Volumen 11 Capítulo 13
La gran crisis de Corea
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
La puerta más grande que jamás se había abierto en la Tierra hasta ahora había sido en los Estados Unidos de América, el portal de donde salió Kamish. Sin embargo, la puerta que tenían ante sus ojos era diez veces más grande. ¿Realmente era necesario medir su rango?
Desafortunadamente, alguien tenía que hacer el trabajo y, por lo tanto, la Asociación de Cazadores envió un helicóptero. Todos sus ocupantes eran cazadores. Esto se hizo por temor a que los cuerpos de los empleados comunes no pudieran resistir la energía mágica emitida por esta ‘Puerta Ultragrande’ y su cuerpo terminase dañado si se acercaban demasiado.
Ta, ta, ta, ta…
Así, el helicóptero transportó al piloto, al copiloto y a dos miembros del personal hacia la puerta. ¿Ser succionado por un agujero negro se sentiría así? Iban en un trozo de metal tembloroso que volaba por el cielo.
“Jefe, ¿alguna vez has viso algo como esto?” – preguntó uno de los empleados mirando fijamente al gigantesco círculo negro cuando se acercaron más.
El sol ya se había puesto y tenían que confiar en la luz de los focos conectados al helicóptero, pero la escala de la puerta era tan aterradora que seguía siendo claramente visible. El empleado de mayor rango negó con la cabeza.
“No, nunca. Estoy seguro de que nadie en este mundo ha visto una puerta de este tamaño.”
El mundo entero estaba conmocionado. Hasta ahora había sido absolutamente irreal que una puerta apareciera en el cielo. En realidad, el mundo estaba asustado no solo por su ubicación especial, sino por su increíble tamaño. Si hubieran sabido que hasta Thomas André dudaba de lo que tenía ante sus ojos, ni siquiera habrían compartido una tonta conversación como esta.
Glup
Mientras las dos personas que estaban distraídas por la puerta seguían tragando saliva, el helicóptero se acercaba lentamente hacia su objetivo.
“Será peligroso para el helicóptero acercarse más.” – dijo el copiloto a sus pasajeros.
Los emplearon asintieron y terminaron los preparativos para medir la puerta. Originalmente debían colocarse al lado de un portal para poder medir su rango, pero en esta ocasión esto no resultaba necesario. Tan pronto como encendieron el interruptor, el dispositivo soltó un chispazo y dejó de funcionar. Era evidente que el instrumento de medición no podía soportar la energía que fluía por la puerta. Por supuesto, era el resultado esperado.
“Mayor.” – dijo el empleado que operaba el dispositivo mirando a su jefe.
Éste asintió con la cabeza para dar su consentimiento, y el empleado cogió la radio para informar del resultado de la medición a la Asociación. Pero en ese momento, su jefe soltó un grito mientras miraba por la ventana.
“¡Ten cuidado!”
El empleado se sobresaltó asustado y miró a su alrededor a toda velocidad.
“Qu… ¿Qué ha sido eso?”
“Me ha parecido ver algo al otro lado de la ventana…”
“¿Eh? ¿Ya ha salido un monstruo?”
Era imposible que un monstruo emergiera por una puerta que había aparecido hacía menos de un día. No podía ocurrir, pero esas eran las palabras de uno de los empleados más veteranos. Ni los pilotos, ni su subordinado estaban en condiciones de criticarlo y preguntarle si lo había visto bien. Y tal como esperaba…
“¡Allí!” – dijo el veterano señalando con precisión lo que acababa de ver.
En ese momento, la voz preocupada de Woo Jincheol salió por los auriculares que el empleado llevaba en la cabeza.
- ¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¡Agente Sang-Won! ¡Yoo Sang-Won! ¿Qué está pasando?”
“Se… Señor… ¡Es un monstruo! ¡Hemos visto un gran monstruo volando cerca del helicóptero!”
- ¿Qué?
“Pero, eh… No creo que sea un monstruo común.”
- ¿No sabes que estás completamente indefenso cuando te encuentras con un monstruo en el aire? No os he enviado para averiguarlo, ¡bajad ahora mismo!”
“N… No, señor. La cuestión es… Presiente… Eh… Hay una persona montada sobre ese monstruo.”
- ¿De qué estás hablando? Oye, ¿cómo pude haber una persona montada sobre un mon…?
En ese momento, la imagen de un hombre sobre la espalda de un monstruo apareció en su cabeza y silenció sus palabras por un instante.
- Sang-Won… ¿Puedes ver el rostro de ese hombre?
“Espere señor. Sí, creo que puedo verlo.”
- ¿No será el cazador Sung Jinwoo?
“¿Eh?”
El empleado se pegó a la ventana y estrechó los ojos para poder observar con más claridad.
“Co… ¿Cómo lo ha sabido?” – gritó sorprendido.
* * *
¡Iaaaack!
Jinwoo se acercó hasta la puerta a lomos de Kaisel. Parecía que estaba volando hacia un lago negro que no tenía fin. Su tamaño era abrumador.
Si hubiera sido un cazador ordinario, no habría podido resistir el tremendo poder mágico de la puerta, pero Jinwoo permaneció indiferente y decidió comprobarlo personalmente. Pudo ver cómo el helicóptero de la Asociación descendía rápidamente a tierra; al parecer habían evaluado que era demasiado peligroso permanecer allí.
Jinwoo se quedó mirando al helicóptero por un instante antes de acercarse aún más a la puerta. Por encima de su cabeza, flotando de manera inquietante, tenía una oscuridad que abría sus fauces hacia el suelo. Como era de esperar, la superficie de la puerta todavía estaba bloqueada por una película negra, por lo que no podía ver cómo era en su interior.
“……”
Por un instante se preguntó qué pasaría si alargaba la mano para tocarla. ¿Se quedaría como está o sería absorbido como en una puerta roja? De inmediato, extendió cautelosamente su mano. Deseaba poder resolver esto antes de que la puerta estallase y los monstruos de su interior salieran.
Con algo de anticipación, las yemas de sus dedos presionaron contra la película negra de la puerta. Con un poco de expectativa burbujeando ruidosamente en su corazón, presionó la punta de su mano contra la pantalla de la puerta.
‘Que…?’
Esta era la primera vez desde que se había convertido en un Despertado en el que se encontraba en una situación como esta. No podía entrar por la puerta. Su mano era incapaz de entrar por la puerta y terminó siendo bloqueada por la película negra. La membrana era tan dura como una pared.
‘Si fuera una pared normal podría derribarla…’
Empujó con todas sus fuerzas, pero la pared no se inmutó.
Toc, toc…
Jinwoo golpeó la membrana, con su boca cerrada con firmeza.
‘Es diferente.’
Una puerta por la que los Despertados no podían pasar. Era diferente de cualquiera otra puerta que hubiera visto. Por un momento se preguntó si las cosas de su interior también serían diferentes.
‘Lo que sea…’
Le daba igual lo saliera por la puerta. Por debajo de ella se encontraban sus familiares y amigos, así que no iba a dejarlo pasar. Ahora poseía estadísticas elevadas y valientes soldados que lucharían a su lado. En el momento en que estaba pensando esto…
¡Uaaaaaaaaa…!
Los vítores de los soltados que se escondían en su sombra llegaron a sus oídos.
¡Du-dum!
La ansiedad y la anticipación se alternaron en su corazón. Desde que se había convertido en el Jugador y recibido los poderes del Sistema, Jinwoo siempre había creído que había una razón, un propósito, para su existencia. Y, si ese era el caso, ¿no sería que estaba destinado a detener esta calamidad?
‘¿En qué tonterías estoy pensando…?’
Jinwoo se rio entre dientes y abandonó esos pensamientos sombríos mientras retiraba su mano de la puerta.
Brrrrr…
El teléfono móvil, que había guardado en modo vibración, comenzó a moverse en su bolsillo. Era la Asociación de Cazadores de Japón. Jinwoo respondió con rapidez, ya que les había pedido un favor y esperaba su llamada.
- ¿Hola? ¿Cazador Sung?
“Dime.”
- Ah, mis disculpas. Apenas puedo escuchar su voz. ¿Debo llamarle en otro momento?
Jinwoo sonrió mientras miraba los edificios que eran lo suficientemente pequeños como para parecer bloques de construcción de un juguete.
“No pasa nada. De hecho, estoy en un lugar bastante alto en este momento. ¿Averiguaste lo que te pedí?”
- Ah. Sí. Acabamos de escanear todo Japón con nuestro satélite, pero…
A diferencia de su forma común de actuar, el empleado de la Asociación de Cazadores Japonesa desdibujó los extremos de su oración. ¿Podría haber pasado algo en Japón? Sin embargo, la respuesta del empleado estuvo completamente fuera de las expectativas de Jinwoo.
- No hemos logrado localizar ni una sola puerta. No se está generando ninguna puerta nueva en todo el territorio de Japón.
“¡……!”
Después de matar a los gigantes, había pasado la mayor parte de su tiempo asaltando las mazmorras de Japón, por lo que esta noticia sonaba bastante sombría.
“¿No aparecen puertas?”
- Sí. Así es. No estábamos seguros de que esto solo pasase aquí, por lo que nos pusimos en contacto con otras agencias de cazadores…
El empleado vaciló, pero acabó hablando con una voz llena de pesar.
- Después de que se creara la puerta sobre el cielo de Seúl, el resto de puertas dejaron de aparecer por completo.
Habían pasado aproximadamente tres horas desde que apareciera la puerta gigante del cielo. ¿Cuál era la probabilidad de que todas las puertas del mundo dejaran de aparecer al mismo tiempo?
‘No es una coincidencia…’
La expresión de Jinwoo se endureció mientras miraba hacia la puerta que tenía sobre su cabeza.
- Disculpe… ¿Puedo preguntar por qué me ha pedido que averiguara la ubicación de las puertas de mayor rango?
“……”
Era una pregunta difícil de responder con honestidad. No podía responder que solo quería probar las nuevas dagas de 1.500 puntos de daño que había recibido de Thomas como regalo antes de que se abriera esa inútil y enorme puerta. Entonces…
“¿No hay que plantar manzanos aunque no se sepa qué va a pasar mañana?”
- Oh… Manzanos. Ya veo. Un dicho maravilloso.
Jinwoo dio una respuesta que se podía interpretar de muchas maneras e intentó colgar el teléfono.
- Mmm, disculpe, ¿señor Sung?
“¿Sí?”
El empleado vaciló y, cuando continuó, parecía avergonzado.
- Siendo honestos, nunca he visto a Corea de una manera favorable. Como bien sabrá, la Asociación de Cazadores de Japón había sufrido problemas por culpa de las hormigas de la Isla de Jeju durante los últimos años. Y como miembro de la Asociación y japonés, odiaba a los coreanos.
Jinwoo escuchó en silencio su historia.
- Sin embargo, mi forma de pensar ha cambiado al conocerle. Corea es el país de nuestro salvador. Estoy realmente agradecido por su ayuda y deseo darle las gracias también a Corea.
A medida que la historia se alargaba, su voz se fue convirtiendo gradualmente en llanto.
- Es por eso, por favor, que espero que las cosas terribles por las que tuvimos que pasar no sucedan en Corea.
La gente había sido pisoteada por los gigantes. Las ciudades habían terminado en llamas, los gritos resonaron por el aire y se podía ver desesperación por todas partes. Esa pesadilla había ocurrido hacía tan solo unas semanas. El empleado había presenciado la calamidad de cerca y por eso sabía lo que era; sabía que tales cosas no deberían pasarle a nadie.
“Eso no pasará.” – respondió Jinwoo tras escucharlo con calma.
Y no era una mera promesa. Tenía la determinación para llevarlo a cabo. Esa había sido la razón por la que se había esforzado tanto en crecer y ahora había llegado el momento de ver los resultados de su arduo trabajo. El empleado se rio ante la respuesta de Jinwoo.
- Ja, ja. Nunca imaginé que llegaría el día en que dejaría de odiar a Corea y tendría envidia de ellos. Realmente envidio que Corea tenga a un cazador como el señor Sung.
“No tienes que elogiarme tanto. No tengo otro pasatiempo además de cazar monstruos, así que planeo continuar visitando Japón mientras existan monstruos sueltos por el mundo.”
- Ah, ¿lo ha notado? Como era de esperar de los sentidos del mejor cazador, no se le puede engañar. Quería conseguir algunos puntos buenos.
El empleado volvía a agradecer los actos de Jinwoo para mejorar una conversación que amenazaba con volverse increíblemente pesada antes de despedirse con sinceridad.
- Entonces, por favor, no dude en llamarnos si nos necesita.
“Sí.”
Jinwoo guardó el teléfono móvil en el bolsillo. Luego miró en silencio a la puerta que estaba extrañamente tranquila, como si fuera la calma antes de la tormenta.
‘Si el periodo de espera de esta mazmorra es como el del resto de puertas…’
Quedaban alrededor de seis días. Los ojos de Jinwoo se iluminaron silenciosamente en la oscuridad.
“Bajemos…”
¡Iaaaaaaaaaaaaaaaack!
El wyvern que llevaba a Jinwoo batió sus alas y comenzó a descender.
* * *
Aproximadamente uno o dos días después, la gente se dio cuenta del cambio. Las puertas habían desaparecido. ¡No se había creado ninguna otra puerta desde que apareciera la puerta gigantesca sobre el cielo de Seúl! No había forma de saber si esto era algo bueno o malo, pero obviamente hubo personas que dieron la bienvenida a ese fenómeno. Y algunas de ellas estaba en la Asociación de Cazadores dirigida por Woo Jincheol. Con una expresión profundamente tensa, leyó el informe que le acababan de entregar y tomó una decisión.
“Llama a todos los cazadores del país para que vengan a Seúl.”
“¿Señor? Pero eso será demasiado peligroso.”
“Si hacemos eso y un portal que no hemos podido descubrir se convierte en una mazmorra inconclusa…”
“¿Qué tal si convocamos solo a la mitad de los cazadores y dejamos el resto para…”
Woo Jincheol escuchó la avalancha de objeciones y, enojado, golpeó la mesa de conferencias.
¡Baaam!
Los hombros de las personas que asistían a la reunión de emergencia se estremecieron ante la demostración de la ira de un cazador de alto rango.
“¿Creéis que estamos tan sobrados como para preocuparnos por peligros invisibles en este momento?” – gritó Jincheol en voz alta.
Con eso, todas las objeciones de la sala de conferencias desaparecieron al instante. Luego señaló algún lugar más allá de las paredes de la habitación.
“Nos enfrentamos a una calamidad sin precedentes en este momento. No sabemos si podremos detener esa maldita cosa, ¡aunque derramemos todo lo que tenemos a nuestra disposición!” – rugió Jincheol mientras escaneaba los rostros de los asistentes. – “Asumiré las consecuencias si ocurren incidentes en otras regiones. Incluso si me dices que entregue toda mi riqueza, lo haré. Si me dices que arriesgue mi vida y pelee, con mucho gusto lo haré.”
Ante la tremenda determinación de Jincheol nadie expresó más quejas. En una mazmorra donde la situación fuera desesperada y la vida de todos estuviera en peligro, el líder podía llegar a matar a los miembros insubordinados del equipo; y eso se permitía porque cualquier error de juicio podía llevar a la muerte de todos.
En el mundo exterior, tal acción sería vista como un crimen, pero era una historia completamente diferente dentro de la mazmorra. Las incursiones eran una guerra donde uno apostaba su vida, no un paseo por el parque con los niños, y ahora mismo, esa guerra estaba a punto de extenderse fuera de la mazmorra y asolar al mundo. Woo Jincheol no era un cazador holgazán que permitiera escuchar opiniones disidentes cuando cada minuto y segundo eran cruciales.
“Convoca a todos los cazadores del país para que vengan a Seúl de inmediato. Cualquier persona que pueda luchar debe venir, nadie puede quedarse atrás.”
Y así, bajo la orden directa del Presidente de la Asociación, los cazadores de la República de Corea del Sur comenzaron a dirigirse a la ciudad de Seúl.