viernes, 28 de junio de 2019

G4L Capítulo 29

Arco 5 Capítulo 29
Prejuicio
Traducido por Tars
Corregido por DaniR
Editado por Tars

A medida que el ardiente sol veraniego se extendía por el terreno, Varin y Valetta saludaron a Isaac y a los cinco soldados armados que estaban a la entrada de la aldea. Los soldados iban vestidos con una gruesa armadura de cuero reforzado con bronce y usaban cascos del mismo material para cubrir sus cabezas. Iban fuertemente pertrechados. Acompañando a Isaac, los soldados llevaban cubos de agua en sus manos. Además, todos ellos portaban espadas cortas en su cintura. No traían ningún arma o escudo extra. Isaac era el único que no llevaba casco, tal vez porque pensaba que eso le haría más difícil inspeccionar la aldea, haciendo que le llevara más tiempo. “Mientras inspecciono la aldea, el ejército estará acampado cerca de aquí, así que quería pedir permiso para poder usar el canal de agua…” – dijo Isaac mientras se disculpaba con una sonrisa. “Por supuesto que está bien. Por favor, no es necesario que te contengas, úsalo como gustes.” – respondió Varin. Estaba sorprendido. Nunca se le habría pasado por la cabeza que el comandante del ejército que se dirigía a la aldea fuera Isaac. Aunque este hombre ya había venido al pueblo en varias ocasiones, siempre interactuaba de forma cortés con los aldeanos. Jamás se habría imaginado que era un comandante del ejército y una persona con un título de nobleza. Además, había escudos adornando las espadas cortas que colgaban de las cinturas de los soldados que le eran familiares. Parecía que todos eran nobles. Un comandante de un regimiento de nobles no provendría de una familia noble de bajo rango, sino de una de las grandes, por lo que resultaba obvio que Isaac era un noble de alto rango. Para colmo, en la espada corta de Isaac había un magnífico adorno con su blasón familiar. Todas las veces que había venido a inspeccionar el pueblo, su espada corta no llevaba ningún adorno y siempre venía solo. Por ello, los aldeanos nunca habían sentido ningún aire de intimidación por su parte y siempre lo habían considerado como otro soldado común, que portaba una espada corta común. “Muchas gracias. Me aseguraré de que los soldados no se adentren en el pueblo. Por favor, transmite a los aldeanos que no tienen que preocuparse por los soldados.” – dijo Isaac, para a continuación ordenar a los soldados que estaban a su espalda que fueran a sacar agua. Los soldados que recibieron la orden respondieron de inmediato y corrieron hacia el canal de agua con los cubos bamboleándose en ambas manos. “Bien, aunque es un poco temprano, permíteme inspeccionar el pueblo. ¿El crecimiento de los cultivos de los campos ha ido bien?” – dijo Isaac tras observar a los soldados y volviendo a prestar atención a Varin y Valetta. “Sí. Gracias al agua del canal no se han agostado por la sequía y han podido crecer de forma favorable. Además, los cultivos aumentan de tamaño de forma diferente a lo habitual, su crecimiento es más rápido que antes. A este ritmo, podríamos ser capaces de cosechar algunas patatas para pagar el tributo de la aldea.” – respondió Varin explicando cuál era la condición de los cultivos. Valetta y Varin ya habían acordado qué había que decir. Los cultivos en los campos de la aldea habían podido crecer rápidamente gracias al fertilizante que había traído Kazura y al humus que se recogía del bosque. En caso de que Isaac pidiera algunos detalles, solo iban a explicar lo del humus. “Esas son buenas noticias. Poder recibir cultivos como tributo, aunque sea una pequeña cantidad, será algo realmente útil, ya que los impuestos recogidos en el resto de aldeas han disminuido considerablemente.” – dijo Isaac dejando escapar una pequeña sonrisa tras escuchar la respuesta de Varin. A continuación, instó a Varin y Valetta a llevarlo hasta el campo de patatas más cercano.
* * *
Isaac llegó al campo de patatas y se sorprendió al ver las plantas que crecían en su superficie. Las patatas eran mucho más grandes que cuando había venido a la aldea la última vez. Cualquier observador podría ver que los tallos eran gruesos y fuertes, y que sus hojas eran gigantescas. Aunque Isaac era un ignorante en cuanto a la agricultura, nunca había visto un patatal con tallos y hojas que fueran tan grandes como estos. “Esto es… Por lo que sé, nunca había visto un patatal con tallos y hojas tan grandes como las de este lugar. Sin embargo… Los cultivos que estáis sembrando… ¿De verdad son las mismas patatas que las del año pasado?” – preguntó Isaac. “Sí, son las mismas plantas que usamos siempre. Pero este año hemos mezclado una gran cantidad de tierra extraída del bosque cercano a los campos.” – respondió Varin. Cuando escuchó sus palabras, se agachó cerca de una planta con una expresión curiosa y tocó las hojas. Su tamaño parecía haber aumentado, y ver cómo se juntaba con los tallos era algo impresionante. Siendo honesto, si le hubieran dicho que esta era la misma cosecha de patatas que había visto el mes pasado, no lo habría creído. “Así que mezclasteis el suelo del bosque que ha recibido la bendición de Greisior con la tierra de la aldea… Nunca me hubiera imaginado que podía tener tanta eficacia…” – dijo Isaac. “A nosotros también nos ha sorprendido. No sabemos si este método es posible en otras aldeas, pero podría deberse a que la bendición que recibe el bosque de la aldea de Grisea de Greisior es muy poderosa.” Al escuchar la respuesta de Varin, Isaac recordó la leyenda sobre el pueblo, por lo que se mostró de acuerdo con la respuesta de Varin sobre el crecimiento de las patatas. Después de todo, este pueblo era el mismo de la leyenda donde Greisior había aparecido y había salvado a la gente hacía cientos de años, por lo que no le resultaba extraño que el bosque cercano hubiera recibido algún tipo de bendición. Podía entender que el suelo de bosque pudiera hacer que los cultivos crecieran más rápido. “Como se esperaba de la aldea de Grisea. Al utilizar el suelo bendecido por Greisior, estos cultivos pueden crecer de esta manera… Entonces, ¿podemos esperar recibir cultivos para el próximo tributo?” Si usaban la tierra del bosque que había recibido la poderosa bendición de Greisior, en el futuro la producción de alimentos de la aldea de Grisea podría aumentar drásticamente. Además, gracias al canal de agua que habían construido, tenían un suministro de agua estable, incluso en época de sequía, por lo que no había necesidad de preocuparse por la disminución de la producción de alimentos. Tal vez fuera posible crear una región agrícola a gran escala centrada en esta aldea, o eso pensaba Isaac. Sacó un pergamino y un carboncillo de su bolsillo y escribió sobre el estado de los cultivos y sobre la fertilidad de la tierra boscosa. “Tengo curiosidad por los cultivos del resto de campos, pero primero explícame lo de ese canal de agua.” – dijo Isaac levantando la cara tras terminar de escribir las notas en el pergamino que sostenía en sus manos. Varin y Valetta asintieron con una sonrisa mientras murmuraban en su interior y levantaban la guardia. ‘Ya llegamos a eso.’ En su visita anterior, Isaac no había prestado mucha atención al canal de agua, pero al igual que había pensado Kazura, parecía que alguien podría haberlo informado sobre la diferencia de nivel entre la aldea y el río. Varin y Valetta tenían claro que, cuando Isaac entregó el informe sobre su inspección a su superior, no había duda de que habían hablado sobre el origen del agua. La realidad era que Isaac pasaba sus informes directamente a Narson, que había sido quien le señalara la ubicación de la aldea y del río. Sin embargo, ni Varin ni Valetta tenían idea de que Isaac pudiera tener tal posición social y que hablara directamente con el Señor de la región. “El agua que fluye por el canal, ¿se extrae del río del noroeste?” “Sí, se extrae del río.” “Ju… Pero el río del noroeste está más bajo que el pueblo, por lo que debería ser imposible que el agua fluya desde ese lugar, ¿cómo podéis sacar el agua?” Cuando Isaac hizo finalmente la pregunta que todos estaban esperando, Varin le dio una rápida mirada a Valetta y un gesto de asentimiento, antes de comenzar a hablar. “De hecho, a mi hija Valetta se le ocurrió el diseño de una herramienta llamada rueda hidráulica. Su función es extraer de forma continua el agua del río y depositarla sobre el canal.” – respondió Varin. “¿Rueda hidráulica?” Al escuchar la frase ‘Rueda hidráulica’, Isaac repitió la palabra varias veces. Nunca había escuchado hablar de una herramienta que permitiera la extracción continua de agua en una cantidad tan grande que pudiera crear un flujo constante por el canal. “Esa herramienta llamada ‘Rueda hidráulica’, ¿está ubicada al final del canal?” “Sí, está ahí. ¿Debo guiarte para verla ahora?” Isaac asintió inmediatamente al ver que se ofrecían como guía. A pesar de que se había imaginado que habían encontrado una nueva fuente de agua, en realidad todo esto era debido a una herramienta que extraía agua del río. Por alguna razón, sintió una premonición indescriptible mientras caminaba hacia donde lo estaban guiando Varin y Valetta.
* * *
Después de caminar durante unos treinta minutos, las tres personas llegaron a donde se había instalado la segunda rueda hidráulica hacía unos días. Como de costumbre, la rueda giraba de forma vigorosa sin parar. Al usar cajas de madera, extraía agua del río que corría a su lado y la transportaba al acueducto de madera. “Es… ¡Esto es increíble!” – dijo Isaac. Cuando Isaac vio la rueda hidráulica, se sintió atraído por la escena que tenía ante sus ojos. La rueda transportaba grandes cantidades de agua desde el punto más bajo del suelo hasta uno más alto. No requería ningún tipo de esfuerzo humano, era una herramienta que se movía únicamente gracias a la fuerza del agua. Nunca había visto una cosa como esa hasta ese momento. “Esto es una rueda hidráulica. Es algo en lo que pensó Valetta cuando buscaba un método para extraer agua del río.” – dijo Varin. “Para ser capaz de llevar el agua a un lugar tan alto… ¡Es un invento increíble! ¿Valetta ha inventado esto ella sola?” Después de mirar intensamente cómo giraba la rueda, Isaac sacó un pergamino de su bolsillo y comenzó a dibujar la rueda mientras hacía preguntas a Valetta. “Sí, pensé en muchas formas diferentes de sacar agua del río y se me terminó ocurriendo esta rueda. Todos en el pueblo cooperaron para hacer las distintas partes y ensamblarlas.” – respondió Valetta. Aunque Isaac asentía con la cabeza al escuchar la respuesta de Valetta, había un rincón de su mente que no estaba consumida por la emoción de la existencia de esa rueda, y sintió que algo no estaba bien. Era imposible que la mera hija de un campesino, y que además era tan joven como Valetta, fuera capaz de inventar algo tan revolucionario como esto. Iba en contra de todo el sentido común que Isaac había aprendido hasta ahora. Desde la antigüedad, siempre habían sido ingenieros o artesanos de ciudad los que inventaban algo nuevo. Isaac nunca había oído hablar de una historia donde un campesino de un área remota hubiera inventado algo. Isaac no despreciaba a los granjeros, pero los campesinos de esta pequeña aldea no habían tenido ninguna oportunidad de aprender otra cosa aparte de la agricultura, por lo que ser capaz de poder desarrollar una herramienta revolucionaria como esta era simplemente increíble. “Poder inventar una herramienta como esta tú sola… ¿Me puedes mostrar el papel en el que escribiste la forma en que ibas a construir esta llamada rueda hidráulica?” “Eso… Esta rueda hidráulica la hicimos poco a poco, a medida que iba pensando en ello, por lo que no hay nada escrito. Lo siento mucho.” – dijo Valetta, disculpándose. Al escuchar su respuesta, Isaac frunció el ceño durante un instante, antes de volver a su semblante normal habitual. ‘¿De verdad? ’ – pensó mientras asentía con la cabeza. – “Entonces, ¿me puedes dar una breve explicación de cómo funciona esta rueda hidráulica y cómo hacerla?” “Comprendo. Entonces, la rueda hidráulica funciona…” – comenzó Valetta. Mientras Isaac escuchaba la explicación de Valetta, apuntó las partes más importantes en su pergamino. Valetta explicó con confianza el mecanismo de la rueda hidráulica; mientras, Isaac, que todavía sentía que algo estaba mal, se acercó para echar un vistazo a la herramienta. Cuando puso su mirada sobre la parte central del eje se dio cuenta de que estaba muy desgastado por la continua fricción. “¿Qué es esto? Esta parte está considerablemente desgastada… Si continúa, ¿no va a romperse?” – dijo Isaac mientras observaba el eje de la rueda, deteniendo de inmediato la explicación de Valetta. “¿Eh? ¿En serio?” – dijo Valetta, acercándose a Isaac. Se puso a investigar el eje de la rueda y se dio cuenta de que estaba bastante desgastado. Aunque todavía estaba bien, si seguía utilizándose, la rueda podría desmoronarse cuando se rompiera el eje. “Es verdad, si la rueda continúa girando, entonces el mango se va a acabar rompiendo… Necesito pensar en alguna medida para arreglarlo.” – dijo Valetta después de ver la condición del eje. A continuación, se dirigió a la entrada del canal de agua en la parte superior del río e insertó una tabla de madera para bloquear el agua. Cuando el río dejó de verter agua en el canal, la rueda que giraba de forma continua, se fue ralentizando, poco a poco. “Ya veo, usando esa tabla, ¿puedes detener la rueda siempre que quieras?” – preguntó Isaac, sintiendo admiración por la idea. “Sí, ya que de esta manera siempre podemos reparar la rueda en caso de ser necesario. Si Isaac no hubiera notado que el eje se estaba desgastando, no hubiéramos podido repararlo y la rueda habría terminado rompiéndose. ¡Muchas gracias!” – respondió Valetta con una sonrisa, expresando su agradecimiento. “Es un placer para mí.” – respondió Isaac. Y una vez más continuó escribiendo en el pergamino, mientras Valetta reanudaba su explicación sobre la rueda.
* * *
Había pasado medio día desde que comenzara la inspección de la aldea. En frente del bosque, mientras el pueblo se iba pintando por el color de la puesta del sol, Isaac terminó de recibir el informe de Varin sobre el estado de preparación de la madera que se iba a usar para pagar sus impuestos. Terminaron intercambiando agradecimientos después de acabar la negociación. Después de que Isaac recibiera la explicación sobre la rueda hidráulica de Valetta, los tres regresaron a la aldea, y Varin pasó a informar sobre la situación del pueblo en cuanto a la comida y el crecimiento de los cultivos mientras recorrían los campos. Isaac creía que el repentino crecimiento de los cultivos se debía a la influencia de la bendición de Greisior en el suelo del bosque, por lo que no se molestó en investigarlo demasiado. Lo que sí le explicó al jefe de la aldea era que en el futuro podría haber algunas órdenes desde Isteria solicitando la técnica con la que producían esos alimentos. Hacía rato que Valetta se había marchado a casa para hacer la cena. “Entonces, volveré al campamento. He venido con toda mi unidad por un asunto personal, lamento los problemas.” – dijo Isaac. “No, no, no, somos nosotros los que nos sentimos honrados de poder prestar asistencia al ejército. No nos debes ningún favor.” – respondió Varin. Tal vez porque la inspección había terminado sin ningún tipo de incidente, de una forma u otra, Varin respondía alegremente como si una gran carga hubiera sido levantada de sus hombros. Al escuchar la respuesta de Varin, Isaac mostró una sonrisa, para darle las gracias. “Entonces, ¿terminamos aquí? Volveré en un mes, antes de que termine la preparación de los bienes para pagar el tributo.” “Entiendo. Hasta que nos volvamos a encontrar dentro de un mes.” – dijo Varin tras escuchar las palabras de Isaac, mientras se inclinaba antes de regresar a su casa. Al mismo tiempo que observaba la espalda de Varin mientras se alejaba, Isaac reflexionó sobre el resultado de la inspección. ‘Bueno, voy a tomarme un descanso mientras observo la aldea. ’ A juzgar por las condiciones físicas de Varin, Valetta y el resto de aldeanos que había visto durante la inspección, parecía que la condición alimenticia de la aldea de Grisea había mejorado en gran medida. Hacer una rueda hidráulica para extraer agua, utilizar la tierra del bosque para promover los cultivos… Durante el último mes, la aldea había experimentado una recuperación enorme. Era algo que no podía evitar asombrarlo. Esta situación debería ser algo alegre, pero Isaac sentía que algo estaba mal. Todo iba demasiado bien en el pueblo, lo que era algo antinatural. Sobre todo, estaba especialmente preocupado por esa rueda hidráulica. Aunque podía ser cierto que ese invento revolucionario había sido inventado por una campesina, era incapaz de aceptarlo. Mientras Isaac pensaba otra vez en la rueda, observando la aldea, notó una pequeña sombra al borde de su visión. Basado en lo que podía ver por el rabillo del ojo, detrás de un árbol, a unos treinta metros de distancia, había un niño que le miraba en silencio mientras se escondía. ‘Ese chico… Parece tener entre cinco o seis años. Si mal no recuerdo, su nombre es…’ Isaac intentó recordar el registro de habitantes de la aldea y se quedó pensando durante unos instantes. A continuación, el niño hizo como que pensaba en algo; Isaac agitó la mano hacia el crío con una sonrisa. El niño se dio cuenta de que lo habían descubierto al ver el saludo, pero al instante se encogió de hombros; inmediatamente salió de la sombra del árbol y comenzó a correr hacia Isaac. “Señor, ¿eres un soldado importante? ¡Es la primera vez que veo una armadura tan genial!” – dijo el niño emocionado, sin saludarlo, tras correr hacia su lado. Al parecer, el niño estaba muy impresionado por la imagen de un soldado totalmente equipado. “Umm, no soy tan importante. Solo soy el capitán de cien soldados.” – respondió Isaac. “¿Cien? ¡Increíble! Siempre que vienes al pueblo traes una armadura barata, ¡casi no te reconozco!” Isaac puso una sonrisa irónica tras escuchar las palabras del niño. Él daba vueltas a su alrededor con entusiasmo, mientras se divertía mirando la armadura. Al verlo, Isaac decidió probar lo que había pensado antes y comenzó a hacerle preguntas al niño. “Debes ser Kolz, ¿verdad? Lo cierto es que la unidad está acampada cerca del pueblo, ¿quieres ir a verla?” – dijo Isaac. La cara de Kolz mostró una expresión que iba desde la sorpresa a la expectativa y ardía de ganas de ir a verla. “¿Eh? ¿Puedo?” – replicó, mientras miraba a Isaac. “Sí, no hay problema. Pero antes de eso, informemos a tus padres que saldrás de la aldea por un rato. Si desapareces sin su permiso puedes crear una conmoción.” “¡Sí! ¡Mi casa está allí!” – respondió Kolz con gran alegría a la sugerencia de Isaac, y comenzó a caminar hacia su casa a un ritmo acelerado. Pero, después de dar unos pasos, Isaac se detuvo, mientras se daba una palmada en la frente. “Ah.” “¿Qué pasa? ¡Vamos, rápido!” “No puedo, me olvidé de algo importante. Tengo que ir a otra parte para preguntar algo…” “¿Qué? ¡Vamos! ¡Vamos!” Isaac estaba hablando con una expresión seria, pero el impaciente Kolz seguía intentando meterle prisa. Aunque en su mente se estaba sintiendo algo culpable por manipular al chico, terminó diciendo lo que quería. “Hace un rato estaba hablando sobre la persona que hizo la rueda hidráulica con el jefe del pueblo, pero como nunca había escuchado un nombre como ese, se me ha olvidado… Necesito volver para preguntar quién era. Aunque… ¿Por casualidad no sabrás como era su nombre?” Al escuchar la pregunta de Isaac, Kolz lo miró fijamente por un instante antes de volver a abrir la boca de inmediato. “¿El señor Kazura?” – respondió Kolz.