equipo de reconocimiento. Era emocionante por dos razones: una, la pareja estaba tratando de mantenerlo en secreto y, dos, eran tan inocentes que les estaba tomando un tiempo avanzar. Saeri le dio algunos consejos amables mientras colocaba el periódico en la parte superior del tablero de anuncios, y comentaba que simplemente deberían ser golpeados.
Lo llamaron periódico, pero era algo que Jae Ho, un miembro del equipo de reconocimiento, hacía como hobby.
Era solo un pedazo de papel, ni siquiera era tan bueno como un programa de la iglesia. Detallaba los esfuerzos del equipo de reconocimiento e informaba sobre algunos fragmentos de noticias del mundo exterior. A Jae Ho le gustaba hablar con la gente, por lo que el periódico también estaba lleno de rumores que había dentro de la organización, incluidas las historias de amor, por lo que era muy popular.
“Señor, compruébalo por mí.” – dijo Saeri, entregando la orden de distribución a Seo Jun para que el equipo de reconocimiento comenzase a cargar los suministros.
“Sigan con el buen trabajo.”
“Igualmente.”
Cuando los suministros estuvieron cargados, el equipo de reconocimiento visitó cada campamento, mientras viajaban a lo largo de la frontera. Verificar si el muro había sufrido daño también era parte de sus tareas matutinas.
A veces habría un zombi cerca de la pared, pero otras veces podrían encontrar signos de un intruso cortando la cerca y entrando en su territorio. Cuando eso sucedía, toda la organización pasaría a un estado de alarma.
Hoy, encontraron un zombi atrapado en la cerca y Saeri tuvo que atravesar su cabeza usando el tirachinas.
En el quinto y más reciente campamento, el pueblo de Park, había mucha gente nueva y el estado de ánimo general era deprimente. Hasta a Saeri le resultaba difícil actuar de manera amistosa mientras entregaba cartas y el periódico a la gente del campamento.
“Hola… Saeri.” – dijo una mujer con vacilación, mientras se le acercaba.
“Oh, buenas. ¿Qué pasa?”
“Te tengo que pedir un favor.”
“¿Un favor?”
La mujer vaciló, pero se inclinó para susurrarle al oído y pedirle compresas adicionales.
Saeri frunció el ceño. Las necesidades diarias no se distribuyeron de forma regular, pero si se solicitaban, se proporcionarían sin restricciones.
Estos incluían cosas como preparados para bebés, productos de higiene femenina, pañuelos de papel, pasta de dientes… Estas cosas eran responsabilidad del miembro nuevo del equipo de reconocimiento.
“Ey… ¡Mmph!”
Justo cuando Saeri estaba a punto de llamar al miembro del equipo de reconocimiento para que se acercara, la mujer, de repente, le cubrió la boca.
“¿Qué?”
“Bueno, verás…” – susurró la mujer en voz baja.
Al parecer, el miembro que acababa de unirse al equipo de reconocimiento desde hacía una semana, había prometido darle suministros ilimitados si salía con él.