viernes, 30 de abril de 2021

G4L Capítulo 97

Arco 12 Capítulo 97
Promesa
Traducido por Alsabov
Corregido por DaniR
Editado por Helios

Unos minutos después, Kazura regresó a la habitación trasera junto con los demás. Todos ellos estaban sentados alrededor de la mesa. Zirconia se había colocado junto a Kazura, con Liese y Ayla sentadas frente a ellos. “¿Me equivoco al decir que tenías planeada una buena jugada para lograr que nos casáramos sin complicarte mucho?” – preguntó Kazura. “…” “¡Oh! Tengo que decir, Señor Kazura, que la señorita Liese no lo decía con malas intenciones…” Ayla intervenía para cubrir a Liese, que estaba con la cabeza baja por la vergüenza. Ayla llevaba recibiendo miradas de Zirconia como diciendo «Haz algo al respecto» desde hacía tiempo. “Entonces, ¿estoy equivocado?” “Yo no creo…” “¡Tiene que responder ella!” – exclamó Kazura. “…” “Bueno, ya no importa.” “Ugh…” “Pero no te pongas a llorar…” Liese gemía con lágrimas en sus ojos, a lo que Kazura emitió un suspiro y movió la cabeza. Aún no comprendía lo que estaba pensando. Se daba cuenta con la conversación que había escuchado de Liese, que todo lo que conocía de ella era una farsa. Liese quería casarse con él por su influencia y su dinero, pero jamás habría llegado a pensar que fuera a llegar tan lejos como para intentar una visita nocturna. “Eso es porque…” – susurró Liese. “¿Qué es lo que pasa contigo?” “No es nada.” Liese volvió a bajar a cabeza. No quedaban rastros de su usual apariencia digna; estaba cabizbaja y tenía los hombros hundidos. “Pero es cierto que la señorita Liese adora al señor Kazura. Cada vez que hablamos, no hay un solo momento donde deje de mencionar al señor Kazura.” – explicó Ayla. “No. Eso no me resulta muy convincente después del «cuando caiga en mis brazos haré que me dé mucho dinero».” “Oh, sobre eso… A la señorita Liese le gusta mucho el dinero, pero tiene buen ojo para la gente. De eso estoy segura, y yo tampoco soy del tipo que engaña a las personas por malicia. Por eso estoy segura que ella no es ese tipo de persona…” “Esto es muy agotador… Eso no quita el hecho de que estuviera dispuesta a hacerme una visita nocturna para luego obligarme a que nos casemos.” “Sobre eso, um… La señorita Liese se enteró de que había otra mujer cercana al señor Kazura. ¡Solo tenía miedo de que el señor Kazura se fuera de su lado! ¡Por eso iba a actuar como una damisela en apuros!” Ayla estaba desesperada por aliviar la situación. Después de todo, tenía a Zirconia de frente. Si se quedaba callada sin hacer nada, la siguiente cabeza en rodar seguramente sería la suya. “A cambio de su pureza…” – resopló Kazura mientras cruzaba los brazos antes de girarse para mirar a Liese. Ella había estado mirando de reojo a Kazura todo este tiempo, por lo que se asustó bastante cuando sus miradas se cruzaron. “¿Al señor Kazura no le gusta la señorita Liese?” “No es que no me agrade, pero…” “Entonces, ¿por qué no aprovechas esta oportunidad para salir con ella? Puede que en estos momentos te sientas ofendido por lo que has escuchado, pero no miento cuando digo que la señorita Liese realmente adora al señor Kazura. Por favor, dale otra oportunidad.” “Ajam… ¿Pero por qué está pasando todo tan rápido? Es mucho avanzar de golpe, ¿no…?” Kazura se sentía en desventaja con la presión de Ayla. No importaba cómo lo viera, la situación estaba muy forzada. “¿No te parece bien…?” “No.” “¡Oh!” “Mi respuesta sigue siendo ‘no’, aunque llores.” Después de que Kazura rechazara la propuesta de Ayla, quedó deprimida y con ganas de llorar. “Oh, estoy segura que tienes tus razones para estar enojado, pero al menos continuemos como antes, ¿no? ¿Estás dispuesto a dejar que la señorita Liese siga con nosotros para el trabajo?” – intervino Zirconia al sentir que la conversación se tornaba peligrosa. – “Después me encargaré de su castigo para que no intente nada alocado en el futuro. Liese, debes pensar en tus acciones. Por favor, no la odies demasiado. Después de todo, es cierto que esta niña estima mucho al señor Kazura” “Está bien. Sé muy bien cuánto se esfuerza la señorita Liese por el territorio. Además, no es que no me agrade, solo quiero que las cosas sigan funcionando como antes. No voy a dejar de apoyaros, no te preocupes.” Zirconia estaba aliviada. Había quedado muy sorprendida al escuchar los planes de Liese. Se lamentaba que Kazura los hubiera descubierto, pero bueno, lo que ya había pasado no se podía evitar. Afortunadamente, Kazura no se había dado cuenta de que Zirconia era quien estaba detrás del plan para que ambos terminaran juntos. Ahora pensaba que debía aprovecharse de esto para mantener la situación a raya tanto como pudiera. De todos modos, Zirconia tenía una vaga idea de la naturaleza de Liese, pero no pensaba que era tan agresiva. ‘Ahora mismo la situación está un poco sensible, pero no hay que preocuparse por fallar una sola vez. Si aprovechamos esta oportunidad, hasta podemos hacer que su relación mejore.’ – pensó Zirconia. Pero esto ocurriría solo si Kazura no odiaba realmente a Liese. “Pero por favor, no intentes repetir estos juegos tan complicados. Si obligas a alguien a casarse tras una visita nocturna ¿no te parece que estás ignorando los sentimientos de la otra persona? Parece que has pensado mucho al respecto, pero no es algo de lo que puedas sentirte orgullosa.” Kazura decía esto sintiéndose mal por dentro; no sabía si podía decir estas palabras siendo él mismo quien estaba engañando a tantas personas. Lo cierto era que no podía imaginar qué habría pasado si Liese lo hubiera visitado en medio de la noche para seducirlo. A Kazura le agradaba mucho la apariencia de Liese, por lo que sin duda habría caído en su trampa de haberse presentado. Sin embargo, ahora que había descubierto que Liese quería seducirlo por su influencia y dinero, la impresión que tenía de ella había disminuido. “Sí… Lo lamento…” Liese se disculpaba honestamente con lágrimas en los ojos. Verla tan abatida hacía que Kazura no pudiera decir nada. También había que tener en cuenta que Liese realmente se había esforzado en ayudar a Kazura en su trabajo. Se había sorprendido al descubrir su verdadera personalidad, pero como no le había hecho ningún daño, no tenía motivos para seguirla presionando. Sin embargo, Kazura no confiaba en las palabras «La señorita Liese en verdad adora al señor Kazura». No podía confiar en esto después de escuchar todo lo anterior. “Bueno, no hay que complicar tanto las cosas. Seguro que esta niña ha estado muy estresada al estar con un hombre que no quiere ver todos los días. Y entonces se encuentra con alguien como tú, normal que intente ganarse tu mano. Yo no puedo culparla, ¿tú sí?” Claire, después de preparar el té, intervenía para calmar la situación. “No, sigue sin parecerme aceptable…” “No te fijes tanto en esos detalles. ¿Qué es lo que no te gusta de esta niña? No encontrarás a otra en ningún lado que sea tan bonita, tenga una buena familia y sea popular con nobles y plebeyos.” “Sí, eso puede ser cierto, ¿pero cómo puede ser una buena persona después de saber que le intereso por mi dinero?” “No veo por qué no debe serlo. Si los beneficios del matrimonio son buenos, no deberías tener problema en dejar pasar algunas cosas.” En la expresión de Claire se podía leer ‘¡qué pregunta más absurda!’. “Como eres una persona influyente de Craylutz, seguro que puedes ver cuánto te beneficia casarte con esta chica. ¿Te das cuenta de cómo están las cosas, no? No sé cuánto poder tienes en Craylutz, pero si te casas con esta jovencita, el título de Señor de Isteria prácticamente será tuyo en el futuro. Perder tal oportunidad… Sin duda hará que te lamentes dentro de un tiempo.” “¿Qué se sup…? Oh, ya veo.” Kazura había quedado desconcertado tras el intento de persuasión de Claire, pero después de darse cuenta de lo que decía, giró su mirada a Liese, que le miraba con los ojos llorosos. Había un poco de anticipación en su mirada, pues se preguntaba a qué se refería Kazura cuando dijo eso de «Oh, ya veo». Pero, desafortunadamente, no era nada de lo que ella pensaba. Las dos, Liese y Claire, dejaban notar en sus palabras la creencia de que Kazura era una persona influyente de Craylutz. Dejando de lado a Claire, sería mejor que el explicara a Liese cuanto antes que Kazura era Greisior. Resultaba agradable tenerla ayudándole en el trabajo, y si Liese conociera su identidad, era probable que se rindiera con el asunto de matrimonio. “Bueno, después tendré una buena charla con Liese. Por ahora, centrémonos en el asunto que nos ha traído aquí, señora Zirconia, por favor.” – cortó Kazura. “Sí.” Zirconia comenzó a explicarle sus planes a Claire. “Es mucha obsidiana de colores, uff…” “Me gustaría que se venda en otro territorio o país de manera discreta, ¿puedes hacerlo? Si aceptas, puedo garantizar tu seguridad en la provincia. Además, podré ofrecerte más flexibilidad en futuras transacciones.” “Bueno, no es como si no supiera lo que me va a pasar si rechazo la oferta.” “Yo no he dicho nada de eso. Si no quieres hacerlo, haremos como que este día jamás ha pasado.” “De momento… ¿Eh…? Bueno, es un trato que me beneficia.” – dijo Claire mientras bajaba la taza y la ponía a su lado. – “Me apunto. Sin embargo, como estos artículos son bastante raros y caros, me va a llevar mucho tiempo poder venderlos. Como precio por mis servicios y teniendo en cuenta los beneficios de los negocios en un futuro, acepto la flexibilidad y la seguridad que se me ofrece dentro del territorio, y pido prioridad para la venta de ropa y muebles al por mayor. No tengo problema en que seas tú quien decida mi comisión tras la venta.” “En el asunto de la flexibilidad y seguridad en negocios futuros puedo dar mi palabra, pero no puedo decidir sobre la prioridad de la venta al por mayor por mí misma. Lo discutiré con Narson cuando vuelva a la mansión. Mientras tanto, deberá bastarte con esto.” “¿Pero que tiene de ma…?” – replicó Claire cruzando los brazos. “Claire…” – interrumpió Liese cuando empezó a quejarse. Ésta vio su rostro y suspiró. “Oh, querida. Está bien. Con eso bastará por ahora.” (Claire) Claire asintió y Liese se giró para ver a Kazura. Cuando sus miradas se cruzaron, volvió a bajar nerviosamente la cabeza. “Prioridad en la venta al por mayor… Bueno, mientras puedas hacerlo conveniente para ambos, estará bien. Más tarde puedes enviarme una lista con los artículos de los que tienes necesidad.” “Está bien, pero no esperes demasiado.” “Estoy segura de que estará dentro de lo aceptable. No te preocupes, asumo la situación.” Después de decir esto, Claire pasó su pluma con rapidez sobre el papel de cuero que tenía a su lado. En un parpadeo había hecho un contrato. “No tienes que firmar el otro, ya he redactado uno nuevo.” ‘¡Qué dura es…!’ Esa era la impresión de Kazura después de ver cómo actuaba Claire. Los carpinteros y poceros con quienes había estado antes temblaban al estar frente a Zirconia, por eso la conducta de Claire era refrescante. Era de esperar que como mínimo usara un tono formal, pero no parecía que quisiera hacerlo. “Antes de eso, ¿puedes al menos decirme dónde los vendes? Nosotros también estamos en una posición complicada, por lo que como mínimo debemos saber cómo funciona tu canal de distribución.” – pidió Zirconia. “Tengo contactos en otros países, y me comunico con ellos a través de intermediarios, para que nunca sepan el origen de los artículos.” “¿Sería posible que te acompañara uno de nuestros comerciantes cuando hagas el trato?” “No seas ridícula. Eso no es posible.” “Bueno, me pregunto si podemos hablar mañana en la mansión antes de firmar el contrato. Aprovecharé para pensar en la compensación para que quede registrado en el contrato. Así podremos discutir los detalles, además de la descripción de tus servicios.” “Está bien.” Claire suspiró y no insistió más, porque Zirconia no parecía que fuera a firmar aunque lo hiciera. “Gracias. Puedes venir mañana por la tarde a la hora que te sea conveniente.” “De acuerdo. Iré mañana a una hora razonable.” Zirconia sonrió después de acordar la visita. Parecía aliviada porque no había dejado que Claire tomara el control de la negociación. “Al parecer hemos llegado a un acuerdo; espero que podamos trabajar contigo en el futuro.” Kazura hizo una reverencia a Claire antes de levantarse y dirigirse a Liese, que estaba desplomada sobre su silla. “Liese, ¿quieres venir a casa conmigo?” “¡Sí!” Liese se tambaleó, poniéndose de pie con una expresión lamentable en su rostro.
* * *
Tiempo después, de vuelta en la mansión. En una habitación de la casa, con las paredes teñidas por la puesta del sol, Kazura vaciaba agua caliente sobre una tetera de cristal que había llenado con hierbas. Liese estaba sentada a su lado, y parecía estar un poco sofocada. Solo estaban ellos dos en la habitación. Zirconia había ido a informarle de los resultados de las negociaciones a Narson y Ayla estaba haciendo los preparativos para la cena. “Bueno, no estés tan desanimada. Toma un poco de té.” – ofreció Kazura. “Gracias…” – respondió Liese mientras sostenía avergonzada la taza de té que le pasaba Kazura. Tenía curiosidad por la tetera de cristal y la taza, pero no parecía querer preguntar nada al respecto por ahora. Kazura puso algunas galletas que había traído de su habitación en la mesa y se sentó en la silla. Ayla las había preparado para él la noche anterior; estaba muy orgullosa de sus galletas. “Bueno, continuemos con la conversación que tuvimos hace un rato.” – dijo Kazura. “Umm, señor Kazura, es verdad que dije algo grosero en ese momento, pero yo…” “De eso es exactamente de lo que quiero hablar.” Kazura movió la mano para que Liese no dijera más. “Ugh…” “No es para que te pongas a llorar.” “Mmm… ¿Sigues enfadado conmigo?” “Sí.” “…” Liese se volvió a desplomar en su silla con lágrimas en los ojos. Kazura tenía la expresión calmada de siempre, pero sus palabras sonaban inusualmente frías. De hecho, Kazura tenía esa intención. “No estoy negando todo lo que te has esforzado, Liese. Me has ayudado con cosas de las que no sé, también sé que has hecho tu mejor intento en solucionar las cosas por tu cuenta. Estoy muy agradecido contigo por eso.” “Sí…” “Aun así, esa frase me ha superado. Es cierto lo que dijo Claire, pero de todos modos no estoy de acuerdo en que el motivo sea solo el poder y el dinero. Me resulta difícil aceptar un matrimonio arreglado solo por estos motivos.” “Pero…” “¿Sí?” “Yo… No, lo lamento de veras.” Liese levantó la vista para decir esto, pero bajó rápidamente la mirada después de hacer contacto visual. Kazura se sentía mal por Liese, que parecía que iba a llorar en cualquier momento. Aunque seguía disconforme, Kazura no quería que por esto su relación se volviera un tema complicado. “Ambos hemos sido criados de diferente forma, por eso es natural que tengamos valores diferentes. Y lo ocurrido ha sido algo muy sorprendente para mí, aunque para ti haya sido algo natural.” Liese levantó un poco la mirada. “Como he dicho antes, estoy enojado, pero no quiero complicar más las cosas. Ya te has disculpado conmigo y con eso pondremos fin a todo este asunto para que sigamos trabajando juntos, como siempre. ¿Por qué no nos tratamos con honestidad? Yo seguiré ayudando a reconstruir el territorio para que tengas una mejor vida en el futuro.” “Sí… Gracias.” Liese contestó con voz entrecortada y volvió a bajar la mirada. Kazura esperó un poco para ver si Liese decía algo más, pero como no fue así, suspiró. “Bueno, ¿qué piensas entonces? ¿Por qué no nos tratamos con honestidad de ahora en adelante?” “¿Cómo?” Liese tenía un gesto ligeramente perplejo. “¿Con honestidad…?” “Sí. Sin actuar, sin honoríficos, siendo honestos entre nosotros. Es solo que estás acostumbrada a actuar. Siempre has sido muy directa con Claire y Ayla, ¿no es verdad? Quiero que también me trates así.” “¡No, no, no es posible! ¡No se trata de actuar!” “Liese.” Las palabras de Liese eran apresuradas, pero Kazura la interrumpió con una expresión seria. Él no podía sino detestar esta situación, preguntándose si su actitud actual también era una farsa. De seguir así, sentía que podía llegar a odiarla, por lo que quería evitar que eso pasara. “Sé que puedes estar confundida y ansiosa si te lo pido de repente. Pero quiero que sigamos siendo buenos amigos. Tal vez sea difícil para ti cambiar tu actitud, pero estoy seguro que pondrás todo tu esfuerzo. Quiero dejar de pensar al respecto y que podamos ser amigos.” “¿Ser amigos…?” “¿No estás de acuerdo?” Kazura deshizo su expresión dura y en su lugar sonrió hacia Liese. “¡Sí…! ¡Por supuesto!” El rostro de Liese se iluminó cuando se dio cuenta que podía salir de la situación. Cuando Kazura le había dicho que estaba enfadado, como era de esperarse, ella pensó que Kazura iba a odiarla por completo. Sin embargo, Kazura no la reprendía, y en su lugar le ofrecía mejorar su relación. Tenía curiosidad sobre lo de tratarse con honestidad, pero por el momento solo asintió. “Bien, será un placer. Además, no permitiré más el lenguaje formal. Tampoco que actúes conmigo. Trátame como tratarías a un amigo.” – exigió Kazura. “Sí, sí…” “Bueno, puede resultar complicado hacer el cambio de una sola vez, está bien si lo haces poco a poco. Ahora que recuerdo, creo que debo decirte quién soy realmente. El que me confundieras con un miembro de Craylutz fue lo que ocasionó todo este lío.” Liese abrió los ojos por la sorpresa. “¿Qué? ¿El señor Kazura no es de Craylutz?” “Sin honoríficos, solo llámame Kazura.” “¡Oh! Lo siento, lo siento.” Kazura estaba a punto de estallar; Liese parecía tener problemas para hacer cualquier cosa. Viendo a Kazura así, Liese desvió la mirada. “No, soy yo el que lo siente. Soy un extranjero, pero no soy de Craylutz. Vengo de otro mundo, entre los matorrales de la aldea Grisea, en lo más profundo del bosque. Los aldeanos y el señor Nelson me llaman ‘Greisior’.” “¿Qué…?” Liese quedó pensativa; Kazura lo acababa de decir como si fuera algo sencillo. “¿Has escuchado sobre la tumba de Greisior?” “Sí, lo he hecho, pero… Kazura, estás diciendo… ¿Que tú eres Greisior?” – preguntó Liese a Kazura mientras corregía su lenguaje. Se preguntaba qué es lo que podría contestar Kazura. “Bueno, no es algo que puedas creerme con solo decirlo. Te mostraré algunas pruebas. Vamos a mi habitación.” Kazura miró la taza de té y las galletas que estaban sobre la mesa. “Estaba seguro de que disfrutarías de este té, pero creo que ya no está caliente…” Kazura le dio un sorbo al té y frunció el ceño porque estaba tibio. Liese también le dio un sorbo después de ver a Kazura.