jueves, 4 de diciembre de 2025

JDR - Capítulo 345

Capítulo 345

¡Serás el alcalde de la Ciudad del Amanecer!
Traducido por Tars
Corregido por Noe
Editado por AMarauder

“Hola, señor Dulong, Alcalde de la Ciudad de Boulder. Soy el alcalde de Ciudad del Amanecer… Luka.” En el nivel B4 del Refugio 404, Luka estaba sentado en el sofá de la biblioteca mientras vestía un atuendo formal. En la mesa de café frente a él, había un lápiz de computadora holográfico, que enviaba tenues rayos azules sobre la mesa, formando una imagen tridimensional en forma de cono. A través de la imagen de color azul pálido, podía ver el ventanal del despacho, junto con el propio alcalde sentado detrás del escritorio. “El alcalde de Ciudad del Amanecer…” – Dulong frunció ligeramente el ceño. – “¿Dónde está su Administrador?” Si la información era correcta, recordaba que la máxima autoridad de la Alianza debería ser el Administrador. ’¿Quién demonios es el alcalde de Ciudad del Amanecer?’ Y ese Luka… Tenía un rostro curtido que le hacía parecer más un viejo campesino que un señor de ciudad. ‘¡Qué demonios trama el Administrador de la Nueva Alianza!’ Estaba algo confundido. Imperturbable ante el cambio de actitud de Dulong, Luka continuó hablando con suavidad, siguiendo las instrucciones del Administrador. “Nuestro Administrador está inspeccionando la Ciudad del Alba y es posible que no regrese al Distrito de Qingquan a corto plazo. Dado que las comunicaciones allí no son estables, me ha confiado esta conversación telefónica para mostrarle su respeto y aprecio. Cuando el Administrador me informó, me recordó específicamente que la Ciudad de Boulder es amigo de la Alianza y me pidió que demostrara nuestra amistad durante la reunión.” Ante esas grandilocuentes palabras, en el rostro de Dulong mostró un sutil rastro de escepticismo que no era fácilmente perceptible. ‘¿Amigos? ¿La Ciudad de Boulder necesita algo así?’ Al principio quería decir algo sobre esperar a que regrese para hablar, pero considerando que podría llevar mucho tiempo, se tragó sus palabras. No le importaba esperar; pero las órdenes del señor de la Ciudad de Boulder no podían posponerse. Dulong estaba seguro de que, si los aviones de la Nueva Alianza aparecían una vez más en el espacio aéreo de la ciudad, los cañones antiaéreos abrirían fuego. Si ese pequeño conflicto escalaba a una guerra, estaba seguro de que los suburbios del norte serían arrasados. La enorme milicia encerraría a esos topos azules para siempre en su caparazón de acero y hormigón, pero las afueras de la Ciudad de Boulder sin duda sufrirían enormes pérdidas. Quizás a Fang Ming no le importaba lo que pasaría, al igual que a la gente de la ciudad interior nunca les importó la vida de los habitantes de la zona exterior. Sin embargo, Dulong no pudo evitar preocuparse. No porque fuera bondadoso. Sabía muy bien que los nobles del centro de la ciudad eran sus amos, pero los dueños de las fábricas y los líderes de las asociaciones de comerciantes de la ciudad exterior eran su base. “Ya que nos considera amigos, espero que su avión no vuelva a aparecer en el espacio aéreo de sus amigos en el futuro. Su avión apareció en nuestro radar. Nuestros soldados actuaron con cautela esta vez, pero puede que no sea así en la próxima ocasión.” Luka lo miró y asintió. “Es una exigencia razonable. Me gustaría saber los límites de su espacio aéreo.” “Toda el área dentro del quinto anillo del Distrito de Qingquan es nuestro espacio aéreo. Delimitado por la circunvalación.” – declaró Dulong sin rodeos. “Eso no es posible.” – negó Luka con la cabeza. – “Parte de la Ciudad del Amanecer también se encuentra dentro del quinto anillo. Respetaremos sus necesidades de seguridad, pero solo si no compromete la nuestra.” “Señor Luka, déjame aclarar esto. Esta es una solicitud de nuestro señor. ¿Entiende el significado de la palabra solicitud?” – añadió Dulong alzando la voz. “Claro que lo entiendo. Pero nuestro Administrador mencionó que, si hoy hacemos concesiones en el espacio aéreo, mañana tendremos que ceder territorio. Podemos garantizar que nuestras aeronaves no entrarán al oeste del Distrito de Qingquan, pero eso es todo.” – respondió Luka con calma. Dulong arqueó ligeramente las cejas. Como si hubiera oído algo ridículo, se rio entre dientes. “¿Territorio? ¿Para que querría tu miserable lugar?” ‘¿Por un par de kilómetros cuadrados de terreno? ¿Por unas cuantas casas en ruinas?¿Quiénes se creen que somos?’ “Aunque nuestra casa esté un poco deteriorada, estamos bastante satisfechos con ella.” – respondió Luka con tono indiferente. “¿Crees que con solo derrotar a unos muertos de hambre con antorchas tienes el derecho a negociar con nosotros?” – añadió Dulong con sarcasmo. Pero para su sorpresa, el anciano frente a él asintió. Le hizo incluso dudar si estaba alucinando. “Por supuesto, no dudo de que estemos cualificados.” – mirándolo directamente, Luka continuó como si fuera algo natural. – “De hecho, estoy negociando contigo ahora mismo.” Al decir eso, enfatizó el hecho de que lo estaba haciendo. Dulong entrecerró los ojos, sintiéndose de repente inseguro. “¿Qué quieres decir?” “Nada. Tu ejército es poderoso, pero el nuestro también. Quizás la Ciudad de Boulder pueda derrotarnos en el campo de batalla, pero podemos asegurarnos de que nuestros oponentes paguen el precio.” – dijo Luka con calma. – “Y empezaremos por tu cabeza.” Esta declaración hirió profundamente a Dulong. A la ciudad interior no le preocupaba lo que pasara fuera de sus muros. Y el alcalde también lo sabía. No le cabía duda de que, en caso de guerra, se convertirían en carne de cañón, como cada vez que estallaba la Marea. ‘¿Y qué? ¿Acaso un habitante del páramo necesita advertirme sobre eso?’ Dulong se enderezó, enojado. “¿Me estás amenazando?” El ambiente en la mesa de negociaciones se desplomó al instante. Luka se sentía igual de nervioso por dentro. Sin embargo, no dejó que sus emociones se reflejasen en su rostro. Antes de iniciar las negociaciones, el Administrador le había instruido que nunca mostrase miedo ni pánico, manteniendo la calma en todo momento. El enemigo era poderoso y, desde su perspectiva, la coerción forzosa se convertía en una opción, ya que la seguridad era algo delicado para la mayoría de los asentamientos de supervivientes. Aunque la Ciudad de Boulder idolatraba a Ciudad Ideal, no eran lo suficientemente ricos como para no tener problemas de escasez de alimentos; por lo que no poseían una supuesta superioridad moral. Hacer equilibrios al borde del abismo es peligroso, pero mostrar debilidad era igualmente fatal. Comprender los puntos débiles del oponente, detenerse antes de que sienta el dolor, ceder en algunas exigencias hasta encontrar un margen aceptable para ambas partes. Esa es la esencia de las negociaciones. “Claro que no. Esperamos sinceramente una coexistencia amistosa y pacífica. Este mundo ha visto suficientes tragedias: animales mutados, moho mucilaginoso, humanos mutantes, cultistas, depredadores… La llama de la civilización apenas se enciende en medio de la oscuridad causada por la barbarie. Viviendo en tiempos como estos, deseamos sinceramente no llegar a dar ese último paso.” – dijo Luka lentamente, mirando a Dulong. Luego, continuó. – “Pero a veces, incluso cuando no estamos muy dispuestos… debemos dejarle saber a los demás que no nos dejamos intimidar. Que la tierra que reclamamos no fue adquirida a cambio de nada. Por lo tanto, más que una amenaza, preferiría que interpretaras mis palabras anteriores como una respuesta a una amenaza de guerra.” Los ojos de Dulong se habían reducido a rendijas, fijos en la imagen holográfica de Luka. Estaba contemplando y sopesando sus opciones. La reunión se sumió en silencio, pero Luka esperó pacientemente. Sorprendentemente, Dulong dijo de repente algo que no tenía nada que ver con las negociaciones. “¿De verdad piensas eso? ¿O son palabras de su Administrador?” Luka respondió sin dudar. “¿Importa? La voluntad del Administrador es tanto la de la Nueva Alianza como la mía.” Dulong no dijo nada, solo miró al anciano, pensando. “No estoy de acuerdo con tu sofistería sobre la amenaza de guerra.” – dijo, después de aproximadamente medio minuto, cambiando de tema. – “Pero coincido con tu otra afirmación de que ya hay suficientes tragedias en este mundo y no necesitamos añadir más tristeza. Por el bien de nuestra futura relación, creo que necesitamos tener una discusión abierta y honesta.” Al oír eso, Luka finalmente respiró aliviado y una sonrisa se dibujó en su rostro. “Pienso lo mismo.”
* * *
Aunque la actitud arrogante de la otra parte no había cambiado, su voluntad de resolver los problemas a través del diálogo era al menos un buen comienzo. Luego vendría la negociación. Dulong pensó que las negociaciones eran su especialidad; después de todo, antes de convertirse en alcalde, era comerciante. Sin embargo, nunca esperó que la capacidad de manipulación de la otra parte fuera tan impresionante como la suya. Al menos no eran tan fáciles de engañar como había imaginado. “La zona al norte de la tercera circunvalación del Distrito de Qingquan pertenece a nuestro espacio aéreo. ¡Tenemos que lidiar con la Marea! Además, nuestra fuerza aérea les está quitando presión; ¡también les beneficia!” “¿Fuerza aérea? Ja, ¿esos aviones de papel? Puedes alquilar los nuestros. Ya lo habéis usado. Te haré un 20% de descuento.” “Sí solo tenemos aviones de papel, ¿por qué preocuparse por si representemos una amenaza? ¿Tenéis miedo de unos aviones de papel?” “Del cuarto al quinto anillo norte… ¡Ese es nuestro límite! ¡También necesito la promesa de que las fronteras de la Nueva Alianza no se expandirán hacia el sur!” “Podemos detener nuestra expansión hacia el sur, pero a cambio, les pido que dejen de prohibir las ventas de productos de la Nueva Alianza. No hemos prohibido los suyos.” “Eso es imposible. La prohibición del LD 47 es una solicitud de la Industria armamentística de la Ciudad de Boulder. Solo puedo prometer no añadir restricciones a las importaciones y exportaciones a sectores ajenos a la industria militar.” Esas condiciones ya cumplían las expectativas de la negociación, pero Luka seguía asintiendo con cierta reticencia. “De acuerdo, mantengamos el statu quo.” Dulong respiró aliviado. Su tensa expresión finalmente se transformó en una sonrisa. “Me alegra que hayamos llegado a un acuerdo.” Un acuerdo verbal no vinculante. Ambas partes aún tendrían que firmar un acuerdo específico posteriormente. En cuanto al lugar de la firma, Dulong solicitó que fuera en el Ayuntamiento de la Ciudad de Boulder y le invitó a visitarlo. A instancias del Administrador, Luka no insistió demasiado y accedió de inmediato a su petición. Además del asunto del espacio aéreo y el comercio, ambas partes también discutieron la cooperación en diversas áreas y llegaron a un consenso. Tras terminar la llamada, Luka extendió la mano y apagó la computadora holográfica. Como si se hubiera quitado un gran peso de encima, se recostó en el sofá, dejando escapar un largo suspiro de alivio. “¡Bien hecho!” Al oír el elogio desde la puerta de la sala de lectura, Luka se levantó de inmediato del sofá y se colocó el puño derecho respetuosamente sobre el pecho izquierdo. “Administrador.” “No hay necesidad de tantas formalidades. Siéntate.” Le hizo un gesto a Luka para que se sentara, mientras él se recostaba en el sofá de enfrente y lo observaba con satisfacción. Siendo sincero, cuando rescató a Luka, no le dio mucha importancia. Fue puramente un acto de bondad accidental. Además, necesitaba a alguien obediente que le ayudase a administrar el almacén y a recopilar la información que desconocía. Así que sobornó al guardia que custodiaba la granja con una ficha. En aquel entonces, Chu Guang no esperaba mucho de él, al igual que Caballito, Torito y el resto de los esclavos liberados que se unieron al asentamiento al principio. Sin embargo, el desempeño laboral de Luka superó las expectativas de Chu Guang. No solo era leal, sino que su precisa comprensión de las órdenes y su diligencia superaron con creces sus expectativas iniciales. Aunque su pasado como siervo le hacía ser poco flexible, en comparación con otros habitantes del páramo, ese defecto era insignificante. En retrospectiva, esa ficha había demostrado ser increíblemente valiosa. “Necesitaré que hagas un viaje a la Ciudad de Boulder.” “No hay problema. Será un honor servirte.” – respondió Luka respetuosamente. Chu Guang sonrió. Tras una pausa, contuvo su expresión juguetona y continuó con un tono serio. “Además, una vez que regreses de la Ciudad de Boulder con ese acuerdo de amistad, serás oficialmente el Alcalde de Ciudad del Amanecer.” Al oírlo, Luka quedó atónito. ‘¿Alcalde? ¿No era solo un título durante las negociaciones?’ Luka se puso nervioso. “Señor, pero yo…” Sabiendo lo que quería decir, Chu Guang lo interrumpió. “Vale, ¡ya he tomado la decisión! He visto tus capacidades. Nadie es más adecuado para este puesto que tú.” Luka siempre había estado a cargo de la Ciudad de la Longevidad. En cuanto a sus antecedentes, Chu Guang no los consideraba un problema. Al contrario, podía usarse como propaganda. En la Nueva Alianza, la igualdad no era solo un eslogan. Siempre que se demostrara capacidad y lealtad, incluso aquellos de origen humilde podían convertirse en alcaldes de un asentamiento. Era una gran idea. Chu Guang estaba cada vez más satisfecho con sus planes. Más adelante, planeaba redactar un comunicado de prensa y emitirlo por la emisora de radio de la Alianza para promocionarlo. Aunque tenía algunas dudas sobre su capacidad para asumir esa importante tarea, al presenciar la firme decisión del Administrador, Luka no dijo nada. Simplemente ocultó su gratitud en silencio. “Señor… Hay algo que no entiendo. ¿Podría aclararlo, por favor?” – preguntó con tono serio, tras tomarse un momento para calmarse. “¿Qué es?” “La Ciudad de Boulder… ¿Por qué están tan obsesionados con el espacio aéreo del Distrito de Qingquan?” – preguntó Luka con la mirada confusa. – “Está claro que no se toman en serio nuestras aeronaves.” Ese arraigado desprecio era difícil de disimular. Dulong incluso había usado el término aviones de papel para describir las aeronaves de la Alianza. A pesar de sentirse furioso, Luka tuvo que admitir que la arrogancia de aquel hombre no era infundada. Las aeronaves de la Ciudad de Boulder quizá no fueran impresionantes comparadas con las de la Compañía, pero seguían siendo reliquias de antes de la guerra. Cualquiera con un ojo perspicaz podría darse cuenta de que esas aeronaves futuristas no estaban al mismo nivel que las avionetas de la Nueva Alianza. “Me alegra que hayas pensado en eso.” – Al ver que Luka realmente podía pensar hasta ese punto, Chu Guang asintió con aprobación. – “La razón es simple. Tienes razón. No les importa el espacio aéreo.” Luka se quedó desconcertado. No entendía el significado de esa declaración. Chu Guang no dio ninguna explicación de inmediato, pero presionó suavemente el lápiz holográfico de la computadora. El mapa del Distrito de Qingquan se proyectó en un cono de luz azul pálido. Varios puntos verdes parpadeaban en el borde del tercer anillo. “Es porque están interesados en el centro del Distrito de Qingquan. Moho mucilaginoso, formas evolucionadas, antiguos campos de batalla y equipamiento de antes de la guerra… Un solo fragmento no puede completar un rompecabezas, pero cuando se juntan suficientes… puedes encontrar algo útil.” Un rastro de sorpresa apareció en el rostro de Luka. “En ese caso, la Marea…” Chu Guang asintió. “Para ellos, puede que no sea un desastre. Nuestros investigadores han estado estudiando las formas evolucionadas que se extendieron a los suburbios del norte durante la última oleada, tanto desde una perspectiva biológica como de ingeniería. Pero empezamos demasiado tarde, e incluso con nuestros excelentes investigadores, vamos muy atrasados.” – Al ver que Luka comprendía lo que pasaba, continuó lentamente. – “Como dijiste, no les importan nuestras aeronaves porque no podemos causarles ningún problema con ellas. Probablemente su verdadero objetivo sea restringir nuestro acceso a sus tesoros.”
* * *
Mientras tanto, en el ayuntamiento de la Ciudad de Boulder… Dulong colgó el teléfono y dejó escapar un suspiro de alivio. Al mismo tiempo, una sonrisa satisfecha se extendió por su rostro. Las aeronaves de la Nueva Alianza no volverían a entrar en su principal zona de interés. El Señor de la ciudad sin duda estaría satisfecho con este resultado. Las armas de la serie LD seguirían teniendo restringida su importación, pero el comercio entre ambas partes no se vería afectado, por lo que la industria armamentística tampoco diría nada. Y en cuanto al resto de fábricas… ¿Qué tenía que ver con él? Además, el comercio en sí mismo era beneficioso para ambas partes. La Ciudad de Boulder podía comprar bienes de consumo y materias primas industriales mucho más baratos, lo cual no estaba nada mal. En opinión de Dulong, simplemente había ofrecido un poco de miel a cambio de un resultado que les hacía felices a todos. Al pensarlo, no pudo evitar elogiarse interiormente. ‘¡Soy un verdadero genio!’ En el pasado, la Ciudad de Boulder no había encontrado ningún rival digno en todo el sur de la Provincia del Valle del Río. Y el Gran Valle de la Grieta al norte, estaba demasiado lejos, así que ambos se menospreciaban. Como resultado, pasaba los días en la oficina del ayuntamiento, ya fuera sellando documentos o dormitando; casi nadie lo tomaba en serio. ¡Ahora por fin alguien podía complementar su inteligencia e ingenio! En ese momento, una voz a su lado interrumpió sus pensamientos. “Alcalde.” “¿Qué pasa?” – preguntó Dulong de buen humor, mirando a Jaeger, su ayudante. “No entiendo porque perdemos el tiempo con un grupo de carroñeros.” – El rostro de Jaeger se tiñó de disgusto. – “Su población no se acerca ni de lejos a la de nuestros barrios bajos.” El exterior de la ciudad estaba abarrotado de gente intentando entrar. Los restos de desperdicios que salían de la ciudad era más que suficiente para alimentar a decenas de miles de personas. El mero hecho de tener que negociar con ellos lo incomodaba. Dulong sabía lo que Jaeger tenía en mente y ya tenía preparada la respuesta. “Su fuerza no es comparable a la nuestra, pero ni mucho menos son tan débil como imaginas. ¿Recuerdas la mirada de ese hombre?” Jaeger rio con desdén. “¿Puede una mirada matar?” “No, pero obligarlos a ceder no sería fácil. ¿No es mejor resolver los problemas mediante la negociación? Si luchamos, seremos carne de cañón.” – respondió Dulong con suavidad. – “Además, la exigencia del Señor era mantener sus aviones alejados del cuarto anillo del Distrito de Qingquan. No solo hemos cumplido la misión, sino que la hemos superado.” Palmeando el hombro de su ayudante, continuó emocionado. “Anímate. No estés tan malhumorado.”
* * *
Distrito de Qingquan, al borde del tercer anillo… La puesta de sol proyectaba una larga sombra sobre los pilares del paso elevado. A medida que se acercaba la noche, los mutantes que deambulaban por la zona se volvieron cada vez más agitados y agresivos. En una tienda cercana, no lejos de la autopista elevada, Golpe de Remo se agazapó detrás de un escaparate, observando atentamente las calles con un rifle de asalto en la mano. Aparte de él, había 9 compañeros de equipo escondidos cerca. Los cadáveres mutantes esparcidos en la calle y los numerosos agujeros de bala de las paredes hablaban de las intensas batallas que habían ocurrido anteriormente. Hacía apenas cuatro horas, él y su equipo habían recibido una misión. Debían caminar hasta el sur del tercer anillo sur del Distrito de Qingquan y brindar apoyo al escuadrón de Toros y Caballos que estaba explorando el nuevo mapa. Tras un intenso tiroteo, lograron expulsar a los mutantes de la calle. Sin embargo, se acercaba el anochecer y más mutantes empezaron a emerger de los edificios cercanos. Era complicado predecir cuánto tiempo podrían estar tranquilos. “¿Todavía seguirán vivos?” – murmuró Obrero que Mueve Ladrillos, sosteniendo una ametralladora. Al oír sus palabras, Kakarot del Futuro lo fulminó con la mirada. “¡No lo gafes!” “¿Cuánto falta?” – dijo Gran deudor, mirando al que estaba a su lado. Justo cuando Golpe de Remo estaba a punto de responder, hubo de repente una conmoción en la intersección. Nerviosos, todos apuntaron sus armas hacia el jaleo. En ese momento, resonó una voz familiar. “Soy yo, alto el fuego.” Al ver a la persona que apareció en la intersección, Remo se sorprendió, su rostro mostró una expresión de incredulidad. “¿Qué demonios? Caballo Blanco… ¿qué te pasó?” En ese momento, la apariencia de Caballo Blanco solo podía describirse como absolutamente miserable. En la mano izquierda, llevaba algo envuelto en un paracaídas, mientras que en la derecha sostenía un rifle manchado de sangre. No solo había perdido su traje protector, sino que su cuerpo estaba cubierto de barro. Un agujero prácticamente quemado atravesaba su chaleco antibalas. Parecía como si acabara de escapar del infierno. Ante las miradas sorprendidas del grupo, Caballo Blanco se rio amargamente. “Bueno… nos encontramos con un pequeño problema.” ¡Era mucho más que un pequeño problema! Todos intercambiaron miradas desconcertadas. Dejar de Fumar, Caballo Blanco y Habrá Tiempo eran considerados los jugadores más poderosos de todo el servidor. ¿Qué clase de problema era para que esta formidable gente tuviera problemas? “¿Dónde están los demás…?” – preguntó Deudor, tragando saliva. Caballo Blanco permaneció en silencio. En ese momento, la voz de Habrá Tiempo sonó a su espalda. “Muertos.” Con una expresión seria, Habrá Tiempo se encontraba en un estado similar a Caballo; ambos estaban polvorientos y mugrientos. Probablemente había perdido su rifle. En su mano derecha sostenía un brazo mecánico que llevaba una máquina virtual. De la mitad del hombro aún colgaba el conector ensangrentado. Era una imagen perturbadora. Golpe de Remo reconoció el brazo mecánico. Parecía ser el de Vendaval… “De todos modos la misión se ha cumplido.” Dejando caer el paquete ensangrentado al suelo, Caballo Blanco se limpió el barro y el sudor de la frente con el brazo. “Esta cosa… Ayúdenme a cargarla. Estoy agotado.” “¿Qué es esto?” Obrero se acercó, descubriendo el bulto por curiosidad. Dentro había un montón de piezas extrañas y antiguas, junto con restos de moho mucilaginoso de color rojo oscuro. En varias partes sobresalían tentáculos que se retorcían lentamente, como carne recién cortada. “Restos de formas evolucionadas, solo Dios sabe que son.” Sentado en el capó de un coche destartalado, Habrá Tiempo le ofreció un amable consejo a Obrero, que estaba jugueteando con la manta de hongos. “Será mejor que no juegues con esas cosas… Así murió Dejar de Fumar.”


4 comentarios:

  1. Gracias por el capítulo, si Pay se involucra lo suficiente puede que los aviones de papel pasen a ser aviones de combate sofisticados.

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  2. Boulder se arrepentirá tarde o temprano si le hacen antagonismo. Pobre dejar de fumar, nunca tiene suerte jajaja

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  3. Nada como una buena aterrizada para que sepan que se meten con el poder del guión 🤣🤣🤣🤣

    Gracias por los capítulo
    🍿😎👌🏾

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  4. El primer error fue dejarlos crecer, el segundo es subestimarlos

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