Capítulo 66
La cripta de la viuda III
Traducido por Laga
Corregido por DaniR
Editado por Helios
Corregido por DaniR
Editado por Helios
No puedo evitar quedarme perplejo al ver lo que sucede en esta mazmorra cuando la reina más grande comienza a devorar a la más pequeña.
Hay más de diez pisos en esta mazmorra, con snarlers morando en todos ellos menos en el décimo piso, donde vive la Reina Snarler. La razón por la que esta mazmorra se considera una mazmorra para principiantes es porque las reinas nunca abandonan el décimo piso, lo que permite un fácil entrenamiento hasta el último piso. Aunque la Reina snarler es una bestia de maná de clase B, un grupo grande de Aventureros de clase E aún serían capaces de derrotarla.
Otra pregunta que me viene a la mente es… ¿Será normal que haya más de una reina en la mazmorra? Por lo que he leído, en esta especie la reina es muy territorial, e inmediatamente lucha contra cualquier competidor potencial para mantener el control de su territorio. Lo cierto es que la profesora Glory no ha pensado mucho en eso, pero no puedo evitar que esto me moleste. Lo que me lleva a una última pregunta… ¿Cómo es que esas dos reinas son mucho más fuertes de lo que normalmente deberían ser?
Asumo que la profesora Glory pase un mal momento contra dos bestias de maná de clase B consideradas como jefes de una mazmorra, pero no debería estar perdiendo. Se supone que la Reina Snarler sobre la que he leído debería ser eliminada fácilmente por un Aventurero de clase A.
“Ugh… ¿Por qué esta es mucho más fuerte?”
Cuando la profesora Glory se levanta, tiene que apartar a un par de esbirros de su camino. Mientras me defiendo de las oleadas de snarlers, mi atención sigue volviendo hacia la Reina Snarler que continúa comiéndose a su antiguo aliado.
“Profesora. ¿Esto suele suceder?” – pregunto.
“Bueno, he oído que algunas especies de bestias de maná ceden al canibalismo, pero nunca he visto un caso como este en particular. ¿Y por qué ahora? De todos los momentos, no tengo ni idea.”
Sacude la cabeza, toma la otra espada que está en el suelo y se dirige hacia su oponente.
*¡GRRAAAHH!*
Cuando la Reina Snarler termina de consumir a su camarada caído, ocurre un cambio extraño. Su pelaje una vez gris, empieza a volverse negro azabache y el pequeño cuerno de su frente que no había notado en un principio, crece sustancialmente y se curva hacia arriba. Sus ya brillantes ojos rojos se vuelven agudos y amenazantes, casi psicóticos, mientras su boca comienza a generar espuma.
La profesora Glory no dice nada, pero sé que tiene una creciente sensación de duda en su mente. Hasta ahora, volver a casa sanos y salvos se consideraba solo una cuestión de tiempo, pero ni siquiera mi cuerpo puede evitar temblar involuntariamente por la intención asesina que emana de esa bestia.
*¡Coff…!*
“¡Profesora! No podemos… ¡Coff…! ¡Seguir así!” – grita Tessia en medio de los gruñidos y siseos del enemigo.
La condición de Tessia no parece muy buena, y me llama la atención un problema bastante obvio con el cual hasta ahora no nos habíamos enfrentado.
“¡Escuchadme! ¡No más hechizos de fuego! ¡La entrada de la cueva está bloqueada, por lo que nuestro suministro de oxígeno es limitado!” – exclamo.
Debido a la acumulación de cadáveres quemados, el aire se está volviendo más denso al tiempo que algunos de los estudiantes más débiles comienzan a toser incontrolablemente.
La Reina y la profesora Glory están en un punto muerto, con nuestra profesora en el bando perdedor. Mientras me concentro en la batalla principal, puedo ver que el estilo de combate de la Reina Snarler ha cambiado por completo. No queda rastro de vacilación o sentido de autoconservación. Cada ataque que lanza a la profesora Glory tiene la intención de matar, sin preocuparse por su propio cuerpo. Por lo general, esa debería haber sido su perdición, pero el pelaje negro de esta peculiar Reina es capaz de absorber la mayor parte del daño de los ataques de nuestra profesora.
“¡Cof…! Arthur… Creo que… Mi núcleo de maná está comenzando a… ¡Cof…! A funcionar mal.”
Tess, que está a unos metros detrás de mí, cae de rodillas y comienza a agarrarse el abdomen. Mierda.
‘¡Papá! ¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien?’ – la voz de Sylvie aparece en mi cabeza.
‘Nos hemos encontrado con un problema, ven aquí lo más rápido que puedas y baja por las escaleras.’ – respondo antes de concentrar mi mente en lo que está sucediendo aquí.
Varios factores pasan por mi mente y comienzo a tener una sensación de nostalgia por mi viaje a las Tumbas Funestas. ¿Tengo poder suficiente para derribar la montaña de escombros que bloquea la entrada directa a las escaleras? Y, si lo tengo, ¿debería llevarme a Tess y escapar por nuestra cuenta?
No. Tess nunca me perdonaría si supiera que dejo a todos los demás aquí para que escapemos. Entonces, ¿debo regresar, quedarme atrás y ayudar a la profesora Glory a matar a la reina mutante?
Cualquiera que sea la decisión que elija tomar, lo primero que tengo que hacer es despejar todos estos escombros. Es importante despejar un camino de regreso a la primera, ya que resulta obvio que la reina no va a dejar que escapemos todos.
“Profesora, mantén ocupada a la reina. ¡Intentaré abrirnos una salida!”
La profesora Glory tiene que trabajar aún más duro para mantenerse al día con la reina, ya que no puede usar ningún hechizo de fuego. Después de recibir un asentimiento de su cabeza en señal de afirmación, me pongo a trabajar. Tessia no está en condiciones de ayudar, y todos los demás están demasiado ocupados defendiéndose del ejército de esbirros snarler. Lucas ha tenido que recurrir al uso de hechizos de calor para tratar de disuadir a los snarlers, ya que el nivel de oxígeno es cada vez más bajo.
Tengo que hacer esto por mi cuenta. Debo calcularlo bien. Si uso un hechizo de fuego lo suficientemente grande en este estado de la situación y fallo, todos los presentes comenzaríamos a asfixiarnos. ¿Agua? ¿Hielo? Hay muy pocas partículas elementales de atributo agua en esta cueva como para liberar algo lo suficientemente fuerte como para perforar un agujero en la montaña de rocas. La cueva, antes repleta de hielo, ahora está seca y árida, y algunos de los cadáveres quemados producen una gruesa capa de humo. Eso solo me deja con Viento y Tierra, o una mezcla de ambos. Pero con el nivel que tengo ahora mismo, no estoy seguro de poder producir un ataque lo suficientemente poderoso.
Pienso en la posibilidad de utilizar la segunda fase, pero con Tess en la condición en la que se encuentra en este momento, he de permanecer consciente al menos hasta que salgamos de esta mazmorra. Realmente, ¿no hay otra opción?
Cuando mi mente comienza a dar vueltas en busca de posibles soluciones, veo a la profesora Glory recibiendo un golpe bastante fuerte en su brazo derecho.
‘¡Ya casi llego, papá! ¡Espera!’
La voz de Sylvie me da una idea. ¡Eso es!
“¡Curtis! ¡Necesito tu ayuda ahora mismo!”
Mi grito suena por el campo de batalla.
“Arthur, no creo que pueda permitirme…”
“¡Ven, AHORA!” – respondo con un rugido antes de que pueda refutarme.
Curtis es un desastre ensangrentado y mugriento, pero por las heridas superficiales de su cuerpo, resulta obvio que la sangre de su ropa no es suya.
“¿Qué sucede?”
Curtis jadea pesadamente. Noto que está agotado por el desgaste de su rostro y cuerpo. Su escudo está bastante abollado y su espada parece desafilada por el uso continuado.
“¿Crees que tu habilidad de Voluntad de Bestia, el Aullido Celestial, ¿será lo suficientemente fuerte como para despejar esos escombros?”
Le giro la cabeza para guiar su atención.
“Arthur, no creo tener maná suficiente ni para entrar ni siquiera en mi primera fase.”
Sacude la cabeza con desesperación.
“Solo responde la pregunta. ¿Es lo suficientemente fuerte?”
“S-Sí. Si tuviera suficiente maná, probablemente podría producir una explosión aún más grande que la del simulacro de batalla en equipo donde tú, mmm, te lesionaste.”
Se rasca la cabeza, confundido por la dirección en la que va esto.
Pienso en dirigir la explosión hacia la Reina Snarler, pero aunque sea lo suficientemente fuerte como para matarla, sería imposible golpear con precisión solo a la reina y no alcanzar a la profesora Glory. Es más seguro seguir este plan.
“Bien. Quiero que no cuestiones lo que estoy a punto de hacer; concéntrate en entrar en tu primera fase y producir una explosión lo suficientemente fuerte como para despejar esa montaña de escombros. ¿Entendido?”
La cantidad de urgencia y autoridad con la que hablo debe haber llegado correctamente a Curtis, porque simplemente asiente y se da la vuelta.
Me quito el sello y lo coloco en el anillo dimensional, asegurándome de controlar la cantidad de fluctuación en el maná para no alertar a nadie. Todos están ocupados con los snarlers, pero si no controlo la liberación de maná como lo hizo la profesora Glory después de quitarse su propio sello, llamaría la atención de la Reina Snarler.
Sintiendo el manantial sin explotar al que ahora tengo acceso, coloco ambas manos en la espalda de Curtis. Debido a la cantidad de maná que le estoy proporcionando a Curtis, el Príncipe cae involuntariamente sobre una de sus rodillas antes de poder ajustar su cuerpo al repentino bombardeo de maná.
Según nuestros profesores y lo que cuentan muchos de los libros de la biblioteca, la transferencia de maná se ha estudiado durante muchos años, pero se ha vuelto una causa perdida. Consideran que un mago de atributo fuego debería poder recibir maná de otro mago de atributo fuego, pero después de innumerables pruebas y errores, esta práctica la consideran inverosímil; la razón está en que aunque alguien sea especialista, el maná que hay en el interior de su cuerpo no es puramente de ese elemento. Hipotéticamente, si alguien pudiera condensar y refinar su núcleo al nivel más alto, entonces podría transferir el maná a otra persona con un núcleo del mismo nivel y elemento. Aparte de esto, sería imposible, excepto para mí.
El hecho de poder manipular los cuatro elementos me permite ajustar, imitar e ingresar los tipos de maná y la proporción de cada elemento de la persona a la que se lo estoy transfiriendo. Es algo así como lo que hice con mi hermana y con Lilia cuando les enseñé la manipulación del maná a sus cuerpos, pero en una escala mucho mayor. Por supuesto, no lo he dominado perfectamente, así que desperdicio mucho maná, pero esta es probablemente nuestra mejor apuesta.
Cuando comienzo a controlar y limitar lentamente la cantidad de cada partícula de maná elemental que le transmito a Curtis, no puedo evitar apretar los dientes en autodesprecio por el giro de los acontecimientos. Había tantas pequeñas pistas que decidí ignorar, pensando que todo iría bien y que podría manejarlo… ¿Estaba dando por sentado la vida que tengo ahora? Ser lo suficientemente afortunado de tener esta cantidad de poder a mi edad, definitivamente me ha hecho perder mi antiguo sentido de racionalidad hasta cierto punto.
Ya no soy un Rey, atado por las reglas y la política, además de no estar limitado por mis propias capacidades físicas, y me he vuelto descuidado. En este mundo, los límites de mi potencial no existen. Alcanzar la etapa blanca o incluso aún más lejos no es un sueño, sino una cuestión de tiempo y esfuerzo. Lo que más me conmociona y lo que odio admitir es que, en cierto sentido, soy un poco como Lucas. No soy ni de lejos tan idiota como él y tengo gente por la cual me preocupo de verdad además de mí mismo, pero me estoy volviendo arrogante, como Lucas; arrogante hasta el punto de ser descuidado.
“N-No sé qué acabas de hacer, Arthur, pero me siento genial. ¡Creo que podré entrar en mi primera fase!” – dice el Príncipe devolviéndome a la realidad.
Siento el cambio por el que está pasando su cuerpo internamente; siento cómo soy yo quien le está transfiriendo el maná.
“Ira del Rey.”
Curtis deja escapar un gruñido cuando su cuerpo comienza a cambiar.
*CRAAAAK*
Debido al dolor, muevo las manos hacia atrás cuando Curtis libera la primera fase de su Voluntad de Bestia. Confundido, trato de transferirle maná de nuevo, pero el rechazo de su cuerpo es aún más fuerte que la primera vez. ¿El maná de su bestia rechaza mi maná?
Antes de tener la oportunidad de intentarlo de nuevo, Curtis comienza a recolectar maná para su habilidad Aullido Celestial. Se agacha, bajando el centro de gravedad para resistir el retroceso del Aullido Celestial. El maná de su cuerpo y el de la atmósfera se reúnen frente a su mandíbula abierta.
Durante este tiempo, me apresuro hacia donde Tessia ha quedado acurrucada detrás de la línea del frente y la recojo. Sacar a Tessia de aquí es una prioridad. En parte tengo la culpa de este lío. En primer lugar, debería haber hecho un mejor trabajo para evitar que algo así sucediera.
“¡AULLIDO CELESTIAL!”
Curtis desata su poderoso ataque de aliento, pero la Reina mutante debe haber sentido que algo anda mal, porque inmediatamente cambia su objetivo de la herida profesora Glory a Curtis.
*¡BOOOM!*
Como estaba planeado, mi transferencia de maná da sus frutos cuando la carta de triunfo de Curtis abre un gran agujero a través de los escombros, despejando un camino hacia las ahora visibles escaleras que llevan a la superficie.
“¡ESCUCHADME! ¡ID A LAS ESCALERAS!” – grito a través del sonido de las rocas que caen y de los gruñidos de los snarlers.
“¡CORRED! ¡AHORA!” – grita a su vez la profesora Glory mientras lucha por defenderse de la Reina Snarler.
La exhausta clase da un último empujón hacia las escaleras, mientras que la profesora Glory mantiene a raya a la reina y la pared de cadáveres de snarlers retrasa a los bichos que aún están vivos durante un breve momento.
“Claire, te confío a Tess.”
Le entrego a Tessia, que parece ser la que está en mejor forma en este momento.
“Planeas quedarte, ¿no es así? No puedes estar hablando en serio. Como tu líder al mando del Comité Disciplinario, te prohíbo…”
“Vete, nada más…”
Con la cantidad limitada de tiempo que tenemos, libero una aguda intención asesina para hacerle entender mi posición, lo que hace que retroceda por la sorpresa. Ayudo al agotado Curtis a ponerse de pie y empujo a mis dos compañeros del Comité Disciplinario hacia la entrada de la cueva, antes de volver hacia donde está luchando la profesora Glory.
“¿Por qué diablos has vuelto, Arthur?”
Casi puedo sentir la cantidad de frustración en la voz de mi profesora cuando me grita mientras aprieta los dientes.
“Haremos falta los dos para matar a esa cosa.”
Saco la Balada del Alba de mi anillo dimensional y la desenvaino.
“Mejor espera que esta cosa me mate, porque te arrepentirás de no seguir mis órdenes.” – responde al tiempo que bloquea un golpe de las afiladas garras de la Reina.
“Oye, yo también soy un profesor, ¿recuerdas?”
Le doy una sonrisa fatigada antes de hacer una fuerte oscilación con mi espada.
“Eres demasiado inteligente para tu propio bien, Arthur.”
Me devuelve la sonrisa mientras niega con la cabeza. La situación no parece muy buena, ya que la transferencia de maná me ha obligado a utilizar la mayor parte de mi maná. Si no fuera por la rotación de maná, probablemente ya habría tenido una reacción violenta.
Mientras luchamos contra la Reina y la mantenemos lo suficientemente ocupada para que el resto de la clase se ponga a salvo, noto que el último en irse es Lucas. Nuestros ojos se encuentran por un breve momento antes de que gire su cabeza hacia atrás y desaparezca por la entrada. Podría jurar que veo cómo resopla antes de darse la vuelta.
*¡GRAAAH!*
Mientras la pelea continúa, consigo cortar una de las alas de la Reina para que no pueda volar, pero su espeso pelaje nos impide hacer algo más que heridas superficiales. Esta Reina mutante, que mide casi tres metros de altura cuando se alza sus patas traseras, está llena de heridas, tanto la profesora Glory como mías, pero no parece que le molesten en absoluto.
“No creo que podamos matar a esta cosa.” – grito a la profesora Glory, que está al otro de la Reina Snarler.
“Para poder escapar, al menos debemos conseguir retenerla de alguna manera. ¡No creo que la Reina nos siga fuera de la mazmorra!” – responde mientras la Reina aúlla de ira.
“Necesito que la mantengas ocupada durante cinco segundos, profesora.”
Me reposiciono para que la profesora Glory pueda verme.
“Bien.”
No cuestiona lo que estoy a punto de hacer mientras libera otra ráfaga de maná fuera de su núcleo. Mientras la profesora Glory salta hacia la Reina mutante, vuelvo a poner la vaina en mi anillo dimensional y agarro la espada con ambas manos. Con el sello desactivado, uso lo último de mi maná para infundir relámpagos en la Balada del Alba.
“¡AAAAHHHHH!”
Sin maná fortaleciendo mi cuerpo, la carrera hacia la Reina Snarler se siente como arrastrarse.
“¡Muévete!”
A mi señal, la profesora Glory se aparta rápidamente mientras clavo mi espada en una herida ya existente que había logrado infligir antes entre sus omóplatos.
*CRAAK* *CRAASSS*
*¡¡¡KRRIIIIIIEEEEEEEEK!!!*
El repentino impacto parece ser efectivo contra la Reina, que comienza a sufrir espasmos.
“¡VAMOS!”
Sin siquiera poder sacar mi espada de la Reina Snarler, la profesora Glory me agarra por la cintura y me lleva hacia la entrada principal. Aunque las hordas de esbirros se interponen en nuestro camino, la profesora Glory se abre paso hasta que llegamos a la entrada.
*¡GRAAAAAAAAAAAAH!*
“¿C-CÓMO?”
A la profesora Glory solo le sale un jadeo cuando los dos miramos hacia arriba. La Reina, con mi espada aún incrustada en su columna, de alguna manera se ha recuperado lo suficiente como para dar un salto desesperado con el fin de evitar que escapemos.
“¡Deprisa!”
En este momento me encuentro colgando sobre el hombro de mi profesora mientras trato de sacarla de su conmoción. Con la Reina Snarler mutante casi sobre nosotros, logramos evitar sus afiladas garras antes de que aterrice con fuerza en el suelo. Sin el lujo de siquiera mirar atrás, pasamos por delante de los esbirros y entramos en el pasillo, cuando en ese momento veo cómo la Reina mutante se arrastra hacia nosotros. Supongo que mi último ataque ha hecho algún daño, ya que no se mueve bien, cojea torpemente hacia nosotros y usa las garras para arrastrar su cuerpo.
Al llegar al final del pasillo donde las escaleras comienzan a ascender, noto algo extraño acerca de la Reina Snarler, la cual está a solo un par de metros de nosotros. Bueno… Cada parte de esa Reina mutante es extraña, pero ahora es diferente. A medida que se acerca cada vez más al comienzo de las escaleras donde estamos, su rostro y cuerpo comienzan a palpitar; unos tumores empiezan a crecerle de manera repentina en partes aleatorias de su cuerpo y rostro.
No me digas que…
*¡BOOM!*
Antes de que la profesora Glory pudiera siquiera darse la vuelta, la fuerza de la explosión la empuja hacia adelante mientras me suelta, ya que todavía estoy en su hombro. Como si esto no fuera lo suficientemente malo, la explosión provocada por la reina abre un gran agujero.
“¡Arthur!”
A través de sus dientes apretados, escucho el grito desesperado de mi profesora mientras extiende su mano hacia mí, pero ya es demasiado tarde.
“¡Salva a Tess!” – grito débilmente antes de usar el último resto de maná que he reunido durante este corto período de tiempo para aumentar mi cuerpo.