Volumen 11 Capítulo 8
Necrológica
Traducido por Tars
Corregido por Lord y DaniR
Editado por AMarauder
Corregido por Lord y DaniR
Editado por AMarauder
Al día siguiente, varios titulares de última hora dominaban las portadas de innumerables periódicos. La primera noticia trataba sobre el mayor cazador de Brasil, Jonas. Su cadáver había sido encontrado en un río cercano. La segunda trataba sobre el hecho de que el Presidente de la Asociación Coreana de Cazadores había sido horriblemente asesinado atravesándole el pecho con una lanza. Por último, la noticia del cazador Sung Jinwoo, que había regresado a Corea del Sur.
Christopher Reed. El mejor cazador de Brasil, Jonas. El Presidente de la Asociación de Cazadores de Corea, Go Gunhee. El mundo cayó en un gran alboroto cuando las noticias sobre las muertes de algunos de los mejores cazadores del planeta se anunciaron a través de los medios de comunicación. Si el enemigo era capaz de asesinar a los cazadores que estaban en la cúspide del poder, ¿quién podría atraparlo?
Los principales medios de comunicación de todo el mundo hablaron únicamente sobre la muerte de esos tres cazadores durante varios días y noches. Hasta la Agencia Federal de los Estados Unidos emitió una declaración oficial sobre esos incidentes. Dijo que ya se había puesto en contacto con los principales miembros de cada nación para encontrar a los culpables. Desafortunadamente, los temores del público no podían apaciguarse con una simple declaración como esa. Resultaba natural que la confianza que habían colocado en la barrera que los protegía contra la amenaza de los monstruos se hubiera derrumbado.
Mientras el mundo de los cazadores y los medios de comunicación se mostraban algo optimistas, la Asociación de Cazadores de Corea entregó un vídeo a los medios. Contenía las imágenes grabadas por una cámara de seguridad situada en la oficina del Presidente de la Asociación, Go Gunhee.
“¡Dios mío!”
“¡Ah!”
Los que veían las imágenes en no podían ocultar su conmoción y asombro. Se mostraban con claridad las imágenes de dos hombres. Uno de ellos era, sin lugar a dudas, el Presidente de la Asociación, Go Gunhee, y el otro hombre era el que le atravesaba el pecho con algo afilado… Pero no importaba cómo se viera, esa cosa no era humana. Era un monstruo.
“¡Un elfo de hielo!”
Las impactantes imágenes de un monstruo que debía haber estado encerrado en una mazmorra asesinando a un cazador de primer nivel se veían con claridad en el vídeo. Un primer plano de la criatura pronto se extendió por todo el mundo. Las secuelas del vídeo fueron enormes. Ahora la gente sabía que los cazadores que cazaban a los monstruos estaban siendo cazados por ellos. Las imágenes sirvieron para crear otra capa de terror en los corazones de la gente. La gente común era protegida por los cazadores, pero entonces, ¿quién podía proteger a los cazadores?
Por extraño que pareciera, hasta se generó una corriente de opinión pública que creía que los cazadores no deberían ser enviados al extranjero debido a que el Presidente de la Asociación, Go Gunhee, había sido asesinado mientras Jinwoo estaba ausente. Y así, en medio de una atmósfera caótica, el foco de la opinión pública se fijó sobre Jinwoo. Todo el mundo conocía la estrecha relación que había entre él y el Presidente de la Asociación, por lo que la gente se preguntaba cuál sería su reacción. Sin embargo, Jinwoo no dijo nada a los medios.
* * *
Unos días más tarde. En el momento en que se acercaba el funeral, un día después de que toda la investigación sobre la muerte del Presidente de la Asociación hubiera terminado. Jinwoo visitó en silencio la Asociación de Cazadores. Woo Jincheol, luciendo decaído y exhausto, apareció en la sala de espera para recibir a Jinwoo.
“Lamento la espera, cazador. Esto ha estado un poco agitado últimamente…” – se disculpó Jincheol mientras se frotaba la barba desaliñada y descuidada.
El día que regresó de los Estados Unidos, nada más llegar al aeropuerto de Incheon, había escuchado la noticia y regresado rápidamente a la Asociación de Cazadores. El reencuentro entre los dos tenía lugar exactamente tres días después.
“¿Por qué escondiste el resto de imágenes grabadas por la cámara de seguridad…?” – preguntó Jinwoo antes de ponerse manos a la obra.
El vídeo que había revelado la Asociación mostraba la escena donde aparecía el rostro del Soberano del Frío. Después de eso, no se había revelado la aparición de Jinwoo o de Beru, quienes habían ingresado a la oficina del Presidente de la Asociación poco después. Sus imágenes no habían sido mostradas al público.
“La Asociación de Cazadores da máxima prioridad a la seguridad de los cazadores. Hemos decidido que no podemos revelar libremente las habilidades que has ocultado.” – respondió Woo Jincheol con una expresión amarga en su rostro, rascándose la cabeza.
Las habilidades de un cazador eran como sus cartas de triunfo. Mostrar todas tus cartas era como relevar todo tu juego. Por supuesto, cuanto más alto era el despertado, más escondía sus habilidades, ya que ese acto podía salvarle la vida en una situación desesperada. La capacidad para trasladarse en un abrir y cerrar de ojos desde los Estados Unidos hasta el edificio de la Asociación de Cazadores en Corea del Sur. La Asociación de Cazadores había decidido que no podía hacer pública una habilidad tan poderosa sin su consentimiento.
“Estoy seguro de que el Presidente de la Asociación habría tomado la misma decisión si todavía estuviera entre nosotros.”
El Director Jincheol respetaba mucho a Go Gunhee, incluso se podría decir que estaba más cerca de su difunto jefe que cualquier otra persona de la organización. Por eso sus ojos se enrojecían cada vez que decía ‘Presidente de la Asociación’.
“Ah, ya veo. Por eso tu expresión parecía tan aterradora e implacable antes de subir al avión.”
Jinwoo asintió. Lo admitía con facilidad. Cuando Jincheol vio el vídeo por primera vez, resolvió un misterio: comprendió por qué el estado de ánimo de Jinwoo era tan extraño.
“¿Ese monstruo era tan poderoso que ni siquiera con tu fuerza pudiste detenerlo?”
Jinwoo negó con la cabeza.
“Para cuando llegué…” – respondió Jinwoo con una expresión sombría. Al escucharlo, Jincheol bajó la cabeza.
“Lo siento… Estoy seguro de que ahora mismo también tienes el corazón apesadumbrado. Estoy frustrado y he terminado por molestarte…”
Woo Jincheol sabía mejor que nadie que Jinwoo no era el responsable. Quizás por eso su intento de consolarlo se le hacía aún más doloroso.
“Todavía no puedo creerlo.” – dijo Jincheol con la mirada fija en el suelo. – “¿Cómo pudo morir…? El día anterior me instó a regresar lo antes posible porque quería escuchar lo que había sucedido en los Estados Unidos…”
Jinwoo esperó pacientemente a que terminara su oración.
“¿Qué te dijo…? ¿El Presidente de la Asociación antes de cerrar los ojos?”
“Que estaba aliviado.”
“¿Eh?”
Woo Jincheol levantó la cabeza, sorprendido.
“Se sentía aliviado de poder confiar el futuro a jóvenes cazadores como yo…”
“Ah.”
Eso es lo que quiso decir. Las lágrimas comenzaron a caer de los ojos de Jincheol cuando brotaron sus emociones. Se sentía conmovido por el generoso corazón de Go Gunhee. Se había preocupado por el futuro hasta el final. Jincheol trató de ocultar sus lágrimas, tocando el borde de sus ojos con las yemas de los dedos.
“Gracias. Gracias por estar a su lado en los momentos finales del Presidente de la Asociación.”
Sentía que sus palabras no eran una mentira. Si lo fueran, ¿cómo podría tener el Presidente un rostro tan tranquilo? La gratitud de Woo Jincheol era sincera, venía de lo más profundo del corazón.
“……”
Jinwoo cerró la boca con fuerza y no dijo nada. Mientras mantenía la conversación con Jincheol, sentía que su cabeza, que había estado agobiada durante varios días, se aclaraba un poco.
“Voy a matar a ese cabrón…”
“¿Eh?”
La expresión de Jinwoo se volvió extremadamente fría.
“El monstruo que asesinó al Presidente. Lo voy a matar.”
No solo quería vengar a Gunhee, sino que quería enviar una advertencia clara a todos los que lo amenazaban.
¡Glup!
Woo Jincheol tragó saliva. Sabía que esa aura asesina no estaba dirigida hacia él, pero apenas podía respirar bajo esa intensa presión. De hecho, esa intención fría y pesada estaba aplastando sus hombros. Jinwoo vio que el rostro de Jincheol se ponía pálido y rápidamente retiró su aura.
“Puedes guardar tu agradecimiento hasta ese momento.”
“Ah…” – Woo Jincheol hizo todo lo posible para calmar su tembloroso corazón y asintió con la cabeza. – “Vale.”
Solo entonces se dio cuenta de que Jinwoo aún no le había contado sobre su propósito al visitar la Asociación. Era poco probable que un cazador de su nivel se acercara solo para preguntar por qué había desaparecido la última parte del vídeo de seguridad.
“Pido disculpas por mi falta de atención… Hasta he olvidado de preguntarte por qué nos visitas.” – preguntó Jincheol.
Jinwoo le contó sobre la conclusión a la que había llegado después de varios días de deliberación.
“¿Puedes organizar una rueda de prensa?”
* * *
Los reporteros se agolparon como nubes en la conferencia de prensa. Ya hacía tiempo que Jinwoo se había convertido en un paquete de regalo que caminaba y hablaba, pero que siempre ocultaba grandes noticias en su interior. Y no había ningún periodista que no fuera capaz de mostrar interés cuando un hombre así convocaba una rueda de prensa por primera vez.
*Murmullo*
El lugar de la rueda de prensa era muy ruidoso debido a la gran cantidad de personas reunidas. Sin embargo, cuando apareció Jinwoo, todos se callaron en el acto. De inmediato, un silencio expectante llenó el lugar. Jinwoo abrió la boca cuando sintió que cada una de las miradas de los reporteros estaba aterrizando sobre su piel.
“Un grupo de monstruos que poseen un alto nivel de inteligencia está apuntando hacia los mejores cazadores de la humanidad. Son más fuertes que cualquier cazador y emplean todo tipo de medios para lograr sus objetivos.”
¿Un grupo de monstruos? ¿No había sido una sola bestia la que asesinara al Presidente Gunhee? Los reporteros estaban aturdidos. Sin embargo, Jinwoo había obtenido información del Rey de los gigantes, el Soberano Primordial. Había nueve soberanos y pronto empezaría una batalla entre ellos y los llamados Gobernantes. Su primer objetivo eran los cazadores de más alto rango que habían tomado el poder de los Gobernantes. Tres cazadores ya habían sido asesinados y el número de víctimas podría aumentar en el futuro. Ya había puesto una sombra en la lista de cazadores que le había entregado la Agencia Federal, pero siendo realistas, no podía mantener un ojo en cada uno de los cazadores del mundo que eran considerados poderosos. Al igual que había ocurrido con Go Gunhee, podía aparecer una víctima en algún lugar inesperado. La repentina conferencia de prensa de Jinwoo era un mensaje de advertencia para las víctimas potenciales que luchaban contra los monstruos en cualquier parte del mundo.
“Estos monstruos usan la magia espacial para bloquear y separar el entorno de su objetivo antes de atacar.”
Era una información increíble. Una historia que podía revelar porque había conocido a un Soberano en persona.
“Por eso, si crees que puedes ser su próximo objetivo, mantente lo más cerca posible de tus compañeros, ya que podrían protegerte. Sin embargo, por si acaso…”
Por si acaso… Jinwoo finalmente reveló la razón por la que había convocado esta conferencia de prensa.
“Si no tienes un compañero que pueda cumplir este papel, comunícate conmigo a través de la Asociación de Cazadores de Corea.”
“¡Ooooooh!”
De las bocas de los reporteros salieron exclamaciones de admiración. ¡Una confianza inquebrantable! El cazador responsable de derrotar a Thomas André, el conocido como cazador más poderoso, estaba demostrando una gran confianza, como si esos monstruos fueran un asunto insignificante para él. Era un anuncio sorprendente, que aliviaba la ansiedad de la gente de golpe. Sin embargo, la verdadera intención de Jinwoo era otra.
‘Colocaré una trampa usando a todos los cazadores que puedan ser un objetivo de esos bastardos.’
De esta forma podría rastrear todos los movimientos de los Soberanos apuntando a los cazadores que se habían retirado del servicio activo, como el Presidente de la Asociación. No tenía ninguna duda de que al menos uno caería en su trampa. Cuando Jinwoo terminó de hablar, comenzaron las preguntas de los periodistas.
“¡Aquí el periodista del Diario X! ¿Cómo conoce tanta información sobre ese grupo de monstruos?”
“Me los he encontrado antes.”
Para ser más específico, se había encontrado con ellos dos veces. Había conocido al Rey de los Gigantes en Japón y a otro en Corea.
Bru, Bru, bru, bru…
Los reporteros se sorprendieron y comenzaron a formar un barullo mientras tomaban nota de las palabras de Jinwoo.
“¿Eso significa que ha salido ileso después de encontrarse con ellos?”
Jinwoo respondió de manera concisa, con unos ojos que ardían con llamas llenas de confianza.
“Sí.”
¡El cazador Sung seguía vivo después de encontrarse con esas criaturas! Los reporteros presionaron con entusiasmo el obturador de sus cámaras cuando escucharon una noticia inesperada.
¡Clic!
¡Clic!
¡Clic!
¡Clic!
¡Clic!
¡Clic!
¡Clic!
En ese momento, un periodista que se encontraba lejos de la primera fila levantó la mano. No era otro que el mismo reportero que había acompañado al Jefe Woo Jincheol para documentar los sacrificios que los cazadores habían hecho al luchar contra la estatua con forma de ángel. Los ojos de Jinwoo se volvieron hacia el periodista. El reportero Kim bajó lentamente la mano y, a diferencia de sus frenéticos compañeros, expresó su pregunta de forma clara y concisa.
“¿Qué hará si se encuentra con el demonio responsable de matar al Presidente de la Asociación Go?”
Jinwoo apagó el micrófono mientras miraba en silencio a Kim, que tenía una expresión resentida.
“Eso es todo…”
El reportero Kim se quedó mirando durante mucho tiempo su espalda, viendo cómo descendía de la plataforma. Por alguna razón, aunque no había dicho nada, pensaba que todavía podía escuchar con claridad la respuesta de Jinwoo.
* * *
“Maestro.”
“¡Maestro!”
Los dos guardias de seguridad de turno se levantaron de sus asientos sorprendidos después de ver a Thomas André caminar hacia su puesto de guardia, pero él simplemente les hizo una señal para que volvieran a sentarse.
Bip
Cuando puso su pulgar en el lector de huellas digitales, la puerta se abrió automáticamente. Thomas y Laura entraron en el almacén del gremio, ubicado en el sótano del edificio de los Carroñeros. En realidad, los dos guardias que se habían asustado por la presencia de Thomas eran cazadores de rango A. Si algo sucedía, Thomas, que vivía en el ático del último piso del edificio, era contactado de inmediato, por lo que muy pocas personas podían ingresar en el almacén del gremio.
Thomas caminó sin vacilar y se dirigió directamente a la parte más profunda de la instalación subterránea.
“¿Realmente planea regalarle ‘esos’, señor?”
Bip
Después, de volver a pasar por otro reconocimiento de huellas dactilares, pudo entrar a la última habitación.
“¿Qué pasa? ¿Crees que estoy entregando demasiado como pago por mi vida y la de los miembros de mi gremio?”
“No señor. Eso no así…”
“Bueno, ¿entonces crees que no es lo suficientemente bueno como cazador para manejar esas cosas?”
“……”
Laura podía hablar hasta que le doliera la mandíbula, pero sabía que sería una pérdida de tiempo y cerró la boca. Thomas se detuvo frente al objeto que estaba buscando. Aunque eran unas armas que no le convenían en absoluto, no podía evitar que su corazón temblara cada vez que se encontraba ante ellas.
“No importa cuántas veces las mire… Se ven geniales.” – murmuró Thomas, admirado.
“Señor, solo hay dos de estas en todo el mundo.” – añadió Laura intentando disuadirlo por última vez.
“Eso es cierto.”
“Y seguirá siendo así.”
“Supongo.”
“¿Y aún las vas a regalar?”
“Por eso se las doy.”
Thomas André formó una sonrisa. Habían pasado casi ocho años desde que fueron creadas, pero la locura que emanaba de su interior no había disminuido lo más mínimo.
“Las mejores armas para el mejor cazador. ¿No crees que es un desperdicio dejar que se pudran aquí?”
Como si respondieran, las dos dagas del estuche reflejaron la luz; el resplandor de las hojas permanecía frío y afilado.