Arco 9 Capítulo 72
La chica que se esfuerza
Traducido por Alsabov
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Habían pasado dos horas. Mientras observaban a la recién construida noria recoger agua de manera constante, Kazura revisaba que su velocidad de rotación fuera la correcta. Como habían vuelto a participar los mismos guardias y criados que llevaron a cabo la instalación de la noria el día anterior, la construcción de esta nueva noria había ido sin problemas. A este paso, ese mismo día podrían instalar entre tres y cuatro norias más.
‘Mmm, esta no parece tener ningún problema. ¿Será que la precisión de las piezas es irregular?’
A diferencia de la noria que habían instalado el día anterior, ésta no parecía tener ninguna variación de velocidad. Zirconia le había dicho que había comisionado la manufactura de las piezas a los artesanos de la ciudad, por lo que tal vez habría algún taller que tuviera problemas con la calidad de sus piezas. Pero como no contaban con ninguna marca para identificar a qué taller pertenecía cada pieza, la noria se había armado con piezas de diferentes talleres. Por lo que en el futuro sería necesario que cada pieza tuviera una marca para identificar en qué taller había sido fabricada.
“Increíble… Pensar que tal artefacto existe, es la primera vez que veo algo parecido…”
Estupefacta, Liese observaba la noria que continuamente enviaba agua por el acueducto.
“Mientras tengamos esta noria, el agua de los campos nunca se secará. Sin embargo, al parecer se han mezclado piezas defectuosas entre las demás, por lo que después tendré que revisar el proceso de manufacturado de los artesanos.” – dijo Kazura.
“¿Eh? Parece que funciona bastante bien, pero aun así, ¿está defectuosa?”
“No, esta noria se encuentra bien, pero ha habido algunos problemas con la que instalamos ayer la señora Zirconia y yo. No es toda la noria, sino más bien unas pequeñas partes mezcladas.”
“Ya veo…”
Liese respondió cortamente mientras seguía observando la noria trabajar. Aunque Kazura había dicho que la noria tenía un defecto, ella no podía pensar qué clase de fallo podía presentarse, por lo que decidió no preguntar al respecto. La noria que constantemente suministraba agua a los campos le había dejado tal impresión que no podía pensar en una sola pregunta.
“Ahora entonces, es el momento justo para descansar. Tengamos el almuerzo.”
Mientras decía esto, Kazura señalaba a los criados cercanos para que comenzaran a preparar los alimentos. Los criados asintieron a su indicación e inmediatamente se apresuraron a la carreta para tomar las mesas y sillas plegables, instalándolas hábilmente en el suelo. En cuestión de minutos, habían armado una mesa con sillas y una sombrilla, justo como una terraza de café japonesa. La mesa tenía un pequeño orificio en el centro donde se podía insertar una sombrilla, y la que utilizaron era la que había estado sosteniendo la criada para cubrir a Kazura y Liese hacía unos momentos.
La mesa estaba cubierta con un mantel, donde descansaban los platos y cubiertos de plata. Sobre ellos estaba la comida que se había traído desde la residencia y con eso los preparativos para el almuerzo estaban listos.
Los platos que le sirvieron a Liese consistían en una tortita recién horneada, pollo en escabeche con hierbas, pequeñas rodajas de una fruta parecida a una ciruela, y vino de frutas diluido. Algo de lo que se había dado cuenta tras su viaje con la unidad de Isaac, es que en este mundo parecía normal el beber alcohol durante el almuerzo o la comida. Viendo que a una chica como Liese se le servía vino de frutas, no debía haber restricción de edad para el consumo de alcohol. Y, como de costumbre, los alimentos de Kazura consistían en comida enlatada, que también habían cargado en la carreta.
Cuando los cubiertos y platos para Kazura estuvieron preparados, Marie fue por la comida enlatada de su equipaje. Cubierta por una tela, retiró la tapa de la lata y, dejándola allí, se dirigió hacia donde estaba Kazura con la lata de comida cubierta. Con mucho cuidado, comenzó a vaciar el contenido en el plato mientras mantenía escondida la lata de los demás criados.
En esta ocasión, Kazura había decidido traer consigo sopa de almejas y bollos dulces. Aunque en realidad había querido traer una lata de arroz frito con verduras, pero una lata de arroz requería calentarse previamente antes de servirse, por lo que había abandonado la idea. Y la bebida que Kazura había traído no era vino de frutas, sino simple agua.
A propósito, el que Marie escondiera la lata de los demás criados y cómo la vaciaba en el plato era porque así se lo había instruido Havel previamente.
‘¿Qué será esto? ¿Un estofado? ¿No se habrá estropeado con el calor…?’
Liese observaba confundida la sopa de almejas que estaba en el plato de Kazura. Como ella todavía no conocía sobre la existencia de la comida enlatada, pensaba que era un estofado que se había preparado en la residencia. Y bajo el calor de sol, aun si el estofado se dejaba dentro de la carreta, después de varias horas, se volvería algo rancio.
“Entonces, ¿deberíamos comenzar? Ah, también está bien que la señorita Marie se tome un descanso para comer. Ya que no necesito nada mas además de esto, eres libre de cogerte un descanso.”
Cuando Kazura le dijo esto, Marie hizo una expresión sorprendida.
“Entendido.”
Entonces hizo una referencia y se dirigió hacia la carreta para comer. Y tal vez porque estaba siguiendo el ejemplo de Kazura, Liese también ordenó a los demás criados y guardias que tomaran un descanso. A lo que los criados asintieron agradecidos, y posteriormente se dirigieron hacia donde Marie para tomar sus alimentos.
Los demás criados estaban muy interesados en Marie, por lo que charlaban de una cosa y de otra con ella. Y aunque Kazura y Liese no alcanzaban a escuchar sobre qué estaban hablando, ya que tenían un ambiente distendido, no debería hacer ningún problema.
“Señor Kazura, si te parece bien. ¿Quisieras probar un poco de mi comida?”
Cuando Kazura ya había puesto la cuchara en la sopa de almejas y se preparaba para comer, Liese le ofreció su plato para que lo probara.
“Ha sido preparado por Ayla, se puede consumir con pan y es increíblemente delicioso. Como ha preparado mucho, puedes coger si quieres.”
“Mmm, ¿es así? Entonces tomaré un poco.”
Ya que Liese le estaba ofreciendo, Kazura tomó un poco de carne con su tenedor y lo puso en su boca. La carne parecía ser muslo, y la sal lo había ablandado lo suficiente; la esencia de las hierbas le daba un buen toque y los sazonados complementaban el sabor, por lo que estaba extremadamente delicioso.
“Oh, esto está muy bueno. Tal vez le pida a Ayla que me enseñe a prepararlo la próxima vez.”
Liese sonrió dulcemente a Kazura, que también sonreía por el sabor de la carne que aún tenía en su boca.
“Estoy feliz de que te guste. Como todavía queda un poco en la carreta, si te parece bien, podemos traerlo.”
“Muchas gracias. ¿Quiere la señorita Liese probar la sopa de almejas…? Ah, ya no hay platos libres. Tal vez queden algunos en la carreta.”
“Ah, está bien. Por favor no te preocupes. Por supuesto que aceptaré un poco en la próxima ocasión.”
Liese detuvo a Kazura, que se estaba dirigiendo hacia la carreta por un plato para ofrecerle sopa de almejas. Pero, a decir verdad, Liese le estaba ofreciendo de su comida a Kazura porque temía que la sopa de almejas estuviera rancia. Y la razón por la que había dicho que habían preparado mucho y que estaba delicioso era para que a Kazura le fuera más fácil comer de los alimentos de Liese en caso de que el suyo estuviera rancio.
Ya que a Kazura se le podría hacer difícil admitir que su comida se había puesto rancia, Liese había preparado el ambiente para que esto no fuera necesario. Para que entonces, cuando Kazura probara su propia comida y notara que estaba rancia, pudiera considerar la oferta de Liese. Y si esto pasaba, entonces su impresión de Liese mejoraría, por lo que ella de todo corazón esperaba que su comida se hubiera estropeado.
“Mmm, ¿en serio? Entonces, sin duda compartiré contigo la próxima vez.”
Kazura comenzó a comer la sopa de almejas mientras ignoraba completamente la intención de Liese. Por supuesto, la sopa de almejas acababa de ser extraída de la lata, por lo que no podría haberse puesto rancia todavía. Y, sin ningún cambio de expresión, partió el bollo dulce que tenía con él y comenzó a comer.
‘¿Eh, la comida está bien? Es una pena.’
Viendo que la comida de Kazura parecía estar bien, Liese se sintió abatida en su corazón, pero sin dejar que se notara en su rostro, asintió a Kazura con una sonrisa. Además, no era necesario que se ganara su favor de inmediato y Kazura ya mostraba una impresión favorable hacia ella. Y como Kazura parecía que se quedaría en la residencia por un tiempo más, podía buscar ganar su favor en otra ocasión.
“Es algo que ya había notado cuando comimos en la residencia, pero parece que los platos del país del señor Kazura son diferentes a los de Arcadia. ¿Consumes normalmente alimentos como esa ‘sopa de almejas’?”
“¿Hmm? No, no es así… En lugar de este tipo de comida, comemos granos cocidos al vapor o hervidos con cada comida. Eso vendría siendo el alimento básico, y como guarnición suele haber pescado asado o verduras cocidas.”
“¿Un grano? ¿Es algo así como cocer el trigo común o el trigo para ratas en agua?”
“Sí, es algo parecido. No es como gachas, sino que el grano cocido todavía conserva algo de su consistencia.”
Mientras comían y hablaban entre ellos, Liese estaba pensando cómo sería su futuro con Kazura. Si las sospechas que había tenido con Ayla esta mañana eran correctas, entonces Zirconia seguramente había hecho varios planes para que coincidieran las actividades entre ellos en el futuro. La falta de información sobre el lugar natal de Kazura le generaba curiosidad, pero aun si su identidad como noble era mentira y se trataba de simplemente un ciudadano común de Craylutz, no cambiaba el hecho de que debía ser muy rico.
El problema no era sobre su identidad, sino que Liese estaba más interesada en la influencia y bienes que Kazura poseía, y aún más importante, cómo de generoso era con su dinero. Alguien quien Zirconia recomendara no debería tener un pasado sucio y si era alguien tan cercano a Narson que incluso le confiaba varias cosas, no debería haber problemas con su personalidad.
Y la impresión que Liese tenía de Kazura tras observarlo durante varios días era que Kazura resultaba amable con todos y era considerado con los demás; además de eso, parecía ser una persona trabajadora. Y, a pesar de eso, era lo bastante generoso como para regalar un colgante muy caro sin vacilación.
Aunque podía ser que no sentía ningún pesar cuando había que gastar dinero, no parecía tener la misma consciencia de autocontrol como Narson o Isaac. Era alguien cercano a Narson y Zirconia, que incluso participaba en la cena familiar con ellos; alguien así no debería ser un mal candidato a matrimonio.
‘En ocasiones me observa, pero no hay ningún deseo lascivo en su mirada, a diferencia de aquellos que vienen a la audiencia, por lo que debería ser de corazón puro. En ese caso, ¿debería ser yo la que mueva las cosas?’
Debido a su apariencia, Liese estaba acostumbrada a la mirada de los hombres sobre ella desde hacía mucho tiempo, por lo no era algo que le disgustara demasiado. Pensaba que esto era debido a que los hombres eran así por naturaleza, pero cuando notaba que las miradas eran lascivas y pegajosas, se sentía asqueada. En este punto, aunque Kazura solía mirarla en ocasiones, cuando ella lo notaba, él desviaba la mirada, como si tratara de ser cuidadoso en no observarla demasiado. Entre todos los hombres con los que Liese había tenido contacto, era bastante raro que un hombre tomara tal actitud, por lo que Liese tenía una buena impresión de él. Por cierto, aunque Isaac era igual de cuidadoso que Kazura al mirarla, Liese no le ponía ninguna atención.
‘Voy a investigarlo un poco más. Si no parece haber problema entonces…’
“’Umm, ¿pasa algo malo?” – preguntó Kazura.
De pronto, Kazura había notado que Liese le observaba, por lo que se lo preguntó mientras inclinaba la cabeza.
“Fu,fu… Tienes comida a un lado de la boca.”
Con estas palabras, Liese tomó la servilleta que estaba a su lado y, inclinándose un poco hacia adelante, limpió gentilmente la mejilla de Kazura.
“¿Eh? Ah, gracias.”
Mientras se sonrojaba un poco, Kazura le daba las gracias. A lo que Liese le sonrió mientras pensaba para sí.
‘Daré mi mejor esfuerzo.’