sábado, 4 de abril de 2020

G4L Capítulo 60

Arco 8 Capítulo 60
Propósito, planes y comida deliciosa
Traducido por Kroncar
Revisado del Japonés por Tars
Corregido por Darach
Editado por Tars

Al mediodía siguiente. En su habitación en la mansión de Varin, Kazura se encontraba abriendo docenas de cajas de cartón traídas de Japón mientras explicaba su contenido a Valetta. Dentro de las cajas había comestibles, como conservas y bebidas energéticas, y suministros médicos, como vendas y antisépticos. Había tal cantidad de cosas que incluso si Kazura no regresara a la aldea de Grisea por varios meses, estarían bien. Además, junto a las cajas, se apilaban un montón de sacos que contenían 500 kilos de arroz. Solo con esto, si Kazura no pudiera regresar a la aldea, podría mantenerse durante bastante tiempo. Últimamente, los problemas alimentarios de la aldea se habían resuelto y, ahora, eran capaces de recoger cosechas abundantes. Sin embargo, Kazura estaba preocupado de que, si interrumpía su apoyo alimentario a la aldea, las habilidades físicas de los aldeanos volvieran a su estado original. Aunque solo era una suposición, pero considerando la manera en que los aldeanos fortalecieron su capacidad física, si dejaban de comer la comida traída por Kazura, su habilidad física podría volver gradualmente a la normalidad. Debido a que el ataque de los bandidos ocurrido hace varios días podría repetirse, prefería mantener a los aldeanos con su capacidad física actual. Además, si por alguna casualidad se quedaban sin la comida de Kazura, con la producción actual, no tenía que preocuparse de que pasaran hambre. Sabía que las personas que eran mejoradas físicamente no morían de hambre por dejar de comer sus alimentos y alimentarse de los de este mundo. Quedó claro cuando Varin y Valetta viajaron con las tropas de Isaac hace unos días. Solo tenía que tener cuidado de los ataques de enemigos externos. “Es una gran cantidad… Kazura, ¿no vas a regresar?” – preguntó Valetta incómoda, levantando la mirada de las cosas con los ojos bien abiertos. “Ah, no, planeo regresar en 10 días a partir de ahora. Debo recibir el hidrogenerador que ordené a la empresa de ingeniería.” – respondió. “¿Que? ¿Quieres traer un generador de electricidad a Isteria?” – dijo Valetta asombrada. “Sí. Planeo utilizar un frigorífico y otros electrodomésticos. Pensé que, si podía usarlo, podría traer comida fresca de Japón. Además, con un generador, puedo usar herramientas eléctricas o un ordenador personal.” “E… ¿Es así? Me parece una medida tan drástica… Pero, ¿estará bien…?” – preguntó Valetta con un deje de preocupación en su voz cuando escuchó la palabra ‘electrodoméstico’. Estaba preocupada de que otras personas pudieran ver elementos tecnológicamente avanzados, como los electrodomésticos que había traído. “Bueno, le pediré ayuda a Narson y me asegurare de que los extraños no lo vean, así que estará bien. Dado que Narson tampoco querría que otra gente viera las cosas que he traído, seguro que estará dispuesto a ayudar.” – dijo Kazura. Incluso si las cosas fueran vistas por gente fuera del grupo de Narson, si solo logran entrever un poco de ellos, seguramente no comprenderían que son, ni cómo se utilizan. Sería una historia diferente si realizara un acto extraordinario, como cruzar Isteria en un vehículo, pero si se trataba de una computadora, un generador, o un refrigerador, incluso si alguien fuera capaz de echarles un vistazo, solo pensarían en ello como una caja misteriosa. Sin embargo, si abrieran el refrigerador y miraran dentro, o si vieran el portátil y las herramientas eléctricas en funcionamiento, entonces podrían hacer un alboroto, por lo que sería mejor tener cuidado con el lugar donde fuera a utilizarlas. “Ya veo… Si contamos con la cooperación del señor Narson, entonces… La gran caja que el señor Kazura trajo en su último viaje…” “Si, dentro hay un refrigerador. También traje una gran cantidad de verduras congelados, así que incluso si voy a Isteria, mi dieta debería estar más o menos bien.” – respondió Kazura, confiado de la comida que tendría en el futuro. “Eh, ¿no ibas a traer el generador de Japón dentro de 10 días? Si no puedes usar el refrigerador hasta entonces… ¿Las verduras no se descongelarán?” – preguntó Valetta con cara sospechosa. “Oh, estará bien. También traje un generador que funciona con gasolina y dos bidones con el combustible, así que la comida debería durar hasta entonces.” – respondió Kazura. “Es… ¿Eso es verdad?” Valetta estaba un poco preocupada por las drásticas medidas que estaba tomando Kazura. Sin embargo, ya que el señor feudal de Isteria era un aliado, esas acciones, aunque irrazonables, hasta cierto punto todavía podían pasar por unos límites aceptables. Ya que Narson definitivamente deseaba obtener la ayuda de Kazura por todos los medios, nunca estaría en desacuerdo con él. Más bien, como estaría preocupado por su relación, estaría dispuesto y encantado de ofrecer su cooperación. Además, si había alguna posibilidad de que los actos de Kazura causaran alguna perturbación, sería por lo que había hecho en la aldea hasta ahora. Quizá había alguna manera de ser un poco más prudente, pero, aunque quisiera hacerlo ahora, ya era demasiado tarde. “Si necesitas algo u ocurre algún problema, házmelo saber en cualquier momento, y regresaré de inmediato.” – dijo Kazura. “Si, muchas gracias.” Aunque Valetta dio las gracias con una sonrisa, su pecho se encontraba angustiado por la soledad. En unos minutos, Kazura regresaría a Isteria una vez más. La próxima oportunidad de volver a verlo sería dentro de diez días y, probablemente, después de esa ocasión se quedaría en Isteria durante mucho tiempo. Si se relajaba, aunque solo fuera por un segundo, sus ojos se llenarían de lágrimas, así que puso una sonrisa y lo soportó para que no la descubriera. Había sucedido antes, pero no quería volver a mostrar un estado tan lamentable frente a Kazura. “La aldea está bien, así que deberías concentrarte en ayudar a Isteria. Me pondré en contacto cuando necesite tu poder.” – dijo Valetta, haciendo que Kazura se sorprendiera. “De acuerdo.” – respondió con una sonrisa, recuperándose rápidamente.
* * *
30 minutos más tarde, después de cargar todo su equipaje en un carro, Kazura se despidió de los aldeanos a la entrada de la aldea. Algunos lo miraban con una expresión ansiosa, pero la mayoría tenía una sonrisa. Hasta cierto punto, todos se habían sentido aliviados cuando Kazura regresó de Isteria, la primera vez, a salvo. Además, Zirconia había dado un discurso en frente de todos los aldeanos. El contenido del discurso trataba sobre la importancia de la asistencia de Kazura a Isteria y de la actual situación de hambruna que había estallado en el territorio, además, el contenido principal de la explicación consistía en asegurar que, la casa de Estelle, garantizaba la seguridad de Kazura. Normalmente, que un noble reuniera docenas de plebeyos de una pobre aldea y se dedicara a dar explicaciones sería un espectáculo increíble, pero ahora que los nerviosos aldeanos escucharon su discurso, comprendieron la situación. Además, cuando declaró que Kazura regresaría en 10 días, todos se sintieron mucho más aliviados. Para la gente de la aldea de Grisea, Kazura ya se había convertido en un pilar en su corazón, algo como su Dios salvador. Una existencia indispensable. “Bueno, entonces, me iré por ahora. Regresare en 10 días, pero si algo sucede durante ese tiempo, contáctame rápidamente.” – trasmitió Kazura a los aldeanos reunidos, antes de que Isaac, que estaba de pie a su lado, lo llevara hasta su carruaje. Marie estaba esperando al lado de la puerta. Parecía que también viajaría con él de vuelta a casa. “¡Señor Kazura!” – gritó Valetta cuando Kazura estaba a punto de subir al carruaje, corriendo en su dirección. “Eh, ¿pasó algo?” – pregunto Kazura. Cuando Valetta llegó frente a Kazura, lo miro directamente a los ojos. “Haré mi mejor esfuerzo. Es por eso que…” – dijo. Luego, cerró la boca y bajó su mirada hacia el pecho de Kazura. De repente, lo volvió a mirar a los ojos. “¿Si?” – preguntó con una sonrisa. “No… Nada. Cuídate y no te presiones demasiado.” – respondió mientras forzaba una sonrisa con un rastro de soledad. “Claro, tampoco te excedas. Estudiar es divertido, pero no te quedes despierta hasta muy tarde.” – dijo Kazura en broma. “No puedo prometer eso.”- respondió Valetta riendo involuntariamente. “Ahora, no sería extraño si dejas de crecer.” “Está bien. No me molesta si me quedo así de pequeña.” “Porque esta chica es tan testaruda” – dijo Kazura, acariciándole la cabeza para despeinarla. Ella entrecerró los ojos como si le hiciera cosquillas. Después de confirmar que la sombra de soledad había desaparecido de la expresión de Valetta, sacó la mano de su cabeza. “Entonces, te veré de nuevo en 10 días. Hasta entonces, cuídate.” “Si. Usted también señor Kazura, tenga un buen viaje.” – respondió. Kazura sonrió a Valetta y, después de que Isaac abriera la puerta del carruaje, subió dentro. Detrás, Marie subió con la ayuda de Kazura. Luego de que Kazura y Marie subieran al carruaje, bajo las órdenes de Zirconia, una gran fuerza compuesta por casi 1000 soldados y 300 guardias nobles, comenzaron a moverse lentamente hacia Isteria. “Entonces… Por favor, no desaparezcas.” – murmuró Valetta en voz baja, al ver partir al ejército.
* * *
Decenas de minutos después de que el ejército comenzara a moverse hacia Isteria, mientras Zirconia estaba montando en su rata al frente de la columna de soldados, llamó a Havel. Quería hablar sobre los platos que habían servido a Kazura en la Casa Levenson. “¿Los platos que le servimos a Kazura?” – preguntó Havel. “Si. Quiero que me digas que tipo de platos le serviste al señor Kazura durante su estancia en tu residencia.” – contesto Zirconia. “En ese momento, no sabía las preferencias del señor Kazura, por lo que ordené que se preparasen todo tipo de platos con los ingredientes que pude conseguir. La cantidad era bastante grande, pero parece que estuvo bastante satisfecho con el resultado.” – dijo Havel. “Todos los platos que fueron capaces de preparar… Los cocineros de tu casa son muy capaces para poder responder a esa petición. ¿Tienes tantos ingredientes almacenados?” – preguntó Zirconia sorprendida por la respuesta de Havel. Había escuchado de Isaac que la idea de dejar a Kazura en la casa Levenson había sido una decisión de última hora, por lo que no deberían haber tenido tiempo de hacer ninguna preparación. Mientras Kazura se quedó en su casa, también tuvieron cuidado con la comida y le sirvieron diferentes tipos de sabores. Sin embargo, a juzgar por la cantidad de comida que Kazura trajo consigo esta vez, parecía que los platos no habían sido capaces de satisfacer su paladar. No obstante, ¿qué tan hábil era el cocinero de la casa Leveson para ser capaz de realizar platillos que satisficieran a Kazura en su primera comida? “No es como si tuviéramos guardada tanta cantidad de comida, pero mi padre siempre quiere mantener una cantidad fija de carne y de vegetales. En ese momento, mande a los sirvientes a un mercader cercano para comprar carne fresca y orugas…” – explicó Havel. “Ya veo…” Zirconia pensó por un momento, antes de volver a abrir la boca. “Havel, ¿puedes prestarme a uno de los cocineros que hizo los platos para el señor Kazura? Por supuesto, serás recompensado con la cantidad de dinero adecuada.” “Ah, ¿Un cocinero?” – pregunto Havel desconcertado. “Si. A pesar de nuestro esfuerzo, los platos preparados en nuestra mansión parecen no ser del gusto del señor Kazura. Hasta probamos varias ideas y cambiamos los platos, pero parece que no funcionó.” – dijo Zirconia, explicando los motivos de su solicitud. Por la forma en que lo explicaba, parecía que estaba admitiendo que los cocineros de la mansión Narson eran inferiores a los de la casa Levenson. Aun así, no parecía muy preocupada por ello. Los nobles con un alto orgullo, jamás hubieran sido capaces de expresar esas palabras, pero Zirconia no se preocupaba por ese tipo de cosas. Si era lo que necesitaba para obtener lo que quería, lo haría de la manera más rápida posible. Después de escuchar la explicación de Zirconia, Havel se quedó pensando por un momento en silencio. “En ese caso, tengo un buen candidato. Todavía es joven, pero es una buena cocinera y conoce a Kazura.” “Bueno, eso está bien ¿Qué edad tiene esa cocinera?” – pregunto Zirconia. “Tiene 13 años. Su nombre es Marie. Actualmente se encuentra en el mismo carruaje que el señor Kazura. Su ocupación actualmente no es la de una cocinera sino la de una sirvienta de nuestra mansión. Le ordené venir en esta expedición para que me atendiera como mi sirvienta.” – respondió Havel. “Es bastante joven… Pero si está en el mismo carruaje que Kazura significa que esa chica le gusta.” – murmuró Zirconia para sí misma. A su lado, Havel permaneció en silencio, sin cambiar de expresión. “Entonces ¿Podrías entregármela? Solo dime cuánto dinero debería pagar por ella.” – añadió asintiendo, como si hubiera interpretado su silencio como una afirmación. “Si. No obstante, Marie es una esclava propiedad de mi padre, nos ahorraría problemas si pudieras hablar con él sobre los derechos de propiedad…” “Oh, sí, cuando regrese a Isteria, iré a hablar con él directamente.” Zirconia no hizo ninguna reacción cuando escucho la palabra ‘esclavo’, más bien se sentía aliviada de que sus preocupaciones sobre los platos de Kazura hubieran sido resueltos. A continuación, Havel dio un pequeño suspiro de alivio, mientras miraba de reojo la expresión de Zirconia.