viernes, 30 de abril de 2021

G4L Capítulo 98

Arco 12 Capítulo 98
Amor en cierto sentido
Traducido por Alsabov
Corregido por DaniR
Editado por Helios

Kazura volvió a su habituación acompañado por Liese y tomó el control remoto para el aire acondicionado que estaba sobre la mesa. Liese se quedó rígida ante la vista del refrigerador, el ordenador portátil y el montón de cajas de cartón que había apiladas en la habitación. Kazura presionó el botón de encendido del mando a distancia. El aire acondicionado que estaba en el rincón de la habitación hizo un sonoro ‘bip’ y comenzó a funcionar. “Por favor, toma asiento. Te mostraré algunas cosas. “¡Oh! Umm, ¿qué es esa cosa que se mueve ahí, señor Kazura?” Liese apuntó hacia donde estaba el aire acondicionado, sin darse cuenta que había vuelto a utilizar lenguaje formal. “Eso es un aire acondicionado; un aparato que sirve para calentar o enfriar una habitación. Puedes acercarte a verlo.” “Sí.” Con eso dicho, Liese caminó hacia donde estaba el aparato. Kazura seleccionó con el control el máximo flujo de aire y definió la temperatura en 16 grados. “Ah, la brisa… Está fresca.” Liese quedó encantada al sentir el aire frío chocando contra su rostro. Su expresión también se suavizó. “¿Te gusta?” “Se siente bien…” Liese seguía de pie disfrutando de la brisa fría con una expresión dichosa. Ya estaba completamente relajada. “¿Quieres una bebida fría?” Kazura sacó del frigorífico una jarra de té de cebada que había hecho antes y lo vertió en unas tazas de plata que tenía en el congelador para que se enfriaran. “Aquí tienes. Es té helado de cebada. Está delicioso.” “Oh, gracias… ¡Está frío!” Liese volvió a quedar fascinada. “Así es, ¿también quieres hielo?” Kazura tomó los cubitos de hielo y puso unos cuantos en la taza que sostenía Liese. Los cubitos cayeron en la taza con un ‘clang’ mientras crujían, sumergiéndose en el té de cebada. “¿Qué? ¡Hielo! ¿¡Pero estamos en verano!?” “Sí, es verano.” “¿Por qué tienes hielo en verano?” “Este aparato se llama ‘congelador’. Sirve para mantener la comida fría y hacer hielo. Bueno, de momento solo tienes que probarlo.” “Sí, sí, lo probaré… ¡Está delicioso y frío!” “Lo sé, ¿te gusta?” Kazura asintió. Estaba feliz de ver que la expresión de Liese mejoraba. Se sentó en la silla junto a la mesa llevando una mochila en la mano que había cogido en la habitación. “Te mostraré algunas cosas más, ¿quieres tomar asiento?” “¡Sí!” Esperó a que Liese se sentara y comenzó a sacar el contenido de la mochila. Liese se limitaba a mirar con la taza entre sus manos. “Bueno, esto es una linterna led, un encendedor y…” “¡Ah!” – exclamó Liese cuando vio el encendedor. “Ese es el que recogí cuando me encontré con el señor Kazura en el distrito comercial, ¿no es así?” “Oh, sí. En esa ocasión solo iba de paso, y me preocupé mucho cuando recogiste el mechero.” “Sí, yo también estaba sorprendida… Oh, ¡lo siento! No estoy segura de si estoy siendo respetuosa…” Liese estaba avergonzada porque había estado hablando con lenguaje formal todo este tiempo. “Está bien. Te llevará un tiempo acostumbrarte.” Kazura tomó el encendedor y lo configuró con la salida mínima de gas antes de ofrecérselo a Liese. “Aquí tienes. Lo he dispuesto para que la llama no sea muy grande; puedes presionarlo.” “Oh-ugh…” Liese bajó la taza y aceptó el encendedor. Lo sostuvo con la mano izquierda y lo presionó con el dedo índice derecho un poco asustada. Entonces, salió una pequeña llama acompañada de un ‘clic’. “¡Oh!” Liese soltó el botón y gritó, viendo cómo desaparecía la llama. “¿Cómo se supone que funciona? No sabía que era posible hacer fuego con solo presionar un botón…” “Está relleno de aire inflamable. Cuando presionas el botón, libera un poco del aire y, con el destello que produce, se enciende. También puedes ajustar el tamaño de la llama con esa ruedecita.” “Sí, bueno…” Sin importar si había entendido, Liese seguía manipulando el encendedor con una expresión de misterio. Movió la ruedecita al máximo y lo encendió nuevamente. Volvió a quedar sorprendida por el tamaño de la llama. “¡Oh!” “Esto es increíble. Es muy difícil hacer fuego; estoy segura de que a todos les resultaría muy útil tener un aparato como este…” En este mundo se usaba el método rústico para encender fuego. Para esto, frotaban y giraban un palo de madera sobre otro puesto verticalmente con una ranura en él. El serrín creado por la fricción producía chispas con las que encendían algodón o astillas de madera. Una persona con experiencia podía hacer fuego en poco tiempo, pero una persona inexperta podría no poder encender fuego, incluso después de mucho tiempo. Para evitar hacer esto cada vez que necesitaban fuego, algunas personas guardaban el serrín encendido entre cenizas. En la residencia de Varin, de la aldea Grisea, guardaban un poco de madera consumida y la cubrían con ceniza para usarla a la mañana siguiente. La madera carbonizada podía aguantar toda la noche si se cubría con ceniza para que se consumiera más despacio. Además, con esta técnica podían separar el carbón apagado del que aún seguía encendido para volverlo a usar cuando fuera necesario. El carbón era fácil de encender y se consumía más despacio que la madera, por lo que era un buen combustible. “Es cierto, pero esta herramienta llama demasiado la atención, por lo que no podemos repartirla por todas partes. Al menos, no tengo intención de hacerlo. Todos empezarían a preguntarse de donde ha salido, y si hacen mucho alboroto, podría terminar siendo un asunto político.” “Ya veo… Sí, tienes razón. Si se descubre que Kazura es el señor Greisior, esto se volvería un asunto muy grande.” Ajustando su vocabulario, Liese hablaba lo más normal que podía mientras cuidaba de no utilizar formalismos. No estaba muy de acuerdo con el cambio, pero hacía lo que podía por Kazura. “Es por eso que quisiera que mantengas esto en privado. Bueno, a ver qué más hay.” “Oh, umm…” Liese interrumpió tímidamente a Kazura, que acababa de coger la linterna led. “¿Hmm? ¿Pasa algo?” “Oh, no, no. Solo quería preguntarte algo.” ¿Hay algo que quieras saber?” “Sí.” Kazura inclinó ligeramente la cabeza, pero Liese continuó con expresión seria. “Recientemente, el cabello y la piel de mi madre parecen haberse vuelto más hermosos, eso… ¿Podría tener algo que ver contigo?” “Oh, sobre eso. Así es, he sido yo.” “¿Qué fue lo que hiciste?” Liese estaba muy interesada al respecto. “Traje conmigo algunos productos para el cuidado de la piel y champú para el cabello. También le di algunas sales de baño para que las usara.” “Cosméticos... ¿De verdad son tan buenos?” “Sí, son algo único. Ya ves, Liese. Los productos que tenéis aquí no se comparan con los de mi mundo. Su efecto es mucho mejor.” “Oh, ya entiendo.” “¿También te gustaría usarlos?” Liese tragó saliva. “¿Está bien que te lo pida?” “Lo está. Es una muestra de agradecimiento por todo lo que has hecho por mí.” “¡Sí! Entiendo.” ‘¿Dónde se habrá ido la expresión sofocada de antes?’ – pensó Kazura. Liese se veía motivada. Ella ponía especial cuidado a su piel, por lo que no podía evitarse que sintiera curiosidad después de escuchar sobre lo efectivos que eran los cosméticos. Kazura sacó de la mochila el gel hidratante y otros productos: champú, acondicionador y también sales de baño. Los ojos de Liese brillaron cuando vio los productos. “¡Qué hermosos…! No había visto envases tan bonitos antes.” – exclamó Liese con admiración observando el envase de plástico del gel hidratante. Los relucientes envases de plástico eran muy hermosos y daban una atmósfera de lujo. En este mundo no existía nada de eso. “Todos los envases de cosméticos son muy bonitos. No sé cuántos tipos hay, pero seguro que hay más de cien diferentes. Esto es todo lo que he traído por ahora.” “Sí, son muchos…” “Traeré más la próxima vez.” “¿Qué? ¿De verdad?” “Sí. Te traeré algunas cosas que puede que te gusten.” Liese estaba muy motivada. Antes había estado muy nerviosa e inquieta, pero su afición por los cosméticos había logrado que se relajara. Se veía tan adorable que Kazura estaba feliz de haberle mostrado los cosméticos. ‘Ya veo, es por su adorable sonrisa que Liese es tan popular con los residentes.’ Kazura quería creer que su sonrisa era auténtica, y comprendía por qué había personas que disfrutaban dándole regalos a Liese. ¿Cómo podría no estar feliz una chica cuando se le dice que recibirá un regalo? De hecho, cuando Kazura le regaló el colgante, la hermosa sonrisa que había recibido a cambio hizo que su corazón brincara. “Te voy a mostrar cómo se usa. También te daré algo de champú y sales de baño para que puedas usarlos desde hoy.” “¡Sí! ¡Gracias!” Kazura cogió el envase y levantó la tapa, explicándole a Liese cómo usarlo, que miraba atentamente con los ojos brillantes.
* * *
Una hora después, Kazura estaba cenando con la familia Estelle. Como siempre, Kazura discutía con Narson sobre los avances de sus trabajos y los planes de futuro. Zirconia participaba de vez en cuando en la conversación. Miró a Liese, que estaba sentada frente a ella diagonalmente y se detuvo a prestarle atención. “Jis, ji, ji…” ‘¿Qué está pasando…?’ Zirconia estaba perpleja. Liese parecía estar de buen humor; masticaba y tomaba la comida con una sonrisa. Después de los hechos ocurridos, Zirconia estaba preparada para una cena incómoda. Pero cuando llegó el momento, Kazura no se veía de mal humor y Liese, que Zirconia esperaba viniera tensa, había llegado relajada. ‘Ya no sé qué es lo que está pasando.’ Ayla, que estaba de pie junto a la pared, también observaba la situación confundida. “Pareces estar de muy buen humor, Liese. ¿Ha pasado algo bueno?” – preguntó Narson al percatarse del comportamiento de Liese. “Sí, algo muy bueno… ¡Ñam!” “Bueno, ¿puedes decirme qué ha pasado?” La expresión de Narson se relajó al ver el rostro feliz de su hija. Siempre era afectuosa y se pasaba el día sonriendo, pero era raro que estuviera de tan buen humor. “Hace un rato, el señor Kazura me ha obsequiado con algunos cosméticos y jabones para el cabello y cuidado de la piel, y no puedo esperar para usarlos…” La expresión de su rostro parecía decir ‘Estoy tan feliz’. “¿Qué? ¿El señor Kazura?” Narson miró a Kazura, y éste le devolvió una sonrisa. “Sí. Estoy agradecido por todo lo que ha hecho la señorita Liese, por lo que pensé en hacerle un regalo. Le he dado los mismos productos que le di antes a la señora Zirconia.” “Ah, ya veo. Gracias por tu preocupación. Pero sobre esos artículos…” “Oh, está bien. De hecho, tenía planeado decírtelo antes de contárselo a Liese. Pero ya le he explicado la situación, por lo que sabe cómo actuar.” Narson estaba un poco sorprendido. Se había encargado de que Liese ayudara con los trabajos los últimos días, y estaba pensando discutir con Kazura cuándo podrían informarle a cerca de su identidad. Escuchar que Kazura le había revelado a Liese su identidad por su propia cuenta, le hacía estar feliz, ya que Kazura aprobaba a su hija. “Así que eso es lo que ha pasado… Me alegra escucharlo. Liese, por favor sigue trabajando duro.” “Sí, daré lo mejor… ¡Jis, ji, ji…!” Zirconia se sentía aliviada, ya que Kazura y Liese no estaban en malos términos. Aunque no podía afirmar que no hubiera conflicto entre ambos, Liese parecía estar manejando bien la situación. Le dolía la cabeza de pensar cómo remediar la situación, por lo que no podía evitar estar feliz ante este desarrollo. “Por cierto, creo que es hora de buscar el lugar para construir el depósito para el hielo en las montañas del noreste. Debo volver a la aldea Grisea dentro de diez días, por lo que esperaba poder arreglarlo antes de eso.” – dijo Kazura. “Está bien, organizaré mi agenda para que podamos salir cuanto antes. ¿Puede venir Liese con nosotros?” – preguntó Zirconia. “Sí, por supuesto. Me gustaría que nos acompañaran algunos artesanos, por lo que será muy útil tener a Liese con nosotros. ¿Estás de acuerdo con eso, Liese?” “Me parece bien. Ayla, tendrás que reorganizar mi agenda. Puedes rechazar cualquier solicitud de audiencia como lo veas conveniente.” “Entendido.” ‘¿Umm…?’ Narson tenía los ojos abiertos ante la repentina conversación con tono amigable que estaban manteniendo. Del mismo modo, Zirconia también estaba perpleja y tenía la boca abierta del asombro. “Me gustaría llevar a un carpintero con nosotros… Además, vamos a requerir un material de construcción llamado ‘mortero’, por lo que necesito que prepares algo de cal, arena y otros materiales. Más tarde te daré la lista de lo que necesito.” “Está bien Los conseguiré de inmediato.” “Hay que fabricar un cáliz antes de subir a las montañas. Por el momento solo necesitaremos mortero para la construcción del depósito, pero lo vamos a utilizar mucho en el futuro, así que asegúrate de tener material disponible a la mano.” Lo iban a necesitar para la construcción del río y la reparación de las viviendas afectadas de los barrios bajos. La cantidad que necesaria iba a ser muy grande, por lo que era conveniente que preparasen mucho material de antemano. “Señor Kazura, ¿cuál es la diferencia entre ese mortero y el yeso?” “Es como el yeso, pero mucho más fuerte y resistente contra el agua. Si lo usamos para construir el depósito de agua, no tendremos que preocuparnos por grietas ni filtraciones de agua. Sera muy útil.” “¡Oh!” – dejó salir Narson. “Más fuerte y resistente contra el agua que el yeso… Y además los materiales que se necesitan para crearlo solo son cal y arena. Suena muy fácil de usar. Y, más importante, barato de conseguir.” “Es muy barato y se puede producir en masa; nos será muy útil en el futuro. Como prácticamente vamos a usarlo en todos lados, tenemos que iniciar una nueva industria.” “¿Puede estar presente un yesero? Cuanto mayor sea la similitud de su uso, más rápido se acostumbrarán a usarlo.” “Sí, me parece buena idea. También, sería bueno que estuviera un alfarero cerca. Podemos usar los desechos de la cerámica como material.” “¿Sirven las piezas de cerámica? Hay un sitio en las afueras donde arrojan todo lo de cerámica que no se usa, voy a mandar que las recojan.” “Oh, existiendo un sitio como ese podemos construir una bodega de material para el mortero cerca. Así nos evitamos el transporte.” “Ya veo… Liese ¿puedes encargarte de los yeseros y alfareros?” “Sí.” – respondió Liese. – “Ya he visitado antes la tienda de cerámica. Nunca he hablado con un yesero, pero sí con una profesión relacionada. Les pediré que nos envíen a alguien con buena habilidad.” Liese siempre encargaba los envases para sus cosméticos y accesorios al alfarero en persona. También visitaba el taller y hablaba con los artesanos. Y como era casi su defensora, estarían de acuerdo con lo que fuera que Liese les pidiera. “Umm. Te daré más tarde los detalles de cuántas personas necesitamos.” “De acuerdo. Yo me encargo.” “Sabía que podía contar contigo. Por favor, sigue trabajando duro.” “Sí.” “Me estoy dejando llevar.” – murmuró Kazura. Y así paso la hora de la cena, con una atmósfera diferente que la usual.
* * *
A medianoche, Kazura tomaba té con Ayla en la cocina con poca luz, como de costumbre. Ayla había estado esperado a Kazura en la cocina todos los días sin falta; la fiesta del té de media noche ya se había convertido en una rutina para los dos. “Señor Kazura, la señorita Liese se veía más alegre que de costumbre. ¿Ha pasado algo?” Ayla estaba desconcertada, lo que resultaba natural después de los agobiantes eventos del mediodía. Ver a Liese contenta unas horas después de haberla visto con una expresión como si del fin del mundo se tratase, la tenía confundida. “Oh, por cierto… Bueno, ¿ya no estás enfadado con Liese?” – preguntó Ayla. “No estoy enojado. Hemos comentado el tema hace un rato y Liese se disculpó apropiadamente, por lo que ya no me molesta.” “Ya veo… Me alegro.” Ayla se sentía aliviada. Había sentido mucha ansiedad mientras preparaba la cena pensando que Kazura y Liese iban a estar en malos términos. “Pero parece que los dos actuáis de manera diferente. ¿Qué está pasando? ¿Ha sucedido algo?” “Oh, eso. Le sugerí que los dos debíamos llevarnos bien y hablar de manera natural a partir de ahora. Liese estaba cayendo en el hábito de actuar mucho, por lo que considero que así es mejor. Y así es más fácil de sobrellevarlo.” “Entonces, al parecer, ahora los dos habláis de manera diferente… Me pregunto si estará bien…” “Todavía resulta un poco incómodo, pero creo que está bien. Además, si los dos podemos hablar de manera más natural, deberíamos estar más relajados y podremos llevarnos mejor con mayor facilidad.” “Sí, eso creo.” Ayla asintió rápidamente ante Kazura, aunque éste había interpretado el «Me pregunto si estará bien» de Ayla de una manera muy diferente. La personalidad de Liese era muy abierta cuando actuaba, por lo que Ayla estaba preocupada que a Kazura no le agradara. Ayla no pensaba que Liese tenía una mala personalidad, pero la diferencia de cuando actuaba era tan notoria que no podía evitar preocuparse. “Señorita Ayla, si en el futuro pudieras dejar de actuar como si estuvieras presionando a Liese… Ah, sé que desde tu posición no puedes evitar actuar como hasta ahora, pero te pido que no te preocupes por eso.” “Lo lamento…” Durante los últimos días, Ayla había estado hablando bien de Liese todas las noches mientras tomaba una taza de té con Kazura. Daba la impresión de que, como resultado, los dos se llevaban mejor que antes durante los últimos días. Sin embargo, ese incidente del mediodía lo había arruinado todo. Cuando Ayla tuvo su reunión con Zirconia al atardecer, decidieron no tocar ese tema. “Bueno, dejemos el asunto. Espero que sigamos trabajando juntos en el futuro.” “Sí, gracias.” – respondió Ayla aliviada volviendo a su alegría de costumbre.