Capítulo 82
Benefactor
Traducido por Laga
Corregido por DaniR
Editado por Helios
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Editado por Helios
Punto de vista de Lucas Wykes:
“¿Y qué demonios se supone que es esto?”
Alzo una ceja, mirando alrededor de la habitación tenuemente iluminada que me recuerda a una bodega de vinos toscamente construida.
Ha sido esa pobre excusa de un mago de la Casa Ravenpor el que me ha traído aquí, diciéndome que iba a ser algo que me interesaría. Normalmente habría hecho añicos a ese idiota por hablarme con tanta arrogancia, como si me estuviera haciendo un favor; pero siento mucha curiosidad, especialmente después de la explosión del edificio Tri-Unión de hoy.
“Bienvenidos a una de las muchas viviendas humildes que usamos para celebrar nuestras reuniones.” – dice una voz ronca.
Estoy rodeado por al menos sesenta figuras encapuchadas, pero solo la que está sentada perezosamente en el medio mientras se dirige a nosotros tiene puesta una máscara. Es una simple máscara blanca con dos pequeños orificios para los ojos y una sonrisa toscamente dibujada donde debería estar la boca. La máscara es bastante simple, pero la sonrisa dibujada con sencillez emite una sensación siniestra.
Charles Ravenpor, que está a mi lado, se pone su propia bata con capucha y se apoya sobre una de sus rodillas con la cabeza baja.
“Señor, he traído a Lucas Wykes, como pidió.” – dice en un tono cauteloso y bajo.
“¡Ahh, el famoso señor Wykes aquí, en carne y hueso! Me alegra que estés interesado en unirte a nosotros en nuestra pequeña… ¡Cruzada!”
Se ríe, desviando su atención de Charles. Mientras, observo mi alrededor.
“No estoy aquí para unirme a nada. He venido aquí por curiosidad, pero no estoy impresionado. De todos modos, ¿quién se supone que eres? No pareces ser un estudiante… ¿No me digas que eres un profesor?”
Mi tono es de burla.
“¿Cómo te atreves? ¡Deberías estar hasta agradecido de que consideremos dejar que un perro callejero como tú se una a nosotros!” – sisea una de las figuras encapuchadas a mi derecha.
“¿Un perro?” – respondo sintiendo cómo comienza a abultarse una vena a un lado de mi frente.
Preparo un hechizo en silencio para el ingrato que ha osado burlarse de mí, pero antes de que pueda terminar el conjuro, el hombre tras la máscara sonriente chasquea los dedos.
*Fwoom*
“¡AHH!”
De repente, el pijo encapuchado que se ha atrevido a llamarme ‘perro callejero’, empieza a arder en llamas. No puedo evitar chasquear la lengua. Aun siendo un conjuro instantáneo, eso ha sido rápido… Y aterrador.
“Bueno, bueno. Esas no han sido unas palabras demasiado corteses hacia nuestro miembro más reciente, ¿verdad?”
El hombre enmascarado dice esto mientras continúa perezosamente hundido en su trono de tierra, y el fuego ya ha atravesado la túnica del chico pijo y le quema la piel.
“¡AHHHHH! ¡P-Perdóname! Estaba equivocado. ¡Me disculpo! ¡P-Por favor!” – suplica mientras intenta apagar el fuego con movimientos furiosos. Mientras tanto, el resto de figuras encapuchadas están demasiado asustadas como para hacer algo que pueda ayudarlo.
Alejándome de la figura encapuchada que aún grita de dolor, me enfrento al hombre enmascarado.
“Antes de que decida si quiero unirme a este pequeño culto tuyo, ¿qué es lo que estás tratando de lograr y por qué me necesitas?”
No puedo sentir su núcleo de maná, por lo que parece que no estoy a su mismo nivel.
“Las circunstancias me impiden actuar personalmente por ahora, así que necesito algunos magos capaces para finalizar por completo mis planes. Verás, odio dejar cabos sueltos.” – explica mientras usa un brazo para levantar la cabeza. – “Hay que aprovechar la ausencia de tu Directora; es el momento oportuno para actuar, para que cuando ella regrese sea demasiado tarde.”
Después de chasquear los dedos una vez más, el fuego desaparece repentinamente, dejando al niño temblando de dolor.
“Y en cuanto a lo que espero hacer, digamos que mis metas coinciden con las de esta gente y simplemente he pensado que sería bueno matar dos pájaros de un tiro. Todos los aquí presentes son nobles humanos insatisfechos, los cuales una vez se enorgullecieron del hecho de que esta Academia estuviera destinada solo al linaje más puro. Si bien puedes resultar una excepción especial en este caso, todavía me gustaría tenerte a bordo.”
Su respuesta da a entender que no es humano.
“Además, todo ese lema de ‘aceptar a todos’ que la Academia sigue ahora me da ganas de vomitar; ¿no estás de acuerdo, señor Wykes?”
Mientras dice esto, todas las figuras encapuchadas asienten ferozmente de acuerdo. Solo por su tono, me doy cuenta de que este tipo está sonriendo burlonamente detrás de su máscara.
“No me importa si te dan ganas de vomitar o no. ¿Por qué perdería mi tiempo y energía en errores que podría aplastar en cualquier momento? Los campesinos que han sido capaces de abrirse camino hasta esta Academia no son mejores que los matones Aventureros de clase baja que andan agitando ciegamente sus armas. Ni siquiera los nobles criados en las condiciones más consentidas me importan una mierda. Si esto es todo lo que tienes que decir, entonces no tengo ninguna razón para rebajarme, ponerme una correa y recibir órdenes tuyas.” – espeto dándole la espalda.
“Lucas~… Qué cosa más hiriente acabas de decir. ¿Cómo podría compararte con un perro sin clase atado a una correa?”
Hace el gesto de cubrirse la boca con las manos, sarcásticamente, como si realmente estuviera sorprendido.
“Parece que lo que he escuchado es cierto; eres un Mago bastante orgulloso que desprecia a las personas de baja cuna. ¿No te ha demostrado tu amigo Arthur Leywin que estabas equivocado en ese aspecto?”
La voz ronca me provoca juguetonamente, haciendo que me detenga en seco. Giro la cabeza.
“¿Qué has dic…?”
“No hace falta ser un genio para darse cuenta de que, aunque has sido aclamado como un prodigio en el campo de la magia y te han mimado con elixires y métodos de fortalecimiento desde tu despertar, no eres rival para ese niño, Arthur Leywin.”
Se encoge de hombros, levantando la mano. Puedo sentir mis puños blanquearse por la frustración, pero me interrumpe antes de que pueda refutar sus palabras.
“Lo triste es que ni siquiera se esforzó. Apuesto a que hasta tú siempre has tenido la persistente sospecha de que se reprime continuamente. ¡Ja, ja, ja, ja!”
Estalla en un ataque de risa mientras se agarra el estómago, con las piernas pateando en el aire.
“¿Quién te crees que eres?” – gruño.
Mi cuerpo ya está brillando cuando el maná de mi núcleo de maná se derrama, listo para ser disparado, pero nunca llego a hacerlo. Una sensación palpitante me dice que no me meta con él, como si no tuviera… Sentido.
¡No! ¡Soy Lucas Wykes, de la familia Wykes! Pero, ¿quién diablos es él y por qué habla como si llevara aquí todo el tiempo, observándonos?
“Ya te lo he dicho. No soy más que un simple benefactor que ha venido aquí para mejorar esta tierra.”
Mientras dice esto, se levanta y realiza una exagerada reverencia con los brazos extendidos. Volviéndose a sentar en su tosco trono, continúa hablando.
“Señor Wykes, creo que, aunque nuestras opiniones no sean las mismas, podríamos tener algún tipo de beneficio mutuo en esto.”
“Continúa.” – digo con los dientes apretados.
Ignora el hecho de que aún sigo completamente rodeado por maná de atributo de fuego, peligrosamente cerca de liberarlo.
“Pronto podré participar personalmente en esto y, cuando lo haga, quiero romper por completo el frágil pegamento que mantiene unidas a las tres razas. Sin embargo, hasta que llegue ese momento, necesito tu fuerza para ayudar a que las cosas funcionen sin problemas.” – explica.
“¿Cómo planeas dividir tú solo a las tres razas y por qué crees que hacer esto me beneficiaría de alguna manera? Además, ¿crees que el Consejo y las Lanzas han sido creados solo a modo decorativo?” – argumento.
“El Consejo está ocupado con varias cosas en este momento, y he tomado precauciones adicionales para asegurarme de que tu Directora esté ocupada y fuera de alcance. El campo está listo, señor Wykes, así que permite que te pregunte esto: ¿cómo te gustaría que Arthur Leywin, el que siempre es tan cauteloso, luche contra ti con toda su fuerza y que a su vez obtengas el poder necesario para derrotarlo, incluso en ese momento?”
Levanta la mano, como pidiendo que me acerque.
“¿Obtener el poder para derrotar a Arthur?” – pregunto controlando mi expresión para no lucir tan estupefacto como me siento.
“Siempre que estés de acuerdo, te prometo que tendrás en tus manos un nivel de poder que nunca pensarías que fuera posible.”
Miro a las figuras encapuchadas y me doy cuenta de que también están interesadas, pero me quedo callado ante el temor de ser la próxima víctima de la ‘disciplina’ del enmascarado. Todo esto es demasiado bueno para ser verdad.
“Si lo que dices es cierto y ha estado ocultando cautelosamente sus poderes en la medida en que lo ha hecho, ¿cómo vas a conseguir que luche conmigo con su fuerza total?”
Mi tono es de burla, sigo sin querer creer en sus palabras.
“En realidad se trata de algo bastante simple, y también es una tarea que debo realizar para que avancen mis planes. Arthur es solo un ser humano y tiene en gran estima a su familia y amigos, pero más a una persona en particular.” – dice mientras levanta su dedo índice; la sonrisa tras la máscara probablemente coincida con la expresión siniestra que muestra.
“Tessia Eralith…” – susurro, incapaz de ocultar la sonrisa en mi rostro.
“¡Sí! Tessia Eralith! ¡Un elfo! En esta Academia sagrada de Xyrus, ¡un elfo es la líder de los estudiantes! Los que estáis aquí, ¿pensáis que eso es correcto?” – grita a todos para que su voz haga eco en la pequeña sala.
“¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOO!!!!!!!!!!” – rugen al unísono las figuras encapuchadas.
“Puede que todavía no esté aquí, pero creo que lo hará pronto, y muy probablemente con Arthur. ¿No crees que, tal vez, un poco de sangre derramada de la princesa elfa debería irritar a tu viejo amigo Arthur?” – se burla mientras sus manos se encienden con unas llamas.
Nunca me he preocupado por la princesa elfa, más allá del pensamiento que se adapta a mi gusto. Lo he dejado estar, ya que su cuerpo aún no ha madurado, pero parece que algo está pasando entre ella y Arthur. De todos modos, ¿quién se cree que es para pensar que se merece a alguien como la princesa del Reino de los Elfos? Solo es un humilde campesino.
Cuando comienzo a jugar con el posible escenario en mi cabeza, no puedo evitar que mis labios se curven lentamente hacia arriba mientras imagino la vida de su preciosa y pequeña amante en mis manos al tiempo que Arthur me suplica para que me detenga. El mocoso que siempre piensa que es mejor que yo… De rodillas. Me pregunto si perderá la cordura si hago que se desangre lentamente frente a él.
“¡Pfft!” – no puedo contener la risa por más tiempo. – “¡Pero qué diablos!”
¡Es tan simple! ¿Por qué no había pensado en eso? Todo lo que tengo que hacer es matar a la princesa elfa. Tal vez podría divertirme un poco antes de matarla...
Comienzo a lamerme los labios con anticipación.