Arco 9 Capítulo 68
Las herramientas no son armas
Traducido por Alsabov
Revisado del Japonés por Tars
Corregido por DaniR
Editado por AMarauder
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‘Mmm, martillo, clavos, sierra… Demasiado complicado, con una pistola de clavos y una sierra eléctrica será más sencillo. Con esas dos será suficiente.’
Después de regresar a la habitación, Kazura cogió las herramientas eléctricas de un estuche que estaba dentro de la caja de herramientas. En un principio había pensado en utilizar un martillo y una sierra, pero les tomaría demasiado tiempo terminar el trabajo con ellas. Aunque el ruido sería notable, ya era de noche y había poca gente cerca. Además, tenía el generador justo a su lado. Era mejor terminar el trabajo rápidamente con las herramientas eléctricas. Kazura colocó las herramientas eléctricas, algunas lámparas y otros instrumentos en una caja de cartón vacía y la llevó hacia el jardín.
* * *
“Señor Kazura, ¿hay algo en lo que le pueda ayudar?” – dijo una criada.
“Muchas gracias. Pero puedo con esto… ¿Mmm?”
Mientras caminaba por el pasillo con la caja de cartón, se encontró con una criada, que le abrió la puerta. Y mientras le agradecía, observó varios objetos volando sobre el cielo nocturno.
“¿Qué son? ¿Pájaros?” – murmuró Kazura mientras miraba hacia el cielo de la noche.
“Ah, son murciélagos. Como las antorchas y velas de la mansión son más brillantes que las de la ciudad, vienen a comer los insectos que son atraídos por la luz.” – contestó la criada tras seguir su mirada.
“Ah, son murciélagos. Hay muchos.”
Cuando entrecerró los ojos y miró hacia el cielo, parecía que había una gran cantidad de murciélagos volando. Con tantos animales volando, la cantidad de insectos que habría en la mansión no se acumularía. Junto a la criada, Kazura se quedó observando el cielo por un momento. Pero cuando volvió en sí notó la caja que estaba cargando y caminó a donde Isaac y Root le estaban esperando.
* * *
Cuando Kazura regresó junto a Isaac y Root colocó la caja de cartón en el suelo y sacó la sierra eléctrica y la linterna led de su interior. Además, aunque era un pequeño consuelo, colocaron las tablas contra el generador y el carromato para crear un espacio de construcción simple que estuviera oculto a los ojos de los curiosos.
“Bueno, no quiero gastar demasiado tiempo, terminemos rápido.” – dijo Kazura.
Encendió la linterna led, la dejó a su lado y operó el interruptor del generador para conseguir la máxima potencia. Al instante, el modesto ruido del generador se elevó hasta ocasionar un estruendo a su alrededor. Root abrió los ojos sorprendido, e Isaac comenzó a mirar nervioso a su alrededor. Mientras tanto, Kazura sacó el cable de alimentación de la sierra eléctrica y lo conectó al generador. Se trataba de una sierra de tipo circular, que poseía una hoja que giraba a alta velocidad para cortar los materiales.
“Isaac, pásame dos tablas de madera.”
“S… Sí.”
Mientras esperaba a que Isaac acercara las planchas de madera, sacó unos simples pedestales y las puso a intervalos regulares sobre el suelo para poder apoyar la madera y cortarla. Luego colocó las tablas de madera de forma perpendicular a su base. Las tablas tenían un grosor de dos centímetros, treinta centímetros de ancho y más de dos metros de largo. Eran demasiado grandes y debía cortarlas para que tuvieran un tamaño adecuado. Sacó un metro y un rotulador permanente e hizo marcas a un metro de distancia. Presionó la tabla con la rodilla y colocó el filo de la sierra sobre la superficie de la tabla.
“Bien, cortémoslo rápido. Vamos a cortarlas sin pausa, prepara las siguientes tablas. Cortaremos veinte tablas.” – ordenó Kazura.
Encendió la sierra y comenzó a cortar las tablas. La hoja giraba a alta velocidad y dejaba salir un sonido muy característico. Las virutas de madera se esparcieron a su alrededor. Kazura había usado antes la sierra eléctrica mientras ayudaba a su padre a hacer una caja de compost para sus campos, así que sabía cómo usarla. Shinji le había explicado en múltiples ocasiones que debía tener mucho cuidado, por lo que era consciente del peligro de manipularla. “Qu… ¿¡Qué…!?” Isaac y Root estaban asombrados al contemplar la facilidad con la que estaba cortando la madera. En este mundo era común usar serruchos de bronce o de cobre. Solía ser corriente que la hoja se doblara si no se hacía bien, y siempre llevaba mucho tiempo. Como si estuviera negando el sentido común, la gruesa tabla de madera estaba siendo cortada con facilidad por una pequeña herramienta con una fuerza misteriosa. Isaac sabía que las herramientas de Kazura poseían un rendimiento extraordinario, pero los eventos que se estaban desarrollando ante sus ojos iban más allá de su imaginación. “Siguiente.” “Ah, ¡sí!” – respondió Isaac. Acababa de cortar una tabla en diez segundos y ya estaba pidiendo otra. Isaac y Root se apresuraron a dársela. Mientras tanto, Kazura cogió la tabla que acaba de cortar y la colocó sobre la otra tabla para hacer una marca con el rotulador. A continuación volvió a cortarla con la sierra eléctrica. “Mmm, esto va a llevar mucho tiempo. Isaac, acerca esas tablas y ponlas aquí.” – ordenó Kazura cuando acabó de cortar la segunda tabla. “¿Aquí estará bien?” “Sí, ahí está bien. Son muy largas, vamos a cortarlas.” Cogió las tablas que le pasaba Isaac, las midió con la cinta métrica y las cortó con la sierra. En un instante, otras dos tablas de metro y medio de longitud estaban terminadas. “Mientras estoy cortando las tablas, quiero que Isaac use esta herramienta para hacer la pared del cobertizo. Te explicaré como usarla, mira con atención.” Kazura colocó las tablas recién cortadas en el suelo a intervalos de un metro y puso las otras tablas sobre ellas. Luego sacó la pistola de clavos de la caja de cartón. Se trataba de una pistola de tipo resorte y, a diferencia de las de tipo neumático, se podía utilizar sin conectarle una manguera de aire. Funcionaba con una batería y poseía una carga de cien clavos. “Esto es una pistola de clavos, una herramienta que te permite clavar instantáneamente sin la necesidad de un martillo. También se llama clavadora.” Viendo que Isaac estaba prestando mucha atención a la explicación, puso la pistola de clavos sobre la zona donde se superponían las tablas. “Si presionas aquí, el clavo saldrá disparado hacia la tabla. Ten cuidado de que no vaya torcido.” – explicó Kazura señalando el gatillo de la pistola de clavos. Isaac se arrodilló para acercarse y verlo mejor. “Te lo demostraré, fíjate bien.” Presionó verticalmente la pistola de clavos contra la tabla y apretó el gatillo. Bam Con un leve sonido, el clavo atravesó la tabla. “Algo así. Pones una tabla sobre la otra para construir la pared. Mientras corto las tablas, usa la pistola de clavos para hacer esto.” “Entiendo… Es una gran herramienta.” Isaac recibió la pistola de manos de Kazura y miró su forma con admiración. La imagen de su dedo sobre el gatillo se veía extraña. “Ah, tiene un sistema de seguridad que impide que el calvo salga a menos de que esté presionado sobre la tabla, pero no apuntes a las personas. Es peligroso, aunque es improbable que pase algo.” “Sí, tendré cuidado.” Ante la advertencia de Kazura, Isaac quitó el dedo del gatillo y asintió. Las herramientas eléctricas eran útiles, pero podían causar lesiones graves si se usaban de forma incorrecta. Había que tener cuidado cuando se manipulaban. “Bueno, comencemos. Si dividimos el trabajo, terminaremos antes.” De esa manera, Kazura y Root cortaban la madera mientras Isaac hacía la pared.* * *
Una hora más tarde. Gracias a las herramientas eléctricas, el trabajo se desarrolló sin contratiempos y pronto apareció una caja de un metro cuadrado, o mejor dicho, un cobertizo para el generador. La entrada era simple y tenía bisagras de bronce. Las bisagras era algo que le había pedido a Root, que había tenido que rebuscar por toda la mansión. También había encontrado un candado de bronce.
Habían enterrado cuatro columnas de madera, y la pared se elevaba diez centímetros sobre el suelo. El generador expulsaba monóxido de carbono, por lo que era necesario dejar un espacio para la ventilación. Los pilares estaban enterrados cuarenta centímetros en el suelo, y habían pisado la tierra de su alrededor con fuerza, por lo que sería complicado desenterrarlos. El techo también se había hecho con tablas sin dejar ningún hueco entre ellas, y se habían fijado firmemente con clavos.
“Ah… Estoy cansado. Entre una cosa u otra, nos ha llevado bastante tiempo…”
“Es cierto. Pero sin estas herramientas no habríamos terminado esta noche. Como esperaba, las herramientas del reino de los dioses son asombrosas.”
Isaac se veía en buen estado, en contraste con Kazura, que observaba la cabaña con una mirada cansada. Root también parecía cansado, pero parecía más enérgico que Kazura.
“Por cierto, esperaba que alguien podía escuchar todo el estruendo que hemos hecho, pero no ha venido nadie. Pensaba que la sierra eléctrica hacía mucho ruido.”
“Ahora que lo dices, tienes razón. Todo ese ruido debería haber levantado sospechas… ¿Mmm?” – añadió Isaac.
Mientras hablaban y miraban a su alrededor, apareció alguien caminando desde las sombras de la residencia.
“Señor Kazura, ¿ha terminado su trabajo?” – preguntó Havel.
“Oh, Havel. Acabamos de terminar… Eh, ¿te he mencionado algo acerca del trabajo que hacíamos aquí?”
Después de regresar a la casa de Narson desde los campos de cereales, le había pedido a Havel que limpiara los carromatos, pero no recordaba que le hubiera hablado de construir un cobertizo. Quizá los había visto trabajando desde lejos.
“No, no sabía nada, pero había un sonido terrible viniendo de la habitación del Señor Kazura… Así que detuve a la gente que venía a ver qué pasaba.” – respondió Havel.
Al parecer, Havel había estado deteniendo a todos los que se acercaban durante la última hora para facilitar su trabajo. Aunque habían realizado un gran barullo, Havel los había detenido a todos.
“Oh, lo siento mucho, pero agradecería que el Señor Kazura me avisara por adelantado cuando vuelva a hacer este tipo de trabajo… Si nos hubiera informado, el Señor Narson podría haber ordenado que nadie se acercara.”
“Mmm… Sí… Lo siento…”
“Ah, ¡no! ¡No se disculpe! Ya que es de noche, solo unos pocas criadas y guardias se han acercado.”
Kazura parecía abatido, por lo que Havel rápidamente intentó arreglar la situación. A su lado, Isaac y Root tenían una expresión similar.
* * *
Al mismo tiempo. Zirconia, que acababa de regresar a la casa Narson, ordenó a sus criados que reorganizaran el almacén de la casa para que sirviera de habitación para Marie. El tamaño de la habitación era de aproximadamente ocho tatamis, y contenía mesas y estanterías que no se solían usar. Mientras Zirconia observaba a los criados trasladando los muebles, uno por uno, Marie llegó corriendo por el pasillo.
“¡Perdón por llegar tarde! ¿Me ha llamado, Señora Zirconia?” – gritó Marie. Luego se inclinó ante ella, mientras recuperaba el aliento.
“No tienes que entrar en pánico. Levanta la cara.” – dijo Zirconia con suavidad para lograr que Marie se calmara. Aunque aún estaba un poco asustada, Marie levantó la cabeza. Le preocupaba haber hecho algo malo.
“A partir de hoy, esta será tu habitación. Estás designada como la criada de Kazura. Desde este momento en adelante, ocúpate de sus necesidades personales. Por supuesto, también serás su cocinera exclusiva.”
“Qu… ¿Qué? ¡Entendido!” – respondió Marie perpleja haciendo otra reverencia al escuchar las nuevas obligaciones que le habían sido asignadas.
Aún no terminaba de entender el motivo detrás de todos estos acontecimientos, pero comprendía que algo increíble había ocurrido. Por supuesto, Marie no estaba en condiciones de refutar nada, así que no importaba lo que le dijeran, solo podía responder ‘Sí’.
“No sé por cuanto tiempo será, pero la casa Estelle te alquilará temporalmente. Ya he hablado con Nour, así que estate tranquila.”
“¡Sí! ¡Lo entiendo!”
“Además, he recogido todas tus pertenencias personales, así que ya no tienes que volver con la familia Levenson. La ropa y los muebles ya están preparados, úsalos en el futuro. Te pagaré un salario: 1.000 Ar al final de cada mes.”
“¿Eh…?”
“Tus gastos se deducirán de ese dinero, así que es posible que sea menos. No estás familiarizada con este lugar, así que asignaré a otra criada contigo. Pregúntale todo lo que no entiendas. Lleva trabajando aquí desde hace más de diez años, debería poder contestar cualquier cosa.” – dijo Zirconia.
Marie se sintió abrumada al escuchar la inesperada palabra salario. Hasta ahora, la familia Levenson le había pagado una pequeña cantidad de dinero, pero era tan poco que resultaba complicado saber si estaba ganando algo. Y entonces, de repente, le daban un gran salario de 1.000 Ar mensuales. Además se le había designado una habitación individual dentro de la casa, lo que era una condición muy generosa. No comprendía nada. Por cierto, un salario mensual de 1.000 Ar era lo que recibían los nuevos soldados o los guardias de Isteria.
“Si ahorras de forma adecuada, quizás puedas comprarte a ti misma y ser libre. Dependiendo de tu desempeño, puede que considere aumentar tu salario, así que esfuérzate.” – dijo Zirconia.
“S… Sí…”
Marie asintió atónita, como si no fuera consciente de su situación.
“Ah, además…”
De repente, se olvidó por completo del salario y de sus condiciones y recordó otra cosa que necesitaba decir. Sería un problema más adelante si no lo hablaban.
“Mantén tu cuerpo limpio por si el señor Kazura te llama por la noche. Si lo necesitas, avísame y te daré un permiso especial para tomar un baño en cualquier momento.”
Después de recibir una instrucción inesperada, Marie sufrió un calambre en la cara.
Encendió la sierra y comenzó a cortar las tablas. La hoja giraba a alta velocidad y dejaba salir un sonido muy característico. Las virutas de madera se esparcieron a su alrededor. Kazura había usado antes la sierra eléctrica mientras ayudaba a su padre a hacer una caja de compost para sus campos, así que sabía cómo usarla. Shinji le había explicado en múltiples ocasiones que debía tener mucho cuidado, por lo que era consciente del peligro de manipularla. “Qu… ¿¡Qué…!?” Isaac y Root estaban asombrados al contemplar la facilidad con la que estaba cortando la madera. En este mundo era común usar serruchos de bronce o de cobre. Solía ser corriente que la hoja se doblara si no se hacía bien, y siempre llevaba mucho tiempo. Como si estuviera negando el sentido común, la gruesa tabla de madera estaba siendo cortada con facilidad por una pequeña herramienta con una fuerza misteriosa. Isaac sabía que las herramientas de Kazura poseían un rendimiento extraordinario, pero los eventos que se estaban desarrollando ante sus ojos iban más allá de su imaginación. “Siguiente.” “Ah, ¡sí!” – respondió Isaac. Acababa de cortar una tabla en diez segundos y ya estaba pidiendo otra. Isaac y Root se apresuraron a dársela. Mientras tanto, Kazura cogió la tabla que acaba de cortar y la colocó sobre la otra tabla para hacer una marca con el rotulador. A continuación volvió a cortarla con la sierra eléctrica. “Mmm, esto va a llevar mucho tiempo. Isaac, acerca esas tablas y ponlas aquí.” – ordenó Kazura cuando acabó de cortar la segunda tabla. “¿Aquí estará bien?” “Sí, ahí está bien. Son muy largas, vamos a cortarlas.” Cogió las tablas que le pasaba Isaac, las midió con la cinta métrica y las cortó con la sierra. En un instante, otras dos tablas de metro y medio de longitud estaban terminadas. “Mientras estoy cortando las tablas, quiero que Isaac use esta herramienta para hacer la pared del cobertizo. Te explicaré como usarla, mira con atención.” Kazura colocó las tablas recién cortadas en el suelo a intervalos de un metro y puso las otras tablas sobre ellas. Luego sacó la pistola de clavos de la caja de cartón. Se trataba de una pistola de tipo resorte y, a diferencia de las de tipo neumático, se podía utilizar sin conectarle una manguera de aire. Funcionaba con una batería y poseía una carga de cien clavos. “Esto es una pistola de clavos, una herramienta que te permite clavar instantáneamente sin la necesidad de un martillo. También se llama clavadora.” Viendo que Isaac estaba prestando mucha atención a la explicación, puso la pistola de clavos sobre la zona donde se superponían las tablas. “Si presionas aquí, el clavo saldrá disparado hacia la tabla. Ten cuidado de que no vaya torcido.” – explicó Kazura señalando el gatillo de la pistola de clavos. Isaac se arrodilló para acercarse y verlo mejor. “Te lo demostraré, fíjate bien.” Presionó verticalmente la pistola de clavos contra la tabla y apretó el gatillo. Bam Con un leve sonido, el clavo atravesó la tabla. “Algo así. Pones una tabla sobre la otra para construir la pared. Mientras corto las tablas, usa la pistola de clavos para hacer esto.” “Entiendo… Es una gran herramienta.” Isaac recibió la pistola de manos de Kazura y miró su forma con admiración. La imagen de su dedo sobre el gatillo se veía extraña. “Ah, tiene un sistema de seguridad que impide que el calvo salga a menos de que esté presionado sobre la tabla, pero no apuntes a las personas. Es peligroso, aunque es improbable que pase algo.” “Sí, tendré cuidado.” Ante la advertencia de Kazura, Isaac quitó el dedo del gatillo y asintió. Las herramientas eléctricas eran útiles, pero podían causar lesiones graves si se usaban de forma incorrecta. Había que tener cuidado cuando se manipulaban. “Bueno, comencemos. Si dividimos el trabajo, terminaremos antes.” De esa manera, Kazura y Root cortaban la madera mientras Isaac hacía la pared.