Capítulo 67
La cripta de la viuda IV
Traducido por Laga
Corregido por DaniR
Editado por Helios
Corregido por DaniR
Editado por Helios
Transcurren lo que parecen horas de caída, mientras me golpeo con varias rocas que también caen junto a mí por la explosión; la velocidad a la que caigo impide que me estabilice. Extiendo mis brazos y piernas, tratando desesperadamente de encontrar algo a lo que agarrarme para detener la caída antes de convertirme en una marca de salpicadura en el suelo allá donde aterrice. Afortunadamente, mi mano derecha se agarra a la raíz de algún árbol que sobresale. Por desgracia, ese es el brazo que me he dislocado no hace mucho, por lo que la sacudida repentina envía un dolor agudo que hace que desee morderme el labio inferior.
Colgando de mi brazo derecho, el cual me parece que está a punto de romperse, le envío a Sylvie una transmisión mental.
‘Sylv, ¿estás ahí? He caído un poco, pero todavía estoy bien. ¿Puedes sentir dónde estoy?’
‘…’
No hay respuesta. Ni siquiera puedo sentir a mi vínculo. Inmediatamente comienzo a preocuparme por si le ha sucedido algo, pero con la Reina Snarler muerta y el resto de sus esbirros atrapados dentro de la mazmorra, no creo que ese haya sido el caso. Es más probable que me encuentre a demasiada profundidad, lo cual dudo, o que por algún motivo esta área esté aislada y sellada del exterior, o más exactamente de la superficie.
Por la magnitud de mi caída, dudo que esté en alguno de los pisos inmediatamente inferiores de la cueva. ¿La explosión habrá revelado un pasaje oculto a alguna habitación en algún lugar dentro de la mazmorra?
Hablando de explosiones, la explosión causada por la Reina Snarler mutante ha sido extraña. La explosión fue grande, pero tengo la sensación de que la explosión no estaba destinada a matar a quien tuviera cerca. Si ese hubiera sido el caso, mi cuerpo, junto con el de la profesora Glory, estaría en un estado mucho peor de lo que está ahora.
“Ugh…”
Mientras continúo colgando de mi brazo lesionado, siento que pierdo el control. Dejo escapar un par de respiraciones rápidas como preparación antes de izarme con el brazo derecho lo suficiente como para que mi brazo izquierdo pueda ocupar su lugar.
“¡Ergghh!”
Con los dientes apretados, resisto la tentación de dejar ir la raíz y dejar esto en manos de Dios, de los Dioses o de cualquier deidad, lo que sea que adoren en este mundo, si es que adoran a algo.
Ahora que cuelgo de mi brazo izquierdo, evalúo mi brazo derecho para asegurarme de que no está dislocado de nuevo. Afortunadamente, todavía parece estar en el lugar correcto. Después de una inspección rápida de la condición en la que se encuentra mi cuerpo, miro a mi alrededor, pero todo lo que veo es oscuridad. No se trata simplemente de oscuridad; está completamente negro. Lo que siento ahora mismo es como la sensación de cuando cierras los ojos con tanta fuerza que aparecen lucecitas en tu campo de visión, o como cuando por mucho que entrecierras los ojos, no logras ajustar la visión.
A medida que activo mi rotación de maná, disperso el maná que tengo cubriendo mi cuerpo y lo dejo solo en mi brazo izquierdo, el cual está sosteniendo la raíz. Tengo que usar este ‘tiempo de descanso’ para reunir la mayor cantidad de maná que pueda. Aumento mis ojos con el poco maná que me queda con la esperanza de poder ver algo, pero solo puedo dejar escapar un suspiro de derrota.
‘No estoy ciego… ¿Verdad?’
No puedo dejar de pensar esto en mi interior mientras aumento mis ojos nuevamente. Solo para consolar mi preocupación innecesaria, rompo una de las reglas más básicas en situaciones como esta. Produzco una pequeña llama en la punta de mi dedo índice derecho. Mirando el cálido parpadeo rojo y naranja de la llama de la punta de mi dedo, respiro aliviado antes de extinguirla.
Si bien la visión es algo importante, lo último que deseo hacer en un lugar oscuro como este es llamar la atención sobre mí mismo. Ahora que los enemigos de aquí, si los hay, conocen mi ubicación, necesito moverme. Como no puedo ver, utilizo el viento para sentir el tipo de espacio en el que me encuentro en este momento. No tengo ni idea de cómo estrecho es este agujero en el que me encuentro, pero asumo que no es demasiado ancho, ya que me he golpeado con bastantes objetos durante la caída.
Lanzando cortas ráfagas de viento suave y equidistantes a mi alrededor, noto que este foso, a falta de mejores palabras, tiene un diámetro de unos diez metros. Sin embargo, la parte aterradora es que ni siquiera puedo sentir cuánto he descendido ni cuánto tendré que seguir bajando hasta encontrar tierra firme donde poder caminar.
Lo que tengo que decidir ahora es si intento volver a subir o es mejor bajar. Por cuánto he caído y por la cantidad de escombros que cayeron junto a mí, lo más probable es que la apertura de la parte superior haya quedado cubierta. Y sin la respuesta de Sylvie desde afuera, no tengo manera de saber si podrá abrirme una salida. Esto solo me deja cabizbajo.
*¡Ains!*
No importa lo racional y equilibrado que sea, no puedo evitar sentirme un poco ansioso en esta situación. Además de los peligros inmediatos que tengo delante de mí, que no pueda ver nada ni sentir ninguna forma de vida me pone más nervioso. En un caso como el del ejército de snarlers que estaba frente a nosotros, sabía lo que tenía que hacer y podía pensar en cómo lidiar con ello. Pero en esta situación no puedo ni imaginar ni predecir lo que podría suceder en los próximos segundos, lo que me pone aún más tenso.
Al aumentar las dos manos con maná de atributo tierra, soy capaz de enterrar mi mano en el costado del agujero gigante parecido a un abismo, creando un asidero adecuado. Me posiciono a un costado con ambas manos clavadas en la pared para evitar caerme. Con un movimiento constante, saco las dos manos aumentadas del asidero de la pared y me permito caer antes de clavar mis manos en la pared de nuevo para detenerme. La cantidad de estrés que pongo en mis brazos me hace temblar cada vez, pero esta es la forma más rápida de bajar.
Agarrar, soltar, agarrar, soltar, agarrar, soltar. Debo mantener mi cuerpo plano para no comenzar a caer por la pared. Tampoco puedo esperar demasiado antes de tener que agarrarme a la pared de nuevo, porque sería mucho más peligroso intentar frenar después de ganar demasiada velocidad.
Dejo escapar pulsos de viento de vez en cuando para tratar de ver cuánto más tendré que bajar. Según mi reloj interno, aunque llevo alrededor de tres horas de agarrar y soltar, todavía no soy capaz de sentir el suelo aproximándose hacia mí.
‘¿Cómo de profundo es este maldito agujero?’
Sin siquiera darme el lujo de desahogar mi frustración en voz alta, despotrico dentro de mi cabeza con palabras que asumo hasta el más vulgar de los adultos encontraría inapropiadas.
Sé que todos advierten a los Aventureros sobre los peligros y de la imprevisibilidad de las mazmorras, pero tanto las Tumbas Funestas como esta supuesta mazmorra de bajo nivel han demostrado causarme más problemas que las veces que me aventuré con Jasmine sin el uso de magia. Quiero decir, ¿cuáles son las posibilidades de que en el momento en el que se supone que debo ir a una mazmorra de clase D llena de monstruos de clase E, un maldito ejército decida darnos la bienvenida en el primer piso?
Para ser honestos, los esbirros snarlers no habían sido problemáticos. Fuimos estúpidos por usar tanta magia de fuego cuando no teníamos ventilación, pero estaba manejando a la mayoría de ellos sin siquiera usar maná. Esa Reina mutante fue el problema. ¿Cómo diablos era tan fuerte? ¿Quizás porque se había comido a la otra reina? ¿Era posible obtener aumentadores de poder como ese?
Mientras continuaba relatándome a mí mismo los eventos que habían ocurrido antes, sigo agarrándome y soltándome del muro de piedra, cayendo cada vez más hacia quién sabe dónde. Cuando me suelto de la pared y caigo, cronometro antes de volver a enterrar mis manos aumentadas en la pared.
De repente, a diferencia de lo que estaba ocurriendo hasta ahora, mi mano no penetra en la pared.
“¿¡Qué…!?”
Intento desesperadamente atravesar la pared, pero ni siquiera con la mano aumentada puedo hacer un solo rasguño en la pared. La superficie de la pared ahora es diferente. Es suave, demasiado suave para que sea natural.
Gano velocidad mientras trato persistentemente de enterrar mis dedos en la pared, sin esperanza.
‘Esto no está funcionando.’
Con cuidado de no dejar escapar el menor ruido posible mientras sigo cayendo, dejo escapar rítmicamente pulsos de viento a mi alrededor, como una especie de ecolocalización improvisada. Mediante el envío de débiles pulsos y la medición de cuánto tiempo pasa antes de que golpee una superficie, puedo localizar en mi cabeza posibles puntos de apoyo para mis pies y asideros para hacer mi camino hacia abajo.
Es más fácil decirlo que hacerlo; la teoría funcionaba muy bien en mi cabeza, pero llevarla a cabo sin práctica resulta más difícil de lo que imagino. Hay pocos asideros de los que puedo intentar colgarme, y mi técnica de ecolocalización improvisada no es tan precisa como me hubiera gustado.
Termino perdiendo muchos de los potenciales apoyos y el asunto se vuelve más difícil a medida que la velocidad aumenta. Afortunadamente, todavía no siento el suelo cerca de mí, así que aún tengo tiempo, pero si caigo aún más rápido, aunque pueda agarrarme a alguna superficie, no estoy seguro de si mis brazos serán capaces de soportar el estrés por la repentina detención.
Mientras continúo moviendo los brazos contra la pared en busca de cualquier cosa que pueda ralentizar o detener mi caída, finalmente puedo sentir el suelo. Mierda… Esto no es bueno. Cuento con unos doscientos metros antes de que mi cuerpo se convierta en un charco en el suelo. Eso me deja con unos… ¿Seis segundos? Mierda.
Me doy la vuelta para que la pared quede a mi espalda y reúno todo el maná que he ahorrado hasta ahora. Necesitaré unos cuatro segundos para concentrar el suficiente maná en el hechizo.
“Bala de Viento.”
Estiro los brazos frente a mí y desato un aluvión de balas de aire comprimidas del tamaño de un puño al otro lado del agujero gigante en el que me encuentro. Si pudiera crear suficiente fuerza para empujarme contra la pared, podría reducir la velocidad lo suficiente como para sobrevivir a la caída.
*BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM* *BOOM*
Cuando las balas de aire chocan contra la pared a unos diez metros de mí, mi cuerpo comienza a presionar cada vez más fuerte contra la pared que está a mi espalda debido al retroceso del hechizo. No puedo hacer nada más que apretar los dientes cuando siento la parte trasera de mi uniforme y mi piel ardiendo debido a la fricción.
Puedo notar cómo se vacían mis reservas y me acerco a la etapa de la reacción adversa, pero suelto desesperadamente todo el maná que puedo reunir mientras uso la rotación de maná. Mientras, las balas de aire continúan chocando contra el otro lado de la pared, empujándome cada vez más fuerte hacia la pared lisa, y voy acercándome al suelo.
50 metros…
40 metros…
20 metros…
¡Veo una luz tenue!
10 metros…
5 metros…
“¡¡AAHH!!”
Siento la desaceleración mientras un dolor ardiente me recorre la espalda hasta que queda insensible. Dos metros antes de llegar al suelo, dejo escapar un último gran pulso de aire comprimido justo debajo de mí.
*¡¡¡¡CRASH!!!*
“¡Cof, cof…!”
Mis ojos se hinchan y el único sonido que puedo hacer es una tos dolorosa, mientras que el impacto sacude mi cuerpo. Ruedo hacia adelante tan pronto como puedo para tratar de distribuir la presión tanto como sea posible, pero no es suficiente. Mientras siento que mi cabeza da vueltas, lucho por mantenerme consciente, y mi visión se vuelve borrosa.
¡Mi visión!
Cuando levanto la cabeza del suelo, unas luces tenues iluminan el área, lo que permite que mi visión borrosa tenga una idea de dónde me encuentro. Parece que estoy en un pasillo de algún tipo, con pequeñas luces a los lados. Más adelante en el pasillo, llega una fuente de luz aún más brillante.
“¿Qu-Quién está ahí?” – resuena una voz femenina.
“¡Cof…!”
Intento responder a la voz asustada pero, de nuevo, mi voz me falla.
“Por favor… Necesito ayuda.”
Una vez más, no sale nada mientras mi visión sigue apareciendo y desapareciendo. Intento levantarme, pero fracaso por completo.
“Espera……”
Mi voz sale ronca y débil, pero ella me escucha. Escucho una respiración áspera y forzada que viene de su dirección antes de oír su débil respuesta.
“Está bien.”
La Voluntad de Dragón de Sylvia asimilada en mi cuerpo hace maravillas y siento que me estoy sanando. Me quema la espalda debido al deslizamiento por la pared y siento las piernas como si hubieran sido desgarradas y pegadas con cinta adhesiva, pero podré levantarme en treinta minutos.
Miro alrededor de la zona donde he aterrizado y no puedo evitar sacudir la cabeza ante la completa oscuridad que se cierne sobre mí desde el túnel del que he caído. A mi alrededor hay rocas destrozadas y lo que me parece que es un miembro de la Reina Snarler tras la explosión. Sin embargo, cerca de la extremidad, mis ojos notan un reflejo que proviene de debajo de un montón de escombros.
Camino hacia allí lentamente y una sonrisa se dibuja en mi rostro cuando me doy cuenta de lo que se trata. ¡Mi espada! La vieja y de confianza Balada del Alba, que en un momento recupero y aseguro dentro de mi anillo dimensional después de desenterrarla y sacarla de la pila poco profunda de escombros. También guardo el miembro desgarrado de la Reina Snarler dentro del anillo, con la esperanza de estudiarlo si alguna vez salgo de esta.
Pensando con optimismo, me doy cuenta de que no estoy tan mal. Me las he arreglado para frenar lo suficiente como para no tener ningún hueso roto. La conmoción atravesó mi columna y sacudió mi cerebro, haciéndome casi perder el conocimiento, pero considerando las circunstancias, siento que podría haber sido mucho peor. Mi maná comienza a recuperarse y con mis piernas funcionando, me dirijo hacia la voz que parecía haberse quedado en silencio.
“¿Hola?”
Camino por el pasillo, usando la pared como apoyo.
“Estoy aquí.”
La voz parece incluso más débil de lo que era hacía media hora. Dirigiéndome hacia la luz que crece al final del pasillo, la llamo de nuevo. Cuando llego al final del túnel, mi visión tarda unos segundos en ajustarse debido al cambio de iluminación después de haber estado acostumbrado a la oscuridad total durante tanto tiempo.
“Por…. ¡Cof…! Aquí…”
“…”
Antes de poder responder, casi retrocedo cuando tropiezo debido al horror por lo que presencio. La zona de guerra creado por los cientos de cuerpos de snarlers esparcidos y apilados uno encima de otro parece salida de un libro de imágenes para niños en comparación con esta escena de la que no me veo capaz de apartar los ojos.
Cuerpos. Los cadáveres de humanos, elfos y enanos yacen muertos y algunos en pedazos alrededor de una caverna que se habría considerado hermosa. El musgo que alguna vez había sido verde, parecido a la hierba, se extiende por el suelo teñido de rojo, mientras que el arroyo que cruza la caverna tiene cuerpos flotando con sangre esparciéndose a su alrededor. Hay alrededor de cuarenta o cincuenta cadáveres, esparcidos por la caverna con sus armas al lado. El daño causado a sus cuerpos revela tortura, ya que a algunos les han desgarrado las extremidades y a otros les han realizado cortes por todo el cuerpo antes de ser decapitados.
*¡Cof!*
“¿Estás…? ¿Ahí todavía?”
La débil voz viene de mi izquierda.
“No puedo ver… ¡Oh…!”
Mi corazón se detiene y ni siquiera puedo terminar lo que estoy diciendo. La mujer que yace contra la pared de la caverna está en peor estado que aquellos esparcidos y divididos. A la mujer, una elfa al parecer, le han arrancado la mayoría de sus extremidades. De los lugares donde deberían haber estado su brazo derecho y ambas piernas, hay unos agujeros donde han sellado la herida, quemándola cruelmente. Donde deberían haber estado sus ojos, ya no hay más que dos líneas de sangre seca, que manchan sus mejillas. El abdomen de la mujer, justo donde está su núcleo de maná, ha sido atravesado por una elegante aguja negra para, una vez más cerrado con fuego.
“Tú… ¿Cómo?”
Caigo de rodillas frente a ella mientras la inspecciono. Mirándola con atención, siento que la he visto en alguna parte. No apostaría mi dedo en ello, pero reconozco su rostro. ¿Dónde la he…? Las Seis Lanzas… ¡Las Seis Lanzas! Es uno de los seis magos más fuertes de todo Dicathen, elegida para representar al Continente.
“¡E-Eres una de las S-Seis Lanzas!”
No pude evitar balbucear.
“De hecho, lo soy…” – deja escapar un suspiro entrecortado. – “En cuanto a cómo… Si me preguntas cómo sigo viva en este estado, es porque él me ha dejado con vida.”
Frunce el ceño y la sangre seca que forma una costra entre sus párpados se desmorona, dejando escapar un leve chorro de sangre fresca de donde una vez estuvieron sus ojos.
“¿Él?”
Siento que estoy haciendo una pregunta estúpida, pero estoy muy perdido.
“Sí, él. Se llama a sí mismo Vritra.”
Dirige la mano izquierda, la única extremidad que le queda, hacia su espalda y saca algo. Dentro de su mano hay un elegante fragmento de piedra negra de algún tipo. Mientras entrecierro los ojos y lo analizo, de repente recuerdo de mi tiempo con Sylvia. Cuando el recuerdo hace ‘clic’ y las piezas se juntan en mi cabeza, mi mano aprieta con fuerza el fragmento negro mientras todo mi cuerpo tiembla de ira.
Acabo de recordar por qué esta piedra negra me resulta tan familiar. Es una parte de un cuerno de los demonios de cuerno negro de los que Sylvia se disfrazó por primera vez y también la misma especie que la mató.