Volumen 23 Capítulo 6
La fortaleza de los salvajes cornudos
Traducido por Tars
Corregido por AMarauder
Editado por AMarauder
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Otem estaba liderando el camino al frente de los nigromantes que lo seguían mientras arrastraban tras de sí a sus no-muertos. Viéndolo desde la distancia, se podía ver un gran contingente de muertos vivientes marchando sin descanso. Weed y sus subordinados no-muertos los seguían desde retaguardia.
Los esqueletos, los caballeros sin cabeza y los caballeros de la muerte marchaban junto a Weed, que iba montando en su caballo espectral. No se podía decir que fueran un gran número, pero eran soldados de élite forjados en duras batallas. ¡Esqueletos de élite y guardianes de la muerte!
“Ueee. El comandante nos ha ordenado que lo sigamos.”
“Todos, moveos más rápido.”
Los muertos vivientes le tenían miedo a Weed. No era solo por su alto [Carisma] o [Liderazgo], ¡sino por la fuerte voluntad que demostraba en batallas! También se debió a que fueron testigos de su comportamiento imprudente al derrotar a las fuerzas enemigas, incluso si eso significaba poner en peligro a sus tropas.
Miedo causado a las tropas no-muertas subordinadas: 87%
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Causarles temor ayudaba a motivarlos en las batallas y les obligaba a seguir a Weed con lealtad. En batallas a gran escala, cuando un punto de la línea colapsaba, podría causar una reacción en cadena y derrumbar toda la formación. Aunque esto no sucedía a menudo, el miedo ayudaba a evitar que ocurriera tal situación.
“Ejem. La distancia es bastante grande.”
Solo el hecho de escuchar la tos de Weed hizo que todos los esqueletos temblaran como árboles en invierno. Estaba caminando arrastrando sus espadas por el suelo, mientras que los caballeros sin cabeza y los caballeros de la muerte protegían los costados y la retaguardia.
No era necesario marchar en formación, pero como los no-muertos se dispersaban con facilidad, quedándose rezagados entreteniéndose en cualquier cosa, les había ordenado que lo hicieran. Era poco común que los nigromantes arrastraran a sus no-muertos con ellos ya que solían establecer un coto de caza y no se movían de esa zona durante un tiempo. Los nigromantes tenían que esforzarse más de la cuenta para no perder el control de los no-muertos.
Weed únicamente les dijo que se reunieran y lo siguieran, pero aun así había alguno que se rezagaba.
“Date prisa, muévete.”
“El comandante ha dado sus órdenes, ¡no salgas de la formación!”
Los caballeros sin cabeza y los caballeros de la muerte repetían las órdenes de Weed sin cesar, manteniendo en orden a las tropas.
Mientras estaban en movimiento, fueron encontrando grupos de exploración de salvajes cornudos, pero eran eliminados rápidamente por la magia de los nigromantes.
“Tenemos que ahorrar [Maná], así que por favor pelead con más cuidado.”
A medida que se iban encontrando con más grupos de exploradores, los nigromantes tuvieron que reducir el uso de hechizos para ahorrar [Maná]. Como resultado, al final algunos salvajes cornudos lograron escapar.
“¡Alertad al castillo sobre la invasión de los no-muertos!”
“¡Están llegando!”
“Nada bueno saldrá de esto.” – dijo Weed mientras fruncía el ceño viendo como un explorador desaparecía de su vista.
Pero los nigromantes no estaban preocupados.
“No te preocupes por los exploradores. No importa lo que hagamos, no hay forma de que no sepan que estamos llegando.” – dijo un nigromante.
Otem estaba a cargo de la marcha mientras que el resto de los nigromantes de alto nivel viajaban en carros arrastrados por los no-muertos y recargaban su [Maná] con [Meditación]. Además de la rápida regeneración de [Maná], la habilidad también duplicaba el máximo de [Maná] temporalmente. Se podría decir que era una habilidad imprescindible para prepararse para una gran batalla o para emplear hechizos de alto nivel.
“Cuando se acerquen los exploradores, enviad una unidad de no-muertos para cazarlos. Por ahora, intentemos ahorrar todo el [Maná] que podamos mientras estamos en movimiento.”
Siguiendo las instrucciones de Otem, los nigromantes se concentraron únicamente en avanzar junto a sus no-muertos ignorando a los exploradores enemigos, por lo que, aunque varios grupos fueron exterminados al acercarse mucho al ejército no-muerto, otros mantuvieron la distancia y solo vigilaban sus movimientos.
‘No deberíamos haber permitido que los salvajes cornudos tuvieran conocimiento de nuestro avance.’ – pensó Weed teniendo un mal presentimiento sobre esto.
El ejército de no-muertos que se estaba movilizando en estos momentos era enorme. Su avance era lento y no conocían le terreno lo suficientemente bien como para poder camuflar su movimiento. Aun así, si se hubieran preparado adecuadamente, habría sido posible que la tribu de los salvajes cornudos no fuera consciente de su avance hasta mucho más tarde.
Era como ir avanzando encendiendo señales luminosas en la cima de la montaña para ir indicando su posición. Si hubieran cazado a los exploradores de manera eficiente y sin dejar sobrevivientes, la tribu de los salvajes cornudos podría no haberse enterado de nada. Dejarlos escapar era algo que nunca hubiera ocurrido bajo la vigilancia de Weed.
Incluso si las patrullas de exploración no eran muy poderosas, una vez que la verdadera batalla empezara, los tendrían que enfrentar igualmente en la fortaleza. Deberían haber ido diezmando poco a poco el número de enemigos. Cazarlos poco a poco hasta eliminarlos a todos; ese era el método de Weed.
‘Lo que sea. Pueden gestionarlo ellos mismos.’
Weed se limitó a seguirlos en silencio. Los nigromantes demostraban un gran nivel de rivalidad y celos mientras competían sin cesar entre ellos para demostrar su supremacía. Por ello, Weed se mantenía alejado de sus intrigas dado que la mayoría de los no-muertos estaban liderados por ellos.
‘Dentro de este ejercito de no-muertos, estoy en el lado más débil.’
Mientras eran observados constantemente por los grupos de exploradores de los salvajes cornudos, llegaron hasta la localización de la fortaleza. Se encontraba situada al final de una pendiente muy empinada y de difícil acceso, por lo que los no-muertos tendrían muchas dificultades para llegar hasta sus murallas. Los guerreros salvajes cornudos ya estaban resguardados tras el adarve de los altos muros de la fortaleza, fabricados con ladrillos de barro.
Incluso antes de comenzar la batalla, estaba claro qué lado tenía una clara ventaja.
“Ejercito de no-muertos, ¡atacad!” – dijo Jann abriendo los ojos y abandonando su meditación.
Siguiendo las órdenes de los nigromantes, los muertos vivientes avanzaron. ¡Esqueletos, necrófagos, zombis, caballeros sin cabeza y caballeros de la muerte! El ejército de Weed, avanzó junto al grupo principal, pero no se situó en la primera línea. Les había ordenado que se quedaran al margen y ellos permanecieron a la espera.
Era fácil revivir a los no-muertos, pero cuando estos regresaban a la vida, todas las habilidades desarrolladas hasta ese momento se perdían. ¡Tenía que evitar perder a sus soldados en una mera escaramuza de reconocimiento!
Mientras avanzaban, las flechas disparadas por los salvajes cornudos llovieron sobre los muertos vivientes. Al final, algunas de las tropas más débiles y que tenían poca vida, como los esqueletos básicos, acabaron muriendo, pero el resto del ejército consiguió llegar hasta un recodo de la subida que llevaba hasta la fortaleza.
“¡Uaaaaaaaaaaa!”
“¡Avanzad!”
Los no-muertos siguieron corriendo cuesta arriba. Las flechas estaban cayendo inclementes sobre el estrecho camino mientras grandes rocas rodaban cuesta abajo, aplastando todo lo que encontraban en su camino. Algunos no-muertos intentaron evitarlas, pero tan solo se precipitaron por el precipicio. Habían sufrido grandes bajas y ni uno solo había podido alcanzar la fortaleza.
“Olvidad el camino, ¡treparemos por el acantilado!” – gritó Jann.
Con su capacidad de liderazgo actual le era imposible comandar la totalidad del ejército de muertos vivientes. Aun así el resto de nigromantes dieron las mismas órdenes, haciendo que todos los esqueletos comenzaran a escalar el acantilado con sus brazos y piernas. Los no-muertos tenían excelentes habilidades físicas y aun conservaban algunos de sus instintos de cuando estaban vivos, por lo que eran capaces de escalar por las rocas.
Jann y el resto de nigromantes pensaron que intentar atacar la fortaleza a través del estrecho y traicionero camino, donde se concentraban la mayoría de ataques enemigos, era del todo imposible. Incluso si conseguían llegar hasta el final del camino, les sería extremadamente difícil cruzar el portón de entrada sin sufrir grandes bajas. Así que al final, ordenaron un asalto a través de las escarpadas rocas del acantilado para dividir los ataques del enemigo.
“Vamos a conseguirles algo de tiempo para que puedan escalar tranquilos.”
Al escuchar sus palabras, los nigromantes comenzaron a lanzar hechizos contra la fortaleza. Bolas de fuego salieron disparadas hacia los muros creando oscuras humaredas sobre la fortaleza. Al mismo tiempo, diversos hechizos de área cubrieron las murallas y drenaban la esencia de los salvajes cornudos que entraban en contacto con ellas. Desgraciadamente, los hechizos eran demasiado débiles para poder destruir los muros de la fortaleza. Solo servían para que los arqueros se retiraran momentáneamente del adarve, y una vez terminado el conjuro, volvían para seguir disparando flechas.
La calidad de los hechizos tampoco era demasiado alta, por lo que incluso los hechizos de área de efecto terminaban desapareciendo poco después de lanzarlos. Aunque durante ese tiempo, muchos de los no-muertos fueron capaces de escalar el acantilado, otros en cambio perdían sus agarres y terminaban cayendo hasta estrellarse contra el suelo. A medida que iban precipitándose al abismo, chocaban contra otros no-muertos que intentaban subir, haciendo que también se desplazaran cuesta abajo.
Al final, aunque habían conseguido cegar temporalmente al enemigo con los hechizos, perdieron otra gran cantidad de tropa cuando se volvieron a lanzar flechas sobre los que intentaban escalar. Cada vez que un proyectil impactaba contra un esqueleto haciéndolo caer, arrastraba detrás a otra gran cantidad de no-muertos para terminar aplastados contra el suelo.
Claramente escalar los muros no era una mala táctica y valía la pena el intento, pero se habían quedado cortos con los preparativos. Hubiera sido bueno equipar a los no-muertos con cascos, armaduras o al menos con un escudo de madera, pero como iban completamente desprotegidos, su defensa era extremadamente débil.
Con todas esas adversidades en contra, los no-muertos intentaron trepar por la fortaleza, pero era imposible que los esqueletos, los caballeros sin cabeza o los caballeros de la muerte usaran sus propias manos para agarrarse al muro de ladrillos. Se deslizaban hasta el suelo a la vez que eran golpeados por distintas flechas y terminaban muriendo.
“No es posible. ¡Retirada!” – dijo Jann al final rindiéndose y volviendo a llamar al resto de tropas y a los nigromantes.
Aun así, descender por el acantilado tampoco fue una tarea fácil, añadiendo además el incesante acoso de los salvajes cornudos. Cuando por fin se retiraron hasta una posición segura, alrededor del 3% del ejército había sido destruido.
Por supuesto, la unidad de Weed apenas había sufrido bajas, por lo que muchos de los nigromantes lo miraban disgustados, pero ninguno estaba en una situación en la que pudiera echarle nada en cara.
* * *
“¿Vamos a abandonar la misión de la Legión Inmortal de esta manera? A este ritmo, los refuerzos de los salvajes cornudos llegarán y todo será más difícil.”
“Bueno, podemos intentar algunos asaltos más. Pero no tengo buenas ideas ahora mismo.”
“Parece que solo podremos completar la misión si contamos con más nigromantes, ¿esperamos a que lleguen más?”
“Tal vez esta vez no lo logremos.”
Sería muy desafortunado que la misión de la Legión Inmortal terminara de esa manera. Debido a que era una misión que se les había otorgado a todos los nigromantes, era bastante complicada. Si los nigromantes subieran rápido de nivel o aumentaran la cantidad de nigromantes, sería mucho más sencillo completar la misión. Sin embargo, la situación distaba mucho de ser idílica.
Mientras los nigromantes iban perdiendo su moral mientras seguían discutiendo que pasos seguir a continuación, Weed se limitaba a coser un viejo botón que se le había caído.
“Realmente no es posible que hagan el trabajo gratis.”
Sería realmente bueno si solo tuviera que sentarse a observar lo que hacían para completar la misión, pero la situación no les estaba siendo favorable. Los nigromantes se sentían muy incomodos cooperando entre sí y peleando en batallas en grupo. Era frustrante verlos pensar como únicamente podían luchar si conseguían convocar muchos no-muertos.
“La profesión de nigromante es para ser agresivo, saquear y arrasar. No está diseñada para mentes ingenuas…”
Si Weed hubiera sido desde el principio un nigromante y no un escultor, ya hubiera reunido hordas de no-muertos y habría arrasado varias ciudades importantes.
Estos ingenuos y poco concienzudos nigromantes no sabían nada sobre invasiones, lo cual estaba cada vez más claro viendo sus torpes movimientos.
Cuando abriera las puertas del almacén de la fortaleza de los salvajes cornudos podría arrasar con todos los tesoros, pero primero tendría que preocuparse por otras cosas.
“Hay muchas opciones disponibles.”
Gracias a sus muchas experiencias librando batallas, había ideado de inmediato tácticas para explotar las debilidades de la fortaleza.
“… tengo que hacer eso.” – murmuró Weed mientras se encontraba cerca de Herian.
“¿Si?”
“Incluso si el objetivo principal es conquistar la fortaleza… no hay necesidad de apresurarse hasta que nos encarguemos de los refuerzos…”
Weed no estaba iniciando ninguna conversación, simplemente estaba murmurando, fingiendo hablar consigo mismo.
* * *
“¡Moveos más rápido! Hay noticias de que nuestro territorio está siendo atacado por los no-muertos.”
¡Los refuerzos de los salvajes cornudos! Los guerreros que se habían dispersado para cazar estaban corriendo de vuelta a su territorio. ¡Eran más de 9.000! Si todos los salvajes cornudos se reunían, sus fuerzas podrían rodear a los nigromantes y eliminarlos.
“¡Atacad!”
Pero en lugar de perder sus fuerzas en una guerra de asedio, los nigromantes emboscaron a los guerreros salvajes cornudos que estaban volviendo a la fortaleza. Usaron las mejores ubicaciones para esconder a los no-muertos y emboscar a los salvajes cornudos, terminado con todos y reviviéndolos poco después como no-muertos para aumentar las fuerzas de los nigromantes. La mejor parte era que además el número de refuerzos que recibía la fortaleza no paraba de disminuir.
“Sabiendo que estaban llegando refuerzos, en lugar de ponernos en peligro tratando de conquistar la fortaleza lo más rápido posible, ¡cazar a los refuerzos es la mejor opción!”
En terreno llano, se podía decir que las fuerzas no-muertas eran sumamente competentes. Era posible abrumar a los enemigos con su gran cantidad de efectivos y, cada vez que un Cornudo Salvaje moría, podían causar aún más daño con la [Explosión de cadáveres] o convirtiéndolo en un no-muerto.
Los nigromantes dirigían a sus ejércitos desde todas direcciones para eliminar a todos los guerreros enemigos. Además, no solo era beneficioso para completar la misión, también daban buena experiencia y objetos.
“Cazadlos a todos. Tenemos que seguir moviéndonos, daos prisa.”
Weed dirigía a sus fuerzas, persiguiendo a todo lo que se moviese para ganar experiencia. La estrategia que le había contado a Herian de forma indirecta era de lo más sencilla.
“Da igual que cacemos a los monstruos rápida o lentamente. ¡No dejéis a ninguno con vida!”
No le importaba que fuera una idea simple, solo podía pensar en la experiencia y en los objetos que podía ganar. Gracias a esta táctica, los nigromantes pudieron cazar alrededor del 80% de los guerreros salvajes cornudos, consiguiendo no solo recuperar a todas las tropas que habían perdido, sino además aumentar su número de efectivos. Además, priorizaron la convocación de guerreros, magos y arqueros esqueletos. Eran unidades ligeras pero resistentes. Ideales para una guerra de asedio.
Sin posibilidades de obtener refuerzos, los salvajes cornudos se encontraban atrapados en su fortaleza y no podrían resistir para siempre contra el asedio de los nigromantes. Estos lanzaban enfermedades contagiosas dentro de la fortaleza y, después de continuos ataques, los muros comenzaron a derruirse.
Cada vez que los salvajes cornudos tenían que salir a reparar los muros, los atacaban para continuar aumentando sus bajas hasta que, finalmente, lograron conquistar la fortaleza.
¡Misión completada!
Cuanto más compleja sea una batalla, una estratagema bien elaborada marcará la diferencia entre la victoria o la derrota.
“Gracias. Con tus consejos pudimos ganar la batalla fácilmente.” – dijo Herian mientras se acercaba hasta Weed para agradecerle.
Pero Weed ni siquiera escuchó sus palabras. Estaba con la mirada perdida y llena de desesperación observando las nueces y frutos secos apilados dentro del almacén de la fortaleza. Al final se dio la vuelta masticando tristemente unas nueces.
* * *
Weed había destacado como uno de los principales comandantes del ejército no-muerto. ¡Era una posición que le permitía liderar una unidad de muertos vivientes de la Legión Inmortal!
“He oído hablar de tus grandes logros en batalla y he venido aquí a jurar mi lealtad.”
Más y más no-muertos llegaban para convertirse en uno de los subordinados de Weed. Era molesto ver a los esqueletos caminar hacia él con el ruido de sus articulaciones.
“Formad una línea.”
Incluso los caballeros sin cabeza estaban empezando a estar algo cansados de los nuevos reclutas.
“¿Sabes cómo sacar una espada? En fin, supongo que me conformaré si sabes cómo pelear.”
Weed ni siquiera pestañeaba cuando un Caballero la Muerte venía a unirse a sus filas.
“Oh, bien.”
No importaba cuánto esfuerzo pusiera en entrenarlos, él no era un nigromante y los no-muertos no iban a convertirse en sus verdaderos subordinados. Weed era una persona que lavaba los palillos desechables para volver a reutilizarlos, pero una vez que esta misión terminara, no sabía si iba a volverse enemigo de los no-muertos.
En realidad, el primer ejército enviado por la Legión Inmortal para conquistar Morata había sido aniquilado. Era un ejército enorme de más de 120.000 no-muertos, pero el número de muertos vivientes que se habían extraviados era considerable y el resto había sido bloqueado por los miembros de la Orden de Freya y los jugadores de Morata.
Los jugadores estaban contentos ya que podían elevar su [Fe] y obtener armaduras, espadas y objetos antiguos que habían sido enterrados hacía mucho tiempo. Aun así, según los rumores, la Legión Inmortal había enviado un nuevo ejército de más de 190.000 tropas. La guerra entre Morata y la Legión Inmortal seguía en curso.
Si Barr Khan recuperaba todo su poder, Morata sería reducida a cenizas y conquistada por los no-muertos. El orden público de Morata no dejaba de disminuir. La inquietud de los principiantes y residentes podía sentirse en el aire. Si no fuera por la Catedral, habrían estado en una situación mucho peor.
De todos modos, el ejército de los muertos vivientes de Weed tampoco era tan malo. Aunque había grandes diferencias en los rangos o en las clases, ya había reunido 600 esqueletos, 123 caballeros sin cabeza y 89 caballeros de la muerte. A partir de entonces, la misión que recibió Weed consistía en llevar sus fuerzas a la batalla.
Se le habían dado órdenes para que suprimiera monstruos en colinas o cuevas y que asegurara un camino para el ejército de los no-muertos. Como el carisma de Weed era alto, los no-muertos lo obedecían perfectamente y no había ningún problema para superar una misión de clase ‘C’.
“De una forma u otra esto no está mal. La recompensa de la misión no es gran cosa, pero cazar a todos estos monstruos es muy beneficioso.”
Mientras Weed se encontraba resolviendo sus misiones, un nigromante, junto a su contingente de no-muertos, se le acercó.
“Saludos”
“Hola” – respondió Weed al ver que otro jugador lo saludaba primero.
Normalmente los nigromantes iban vestidos con túnicas y con un bastón con un cráneo en su parte superior. Por el contrario, Weed llevaba una armadura completa junto con una espada larga. No era una visión muy usual en un comandante de no-muertos.
‘¿Se llamaba Marey?’
Había llegado hacía poco al desfiladero y había escuchado antes su nombre.
Los nigromantes a veces cooperaban entre sí, pero debido a sus rivalidades, el acaparar zonas de caza y las misiones en solitario, no solían formar un grupo y no sabían mucho los unos de los otros.
“Mi nombre es Marey. Estoy seguro que ya me has visto varias veces cuando éramos esqueletos y fantasmas. Y ahora nos encontramos una vez más en el desfiladero.” – dijo Marey en voz baja mientras se presentaba primero.
“Si, lo sé.”
“Ya veo, pero mi ocupación original era bardo.”
“¿Así?”
Weed poseía un carácter que no se desconcertaba fácilmente, pero esta vez, estaba enormemente sorprendido. Marey Stenbird era un bardo de primer nivel muy conocido del Reino de Halsmerg.
“¿Cómo es que estás aquí…?”
“¿Supongo que tienes curiosidad? Explicarlo sería algo complicado y la historia no terminaría nunca, pero, ¿no será mejor decir que he llegado con la brisa y ahora estoy componiendo una oda para los no-muertos?”
“……”
Los bardos a menudo aceptaban misiones enigmáticas. A diferencia del resto de aventureros que buscaban en las leyendas o se arrastraban por las mazmorras, los bardos vagaban sin descanso por el mundo. ¡Era una clase que oía todo tipo de historias y rumores mientras tocaba instrumentos! Incluso si eran poco famosos, podían atraer sentimientos de simpatía hacia ellos y hacer que los aldeanos les contaran historias. Incluso si abandonaban una misión a mitad de camino, tenían pocas penalizaciones.
Muchos eligieron esta ocupación por su encanto y eran realmente una clase popular, incluso en Morata.
“¿Por casualidad no serás el ‘Dios de la Guerra’ Weed?” – preguntó Marey con curiosidad.
Cuando Weed usaba su habilidad [Transformación Escultural] para ocultar su identidad, su apariencia cambiaba por completo. Incluso si la otra persona fuera muy observadora, era difícil darse cuenta. En ese momento, incluso cuando tenía la forma de un Caballero de la Muerte, Marey lo descubrió.
“¿Cómo lo sabes?”
“Una de las ventajas de los bardos es que tienen muy buenos oídos. Al igual que los animales pueden escuchar que se acerca un terremoto a través de la vibración de la tierra, podemos escuchar todo tipo de información. Además, en estos momentos estás obteniendo unos logros inconmensurables comparados con el resto de nigromantes.”
La feroz competición entre los jugadores estaba siempre candente, pero el que más se había destacado era Weed. Los nigromantes estaban siempre ocupados centrándose en sus batallas y arrastrando a sus hordas de no-muertos por lo que no podían prestar mucha atención a los demás. Pero Marey tenía una gran experiencia en aventuras, por ello cuando escuchaba los rumores se dio cuenta de quién era Weed.
“Los nigromantes no son capaces de mostrar esos movimientos en batalla. La única persona que podría avanzar hasta aquí sin convocar ni un solo no-muerto es Weed. Te he estado observando durante mucho tiempo y estaba completamente seguro de que eras tú.”
Incluso entre los nigromantes corría el rumor de que Weed estaba en mitad de una misión con la Legión Inmortal. A medida que iban completando misiones, ¡tenían curiosidad por ver a Weed cuando se encontrara con Barr Khan! Pero en realidad no sabían que Weed había comenzado desde el fondo con un esqueleto al igual que ellos.
“La deducción es impresionante.” – dijo Weed mientras su mano se deslizaba lentamente sobre la empuñadura de su espada.
Sinceramente, había acumulado rencor con mucha gente. En cualquier lugar apartado que no fuera un pueblo o una ciudad no podía ser descuidado. Incluso si la otra persona era un bardo famoso, él mismo era uno de los escultores más brillantes entre los jugadores.
Los bardos eran ágiles y podían equipar multitud de armaduras y espadas, por lo que estaban más cerca de una clase relacionada con el combate que la suya. Pero en estos momentos, esa gran desventaja estaba anulada; ahora era un Caballero de la Muerte y tenía muchos seguidores no-muertos.
‘¿Debo eliminarlo?’
En el gran Continente de Versalles, con tanta gente deambulando por todas partes, Marey se había acercado hasta Weed de una manera amistosa. Pero en la mente de Weed, la tentación de matarlo era grande.
‘Si lo mato dejará caer buenos objetos. ¿Será un objeto único con un mínimo de requisito de nivel 380?’
¡Weed se lo estaba planteando! De hecho, Marey tenía una buena reputación entre los jugadores de mayor nivel de Royal Road. Mientras viajaba sin preocupaciones, en algunas ocasiones tenía problemas, pero generalmente era muy amigable con los novatos y tenía una habilidad sobresaliente con los instrumentos.
‘Puede que sean rumores. ¿Cómo puedo creerme todo eso?’
Su mente era un profundo pantano de desconfianza en el que era difícil nadar.
‘Sí, incluso si no cae un objeto único, caerá algún artículo decente. Con el dinero que ganaré vendiéndolo, puedo comprar y cocinar arroz. Me sentiré feliz mientras lo como…’
En su mente Marey ya estaba muerto y estaba viendo la subasta de sus objetos en internet. Pero asesinar a un jugador de alto nivel no era la manera en que Weed hacía dinero, era mucho mejor tener un ingreso estable mientras cazaba y subía de nivel. Pero en este momento tenía delante una presa increíblemente deliciosa.
La vida de Marey estaba siendo amenazada con cada paso que daba mientras se acercaba a saludarlo.
“¿Quieres cazar en grupo conmigo hoy?” – dijo Marey mientras extendía su mano.
“¿Qué?”
“Para ser honesto, comparado con el maestro Weed y el resto de nigromantes, tengo un objetivo diferente para estar aquí. ¿Conoces el propósito de los bardos?”
Por supuesto, Weed sabía tanto sobre bardos como de otras profesiones. Las características de su clase, los tipos de instrumentos que utilizan, el precio de su equipo, incluso sabía el ritmo de sus ingresos en función de su rendimiento y de sus habilidades de canto o de música.
“Mi objetivo es hacer un himno sobre los no-muertos y, si es posible, puedo crear un poema épico si me quedo al lado de una persona que esté en una gran búsqueda. Por lo tanto, si me aceptas, renunciaré a cualquier derecho con respecto a los objetos obtenidos mediante la caza o durante las misiones.”
Si sus himnos o poemas se hacían famosos se propagarían por todos los continentes. Los bardos podían ganar [Fama], dinero y, si sus canciones se hacían populares, sus estadísticas de [Carisma] y [Apariencia] podían aumentar. Era la esperanza de cualquier bardo recorrer el continente y experimentar misiones y batallas que estaban más allá de sus capacidades y limitaciones.
Marey agarró su vieja capa llena de agujeros con la mano derecha e hizo una reverencia.
“Deambular por el continente y escribir canciones es el destino de todos los trovadores. No sé cual es la misión en la que estás, pero no te distraeré. ¿Formarás un grupo conmigo?”
Los bardos podían ganar recompensas con solo observar las aventuras de otros con sus propios ojos. Era una oferta que no era de ninguna manera desventajosa para Weed. ¡Pero con Marey acercándose a Weed, era como si un ladrón estuviera obteniendo un préstamo del banco!
“Está bien, puedes acompañarme.”
Solo mirando sus clases, era el nacimiento de un grupo muy extraño. Un bardo y un escultor.
* * *
Zabrin estaba aumentando sus logros en el pueblo de Kapua. Cuando fue ascendido a fantasma, el gremio Hermes le entregó cualquier equipo que pudiera necesitar.
“Looooooos oooooooooobjeeeeeeeeeeeeeetooooooooooos sooooooooooon looooooooo meeeeeeeeeeeeeeejoooooooooooooor”
Aunque su nivel era bajo, pudo conseguir grandes beneficios de los objetos. Además, dos hechiceros del gremio Hermes habían llegado hasta su posición para lanzarle bonificaciones y para que pudiera cazar monstruos a mayor velocidad. Utilizaba de forma continua un anillo con un hechizo de tipo rayo y otro con un hechizo de destrucción que solo fantasmas o no-muertos podían usar.
Alrededor de la mitad de los nigromantes que se encontraban en el pueblo de Kapua se habían reunido a su alrededor.
“Puuuuuuuuuuuuuueeeeeeeeeeedoooooooooo cooooooompaaaaaartiiiiiiiiiiiir loooooooos oooooooobjeeeeeeetooooos queeeeeeeee neeeeeeeeesiiiiiiiiiiiiiiiiiiteeeeeeeeeeeeiiiiiiiiiiiiiiiis”
Gracias a su generosidad prestando objetos, Zabrin pudo reunir a muchos jugadores para que trabajasen para él.
Era cierto que Polon, sus caballeros y los magos buscaban atrapar a Weed, pero por el contrario, los nigromantes tenían otro tipo de intereses. No era una clase ideal para ir de caza en grupo o de aventuras. Había momentos en los que no podían entrar en las aldeas y los aldeanos los aborrecían quejándose de su olor cuando se encontraban en su presencia.
Aunque los nigromantes tenían grandes poderes, también eran enormemente discriminados. Pero seguían siendo muy útiles en batalla y en el Continente Central había numerables batallas en curso.
Después de conquistar el Reino de Haven, el gremio Hermes se había tomado un descanso para reorganizar sus fuerzas, pero todos sabían que esa paz no duraría mucho tiempo. Incluso si el gremio Hermes no actuara primero, los gremios de los reinos cercanos formarían una alianza y les atacarían tarde o temprano. Si pudieran atraer a una multitud de nigromantes al gremio en una situación como esta, se convertirían en grandes activos para la guerra.
En la reunión de los líderes del gremio Hermes decidieron darle instrucciones a Zabrin para que repartiera objetos con el objetivo de reclutar a tantos nigromantes como pudiera.
“Podemos conseguir… ¿A la Legión Inmortal?”
Por supuesto, el gremio Hermes deseaba controlar la Legión Inmortal de Barr Khan. ¡Un ejército de no-muertos completo! Una cantidad interminable de soldados que no necesitaban comida.
Según los informes de Zabrin, después de que llegaran hasta allí, había encontrado un sinfín de misiones por lo que todavía no sabía cuál sería la recompensa final de la búsqueda. Cabía la posibilidad de convertirse en uno de los mejores nigromantes y la mano derecha de Barr Khan.
Con el tiempo podrían controlar toda su legión de no-muertos.
“Si eso sucede no habrá ningún problema para encontrar a Weed.”
Existía la posibilidad de que Weed se encontrará en esa área, pero tampoco les importaba demasiado. Podrían llevar a los no-muertos hasta Morata y reducirla a cenizas. Querían infligir grandes daños a todos los que se oponían al gremio Hermes. Era uno de los planes que podría dar alas al gremio, por lo que invertir una gran cantidad de suministros en Zabrin valía la pena.
Polon hablaba con frecuencia con los principales líderes del gremio.
- ¿Cómo queréis tratar con los principales nigromantes del desfiladero?
- ¿Te refieres a Jann y Herian?
- Si.
- Lo ideal sería reclutarlos, están más cerca de poder controlar la Legión Inmortal que Zabrin.
- Trataré de atraerlos a la causa.
La mayoría de los nigromantes, incluido Jann, ya estaban dentro de un gremio. Pero nada era seguro cuando el gremio Hermes les presentara una oportunidad de unirse a sus filas.
- Si se niegan a unirse al gremio Hermes…
- Entonces lo manejaré apropiadamente.
- También puede que haya nigromantes que no conocemos, ¿existe la posibilidad de que Weed esté ahí?
- Es posible. Los nigromantes más activos ocultan intencionalmente sus nombres.
- Compruébalo y mata a todos los que no podamos identificar. Será un buen ejemplo para aquellos que no nos obedezcan.
El gremio Hermes odiaba dejar las cosas a medias, si no podían tenerlo, lo destruían. Era uno de los motivos por los que tenía tan mala reputación, pero en el Reino de Haven no había ningún otro gremio que pudiera ir contra sus deseos. Incluso si hubiera gente que estaba insatisfecha, no había ni un solo caso de alguien que se atreviera a ir contra el gremio Hermes e intentar vengarse de ellos.