Arco 1 Capítulo 9
Vida escolar II
Traducido por Thornapple
Corregido por Tars y DaniR
Editado por Tars
Corregido por Tars y DaniR
Editado por Tars
Abriendo lentamente la carta, sus ojos comenzaron a leer rápidamente las líneas de texto que llenaban la hoja. Cuando digirió las palabras que acababa de leer, sus ojos se abrieron de par en par y se volvió a mirar a Desir. Afrontando algo que parecía imposible, volvió a leer la carta completamente. Y luego, volviendo a mirar a Desir, sus ojos se abrieron aún más. Negándolo, examinó la carta una vez más, como si por el hecho de releerla fuera a cambiar su contenido. Pero las palabras que estaban escritas en la hoja simplemente la miraban desafiantemente.
Todos los detalles estaban ahí. Escritos con una exactitud increíble. La verdad desnuda de por qué Romántica Eru había sido asignada a la clase Beta. Mientras leía el contenido por tercera vez, se estremeció. Cuando llegó a la oración final de la carta, rompió frenéticamente la carta en pedazos. Sus ojos temblorosos se encontraron con la mirada despreocupada de Desir una última vez y ambos se miraron en silencio. El aire estaba cargado con una espesa tensión, y con cada respiración, Romántica sentía que se asfixiaba lentamente.
De pronto, Desir se inclinó hacia ella, haciendo que Romántica saltara del susto.
“¿Ahora quieres hablar conmigo?” – dijo con una voz tranquila que combinaba con su expresión indiferente.
Romántica no podía decir que no, pero temía que alguien la escuchara.
“Cómo… Cómo… ¿Cómo sabes esto?” – susurró con una voz temblorosa que había perdido todo el vigor que tenía anteriormente.
“No creo que esté obligado a decírtelo.” – respondió Desir.
Al oír eso, la boca de Romántica se secó. Sabía que en este momento Desir tenía todas las cartas a su favor.
“¿Se lo has dicho a alguien más?” – preguntó rápidamente; su pregunta sonaba más como una sola palabra en vez de una oración completa.
“No, pero la mayoría de los profesores ya lo saben. ¿De qué otra forma habrías sido asignada aquí?” – dijo Desir mientras negaba con la cabeza.
“Pe… Pero, ¡este lugar está a cientos de kilómetros del Reino de Prilecha!” – exclamó Romántica con incredulidad.
“Has subestimado la red de inteligencia de la Academia Hebrion.” – dijo Desir mientras se reía de su ingenuidad.
Aunque estaba muy seguro de sí mismo, Doneta se había equivocado de la razón por la cual Romántica había sido asignada a la clase Beta. Los exámenes de ingreso y sus participantes eran sometidos a un escrutinio mucho más riguroso de lo que pensaban la mayoría de los estudiantes. Incluso los secretos mejor guardados del pasado salían a la luz con el tiempo. Y, en este momento, el pasado secreto de Romántica brotaba de los labios de un hombre que apenas conocía.
“Hace años, una familia humilde de comerciantes amasó una abundante fortuna al realizar negocios con el Reino de Prilecha. Esa familia de plebeyos sobornó a un barón en el sur para que le vendiera su título, y así, llegaron a habitar al castillo Von Eru. Esto sucedió cuando tenías cuatro años, ¿cierto? Tu familia compró su camino a la nobleza. Incluso si dices que eres un noble, no puedes negar que naciste siendo plebeya.” – Con una sonrisa satisfecha Desir terminó de resumir el contenido de la carta.
“¡Tú...!” – desesperadamente Romántica busco una palabra que coincidiera con sus tumultuosas emociones.
Desir se inclinó hacia adelante con complicidad. – “Ambos nacimos plebeyos. Aunque seas una noble alta y poderosa, ¿no crees que es muy pomposo no querer estar en el mismo grupo con un plebeyo?”
“¡Eso es…!” – la indignación justificada se volvió cenizas en su boca, cuando Romántica se dio cuenta que él tenía la razón.
El conocimiento de Desir sobre el secreto más íntimo de Romántica era lógico. Romántica Eru era un miembro de la clase Beta que había resistido durante ocho largos años en el Laberinto de las Sombras y era uno de los compañeros más cercanos de Desir. Como su compañera de equipo, Romántica a menudo le hablaba de su pasado. Después de todo, con el espectro de la muerte acechando en cada esquina ciega, ¿qué le quedaba por ocultarlo? Sabiendo esto, cada uno de ellos atesoró la oportunidad de que tendrían de vivir en los recuerdos de sus aliados. Y a cambio, todos escuchaban atentamente los cuentos de los demás. Y Desir no había sido la excepción. Recordaba todos sus nombres, sus caras, y sus historias. Como tal, le era fácil recordar sus recuerdos sobre ella.
Romántica Eru. La hija del Barón Eru que había comprado su camino a la nobleza, la niña que pagó por la decisión de su padre, con una infancia solitaria.
“Sabes que, el profesor asignado al grupo de la Luna Azul es el Profesor Nifleka. Él es uno de los pocos profesores que saben sobre tu pequeño secreto. Ese tipo detesta a los plebeyos. Si terminas en su grupo, no lo dejará pasar y no hará nada.” – continuó Desir.
“Doneta me protegerá…” – protestó Romántica débilmente, mirando hacia el suelo.
“¿Viste la forma en que miraba a los plebeyos? ¿Estás segura de eso?” – contestó Desir levantando una ceja. Para él, los pensamientos actuales de Romántica eran transparentes como el cristal.
Romántica, había nacido como una plebeya y era muy consciente de cómo Doneta veía a los plebeyos. Los miraba como si estuviera mirando al simple ganado. Se sintió abrumada por el miedo al pensar que la miraría de la misma forma si la descubrían. Había tratado de convencerse a sí misma de que su miedo no tenía fundamentos. Pero ahora, amenazaba con volverse realidad.
Desir comenzó a recoger los pedazos de papel esparcidos por el suelo.
“¿Entonces qué harás?”
“¿En serio crees que un grupo creado con chantaje va a ser bueno?” – contestó Romántica, sabiendo que no estaba en condiciones de negociar.
“Tienes razón.” – dijo Desir. – “¿Qué tal esto? Añadiré una condición. Un mes. Seamos equipo por un mes. Si sigues pensando lo mismo, entonces puedes irte.”
Un mes.
‘Supongo que podría ser peor.’ – pensó Romántica. Después de aguantar por un mes, si no le gustaba, podía irse. Comenzó a extender su mano cuando algo cruzó por su mente. – ‘Espera. Pensaba que era realmente un mal trato comparado a unirme a su grupo por tiempo indefinido, pero aun así estoy siendo forzada a un acuerdo que no quiero, ¿no es así?’
Quizás la destreza de este hombre iba mucho más allá de los confines del campo de batalla. Desir extendió su mano. Romántica cruzó sus brazos y le devolvió el gesto con una dura mirada, pero a pesar de su mejor esfuerzo, no pudo encontrar nada más que inocencia en su expresión.
“Sabes, fuiste un verdadero estúpido durante los exámenes de ingreso.” – dijo tras dejar escapar un profundo suspiro.
“Lo sé.” – respondió Desir. De alguna forma, el bastardo sonaba más alegre de los habitual.
Romántica tomó la mano de Desir y la estrechó.
* * *
El desayuno era terrible. Había pocas opciones y había terminado eligiendo un pan lo suficientemente duro como para cavar una tumba con él y una sopa acuosa rociada con pequeños trozos de cordero hervido. Romántica estaba casi estupefacta. Fue en ese instante cuando se dio cuenta de que estaba en la clase Beta. Ella no había entrado a la Academia para ser tratada de esta manera. Esto iba demasiado lejos. Era muy consciente de que las dos clases eran tratadas de manera diferente, ¡pero nunca pensó que se extendía hasta este extremo!
De lo que había recopilado, la clase Alfa disfrutaba de comidas lujosas de estilo buffet en todas sus comidas. Solo con pensarlo la hizo enojarse, pero no era suficiente como para que se negase a comer. Con un enorme esfuerzo, Romántica partió un pedazo de pan por la mitad. Se rompió con el mismo sonido que haría una losa de granito cuando se partía en dos. No pudo evitar preguntarse si los estaban alimentando con rocas. Pero al mirar la mesa de Desir rápidamente lo olvidó. Sus platos ya estaban vacíos.
“¿Cómo puedes comer esto?” – preguntó Romántica con incredulidad.
“¿Por qué no? Es mejor que la carne de orco.” – dijo Desir mientras paraba de masticar para poder responderle.
“Eso es una metáfora, ¿cierto? Los orcos se extinguieron hace mucho tiempo.” – dijo Romántica con el ceño fruncido.
Desir se encogió de hombros.
“Si te es demasiado difícil comerlo, unta tu pan en la sopa.” – contestó mientras señalaba el pan y la sopa frente a Romántica.
Romántica hizo lo que le dijo. Su pan se fue ablandando y, con un poco de esfuerzo, pudo tragarlo. Mientras comía el pan y miraba a Desir sentado frente a ella, finalmente se dio cuenta que estaban en el mismo grupo.
‘Cierto…’
Técnicamente, ‘estaría’ en el mismo grupo. Después de todo, aun no era ‘oficial.’ El requisito mínimo para un grupo eran tres personas. Pero ahora, solo eran ese bastardo y ella… Según él, ni siquiera habían encontrado a un profesor que estuviera dispuesto a ser asignado a su grupo. Nada de este grupo de mierda estaba bien. Y ella estaba dentro.
“Ya terminé de comer.” – dijo Romántica soltando la cuchara, tras perder el apetito.
Cuando salieron de la cafetería, la cara de Romántica se oscureció con el desaliento al mismo tiempo que se aseguraba de mantener una distancia constante detrás de Desir mientras iban caminando.
“No te preocupes, no tendremos problemas para organizar nuestro grupo.” – dijo Desir rompiendo el silencio. Pero la mirada de preocupación no abandonó el rostro de Romántica.
“Tú… Sabes lo difícil que es crear un grupo, ¿verdad?”
Había dos condiciones para crear un grupo. La primera era tener al menos tres personas y la segunda poseer un profesor dispuesto a tutelarlos. Y, dejando por ahora de lado el problema del profesor, todavía necesitaban otro miembro para cumplir con el requisito mínimo de personas.
“Ya hay algunos grupos prominentes en la clase Beta. Todos los nuevos estudiantes querrán irse a esos, ¿lo sabes? Nadie le prestará atención a un grupo de novatos como este.” – espetó Romántica al frío aire de la noche. – “¡Di algo! ¡Tú…”
Pero Desir la interrumpió con una sonrisa.
“Al principio hablabas sobre lo malo que sería este grupo. Pero ahora te preocupa que no podamos ponerlo en marcha. Sabía que estarías de acuerdo.”
Romántica estaba impresionada.
“Q… Qu… ¡¿Qué?! ¡Solo pensé que sería un mes muy molesto si el grupo fallaba…! Así que quiero apuntar al primer lugar, ¿lo entiendes?”
Era difícil no encontrar a la vergonzosa e infantil Romántica haciendo algo tan trivial y ser cautivado por su comportamiento.
“Ya te lo dije, no habrá ningún problema. Ya conozco a un profesor que se hará cargo de la autorización de nuestro grupo. Y para el tercer miembro ya tengo a alguien en mente que no se ha unido a ningún grupo. Solo tenemos que convencerlo.” – explicó Desir mientras continuaban caminando.
Ante esas palabras, Romántica infló sus mejillas en frustración.
“¡Debiste decirme eso desde el principio!”
Repitiendo en su mente la despreocupada revelación de Desir, Romántica no pudo evitar sentirse como si la estuvieran molestando. Cada vez que hablaba con él, se sentía que hablaba como con una serpiente.
La pareja se desvió del camino que los alejaba de la cafetería y se dirigieron al salón de entrenamiento. El camino se fue volviendo más ancho.
“Entonces, ¿quién es ese chico que tienes en mente?” – preguntó Romántica tras alcanzar a Desir
“Pram Schneizer.” – respondió Desir.
El sol brillaba intensamente en el cielo. Lo primero que notaron al entrar al salón de entrenamiento de la clase Beta era que el techo de cristal estaba en mal estado. Los indicios de la falta de cuidado y de un mantenimiento apropiado se veían por todo el lugar. Las gradas de madera tenían varios agujeros lo suficientemente grandes para que un estudiante despistado cayera por ellos, y uno de los pilares se había deteriorado hasta el punto que necesitaba de apoyo mágico para soportar el peso. Todo en el salón de entrenamiento estaba desgastado. Pero hoy era un lugar donde la clase Alfa y la clase Beta hacían una sesión conjunta de entrenamiento.
Una vez que comenzó la clase, los estudiantes se separaron para encontrar oponentes con los que entrenar. Se podía observar que la multitud se había separado en dos grupos. El primero, estaba compuesto por los estudiantes de la clase Beta que, con una apariencia ordinaria y vistiendo ropa sencilla, eran los estudiantes que solían usar este salón de entrenamiento. Para ellos, el estado del cuarto no era nada fuera de lo común. Pero para el otro grupo, las deficiencias de las instalaciones eran tan evidentes que resultaban estremecedoras. Estos eran los estudiantes de la clase Alfa, fácilmente identificados por su vestimenta fina y su aire arrogante. No hacían ningún intento de ocultar su desdén por la ubicación de la clase.
“Este lugar es realmente desagradable.”
“Las instalaciones son patéticas.”
Mirando a su alrededor con disgusto, arrugaron sus narices como si se hubieran encontrado con un hedor asqueroso mientras continuaban soltando insultos.
“Tampoco es que me guste especialmente este sitio” – dijo Romántica, mientras se sentaba al lado de Desir en los bancos que se encontraban frente a las gradas.
Esperaban su turno. Dado que había más estudiantes que cuartos disponibles, tuvieron que esperar hasta que los demás terminaran antes de poder usar el salón de entrenamiento.
“No hay hierba. No hay paredes mágicas protectoras. No parece que nadie haya cuidado de este lugar en absoluto. Hay barro por todas partes. Sin mencionar que es tan pequeño que tenemos que turnarnos para usarlo. Esta es una de las razones por las que quería avanzar a la clase Alfa.”
Incluso aunque se quejaba, ella sabía que no tenía sentido. El sol del mediodía calentaba su piel. Puso su mano sobre sus ojos y miró a la multitud en el suelo del salón de entrenamiento.
“¿Así que esa persona está aquí? ¿Ese Pram lo que sea?”
Pram Schneizer. Desir recordaba claramente su nombre. Era un miembro de la clase Beta que había durado nueve años en el Laberinto de las Sombras. La especialidad de Pram era aprovechar su agilidad y la afilada punta de su estoque para realizar oleadas de potentes puñaladas. Combinaba su prodigiosa habilidad para la esgrima con su increíble esfuerzo y había logrado que sus ataques con el estoque fueran realmente muy poderosos. Solo con sus punzantes estocadas, era un formidable espadachín de alto nivel.
Desir continuó escaneando las parejas de estudiantes en el salón de entrenamiento.
“Es un espadachín con una increíble habilidad. Probablemente el más fuerte de la clase Beta.”
“Hmm, quiero ver eso.” – dijo Romántica tratando de apaciguar su creciente curiosidad.
“Oh, está justo allí.” – añadió Desir señalando hacia un lugar cerca del centro del salón.