Arco 1 Capítulo 23
Enfrentamiento III
Traducido por Tars
Corregido por Thornapple y DaniR
Editado por Tars
Corregido por Thornapple y DaniR
Editado por Tars
Ajest entrecerró los ojos y se mordió el labio.
“Así que también estás preparado para el combate cuerpo a cuerpo.”
“Claro, pero con mi poder mágico, cinco minutos es mi límite.” – admitió Desir con una sonrisa.
Ajest no era lo suficientemente ingenua como para confiar en alguien que revelaba su debilidad, pero ella no dudaba de su honestidad. El maná de Desir se estaba gastando a un ritmo visible, por lo que, al oír esas palabras, Ajest se acercó para no darle tiempo a recuperarse.
Fuera de lo esperado, Desir enfrentó la espada de la prodigio de frente. Ajest tenía la delantera en el cuerpo a cuerpo, pero él era capaz de aguantar todas sus embestidas. Leía todas las trayectorias de sus golpes y movía su espada en consecuencia para detener los golpes. Incluso con su cuerpo fortalecido por la magia, se movía a lo largo de la línea que se encontraba entre la vida y la muerte, cada golpe era más pesado que el anterior.
“Ajest, ¿no te estás… Divirtiendo?” – dijo Desir cuando recibió el tercer golpe.
Una expresión de confusión apareció en el rostro de Ajest mientras se enfrentaban en duelo.
“¿Divirtiendo?”
“Claro. Siempre has reinado desde lo más alto. Probablemente nunca has conocido a alguien que pueda ser tu igual.”
Desir paró otro golpe y empujó a Ajest hacia atrás.
“Con todo tu ser, odias perder. ¿No es así Ajest Kingscrown?”
Desir conocía muy bien a esta mujer. La futura comandante Ajest Kingscrown odiaba perder. Debajo de su superficie helada, perfeccionó su talento y se negó a permitir que nadie la superara. Todo el tiempo, ella llevó una vida solitaria en su trono, sin una sola persona capaz de enfrentarla en combate.
‘Esta vez, las cosas serán diferentes.’
Desir se señaló a sí mismo.
“¿Quieres derrotarme? Debes usar todo lo que tienes para lograrlo. Por eso viniste a mí para declarar la guerra y me condujiste a un duelo, que no puedo evitar. Eso es lo que estabas buscando y, ahora que lo has logrado, te estás divirtiendo, ¿verdad?”
Ajest se quedó sin habla: la habían desnudado por completo. A pesar de que ella misma no era del todo consciente de ello.
“Lo admito. Quiero ganarte con todas mis fuerzas. Tienes razón, podrías decir que estoy disfrutando de todo esto, pero, ¿cuál es la razón de toda esta palabrería? ¿De qué sirve hacerme admitir eso? ¿Qué tiene esto que ver con nuestra lucha?” – respondió tras meditar un instante.
“Porque planeo responder a tu espíritu de la misma manera.”
Desir Arman le estaba hablando al aliado de su vida pasada, el vértice de toda la humanidad.
“No te detengas.”
* * *
En lo alto de la torre del reloj había una habitación blanca, adornada con un singular pilar que dividía la habitación en dos. Ajest y Desir se mantuvieron separados a 80 metros, el uno del otro, en la parte superior de la columna, en un punto muerto. La magia comenzó a rodear a la reina de hielo mientras canalizaba su carta de triunfo.
“[Trono de hielo]”
Un trono de hielo emergió en el centro de la habitación. Los pilares hexagonales de hielo brotaron del suelo y se dispararon hacia el techo de la torre del reloj. Un aire frío brotaba de los pilares, cubriendo la habitación con una capa de escarcha. Una capa que crecía a un ritmo visible, formando finalmente un gran salón, con una araña intrincada en el centro y ventanas que adornaban la lujosa sala.
“[Palacio de Hielo]”
La magia continuó creciendo, transportando la parte superior de la torre a la edad de hielo. Desir miró a su alrededor y descubrió que el hielo se convertía en una arquitectura típica del norte, con esculturas en su interior. La hermosa habitación hubiera sido un buen lugar para explorar si no estuvieran en medio de una batalla.
“En este espacio, un mago puede usar un número ilimitado de hechizos sin hacer ningún calculo. Mi magia de hielo no tiene límites en este lugar.” – dijo Ajest.
Cientos de círculos mágicos se formaron en el aire, agrupados tan pegados unos a otros que Desir apenas era capaz de ver a través de ellos. Todos estaban directamente sobre él.
‘Un área con un acceso a una magia sin límites…’
El palacio de hielo se formaba a partir de un solo trono en su centro. Este era su palacio y el trono era el lugar desde el que gobernaba.
‘El hechizo que usa como firma la Reina Ajest.’
El trono de hielo era uno de los hechizos distintivos que usaría en el futuro. Estaba usando todo lo que tenía en su lucha contra Desir.
‘Pero ella todavía no se ha dado cuenta.’
Desir levantó la mano. Esta no era una pelea que Ajest pudiera ganar solo con números. Los incontables hechizos centrados en su persona se rompieron y cada una de las formas mágicas se hizo pedazos, haciendo que la magia residual desapareciera como la nieve. Desir parecía presumido mientras esperaba el próximo movimiento de Ajest. No le tomó mucho tiempo, al momento había comenzado a preparar otro conjunto de hechizos.
“Incluso si eres tú, no podrás seguir con este ritmo.” – le recordó Desir de forma casual.
El espacio de cálculo infinito. Mientras lograra crear su palacio de hielo, podría usar tantos hechizos como quisiera sin necesidad de preparar los conjuros. Esto iba mucho más allá de un conjuro doble o triple. Como podía ver ante sus ojos, cientos de hechizos se lanzaban al mismo tiempo. Sonaba impresionante, pero tenía un defecto fatal: el gasto de maná era colosal.
Mantener el campo en sí mismo dejaría a cualquier mago promedio seco en menos de tres segundos. Incluso Ajest Kingscrown tenía un límite y Desir apuntaba exactamente a esa situación.
* * *
Mientras tanto, Ajest estaba preparando su tercera ronda de hechizos. Su magia no tenía ningún efecto en Desir, pero no desistió. Sabía desde el principio que era imposible luchar contra él usando magia. Todos sus hechizos eran controlados. No importaba cuán cuidadosamente fueran diseñados, no necesitaba mucho más que un movimiento de su mano para disiparlos. Estaba en un nivel diferente.
Incluso en su trono de hielo, no pudo aterrizar un solo golpe en Desir. Sus abundantes reservas de maná, que estaban casi llenas al comienzo de la batalla, se habían reducido a menos del diez por ciento. Cualquiera podría pensar que era un desperdicio lanzar más hechizos, pero Ajest pensaba diferente.
Estaba perdiendo el tiempo. Cada hechizo que se proyectaba y se lanzaba por el aire creaba tiempo para que Ajest pudiera pensar una solución. Mientras construía hechizos, analizaba sus probabilidades de ganar, repasando cada detalle. Pero sus pensamientos siempre regresaban al mismo punto.
‘¿Por qué estoy perdiendo con magia?’
El problema eran las fórmulas. Desir había visto a través de cada una de ellos, dejándola sin posibilidades de conseguir ni un solo golpe. Si estaban lanzando los mismos hechizos, no había forma de que ella perdiera. Su poder mágico era muy superior, pero eso no significaba nada si perdía el control del hechizo. Si fuera capaz de lanzar un hechizo que él no pudiera controlar, no sería capaz de defenderse. Eso sería un punto de inflexión en esta batalla. Pero la pregunta principal era: ¿Cómo podía resolver ese problema?
Ajest miró los cientos de hechizos de hielo que estaban siendo desmantelados frente a sus ojos y respiró hondo. No le quedaba tiempo para dudar.
‘¿Qué pasa si no está en forma de hechizo?’ – pensó. Ella sacó su espada.
Inicialmente, planeaba enfrentarlo únicamente con su espada, pero eso no tenía sentido. Desir podía contrarrestarlo. La habilidad con la espada y el poder mágico era su fuerte y la única ventaja que tenía sobre Desir era su habilidad con la espada. En ese momento, Ajest tuvo una idea: tendría que usarlas juntas para derribar al hombre que tenía delante.
‘Combinar la espada y la magia a la vez.’
Esto iba más allá del nivel de encantar una espada con magia. Tendría que infundir la magia en la propia espada. Sabía que la segunda vez que usara este método sería contrarrestado. Necesitaba usar poder mágico en bruto.
Espada mágica. Entrelazar su habilidad con la espada y la magia, esta fue la respuesta de Ajest a su oponente. Su espada se envolvió en una luz azul.
* * *
La magia emitía ondas desde su espada. La magia resonaba en la cámara del palacio de hielo. Desir había escuchado ese sonido en multitud de ocasiones.
‘No puede ser… Ha logrado manifestar la espada mágica por sí misma.’
Los ojos de Desir se abrieron por la sorpresa. El hechizo de Espada mágica era la magia definitiva de los espadachines mágicos. El encaje perfecto entre la magia y la esgrima. Ajest lo había pensado y había terminado por hacerlo realidad. Su deseo de derrotar al hombre que tenía ante ella había impulsado su talento y le había permitido entender esta nueva magia. En su vida pasada le había llevado otros diez años comprender ese concepto.
‘Increible.’
Desir estaba asombrado. Durante su momento de contemplación, Ajest Kingscrown se lanzó hacia adelante. El frígido palacio se derrumbó cuando Ajest vertió el resto de su magia en la espada mágica. Ella apostaba todo en este movimiento final.
“[Espada mágica: Onda de hielo]”
La reluciente espada de plata se acercó mientras una tormenta de aire helado cruzaba la habitación. Cada movimiento de la espada congeló el aire. Actualmente no tenía forma de bloquear su ataque con magia. Podía decirlo con solo mirarlo. Una espada mágica formada con un poder mágico puro no podía ser controlada. Incluso si fortalecía su cuerpo hasta el límite para bloquear la espada, la magia almacenada en su interior causaría estragos en su cuerpo.
Los ojos de Ajest hacían una pregunta.
‘¿Puedes contrarrestar esto?’
Desir levantó las manos sin responder. La espada corta que estaba sosteniendo en sus manos cayó al suelo. La araña del techo comenzó a caer. El tiempo se hizo más lento para los dos cuando llegaron a la penúltima etapa de su duelo. La espada de Ajest se movió extremadamente lenta y, finalmente, alcanzó el cuello de Desir.
Una gota de sangre cayó de su cuello, como una sola gota de vino manchando un encaje blanco puro. La sangre goteaba mientras caía, congelándose al momento. Pero cuando sucedió, Ajest pudo ver la expresión de Desir y su rostro no mostraba ninguna de las emociones que ella estaba esperando. No había pena por perder, no tenía miedo de su fuerza abrumadora, no había decepción.
Era una sonrisa de victoria.
La espada disminuyó poco a poco su velocidad, era como si el tiempo se estuviera deteniendo. Al final, la espada se congeló.
Todo se desvaneció.
El mundo de las sombras ha sido completado.
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La formación que invocaba monstruos demoniacos en la parte superior de la torre ha sido derrotada, sufriendo daños irreparables.
Misión completada.
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Los rangos del 1 al 30 se han decidido en función de la contribución a la misión y al número de gente eliminada.
Primer lugar: Desir Arman
Segundo lugar: Ajest Kingscrown
Tercer lugar: Pram Schneider
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